Capitulo 11: Estar viva. en el nombre del padre

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Estar viva

Soplé mi café varias veces y tomé un sorbo, aún estaba caliente pero necesitaba la cafeína para despertar mi cerebro. Dejé mi taza sobre la pila de libros que aún me faltaba pasar al inventario y me recosté sobre la silla cerrando los ojos un momento. Me sentía adormilada y sonreí cuando recordé el por qué, había pasado la noche hablando con Jake y Leah por teléfono. Siempre era una satisfacción oír hablar de ellos y los amaba, estaban allí cuando yo lo necesitaba. Ellos eran mi verdadera familia, ellos me amaban y se preocupaban por mí y eso era más de los que esperaba de nadie.

_Tenía pensado hacer una celebración para tu cumpleaños ¿qué harás esos días Bella?_ sabía de las tácticas de persuasión de Leah, sabía que el día de mi cumpleaños era el día que más odiaba ¿por qué insistía en hacer de él una celebración?.

_Me quedaré en casa embriagándome con Alice, es lo que todos los años hago ¿no?_  

_Vamos Bella, no seas aguafiestas, queremos celebrar… nunca lo hacemos contigo aquí_  podía jurar que había rodado los ojos.

_No tengo ganas, ya sabes que esos días no me gusta ni siquiera recordarlos_

_Vamos Bella, Jake está planeando todo ya, no puedes decir que no. Él es como un hermano para ti y sabes que se toma muy en serio ese papel, a demás Billy te quiere ver, ¿puedes negarle eso al pobre viejo?_

Leah estaba usando su artillería pesada y ella sabía muy bien cómo utilizarla conmigo.

_No utilices a mi Billy para convencerme, eso es una jugada sucia._

_Entonces ven_

Me quedé callada por un momento, fingiendo pensar, mi respuesta ya la tenía, solo que era tan duro luchar con Leah por eso. Era duro estar lejos de casa y fingir que no lo extrañaba o que no necesitaba estar con ellos, ellos estuvieron allí cuando más los necesité…

_voy a ver si puedo Leah ¿si?, se acerca una fecha importante aquí y tengo que estar_ dije acomodándome sobre la almohada, el sueño había comenzado a hacer meya.

_Si, me contaste… es su cumpleaños ¿he?... y ¿Qué se hará? ¿Una gran fiesta y se tirará Nueva York por la ventana? Vamos Bella… tú no eres esa, tu padre no estaría contento de la manera en la que estas actuando_

_Mira Leah… no metas a mi padre en esto, por supuesto que no estaría orgulloso pero tengo que hacerlo, tal vez lo logre o tal vez no pero Carlisle va a sentir lo que yo sentí, lo que mi madre sintió… lo que papá sintió. Tengo que hacer unos cuantos preparativos, tal vez después de que pase todo vaya a Forks unos días, pero ahora no puedo_ dije tajantemente. No podía estar disgustaba con Leah, aunque ella tuviera un carácter de mierda, no podía dejar de sonreír ante su fuerza. _Te amo Leah, sé que estas tratando de protegerme, como una loba con sus lobitos_ ella rió tristemente _pero yo sé lo que estoy haciendo, créeme._

_Te amo tonta…_

_Yo también te amo_

Volví a la realidad cuando un golpe en la puerta me sobresaltó, Seth entró asomando la cabeza, ¿aún continuaba con ese miedo infundado hacia mí? A veces me parecía que lo intimidaba.

_Hum… Bella, hay alguien que te busca…_ dijo tentativamente.

_¿Quién es?_ pregunté tomando un nuevo sorbo de mi café. Si era otro ramo de flores de parte de Carlisle terminaría llevándolas a la oficina de Emily, la mía apestaba a flores.

Seth volteó la cabeza hacia el corredor y lo oí preguntar el nombre… entonces oí esa voz que no había escuchado desde el fin de semana.

_Edward Cullen_

_Que pase…_ dije tensionándome en la silla, en realidad podría haber arreglado mi cabello que estaba amarrado en una torzada sujeto con un lápiz atravesado y sacarme las gafas que usaba para leer, pero no reaccioné para nada más que para esperar.

Seth se fue y en su lugar Edward Cullen me miraba recostado en el marco de la puerta de mi oficina. No podía dejar de suspirar, se veía como un dios griego descuidado y luminoso a la vez. Llevaba un par de jeans negros que parecía que jamás se quitaba, una camiseta negra con una carita sonriente en el frente, solo que la carita era roja cuadrada y fruncía el seño mientras sonreía con picardía. La reconocía como el símbolo de algún video clip de música de Bon Jovi. Pude ver que su brazo solo llevaba un vendaje blanco alrededor de la altura del antebrazo y en su otra mano traía su abrigo negro de franela y el casco negro de su moto.

_Hermosa_ dijo él luego de quedarse mirando interminables segundos. Pestañé aturdida… ¿él también me había estado comiendo con la mirada? Podía sentir un leve alivio que no era la única allí.

_Edward…_ susurré en respuesta, él sonrió entrando a mi oficina y cerrando la puerta detrás de él. Caminó hasta mi escritorio y se detuvo alzando uno de los libros que había sobre él,

_Historia contemporánea del arte_ leyó con el ceño fruncido _interesante_

_¿Cómo está tu brazo?_ pregunté removiéndome en mi silla sin saber mucho qué decir. Él si lograba intimidarme, no sabía con certeza lo que pasaba por su mente ni sus intenciones conmigo, ¿le gustaba realmente como para venir a verme y tratar de flirtear conmigo o lo hacía para desenmascararme? Habíamos pasado momentos íntimos en lo que pudo haberme destruido y mostrarle a su padre lo que yo hacía con él, pero no movió un dedo. Igualmente no podía confiar en él totalmente, no podía confiar en nadie.

_Bien, los puntos arden un poco pero está bien, un poco de dolor no le hace mal a nadie…_ alzó las cejas con una mueca. Sus ojos verdes penetrantes se quedaron en los míos, _estaba cerca de aquí, vine a verte… espero no molestar_

_No, no molestas… me sorprendes, nada más_

Sonrió jugando con un lapicero sobre mi escritorio,

_¿A caso mi padre no se toma la molestia de venir a ver a su novia al trabajo?_

Tomé una respiración profunda y me saqué las gafas para ponerlas a un lado de mi laptop, _Ciertamente no, él… me invita a almorzar algunas veces o me recoge al final del día, nunca aparece así como lo hiciste tú…_ me levanté de mi asiento y me acerqué a él, solo a un metro y separados por la silla frente a mi escritorio, _¿solo viniste a verme? ¿no tienes alguna rubia esperando por ahí para montar en tu moto?_

Él me miró con una sonrisa torcida y una ceja alzada, _Noo… no hay rubia por ahí, de hecho, me estoy inclinando por las morenas_ dijo asintiendo con la cabeza seriamente sin dejar de mirarme _morenas hermosas, de piel pálida y faldas estrechas con tacones altos…_ sus ojos me desnudaban con la mirada y de repente me sentí muy expuesta, me crucé de brazos. Aunque al hacerlo solo hice que mi escote fuera más expuesto gracias a mi blusa escote en v.

_Hem… estoy ocupada así que…_ señalé la puerta y me di vuelta hacia mi asiento, pero antes de que pudiera dar un paso, él tomó mi mano y me jaló hacia él. Mi pecho despidió todo su aliento al chocar contra el suyo, su boca me impidió volver a respirar porque me estaba devorando los labios. Me sentí aturdida por un momento, viendo su rostro de cerca mientras me besaba… tenía el ceño fruncido y su mandíbula se movía con vehemencia contra la mía.

No pude evitar devolverle el beso y alzar mis manos para aferrarme a su cabello. Él tomó mi cintura con ambas manos y me levantó para sentarme en la orilla de mi escritorio. Recorrió mis piernas con las palmas de sus manos hacia mis rodillas y las separó para que él se situara entre ellas. Mi falda subió hasta mi medio muslo.

_Mierda, Bella…_ gimió cuando se separó, su respiración errática, su mirada oscura _sabes tan bien que…_ negó con la cabeza. _no puedo saciarme de ti, pensé en ti anoche… hoy… cada puto minuto estoy pensando en ti y no me siento cómodo con eso_

_¿Por qué?_ pregunté luego de que sus labios me dieron un picotazo.

_Porque es una zona peligrosa nena, ¿nunca te preguntaste porque estas pensando constantemente en una persona?... es incómodo e innecesario, tu mente se confunde y otras partes del cuerpo también… y…-

_Cállate y bésame_ dije tirando de su cabello hacia mí. Sus manos se aferraron a mi cadera y su lengua luchó contra la mía con hambre y ferocidad, como si nunca hubiésemos besado. De hecho, yo misma nunca había besado con tanta pasión, con tanta premura… lo necesitaba, mi cuerpo lo necesitaba, mi corazón…

_Edward…_ gemí tirando la cabeza hacia atrás cuando su lengua recorrió el filo de mi mentón y luego mi cuello. Sentí mi sangre fluir hacia el sur, pronto sentí la necesidad de cerrar las piernas y conseguir un poco de fricción, pero él las tenías sujetas con su cuerpo.  

Sus dedos recorrieron la piel de mi muslo mientras sus labios susurraban cosas en mi cuello, me aferré a la tela de su camiseta y no pude más que gemir lánguidamente cuando sentí la burla de sus dedos corriendo por debajo de mi falda,

_Siénteme... mira como me pones_ dijo con voz gruesa, su mano libre tomó la mía y la llevó hasta el bulto de su entrepierna haciéndome sentir,

 _No podemos aquí, no ahora..._ susurré jadeando al sentir sus labios chupando la piel de mi cuello.

_Entonces prepárate para pasar una tarde conmigo_ dijo mientras su mano había llegado a mi centro caliente y necesitado debajo de mi falda. Él simplemente corrió la tela a un lado y sus dedos comenzaron a jugar en mi clítoris y entre mis pliegues.

_Edwarddd_ gemí entre dientes arqueando la espalda _ughh_ se sentía tan bien, sus dedos, su boca en mi cuello, sus gemidos y gruñidos mientras avanzaba más y más, metiendo un dedo en mi entrada y burlándose de mi necesidad. Separé mas mis piernas y mi falda llegó aún más arriba, él se separó de mí para ver el lugar donde sus dedos jugaban y gimió… yo llevaba puestas un par de medias a medio muslo con el portaligas sujetándola.

_Mierda…_ aceleró el movimiento con los dedos y podía sentirme mojada entre mis muslos, se oía el sonido de su mano en mi humedad. _¿Te gusta?... oh si Bella, te encanta esto ¿no?_

_Me… encanta_ gemí soltando mis manos de su cabello y sosteniéndome de mi escritorio, esto me permitió abrir más mis piernas y dejarle lugar. Oh cielos… se sentía tan bien, él me hacía sentir tan bien.

Gemí cuando pellizcó mi clítoris y gemí de nuevo cuando me penetró fuerte con su dedo medio, haciendo ese movimiento me iba a correr fuerte sobre mi escritorio.

_Edward…_ gemí entre dientes, mi oficina no estaba en los pisos más transitados pero podría andar Seth o Emily afuera y me moriría de la vergüenza si escucharan algo.

_¿Estas a punto de venirte Bella?_ su voz era baja y gruesa, como si estuviera aguantando algo.

Moví mi cadera hacia su mano para enfatizar su punto y comencé a temblar cuando el orgasmo era inminente,

_Oh mierda, mierda…_ gemí cuando comenzó a frotar mi clítoris de manera frenética. _Edward…_  cerré los ojos y me mordí la lengua para no gritar, estaba a punto de venirme en su mano. El calor y la sensación de fuego se agrupó en mi bajo vientre y parecía a punto de estallar… solo… unas… estocadas más.

_Ah…_ gemí abriendo los ojos sorprendida cuando sentí el vacío y el aire frio me golpeó, mi carne palpitante quedó insatisfecha y gruñí en frustración cuando lo vi sonreírme mientras caminaba lejos de mí.

Idiota…

_¿Vamos? Podemos almorzar y luego te traigo ¿has andado en moto alguna vez?_  murmuró alzando su casco hacia mí.

Yo… me quedé mirándolo con la boca abierta, mis piernas también y jadeando como gata en celo… ¿qué mierda se creía?. Traté de respirar con normalidad mientras cerraba mis piernas, me quedé mirándolo con todo el odio del mundo y me bajé de mi escritorio, eso me pasaba por idiota… por haberlo hecho pasar en horas de trabajo, bueno prácticamente era la hora del almuerzo, como fuera… y por haber dejado que me besara. Lo odiaba.

_Vete de mi oficina_ dije entre dientes acomodándome la falda en su lugar, él rió… el hijo de puta rió.

_Sin ti, no…_

Quería patear contra el suelo con mi pie, como niña pequeña, pero me aguanté y di media vuelta para volver a mi asiento.

_Ven!_ él me tomó la cintura con ambos brazos y me tiró hacia su pecho _ven aquí preciosa, vamos… no te enojes, siente como me tienes a mí y lo estoy aguantando_ su entrepierna dura y lista se ajustó entre mis nalgas. _Salgamos de aquí…_

Él era la tentación… ¿y si me llamaba Carlisle? Sabía que no iba poder salir a almorzar conmigo ese día porque tenía una reunión muy importante, pero ¿y si se desocupaba y me buscaba? ¿y si en la biblioteca le decían que yo había salido con un hombre?

No podía arriesgarme tanto, pero no quería decirle no a Edward, quería estar con él… era tanto mi deseo de él que se me hacía insoportable y quemaba.

_¿Luego me traerás?_ pregunté aún con mi voz de enojada.

_Por supuesto preciosa_ la intensidad de su mirada verde me hizo creer en él. Asentí y volteé a mi escritorio a tomar mi bolso con mi celular y mi abrigo.

_Sal primero… por favor_ murmuré mientras me lo colocaba.

Él trató de retener su sonrisa, pero finalmente asintió y salió de la oficina sin decir palabra.

Oprimí un botón de mi intercomunicador,

_Emily, salgo a almorzar, vuelvo luego_

_Claro Bella, buen almuerzo_

Con eso salí de mi oficina. Edward me estaba esperando fuera ya subido a su moto, era la perfecta Harley Davidson negra y plata. Él me ofreció un casco extra y arrancó la moto acelerándola varias veces… por dios, este hombre me quería matar, se veía tan caliente montado allí.

Traté de no actuar tan estúpida y me monté a la moto, mi falda se arremolinó en mis muslos y trabé mis tacos en las clavijas para los pies, me coloqué mi bolso bien aferrado en mi brazo y luego el casco, era incomodo pero seguro… me anclé a su cintura con mis brazos fuertemente y él aceleró una última vez antes de salir disparados por las calles de Manhattan.

_Oh cielos!!_ grité aferrándome a él como lapa. Podía sentir que él era un hombre que amaba la velocidad y la adrenalina, tal vez como dijo Carlisle, él encontraba sus propios caminos para deshacerse de la frustración y tal vez este era uno de ellos.

Era increíble… total y absolutamente increíble. La velocidad me hacía estremecerme, ver pasar los autos como una mancha de color, esquivándolos, era simplemente adrenalina pura. Mis brazos se envolvían en él como boas y casi podía jurar que podía romper sus costillas… paramos unas cuantas veces en los semáforos y ni siquiera en esos leves momentos aflojaba mi agarre.

Comencé a ver menos edificios y más cielo, nos dirigíamos a la zona de la costa, podía ver los ferris llegando al puerto y el puente de Manhattan claro en el cielo del mediodía. ¿Dónde me llevaba?.

Seguimos recorriendo la zona costera hasta que llegamos a una zona más publica, él aminoró la velocidad y se estacionó en la calle frente a un restaurant pequeño frente a la bahía de la ciudad, la vista era increíble y los olores también.

_No es un restaurant de lujo como los que Carlisle te lleva, pero la comida es deliciosa_ dijo sacándose el casco. El lio de cabello cobrizo pareció tomar más la forma de un caos. Se bajó de la moto y dejó el casco en su asiento para sacar mi casco, lo hizo con cuidado y mordiéndose el labio.

_Así está mucho mejor_ dijo ofreciéndome su mano para bajar. Lo hice sin mucha gracia, entre mis tacones, la falda y el ligero mareo por la velocidad. Pero su mano se aferró con fuerza a la mía.

_Gracias_ mascullé mirando el lugar donde me había llevado. Era pequeño y acogedor, había algunas personas, pero parecían más trabajadores del puerto y de la zona. Me gustaba. Nada que ver con lo que Carlisle hubiese elegido a la hora de almorzar, aún recordaba a Daniel y sus huevos de codorniz como aperitivo.

Edward tomó mi mano cuando terminó de acomodar la moto y me jaló adentro del lugar, un viejo hombre nos recibió con amabilidad y nos dio la carta, luego nos llevó a una mesa cerca de las grandes ventanas con vista a la bahía y nos saludó antes de hacer su retorno detrás de la barra de tragos.

_¿Vienes seguido aquí?_ pregunté abriendo la carta.

_A veces, cuando quiero respirar aire salado… y pensar_  sus ojos brillaban por encima del borde de mi menú, sacudí la cabeza imperceptiblemente y continué mirando los platos.

_¿Traes a tus novias aquí?_ no pude evitar hacer esa pregunta. _eres un Cullen, no sé por qué se me hace que no las impresionas llevándolas a restaurants portuarios o paseos en moto a través del trafico… oh, pero eres Edward, haces eso ¿he?_

Él me miró duramente, pero mantuvo su rostro estoico, _No soy mi padre, si eso quieres decir, no las llevo a lujosos restaurants, ni a comer ostras al limón, o huevos de pájaros hervidos vivos … aunque no lo creas, prefiero impresionar con un emparedado en el parque, yo y mi padre somos muy diferentes_

Huevos crudos… mierda…

_No tienes por qué recordarme los huevos de pájaros vivos… hervidos_ hice una mueca y sacudí la cabeza, preferí leer el menú cuando oí su risa…

_Es tan predecible_

Cuando alcé la mirada él negaba con la cabeza mirando su menú y una sonrisa en su rostro perfecto,

_¿A qué te refieres?_

Él alzó la mirada y una ceja al mismo tiempo, _¿A caso no te das una idea de la cantidad de mujeres con las que hizo el mismo recorrido que está haciendo contigo?_ bajó su menú para mirarme con perversidad. _Opera, cenas, galas, almuerzos… ¿sigo contando?... ¿qué sigue ahora para ti?. Oh sí, claro… una gala a beneficio o su cumpleaños seguramente, en el cual no perderá el tiempo mostrando su nueva joyita_

Respiré profundo y negué con la cabeza, yo mejor que nadie sabía lo que Carlisle era, daba y tomaba, no tenía que refregármelo en la cara.

_Lo sé… no te preocupes, se la posición que tomé en la vida de tu padre_

¿Y por qué mierda sigues con él?!_ gritó haciéndome sobresaltar. ¿Qué mierda le pasaba? Él se dio cuenta de su arrebato y miró a su alrededor relajándose en su asiento, respiró profundamente por la nariz y rastrilló su lio cobrizo con sus manos, _Bella, si sabes lo que eres para él ¿Por qué sigues a su lado? ¿es el dinero?_

_No, el dinero nunca me importó…_ dije entre dientes,

_¿Entonces qué es?... ¿lo… amas?_ su voz se volvió baja y casi débil.  Negué con la cabeza,

_Nunca lo amaría_

Frunció el ceño mirándome y recostó su espalda en la silla, abrió su boca varias veces para hablar… pero finalmente negó con la cabeza mirando la mesa.

_No entiendo_ rió sin gracia _¿buscas fama? ¿buen status? ¿un trabajo? ¿una puta recomendación?... no…-

_No entenderías jamás, es algo personal y privado._ dije tajantemente _pero no es ninguna de esas cosas que nombraste, me importa una mierda mi reputación o mi status, todo se fue a la mierda hace mucho_

El silencio se instauró en la mesa, él mirándome como si tratara de descifrar el mapa de un antiguo tesoro y yo tensionada mirando mi menú. Finalmente llegó el mozo y pudimos ordenar. La tensión cortaba el aire con un cuchillo y luego de pedir mis aros de calamar al ajillo y la ensalada,  no pude soportarlo más. Edward pidió salmón a la plancha con papas pai y sabía que tenía algo que decir. Me miró expectante.

_Sé que no me trajiste aquí para discutir de tu padre, es algo que no quiero hacer. Lo que yo haga o deje de hacer con él es nuestro problema y mis motivos son totalmente personales._ respiré profundo _Háblame de ti… ¿qué haces para ganarte la vida? Tienes mi edad y hasta ahora no he oído que trabajes_

Él rió negando con la cabeza… dios, amaba su risa, era… discordante con lo que él mostraba, era alegre y contagiosa.

_Entonces debo asumir que has oído hablar de mí_ alzó una ceja y rió nuevamente _estudié en Londres unos cuatro años, en el instituto de arte Courtauld. Mi meta era profesorado en arte y diseño, lo logré con honores… manejo una pequeña clase en el instituto de arte dramático aquí en la ciudad, enseñando arte y diseño… mi horario es bastante flexible, tal vez por eso no has escuchado que trabaje. Mi padre no está de acuerdo con mi carrera, él hubiese preferido que siguiera sus pasos, en traje y corbata… pero eso definitivamente no es lo mío. Él diría que soy un vago de 26 años y sin futuro, pero créeme… tengo futuro_

Estaba segura que tenía mi boca abierta admirada, él era un artista.

_Así que… ¿pintas?_ murmuré con mi mejor voz.

_Cuando pega la inspiración sí, pinto… dibujo, hago grabados, lo que sea._

En ese momento llegó  el mozo con nuestra comida, los aros de calamar se veían exquisitos, Edward no perdió tiempo en comenzar a comer, hice lo mismo. Mi tiempo de almuerzo era de dos horas, pero no quería perder tiempo allí, en ese restaurant, estaba con Edward… simplemente no quería perder tiempo.

La cena transcurrió entre preguntas furtivas y respuestas sinceras, de alguna manera Edward me hacía sentir en confianza. Reí cuando me contó ciertas ideas que tenía de su vida y estuve de acuerdo con algunas, él era muy liberal y anti anarquista, su vida era su vida y no estaba demarcada por la cantidad de dinero que tenía en el banco ni que auto tenía, disfrutaba del dinero… sí, pero no despilfarraba su vida en ello. Su moto y su Aston Martin era lo más valioso que tenía, su moto se la compró él con su propio dinero y su auto fue un regalo de su padre, el Volvo era una adquisición familiar, sus abuelos le habían dejado un buen fondo fiduciario y se daba los gustos con eso.

Como yo había pensado, tenía un departamento donde vivía solo o con alguna conquista ocasional de una noche, no vestía rompa de marca, solo unos cuantos trajes o camisas que usaba en ciertas ocasiones como cuando me sedujo en el club, según él, tenía que llevar armamento pesado… si supiera, Edward Cullen seducía así estuviera vestido con una bolsa de arpillera.

Se llevaba bien con su melliza, aunque a veces le sabía insoportable, ella era distinta a él en ciertos aspectos, era egocéntrica y soberbia. Aunque la mayoría del tiempo se sentían bien el uno con el otro porque se complementaban, ella tenía lo que él no y viceversa.

En ningún momento tocó el tema de su infancia, no era que no le había preguntado, simplemente el tema no salió a la luz, supongo que era algo privado para él. Igualmente por lo que Carlisle me había contado era algo delicado lo que le había sucedido, no era tema de charla para un almuerzo al mediodía.

Mi teléfono sonó en un momento, lo rebusqué en mi bolso ante la mirada paciente de él, al parecer sabía quién era…

_Carlisle_ dije luego de recibir la llamada, traté de evitar la mirada penetrante de Edward que oía atento.

_Bella amor, ¿ya almorzaste?_

_Estoy en eso, con unas amigas… ¿tu almorzaste?_ pregunté alzando la mirada, Edward veía el puerto a lo lejos. Podía ver su mandíbula apretada, una  de sus manos rastrilló su cabello.

_No, por eso te llamaba, así te pasaba a buscar… pero si ya estas almorzando no hace falta desviarse_  dio algunas órdenes, seguramente a su chofer. ¿Estaba de camino a la biblioteca?

_Estoy lejos de la oficina_ dije rápidamente _en realidad, no sé en qué zona estamos, ¿me llamaras luego? Alice quiere ir de compras hoy, su madre viene de visitas la semana entrante, esta excitada… no creo que podamos vernos_ tenía que salir de esa conversación en ese instante, Edward miraba aburrido el área portuaria y luego su reloj.

_Te llamaré amor, tal vez más tarde pase por tu departamento y tomemos una copa, quiero verte_

_Yo también_ dije cerrando los ojos, era el eufemismo del año, pero tenía que hacerlo.

_Bien, te amo… nos vemos luego cariño_

_Un beso_ dije antes de colgar.

Guardé el teléfono en mi bolso y gemí internamente al ver la mirada de Edward, parecía enojado y frustrado a la vez.

_¿Terminaste?_ preguntó llamando al mozo _ quiero llevarte a un lugar_ se paró y no pude más que seguirlo. Pagó con su tarjeta de crédito, espero a firmar el tiket y tomó mi mano una vez más para llevarme a la moto. Esta vez me senté primero y él me colocó el casco delicadamente, no pude dejar de admirar su cara de concentración al amarrar las correas debajo de mi mentón.

_¿A dónde iremos?_ pregunté cuando terminó, él sonrió de lado y sus ojos brillaron, parecía que su humor había cambiado.

_Ya verás…_

Se subió a la moto y se colocó el casco, me aferré a él y su cintura y arrancó la moto para salir a toda velocidad por las calles del puerto.

Nuevamente parecíamos estar cruzando la isla hacia el centro, los edificios salieron a la vista y las calles plagadas del tráfico habitual pasaban delante de mis ojos. Como siempre Edward condujo impecablemente, no derrapó en ningún momento y mantuvo la velocidad constante, acelerando solo en tramos donde el tráfico era menor.

Llegamos a un barrio de edificios de departamentos, no era un barrio rico o de alto nivel, pero tampoco uno pobre, los edificios eran modernos y muy bien cuidados, había jardines en algunas azoteas y frente a ellos varios espacios verdes, parques y hasta pequeños lagos y lagunas. Edward bajó por uno de los edificios hacia la cochera, en el bajo nivel el aire era fresco y el ambiente oscuro y silencioso, solo unas luces aquí y allá iluminaba tenuemente los demás autos que allí había.

Varios de ellos superaban el valor de los que yo ganaría en dos años, al parecer el edificio engañaba a la vista, parecía clásico pero también vanguardista, no parecía vivir gente de alto nivel allí, sin embargo allí estaba Edward dejando al cuidado de un cochero su moto Harley Davidson.

_No tienes tu Aston Martin aquí_ noté cuando le entregué el casco a Edward y me ayudó a bajar de la moto, él rió suavemente,

_Ese pequeño tesoro es para un garaje privado, no lo traigo conmigo, el garaje de la casa de mi padre es más amplio y seguro_ me tomó de la mano y me llevó hasta el área de los ascensores, saludó al hombre de seguridad que estaba tras la ventana de la garita de seguridad y al otro que rondaba por las escaleras y nos metimos al ascensor.

_Me gusta esta parte de la ciudad_ murmuré notando su mirada sobre mí, _parece segura, tranquila y limpia_

_Lo es…_ dijo jalándome hacia él, rodeó mi cuerpo con sus brazos y los míos los llevé a su pecho por debajo de su chaqueta negra, recostó su frente contra la mía _me gusta que te guste_

_Pensé que vivías con tu padre_ dije perdida ante sus labios,

_No… hace mucho tiempo que dejé de vivir en su casa_ besó mis labios suavemente de manera casta _paso las noches allí solo cuando es absolutamente necesario_

¿Absolutamente necesario?

¿Había sido de esa manera la noche en que se cortó el brazo?, ¿había llegado a casa de Carlisle solo porque fue absolutamente necesario?

_No puedo quedarme mucho tiempo, tengo que volver a la biblioteca_ dije antes de ser besada nuevamente, sus labios eran embriagadores, dulces y salados a la vez, me estaba haciendo adicta a ellos.

_Shh… solo quiero mostrarte algo_

El ascensor se abrió y él me llevó a la única puerta que había en ese piso, la abrió introduciendo un código de seguridad en un pequeño tablero y entramos.

Y prácticamente me quedé petrificada en la entrada.

No había manera de explicar lo que tenía ante mis ojos, era un lugar increíble. Lo primero que hice al entrar fue levantar la mirada hacia el techo, que estaba a más de cinco metros de altura sobre mí. Era de concreto con luces empotradas pero tenía un amplio cuadro en el centro, como una claraboya gigante, por la que entraba luz natural.

A demás entraba luz por las enormes ventanas de los laterales del lugar, eran como enormes paredes de cristal. Bajé la mirada para ver que el lugar era un cuadrado perfecto sin paredes, un mono ambiente gigante con estilo minimalista, subdividido en la cocina, solo con una isla central como la de la casa de Carlisle, frente a ella el comedor y la sala y una puerta escondida detrás de la sala de estar, seguramente el baño. ¿Y la habitación de Edward?, me regañé a mi misma por pensar en ello… pero, ¿dónde estaba?.

Había una escalera en uno de los laterales, conducía a un piso escondido a mitad de la distancia entre el techo y el piso, estaba descubierto, sin paredes, solo demarcado por unas barandas de hierro. ¿Esa era su habitación?

_Waau_ mascullé comenzando a caminar, me di cuenta de que su mano me jalaba. Algo que había notado pero que en la bruma lo olvidé, fue el aspecto de su sala de estar. Era literalmente un estudio de arte. Había un par de caballetes  rodeado por mesas con distintas pinturas y herramientas de arte, frascos con pinceles en su interior, pomos de acrílicos y oleos, mas frascos con lápices y carbones, paletas de colores y lienzos sin usar y una gran cantidad de cuadros y marcos apoyados en las paredes, como los que había visto en la habitación en casa de Carlisle. _Así que aquí te escondes… ¿es tu guarida secreta?_

_Mmm… si, algo así_ dijo rodeando mi cintura con sus brazos _donde te pienso traer cada vez que te convenzas de que lo que estás haciendo con él es un error_

_Edward_ advertí recostando mi frente en su pecho, lo sentí respirar profundo y noté un beso en el tope de mi cabeza,

_Ven… quiero que veas algo_ me tiró de la mano con él hacia su improvisado estudio y rebuscó entre los marcos que estaban apoyados contra la pared, encontró uno que mantenía cubierto con una tela blanca protectora y lo colocó  sobre un caballete. Sacó la tela blanca de encima y me quedé mirando lo que allí había hecho.

No podía respirar…

Reconocí ese perfil, ese vestido… ese escote en la espalda, reconocí ese cabello cayendo en ondas a un lado de su rostro por encima del hombro, me reconocí… era yo.

Oh cielos… era yo.

Era un boceto, sin lugar a dudas, había leído suficiente de historia del arte como para reconocerlo, estaba hecho en blanco y negro, con acrílico o tal vez a carbón. No estaba segura porque no tenía la coherencia como para ir y fijarme bien, simplemente me quedé allí viendo lo que ese hombre había hecho de mí.

Y era increíble.

Su talento, era increíble, la manera en cómo retrató mi perfil mirando hacia un lado y mi espalda al descubierto por ese escote… dios, era simplemente increíble. El dibujo no alcanzaba el metro, tal vez los 80 cm y solo abarcaba desde el tope de mi cabeza hasta mi baja espalda. Cada trazo había sido hecho con precisión, cada mancha, cada centímetro de mi piel y mi vestido con exactitud, cada sombra y cada destello de luz…

_Edward_ susurré tratando de salir de mi abrumadora incoherencia. _Esto es…_

_Es lo que quedó en mi mente luego de esa noche._ dijo posicionándose detrás de mí, rodeando mi cintura con ambos brazos, su mentón en mi hombro… era una posición tan intima que me aterraba y me gustaba al mismo timepo.

_Dios… no tengo palabras, esto es… wau_ aún mi voz temblaba.

Él me había dibujado, había sido su musa por esa noche.

_Tengo más_

Oh cielos…

_Pero no te las mostraré porque están inacabadas, esta… está perfecta, no quiero ponerle color, porque esta pieza es bella solo de por sí, solo porque estás tú en ella._ besó castamente mi mejilla _quería regalártela, quiero que la tengas tú, tengo muchas que me recuerdan esa noche, pero quiero que tengas esta para que veas lo jodidamente sexy que te veías para mí esa noche_

_Edward…_ dios, no podía dejar de gemir su nombre. _Esto es increíble, tienes un gran talento_ él no dijo nada. Besó mi cuello y respiró sobre mi piel, _nadie nunca hizo algo así conmigo…_ reí _ni siquiera Jake y él modela madera_

_¿Quién es Jake?_ su lengua se arremolinaba en el lóbulo de mi oreja y cerré los ojos tirando mi cabeza hacia atrás.

_Un amigo que tengo en Forks, es como mi hermano_ dije removiendo mi culo sobre su erección _está casado con mi mejor amiga Leah_

_Mhmm_ gimió besando con fuerza mi cuello, sus manos dejaron mi cintura y tazaron mis pechos, tanteando, jugando con ellos, pellizcando mis pezones que se notaban a través de la tela de seda de mi blusa.

_Edward_ gemí con deseo y lujuria. Él llevó una mano hacia mi pierna, hasta alcanzar la orilla de mi falda y la subió hasta mi cadera, encontró el camino a través de mis bragas hasta mi centro y metió sus dedos entre mis pliegues. _Edward!... Ahh_

_¿Vamos a terminar lo que empezamos nena?_ su voz podía derretir los casquetes polares, a mí me tenía hecha una masa en sus manos. Sin soltarme comenzamos a caminar hacia el sofá de su sala, sus dedos entrando y saliendo de mi interior y su boca devorando mi cuello y el lóbulo de mi oreja.

Cuando llegamos al sofá me inclinó sobre el asiento con una mano en mi  espalda, me sostuve del respaldo y él abrió mis piernas con las suyas, bajó mis bragas hasta mis muslos y por debajo de mis piernas abiertas vi que hizo a un lado los cuadernos y los lápices que tenía en la mesa de café y se sentó en ella.

_Me quedé con ganas del postre_ dijo antes de abrir mis pliegues con sus dedos y penetrar mi entrada con su lengua.

_Ahh!_ gemí de la sorpresa y el placer. Me sostuve fuerte del respaldo y él me sostuvo fuerte de mis caderas, su rostro estaba enterrado en mí lamiendo, chupando y tomando cada gota de mi placer. Era increíble cómo él me hacía sentir. _Oh cielos… así Edward, así…_

_Mmmm_ gimió lamiendo con su lengua desde mi clítoris hasta mi entrada, jugaba allí un rato con la punta de su lengua y volvía hacer lo mismo. Tomaba entre sus labios mi clítoris y lo chupaba haciéndome estremecer y gritar al mismo tiempo y luego lo soltaba para jugar con mi entrada y entre mis labios. _Eres deliciosa_

Oh mierda…

Me iba a venir, fuerte y duro… lo sabía, tenía esa certeza.

Entonces él se alejó y oí cómo se deshacía del cierre de sus pantalones y rasgaba algo, cuando miré entre mis piernas vi cómo se colocaba un condón, su erección estaba dura y erguida… dios, lo necesitaba. Me retorcí de necesidad gimiendo y él me tomó de mi cadera llevándome hacia él.

_Móntame_ demandó colocando la punta de su pene en mi entrada, me sostuve de sus rodillas con ambas manos y abrí bien mis piernas para recibirlo. Bajé sobre él rodando los ojos en blanco y gimiendo junto con él.

Sus manos me sostuvieron fuerte de mi cintura ayudándome a moverme sobre él, lo podía sentir profundo, con cada envestida sobre mí, con cada penetración él me colmaba.

_Edward!... Ahh!_ gemí dejando caer mi cabeza sobre su hombro,

_Así Bella, móntame fuerte… duro, así, dios eres adictiva, eres increíble_

Él tazó mis pechos jugando con ellos y yo hacía el trabajo sobre él, sentía que me iba a venir duro, la presión había sido demasiado durante todo el día. Mi orgasmo sería masivo.

_Me voy… me voy a venir Edward!_ gemí con desesperación, sentía el calor en mi bajo vientre, el nudo de fuego en mi interior queriendo salir, mi liberación a punto de estallar.  Mis pechos saltaban al rebotar sobre él. Él empujaba su cadera hacia arriba para encontrarse con la mía y gemimos con cada encuentro.

_Vente para mí nena, quiero sentirte en mi pene Bella!_ me sacudió fuerte hacia abajo con sus manos en mi cadera y el placer se disparó sobre mí, al mismo tiempo él se quedó quieto con todo su cuerpo tensionado bajo el mío y un gruñido resonando en su garganta, yo gritaba de satisfacción. Ola tras ola de placer me envolvían y me hacían convulsionar suavemente sobre él.

_Oh dios…_ gemí bajando de mi orgasmo, él me sostuvo mientras mi cuerpo temblaba y se estremecía. Tenía muchas ganas de colapsar en el sofá y no levantarme por un buen rato.

_Ven_ él me tomó en sus brazos y me llevó hasta el sofá adivinando mis pensamientos, me recosté allí cerrando los ojos, con él a mi lado y traté de normalizar mi respiración, mi cuerpo aún temblaba.

Sentí su suave caricia en mi frente y luego en mi cuello, apartando mi cabello de mi piel, luego un suave beso en mis labios.

_Nunca me podré saciar de ti_ susurró acariciando mi vientre desnudo, _ya… me es imposible mantenerme lejos de ti, no puedo y no quiero_

Sonreí perezosamente y abrí los ojos, él estaba a mi lado, aún vestido y mirándome con su cabeza apoyada en su mano. Sus ojos brillantes y verdes como el césped en primavera, me penetraban y parecían leer todo de mí. Dios… tenía tantas ganas de decirle esas dos palabras que me había negado en pensar, pero me mordí la lengua, él no podía ni siquiera sospechar mis sentimientos, sería un fracaso total.

Te amo…  Dije en mi mente…

_No te alejes si eso es lo que no quieres, yo… no puedo decirte que no_ susurré besando sus labios, él me correspondió con suavidad y lentitud. Cuando nos separamos sabíamos que estábamos compartiendo un nuevo nivel de intimidad.

_¿A sí que eres de Forks? ¿Dónde queda eso?_ frunció el ceño pensativo. ¿Había cometido el error de decirle de donde era? Él empañaba mi mente, no sabía lo que hacía o decía cuando estaba con él.

Mierda.

_Es un pequeño pueblo en Washington_ dije mientras él me abrazaba y me llevaba más a su cuerpo, terminé con sus brazos a mi alrededor y mi cabeza en su pecho, su corazón retumbaba fuerte y rápido. _En realidad soy de Seattle, pero tengo amigos en Forks_ tuve que arreglar mi versión por si algún día Carlisle y Edward se ponían a hablar de mi procedencia, algo muy improbable,

_Jake y Leah son tus amigos, ¿tienes algún novio allí?_ preguntó en tono juguetón.

_No!_ golpeé su pecho con una palmadita. _Jake, Leah y los padres de estos, Billy y Sue_

_¿Y tus padres? ¿no tienes hermanos?_

Dios…

Tragué el nudo en mi garganta.

_Mi padre y madre murieron cuando yo tenía quince años_ dije a media verdad _tuve un hermano, igual murió, él tenía un año cuando sucedió_ hablé a duras penas. Era una información que había evitado darle a Carlisle, solo porque estaba intrincadamente ligado con él.

_Mierda… lo siento Bella_ su voz parecía sentirlo, su mano acarició mis cabellos suavemente, ¿por qué estaba confiando todo esto a él? Era un riesgo, pero él me transmitía toda esa confianza.

_Perdiste mucho y aún estas aquí, brillando y caminando_ dijo a modo de reflexión. Asentí acariciando su pecho sobre la tela de su camiseta, _yo perdí a mi madre y me sentí devastado, tú perdiste tu madre y padre y a tu… pequeño hermano._

Si supiera, él y mi hermano tenían más en común de lo que jamás imaginaría.

_Tengo que volver al trabajo_ susurré temiendo romper el momento, alcé mi mano y acaricié su mejilla, él era tan hermoso… tan diferente a su padre, tan increíble. Podía ver ese verde que amaba y odiaba tanto, porque fue el mismo verde con los que viví un año entero en mi adolescencia.

Lo amaba, por dios… lo amaba con cada célula de mi ser, pero no podía mostrarle, tenía que olvidarme de ese amor. Yo era el cazador cazado…

Él asintió y me abrazó empujando mi espalda hacia el sofá, su rostro a centímetros del mío.

_Eres mía, ¿lo entiendes Bella?... mía_ dijo con reverencia recostando su frente contra mi frente, oh Edward… y su parte posesiva.

Asentí sonriendo y acariciando su mejilla, _De nadie más_

Sabía a lo que se refería, sabía que no quería ni imaginarme en la cama de su padre, era mi deber como su novia satisfacerlo y darle placer, pero no quería hacerlo tampoco. Edward me mantenía satisfecha y solo deseaba responder a él. No sabía cuál sería mi próxima excusa para Carlisle, pero aquí en los brazos de su hijo solo quería pensar en mi cuerpo fundido con el suyo.

_Te llevo_ susurró lánguidamente, podía pasarme la tarde entera aquí, era tan apacible este lugar, lleno de tanta paz. Pero asentí, tenía que volver a trabajar y continuar mostrando mi fachada a Carlisle. _Te llevaré tu retrato otro día, ¿puedo?_

_Me encantaría_ dije sabiendo que pedía permiso para pasar por mi departamento. Él se levantó del sofá luego de besar mis labios suavemente y me ayudó a levantarme, me dio unos paños de papel de cocina para limpiarme y él desechó el condón en el baño.

Me estaba acomodando la falda cuando sus manos tazaron mi rostro y lo alzó a él, me besó una vez más… suave y haciéndome sentir su lengua posesiva deslizándose por mi boca y luego fuerte, con premura y pasión.

_Dios… no puedo dejar de besarte, a veces me pregunto… ¿Qué mierda hiciste de mí Bella?_

_Lo mismo me pregunto_ dije alzándome de puntillas para besarlo a él.

_No sé cómo mierda haré para evitar tomarte o besarte mientras estés con él, no puedo prometer mantenerme tranquilo viéndote con él Bella._  su promesa tácita me hacía estremecer. Era su lado posesivo y era el lado que mas me gustaba.

_Hazte el ciego como cuando yo te veo con alguna rubia_ dije sonriendo, él rió y negó con la cabeza.

_Nadie como tú nena, ¿ya dije que últimamente prefiero las morenas?_

Asentí soltándolo para tomar mi bolso y mi abrigo, él asintió y tomó el suyo. Me llevó de la mano hasta la entrada y me besó antes de salir.

El viaje en moto hacia el centro fue más distendido de lo que había sido la venida, abracé a Edward por detrás recostando mi cabeza entre sus omoplatos, podría ser incomodo para ambos, con el casco puesto, pero así me sentía mucho más cerca de él. En cada parada de semáforo él tomaba una de mis manos de su cintura y besaba mis nudillos entrelazando mis dedos con los suyos.

Cuando llegamos a la biblioteca no quería bajarme, él lo hizo primero y me ayudó con el casco, tomó mi mano ayudándome a bajar de la moto y con un último beso lánguido y sin urgencias nos despedimos, allí, en las escaleras de la Biblioteca nacional de Nueva york.

Entre risas subí casi corriendo las escaleras sin percatarme del Mercedes negro que estaba estacionado a unos autos de nosotros y sin tener una idea de a quién me encontraría en mi oficina.

Solo recorrí mi camino allí sin dejar de sonreír… mi amor por Edward Cullen se fortalecía con cada día, él me hacía sentir viva!... solo esperaba no terminar con el corazón roto, aunque eso era inevitable, alguien iba a salir con el corazón roto… y solo quería que fuera una sola persona. 

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Harley Davidson de Edward

Capitulazo!!!!! aahhh... Edward artista, siempre tuve ganas de uno de estos, lo amo. Espero comentario y un perdón por haber tardado en actualizar, las amo... besotes!!!!!!!!!!