En el nombre del padre, Capitulo 9: Resignación

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Resignación 

No podía, no tenía la suficiente coherencia para decidir si lo que estaba haciendo estaba bien o mal en la regla de la moralidad en mi vida. Lo único que estaba claro en ese momento fue el hecho de que lo deseaba… no quería que se detuviera.

Su boca, hambrienta jadeando en la mía mientras me besaba con tenacidad, sus manos… empujándome contra la pared del baño tazando mis pechos, sintiendo con sus pulgares, la dureza de mis pezones, que instantáneamente reaccionaban a él con solo su mirada. Su lengua… oh cielos, su lengua… que bailaba conmigo en ese baile prohibido reclamando mi boca por completo, tan diferente a como lo hacía su… padre.

Jadeé en su boca y tentativamente llevé mis manos resistentes desde su cabello en la nuca hasta su pecho fuerte y tenso, empujando sin grandes resultados.

_No… Edward_

_No, no… no tú Bella_ gimió moviendo sus dedos sobre mi pecho y haciendo a un lado los triángulos de la tela del bikini que cubrían mis pechos, mis pezones duros como diamantes hipnotizaron su mirada y un gruñido escapó del fondo de su pecho y antes de que pudiera decir algo coherente, lanzó su boca hacia ellos, engulléndolos en su boca. Uno a uno… mordisqueando, chupando y mamando con fuerza casi dolorosa.

_Agg… Edward, oh cielos_ ¿Dónde mierda había quedado mi firmeza? ¿Dónde diablos había volado mi voluntad? Este hombre se lo había llevado todo, absolutamente todo y me había convertido en un amasijo necesitado en sus manos.

_Vamos Bella… dios que sabes bien… extrañé este sabor_ su voz gruesa vibró sobre la piel sensible de mis pezones mientras seguía jugando con ellos quejándose como si se tratara de un manjar.

Sus manos no se quedaron conformes, viajaron a través de mi piel hasta la orilla de mis jeans cuyos botones estaba desprendido desde que había salido de la piscina. Verlo desde mi punto de vista era… increíblemente abrumador, él me degustaba como si no fuera a tener otra oportunidad de hacerlo, de hecho esta… podía ser nuestra única oportunidad.

Borré esos pensamientos molestos de mi mente y me concentré en él, no era difícil no hacerlo, él… me absorbía. Vi como su lengua se arremolinaba en mis pezones dejando su rastro mojado sobre mi piel y la carne estremecida. Él estaba con su mitad superior desnuda, no se había colocado la remera y su tatuaje estaba allí, en su omóplato derecho como luces de faroles brillantes, llamándome en la oscuridad.

No pude evitarlo.

Llevé mis manos desde sus hombros hasta ese lugar marcado en tinta china. Ese dragón en tinte negro erguido y feroz que cubría la mitad derecha de su espalda, lo delineé con las yemas de mis dedos mientras veía cómo él bajaba por mi cuerpo hasta quedar arrodillado en el suelo, con su lengua arremolinándose en mi ombligo. Mis manos se aferraron a su cabello haciéndome arquear mi espalda, quería más… mucho más y a la vez no quería nada.

_Edward…_ gemí cuando sentí sus manos arrancando mis pantalones cortos de mi cadera hasta dejarlos en un charco en el suelo junto con mis bragas.

Estaba mojada, no solo por el agua de la piscina… y él lo supo cuando alzó mi pierna sosteniéndola en el pliegue trasero de mi rodilla, estaba abierta ante él… mi rodilla tocando la pared a la altura de mi cadera.

_Oh Bella_ gimió el en voz baja apoyando su frente en mi bajo vientre, sentí la punta de su nariz en mi clítoris, salté a penas por el contacto y arqueé la espalda. _Si supieras lo bien que hueles…_

Oh cielos…

_Aahhh_ cerré los ojos fuertes castigándome mentalmente por el placer que sentía que a él le gustara mi olor, es decir… sonreí al sentirme superior que esa rubia mal teñida que lo esperaba afuera. Él estaba aquí, conmigo… deleitándose por mi olor, mientras ella tomaba sol.

_Oh mierda!_ gemí cuando sentí su lengua de pronto colándose entre mis labios vaginales. Mis dedos se aferraron como garras de su cabello y él separó más mi pierna que me sostenía al suelo, tuve que sostenerme de la percha de las toallas. Solo esperara que fuera resistente.

_Así es bebé, separa tus piernas para mí, quiero sentirte entera_

Mierda… este hombre podía hablar….

Gemí incoherentemente mientras sentía su lengua ir y venir entre mis pliegues, sus dientes pellizcando suavemente mi clítoris y sus gemidos en mi entrada, haciendo vibrar mi carne adolorida.

_Edward…_ lloré moviendo mi cadera sobre su boca, él me miró por debajo de sus pestañas, su ojos derramando sensualidad, verdes como la esmeralda… gemí cerrando los ojos nuevamente y arqueando mi espalda _no puedes… oh cielos… hacerme esto… no puedes tener tanto poder sobre mi_

Entonces él me soltó y dejó mis pies en el suelo para pararse frente a mí y tomar mi rostro entre sus manos, su barbilla brillaba con mi excitación, _¿Quieres seguir? Dime que si…_ me besó hundiendo su lengua en mi boca, mi gusto…mmm… en su boca, sabía muy bueno.

_Si…_ susurré reteniendo su labio inferior entre mis dientes, mis manos tenían voluntad propia y fueron hasta el cierre de sus jeans bajando por su pene endurecido por debajo de la tela, oh cielos… lo quería dentro tan mal _ fóllame!_

Entonces él tomó mi cintura y dio un paso hacia atrás, alejándome de la pared, me alzó cerca de su cuerpo sin dejar de mirar mis labios, que estaban a milímetros de los suyos y colocó mi culo en el mármol frio del lavatorio del baño.

_Ahh_ gemí por la sensación, mi cuerpo ardía en contraste. Él se apresuró a abrirme las piernas haciéndome caer en mis codos sobre el mármol, mi nuca recostada en el espejo. Jadeé fuerte cuando bajó su cabeza para lamer mis pliegues una vez más, como si fuera una paleta de helado, mientras sus manos se apresuraban a bajar el cierre de sus pantalones y dejarlos caer al suelo junto con su bóxer.

Oh cielos…

Su pene saltó entre mis piernas, largo, grueso y mojado en la punta, la vena se marcaba desde la cabeza hasta la base…

_Oh mierda…_ gemí cerrando mi mano alrededor, comencé a moverla de arriba abajo, pero él gruñó cerrando fuerte los ojos.

_No Bella, quiero sentirte a ti… quiero sentir que ese coño tuyo me apriete y me ordeñe hasta llenarte…_

Creo que me vine un poco…

Solté su pene y gemí, lo necesitaba tanto… él rebuscó entre los cajones del tocador hasta que encontró un pequeño paquete de aluminio. Lo rompió con los dientes y se lo colocó rápidamente,

_Un día Isabella_ dijo mirándome a los ojos mientras rodaba el condón hasta la base _un día serás mía completamente… sin barreras…_

Supongo que no confiaba en mí para eso… bueno, pues quién no confía en alguien no es digno de confianza tampoco. Según su padre él era un mujeriego empedernido… tal vez no se tenía confianza en sí mismo.

_Y sí… estoy limpio si eso es lo que te estas preguntando_ dijo acomodando  la cabeza de su pene entre mis pliegues _pero no quiero tener un hijo que mi padre piense que será mi hermanito_

¿Qué?!... ¿Cómo podía decir eso? Con lo que significaba para mí…

Grité luchando entre la rabia y la dura y profunda penetración que me había dado. Su pene estaba recubierto por mis paredes vaginales… mis piernas bien abiertas y él con su cabeza gacha sobre mi pecho.

Entonces su cadera comenzó a chocar contra la mía… duro, fuerte y sin pausas, sus ojos verdes brillantes y opacados por la lujuria me miraban fijamente,

_Esto es lo que deseábamos los dos… ¿Por qué… Bella? Si me deseas como yo lo hago… ¿Por qué no lo dejamos ser?_

Cerré los ojos fuertemente sintiendo sus envestidas sobre mi centro palpitante, tan duro… tan fuerte.

_Lo… sabes_ dije sosteniéndome de la orilla del mármol del tocador. _huff…_

_Eso no significa nada… ni para ti ni para mí…_ me penetró más fuerte, lo podía sentir tan bien.

-Ahh! hug...solo... hhhm- no tenía nada coherente para decir mientras él estuviera haciendo lo que hacía, lo único que podía hacer para poder mantenerme lúcida y no creer que era un sueño... o una pesadilla, era mirarlo.

 _¿Me detengo Bella?_ preguntó entre jadeos, negué con la cabeza. Entonces tomó mi cabello por la nuca y me llevó hacia él _nunca me ignores, me mata que lo hagas_  dijo sobre mis labios, envistió más fuerte. _¿no ves? nuestros cuerpos… se funden perfectamente. ¿Siente lo que haces?, yo puedo sentir lo que te hago…_ él me soltó para alzar mis piernas y ponerlas en sus hombros. Sus dedos masajearon mi clítoris y chillé… su mano libre tapó mi boca evitando que mis gemidos sean aún más audibles.

_¿Te gusta?... he? ¿Te gusta que te folle así? ¿o quieres más duro?... eres una chica sucia Bella_ gruñó empujando con sus caderas cada vez más duro, su pulgar haciendo presión en mi clítoris y aun sosteniendo mi boca tapada para aminorar mis gritos _Vamos bebé… nunca te sentirás así con otro… vente para mí! Moja todo mi pene!_

Gemí en su mano arqueando mi espalda y alzando mi cadera hasta que sentí un suave pellizco de mi clítoris entre sus dedos y sentí que estallaba. Duro… el placer se desbordaba de mi cuerpo con cada convulsión, perdí el sentido del tiempo y el espacio… perdí todo rastro de cordura.

_AAggg Bella… Bella… mierda_ gimió con una última penetración, sentí las pulsaciones de su pene entre mis paredes contrayéndose. Ordeñándolo, como él quería.

Soltó mis piernas que cayeron a sus costados, sus manos aferrándose de mis caderas y su frente sudorosa entre mi pecho, jadeantes los dos… perdidos por el placer absoluto.

_¿Ves?... jodidamente increíble… _ murmuró cansado, su aliento caliente sobre mi piel _un puto choque de neutrones_

Mis dedos se quedaron en su nuca, acariciando suavemente su cabello entre mis dedos, haciendo correr mis uñas en su cuero cabelludo, él emitió una entremezcla de gemido y gruñido.

Luego de uno segundos él levantó su cabeza lentamente y me miró fijamente, sus ojos me derretían y me intimidaban, quise apartar la mirada pero decidí sostenerla, no ser débil por una puta vez este día.

_Espero que te convenzas qué Cullen es el que tu cuerpo quiere._

Pero… ¿y mi corazón?... peligraba, estaba al borde de caer por cualquiera de los dos Cullen.

Él acercó su boca a la mía besando lánguida y suavemente, su lengua recorriendo mis labios, tomó mi cintura con ambos brazos y se paró llevándome con él, quedé sentada con él aún dentro mío. Recostó su frente contra la mía sin abrir los ojos,

_No tienes una puta idea de quién tiene el control de quién aquí…_ murmuró antes de separarse y salir de mí. Desechó el condón en el inodoro tirando la cadena, no se preocupó por guardar su pene semierecto y me resistí a gemir mientras mis ojos estaban en él. Su espalda ancha y fibrosa… y ese dragón.

Entonces, cuando terminé de acomodar mi bikini en mi pecho salté al suelo y recogí mi ropa esparcida, me detuve en seco cuando oí mi nombre en el corredor, una voz de hombre… me erguí y alce la mirada para conectarla con la de Edward, que era indescifrable. Él mantenía su mano derecha en el pomo de la puerta…

_Vístete…_ demandó alejándose de la puerta y apoyándose en el lavatorio con los brazos cruzados en el pecho y sus piernas cruzadas a la altura de los tobillos.

Oh cielos… ¿qué iba a hacer?

Alguien tocó a la puerta y me apresuré a colocarme la tanga de la bikini y el pantalón corto.

_Bella! Estas ahí amor? Vamos a servir el almuerzo…_

Edward rió sin gracia silenciosamente y rodó los ojos,

_No está aquí papá, solo yo_ dijo en voz alta, _creo que está en los baños de arriba_

_Oh… hijo, ¿vienes a almorzar o sales con tu novia?_

Edward bufó, yo bajé la mirada… ¿novia?

_No es mi novia papá, no tengo eso tan “dulce” _ enfatizó la palabra mirándome _que tú tienes con Bella_

Carlisle rió… _bien, algún día lo tendrás y no querrás soltarlo, ahora es mejor que vallas con esa chica que trajiste, se la ve aburrida_

_Bien… pero no puedo terminar aquí si me sigues hablando_ dijo con cierto sentido del humor. Carlisle rió y sentí los pasos por el corredor, alejándose. Edward me miró con sus ojos entrecerrados, como si estuviera analizándome y yo evité su mirada. Caminé hasta la puerta y él me tomó del brazo antes de abrirla,

_Cómo me gustaría sentir eso Bella, pero por ahora… solo me conformo con sentir el intenso placer que tengo queda vez que te follo_

Cerré los ojos y volteé para tomar sus mejillas entre mis manos y besarlo, besarlo como si no hubiera un fin. Hundiendo su lengua entre sus labios, acariciando la suya…  ¿El chico Cullen quería más? ¿Conmigo?...

Me separé de él luego de un intenso beso y lo miré a los ojos a solo centímetros de distancia, parecía descolocado,

_Pues de mi parte confórmate con solo esto_ di media vuelta y salí por la puerta. Caminé con mis sandalias en las manos y con la necesidad de dar unas brazadas en la piscina, sentía el olor a sexo en mí.

Cuando llegué al jardín vi que estaban todos en el fondo, Alice y Jassper junto con Emmett y rose, que me miraba de una manera que me hacía sentir incomoda, todos alrededor de una mesa de jardín comiendo de su plato, menos Lauren… la rubia mal teñida, que tomaba sol en la esquina de la piscina.

_Bella! Mi padre te fue a buscar… ¿te caíste por el inodoro?_ bromeó Jasper antes de recibir una palmada de Alice en el brazo,

_No, más bien me perdí con tantos baños_

_Tuche_  contestó Jas dejándome el lugar a un lado de Alice.  Ella me miró por un momento, con una pregunta especial en sus ojos. Yo… no podía hacer frente a todo en medio de un almuerzo organizado por mi “novio” pero sabía que cuando llegáramos a casa tenía que dar varias explicaciones.

_Mi amor_ sentó los brazos de Carlisle a mi alrededor y su mentón en mi hombro _te busqué, pensé que te habías ido a cambiar al dormitorio_ besó mi sien y me soltó para sentarse junto a mí.

Me llené de ensalada la boca para no tener que darle un beso, podía apostar que aún tenía mi gusto en mis labios, entremezclado con el sabor de Edward.

_Me perdí buscando un baño en el piso superior…_ dije masticando _el de la planta baja estaba ocupado, discúlpame amor_

Él asintió y sonrió con los ojos verdes brillantes y alegres,

_Edward estaba en el de abajo, creo que evitando a su novia…_ murmuró rodando los ojos.

_Que no es mi novia…_ sentí la voz en algún lugar delante de nosotros. Carlisle abrazó mi cintura y miramos a Edward que robaba una trozo de pan de la mesa,

_¿No te quedas a almorzar hijo?_ preguntó Carlisle señalando un asiento delante de mí.

No, no, no… por favor…

_No_ miró a la rubia que estaba preparando sus cosas cerca de la piscina _llevo a Lauren a otro lugar, ya sabes…_  hizo una mueca a su padre que podría clasificarse como traviesa, Carlisle rió y negó con la cabeza tomando un pan para su ensalada. Miré a Edward… él tenía sus ojos verdes fijos en mí, punzantes, intensos… dolorosos.

¿Por qué dolía como una puta punzada el saber que ella llevaba a ella para hacer…?

Tomé mi tenedor y mi cuchillo y sin dejar de mirarlo, apuñalé la carne y comencé a cortar, jode mi vida Edward Cullen!

Pero él me dio su petulante sonrisa torcida y dio unos pasos atrás sin dejar de mirarme, me saludó con la cabeza y volteó para ir hasta Lauren que ya lo esperaba sentada en la moto. Vi masticando mi carne con furia cómo él tomaba el casco y se lo ponía a esa… luego de poner mechas rubias detrás de su oreja. Ella sonreía como si le hubiese pedido matrimonio.

_¿Te gusta la barbacoa?... la ensalada fue idea de Alice, queda muy bien_ sentí la voz de Carlisle a mi lado.

_Si…_ murmuré sin poder despegar los ojos.

Edward se puso su propio casco y se subió con soltura a la moto, la arrancó y aceleró mirándome a través del visor del casco.

Idiota…

Si las miradas matasen estaba segura de que él estaría mutilado en medio de su jardín y Lauren llorando a su lado… idiota los dos!

_Me encanta mi amor!_ mascullé saltando en mi asiento y abrazando a Carlisle con un brazos alrededor de su cuello, me acerqué a él y lo besé con todas las ganas. Sabía a picante y especias…

_Mmm…_ gimió mientras cierta moto aceleraba en el camino empedrado y desaparecía lejos, confundiéndose con el ruido de la música y las voces a nuestro alrededor.

Comimos tranquilamente después de eso, sin contar como tranquilas las miradas que Rosalie me regalaba. La muerta sería yo arriba de la mesa si sus miradas matasen.

_¿Te quedas conmigo esta noche cariño?_ Carlisle acarició mi cintura con su mano caliente. Lo miré mientras tomaba de mi vaso de vino y decidía si era lo mejor. Si pudiera esconderme en su habitación toda la noche sin el peligro inminente de encontrarme en cada corredor de la casa con su hijo de cabellos cobrizos no me importaría.

Por otra parte, Carlisle tal vez quería avanzar más en nuestra relación. Dar un nuevo paso, para lo cual estaba preparada hasta el momento en que su hijo se metió en esa ecuación. ¿Podría hacer eso?... ¿acostarme con padre e hijo con una diferencia de tan solo unas doce horas?

Si quería seguir adelante con mi plan con Carlisle tenía que hacerlo, estaba previsto. Tenía que tragar mi orgullo y mi amor por mí misma para no pensar en que a la vista de mi misma, quedaba como una puta. Era estrategia… solo llana y pura estrategia, tal vez lo de Edward no contaba aquí, eso había sido seducción, había caído como una mosca… pero de eso quién podía culparme, Edward sabía jugar también muy bien sus propias cartas, pero con lo de Carlisle, la relación carnal tenía que ser solo eso, parte de la estrategia y de mi propio juego.

Asentí…

_Si cariño… me encantaría quedarme_ murmuré besando suavemente sus labios, él tazó mi mejilla y no perdió tiempo en besarme intensamente, aferrando su control en mi nuca. No pude evitar gemir… Carlisle podía ser el objetivo de mi venganza, pero no podía negar que él era guapo y gentil al mismo tiempo, a veces me preguntaba si me estaba equivocando de hombre, parecía como si él no fuera capaz de hacer nada de todo lo que yo sabía que había hecho.

Si mi mamá estuviera cuerda, si mi papá estuviera vivo. Me hubiese gustado oír y ver la historia una vez más… para confirmar que no me había equivocado de hombre.

Por la noche me tomé una larga y caliente ducha en el increíble baño de Carlisle, jugué con los mandos de la salida de agua y reí como una niña cuando los chorros de agua venían de la pared para recorrer todo mi cuerpo. Ese sistema habría costado miles de dólares…

Sentí un toque en la puerta del baño y la voz de Carlisle afuera,

_Isabella, amor, dejé un paquete encima de la cama, es para ti… un… regalo cariño_ dijo vacilante. ¿Carlisle Cullen vacilante?

_Ok!... en un momento salgo y lo miro, gracias amor_ dije apresurándome a enjuagarme el cabello.

_Recuerda… no estas obligada a usarlo_ dijo como advertencia, fruncí el seño _estaré en mi estudio y te daré un tiempo a solas, vengo más tarde cariño, pondré un Don Perignon a enfriar_

Ok… esta noche era la noche.

Me sequé apresurada y envuelta en una toalla salí del baño hacia la habitación, sobre la cama había una simple caja cuadrada de color blanco con cintas de regalo negras. En una esquina de la elegante caja había un nombre “Carine Gilson”.

Oh cielos…

Lo único que atiné fue abrir rápido la tapa y apartar las hojas de seda que rodeaban a la pieza más exquisita de lencería femenina que nunca iba a tener la posibilidad de acariciar mi piel.

Tomé mi celular y escribí un mensaje a Alice,

De: Bella Swan

A: Alice Brandon

Oh cielos, oh mierda!  Al… estas sentada? Carlisle me regaló un Carine Gilson! Es hermoso, encaje y seda en color negro y corto hasta la mitad del muslo. Grita por mí!

Esperé el mensaje de Alice que estaría retorciéndose de la envidia, dejando caer la toalla de mi cuerpo y caminando frente al espejo para colocarme, las bragas sexys que venían haciendo juego con la pequeña pieza de seda y encaje negro, que apretaba deliciosamente mis curvas y remarcaba mi pecho, era suave y elegante… sexy como el infierno también. Muy a lo Carlisle Cullen.

Me preguntaba a cuantas mujeres le habrá regalado uno de estos?... no recordaba haber visto una pieza así entre los conjuntos de mi madre.

Sacudí mis pensamientos y sonreí ante la imagen que el espejo me daba, me sentía sexy y poderosa, mis pezones se transparentaban en la tela como los triángulos de mis bragas. Escuché el timbre del mensaje de Alice y caminé hasta la cama a tomar el celular,

De: Alice Brandon

A: Bella Swan

Que cabrona suertuda! Cuida eso Bella porque te ahorco si lo manchas o lo rompes, oh mierda… en este momento tienes una pieza de $900 dólares cubriendo tu cuerpo!!  #”$%&%))?=¡?)(=)/”

Sonreí al cerrar mi celular y lo dejé en mi bolso que descansaba sobre una silla, me puse una bata de seda negra que Alice me había dejado de la mañana y me fui a peinarme al tocador. Escuché la puerta abrirse luego de tocar dos veces, Carlisle venía con su blackberry  pegado en la oreja y una pequeña bandeja de plata que contenía algunas frutas y bocadillos.

_Lo sé, los inversionistas dijeron que podíamos arriesgarnos Eleazar, es un buen punto para invertir, no sé cuál es el punto que te perdiste en el contrato…_

Dejé el cepillo de cabello sobre el tocador y caminé hasta Carlisle abrazándolo por la cintura, él estaba dejando la bandeja de plata en una mesa cercana al balcón, dejé un suave beso entre sus omóplatos y lo solté para ir a tomar una fresa que había en un cuenco.

Él acarició mi baja espalda mientras continuaba hablando por teléfono, sintiendo la seda debajo de sus dedos seguramente.

Miré sobre la bandeja y habían dos copas de champagne pero no la botella, levanté una y miré a Carlisle con una ceja alzada,

_Hum… espérame un minuto Eleazar_ él tapó su blackberry con una mano y se acercó a mí, _dame un minuto cariño e iré a buscar el champagne, no podía con todo…_

_¿Está en la cocina? Puedo ir a buscarlo… aunque no me atrevo a salir así de la habitación_ miré mi atuendo, estaba tapada por la bata que igualmente dejaba ver mis piernas desde los muslos, pero no era nada del otro mundo.

_Renata se fue a descansar ya, Jasper está con Alice en tu departamento y Edward debe estar en alguna fiesta con su novia, tenemos la casa para nosotros amor_

Asentí sintiendo un peso de encima deslizándose hasta el suelo, tacé su mejilla y lo besé suavemente,

_Ya vengo_

Bajé las escaleras tratando de no caer rodando, la mayor parte de la casa estaba a oscuras, solo algunas lámparas de luz suave iluminaban tenuemente aquí y allá y el resplandor de la fascinante piscina iluminada venía desde afuera. Caminé hasta la cocina y encendí la luz de la cocina, fui hasta el frizzer y saqué la botella de Don Perignon del hielo, estaba fría por lo que la dejé sobre la encimera y comencé a buscar un paño seco para llevar la botella y no congelarme en el intento.

Estaba por cantar victoria al encontrar uno en un cajón, cuando sentí dos brazos serpentear por mi cintura. Podría haber pensado que era Carlisle, pero muchas cosas descartaron esa opción. Primero la dura erección en contra de mi baja espalda, Carlisle era un caballero… no se apoyaría así en mí, luego, el fuerte olor a alcohol que sentí emanando de los labios que pastoreaban en mi cuello y por último, el gemido reconocible y familiar mientras empujaba su dureza en mi culo.

Edward…

Me di vuelta en sus brazos y lo ví… él estaba borracho, sus ojos entrecerrados y mirándome con el ceño fruncido, su cabello más despeinado que lo normal y su estabilidad… inestable.

_Bella, Bella, Bella…_ él sonrió y dio un paso hacia adelante aferrándome de la cintura, recostando su frente en la mía. Su aliento etílico me golpeó y cerré los ojos, él recorrió mi vientre con sus manos _¿qué… putas juegas conmigo?_

_Edward_ empujé ligeramente su pecho _ve a dormir… necesitas descansar_

_No_ masculló tomando el nudo de mi bata y jalándola hacia él, el nudo se desató y mi bata se abrió… sus ojos fueron a mi cuerpo y endureció la mirada al ver lo que llevaba puesto. _Mierda…_

_Ve a dormir… por favor_ traté de juntar mi bata de nuevo pero sus manos no me dejaron hacerlo, solo me sostuvo mientras miraba con la boca entreabierta y su respiración acelerada. Sabía muy bien lo que podía ver, mis pezones duros a través de la tela, mis pequeñas bragas…

Desvié la mirada de él y miré hacia la salida de la cocina, podía ver la escalera de lejos, una luz se encendió en ella.

_Viene tu padre… Edward_ susurré fuerte tratando de no entrar en pánico.

Entonces él reaccionó y tomó mi rostro para besarme fuerte y duro, su lengua impaciente y primitiva proclamando mi boca, sus manos en puño se aferraron a  mi cabello a ambos lados de mi cabeza, era doloroso… pero no tanto como el placer de besarlo una vez más.

Cielos… Carlisle!

Mis manos empujaron su pecho y él dejó de besarme, pero no soltó mi rostro que estaba aprisionado entre sus manos fuertes,

_Fóllalo, hazle el amor… dale una mamada, lo que sea_ gruñó casi con desesperación _pero pase lo que pase en esa habitación, no olvides que tu cuerpo es mío, tu coño, tus pechos, tu boca… mío Bella, mío… desde un principio._

Asentí… con sinceridad. Sus ojos oscurecidos parecían más coherentes cuando sus manos me dejaron ir. Me apresuré a tomar la botella de champagne con el paño y me alejé de el caminando hacia la salida de la cocina. No pude evitar echar una última mirada sobre mis hombros… para verlo agarrar su cabeza entre sus manos y jalar su cabello con fuerza con sus dedos, mientras dejaba caer sus codos sobre el mármol de la encimera.

Encontré a Carlisle en el segundo tramo de la escalera del primer piso,

_No encontraba un paño, la botella estaba muy fría…_ dije mostrándole la botella con una sonrisa. Él  me devolvió el gesto y tomó la botella de mis manos y con su mano libre tomó una de las mías,

_Ven_ susurró llevándome de vuelta a la habitación _este champagne va bien con las fresas… me pregunto con qué más irá bien?_ su mirada me penetraba.

Ahora eran los suyos el par de ojos verdes oscurecidos.

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Tatuaje de Edward

Lencería de Bella

Bueno... plop... espero que les haya gustado, nos vemos el jueves con otro capi de Donde está el amor y muchas gracias por la paciencia y la espera. Bessooss!!  Leymi, te amooo... gracias por acompañarme siempre, es la unica que logra sacarme adelantos! ja ja