Capitulo 2: La despedida

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Hola amigas, aquí les dejo el segundo capi de la primera parte. Voy a tratar de publicar lo más rápido que pueda así avanzamos con la historia... nos queda lo más importante... ¡la boda!!!!!, que emoción. Besos y por favor COMENTEN, las quiero.

PRIMERA PARTE Capitulo 2: La despedida

“Noche de estrellas y tú… tan bella labios de luna y sol luz de mi corazón que brilla por ti toda deseada, toda querida dócil como una flor, como un cristal…luz de mi corazón que tengo por ti y es que tu irradias, dulzura, calor y bondad y es mi suerte tener un amor sin igual conocerte me lleva a la entrega total solo tu, solo tu…

Amor de entrega total
Como el río al mar…
Como el sol al cielo se entrega.
Amor de entrega total. No hay amor igual una vez que llega se queda
No hay espacio y tiempo
no hay ningún lamento
solo el intento de para siempre…hacerte feliz… Si abro mis ojos solo es por ti. Cuando respiro y me alimento solo es por ti...
si al caminar no siento miedo solo es por ti
si hoy he vuelto a sonreír tan solo es por ti.”

No podía pensar en una despedida de soltero, y mucho menos si eso implicaba dejar sola a mi Bella y generar su desconfianza, me había costado tanto llegar a este peso, unirme en matrimonio con ella, que una salida con Emmett a quién sabe donde no lo podía arruinar, viniendo de Emmett cualquier idea es mala. Cuando le conté a mi amor la idea de mi hermano deseé haber podido leerle la mente más que nunca, su respuesta fue tranquila y tímida… yo veía sin embargo que sus ojos tenía una mirada preocupada, ya que ella conocía a Emmett tanto como yo y sabía que sus ideas no eran precisamente como para aplaudirlas, sin embrago trate de borrar su preocupación diciendo algo lógico, Rosalie jamás permitiría que Emmett hiciera algo indebido y que seguramente iba a poner a Alice a vigilar y él sabía eso, de esta manera no se iba a arriesgar a ir a ningún lugar que despierte la ira de Rose. Entre un lector de mentes y una pitonisa nada malo podía pasar.

_Ya te echo de menos._ me dijo mi Bella en mis brazos,

_No tengo por qué irme. Puedo quedarme…_ le dije al oído sabiendo que si se lo pedía de esta manera ella haría que me quedara.

Acercó sus labios a los míos y reinó el silenció en su habitación, interrumpido solo por el golpeteo loco de su corazón y nuestras respiraciones agitadas, cada vez que nuestras bocas se unían de esta manera se desataban un sin fin de reacciones en ella y en mí. Era mi humana, mi delicada y vulnerable humana, su calidez me envolvía, sus caricias y besos me excitaban de tal manera que me hacían olvidar que esa a quien besaba era mi rompible Bella, a duras penas volvía a la realidad para apartarla, mi autocontrol era mucho más fuerte que mi propio deseo.

Había logrado en este tiempo con ella, acostumbrarme a su aroma, a su embriagador y tentador esencia, todas las noches que me quedaba junto a ella viéndola dormir hundía mi nariz en su cabello e inhalaba profundamente haciendo que mis sentidos explotaran de placer y deseo, mi objetivo era que mi mente y mi olfato se acostumbraran a su efluvio, era un castigo para mi, me auto flagelaba… me auto inmunizaba a la tentación para así poder estar con ella, era un total morboso y masoquista.

Cuando Bella hizo un intento de atraerme con su boca en mi cuello, besándolo desesperadamente desperté de mi ensoñación y vi que eso era lo más lejos que podíamos llegar. Me separé de ella gentilmente y la miré, sus ojos estaban aún cerrados y su respiración era entrecortada. Jamás dejaría de agradecer al cielo por el ángel que me había regalado, ella era hermosa en todos los sentidos, su cabello esparcido sobre la almohada enmarcando su cara, sus labios que se hinchaban y enrojecían con mis besos, su reluciente y pálida piel, su perfil tan perfecto y exquisito… su alma lo más preciado para mi era lo más hermoso, y se reflejaba en toda ella… todo en Bella era enloquecedoramente bello, no me cansaría de admirarla jamás.

Cuando abrió sus ojos y me miró me perdí en ellos, como si fuera capaz de ver su alma allí, cobijado en esos hermosos ojos, regalándome la mejor de las visiones. Eso era lo que ella me regalaba sin pedir nada a cambio sin que yo fuera a darle nada más que mi amor infantito, eso era lo cada uno de nosotros pedía del otro ahora y para siempre. No necesitaba mirar su mente y espiar en sus pensamientos para saber lo que allí pasaba, ella me decía todo con sus ojos, con su mirada… realmente era un libro abierto, solo para mí, sus exquisitos ojos eran una ventana a su alma y yo me escabullía en ellos con libertad.

_Definitivamente me quedo…_ le dije luego de que ella comenzara a acercarse a mi boca de nuevo. Pero Bella se interrumpió negando, estaba convencida que debía ir, al menos en palabras porque su mano se aferró a mi cabello de la nuca y la otra se clavó en mi espalda prendiéndose a mí. Realmente mi Bella no sabía mentir…

Le dije que las despedidas de soltero eran para aquellos que se entristecían por el fin de sus días de libertad, eso no era para mí… yo no cabía en mí de felicidad por dejar mis días de soltería atrás… lo más importante para mí era que Bella se adueñaría legalmente de mí, ya que desde el primer día en que la vi ya era la dueña de mi corazón y de mi alma, si es que existía.

Una de sus manos se alzó y comenzó a recorrer mi pecho desnudo, me había sacado mi camiseta minutos antes cuando Bella se había puesto insistente con las caricias. Sus dedos recorrían cada parte de mi piel hasta llegar a mi abdomen, sentí un leve estremecimiento al sentir su calor en mi fría piel y la besé de nuevo. Su lengua hizo algo exquisito con mi labio, por Dios! Cuanta locura que causaba Bella en mí y por más que quería continuar con esto la tuve que apartar, ya era demasiado.

Cuando quise apartarme ella me enredó la cintura con una de sus piernas, me hizo reír cuando vi que sacaba sus piernas de las sábanas empujándolas torpemente.

_Solo se consigue la perfección con la práctica_ me dijo apretándome contra ella, yo solo atiné a reír. Recordé cuanta práctica habíamos tenido este mes, le recordé que por esa práctica ella apenas si había dormido… pero ella me replicó que esto era solo un ensayo general y que no había llegado aún el momento de jugar sobre seguro. Eso me aturdió, ella sabía muy bien que a mi me incomodaba tratar ese tema… no sabía, ni tenía una idea de lo que podía llegar a ocurrir si ella y yo… no!, no quería ni pensar lo que podía pasar si no podía controlarme… mi hambre por ella era cada vez más intenso y ver su cuerpo desnudo entregándose a mí iba a ser mi perdición. Traté de hacerle saber mi posición con respecto a eso pero ella me replicó con una incoherencia que por otro lado, era verdad… “un trato es un trato” me dijo, recordando el acuerdo que habíamos hecho meses atrás: ella se casaba conmigo y yo le haría el amor, todo eso antes de transformarla por supuesto, lo que más anhelaba era que Bella tuviera la mayor cantidad de experiencias humanas antes de congelarse en el tiempo como una más de nosotros.

_No lo sé. Es muy difícil concentrarse cuando estamos así, juntos. Yo… yo no consigo pensar con coherencia. No soy capaz de controlarme y podrías terminar herida._ le dije con toda sinceridad… le estaba confesando mis peores miedos. Ella confirmó que estaría bien y terminó la discusión con un beso, yo la besé de manera automática… no me conformaría con la poca importancia que le daba ella al asunto. Su vida y su bienestar era lo más importante para mí.

De una manera metafórica le pregunté si no estaba arrepentida, no solo de la boda sino de todo lo que implicaba estar a mi lado… en especial de la decisión de transformarse luego de la luna de miel, pero siguiéndome la corriente me dijo que estaba segura de todo.

_¿Intentas dejarme plantada?_ me dijo de manera inesperada yo solté una carcajada de sorpresa, ¿realmente creería eso?...¿después de que fui yo el que casi se arrastró para que se casara conmigo?... le respondí que solo quería cerciorarme y a esto me contestó que ella estaba segura de mí y con lo que respectaba a la boda ya se las apañaría. Le pregunté por sus padres y me dijo que a pesar de todo los echaría de menos, también por sus amigos y sarcásticamente, en un tono que no me gustó nada me dijo,

_Si, también echaré de menos a mis amigos… especialmente a Mike, ¡Oh Mike! ¿Cómo voy a poder vivir sin él?_ se creía muy graciosa refiriendo a Mike de esa manera, si supiera que hubo un tiempo que quise matarlo por acercarse a mi Bella, aún sabiendo que ella era mi novia y que tuve que soportar por meses sus ridículas fantasías y pensamientos impuros que tenía con ella. Luego de su pequeña broma dijo que deseaba todo lo que yo le podía ofrecer de verdad, que me quería a mí para siempre y que una sola vida no era suficiente,

_Quedarse congelado para siempre a los dieciocho_ le dije tratando de que recapacite, no es que yo no quería que ella sea mi igual, solo que deseaba que lo pensara bien antes, quería asegurarme que eso era lo que realmente deseaba y para luego no dar lugar a arrepentimientos. Me objetó que era el sueño de toda mujer… mi Bella terca.

Yo quería que comprendiera lo que la transformación implicaba y le recordé cuando le dijimos a Charlie que nos casaríamos y él pensó que era porque ella estaba embarazada, le dije que en ese momento deseé que fuera cierto entonces comprendió por qué me oponía tanto… ella no podría llegar nunca a tener un hijo, sería al menos una vida truncada… un deseo insatisfecho… una experiencia arrebatada y todo por el deseo absurdo de retenerla junto a mí.

_Se lo que estoy haciendo_ me dijo de manera tajante, luego al ponerles el ejemplo de mi hermana Rosalie y de Esme, ambas madres frustradas… ella me dijo que llegado el momento podíamos adoptar como había echo Esme. Eso me aturdió… yo no quería que ella se sacrificara por mí, eso no era lo que yo planeaba, no era lo que había deseado para ella,

_¡Eso no está bien!. No quiero que hagas sacrificios por mí. Deseo darte cosas no quitártelas, no quiero robarte tu futuro. Si yo fuera humano…_ ella plantó un dedo sobre mis labios impidiéndome seguir, al mirarla parecía tan convencida de lo que quería que me enojé conmigo mismo al atreverme de dudar de su seguridad. Me puso en claro que yo era su futuro y que no me pusiera en plan de deprimirme porque sino llamaría a mis hermanos insinuando que talvez si necesitaba una despedida de soltero. Por supuesto nada más lejos de eso… todo lo que yo necesitaba era a ella.

Me disculpé y ella me preguntó con la misma metáfora que yo había utilizado con ella, si me había arrepentido.

_No… He estado esperando todo un siglo para casarme contigo, señorita Swan. La ceremonia de la boda es la única cosa a la que no puedo esperar…_ le dije deteniéndome abruptamente al oír un silbido desde su ventana, “vamos Edward… no nos hagas esperar!”… un momento… ¿qué hace la voz de Emmett fuera de la ventana de Bella?...

_¡Oh, por el amor de todos los santos!_ exclamé , mis hermanos estaban esperándome bajo su ventana. Ante su procuración solo le dije que no iba a tener que llamar a mis hermanos porque ellos ya estaban esperando. Ella me dio un abrazo rápido y me deseo que la pasara bien… entonces el inteligente de Emmett arañó el cristal de la ventana haciendo que Bella se sobresaltara. Era gracioso escuchar a Emmett amenazar a Bella para dejarme ir, ella rió y me dijo que fuera… yo sabía que Emmett iba en serio… el loco tenía pensado abrir la ventana y saltar dentro… ni siquiera le importaba que Charlie estuviera en la habitación de a lado. Así que me paré de su lado a regañadientes y me puse de nuevo la camiseta, luego me incliné sobre ella para darle un beso en la frente y decirle que durmiera para el gran día. Ella me agradeció con un sarcasmo propio de mi Bella,

_Te veré en el altar…_ le dije asegurándome por ultima vez.

_Yo soy la que va de blanco…_ contestó algo no muy convencida, yo solo me reí ante su inseguridad sin poder evitar la imagen que se me venía a la mente. A pesar de que las mujeres de mi familia ya habían visto su vestido de boda yo no pude ver nada en sus mentes con respecto a ello, al parecer todas ellas ya habían aprendido de Alice a bloquear sus pensamientos de mí. Sin embargo no pude evitar imaginármela de blanco tan pura y tan hermosa como ella misma y soltar una risa nerviosa.

Luego de darle un último vistazo a la dueña de mi corazón salté por su ventana para reunirme con mis hermanos que me esperaban algo impacientes, no pude evitar caer sobre un Emmett distraído que con un golpe sordo cayó al suelo al tiempo que mis pies pisaban “sin querer” su enorme pecho contra el suelo.

_¿A si?!...maldición...¡ me las pagaras!_ protestaba mi hermano ante mi sonrisa de satisfacción. Estábamos por emprender nuestra carrera cuando mi Bella en un suave susurro les dice a mis hermanos que no me hagan llegar tarde a la boda. Me alegré mucho ver a Jassper reaccionar ante esas palabras y subir hasta su ventana para darle palabras de ánimo, nadie mejor que él para calmarla y tranquilizarla.

_¿Jassper? ¿qué es lo que hacen los vampiros en sus despedidas de soltero? ¿no lo irán a llevar a un club de striptease, verdad?_ preguntó curiosa mi Bella.

_¡No le digas nada!_ gruñó Emmett a mi lado hacia la ventana donde se encontraba Jassper, solo atiné a golear con mi puño la parte baja de la cintura de Emmett, entre las costillas y la cadera.

_Cállate!... Bella pensará mal._ le dije casi en un susurro. No sé cómo siquiera se le podía cruzar esa idea en la cabeza. No era un santo ni nada parecido… nada más lejos que eso, pero ¿un club de striptease?... es decir, ni que Bella no me conociera. Mi gusto por el sexo femenino iba mucho más allá de ver a un par de chicas solo como objetos sexuales para entretener a los hombres, esa definitivamente no era mi idea de diversión, mucho menos teniendo la exquisitez mas hermosa del mundo esperando para ser mi esposa en solo unas cuantas horas. No le haría eso a ella y mucho menos a mí, mis convicciones siempre fueron claras en cuanto a las mujeres… y yo había encontrado a la mejor… a la única… a mi Bella.

En un abrir y cerrar de ojos estábamos corriendo lejos de la casa de mi futura esposa, no pude evitar sentirme vacío… mi corazón lo había dejado con ella, mi cuerpo solo era algo inmaterial sin alma, que andaba por inercia, la razón de mi existencia la había dejado atrás. Entonces allí lo vi… Jassper me lo mostraba, en su intento de calmar mi ansiedad, vi en su mente lo que se suponía debía ser mi despedida de soltero…. “No le digas a Emmett que te dije” Jassper me replicaba en mi mente. Yo no pude evitar sonreír, de todas maneras lo necesitaba… esta noche era necesaria para la noche siguiente, donde mi Bella y yo por fin seríamos marido y mujer… por fin seríamos uno.