Capitulo 26: Mi hogar

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Mi hogar

El piano resonó en la casa, como cada noche… Bella dormía. Su respiración acompasada hacía eco en mi oído con cada nota suave al aire, su corazón marcaba los tempos y mi nombre en sus labios llamándome era lo que me hacía seguir. Mis manos tocaban suavemente las teclas de mi piano como lo hacía con su piel… tan delicada y hermosa, tan suave y tierna… tan endemoniadamente seductora.

Esa noche no habíamos pasado más que de unos besos y suaves caricias, ella era tan pura y tan frágil que trataba cada día de agotarla lo máximo posible para que no quisiera más y no me diera posibilidad de lastimarla sabía que iba a suceder cada vez que me dejaba llevar por mi deseo. Esa había sido mi nueva estratagema… los osos me gustaban sí, pero prefería pasar tiempo con Bella y no amenazar con la baja abrupta de población de osos pardos en la península de Olimpia… para eso estaba Emmett.

El día había sido agotador para ella como los anteriores desde que había comenzado con esta estrategia, sabía que alguna vez tenía que ceder, porque era imposible para ella seguir soportando las tardes de calor en su cama mientras nos acariciábamos, sin señalar lo… duro que era para mí también.

Habíamos ido a Por Ángeles temprano junto con Alice, Jassper, Emmett y Rose a ver un partido de beisbol que Emmett deseaba ver. Las gradas estaban llenas de estudiantes y familias y buscamos una que no diera de lleno el sol, el día estaba nublado y según Alice no había peligro en ese aspecto, pero solo para asegurarnos fuimos a la parte cubierta del estadio.

Toda nuestra familia se sentó delante de nosotros que acaparamos los asientos de atrás para poder acomodarnos como verdaderos novios sin importar quién nos viera, Bella a mi lado era lo más hermoso que podía haber y no había partido de beisbol que distrajera mi vista de ella.

_Es una vista magnifica Edward…_ murmuró ella mientras veía el estadio en todo su esplendor, pronto atardecería y si el clima venía como Alice lo había visto, se verían las estrellas en el cielo de Port Ángeles… quería verlas con ella.

_Si, le pedí a Emmett que consiguiera las mejores posiciones_ le susurré al oído, ella sonrió ampliamente y juntos vimos cómo los jugadores salían a la cancha,

_¡Vamos Wolfs!... a ganar!_ gritó Emmett a todo pulmón, la gente que estaba a nuestro alrededor se contagió y comenzaron a gritar desaforados, Bella solo disfrutaba del espectáculo… yo la abracé por los hombros y sonreí feliz de compartir un momento así con mi novia… mi chica… mi dueña.

El juego había comenzado y ella se mostraba de lo más entusiasmada,The Wolfs habían hecho dos jonrones y el equipo contrario le llevaba la pelea, era un juego parejo y ambos tenían la posibilidad de ganar,

_He! Bella!... ¿Recuerdas las reglas del beisbol que te enseñé de pequeña?_ inquirió Emmett entusiasmado pero con otras ideas rondando en su cabeza,

_Si Emm… el jugador tiene que cubrir todas las bases para ganar la vuelta ¿no?_ preguntó ella,

_Si… es cierto. Pero…_ y el desgraciado me miró a mí con ese maldito pensamiento en su cabeza, _si el jugador se estanca en una base y no puede avanzar… pierde el juego_

_Oh…_ exclamó Bella mirando el partido y las posiciones de los jugadores, era demasiado inocente como para entender las suspicacias de Emmett… yo lo mataría.

_¿Y sabes una cosa?_ prosiguió él,

_Emmett…_ advertí,

_¿Qué?_ preguntó ella mirándome con el ceño fruncido,

_El jugador tienen que ser demasiado arriesgado y valiente para correr de base en base, mientras más avanza más cerca está de marcar puntos… y ganar el partido, pero si no lo hace… más cerca está de perder y que el partido quede para el otro equipo_

Apreté mis dientes ante sus palabras mientras la imagen del tal Jacob se reflejaba en su mente como si estuviera burlándose de mí… ¡Carajo! Si él se estaba burlando de mí…

_Emmett… cállate_ murmuré casi en un susurro, el maldito sonrió como si su hazaña hubiese tenido éxito y volteó para seguir con el partido, oí risitas aisladas de Alice y Jassper que tapaban disimuladamente su boca… Alice repasando las reglas del beisbol en la cabeza y Jassper chocaba su puño con el puño de Emmett,

_¿Qué sucede?_ la voz de mi Bella y su mano en mi antebrazo me relajó un poco y alcé la vista hacia ella que miraba preocupada,

_Nada…_ la calmé sonriendo,

_¿Y a demás sabes qué?..._ … y aquí vamos de Nuevo, maldito Emmett…

Cerré los ojos conteniéndome y miré hacia el campo de juego, Bella ignoró a Emmett y continuó acariciando mi brazo,

_Es bueno estar en la tercera base, es una cómoda posición… pero cuando llegas a la cuarta base… oh sí, esa es la gloria!_

_Ya basta Emmett_ murmuró Rosalie que al fin hizo el intento de frenar al idiota de mi hermano.

_¿Qué nena?... tú sí que eres consciente de lo qué me gusta completar la vuelta_ dijo entre risas, Rose rodó los ojos y decidí ignorarlo por el resto de la tarde, Bella sabía de alguna manera que sus comentarios me molestaban y también lo ignoró.

Más tarde, cuando el partido ya había terminado a favor de The wolfs de Porth Ángeles, salimos del estadio a conseguir la cena de Bella. Mi deseo era que comiera saludable en la mesa de un restaurant pero ella prefirió un burrito de un puesto de ventas…

_Mmm… ojalá pudieras probar esto, es delicioso_ mascullo mientras masticaba, hice una mueca de asco y negué con la cabeza… ella rió.

Caminábamos por la calle del estadio entre la gente, los demás se habían ido a recorrer las calles importantes de Porth Ángeles hacia el centro comercial, Bella prefería quedarse conmigo consciente de mi reciente enojo con Emmett.

_Quiero mostrarte algo amor_ murmuré tomándola de la mano, ella sonrió y se dejó llevar por mí. Fuimos hasta el Volvo y subimos, le abroché el cinturón y salimos de allí. La noche era tranquila, apacible y con el cielo despejado y límpido. Las estrellas brillaban sobre nosotros.

_¿Dónde vamos?_ preguntó al percatarse de que nos alejábamos hacia la carretera hacia Forks,

_Donde podamos verlas mejor…_ murmuré tomándole la mano, entrelazamos nuestros dedos y ese ínfimo contacto fue suficiente para darme valor y decidirme hacer esa noche lo que tanto había querido hacer.

Aparqué a un lado del bosque, el cielo aún estaba estrellado y sin luna, aunque no hacía falta, para mí la única luna a mi alrededor era Bella con el resplandor de su pálida piel. Bajé del auto y la ayudé a salir de él tomándola de la mano, la cual no solté mientras nos encaminábamos hacia nuestro prado.

_Aún recuerdo la última vez que vinimos aquí_ murmuró Bella mientras se subía a mi espalda, uno de sus brazos se cerró en torno a mi cuello y el otro pasó por debajo de mi brazo hasta abrazar por completo mi pecho,

_Fui un estúpido que huyó como un cobarde…_

_Solo fuiste un hombre asustado… o un vampiro asustado, porque no creo que un hombre hubiese tenido tanta voluntad en correr_

Reímos juntos dándole toda la razón para luego comenzar a correr entre los árboles. La ayudé a sostener sus piernas alrededor de mi cintura y solo me dejé llevar por mis piernas ansiosas, tenía en mi cabeza un objetivo… tenía que empezar a ceder y debía concentrarme en eso. Y ni siquiera los suaves besos que Bella me daba en el cuello iban a poder distraerme,

_Te amo_ su voz tampoco…

_Yo también amor, solo déjame hacer esto ¿si?, quiero probar una cosa_

_Cualquier cosa que tú quieras hacer está bien… siempre y cuando luego no desaparezcas como la semana pasada en mi habitación_

Mientras corrí me acordé de ese momento en que me vi inundado de sensaciones y que solo atiné a escapar,

_Lo siento Bella, prometo no volver a hacerlo…_

_¿Por qué lo hiciste?_

¿Por qué lo hice?... ¿por qué la deseo tanto que estoy seguro que si sacio uno de esos deseos la mataría?... sí, probablemente por eso.

_Porque te amo y no quiero lastimarte…_ contesté, ella se aferró aún más a mi cuello y suspiró sobre mi oído,

_Con un “No” hubiese sido suficiente, no hacía falta escapar para dejarme en claro que no me deseas_

¿Qué?!...

Me detuve en seco cuando aún faltaban metros para llegar al prado, la bajé de mi espalda y la miré de frente, ¿cómo podía pensar que yo no la deseaba?... Diablos! Si hasta podía quemarme vivo con tan solo pensar en ella.

_¿Cómo se te ocurre decir algo así?_ inquirí, sus ojos se abrieron como platos por el tono de mi voz. Estaba molesto, furioso!... ella no entendía nada, ni si quiera podía darse una idea de lo que yo sentía con cada uno de sus roces, ni siquiera podía llegar a sentir el tercio de las sensaciones que yo sentía cada vez que lo hacía,

_Sé que lo haces, sé que aún no soy suficientemente mujer… pero no entiendo porque en un minuto estamos… bien… y al otro ya no. Como si de repente yo fuera un repelente y no quisieras estar cerca de mí…_

_Óyeme bien Bella_ dije entre dientes, la tomé por los hombros y la empujé hasta que su espalda dio en un árbol cercano, vi su rostro nervioso… como si esperara que yo dijera algo que no quería escuchar. Me acerqué a su rostro hasta que sus labios estuvieron a centímetros de mi boca, _Te deseo como no te das una idea, todo… Todo! Me atrae a ti… tu olor, tu rostro, tu voz… eres como una droga para mí, una droga que ya no puedo evitar, te deseo tanto que duele_

Ella miró fijamente mis labios… y sonrió mordiéndose el labio,

_No hagas eso…_ le pedí, _¿no ves que no puedo contenerme?_

_No lo hagas…_ susurró suplicante _no lo hagas Edward… te deseo_

_No… Bella_ ella se acercó a mí y besó mis labios _ amor… te puedo… lastimar_ dije como pude, ella no se separó, mi ángel continuó tratando de distraerme besándome en los labios, mi boca ardía… ardía por ella, deseaba besarla tanto… tanto…

_Trata… te deseo Edward, por favor… solo trata_

Tomé sus mejillas entre mis manos y la besé con violencia, con toda la pasión que había contenido desde que probé sus besos, mi lengua se presionó contra la de ella degustándola, haciéndola virar en la mía, saboreando su esencia que calaba mis huesos, mi cuerpo se arrimó al suyo presionándola contra el árbol y sintiendo cada curva del suyo. Cuando se agitó para tratar de respirar desvié mi boca hacia su cuello y besé la suave piel de su clavícula, era tan endiabladamente suave que me consumía… gemí cuando su olor impregnó mis fosas nasales,

_Oh dios… Bella, detenme por favor_

Ella no respondió mi pedido, ella no estaba dispuesta a detener esto ya que su mano subió al cuello de mi camisa y comenzó a desabrochar los botones con desesperación,

_Ven…_ le dije tomando su mano.

La noche era hermosa, el aire del prado de repente me parecía sofocante y me ahogaba, ella me ahogaba… necesitaba que supiera lo mucho que la deseaba. La llevé hasta el centro donde las pequeñas flores blancas en forma de estrellas formaban una alfombra, me detuve y la enfrenté,

_Hoy estarás rodeada de estrellas_ le dije antes de tomar su rostro entre mis manos y besarla rápidamente, _recuéstate mi amor… y disfruta de la vista_

Me saqué mi abrigo de jean y lo acomodé en el suelo, el aire era cálido pero el suelo era frío como cada noche, ella se sentó y se recostó sobre la improvisada alfombra, yo me recosté a su lado sobre mi costado y con mis ojos fijos en ella que recorría el cielo estrellado con sus ojos,

_Es hermoso_ murmuró maravillada,

_Yo tengo una mejor vista_ mis labios fueron atraídos por su mandíbula y comencé a depositar suaves besos allí, mientras mi mano acariciaba el lado opuesto de su cuello, _¿recuerdas cuando eras pequeña que salíamos en las noches cálidas a mirar las estrellas en el patio de casa?_

_Si…_ musitó con voz contenida _recuerdo que me enseñabas las constelaciones_ un suspiro salió de su boca,

_Mmhhm_ mi lengua estaba ocupada recorriendo la extensión de su cuello y mi mano había comenzado a bajar por el contorno de su cuerpo, noté que su respiración se tornaba agitada y su corazón galopaba eufóricamente.

_Edward_ susurró,

Lamí la piel que se hinchaba con su vena palpitante y decidí no hacer más duro el momento para mí, tenía que concentrarme para no dañarla, ese era mi único objetivo a demás de darle el placer que ella tanto ansiaba. Entonces mi lengua subió sobre su piel hasta el lóbulo de su oreja y me concentré en ese punto que llegaba a estremecerla.

_Quédate quieta_ pedí, ella lo hizo… a pesar de su respiración jadeante y su corazón martillándole el pecho. Bajé mi mano por su vientre por encima de su remera hasta llegar al botón de sus jeans _solo… quédate quieta, hagamos esto juntos mi amor… por favor_

_Si…_

Dios, Edward… después de casi ocho meses de práctica continua tú puedes hacer esto… no la lastimarás…

Desabroché el el jean mientras mi boca casi se comía la piel detrás de su oreja, ella había comenzado a jadear audiblemente y yo sentía un palpitar en mis pantalones, no sabía si iba a soportar… pero debía hacerlo, por ella… ya habría tiempo para mí.

_Diablos Bella… necesito que me mantengas a raya… ¿quieres decirme sus nombres?_

_¿Lo… los nombres?.. oh dios…_

_Vamos bebé_ susurré en su oído, mi mano se adentró por debajo de su jean hasta que sentí la tela de encaje que recubría mi tesoro más preciado, me congelé por un instante y cerré fuertemente los ojos, escondí mi rostro en el hueco de su cuello y gemí… _Oh Bella… mi amor, por… favor_

Ella gimió y respiró varias veces antes de hablar, _... humm… ¿la osa mayor?_

Entonces mis dedos comenzaron a moverse vacilantes, recorrí con las yemas la orilla de la suave tela, y al adentrar mis dedos por debajo golpeó contra mí el aroma de su excitación, traté de distraerme hundiendo mi nariz en su cuello inhalando lo más que pudiera su olor a fresas. No ayudó mucho… pero me distrajo momentáneamente.

Nunca imaginé que llagar a este paso, fuera tan duro para mí. Gemí nuevamente mientras mis dedos se adentraban más y más hacia su centro,

_Otro… por favor_ rogué cuando sentí esa suavidad que la protegía,

_Oh… mm…_ jadeó con su pecho subiendo y bajando _ la… ¿Andro… meda?... creo_

_Si amor… ¿sabías que ella era tan hermosa como las nereidas… sin embargo tan frágil e inocente que enamoró al gran guerrero Perseo?... ¿sabías qué él… luchó contra los mismos dioses para tenerla?...mi amor… mi Andrómeda_ mis dedos encontraron el tesoro debajo del encaje… _oh Bella…_ y se hundieron en una exquisita humedad y calidez del que sabía que me haría adicto irremediablemente. Mi boca besó su cuello con avidez al mismo tiempo que mis dedos se adentraron en ella. Tan profundo, apretado y glorioso…

_Oh Edward…_ gimió arqueando la espalda. La palma de mi mano acaparó su centro y sentí su pequeño botón que anhelaba ser satisfecho, llamaba la liberación, un pequeño palpitar pudo ser percibido por mi desarrollado sentido del tacto,

_Continua… amor_ le pedí, solo su voz podía mantener mi autocontrol y no perderme en mi objetivo,

_Veo… ah… al León… menor_ gimió, sus piernas se abrieron levemente mientras mi dedo invadía su entrada una y otra vez tan osadamente, delicado y tierno sin embargo… porque a pesar de la excitación estaba logrando mantener mi foco en ella, en lo que tenía en mis manos, mi vida misma.

_Bien bebé…_ susurré cuando ella levantó sus caderas, mi rostro aún estaba hundido en su cuello tratando a duras penas de no ver lo que le estaba haciendo, si miraba… no soportaría más y arrancaría mi ropa para hundirme en ella. _No es una… maldita casualidad que el León esté tan cerca de la pequeña Andrómeda… tan hermosa y tan frágil… siempre a su lado para defenderla, para protegerla_

_Ed… Ward_ gimió volteando su rostro al mío, _por favor… un poco… más_

_Si mi amor… te daré todo_

Mis dedos entraron una y otra vez en su carne caliente y húmeda, levanté levemente mi cabeza para verla recibir su primer orgasmo, su primera experiencia conmigo, no la definitiva, no la que la marcaría para siempre mía… pero nuestro primer acercamiento como hombre y mujer. Quería verla, quería ver la dilatación de sus pupilas al venirse en mi mano, quería ver su pánico pasajero al estar a punto de llegar a ese cielo que deseaba tocar con ella, quería ver el cambio… ese sutil pero inmenso cambio que surgiría en ella pasar de la expectación al placer absoluto… al todo.

_Oh Edward!_ gimió y gimió mientras se arqueaba sobre nuestro prado, dios… nunca más lo vería de la misma forma,

_Dámelo Bella… dámelo preciosa_

Entonces la sentí tensarse, su respiración apremiante se aceleró hasta el punto de no retorno y su corazón… diablos! Su corazón se disparó en la noche fría como si fuera capaz de salirse de su pecho y alcanzar esas estrellas que eran testigos de su placer,

_Ed… waard!_ gritó sin poder contenerse, la voz de la lujuria. Su estreches se contrajo en mi dedo y pude sentir ese líquido almizclado que llenaba el aire de feromonas, lo sentí sobre mí… y parecía un almíbar que cubría mi mano invitándome a probarlo, un delicioso y tentador almíbar que bañó en un momento mis dedos a medida que ella atravesaba ese minuto culmine. Pequeños lamentos surgieron de su pecho como los últimos vestigios de eso que había provocado una ligera convulsión en todo su cuerpo.

_Bella…_ musité aún mirándola, el más adorable sonrojo se extendió por sus mejillas y pecho mientras su cuerpo se relajaba sobre la hierba. _dios… eres hermosa_

Ella quedó tendida laxa y agotada, restableciendo su respiración con suaves suspiros, sus ojos cerrados y un puñado de hierba en su mano. Saqué la mía de su centro húmedo y evité respirar la fragancia de su éxtasis y como un loco hedonista escondí mi mano debajo de mi camisa, para bañar mi piel de su esencia.

Me recosté a su lado observándola, siempre mis ojos fijos en ella. Su respiración se hizo tan tranquila que por un momento pensé que se había dormido, pero luego de unos minutos de suma calma ella abrió los parpados y miró al cielo y luego de un largo suspiro, sonrió…

_Valla llegada a la tercera base_ susurró para luego reírse.

Me quedé mirándola embelezado… ¿Ella sabía?... ¿ella sabía de esa estúpida analogía?... ¿dónde lo había aprendido? ¿quién carajo se la había enseñado?. Fruncí el entrecejo y me retorcí en mi miseria deseando poder obtener algo de su cerebro, ella me miró luego de que su risa se calmara y acarició mi mejilla,

_Amor… toda la población adolescente de Estados Unidos sabe eso._ dijo con voz divertida,

_Pensé que no sabías, Emmett puede ser muy estúpido a veces_

_Lo sé, por eso le di a entender que yo no lo sabía… sino no iba a detenerse con sus bromas, aunque fue duro simplemente ignorarlo_ meditó…

_Eres mi pequeña astuta…_ besé su mejilla y no me pude detener, mis labios corrieron lentamente disfrutando cada centímetro de su rostro, ida y vuelta hasta sus labios _estoy tan terriblemente enamorado de ti_

Su mano tomó el cabello de mi nuca y tiró hacia ella para que sus labios comieran literalmente los míos, su lengua se adentró en mi boca y gemí al sentir su sabor caliente dando vida a la mía, me aferré a su cintura y nos quedamos allí en el prado mostrándole todo mi amor con besos y caricias.

~~

Diario de Bella, edad 16 años:

No sé qué pensar ya. Edward estuvo estas dos últimas semanas demasiado raro para mi gusto, salía sin justificarme sus salidas y hacía llamadas telefónicas a escondidas mías, sin contar con las llamadas que eran dirigidas a él. Una tarde de la semana pasada peleamos porque atendí la llamada de una mujer que buscaba a Edward, era una mujer joven por lo visto… y con una voz demasiado dulce, él solo me dijo que se trataba de alguien que lo buscaba por asuntos que tenían que ver con Carlisle.

No le creí…

Todo había comenzado después de nuestra noche en el prado, día a día luego de esa magnífica noche, él parecía ensimismado por algo pero yo no podía saber por qué. Y lo único que se me ocurría pensar era lo peor. Esa noche él había quedado insatisfecho, yo había obtenido el placer más intenso que él me había dado jamás, pero yo por él no había hecho nada… y me arrepiento, porque ahora estoy pensando que tal vez, solo tal vez él se fue a descargar por otro lado, con otras manos y con otras caricias.

Y dolía tanto pensar eso…

Le pregunté decenas de veces qué le sucedía, pero siempre me salía con evasivas cómo “No sé de qué estás hablando” o “Estas confundida…”… y era tan frustrante. Los únicos momentos que estábamos bien solo era por las noches cuando él venía a abrazarme para ayudarme a entrar al mundo de los sueños, yo dormía en sus brazos… pero al final no sabía a ciencia cierta quién habitaba su corazón.

Luego de estar esas últimas semanas con el corazón en un hilo y el peor de los ánimos anoche decidí que ya había sido suficiente.

Edward no estaba en casa, había salido con la escusa de que debía ir de cacería cuando siempre lo hacía por las mañanas cuando yo estaba en el Instituto para darle la posibilidad de estar conmigo el resto del día,

_Alice… ¿qué sucede?_ pregunté bajando la escalera, Esme me miró con preocupación desde el sofá con unos catálogos en su regazo y Rosalie palmeó a su lado mientras se sentaba, Alice me miró con preocupación y sonrió indulgente tomándome de la mano,

_Ven…_

Me dejé llevar por ella y me senté a su lado y a lado de Rosalie que palmeó su regazo para que recostara mi cabeza, había estado llorando desde que Edward se fue horas antes,

_¿Qué es?_ dije sorbiendo mi nariz,

_¿Puedes calmarte?_ los dedos de Rosalie acariciaron mi cabello mientras hablaba _si sigues llorando no lograras nada más que deprimirte más_

_Bella… créeme cuando te digo que Edward no te haría daño pequeña, lo conozco lo suficiente como para creerlo fervientemente_ Esme se acercó a mí a acariciar mi espalda y me sentía estúpida, seguramente era una insegura dramática que lloraba por nada, pero ¿por qué él me hacía eso?...

_Esme… no lo entiendo, no sé qué pensar y una vez ya me lastimó marchándose ¿y si lo hace de nuevo?_ mascullé entre lágrimas,

_Bella… si él lo llega a hacer lo mataré, créemelo… toda la familia lo hará_ replicó Rose acariciándome,

_Solo quiero que él sea sincero conmigo… si a caso encontró a alguien más… que me lo diga, que me diga que no soy lo suficientemente mujer que él esperaba, que me diga que no me ama… pero esto me está matando_

_Bella_ la voz de Alice sonó alarmada y al voltear a mirarla me miraba con pánico, ella estaba parada frente al ventanal que daba al patio y supe que algo sabía… ¿cómo era posible que no supiera si ella veía el futuro?... seguramente lo había visto acostarse con otra mujer y lo estaba ocultando… gemí y escondí mi rostro en el regazo de Rose al pensar que era así, _Bella escúchame…_ entonces sentí su mano tomando mi hombro, _tú sabes que yo nunca te mentiría… no puedo decir nada porque él me mataría, pero… no es lo que tu estas pensando y mañana lo descubrirás… cree en mí Bella, créeme._

Y decidí creer… porque eres lo más fácil, porque era menos doloroso inventarse una razón por su forma de actuar que no fuera el engaño y porque después de todo él había prometido que no me volvería a lastimar… debía tener fe en él.

Me dormí por la noche pensando en él y cuando estaba por caer en lo profundo de mi sueño sus manos acariciaron mi rostro y sus labios besaron mi frente, me alzó entre sus brazos para hacerse lugar en la cama y se acostó a mi lado… y solo unas palabras recuerdo mientras su mano acariciaba mi mejilla borrando tal vez mi rastro de lágrimas,

_Tu eres la única que me guía en mi oscuridad… que me lleva a mi hogar, porque mi hogar eres tú. Te necesito a mi lado… te necesito más que a mi vida_ un suave beso plantó en mi frente _esta noche dormirás bien amor, porque yo estaré a tu lado… y valdrá la pena esperar por mí… ya verás_

El Instituto fue solo una película repetida en mi día a día, algo me decía que le creyera, que no hiciera oídos sordos a las palabras de Alice… asique dejé atrás los malos pensamientos y decidí creerle a Alice, ella nunca me mentiría.

Cuando Edward me fue a buscar al Instituto decidí poner mi mejor cara feliz e ir en su encuentro, aunque por dentro mi alma estuviera rompiéndose, él salió del auto mientras me acercaba yo y abrió la puerta del acompañante para mí, le regalé una de mis sonrisas más sinceras y entré en el Volvo,

Él se sentó en su lugar, tomó mi mano y besó el dorso,

_¿Cómo estás?_ me preguntó con cierto recelo, si ayer había visto en las mentes de la familia que había estado llorando tal vez le sorprendiese lo bien que me mostraba hoy,

_Bien…_

Me miró por el rabillo del ojo con una mueca de incredulidad mientras salía hacia la carretera,

_¿Y por qué estas tan feliz?_

Me mordí el labio tratando de no ser tan efusiva, él era mus suspicaz y si sospechaba algo de lo que yo sospechaba de él, iba a encontrar la explicación perfecta para poner cómo excusa _No lo sé… tal vez… algo que me dijo Alice me tiene así_

Me maldije a mí misma por meter a Alice en esto, él podía enojarse con ella creyendo que me había dicho algo, pero yo seguía creyendo en Alice… ella no me mentiría…

Por favor… Alice no me puede mentir… pensé.

_¿Qué te dijo?_ me preguntó como quién no quiere la cosa,

_Mmm… nada importante, solo que hoy puede ser un día muy especial_ dije despreocupadamente,

_Dime Bella… ¿qué te dijo que sucederá hoy?_ insistió luego de unos segundos de parecer pensativo, me mordí el labio ¿por qué había nombrado a Alice?...

_Bella ¿puedes dejar de hacer eso y decirme que te dijo mi hermana que sucedería hoy?_

Yo sacudí la cabeza en forma negativa y sonreí nuevamente, él parecía nervioso…

_Hay… Alice me va a matar_ susurré para mí,

_No… yo la mataré a ella primero_ contestó mirando la carretera algo enfadado,

_No te enojes con ella Edward, ella fue la única que me pidió que siguiera confiando en ti mientras todas estas últimas semanas estuviste ocupado saliendo sin explicaciones y haciendo llamadas misteriosas_ le reproché finalmente, él me miró con nerviosismo y peinó su cabello con una mano freneticamente, la velocidad del auto fue en aumento mientras yo pensaba que había dado en el clavo…

Oh dios…

Miré por la ventana resignada mordiéndome el labio mientras las lágrimas se acumulaban en mis ojos, no lo miré por temor a confirmar lo que mi mente sospechaba… ¿sería que por primera vez las visiones de Alice fallaran?...

_¿Me estas engañando?_ le pregunté sin poder contenerme más, una lágrima bajó por mi mejilla y vi cómo entrabamos al camino que llevaba a la casa a toda velocidad, él no dijo nada hasta que llegamos a la entrada. Se bajó rápidamente del auto y abrió mi puerta acuclillándose a mi lado,

_Bella…_ sus ojos parecían reflejar su pánico y eso fue el aliciente para mis sollozos, _ve a tu cuarto y sobre tu cama encontrarás la respuesta_

¿Qué me iba a encontrar allí? ¿la mujer con la que se estaba acostando? ¿a caso me lo iba a refregar en la cara?...

Bajé del auto y entré a la casa, Alice y Esme me miraban desde el ventanal que daba al patio, y lanzaron un beso al aire antes de salir corriendo al bosque, seguramente para buscar su caza.

Subí las escaleras hacia mi habitación y vacilé tomando la perilla de la puerta, si era una mujer la que estaba recostada en mi cama no estaba segura de que Esme y Alice hubiesen estado tan tranquilas y menos que la hubiesen dejado pasar,

Cree en Alice, idiota!... cree en Alice…

Entré a mi cuarto finalmente y mis pulmones arrojaron todo el aire contenido al ver sobre mi cama. Sobre ella había un paquete del tamaño de un libro, de papel blanco y un lazo rosa, al menos no era una mujer…

Avancé hacia la cama y tomé el paquete entre mis manos temblorosas y rasgué el envoltorio, dentro había una pequeña caja de Tiffany, era de forma alargada así que respiré tranquila… no podía ser eso tan pronto… ¿o sí?...

Abrí la caja suavemente casi temiendo lo que habría adentro y sonreí al encontrarme con una pulsera de plata con una inscripción en su parte plana…

“Mi corazón te pertenece para siempre”

Pero había algo más dentro de la caja, justo a un lado de la pulsera un sobre blanco que decía “Ábreme”…

Rápidamente lo tomé y dejé la pulsera sobre mi cama, luego me la pondría. Abrí el sobre y mis ojos se agrandaron al ver el contenido, tardé unos segundos leyendo hasta que mi voz pareció reaccionar,

_¡¿Un viaje a Florencia, Italia?!_ llevé una mano a mi boca sorprendida _Oh por dios…_

Y salí corriendo de allí con los boletos de avión en mano, bajé las escaleras temiendo tropezar y caer por ellas y levanté la cabeza para ver a Edward al final de estas esperándome, su rostro me decía todo… él estaba triste.

Corrí bajando los últimos escalones y me tiré a sus brazos que se abrieron rápidamente para recibirme en ellos,

_Dios Edward… perdóname por haber dudado!_ besé su mejilla, su mentón, sus comisuras hasta que me adueñé de sus labios, esos labios que eran mío… nada más que míos. _Perdóname mi amor. Perdóname por favor… por favor…_

Él me sostuvo con sus brazos rodeando mi cintura y me apretó tan fuerte como podía sin llegar a matarme,

_¿Cuando vas a entender que eres tú y solo tú?_ susurró aliviado _te amo tanto Bella… ese es tu regalo de cumpleaños… adelantado._

_Oh dios… ¿Florencia?... ¿en serio?_ gemí antes de besarlo nuevamente _te amo tanto_ lo besé nuevamente _tanto mi amor…_ y una vez más… _perdóname… te amo_

Y lloré de felicidad…

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Bueno amores, se va terminando este fic que tanto amé... solo unos cuantos capis más, se viene lo peor o lo mejor no lo sé...

Besotes y nos vemos el lunes con Custodio, también se vendrán historias nuevas... no se aflijan... las ammoooo y por ustedes y por amor a la saga jamás dejaré de escribir, gracias en serio el apoyo de cada día. Kisses!!!

Unas lindas palabritas para mí?...