Capitulo 15: Incertidumbre

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Incertidumbre

Podía sentir el mundo caer en sobre mis espaldas a medida que me movía detrás de ella, ella cambiaba tan fácilmente de actitud, como si de caretas se trataran. Ella podía ser amorosa y ansiosa como una niña a punto de recibir un helado de chocolate y al siguiente minuto ella parecía tan soberbia y segura de si misma, encerrada en ese caparazón cuando sentía que podía salir lastimada. Ahora ella me ignoraba completamente luego de haber pasado la semana más gloriosa de mi vida… y estaba tan jodidamente asustado, porque con todo y lo que ella era, yo sabía que me estaba metiendo en un terreno peligroso aquí… yo la deseaba tanto que ya no había manera alguna de estar lejos de ella… y no podía sentir eso. No debía…

Habían tantas malditas razones!... por dios… ella era mi jefa, la esposa de un multimillonario que con solo chasquear los dedos podía hacer desaparecer mi carrera entera si nos descubría… un hombre con tanto poder que podía pisarme como un bicho desagradable bajo su zapato y diablos, yo realmente necesitaba este trabajo.

Esme lo necesitaba, mi padre y mi hermana… prácticamente mi salario era el único ingreso en casa desde que comencé a trabajar para Isabella, los gastos que había conllevado la enfermedad de mi madre había arrasado con los ahorros familiares y prácticamente el salario entero de Carlisle por cada mes. Y no teníamos un maldito puto centavo para afrontar la cirugía que Esme necesitaba…

No… definitivamente no deseaba perder este trabajo. Sin embargo, ante lo crudo de la situación, hace días que había admitido dejar mi orgullo atrás y bajar la cabeza, solo esperaba que Benjamin Plath llegara a casa para pedirle, como un maldito indigente, un préstamo para afrontar los pagos de la cirugía… no había otra cosa que podía hacer y esto realmente se estaba tornando desesperado aquí.

Y luego Isabella decide ignorarme… ¿cómo carajo hago para afrontar todo eso sin ella?. Si aún sin saberlo ella era la que por las noches juntaba los pedazos rotos de un hombre devastado… dios… no podía sentir esto… no debía. Había sido todo tan maravilloso esta semana a pesar de todo que no quería renunciar a so aún, pero mantenía en mi cabeza que mi única prioridad por ahora era solo Esme, mi madre lo necesitaba… si ella... no, si a ella le sucedía algo, no me lo iba a perdonar nunca, mi padre y Alice la necesitaban… no podía dejar de luchar por ella por el hermoso y dulce sexo con una mujer.

_Edward…_ la voz de Bella me sacó de mis pensamientos, alcé mi cabeza solo para darme cuenta de que, tanto ella y su amiga Rosalie, se habían detenido en la puerta de un local en el centro comercial _Rose y yo entraremos aquí… puedes quedarte afuera, no creo que sea muy cómodo para ti estar aquí adentro_ dijo señalando un cartel en la entrada, oí la pequeña risita de Rosalie mientras Bella también sonría socarronamente.

¿Victoria Secrets?... no, ni porque me pague, no podía luchar con una fuerte erección justo ahí dentro mientras la veía comprar su ropa interior.

Ella debió haber notado mi mueca de pánico porque alzó las cejas como diciendo “lo sabía” y dio media vuelta para perderse dentro del local con Rosalie riendo detrás.

Tiré mi mano para revolver mi cabello y aflojé un poco la corbata, miré a mí alrededor y solo había gente allí, caminando con bolsas en las manos, algunas mujeres con sus niños y parejas abrazadas. Y yo… solo en mitad de esa multitud esperando por la mujer que me había vuelto loco en los últimos días.

Sacudí la cabeza incrédulamente, no podía dar crédito a lo que había sucedido en la última semana. Literalmente sobreviví todos estos días enterrado en Bella y aún necesitaba más… ¿Cuándo me había convertido en un precoz adolescente caliente?. Me encantaba hacerle el amor… no había otra palabra para decir, no había otra forma. Ella era la lujuria en persona y nunca… jamás había probado algo tan intenso como Isabella, ni siquiera en Londres donde todo es más liberal… no, no había comparación alguna. Ella era tan mujer, tan seductora cuando se retorcía en mi contra con su rostro desfigurado de placer, ella podía ser tan desinhibida en la cama y yo me había convertido en lo mismo, ella podía moler sus caderas contra las mías de una manera que podía llegar a volver loco a cualquier hombre, su espalda arqueada… su sabor… dios…

No puedes ponerte duro Edward, no ahora… no aquí.

_¿Edward?..._ murmuró alguien a mis espaldas _¿Edward Cullen?..._ al voltear sobre mis talones un hombre fornido y con una sonrisa amable venía hacia mí con su mano extendida. Lo reconocí de inmediato…

_Emmett…_ extendí mi mano y tomé la suya en un fuerte saludo, _que agradable verte nuevamente_ murmuré recordando la última vez que lo había visto. La vez aquella que había ido a su oficina a agradecerle la posibilidad que me había dado para ingresar al FBI, luego de obtener el trabajo con Isabella.

_Es agradable para mí también, nunca más fuiste a la oficina para tomar el cargo que quedó pendiente para tí así que supongo que te va bien en tu trabajo ¿no?_

Asentí con una mueca de orgullo… si supiera lo bien que me iba, nunca lo cambiaría por el FBI.

_Si, precisamente estoy aquí con ella…_ dije señalando vagamente el lugar por donde Bella andaba _ él alzó las cejas divertido cuando vio el anuncio de Victoria Secrets,

_Wooa hombre, gajes de oficio supongo… ¿sabes? En la oficina no tendrías que soportar andar prendado con una mujer llevando sus bolsas después como el chico de los mandados o andar abriéndole la puerta del auto. En la oficina las chicas son tan rudas como nosotros…_ dijo haciendo relucir su orgullo como agente.

_Oh ¿te gustan las chicas rudas?_ pregunté divertido, él se encogió de hombros y guiñó un ojo

_Gajes del oficio supongo…_ volvió a repetir. Con un movimiento de ojos situó su mirada detrás de mí y dejó de sonreír, su mandíbula cayó ligeramente. Al voltear a ver lo que había llamado su atención vi a Bella llegar con varias bolsas en la mano y Rosalie siguiéndola detrás con su mirada fija a mi lado.

_¿Necesita ayuda con eso Isabella?_ pregunté de inmediato, ella sonrió con una sonrisa de lado y negó lentamente. ¿A caso no quería que viera lo que traía en las bolsas?... su mirada astuta me dijo que era exactamente eso.

Oí un carraspeo a mi lado y caí en la cuenta de la presencia de Emmett, los cuatro nos mirábamos como esperando que sucediera algo…

_Oh… perdón. Isabella, él es Emmett Mc Carty, es… el jefe del FBI_ miré a Emmett y parecía complacido que lo haya presentado así _Emmett, ellas son Isabella Plath y Rosalie…_ fruncí el ceño al no saber el apellido, ella ignoró mi precaria presentación y levantó la mano a modo de saludo,

_Halle… Rosalie Halle_ Emmett tomó su mano y sonrió encantado al igual que ella.

_Mucho gusto señorita Hale… señorita Isabella_ asistió con la cabeza hacia Bella y ella sonrió atenta.

_Tengo que pasar a un local más y luego podemos ir a casa_ susurró Bella a mi lado, asentí y ella volteó hacia Rosalie, _Rose… ¿me acompañas a ver los vestidos de noche a Valentino?_ su amiga asintió sin dejar de mirar a Emmett e Isabella me miró alzando las cejas mientras comenzaba a caminar a mi lado,

_Creo que se gustan_ susurré cerca del oído de Bella, ella sonrió alzando una ceja incrédula.

_A Rose le gustan los hombres rudos_ dijo ella suavemente, echando una mirada hacia atrás,

_Entonces serán tal para cual_ miré sobre mi hombro y Emmett y Rosalie venían detrás nuestro hablando cómodamente.

Más tarde pasamos a un local de vestidos de noche, era un lugar grande y elegante donde una dependienta joven y rubia vino a atendernos en cuanto nos vio entrar, Rosalie y Emmett habían quedado fuera de la tienda porque Rosalie quería descansar en el patio de comidas cercano al lugar mientras Bella miraba los vestidos.

_Bienvenidos a Valentino´s, mi nombre es Lauren ¿Puedo ayudarlos en algo?_ la mujer rubia nos miraba tanto a Isabella como a mí con sus ojos brillantes y una sonrisa mecánica en la cara, Bella le indicó que deseaba ver y en seguida ella nos guió por el lugar. Me arrepentí no haberme quedado con Emmett afuera pero no quería ser el tercero sobrante, a demás Isabella me había pedido que la acompañase para tener en cuenta una visión masculina a la hora de elegir su vestido. Mmmm… no sabía yo qué podía llegar a saber de moda y vestidos pero si ella me lo pedía iría ciegamente a hacerlo.

La dependienta le mostró varios modelos mientras lanzaba miradas furtivas hacia mí, me sentía realmente medio incomodo allí mientras ella me miraba descaradamente e Isabella estaba entretenida observando los vestidos. La mujer rubia coqueteaba enroscando su cabello en la punta de su dedo, mordiendo su labio y hasta pasando su dedo índice lentamente por su escote hasta donde su camisa estaba abierta.

_Me probaré estos_ dijo Isabella a mi lado levantando la mirada hacia la mujer rubia, ella rápidamente cambió la mirada hacia Bella y Bella me miró a mí con el ceño fruncido, retuve su mirada por unos segundos y alcé los hombros levemente bajando la mirada.

Comenzamos a caminar hacia los vestidores cuando la dependienta tomó los modelos y nos guió por el local, llegamos a un corredor luminoso donde habían varias puertas y la mujer nos llevó a uno, abrió la puerta y entró dejando los vestidos en un pequeño sofá,

_Isabella yo te esperaré aquí afuera_ dije algo incomodo, por supuesto que mi mente estaba quemada de imágenes de ella desnuda pero esto era diferente, ella necesitaba comodidad. Ella abrió la boca para decir algo pero la dependienta la interrumpió,

_El señor puede esperar en nuestro hall, si gusta. Le podemos ofrecer un café si él desea… o cualquier otra cosa_ la mujer hablaba como si yo no estuviera allí pero su mirada estaba fija en mí y sonrió sugestivamente cuando dijo las últimas palabras. Me sorprendí cuando en un movimiento repentino Bella tomó mi mano y tiró de mí hacia el cuarto,

_Mi novio viene conmigo, gracias... necesito su opinión._ dijo antes de cerrar la puerta detrás de nosotros, el golpe sordo de la puerta resonó dentro del cuarto y ella bufó antes de caminar hacia el pequeño sofá. La miré atónito por un momento mientras ella tiraba su bolso con fuerza sobre el sofá, ¿ella estaba celosa?... hubiera podido sonreír ante esa idea pero ¿celosa por esa rubia que no le llegaba ni a los talones?... que poca perspectiva de su propia belleza que tenía.

El cuarto estaba forrado en espejos, excepto por una de las paredes donde había una amplia ventana que dejaba entrar la luz natural, en el centro había un pequeño sofá y en uno de los extremos un biombo que parecía antiguo. Me aproximé a la ventana y miré hacia afuera, desde esa altura se veía parte de la ciudad… aunque no de tanta altura. Volteé a ver a Bella cuando comencé a oír que murmuraba improperios y una sarta de incoherencias como “le pagan para que atiendan las personas”… “solo se ponen a coquetear”… “hablaré con el dueño del local”… “sinvergüenza”

A medida que ella hablaba entre dientes iba sacándose la ropa, desabrochó frente al espejo su vestido rápidamente, botón por botón mientras su piel pálida y tersa quedaba al descubierto. Cuando el vestido estaba desabrochado en la parte delantera, con sus pulgares enganchados en la tela los arrastró por sus caderas y lo dejó caer al suelo.

Jadeé cuando eso sucedió. ¿Qué quería hacerme? ¿Quería matarme?...

Su pequeño y delgado cuerpo era tan endemoniadamente sexy que tragué en seco al mirarlo, ella levaba puesto un conjunto de lencería de encaje color marfil, sus pequeñas bragas no eran más que dos triángulos unidos por dos delgadas tiras, su sujetador de encaje hacía resaltar su pecho y su transparencia dejaba ver esos hermosos y rosados pezones a través de la tela y para dejarme aturdido por completo, sus largas piernas vestían un par de medias de un blanco transparente que se ajustaban hasta el muslo. Ella se miró en el espejo y se inclinó a ajustar sus medias a sus muslos… ahogué un gemido.

Sus ojos se trabaron a los míos y la vi sonreír maliciosamente antes de llevar sus manos a su espalda y desabrochar su sujetador, lo deslizó por sus brazos y lo dejó caer al suelo, tragué saliva al ver sus cimas erectas, ella dio media vuelta y tomó uno de los vestidos del sofá, lo sacó de su percha y volteó al espejo para colocárselo.

Sentí envidia de la suave tela que acariciaba su piel a medida que ella lo deslizó por su cuerpo, la tela volátil parecía como raso, era de un azul brillante y largo hasta sus pies, su espalda era descubierta y podía jurar que se podía ver el inicio de sus nalgas… me moví incomodo al notar mi entrepierna dura, dios… esta mujer podía matarme…

Se miró al espejo en todos los ángulos, su escote delantero no era menor que el de la espalda, podía ver el nacimiento de sus senos. Ella tocó su cintura y su vientre plano y tazó sus pechos con ambas manos acomodando el vestido,

_¿Cómo me veo?_ murmuró mirándome a través del espejo. Mis pies se movieron solos y caminé lentamente hasta quedar detrás de ella, la pude ver estremecerse…

Oh dios… si bebé… no puedo mantener las manos alejadas de tí

Mi dedo índice recorrió su columna vertebral desde su coxis hasta su nuca, lentamente… suavemente… a medida que avanzaba ella arqueaba su espalda y mi erección palpitaba en mis pantalones,

_Hermosa… simplemente eres… la mujer más hermosa que vi en mi vida_ susurré antes de inclinar mi cabeza y dejar un beso en su hombro desnudo, solo vestido por una fina tira de raso que sujetaba el vestido a sus hombros _sensual…_ besé nuevamente, solo que esta vez más cerca de su espalda _ erótica…_ besé la piel de su nuca, ella soltó un jadeo _ me vuelves loco…_ pasé la punta de mi lengua por la piel de su cuello, tomé sus caderas con ambas manos y la empujé hacia mí, mi erección chocó contra su delicioso trasero _eso es lo que me haces bebé…_

_Edward…_ susurró jadeante, mis manos recorrieron su cadera por delante hasta cubrir su vientre y la oprimí contra mí moliendo mis caderas en ella, enterré mi rostro en su cuello y besé su piel, saboreé, lamí… chupé todo lo que mi boca podía tocar. _Oh Edward por favor…_ susurró rápidamente,

Enganché mis dedos en sus tiras de los hombros y los bajé, el vestido cayó por su cuerpo hasta sus pies y no pude soportar más, la tomé de la cintura la volteé y hundí mi lengua en su boca caliente, ella agarró mi cabello con ambas manos y las mías recorrían su piel de su espalda, su cintura, su maldito y delicioso culo,

_Oh dios Bella… me estoy volviendo loco aquí bebé…_ murmuré entre besos, ella puso sus manos en mi pecho y me empujó hasta la pared de la ventana, besó mi cuello mientras sus manos soltaban la hebilla del cinturón, tomé su rostro entre mis manos y la hice mirarme, sus ojos brillaban de lujuria, pasión… muchas cosas más que nublaban su marrón chocolate. La cerqué a mis labios y la besé como si se me fuera la vida en ello, mi lengua acarició la suya suavemente mientras mis manos bajaron hasta sus pechos y los amasé con mis manos, recorriendo sus pezones con mi pulgar. Ella terminó de desabrochar mi pantalón y sentí que adentraba su mano hasta tomar mi erección, la sacó y rompió el beso alejándose de mí, miró hacia abajo y masajeó mi miembro con movimientos suaves,

Es tuyo bebé… de nadie más, solo tuyo…

No di crédito a mis ojos cuando ella cayó sobre sus rodillas delante de mí y engulló mi erección con su boca. Cerré los ojos ante la sensación y tiré mi cabeza hacia atrás,

_Oh Bella… eso es…_ tragué saliva y volví a mirarla, mi pene entraba y salía de su caliente boca y gruñí al ver esa imagen tan erótica, su cabello caía en sus hombros y sus ojos estaban fijos en los míos, su lengua recorrió la punta y su pequeña mano se cerraba alrededor de la base masajeando suavemente. Ella cerró los ojos momentáneamente mientras engullía una vez más y otra vez, un gemido resonó en su garganta y vibró en mi erección _Oh! Mierda Bella!_ gemí tirando mi cabeza contra la pared, la sensación era… fuera de este mundo. La sentí bombear más rápido al tiempo que ella igual gemía, apreté la mandíbula y la miré nuevamente y gemí al verla con su mano libre debajo de sus bragas, sus dedos perdidos entre sus pliegues… _Oh bebé… eso lo debo hacer yo_

La tomé de sus mejillas y la obligué a levantarse mientras mi boca chocaba con la suya, mi sabor en ella era agridulce pero delicioso… rompí el beso y fui yo ahora el que la empujó contra la pared, tomé su mano de entre sus bragas y llevé su dedo a mi boca, cerré los ojos cuando su dulce ambrosía tocó mi lengua y lamí sus dedos, abrí los ojos y su mirada fue suficiente para sacar sus dedos de mi boca y besarla nuevamente mostrándole el sabor de ambos en nuestras bocas.

Siente bebé… así sabemos juntos… simplemente perfecto.

El beso se volvió frenético, sus manos se aferraron a mi cabello y las mías rebuscaron las tiras de sus bragas, tiré de ellas cuando las encontré y cayeron al suelo como el resto de su ropa. Ella alzó una pierna hasta mi cintura dejándome paso para enterrarme en ella y lo hice de un solo golpe… sin contemplaciones,

_Ah! Edward…_ gimió arqueándose contra la pared, una de mis manos sostuvo su trasero mientras que la otra sostuvo su pierna en mi cintura… y me hundí nuevamente en ella con mayor fuerza, _Ah dios…_ nuevamente arremetí contra ella, su núcleo caliente e hinchado se oprimía a mi alrededor y se sentía… oh sí, exquisito.

_Bella… dios… eres maravillosa_ gemí en su cuello mientras mi miembro duro entraba y salía de su cavidad caliente y mojada… cada vez más rápido.

_Dime que soy la única… dime que eres mío. Seré tuya siempre si me lo prometes_ murmuró jalando mi cabello para mirarla, recosté mi frente en la suya y la miré abrumado,

Bebé… soy tuyo hasta el día en que decidas hacer amasijos con mi cuerpo y mi corazón y tirarlos a un río…

_Soy tuyo…_ dije simplemente, mis movimientos se comenzaron a tornar frenéticos, salvajes… y cerré los ojos escuchando solo el sonido de nuestros cuerpos chocando,

_No… no cierres los ojos_ pidió posando la palma de su mano en mi mejilla, los abrí y la intensidad de su mirada me hizo bajar un poco lo frenético de mis movimientos, había algo más allí… habían lágrimas en sus ojos _cómo quisiera ser la única mujer en tu vida…_ susurró con voz temblorosa _pero no puedo exigirte algo que yo no puedo darte…_

¿Qué?...

_Bella tu eres la única…_ dije con sinceridad, no podía concebir besar a otra mujer, hacerle el amor como lo hacía con ella, no podía concebir otros ojos, otra voz, otro olor en mi cuerpo… no podía aceptar la idea de no estar con ella. Sea como sea quería estar con ella… y con nadie más.

Ella negó con la cabeza y una lágrima cayó por su mejilla… y me detuve, pero en seguida solo vi pánico en su mirada,

_No!... sigue por favor, por favor… no te detengas_ gimió azotando sus caderas contra mí, volví a moverme llevado por la intensidad del momento pero al mismo tiempo preocupado por ella. _Es solo… que te… deseo tanto, que me asusta_

_Yo también te deseo bebé_ susurré sobre su boca antes de fundirnos en un beso furioso, gimió en mi boca cuando mi lengua luchó contra su lengua. Mis caderas comenzaron a arremeter contra ella de manera posesa, mi pene vibró y se hinchó al sentir cercana su liberación _Oh bebé… vente conmigo Bella_ supliqué sintiendo más cerca el momento.

Ella sostuvo mi rostro con ambas manos en mis mejillas, mientras su boca emitía gemidos y sus ojos se fundían en los míos, brillaban… como nunca los había visto brillar, mordió su labio como si estuviera reprimiendo decir algo.

_Ahgg Bella…_ gemí saliendo y entrando duramente en ella, ella abrió los ojos grandes y apretó su mano en mi cabello, sentí cómo sus paredes se estrechaban exprimiendo todo de mí y con un gruñido grueso me liberé a chorros en su interior y ella gritó mi nombre escondiendo su rostro en mi cuello.

Palpité dentro de ella y sentí sus pequeñas contracciones en mi miembro, gemidos entrecortados salían de sus labios a medida que iba bajando de su orgasmo mientras yo trataba de controlar mi respiración. Reposé mi frente en un hombro y recosté de lado mi cabeza sobre él. Y nos ví en el espejo de enfrente… ella era tan endemoniadamente sexy.

Vestida solamente con sus medias y tacones altos, aferrada a mí como si fuera su roca en el mar… ella se veía como una diosa bajada del cielo y yo era el maldito afortunado que me la tiraba.

Unos pequeños golpes en la puerta nos hizo levantar nuestras cabezas, ella me miró asustada pero se calmó al momento,

_¿Señora? ¿Necesita algún otro modelo… o talle?_ dijo la voz de la dependienta algo vacilante, Bella frunció el ceño y susurró un “perra”…

_No gracias, en minutos saldré_ dijo hacia la puerta, oímos los pasos alejándose y me miró nuevamente. Aún estábamos unidos allí abajo, mis brazos sostenían su cintura y los de ella mi cuello, sus dedos acariciaban lánguidamente mi nuca.

_¿Por qué esas lágrimas?_ susurré mientras llevaba una mano a su mejilla y arrastré el camino de su llanto, _pensé que te estaba haciendo daño_ ella sonrió y negó con la cabeza, respiró profundo y mordió su labio… ¿nuevamente reprimía algo?

_Fue intenso… me sentí abrumada por todas las sensaciones_ dijo tragando rápido, _deberíamos irnos, tu amigo y Rose nos deben estar esperando_ asentí vacilante y me separé de ella, saqué mi miembro de su interior y lo guardé bajo mis pantalones. Ella se sostuvo un minuto en la pared y luego caminó a vestirse. Ahogué un suspiro al verla desnuda así, contorneándose al caminar…

Momentos después salimos de allí para reencontrarnos con nuestros amigos…

BPV:

Dime qué otra cosa puedo hacer, para derrumbar esta pared,

Que no te deja verme cómo soy, que me prohíbe el paso hacia tu amor.

Dime cómo hacer para lograr, el poderte enamorar…

Dame una pista o dirección… para conquistar tu corazón,

No puedo más.

~‡~

Sentía la humedad entre mis piernas, los restos de su liberación y sentí que mi pecho se oprimía con tan solo sentir eso. Estuve a… nada de decirle lo que siento, estuve solo a una palabra, que luchó en mis labios para salir. Pero inexplicablemente no pude, no cuando él había demostrado que no le importaba perder su trabajo con tal de amarnos libremente… no, él no me amaba.

Estábamos de vuelta a casa luego del centro comercial, Rosalie se había marchado en compañía de Emmett, al parecer la había invitado a tomar un café para terminar la tarde. Emmett parecía un hombre muy simpático y misteriosamente apropiado para Rose, lo cual me puso contenta, a ella parecía agradarle y quedó satisfecha cuando él se ofreció, al salir del centro comercial, a llevar sus bolsas hasta su auto. Edward reprimió una sonrisa por ese gesto que me pareció adorable, y Emmett rodó los ojos…

_¿Así que tu amigo trabaja en el FBI?_ pregunté mientras él manejaba a casa, me miró por el espejo retrovisor y sonrió,

_Si… en realidad, esta es la tercera vez que nos vemos, lo conocí cuando fui a dejar mi legajo a su oficina antes de entrar a trabajar para ti_ lo miré por un instante y algo se revolvió en mi estómago cuando pensé en la posibilidad de no haber conocido a Edward nunca, de una u otra manera le debo eso al ladrón que entró en el negocio de León.

De todo lo malo saca algo bueno… podía decir que era cierto.

_Es decir que si Benjamin no te hubiese contratado ahora serías agente del FBI?_ pregunté vacilante, él me miró una vez más y asintió con el ceño fruncido, ¿él pensaba lo mismo que yo?

_Nos conocimos gracias a tu marido_ dijo como si hubiese sido una revelación,

_No técnicamente_ aclaré _nos conocimos gracias al ladrón_ él alzó una ceja y le sonreí…

Si mi amor… definitivamente de algo malo siempre sale algo bueno.

Cuando estábamos acomodando las cosas en mi cuarto él pidió permiso para ir a casa de sus padres para cenar y dormir allí, asegurando volver al otro día temprano, dejé mi vestido azul en el vestidor y caminé hacia él para abrazarlo por la cintura, hundí mi cara en su pecho e inhalé su aroma masculino y a ropa limpia, amaba su olor… podía vivir con él durante su ausencia, pero no tan prolongada.

_¿No volverás por la noche?_ susurré dando pequeños besos castos en su pecho sobre la camisa,

_No creo, quiero pasar esta noche en familia si no te molesta_ murmuró en mi cabello _a demás ya tuviste tu ración de sexo de hoy…_ lo miré levantando la cabeza y una sonrisa torcida y sexy se extendió por sus labios…

Por supuesto… solo era sexo para él…

Sonreí tratando de parecer genuina y asentí, él me sostuvo de la cintura y acarició mi mejilla con sus nudillos, sentí un suave beso en mi frente y cerré los ojos… allí estaba, el dolor en mi corazón… esa pequeña punzada que sentía en mi pecho y que gritaba “corre de allí Isabella!, ese hombre es la muerte para ti…” pero como una buena masoquista me quedé en sus brazos, teníamos poco tiempo y a pesar de que él no le importaba aprovecharlo yo si lo haría.

_Te extrañaré…_ susurré nuevamente escondiendo mi cara en su pecho, abracé su cintura por debajo de su saco y suspiré profundo.

_¿Qué sucede Bella… ¿no quieres que valla?_ preguntó despacio repartiendo besos en el tope de mi cabeza,

_Si… solo, te extrañaré. Me acostumbré a pasar las noches contigo en mi cama_ admití, él se separó ligeramente y levantó mi mentón con su dedo,

_Mañana estaré aquí ¿si?... solo, descansa de mí esta noche, te extrañaré también, pero debo ir a casa… por favor_ me paré de puntillas cuando terminó de hablar y besé sus labios, cuando me quise separar de él sus manso viajaron a mi rostro y lo sostuvo para que el beso se profundizara. Me besó frenéticamente y mordió mi labio antes de separarnos buscando aire.

_Oh Bella…_ se alejó de mí y con una última mirada salió por la puerta de mi habitación.

El resto del día solo me limité a deambular por la casa, saqué ropa que ya no usaba de mi vestidor y lo puse en cajas que Loise me trajo para destinar a caridad, miré antiguas fotos de mis años en Europa pero dejé de verlas cuando las fotos solo eran de eventos donde aparecíamos Benjamin y yo como si fuéramos un matrimonio feliz, traté de organizar mi biblioteca de libros selectos pero me rendí cuando necesitaba la ayuda de alguien para llegar a los libros de los estantes superiores, me hice manicura y finalmente me escabullí a la cocina para cenar junto a Claire que había hecho otro de mis favoritos, pollo frito al estragón con papas pay.

A la noche luego de la cena estaba derrotada, me sentía cansada y con sueño y extrañaba terriblemente la presencia de una persona. Subí las escaleras luego de despedirme de Claire, Sam y Loise y me di un baño rápido antes de acostarme.

Mi sueño llegó a penas puse mi cabeza sobre la almohada, mis músculos tensos se relajaron y mi cuerpo cayó en la inconsciencia. A mitad de la noche… solo puedo decir que estaba aún la luna surcando el cielo, unos fuertes brazos rodearon mi cintura y su aroma en particular fue lo que me sacó de mis sueños, sus labios besaron mi hombro desnudo y su cadera presionó mi trasero, pude sentir su fuerte erección presionando contra mí.

_Lo siento… no pude soportar y vine_ su suave voz me habló al oído y sonreí, ahora si… estaba un poco más tranquila,

_Yo también te extrañé…_ dije somnolienta y di media vuelta para abrazar su cintura y hundir mi rostro en su pecho, mi lugar favorito. Él me acercó más a su cuerpo y entrelazamos las piernas hasta que nuestros cuerpos casi fueron uno. Levanté la cabeza para darle un beso en sus labios y cuando lo hice noté una nota de alcohol en ellos… no era desagradable, pero me había sorprendido.

_Duerme bebé…_ dijo acariciando mi espalda con sus manos,

_Mhhmm_ musité cayendo otra vez en mis sueños, exhalé hondo su aroma varonil y me quedé dormida en sus brazos. No había nada comparado con dormir en los brazos de quién se ama, y dormir en los suyos era fuera de este mundo… no tenía palabras para ello, sabía que en sus brazos estaba segura y si él me lo permitía, en sus brazos podía ser feliz. Si él tan solo me amara… si tan solo pudiera sentir algo por mí…

Lo amaba…

Un ruido sordo me despertó a la mañana siguiente, me sobresalté cuando lo sentí… cuando abrí lo suficiente los ojos, Edward ya no estaba a mi lado. Rebusqué por la habitación y él estaba a un lado de la cama vistiéndose rápidamente,

_¿Qué sucede?_ pregunté tallándome los ojos, él me miró con pánico en los ojos y negó con la cabeza,

_Debo irme…_ susurró rápidamente mirando su reloj _solo unos minutos y estará aquí…_

_¿Quién? ¿qué horas es?_ miré hacia un lado y el reloj de mesa marcaba las seis y treinta de la mañana,

_Es…_

En ese momento unos golpes en la puerta de mi habitación me sobresaltaron, la manija se movió indicando que había alguien del otro lado tratando de entrar, miré a Edward que miraba la puerta con pánico y me sobresalté al oír la voz del otro lado,

_Isabella, soy Benjamin… ¿puedes abrir?_

Miré a Edward que palideció al instante y mi corazón retumbó en mis oídos.

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Hola amores!! aquí está el capi!!! Espero que lo hayan disfrutado, las amoooooo!!! Ah! acuerdensé de mandar sus viñetas antes del diez, ese es el último día, besotes!