Capitulo 1: La llegada

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Estrenos en el blog, Sii!! Al fin. Bueno, primero que nada decirles que estoy muyy, pero muy feliz de comenzar esta historia, ya me mataba la ansiedad.

Todo esto comenzó con un sueño y literalmente en cuanto desperté comencé a escribirlo, con Ada teníamos la idea ya de hacer un fic juntas, en el que la amistad entre un hombre y una mujer se viera reflejada. Este sueño nos vino como anillo al dedo por lo que ella se me unió al proyecto, Daniel fue la causa inspiradora de todo esto… un amigo de ella que casualmente también conocí, así que Dani, gracias!.

Amores, no saben lo importante que es este proyecto para mí, no solo porque fue un sueño hecho realidad o casi, sino también porque lo escribo junto a una de las personitas más importantes de mi vida, mi Ada. Gracias hermosa por compartir esto conmigo, gracias por hacerme soñar y estar en mi vida, te amo y te lo agradezco.

Ok, aquí va el primer capi… para nosotras dos, tanto ella como yo, las estaremos esperando. Gracias!

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La llegada

Tenía que apresurarme a terminar de zurcir el dobladillo del vestido de Ali antes de salir hacia el aeropuerto, ella tenía que estar perfecta, como siempre lo estuvo en las fotos. Yo por mi parte estaba ya vestida con unos jean sencillos a la cadera y una camisa de veano blanca con pequeñas flores rosas que mi niña me había elegido para mí, me parecía cursi… bueno, al menos para la ocasión, no es que fuera a buscar al amor de mi vida o algo… no, bueno… de todas maneras, Ali la eligió y ¿quién era capaz de decirle que no? Yo menos que nadie.

_Mita!... no encuentro mis zapatos de charol!_ sentí su grito desde la habitación, la aguja se resbaló y me pinché el dedo, en ese mismo instante dejé de respirar y dejé el vestido sobre la mesa, corrí hacia el baño y abrí el agua fría del lavamanos, puse el dedo debajo del chorro y respiré aliviada,

_Ali ayer los pusiste debajo de la cama ¿no lo recuerdas?_ grité hacia la puerta, miré la hora y me apresuré a cerrar la canilla y secarme las manos, inspeccioné los daños causados por la aguja y por mi torpeza y no había rastros, por suerte tenía buena coagulación, _mi amor debemos prepararte, ya hay que salir!_ corrí hasta la cocina nuevamente y terminé de darle las últimas puntadas al vestido.

Minutos después mi hija estaba preparada con su precioso vestido color marfil y sus zapatos de charol que su nana Esme le había regalado y el cabello rizado como el mío en una coleta en la nuca… Ah y su hermosa sonrisa de blanco reluciente en el rostro. Mi Alizzé era hermosa, por lejos la niña más hermosa de su edificio y tal vez de su escuela… mmm… bueno, un poco de orgullo de madre no hace daño a nadie.

Tomé mi abrigo de detrás de la silla y con la otra mano tomé su pequeña manita, cerré la puerta del apartamento y caminamos hasta el ascensor, maldije por dentro al ver todavía el cartel en su puerta que parecía burlarse de nosotros,

“Clausurado por reparaciones”

_No lo puedo creer, hace una semana que está en reparaciones ¿Qué mier…?_ me cubrí la boca antes de que mi Ali escuchara algo,

_Mamá!_ exclamó mi niña soltando mi mano y tapándose los oídos _ No oigo nada, no oigo nada, tengo orejas de pescado…_ canturreó cerrando los ojos dramáticamente, reí ante su gesto y olvidé el motivo que me había hecho casi maldecir frente a mi pequeña, ella me miró con las cejas fruncidas y un gesto reprobatorio _tía Alice dice que solo los hombres gruñones y los borrachos dicen palabrotas, no las damas_ suspiré rodando los ojos y sonreí mientras comenzábamos a caminar hacia las escaleras,

_Pues dile a tu tía Alice que venga a vivir a este edificio, que sea tan torpe como yo y tan impuntual y que luego nos cuente…_

Al llegar abajo corrimos hasta el estacionamiento del edificio hasta llegar a mi Audi, había comenzado a llover en algún momento de la tarde y el cabello de mi niña se estaba comenzando a esponjar al igual que el mío. Acomodé su cabello,  le coloqué el cinturón de seguridad y me acomodé en el asiento, puse la llave en el arranque y lo encendí… pero justo cuando me di vuelta en el asiento para hacer marcha atrás, el motor se apagó súbitamente,

_No, no… por favor_ gemí antes de intentarlo nuevamente _¿por qué a mí? ¿Por qué hoy?_  volví a intentar bombeando el embriague con mi pie  y no pasó nada de nada, miré a mi niña mordiéndome el labio y tratando de reprimir las ganas de maldecir a los cuatro vientos

_¿Y si le decimos a tía Alice?_ preguntó ella inocentemente desde su asiento _ella nos puede llevar o lo puede ir a buscar_

_No! Tenemos que ir nosotras!... le prometí que iríamos nosotras_  grité exasperada, suspiré profundo y miré a mi niña, nunca le gritaba… las pocas veces que lo hacía era a causa de mi pésima suerte y después de un día agotador y siempre me arrepentía después. Ella había volteado su cabeza, su mirada estaba clavada en la ventana y sus manitas cruzadas en su regazo, quietita y sin pestañear… _Oh Dios Abi perdona, es que… es importante para mí, hace muchos años que no nos vemos_ llegué hasta ella y la abracé plantándole un suave beso en la frente, acaricié sus suaves cabellos y ella volteó a verme con una incondicional sonrisa en sus labios, algo triste pero una sonrisa al fin…

_Tía Alice dice que si eres paciente las cosas te saldrán_ murmuró con suavidad, agradecía esa extraña habilidad de los niños para olvidar que están enojados, sonreí…

_Ok, si tía Alice lo dice debe ser cierto ¿no?_ murmuré acariciando su mejilla de un blanco perla, ella asintió fehacientemente. Recargué mi frente contra la de ella y miré sus pequeños ojitos de un azul cielo agradeciendo la misteriosa sabiduría de los niños, tantas veces mi hija me enseñaba demasiado y tantas veces me maravillaba con ese pequeño cerebrito. _¿Sabías que te amo bebé, no?... tú… eres… mi… todo_ dije picando su pancita suavemente con mi dedo con cada palabra… mi niña rió. Me volví en mi asiento nuevamente y giré la llave… y arrancó…

_¿Ves?_ chilló mi niña desde su asiento. La miré y asentí lentamente con una sonrisa. Momentos después ya estábamos viajando por las calles de Seattle hacia el aeropuerto.

OOOOOOO

_¿Mita?_ llamó ella desde su asiento en la sala de desembarque, mientras yo veía impaciente los carteles del aeropuerto en constante cambio, los arribos… los despegues… los retrasos… _¿Cuál es el que esperamos?... tengo hambre y me suena la pancita, quiero de ese pastel que hicimos hoy._ giré y caminé hasta ella luego de comprobar que su vuelo arribaba dentro de unos quince minutos más,  mi niña miraba con el ceño fruncido las mismas carteleras que yo había estado comprobando,

_El vuelo que viene de Paris_  le dije sonriente _ya está por aterrizar ¿quieres ver cómo lo hacen?_ ella asintió saltando de su silla y tomándome de la mano para seguirla,

_Si! Vamos! Quiero ver!_ gritó dando pequeños saltitos, negué con la cabeza mientras sonreía, ella podía ser tan Alice a veces, creo que me estaba pasando factura su tiempo con ella.

Caminamos hasta el área de desembarque sorteando a la gente entre los grandes corredores, llegamos hasta una gran área donde los altos ventanales nos dejaban ver las pistas de aterrizaje y despegue, el sol se estaba poniendo ya y los aviones continuaban con su trajín de todos los días…

_Mita… ¿Y cómo se conocieron?_ murmuró mi niña a mi lado mientras ambas observábamos por el ventanal, sonreí al recordar ese día…

_Tu abuelo Charlie fue el culpable _le dije acuclillándome a lado de ella _él me regaló para mi cumpleaños número doce una bicicleta nueva, era hermosa… tenía cintas rosadas en el manubrio y un claxon estridente, estaba pintada enteramente de un rosa pálido y pequeñas flores rojas pintadas adornaban el asiento. En fin… salí a dar una vuelta por mi calle ese día, no había tráfico como aquí… en Forks es difícil encontrar mucho tráfico. Así que me fui con mi bicicleta nueva a dar la vuelta por mi manzana. Estaba feliz de andar en mi bicicleta, pero habían tres niños en una esquina jugando con sus skates ¿y sabes que hicieron?_ le pregunté, ella que estaba atenta a mi relato se levantó de hombros y luego de pensar un segundo abrió sus hermosos ojos azules bien grandes sorprendida,

_¿Ahí estaba él?_ inquirió curiosa,

_No… esos niños, que no sé quiénes eran, se burlaron de mi bicicleta_ murmuré con un enojo fingido, ella prestaba atención… como si estuviera contándole uno de sus cuentos… _por mirarlos me caí y uno de ellos tomó la bicicleta del suelo y la tiró calle abajo…

_Oh… ¿y se rompió?_  exclamó sorprendida y apenada a la vez _¿y tú qué hiciste?_

_Yo me puse a llorar, era muy tonta en esa época._  dije como si no importara _¿pero sabes qué sucedió?_

_¿Qué?... cuéntame mami_ pidió

_De la nada, a unos metros de la calle apareció él con otros niños, tomó la bicicleta del suelo y se acercó con ella hasta mí, que aún estaba en el suelo sin poder moverme…_ sonreí al recordar la escena, estaba tan fascinada con ese muchacho…

_¿Y?_ cuestionó mi niña _mita… dime que él fue lindo y no como los otros niños feos y malos_ refunfuñó cruzándose de brazos, suspiré y sonreí…

_Y él, como todo el caballero que es, me ofreció su mano para levantarme del suelo._ murmuré, ella sonrió soñadoramente _los niños que estaban en la esquina se fueron corriendo al ver que tenía un defensor… en realidad no solo uno, tres! Y ese día caminé con mis defensores que me acompañaron hasta casa con mi bicicleta nueva un poco maltratada…_

_Oh… que valientes!... en mi jardín no hay ningún niño que se comporte de esa manera con una niña, todos son peleadores y solo nos hacen bromas_ se quejó con un pequeño puchero _ ¿y cómo se llamaban esos niños?_

_Mmm… el más grande y que parecía  demasiado grande para su edad, pero que también era el más gracioso de los tres, era Emmett_ dije recordándolo,

_Oh! ¿El Emmett de la tía Rose?_ dijo sorprendida, yo asentí…

_Emm fue un gran amigo… lo es, solo que ahora vive lejos._

_¿Lo podemos ir a visitar algún día?_ pidió dando pequeños saltitos en el lugar y con su mirada especial con la que sabía que no obtendría un no como respuesta,

_Veremos Ali_ afirmé pensando en el presupuesto que tendría un viaje como ese. Un viaje a New York no era cosa de todos los días y yo no estaba como para pagar semejante lujo, tendría que sacrificar algunas cosas pero ¿por qué no intentarlo?. Después de todo desde que Alizzé nació nuestra única salida de todos los años solo era un viaje a Forks en las vacaciones para ver a su abuelo, de allí… nada más, tal vez una que otra pasada a La Push.

_¿Y cómo se llamaba el otro niño?_  preguntó sacándome de mis divagues,

_Ah, ok… el otro niño era Jassper_ murmuré con parsimonia, sus ojos se agrandaron de la sorpresa y en su pequeña boquita se formó una “o” _Sí, el Jassper de la tía Alice_ me adelanté _el hermano de Rose_ aclaré…

_Qué bien! Eran tota una bandita…_  dijo sorprendida aún, yo asentí y le sonreí revolviéndole el cabello _pero… ¿Y tu salvador?_

_Mmm… mi salvador fue el mejor chico que he conocido siempre_ medité ensimismada,

_¿Mejor que Jeiky?_ su pregunta me sacó de mi divague…

_Si…_ reí _ mejor que Jake_ susurré cerquita de ella _pero no se lo digas_ ella rió asintiendo, que dios me perdone por hacer mentir a mi hija… bueno, ocultar…

_¿Y cómo se llamaba?_ preguntó,

_Ok, él se llamaba…

_¿Bella?_ llamó una voz masculina detrás de mí, miré a mi niña con los ojos bien abiertos… porque Maldición! Había reconocido esa voz…

_Wauu_ musito mi niña al alzar sus ojos detrás de mí, tragué en seco y volteé la cabeza lentamente  hacia esa voz.

Y allí estaba…

_Edward_  susurré sin poder creerlo… solo experimentando si al decir su nombre significaba que existía. Él no respondió, se inclinó y dejó una maleta en el suelo sin dejar de mirarme, sus ojos verdes penetrantes como siempre fijos en los míos. Me levanté de mi lugar y volteé hacia él…

Si no fuera por esos ojos verdes que acompañaron cada paso de mi vida, esa voz… si no hubiese sido por su cabello color bronce… no habría creído que este encuentro era real.  Sabía que había gente a mi alrededor, sabía que una pequeña manita tiraba de mi pantalón para llamar mi atención, sabía que debía moverme… ¿pero cómo?... después de años de no haberlo visto ¿cómo se suponía que debía reaccionar?

Entonces él me indicó cómo… su preciosa sonrisa torcida se hizo presente y todas mis dudas se esfumaron,

_¡Edward!_ grité haciéndome brincar a mí misma, fue como si hubiese descubierto mi propia voz… y él rió… había olvidado su hermosa risa. Y yo reí… por lo estúpido de la situación. Y no me pude detener, en dos pasos rápidos me acerqué a él y me colgué de su cuello mientras sus brazos familiares rodearon mi cintura.

_Dios… Bella_ susurró en mi oído, me estrechó más hacia él en un abrazo interminable, que casi valía por todos los que no nos habíamos dado,

_Ed… ward_ jadeé sin darme cuenta en qué momento había comenzado a llorar, él se apartó de mí y ahuecó mi rostro entre sus manos tomando mis mejillas,

_Oh Bella, no llores… no preciosa_  susurró con su frente recargada en la mía, sus pulgares acariciaron mis mejillas borrando las lágrimas que no me dejaban ver su hermoso rostro, sonreí por ese gesto familiar…

_Es que… te extrañé demasiado…_ balbuceé y  besé la punta de su nariz, como solíamos hacer.. Me alejé y me mordí el labio al limpiar con mi pulgar las lagrimas que habían quedado allí, _Mira que grande estas Cullen_ bromeé señalándolo con mi mano… reímos juntos hasta que una manito pequeña se aferró a mi pierna,

_Oh…_ me separé de él para mirar entre nosotros y ver a mi niña que miraba curiosa la escena _Edward…_ dije alzando a mi pequeña en brazos _tengo que presentarte a alguien_

_Oh_ dijo él mirando a mi hija _¿quién es esta preciosidad?_  rodé los ojos ante su actuación, por supuesto que él ya la conocía, yo me había encargado de eso todos esos años con miles de fotos y videos.

Mi niña rió tímidamente mientras retorcía sus manitas en su regazo,

_Edward, ella es Alizzé Swan… Alizzé él es Edward Cullen_ presenté formalmente.

_Mucho gusto princesita_ dijo él mientras picaba la pancita de mi niña con su índice, ella rió retorciéndose en mis brazos, Edward rió también y nos miró a ambas pensativo. _Es una pequeña Bella… tiene tus mismos rasgos, el mismo cabello, tu color de piel… tus labios_

_Excepto por los ojos_ dije haciendo una mueca, él sonrió complaciente…

_Si, pero igualmente son hermosos… aunque no fueran los tuyos_ murmuró antes de acercarse y besar mi frente.

Los ojos de mi niña era lo único que me hacía recordar cada día que los errores suelen cometerse… que a veces derivan en cosas buenas y otras en no tantas. Mi error derivó en la cosa más espectacular de mi vida… mi hija; Alizzé Elizabeth Swan. Tenerla a ella me dio razones para luchar, cuidar de su pequeña vida fue cuidar de la mía misma, porque sin ella mi vida no tenía sentido. Y si alguna vez se me diera la oportunidad de volver el tiempo atrás y hacer las cosas bien, las haría tal cual las había hecho… con el dolor y las lágrimas incluidos, porque me habría llevado a mi niña.

Besé su mejilla cuando sus manitos rodearon mi cuello y su boca se acercó a mi oído despacio aún en su timidez,

_Tu amigo es muy lindo_ susurró lo demasiado alto como para que Edward la escuchara, él simplemente arqueó las cejas y sonrió,

_Si_ susurré de vuelta en su pequeño oído _pero no se lo digas porque se hará el presumido_  Edward se carcajeó al escucharme y solo sonreí. Ali se retorció en mis brazos para bajarse y la dejé en el suelo, mordiéndose el labio, un hábito que aprendió de mí, tomó vacilante la mano de Edward y carraspeó,

_Mami hizo pastel, ¿quieres un poco?_ murmuró con toda su fuerza de voluntad para dejar la timidez de lado,

_Oh si Ali, extrañaba la comida de tu mami_ tomó firmemente la mano de mi niña y levantó la cabeza, miró detrás de mí y frunció el ceño,

_¿No vino el chico afortunado?_  hice una mueca de incomodidad ante su pregunta, él había dicho alguna vez que sería un tremendo y maldito afortunado aquel que pudiera obtener mi corazón y que él mismo se iba a hacer cargo de cerciorarse de que realmente esa persona estaba a mi altura para dar el siguiente paso conmigo, algo exagerado de su parte, pero así era Edward.

_No… mmm… hoy trabajó hasta tarde en el taller y… no lo quise molestarlo_ dije mirando a Ali que se distrajo examinando con sus deditos el valioso reloj de pulsera de Edward _supongo que mañana lo conocerás_ sonreí incómodamente al ver su mirada de de reprobación en el rostro, él siempre fue un caballero y si fuera él “el afortunado” no me hubiese dejado salir sola de casa con Ali en auto bajo la lluvia y de noche.

Exagerado… ya dije…

_Bien_ murmuró inclinándose a tomar su equipaje con su mano libre, ya que mi niña parecía no querer soltar su otra mano _supongo que tendré que tener una larga charla con el sujeto_

_Edward…_ advertí suplicante, lo que menos quería era discusión en los días más importantes de mi vida, él me miró y negó rápidamente con la cabeza mientras comenzaba a caminar hacia las puertas de salida de la mano con Ali,

_Por cierto…_ dijo deteniéndose al recordar algo _gracias por invitarme… y perdón por haberme perdido todos estos años_ vi sinceridad y arrepentimiento en sus ojos mientras me acercaba a él, me paré de cuclillas para plantarle un sonoro beso en la mejilla y lo miré sonriente,

_Gracias por aceptar ser el padrino de la boda… no sería lo mismo sin ti_

Asintió sonriente y juntos caminamos hacia la salida…

Con Edward aquí todo estaba bien al fin, él era mi piedra de toque y mi ancla, nada podía salir mal, nada…

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Uff... ja ja... que lindo parto. Bueno amores, los otros capis que siguen son más largos, esperamos sus palabras... las amamos, besotes!!