Capitulo 23 : Al filo del abismo

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Al filo del abismo

_Eres tan hermosa…_ susurré acariciando el cabello que se derramaba en la almohada alrededor de su cabeza, sus respiración pausada y tranquila hacía que su pecho subiera y bajara acorde a la tranquilidad de sus sueños, ella dormía placidamente. _Te amo tanto…_ susurré aún más bajo.  Era la primera vez que decía esas palabras en su presencia aunque ella no me escuchara.

La luna brillaba en lo alto derramando una suave penumbra dentro de la habitación, una luz suficiente como para verla a ella, no necesitaba más. Su piel tersa parecía brillar como si pequeños diamantes diminutos se incrustaran en su piel, su boca entreabierta exhalando el aire me llamaba, pero más lo hacía su cuerpo desnudo debajo de las sábanas. Tomé la orilla de la sábana y la bajé por su cuerpo descubriéndola, sus suaves y firmes montes, sus pezones erectos haciéndome agua la boca por querer probarlos, su plano abdomen aún… el lugar donde cobijaba a mi niño, mío… mío y de ella, el ombligo su sol, su pequeño parche de bello que cubría el lugar de mi adoración entre sus piernas y que aún brillaba a causa de nuestra excitación, sus largas piernas, cansadas y lánguidas por haberme envuelto momentos antes. Ella era tan hermosa… su piel pálida y cremosa, suave… deseaba poder besarla hasta sucumbir en la locura.  _Te amo demasiado bebé_ repetí.

Ella me había dado lo que había deseado esa noche, sin miramientos, sin preguntas ni peros, ella se había entregado a mí para satisfacer mi ego herido. Me acarició  el cabello cada vez que me sumergí entre sus piernas para embriagarme de su ambrosía, se estremeció con cada toque de mi lengua ansiosa sobre sus pezones, me cobijó en su interior mientras gemíamos al unísono con cada estocada y me besó con hambre cada vez que la necesite… y nunca hizo preguntas, nunca un reclamo.

Ese día había sido unos de los peores de mi vida y la única manera de olvidarlo había sido de esa manera, al menos momentáneamente.

Bella había salido temprano luego del almuerzo, Rosalie había pasado por ella para salir de compras y disfrutar el día, ambas amigas no se veían muy seguido últimamente, entre Bella y yo en nuestro refugio y Emmett con Rosalie, ellas se habían separado, por lo que al parecer debían ponerse al tanto.  Quería acompañarla, para luego pasar a nuestro lugar el resto de la tarde, pero al mismo tiempo sabía que era tarde de mujeres y no quise ser inmiscuido.

A media tarde, luego de haber comprobado por segunda vez el sistema de seguridad de la casa, Loise vino hasta mí para informarme que Benjamin requería mi presencia en su despacho.  Respiré hondo y me encaminé hacia allí.

No sabía lo que podía ser ahora, pero había aprendido que cuando Bella no estaba en casa o estaba durmiendo, él aprovechaba esos momentos para sentenciarme, ¿sería distinto esta vez?.

Toqué la puerta con firmeza, que supiera que dijera lo que me dijera ahora no iba a poder amedrentarme. Su voz seria me indicó pasar y abrí la puerta. Benjamin estaba recostado en el sillón de su despacho, era la primera vez que lo veía con ropa informal, solo una camisa blanca con los primeros botones desabrochados y un pantalón de jean azul, un sweter sobre los hombros y zapatos cómodos. A su lado había alguien más, un hombre al que había visto en esta misma casa en varias ocasiones, Tayler, su abogado.

_Edward!, pasa por favor_ exclamó con falsa amabilidad, él se paró del sillón de cuero negro en cuanto me aproximé a él y señaló a la persona a su lado.  _él es Tayler mi abogado, nos acompañará a algunos lugares a los que necesito ir contigo._ dijo sin más. Él hombre a su lado alzó la mano para que yo la tomara a modo de saludo, pero yo no registré ese gesto… mis ojos estaban fijos en Benjamin, 

_Lo siento, no comprendo… ¿a que lugares debo acompañarlo?_ murmuré descolocado, Benjamin me miró con exasperación.

_Necesitamos confirmar algunas cosas y terminar de definir otras_ dijo antes de tomar el maletín que estaba a sus pies y un bolso pequeño negro, _ya verás qué, a demás no deberías preocuparte, son cosas que te beneficiarán_

_Pero, Bella…_

_Isabella… está bien_ dijo remarcando su nombre entero _a demás si viene ella vendrá agotada e irá a descansar, no te necesita para nada más ¿no crees? Ya hiciste suficiente_ no dejé de notar la burla en su voz.

Él avanzó hasta la puerta y esperó por mí, que había quedado pasmado sin poder reaccionar. ¿Qué era lo que pretendía? ¿Qué cosas teníamos que ultimar?

_Edward, hagamos esto antes que mi esposa regrese, vamos por favor, no hagamos perder el tiempo a Tayler_

Diablos!...

Cerré los ojos y tomé una respiración profunda, di media vuelta sobre mis talones y salí del despacho siguiéndolos a ambos. Él misteriosamente llevando su bolso de mano y el maletín, ¿dónde íbamos?...

Salimos de la casa y el Mercedes estaba ya preparado en la entrada, Sam en seguida abrió la puerta mirándome con el seño fruncido, si hubiese podido leer su mente seguramente hubiese encontrado la pregunta que se hacía “¿Dónde vas con él?”… bueno, ni siquiera yo lo sabía. 

_Sam, hoy conducirá Edward, tómate el día libre_ murmuró él antes de entrar al auto, Sam me miró con las cejar arqueadas y yo alcé los hombros haciendo una mueca con los labios. Tayler entró después de él y yo me dirigí al asiento del conductor para tomar el mando del volante.  _Al Hollidays Center Helt Edward_ pidió él. Asentí mirando por el espejo retrovisor y arranqué hacia la salida. ¿Qué íbamos a hacer al centro de salud ahora? ¿por qué con Tayler?.

Conduje por las calles atestadas de Seatlle mientras oía murmurar en el asiento trasero, la música suave que salía del stereo no me dejaba distinguir de qué se trataba. De todas maneras no me interesaba…

_Edward ¿crees que podría tener una cita con tu padre lo antes posible? Necesito ultimar detalles con él urgentemente_

Oh… ¿con que esas se traía, he?

Apreté mis manos en el volante tratando de mantener el control, nuevamente metiéndose con mi famita. Mas allá de que yo le había dado literalmente la oportunidad de hacerlo, ¿no podía solo darle el dinero a mi padre y ya?. Ese pensamiento me estremeció, era claro que él estaba dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias con ese trato, por supuesto yo al parecer yo ya había cumplido mi parte, ahora él también lo haría, así se manejaba en su gran mundo de los negocios.

_¿Hay alguna manera de que yo le haga llegar lo que quiera decirle?_ pregunté tanteando el terreno, aunque de ante mano ya sabía la respuesta,

_No, lo siento Edward, a lo que concierne con el dinero, me encargaré yo directamente con él_ dijo con voz dura _tú ya sabes lo que tienes que hacer, limítate a solo eso_

Asentí tratando de mantener mi respiración pausada.

_Le haré saber que usted desea hablar con él, seguramente lo podrá recibir en su consultorio_  miré por el espejo retrovisor para verlo asentir, en seguida se sumió en una conversación en murmullos con su abogado.

Llegamos al centro de salud más pronto de lo que pensaba, al parecer no medí la cantidad de presión que ejercía mi pie en el acelerador, mi mente estaba sumida en cosas más importantes, que en la posibilidad de matarnos en el camino, eso era lo que menos me importaba.

Bajé del Mercedes y abrí la puerta de atrás para que ellos bajaran,

_Sígueme Edward_ dijo él antes de entrar al lugar. Aseguré el Mercedes y los seguí silenciosamente, ellos recorrieron los pasillos del lugar totalmente desconocido para mí. Era un Centro de salud exclusivo, mi padre solo era médico generalista por lo que solo conocía el hospital  general como único centro.

Poco después de recorrer las inmediaciones del edificio, entramos al área de consultorios y nos detuvimos en una puerta que en el frente rezaba Dr. Estefan Brown. Supuse que era el medico personal de él.

Lo confirmé cuando el mismo hombre que había atendido a Bella cuando sucedió lo de su desmayo, abrió la puerta y con una señal de su mano nos indicó entrar.  Lo hice detrás de Benjamin y Tayler.

_¿Tienes todo lo necesario?_ le preguntó Benjamin dejando su portafolio sobre el escritorio,

_Si Benjamin, pero debo decirte que me costó mucho conseguir este documento…  las leyes de la clínica no son las mismas que las tuyas y por lo tant…_

_Lo sé, lo sé Estefan. Te recompensaré por eso, lo sabes, gracias por haber arriesgado tu título profesional por estos documentos_ murmuró Benjamin con tono sarcástico. Él recogió una carpeta de archivo que había sobre la mesa y comenzó a ojearlos. Taylor observaba asiduamente todo lo que él podía leer y Benjamin asintió cerrando la carpeta, el que parecía un historial de salud. _Solo quiero que cambies esa parte, ya no soy, ni seré infértil Estefan, ¿no es cierto Edward?_  sonrió con arrogancia.

¿Eso eran esos papeles? ¿Quería borrar toda evidencia que dijera que él no podía concebir un embarazo?... por supuesto, si Bella estaba embarazada, él se iba a encargar de todas las maneras posibles, que nada entorpeciera sus planes, ni siquiera la clara evidencia que gritaba que él era estéril. Un hijo legítimo al cien por cien… eso era lo que buscaba, aunque pesara en su conciencia que no era así.

_¿Tienes algo más para mí Estefan?_ preguntó dejando los archivos a un lado. el médico caminó hasta su escritorio luego de asentir con su cabeza y sacó de uno de los cajones, un pequeño sobre blanco que extendió hacia Benjamin.

_Tengo que apoyar estos estudios con una ecografía, pero Isabella está embarazada. Los niveles abruptos de hormona HCG me lo indican, la ecografía nos arrojaría la cantidad de tiempo de gestación exacta, pero a juzgar por el alto nivel actual de tal hormona, ella estaría en su segundo mes de gestación. Ciertamente tu esposa goza de un embarazo hasta ahora saludable. Muchas felicidades Benjamin, tendrás tu primogénito_ murmuró el médico sonriéndole.

Oh dios…

No oí nada más, supe que Benjamin sonreía y estrechaba las manos de ambos hombres, supe que palmeaban su espalda, pero yo desvié la mirada adolorido hacia el suelo. Volteé lentamente  hacia la ventana que miraba a la calle y llevé mis manos unidas a mi boca, queriendo reprimir tantas cosas… queriendo reprimir la risa de alegría, el llanto de la tristeza, el dolor… el grito desaforado de odio al hombre que iba a gozar de lo que yo había hecho con tanto amor junto a Bella, deseé gruñir, gritar de frustración… pero solo jadeé, como si el aire de mis pulmones no fuera suficiente. Cerré los ojos tratando de calmarme, nunca me había sentido más roto en mi vida. En verdad Bella iba a tener un hijo mío, en verdad estaba embarazada, había sucedido y casi sin proponérmelo, porque la fecha de gestación, si era correcta, indicaba que lo habíamos concebido anterior al trato… Y Benjamin lo iba a ver crecer.

Tragué en seco y volteé nuevamente hacia los demás hombres, Benjamin firmaba algo sobre el escritorio, su sonrisa petulante en sus labios, como si hubiese triunfado. Luego pasó la pluma a su abogado levantando los ojos a mirarme…

_Lo lograste Edward!_ dijo con falsa, falsa amabilidad _ acércate y ponte feliz, obtendrás lo que te propuse, firma esto y comenzaremos con mi parte del trato._

Mis pies de repente habían echado raíces al suelo, mi voz se había callado y no pude reaccionar, él me esperaba con la pluma en mano y esa maldita sonrisa triunfadora. Me obligué a mí mismo a retener entre mis dedos el último resquicio de dignidad y avancé un paso, dos… caminé hasta llegar a esa maldita pluma, la tomé y firmé sin siquiera mirar, donde él me indicaba…

_No hay reclamos Edward, debo asegurarme_ murmuró a mi lado, asentí silenciosamente y apreté los dientes, luego de firmar le entregué la pluma y esperé con la mirada puesta en esos análisis sobre el escritorio mientras ellos seguían hablando cosas en las que no pude concentrarme. Mi mirada estaba puesta en solo una palabra:

Positivo

La palabra que en ese momento significó tantas cosas para mí, por lo pronto, significó vida, un hijo, un pedazo de mí y un pedazo de la mujer que amaba, significó dolor al mismo tiempo, salvación para mi madre, salvación para mi padre, mi hermana, felicidad segura para Bella, ella pronto tendría su niño en brazos, independientemente de lo que sucediera conmigo, ella lo acariciaría, le daría alimento y cuidados, le daría todo su inmenso amor, todo el amor que había guardado bajo llaves sin esperanzas, ella tenía tanto para dar.

_Bien… antes de volver a este hospital, necesitamos hacer una cosa más_ Levanté la vista para mirar al hombre que me había hablado, Benjamin estaba ya en la puerta del consultorio junto a Taylor, ambos esperando. Asentí y caminé hacia ellos, _en momentos más regreso Estefan, no me tardo_ dijo él antes de salir por la puerta.

_Edward necesito ver a tu padre ahora ¿sería posible? ¿Está en su consultorio?_  volvió a preguntar, asentí sabiendo que ahora solo tenía que cumplir la parte que a él le correspondía,

_Podemos ir al hospital y pedir hablar con él_  murmuré bajando las escaleras con ellos delante,

_Bien, llévame al hospital, necesito que firme los papeles del traslado de dinero a su cuenta y será todo_ murmuró fríamente.

Había hablado con mi padre anteriormente de este tema, el préstamo de dinero que mi jefe nos iba a dar. Carlisle estaba muy agradecido por ello, sin saber lo que implicaba para mí, nunca lo sabría, lo desilusionaría de por vida… pero era necesario que creyera que mi jefe era una persona de tan buen corazón que había accedido a prestarnos el dinero para la operación de mi madre. Él lo creía, mi padre no tenía idea ni experiencia con hombres como Benjamin y creía fervientemente, apoyado por su fe, que Benjamin era como un ángel caído del cielo para ayudarnos. Aún después de investigar a fondo el caso de mi madre, Benjamin le seguía dando buena espina, y Carlisle decía que era razonable que el hombre se asegurara de dónde ponía su dinero.

El Hospital general de Seatlle estaba atestado de gente como siempre, estacioné el Mercedes y los hombres salieron apresurados hacia las puertas de la entrada principal. Entré y me dirigí hacia la mesa de recepción para ubicar a mi padre, la enfermera de turno me dijo que estaba en su consultorio atendiendo algunos pacientes. Le pedí que le avisara por el intercomunicador que yo y Benjamin Plath queríamos verlo, ella tomó el teléfono asintiendo y mientras ella hablaba, emprendimos el camino hasta allí, ellos me seguían a pasos apresurados.

El consultorio de mi padre estaba con su flujo habitual de pacientes, pedí disculpas porque intuía que Benjamin no iba a querer esperar y golpeé la puerta. Mi padre contestó con un “Aguarde” y momentos después oí los pasos de varias personas aproximarse a la puerta, una mujer con un niño salieron con mi padre detrás,

_Vuelve pronto Andy y hazle caso a mamá, no salgas desabrigado_ saludó él al pequeño, el niño asintió con una sonrisa y mi padre entonces dirigió su atención a nosotros.

_Por favor adelante_ dijo indicando el interior de su consultorio. Era increíble su mirada de alivio al ver a Benjamin junto a mí,

_Señor Cullen ¿cierto?_ murmuró Benjamin adelantándose a mis presentaciones, mi padre levantó la mano y asintió con una sonrisa amable _Benjamin Plath, señor, mucho gusto_

_El gusto es mío_ dijo mi padre, _por favor, los invito a sentarse, Edward no me avisó que iba a tener visitas hoy, pero por favor, siéntanse bienvenidos…_ indicó en seguida las sillas que habían detrás delante de su escritorio, pero Benjamin negó con la cabeza,

_No es necesario, no nos quedaremos mucho tiempo, lamento quitarle el suyo de esta manera sin previo aviso, Edward tampoco sabía que iba a necesitar hacer esto, pero debo salir de viaje por unos días esta tarde y quería cerrar esto para su tranquilidad._  dijo con firmeza.

_Oh… bien_ exclamó mi padre algo confuso,

_Él es Tayler, mi abogado personal, si a usted no le molesta, él será quien lleve a cabo la transferencia a primeras horas de mañana, Edward lo acompañará y por la tarde tendrá la totalidad que habíamos acordado con Edward, en su cuenta_  Dijo rápidamente mientras Tayler sacaba unos documentos del maletín de Benjamin, para luego entregárselos a Benjamin _por cierto ¿cómo se encuentras su esposa? ¿se ha agravado su cuadro?_ preguntó con preocupación, la mirada de mi padre se turbó como cada vez que salía a la luz la gravedad de mi madre,

_Si, hemos tenido que intubarla con oxigeno la noche anterior, sus pulmones comenzaron a fallar y su corazón continúa aún débil, pero su fuerza de voluntad es lo más admirable_ dijo con una sonrisa que no llegó a sus ojos. Benjamin asintió y extendió los papeles sobre la mesa,

_Ya lo creo, créame que las cosas salen bien cuando uno ya perdió las esperanzas, siempre hay una luz al final del túnel_ murmuró con fervor, como si él mismo lo creyera, _usted no tiene que preocuparse por nada, en cuanto la transacción este hecha, inicie el traslado y en New York lo estarán esperando por orden mía, todo estará cubierto y en cuanto su esposa arribe a la ciudad, un helicóptero sanitario la trasladará al Hospital de Monte Sinaí, la cirugía comenzará cuando todos los estudios preliminares  estén hechos y en perfectas condiciones, estaré al tanto de todo señor Cullen_ murmuró entregándole la pluma a mi padre, él asintió satisfecho y miró los papeles, podía decir que mi padre era precavido leyó el documento y cuando estuvo conforme lo firmó.

_No tengo palabras para agradecerle lo que está haciendo por mi esposa, su interés y preocupación, cuando Edward me dijo… no tenía palabras, muchas gracias y déjeme decirle que no me alcanzará la vida para pagarle_

_No_ dijo rotundamente Benjamin, _ no necesito ningún pago, lo que necesito ya lo tengo y no deseo más, solo disfrute a su esposa cuando mejore, ámela y hágala feliz, no la descuide y sea feliz junto a sus hijos_ dijo con suma sinceridad,

¿Cómo no lo habías logrado tú maldito mal nacido?...

_Padre_ dije conteniendo mi pregunta mental _debemos irnos ya, el Señor Plath, tiene otras ocupaciones ¿no es así Señor?_ pregunté casi exasperado, Benjamin frunció el seño pero la sonrisa socarrona no salía de su boca.

_Exacto Edward_ murmuró él, extendió la mano para tomar los papeles y se los entregó a Taylor, luego se acercó a mi padre para saludarlo, _muchos éxitos Señor Cullen, saludos a su esposa y les deseo lo mejor, ya sabe que cualquier inconveniente no dude en ponerse en contacto conmigo_ murmuró tomando su mano para saludarlo y entregándole una tarjeta.

Media hora después estábamos nuevamente y a pedido de Benjamin, dirigiéndonos al Hollidays Center Helt,

Luego de unos minutos de conducción en los que me preguntaba el por qué retornaba a este lugar, llegué a las puertas del edificio, estacioné frente a la entrada y bajé del auto para ayudarlo a decender del auto, él tomó el bolso negro pequeño que había traído de la casa y caminó junto a Tayler hacia el interior del edificio, yo fui detrás.

_Edward, necesito una última cosa_ dijo mientras firmaba un formulario que la enfermera de la recepción le había dado,

_Dígame señor…_

Un grupo de médicos, una mujer y dos hombres, llegaron a él y esperaron, enfundados en sus túnicas blancas y sus estetoscopios rodeando su cuello.

_Doctor Scott, un gusto volver a verlo_ saludó con la mano a uno de los médicos y este le presentó a los que venían con él,

_Ellos son los encargados del área de Oncología, el Doctor Watson y la doctora Dessire…_ el más alto de los tres lo saludo amablemente y la mujer de cabellos morenos y test tostada lo saludó dándole mano con una sonrisa, _síganos Señor Path, tenemos todo preparado…_ murmuró ella indicando el camino, Benjamin comenzó a caminar y fui detrás de él junto a Taylor que hablaba por su celular.

_Como te decía… necesito que mantengas esto para ti, yo seré quien le de la noticia a Isabella con respecto a su embarazo, lo haré en cuanto salga de aquí, tu te encargarás de cuidar de ella estos próximos dos días en los que no estaré, es lo promediado por los médicos para que este en condiciones de volver a casa… cuida de ella, mientras tanto_ murmuró entrando a una sala de paredes blancas junto a los doctores, en medio de la sala había un sofá de cuero marrón como los que había en su oficina, él dejó el pequeño bolso negro sobre uno de los sofás extras que había alrededor y se sacó su abrigo, quedando solo con la camisa blanca. Uno de los médicos le indicó que se sentara en el sillón y él lo hizo, su rostro estaba impasible… ¿a qué se iba a someter?... sin embargo, fuera lo que fuera, él parecía resignado. Taylor sacó unos documentos del maletín que abrió sobre uno de los sofás cercanos y se los acercó, Benjamin los tomó mientras los médicos merodeaban alrededor de él, acomodando sondas y elementos médicos junto al sofá donde Benjamin reposaba,

_Esto es para ti_ dijo él extendiéndome un sobre blanco cerrado, _úsalo cuando salga de aquí_ luego se concentró en arremangar su camisa hasta sus codos y reposó los brazos en los apoya brazos del sofá, esperando.

No abrí el sobre, no lo haría hasta que estuviera en casa… por una parte porque ya sabía lo que era y por otra por que miraba el actuar de los médicos obnubilado,

_Relájese Señor Plath_ dijo la mujer que estaba apunto de inyectarle una aguja que se trasmitía con una delgada sonda a un suero, en el pliegue del brazo, el otro médico lo conectaba a un lector cardiovascular que indicaba su pulso y su ritmo cardiaco _la quimioterapia es un proceso lento y sin molestias mientras dura la inclusión de los químicos en su cuerpo, si usted hace esfuerzos y se siente estresado, no ayudará a atenuar las reacciones adversas después… relájese Señor Plath_

Él asintió obedientemente y volvió a mirarme,

_Suerte Edward, volveré en cuanto esté listo y desaparezcan los efectos secundarios ¿Cuánto sería doctora?_ preguntó él,

_Dos o tres días_ dijo ella inyectándolo finalmente, Benjamin respiró profundamente cerrando los ojos y sonrió recostando su cabeza en el respaldo del sofá, la sonda comenzó a drenar líquido dentro de sus venas y Tayler se retiró dejando a los médicos a solas con Benjamin, _esa es la cantidad de días que tienes para disfrutar junto a mi esposa_ murmuró finalmente.

Mierda… tenía que salir de allí.

Sin decir una palabra salí de esa habitación casi corriendo, el sobre blanco apretado entre mis dedos, mi corazón zumbando en mis oídos… corrí los últimos tramos hasta llegar a la salida y como un torbellino me metí al auto.

Fin Flashback

Dejé un suave beso en su hombro desnudo y acaricié con la yema de mis dedos su vientre plano, ella aún dormía… aún estaba ajena a lo que sucedía a su alrededor.  

_Te amo_ volví a susurrar con reverencia. La amaba más que a mi propia vida, por eso supongo que hacía eso, supongo que era lo que me daba fuerzas para continuar.

Me levanté de la cama totalmente desnudo y me dirigí a la esquina donde estaba mi saco colgado de la silla, rebusqué en el bolsillo interior de la chaqueta y saqué el sobre blanco. Suspiré cansado…

El papel quemaba como si fuera pestilencia, quería romperlo en mil pedazos y tirarlo en el baño, jalar la cadena y que eso desapareciera de mi vista para siempre, pero no son tan fáciles las cosas… tenía un compromiso, mi palabra… y tenía al menos dos días más.

Resignado abrí el sobre mientras que veía a mi hermosa Bella dormir entre las sábanas, saqué el contenido y entonces lo ví…

Mi boleto al infierno, sin regreso.

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Wauu... capi largo!!!  Espero sus palabras y pensamientos, las amo!! Gracias por la espera...  preparensé para lo que viene.