Capitulo 6: Jugando el mismo juego

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Jugando el mismo juego

POV Edward

Era sábado por la mañana y quizás uno de los sábados mas raros de toda mi vida, había tenido un sueño extremadamente ardiente que me había llegado hasta el punto de correrme, solamente con verme en la cama con Bella… hay dios mío eso era lo que más quería en este mundo ahora mismo, saborear toda su piel, utilizar mi lengua con ella como con ninguna antes lo había hecho y hundirme en ella hasta el fondo. Cerré los ojos y me mordí la lengua, debía de dejar de pensar en eso porque se me venía cada imagen del sueño a la mente y mi erección comenzaba a ser más insoportable por minutos, pero es que ella era tan extremadamente sexy que…

Fui corriendo al cuarto de baño, no podía aguantar más, mi sexo palpitaba bajo la tela del pantalón de pijama como si tuviese vida propia; cerré la puerta del baño y me puse frente al inodoro, baje los pantalones y el bóxer y con eso me deje llevar, cerrando los ojos puse una mano alrededor de mi pene y bombee; la imagen de Bella volvió a mi mente, sus largas piernas rodeando mis caderas mientras que sus pechos saltaban mientras me cabalgaba una y otra vez; gruñí.

_Mierda!..._ gemí sosteniéndome con la mano libre en la pared.

Me acaricié más, casi podía sentir sus manos en mi pene, casi la veía a ella frente a mi haciendo que esto fuera realidad, estaba tan jodidamente caliente y perversamente encantado por Bella que me la imagine tocando cada centímetro de mi piel y eso me produjo que me corriera, no era lo que yo quería pues no era en ella donde me había corrido pero era lo mejor que podía tener, por ahora.

_Diablos, tengo que dejar de hacer esto de una buena vez, parezco adolescente caliente_ me dije a mí mismo.

Vi que no había manchado nada pues una vez mas había caído dentro de la taza del inodoro, así que volví al salón ahora algo más tranquilo y al mismo tiempo más frustrado, pero prefería hacerme acabar a mí mismo que recurriera a otra mujer que no fuera ella. Hoy iba a ir de visita a casa de Bella, se podía decir que con la escusa de llevarla a la cena familiar pero la verdad era que deseaba verla, tenía que preguntarle si podía asistir conmigo…

¡Seré estúpido¡ Podría perfectamente si le pagaba, y obviamente pagaría por ella si hacía falta una millonada.

Aún si eso significaba quedarme en quiebra… bah!

Bueno pues con eso quedaba fijado mi plan para hoy, ir a pedirle a una chica de compañía que me acompañase a una cena familiar por la cual le pagaría e incluso me pondría de rodillas para implorarle si era necesario, sí, era totalmente patético, ¿pero qué podía hacer?

Di unas vueltas tontas por toda mi casa, nervioso por lo que haría, se podía decir que moría por verla y sentirla pero es que la idea de que algo saliese mal me ponía malo, y además con el niño pequeño en casa que era lo más probable…el hijo de Bella ¿y quien más? ¿Quién la había tocado y poseído de esa manera? ¿Quién? ¿Ese tal Jasper?...

Mis sienes comenzaron a latir de una forma exagerada, haciendo que toda la cabeza se le uniera a un dolor estremecedor. Deje el dolor de lado y fui hasta mi armario para decidir que sería mejor ponerme en la visita que le haría a mi futura acompañante, quizás algo elegante o mejor no, pues iría haciendo el ridículo, ¿Por qué ir a la residencia de una chica de compañía con traje? Ni idea, pero parecía lo más adecuado por el momento.

Saque uno de mis trajes para el trabajo y me lo puse sin intención de arrugarlo demasiado, la corbata la dejaría de lado pues eso ya era demasiada formalidad, tampoco es que fuera a una reunión de trabajo; así que termine de abotonarme la camisa blanca dejando los primeros botones desabrochados y me puse la chaqueta azul oscuro encima para mirarme al pequeño espejo que tenia a un lado de la pared de mi dormitorio, no era vanidoso ni mucho menos, pero necesitaba verme bien para esta ocasión, generalmente no necesitaba arreglarme tanto para impresionar a alguien, pero sabía que Bella era especial, ella no se dejaba impresionar tan fácil.

Alisé mi chaqueta más de una vez, me quedaba bien ahora que me fijaba, hacia mi pecho como mas musculoso y eso era un punto a favor; solo con darme cuenta de ese detalle se me subió un poco el ánimo.

Después de haber resuelto este pequeño dilema de ropa me tocaba desayunar algo pues notaba ese pequeño dolor en la barriga cuando llevabas demasiado sin probar bocado, me sentía realmente hambriento aunque seguramente solo me tomaría un café y algo que encontrara en mi cocina.

Efectivamente tras andar los pasos que había entre mi cocina y mi habitación me di cuenta de que lo único que podía desayunar en casa era una taza de café y un pequeño dulce que había comprado para comer hacia dos días, no es que me apeteciera mucho pero de verdad tenía hambre y no quería  bajar a la panadería; generalmente desayunaba en la oficina y mi frigo estaba tan vacío como el ártico, así que solo tome la leche que había y cuando a la vez fui a tomar  el dulce para comérmelo los malabarismos no me fueron bien y la leche acabo desparramada por toda mi blusa y la chaqueta.

¡Genial!, esto era una señal! Tenía que ser menos formal, seguro…

O era que estaba demasiado impaciente y nervioso.

Mierda, nunca me había sentido así antes de ver una chica… ¿qué tenía esta de especial?... uy sí, era la mujer más jodidamente caliente que había conocido nunca.

Fuera cual fuese tenía que cambiarme de ropa de igual forma pero esta vez estaba convencido en no ponerme ningún traje, me pondría cualquier pantalón de vestir que estuviese decentemente. Así que me puse unos vaqueros normales y otra camisa a juego, los zapatos cómodos y elegantes y ya estaba listo.

Fui de nuevo a la cocina y esta vez me bebí la leche sola, me comí el dulce y pensé en donde había sido la última vez que vi el papel donde había apuntado la dirección de Bella, no recordaba demasiado bien eso, pues después de apuntarlo tuve que levantarme e ir al cuarto de baño de la oficina a sacarme mis ganas de Bella de encima; era como un maldito obseso en cuanto a ella se refería, parecía que después de todo las tornas habían cambiado y ya no era yo el perseguido por Tanya si no que yo perseguía a Bella, ciertamente irónico.

Al recordar que lo más probable es que me hubiese dejado el papel con la dirección de Bella en la oficina me vi obligado a tomar el portátil y ponerlo en marcha para buscar la página oficial de las chicas. Creo que debería de guardar incluso la dirección en “Favoritos”, sería lo mas cómodo para mi, ya me veía yo viendo cada día aquella pagina infernal donde Bella casi se vendía… bueno sí, literalmente se vendía al mejor postor.

Con un suspiro quedo busque de nuevo su dirección, me fue fácil encontrarla así que rápidamente la apunte en un papel inservible y me levante de mi sitio con el ánimo reforzado.

Por dios, yo soy Edward Cullen, tengo lo que quiero al precio que sea.

Cogí rápidamente las llaves de la casa y del coche, tome el móvil, me lo guarde en el bolsillo y cerré la puerta de casa con un portazo, hoy sería un gran día porque yo así lo quería. Mis pasos eran firmes y decididos, nada de movimientos torpes como si fuera un pelele, abrí la puerta de mi coche y me introduje en él, puse la música a todo volumen y fui directo a la calle marcada, los límites de velocidad en ese instante nada me importaban pues deseaba llegar cuanto antes junto a Bella.

Estuve conduciendo por 5 minutos sin mirar la dirección pero cuando llegue a un semáforo me fue bastante útil volverlo a mirar pues si no lo hubiera hecho me hubiese equivocado de desvió, algo un poco difícil pues su casa se situaba en una de las calles con mas casas ricas de toda la ciudad y yo iba a salir por la calle equivocada; pero de igual manera me puse de nuevo en marcha y me fije bien en el numero de la casa no me fuese a equivocar de verdad con tanta casa de lujo.

¿Ella ganaba lo suficiente como para vivir por aquí?... ni siquiera a mí se me había ocurrido vivir por aquí, bueno, yo era más hombre de penthause que de casa de todos modos.

Cuando creí que estaba ante la casa adecuada pare en secó y aparque cerca de la entrada, debo decir que salí del coche casi con la mandíbula en el suelo…aquello era un castillo propio de una princesa, estas chicas si se lo montaban bien, pero por si las dudas volví a mirar la dirección para cerciorarme de que era verdad; si, lo era.

Ok Cullen… aquí estás tú, a un paso de un reto… un reto demasiado sexy, así que levanta la orilla de tus pantalones, arremángate la camisa y ve por esa chica.

Pase por todo el camino viendo algo del césped y sobre todo observando la imponente casa que se forjaba ante mí, esto era simplemente increíble, con algo de estupor llame a la puerta con los nudillos y espere a que alguien me abriese; no sé porque me volví a sorprender al ver que quien me abría era un mayordomo ni más ni menos.

Mierda… ¿un maldito mayordomo?

-Señor, ha venido demasiado temprano la señorita Isabella aun esta entrevistando a otro hombre- murmuró el hombre dejándome paso con la mano.

Aunque dijo eso desconcertándome por completo me llevo hacia el salón donde Bella vestida con ropa informal pero que le quedaba maravillosamente bien hacia un par de preguntar a un hombre, yo me quede quieto mirando la escena sin emitir ningún ruido intentando no llamar la atención de ninguno de los dos.

-¿Cuándo sería la cita?- preguntó Bella, sus labios se movieron con lentitud, rojos y sabrosos llamaban mi atención, su labio rozando ligeramente sus comisuras. ¿Ella estaba coqueteando?...

Desvía la vista idiota… no erección, no aquí, no ahora, no seas patético.

-Esta noche- respondió el joven con voz insinuante.

-¿Quieres sexo?- pregunto de nuevo ella, con eso sentí que la sangre se me helaba y un pequeño recorrido de sudor frio comenzaba a caer por mi nuca.

No, por favor, di que no, hombre o no responderé…debo controlarme, pero así no puedo.

-Sí, la verdad es que quiero tenerte entera para mí- contestó aquel hombre, no, pero si encima era más joven que ella ¿Cuántos tenia? ¿19 o 20?, ok no me importaba le iba a partir la cara, eso quería, eso necesitaba…pero no podía.

Apreté mis puños con tanta fuerza que comencé a hacerme daño y proferí un pequeño gruñido de ansiedad, quería soltar toda mi ira contra ese que era capaz de querer sexo con ella, o dios santo…

Esto no podía pasar, era tan posesivo con ella, con una chica de compañía… ¿por qué mierda?. Tan jodidamente posesivo que sería un problema pues su trabajo precisamente equivalía a estar con los hombres y yo pretendía todo lo contrario; volví a hacer un ruido asqueado por esos pensamientos que descubrían toda la realidad ante mis ojos y Bella alzó la mirada.

Al principio quedo un poco sorprendida por el hecho de encontrarme en la casa aunque no tan sorprendida como yo al descubrir que hacia este tipo de interrogatorios con los hombres con los que saldría, pero después Bella se levantó y dio unos pasos hacia mí, su posición de mujer perfecta y de carácter inexpugnable, era ella en todo su esplendor, la que alzaba la barbilla y dejaba ver que era la mujer más fuerte y luchadora que jamás conocería.

-Edward…no pensaba que vendrías hoy, lo siento es que estaba tendiendo a alguien- dijo ella mirando hacia su espalda un segundo.

-Qué pena pues yo quería hablar contigo- dije sonriendo, puse mi mejor sonrisa y relaje mis músculos en un intento de verme mejor aunque de verdad no prometía nada pues me sentía como una estatua.

-Mmm…es que tengo cosas que hacer-contesto secamente, creo que lo sentí como una bofetada pero después descubrí el motivo de ese aparente rechazo, le había dicho hablar y lo cierto es que venía a eso pero debía decir a contratarte o algo parecido, así seguramente no me volvería la espalda.

-Es una pena de veras, solo quería saber si estabas disponible para mañana, es que la verdad es que necesito de tus servicios- dije con voz firme, ella alzó la mirada hacia mis ojos y asintió.

-Entonces, ¿quieres que te haga una entrevista para ser un candidato a la cita? Puedo hacer arreglos y hacer cambios del día si tu eres el elegido- pregunto volviendo a su lugar para tomar unos papeles de una de las mesas, el chico que Bella había dejado de lado se levanto del sofá con el ceño fruncido evidentemente molesto por mi interrupción y por tomar toda la atención de la chica.

-¿Entrevista?- pregunté en voz baja.

-Sí, los sábados son los días especiales, en los que puedes salir conmigo, la otra cita que tuve contigo fue solo porque quería divertirme- o sea que había tenido una cita especial con Bella, pero esta era mas ¿VIP?...

Mierda, en mi vida me imaginé que las prosti… digo, las mujeres de compañía elegían su cita y no su cita a ellas. Pero Bella era especial y eso lo sabía…

-Bueno si es así…vale, entonces hazme la entrevista- dije acercándome a ella.

Podía rebajarme a esto si era por una maldita cita con ella…

-Bella, yo aún sigo aquí- se entrometió el chico.

-Oh, lo siento, Alec… me había olvidado de tu presencia, espero que esta semanas tengas más suerte; te llamare si así ocurre- contestó Bella, su voz era afable con aquel chico pero en el fondo solo parecía transmitirle hielo.

-Sí, claro, esperare impaciente tu llamada- contestó el tal Alec dirigiéndose hacia la puerta no antes sin echarme una mirada envenenada, la cual conteste gustosamente con otra de igual manera una sonrisa cínica en mis labios.

¿Pero que se creía el estúpido este?, si no era más que un chico que no sabía nada de la vida. Lo único que deseaba era acostarse con ella… bueno, lo mismo yo pero era totalmente diferente! Sí que lo era.

-Bien Edward comencemos- dijo Bella sentándose en el sillón cuando Alec se hubo ido de la casa -por favor siéntate- añadió señalando el sillón frente a ella.

Yo fui y me senté a su lado, no quería estar mirándole cada dos por tres las piernas y que ella me encontrara descarado era más fácil estar sentado a su lado y sentirla cerca, me hacia un gran bien. Admito que cuando me senté a su lado carraspeo un poco pues no se lo esperaba pero siguió como si nada con una enorme sonrisa en sus tan tentadores labios femeninos.

-¿Qué tal tu hijo?- pregunté recordando al pequeño que me había dado un pequeño susto, y el cual ahora me hacia devanarme los sesos en busca de la respuesta del millón. ¿Quién le había dejado embarazada?

-Nate está bien, gracias-respondió en tono cortante, era muy fácil deducir que no quería hablar de eso ahora. O tal vez nunca.

Nota mental: tener más cuidado al preguntar sobre su vida privada.

Sujeto unos papeles con preguntas en las manos y tomo un bolígrafo de la mesa, y como si nada se puso a hacerme preguntas para apuntar mis respuestas.

-¿Por qué requiere de mis servicios?- preguntó y se preparo para mi respuesta.

-Es que mañana tengo una cena de familia y ellos creen que tengo novia, de hecho lo creen porque fui contigo a la fiesta de con mis compañeros de trabajo, así que solo puedo llevarte a ti- dije sincerándome enteramente, lo que apunto fue mucho más breve pero no intente mirar lo que había puesto, eso era de mala educación.

Creo… bah!

-Mmm, punto a favor supongo… ¿Cuánto está dispuesto a pagar?- dijo cruzándose de piernas,

-Lo que cobres, necesito ayuda-mi situación no era nada fácil.- dije recordando a tía Charlotte, la bruja de la familia.

-¿Cuándo sería la cita?- me sentía un poco raro respondiendo a estas preguntas pues no sabía lo que ella pensaba, o si yo sería el mejor candidato de hecho ahora mismo mí normalmente bien puesto ego estaba en los suelos.

-Mañana a la hora de comer- respondí con urgencia.

 -¿Quieres sexo?-esta pregunta salió tan normal y natural como con las demás pero para mí no era tan fácil aparentar en cuanto a este hecho, ¿Qué debía decirle? ¿No, es una comida familiar o Sí, me muero por hacerte mía de echo lo haría incluso en el cuarto de mis padres si eso supone tenerte debajo, encima, al lado y de todas las formas posibles todita para mí?

-Em…yo…creo, No, no habrá sexo pues es una comida familiar- respondí al fin, ¿Cómo se me ocurría si quiera pensar en hacer el amor con ella en casa de mis padres?...

Bueno, si una cosa llevaba a la otra, tal vez… una probadita… Mierda… concéntrate Edward!

-No te preocupes, son solo preguntas rutinarias- dijo mirándome por el rabillo del ojo, sonrió y dejo los papeles en la mesa.

-Sí, lo suponía- dije alzando los hombros.

-Está bien, eres un buen candidato; si eres elegido yo te llamare- dijo Bella. O no, esto era el final de nuestra conversación y eso si que no podía ser, yo la quería un poco más de tiempo para mí.

-Pues en ese caso debes de saber que en la cena familiar estará mi hermano Emmett, el se cree muy gracioso y fue quien me dio vuestro numero así que no se si lo conoces en realidad- yo sabía en realidad que ella no lo conocía pues la última vez que hablé con mi hermano había mencionado a una rubia y Bella no era ninguna rubia en absoluto.

-Oh, pues ese nombre no me suena, debe de haber salido con alguna de mis chicas, son todos unos encantos, bueno son mi familia, es normal que crea eso- dijo sonriendo de verdad, ese hielo que a veces utilizaba con los hombres parecía flexible, sabia como manejar sus sentimientos y su rostro para amoldarlo a lo que le convenía en cada situación; ella era como una actriz.

-Que bueno, así no me tendré que preocupar por él…y es normal que te sientas así ellas son tus amigas- sus ojos, sus mejillas, sus labios, sus cabellos, su sonrisa; todo un demonio angelical caído del cielo, segurísimo… ¿quién no la querría?

-Ellas son realmente algo más que mis amigas, yo ahora sin ellas no puedo vivir- el brillo en sus ojos demostraba que decía la verdad, con tan solo nombrarlas veía las alegrías que ellas les habían proporcionado.

-¿Entonces son la familia feliz no?- pregunté de broma.

-Sí, justo eso- contesto riendo, su buen humor era contagioso, desde luego si todo en ella fuese contagioso yo mismo sería un David de Miguel Ángel

-Entonces supongo que no vives sola con tu mayordomo y...Nate- dije tras acordarme del nombre que ella había nombrado antes, hizo una mueca y prosiguió con nuestra charla.

-Oh, claro que no…aquí viven 9 personas- contestó abriendo los brazos mirando por toda la habitación.

-¿Nueve? Guau…yo no sabía, pensé que…-no me dejo acabar, negó con la cabeza mientras sonreía y acabo la frase por mí.

-Que vivía como una reina en un castillo; no, no tengo este trabajo para conseguir esto, si no por mi familia, ellos son lo único que tengo y hago esto por ellos- sabía que ella ahora estaba siendo más natural y sincera de lo que lo solía ser con sus clientes y eso era mucho pedir pero saber cosas sobre ella era fabuloso aunque no me saliesen las cuentas sobre las personas que vivían en su casa.

-Emm, no es eso, no pretendía ofenderte si pensabas que pensé eso, solo que desde fuera lo parece- dije pasando mi mano por mis cabellos, no quería que se ofendiera, aun estaba quería seguir siendo el mejor candidato de todos para la cita.

-No todo lo que brilla es oro y no me ofendiste, es lo que la gente suele pensar pero de todas maneras queda mejor hacer las entrevistas en un palacio que en una choza…-parecía que se había vuelto a cerrar un poco y eso no me gustaba nada pero así era la cosa con ella y la entendía, aun así seguía siendo la rosa más bella de todo el jardín y la mujer malditamente más sexy que jamás hubiese deseado.

-Bueno, ya casi es la hora del almuerzo, lo siento Edward se me acabo el tiempo- dicho esto se levanto de su sitio en el sofá a mi lado y comenzó a coger los papeles, iba a replicarle algo para que pudiésemos seguir nuestra conversación pero una chica entró en el salón y se quedo allí de pie.

-Hola, Ángela- dijo Bella alzando la cabeza.

-Bella, siento molestarte pero es que Jasper te llama, está en su habitación esperándote- Bella se puso en pie de un salto y asintió, luego se volvió a mí y sonriendo dijo.

-Adiós; Edward, te llamare si eres el afortunado- y con eso se marcho del salón junto con su amiga.

¡Jasper! ¿Quién demonios era Jasper?, espera…estaba en su habitación esperando a Bella y ella iba a ir ¿Para qué? ¿Qué hacía el en la casa? ¿También los tenía aquí?... ¡Oh cielos! ¿los traía aquí?

Apreté la mandíbula y los puños, como deseaba descargar mi ira con el tipo, ella tenía ese trabajo pero es que me molestaba tanto que era casi irracional.

Ok, no podía subir a la habitación y parar lo que fuese a ocurrir solo de imaginar a otro hombre tocándola me comenzaba a doler la cabeza, así que abrí la puerta y salí de allí lo más pronto posible, me subí al coche y lo puse en marcha; hasta que no llegue a casa no deje que mi cerebro divagara en mas suposiciones que podían ser erróneas o si no daría marcha atrás en cualquier momento.

Por eso mismo entre en casa algo molesto conmigo mismo aunque no me agradaba demasiado mi actitud posesiva con Bella debido a su trabajo y el problema que ocasionaba aun tenia la perspectiva de que yo era el mejor candidato; yo era a quien Bella escogería para tener el placer de estar con ella…y si no pasaba; cancelaria mi invitación a la cena familiar, algo con que estaba enfermo repentinamente o tenía demasiado trabajo, aunque sabía que no necesitaría escusas pues yo estaba totalmente seguro de que sería el elegido.

Si que eres optimista Edward!

Si, tenia autoestima hasta donde yo sabia y además era positivo, tenía que serlo o me hundiría la miseria tan pronto como amaneciera.

Me tiré en el sofá del salón impaciente porque sonara de repente el teléfono y con tan solo alargar la mano pudiese cogerlo pues estaba sobre la mesa que había frente a mí, pero supuse que aun faltaba una hora para eso así que sin hambre me tumbé y espere a que Morfeo viniera a por mí.

La oscuridad me inundo por completo, no podría decir que soñé pues solo recuerdo una hermosa mujer de piernas largas, despampanantes y sinuosas con cabellos y ojos color chocolate y labios del cielo…

El agudo sonido del teléfono me despertó sobresaltándome, era ella debía de ser ella, carraspeé preparando mi voz de dormido y tome el teléfono en la mano para contestar.

-¿Si?-pregunte.

-Edward, te felicito…serás mi próxima cita- contesto la voz de Bella al otro lado del auricular, salté del sofá como si tuviese un resorte en el trasero y me puse en pie.

-Sí, iré a recogerte mañana a las una y media-dije intentando tranquilizarme.

-Claro, te espero-colgó el teléfono y por fin la euforia que sentía burbujeo en mi interior y exploto saliendo de mi interior en todo su esplendor.

-¡Sii, Sii, Sii!-grité fuertemente, di un salto y aterrice sobre la suela de los pies con un golpe seco, alce el brazo y puse el puño al aire moviéndolo en señal de victoria.

Toma esa Jasper, Edward Cullen también tenía una oportunidad con Bella y no la desaprovecharía de nuevo. Toma esta Alec! Ja!

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Hola amores!!! aquí rapidito, espero les haya gustado y dejen sus comentarios, nos vemos mañana si dios quiere sino el lunes... digo, porque hoy no tenía internet en casa y estoy en lo de mi mamá... besooooos!!!