Capitulo 27: Siempre en mí

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Siempre en mi

_Bien Isabella, sentirás algo frío, pero no te sobresalte ¿si?_ asentí ante las palabras de Stefan y luego de unos segundos sentí el frío en mi estómago, pero traté de relajarme… _bien, lo veré yo y luego tú, necesito sacar algunos datos_

Tomé una respiración profunda y cerré los ojos, alguien me apretó la mano y supe que Rosalie estaba allí, aún a mi lado, como una centinela cuidándome. No lo necesitaba, debía dejar de depender de la gente para mi cuidado, tenía que comenzar a valerme por mí misma y lo haría.

Sentí algo posarse sobre mi vientre y a recorrerlo con movimientos circulares, moviéndose sobre el gel resbaladizo, se movió unas cuantas veces hasta que se detuvo en un punto… entonces una imperiosa necesidad de abrir mis ojos me invadió. El monitor de ecografía estaba fuera de mi vista, sin embargo Stefan lo miraba con detenimiento, detrás de él estaba Benjamin mirando atento también, su seño fruncido y mirada observadora me estremecieron, sentí como si estaba invadiendo una pequeña parte privada que nos pertenecía solo a mí y a… y al padre de mi hijo. A falta de lo último él estaba allí, cerciorándose que todo estuviera bien. Rosalie tenía su mirada puesta en mí, ella estaba a mi lado y tampoco podía ver, pero su sonrisa y sus ojos brillantes me decían lo emocionada que estaba por lo que estaba sucediendo.

Solo me quedaba esperar…

Habían pasado cuatro días, cuatro días que pareció un siglo, acostada en esa cama de hospital, por momentos sedada cuando los impactos de mi estado de ánimo hacían aparición y por momentos tan lúcida que juraba que hasta podía sentir un pequeño tirón en mi vientre. En esos momentos no hacía más que acariciar y acariciar el lugar donde lo había sentido… era ilógico, no podía sentir nada a los dos meses de embarazo, pero mi mente y mi corazón me decían que sí, que tal vez este bebé… este pequeño niño en mi vientre siente y reacciona a mi estado de ánimo, por lo que me propuse dejar de llorar, al menos tratar de hacerlo.

Una de las enfermeras me encontró una noche llorando silenciosamente y no supe si fue porque le había dado lástima o porque habían estudios médicos que lo respaldaban, pero ella me dijo que el bebé sentía lo que la madre sentía, si yo lloraba ella o él recibían mi aflicción y eso ponía en riesgo aún más mi embarazo… y dios sabía que yo no quería eso, yo deseaba aunque me costara mi vida, que mi hijo estuviera bien.

Me había obligado a solo pensar el ella o él, en mi futuro de ahora en más,  yo y mi hijo como un capullo que iría creciendo y transformándose a través de los meses sin importar nada más… todo había quedado fuera de mi centro de atención, incluso mi marido.

Incluso él…

Rosalie y Emmett me acompañaron en cada momento, Benjamin también, pero a mi pedido se mantuvo alejado prudentemente de mí, al parecer respetaba mi embarazo y no quería ponerlo más en riesgo de lo que ya estaba. Él sin embargo fue el responsable de mí en ese hospital, hablo con los médicos y se mantuvo informado de cada cosa que sucedía, presenciaba cada estudio que me hacían, desde una simple toma de sangre hasta esta… mi primera ecografía.

Él había sido atento, sin embargo no dejaba de pensar que tal vez lo era por algo más que yo no entendía, no precisamente porque le agradaba la idea de ayudar y ser el respaldo de su esposa… cuando nunca lo fue. ¡Por dios santo!... yo lo había engañado, tuve un amante, alguien con quien me acostaba casi en su presencia y él sin embargo estaba allí, preocupado y atento.

Pestañé cuando su mirada viajó del monitor a mis ojos, por un momento brillo algo en el fondo de sus ojos azules, pero fue algo fugaz y parecía ser como… satisfacción.

_Bien, Isabella mira al monitor_ la voz del doctor me sacó de mi transe y volteé a ver la pantalla del ecógrafo cuando él la volteó hacia mí, solo vi cosas grises y negras, _este que está aquí es el embrión, tiene una edad gestacional de al menos 10 semanas_

Por dios… allí estaba, como el médico lo iba marcando en la pantalla con su dedo, solo una pequeña semilla, una motita gris en el medio de un abismo  negro. Ansiaba poder tenerlo ya conmigo, susurrarle al oído que todo iba a estar bien, que juntos seríamos nuestro todo y que iba a haber nada que iba a dañarlo, porque antes me dañarían a mí. Deseaba que esos ojos verdes que tanto amaba, lo estuvieran viendo ahora,  porque aunque no me amara a mí, sabía que no iba a poder resistirse a ese pequeño trozo de él… esperaba que alguna vez supiera que hizo algo tan hermoso como una vida… un pequeño y diminuto trozo del universo.

_Es hermoso_ murmuró Rose a mi lado, mi mirada estaba trabada allí en ese corazón que ya latía,

_¿Está todo bien Stefan?_ Benjamin parecía preocupado en serio.

_Si… Isabella lleva su embarazo muy bien. Sin embargo insisto en que pases el primer trimestre del embarazo en reposo. Son los meses de mayor complejidad y con lo que te sucedió no debemos arriesgarnos_

Asentí obedientemente. Rosalie apretó mi mano de acuerdo con Stefan y continué mirando el monitor, mis ojos no deseaban por el momento moverse de allí. La pequeña semilla se movía, imperceptiblemente claro, pero estaba allí y se movía, tenía un pequeño latido y creía…

_¿Quieres oír su corazón?_

Entonces allí mis ojos se despegaron del monitor y miraron al doctor, su voz aún resonaba en mi cabeza…

_Oh… sí, por favor_ susurré con la garganta apretada, sentí una caricia en mi mejilla y el apriete de mi mano justo antes de que un armónico  bombeo resonara en la habitación, se oía como el aleteo de un ave, una inmensa ave… hermosa, rápido y fuerte, el corazón de mi niño.

_Oh cielos_ murmuré emitiendo un sollozo a pesar de que había prometido no llorar más. Rosalie apretó mi mano y acarició mi cabello mientras mis oídos aún estaban atentos a esa música, a ese réquiem a la vida.

_Te felicito Isabella, tu hijo goza de buena salud_ Stefan a diferencia de Benjamin sonreía y por un momento apretó mi brazo dándome ánimos. _Volverás para tus controles prenatales de cada mes, pero te veré en diez día para cerciorarme de que todo esté bien. Haremos una nueva ecografía dentro de dos meses, allí podremos saber el sexo del bebé si lo deseas_

Asentí con una sonrisa de agradecimiento. El sonido hermoso que había llenado mis oídos había dejado de sonar, pero ahora era tan real todo… esa parte de mí y de él existía y estaba gestándolo, estaba siendo responsable por una vida, un niño… con ese pensamiento salí de la sala de ecografías hacia mi habitación, Rosalie al mando de mi silla de ruedas innecesario y Benjamin pisándole los talones.

_¿Estas feliz ahora?_ murmuró mi amiga en mi oído, sin embargo su voz era audible para quienes venían cerca. Sonreí para mis adentros y asentí, mi mano siempre en mi vientre como si pudiera trasmitirle ese pensamiento a mi hijo.

_Si. Aunque es otra clase de felicidad. No se puede reemplazar algo que amé y sigo amando tanto Rose_

_Lo sé_ murmuró ella doblando en una esquina para recorrer los metros que nos llevaban a mi habitación _sin embargo, tienes que ser consciente de que tienes que estar feliz por tu hijo… no sé si eso curará tus heridas, pero al menos no serán tan bravas_

¿De dónde había sacado pensamientos tan acertados? De hecho podía confirmar el hecho de que la notica de mi hijo había sido para mí, como agua clara para un naufrago nadando en aguas pantanosas, aún era todo nublado, oscuro y doloroso, pero ese pequeño vertedero de agua clara podía ser suficiente para mantenerme con vida… no necesitaba nada más, bueno… si lo necesitaba, pero no esperaba que la vida fuera tan gentil conmigo como para darme eso, de hecho… no estaba segura de que me lo mereciera.

_Ahora señorita… vas a ir a mi casa a pasar unos días, te quiero cerca de mí, quiero que te sientas cómoda,

_Rose… tengo mi propia casa_ murmuré sabiendo que no había posibilidad en el mundo que Benjamin estuviera de acuerdo en la idea de mi amiga.

_Exacto Rosalie, Isabella tiene su propia casa y muchos empleados que tendrán la orden de cuidar de ella_ murmuró Benjamin mientras entrabamos a la que era mi habitación, mi bolso y estaba ya preparado sobre la cama, el doctor me había dado el alta con la recomendación y obligación de tomar reposo al menos hasta el comienzo del segundo trimestre, obedecería al pie de la letra.

_Lo siento Benjamin, pero tengo mis planes de quedarme con ella lo que sea necesario, al menos hasta que estemos seguros de que no hay peligro para ella ni para el bebé_ el tono seguro y firme de Rosalie me estremeció, podía pensar que si Benjamin decía que no, la tendría las veinticuatro horas en mi casa instalada con un Benjamin furioso por ello y un Emmett rondando por allí… me agradaba  idea, lo que más necesitaba en estos momentos era a mis amigos.

_Bueno Rosalie, si es por eso, quiero asegurarte de que no habrá peligro alguno para Isabella y para el niño en su  casa, ella es mi esposa y se muy bien cómo cuidar de ella, yo y mis empleados._

Era algo desconcertante oír a Benjamin que deseaba cuidar de mí, pero ciertamente estaba resuelto a hacerlo.

_No es tu hijo, por lo que no tienes derecho a decidir por ellos_

_Rosalie_ la miré desconcertada… ¿ella se había atrevido a decir eso?

Miré a Benjamin que miraba a Rose con el seño fruncido y la mandíbula apretada, él estaba furioso y sabía que no lo dejaría pasar, pero tenía que saber que ella  mío… alguna manera tenía razón. Mi hijo era mi hijo, aunque ella tenía que saber el pequeño detalle que el verdadero padre de mi hijo estaba en algún lugar… buscando el éxito en su carrera, buscando un crecimiento personal y profesional  por lo que no había otra posibilidad.  A demás Benjamin lo había dejado claro… yo había sido infiel, no había ley que me amparara. La más grande prueba de mi traición la llevaba en mi vientre y si él deseaba, con solo chasquear los dedos, podía sacarme todo, no había contrato prematrimonial anulado que valiera, no había nada… yo había sido infiel, simple y llanas palabras.

Luego de un respiro frofundo decidí dejar en claro cuales eran mis intenciones y obligaciones, aunque no se correspondieran con mis deseos…

_Rose, gracias por tu oferta amiga, pero tengo mi casa, Benjamin tiene razón, si debo guardar reposo debo hacerlo allí, tengo comodidades y gente que me ayude, tú tienes a Emmett y no quiero ser un estorbo_

_No… no eres ningún estorbo Bella, de hecho Emmett me lo pidió, Emmett mismo me dio la idea… él entiende lo importante que eres para mí_

_Dije que no Rose. Agradécele a Emmett sus buenas intenciones pero me quedaré donde me corresponde_ murmuré mientras Benjamin tomaba mi bolso de la cama con aire satisfecho,

_Pero… no es justo Bella_ murmuró ella despacio, su preocupación teñida en su voz.

_Lo sé, pero es así…_ dije en un susurro.

Benjamin se acercó a mí y con una sonrisa triunfal tomó el mando de la silla de ruedas,

_Ya oíste a mi esposa Rosalie, ella tiene su hogar…_ con esas palabras, Benjamin empujó la silla de ruedas fuera de la vista de Rose hacia el corredor _y por favor es Isabella, no desearía pensar que también has caído tan bajo Rosalie llamando a mi esposa de una manera tan… vulgar_

Oh dios…

¿Vulgar? El nombre que me había puesto el único hombre que amé en mi vida ¿vulgar?... no había nada más vulgar que él negando el hecho de que alguien más solo pudo ver a través de mí y pudo conocerme de tal manera que él jamás podrá, alguien que vio mi alma y me enamoró… el único que había logrado acaparar mi corazón.

Mi garganta nuevamente se oprimió, oí los pasos de Rosalie detrás de mí, sabía que ella no discutiría porque de alguna manera yo también deseaba que me dejara de llamar así, había tantos recuerdos que me cortaban como una daga fina y afilada… si tenía que sufrir lo haría en silencio y en la oscuridad de mi habitación, no deseaba de ninguna manera darle al hombre que ahora me tenía en sus manos la satisfacción de verme llorar por alguien que nunca me amó.

Cuando llegamos al Mercedes, Benjamin me sostuvo de la cintura a pesar de que le dije explícitamente que no necesitaba ayuda y me acompañó al auto, al parecer él manejaba, Sam se habría quedado en casa.

_Bella te veo más tarde entonces ¿si?_  Rosalie parecía resignada. Ella se acercó a mí y dejó un beso en mi mejilla junto con una palmadita cariñosa en mi vientre aún plano _cuida a ese tesorito cariño, te necesita bien ¿lo harás?_ asentí  mordiéndome el labio, estaba reteniendo a como de lugar mis lagrimas donde debían estar… en mis ojos.  _Bien… llámame si necesitas algo, no importa la hora… es más, me gustaría ver a Emmett correr por la ciudad a las dos de la mañana buscando el más extravagante de los helados, solo pídelo_

No pude evitar reír y al mismo tiempo dejar que una lágrimas se escapara de la comisura de mi ojo,

_Oh bebé, no_ dijo ella sobresaltada, se acuclilló a mi lado y me abrazó, recosté mi frente en su hombro _no llores pequeña, estarás bien… lo sé, como que me llamo Rosalie Halle_

Asentí nuevamente y me obligué duramente a dejar a un lado mi congoja, mis amigos… los únicos que tenía, mi hijo o hija era lo que me sostenía ahora. 

Media hora más tarde estaba ya camino a la casa que me iba a traer muchos y demasiados recuerdos, pero estaba dispuesta a afrontar la realidad. Tenía que meterme en la cabeza que pasara lo que pasara tenía que seguir de pie, sin dejar que los recuerdos me desmoronen… por dios! No estaba sola ahora!... si lo hubiese estado seguramente hubiera dejado todo, absolutamente todo y desaparecer del planeta o tal vez luchar por algo que nunca tuve, eso sonaba patético pero era tan intenso lo que sentía que eso haría.

_Le diré a Loise que te lleve lo que desees cenar a tu cuarto ¿deseas algo en especial?_

Estábamos transitando las calles próximas a la casa y las palabras de Benjamin me desconcertaron, lo miré exasperada… ¿Cuál era su maldito juego?

_Ya basta Benjamin… no hay nadie cerca de nosotros, no tienes por qué seguir fingiendo_ le espeté con furia _¿qué sucede contigo? ¿por qué haces esto? ¿qué es lo que pretendes? Se supone que tu modo de actuar conmigo sería diferente!... que me echarías a patadas de tu casa por dios santo, ¿por qué haces esto?_

_Por el niño, nada más que por eso… él no tiene porqué pagar por las irracionalidades de su madre_ dijo estoicamente. Abrí la boca para decir algo, pero mierda… él había dado justo en la tecla, mi hijo no tenía por qué pagar por mis errores.  _Está bien, soy consciente de que te acostaste con otro hombre en mi propia casa, que te embarazaste de él y que seguramente te enamoraste de él, pero no pienso Isabella, no pienso dejar en la calle a una criatura inocente que la única culpa que tiene es existir_

_Yo podría arreglármelas sola, Rosalie me ayudaría, no tendrías por qué cargar conmigo- murmuré entre dientes, mi orgullo estaba en los suelos pero aún trataba de alzarlo a duras penas,

_No eres ninguna carga Isabella, eres mi esposa, no te voy a condenar por el error de haberte fijado en alguien que solo se aprovechó de ti, te conozco y sé que eres lo suficientemente ilusa como para haber caído con facilidad… no te culpo, pero tampoco apruebo lo que hiciste_

_¿Y cuál es tu consuelo entonces? ¿que seré humillada al fin de cuentas cuando todo el mundo se entere que te engañé? ¿Cuándo se rían de mí y se burlen de ti?_

_No dejaré que suceda eso Isabella, pensé que me creías más inteligente y precavido… ese hijo llevará mi apellido, ya te dije Isabella, es hora de que creas un poco en mí ¿no te parece?_

Su apellido… entonces era real, no era un sueño inducido por las drogas y los calmantes, él deseaba ponerle su apellido al hijo que habíamos concebido Edward yo… oh cielos.

Edward…

_No puedo creer que realmente quieres hacerlo, yo no te lo pedí, yo no lo deseo siquiera, es mío y de-

_De alguien que jugó contigo Isabella ¿qué pretendes? ¿Llamarlo y forzarlo a volver solo porque fue un descuidado que no usó un condón a la hora de-

_No hables así de él!_ grité con fuerza, mi mano automáticamente voló a mi vientre sintiendo miedo de ser tan descuidada. Él apretó la mandíbula y se detuvo en el portón de entrada, activó el portón de seguridad y saludó con la cabeza al guardia. Ahogué un sollozo y cerré los ojos dejando escapar las lágrimas que tan traicioneras se acumulaban en mis ojos.

_No me importa lo que pienses ni lo que sientas por él, si hubiese sabido lo de ustedes me habría encargado de despedirlo antes de que esto sucediera, así que agradécemelo y punto… estoy dispuesto a responder por algo que él ocasionó, ¿no eres feliz con eso? Pues entonces… dime y llamaremos a los abogados y terminamos con esto aquí y ahora_ se detuvo en la entrada de la casa y apagó el motor del auto, luego volteó hacia mí y espero mi respuesta, sus ojos azules brillando _ dímelo Isabella, no pasaran ni unas cuantas horas, que te llegará mi denuncia de adulterio, quedarás en la calle sin un peso y con el riesgo de que te quiten ese hijo que llevas… ¿quieres eso?_

Oh cielos… apreté mi mano en mi vientre, por supuesto que no deseaba eso…no lo haría de ninguna forma posible.

_Tu ganas Benjamin_ dije sin más, no iba a seguir dándole vueltas a una causa perdida. Cuando me sequé las lágrimas me apresuré a bajar del auto y allí ya estaba Sam sosteniendo la puerta para mí,

_Ayuda a la señora a llegar bien a su cuarto Sam, luego te necesitaré_ murmuró Benjamín detrás de mí. Sam ni siquiera hizo el intento de tocarme, solo me siguió a mi cuarto tal vez abrumado por mis lágrimas que salían y salían sin poder detenerse.

Ya en mi cuarto esperé a que Sam dejara mi bolso sobre mi cama y se fuera para desmoronarme, me senté en la orilla de mi cama y luego me dejé caer en mi costado para ovillarme como lo estaría mi hijo en mi útero…

_Oh Edward… ¿por qué me hiciste esto?_ susurré para mí misma entre sollozos _¿por qué no me dejaste amarte?_

No sentía ánimos de nada, solo de caer rendida entre las sábanas y dejar que pase el tiempo, ver pasar los días poco a poco, las estaciones y los meses… esperar por mi niño como un árbol desojado por el otoño espera a la primavera, sabiendo que se vendrán tiempos mejores. Solo tuve fuerzas para recibir la cena que Claire había preparado para mí y obligarme a comer solo por el bien de mi hijo.

En los próximos días no hacía más que levantarme de la cama solo para ir al baño, asearme y caminar por mi habitación y el balcón. Oír música ya no estaba entre mis cosas favoritas, ni siquiera podía pensar en pisar mi estudio aunque sabía que tendría que hacerlo paulatinamente, dejar los fantasmas atrás y enfrentar lo nuevo. Deseaba en lo más profundo de mi alma, aunque doliera, componer una nana para mi niño. Deseaba tantas cosas, pero mi estado de ánimo no me lo permitía… deseaba visitar nuestra playa, nuestro trozo de cielo para tenderme en la arena blanca y leerle a mi hijo cuantos donde el príncipe se quedaba con la princesa en apuros, donde existían las nubes de colores y una infinita felicidad, no para ilusionarlo… sino para trasmitirle todo lo contrario a lo que creía yo. Deseaba ir de compras y regalarle el mundo, deseaba saber si era niño o niña para poder hacerlo, deseaba gritar a todo el mundo mi frustración, mi dolor… deseaba desaparecer… deseaba tantas cosas.

Rosalie venía de vez en cuando, se quedaba durante el día y hasta traía a Emmett que estaba muy interesado por mi estado de salud. Cuando venían nos sentábamos por horas en el jardín, en la glorieta y caminábamos a través de los nuevos rosales, hablaban de sus proyectos futuros sin adentrar en detalles consciente de lo que podía significar para mí… no había más que amor cuando los miraba juntos, a veces los sorprendía mirándose el uno al otro sin decir palabras, dios!... que fácil que era el amor para algunos.

Benjamin en cambio se mantenía alejado, inmerso en su mundo de negocios y fuera de mi vista. Cuando lo veía, se notaba cansado, delgado y cada vez más pálido, se había cortado el cabello al punto de tenerlo al ras de su cuero cabelludo, me preguntaba por qué, pero realmente no me importaba. Ni siquiera compartíamos la mesa ya, yo almorzaba y cenaba en mi balcón y él en la solitaria mesa de la sala, yo salía de mi habitación cuando estaba segura que no se encontraba en casa y él volvía cuando yo ya dormía.

Finalmente una noche en la que mis lágrimas me traicionaron una vez más, hundiéndome en mis cobijas para lamentarme de mi existencia, decidí que debía hacer algo para sacar todo eso afuera, lo que fuera. Aún no estaba lista para utilizar mi chelo como medio de descarga emocional, no deseaba ir a un psicólogo, eso sería como bajar los brazos y admitir que estaba en una situación en la que realmente no veía salida, no lo haría mientras tuviera alguien por quien salir adelante, tampoco deseaba utilizar a Rosalie como mi consejera emocional o confesora, ella era feliz… no podía arruinar eso. Por lo que me levanté de la cama a mitad de la noche y encendí mi velador, caminé hasta un cajón donde guardaba mis cuadernos de partituras y tomé un cuaderno en blanco, listo y esperando para ser utilizado, tomé una pluma y volvía a sentarme en mi cama, tomé una respiración profunda y coloqué la punta de la pluma en la hoja en blanco, mi mano temblaba… pero necesitaba tanto hacer esto. No tenía más que descargarme con la única persona con la deseaba descargarme…

Edward:

Tengo tanto por decir y sin embargo me parece tan ridículo hacerlo por este medio, se que nunca lo leerás igualmente, lo guardaré para mí, pero es a tu nombre a quien deseo desnudar lo que queda de mi alma.

Tu hijo sigue creciendo, no lo siento aún pero sé que está allí, lo sé… he visto la ecografía y he oído su pequeño corazón, si supieras que fuerte y rápido latía… como lo hacía mi corazón al tenerte entre mis brazos. Y lo siento… porque más que deseé que hubieras estado allí sosteniendo mi mano, agradecí que no estuvieras, no hubiera podido conmigo misma sabiendo que no te interesa en lo más mínimo.  He llorado, lo confieso… no me quedan lágrimas por derramar, pero no solo he llorado por ti… he llorado por todo, por lo inverosímil de la situación, mi situación, aún tendré que estar atada a un hombre que no amo solo para que nuestro hijo este bien. Solo por él lo hago, porque si no estuviera embarazada, te hubiese seguido aunque no me quisieras contigo, hubiese tratado de ganar tu corazón, lo hubiese dejado todo como alguna vez te lo dije.

Pero estoy sola…

Mañana comienza mi  segundo trimestre de embarazo, no han pasado más de tres semanas desde que te fuiste pero aún sigue siendo ayer para mí, mis pesadillas son tan vividas aún…

No te preocupes, he podido dormir, pero aún sigo soñándote. Tus cabellos a la luz del sol, cobrizos y brillantes, azotándose por la suave brisa, tu sonrisa… tus ojos verdes mirándome con atención, nunca podré olvidar eso de ti, no quiero olvidarlo aunque sea doloroso recordar. ¿Crees que nuestro hijo herede esas cosas de ti?... me gustaría que sí.

Espero que estés bien donde sea que estés, que alcances las metas que esperas alcanzar, que seas feliz. Prometo no intervenir, no es lo que deseo, nunca lo haré a pesar de que duele no tenerte… sé que no soy buena para ti. Espero que algún día, si nuestras vidas se vuelven a encontrar, pueda cerciorarme de que fue así, de que lograste lo que deseabas, tú me dejaste lo que más deseaba, por lo que no puedo más que desear la misma suerte para ti.

Te amo…

Sé que te lo dije ya, justo antes de tu partida… y que no sientes lo mismo por mí y que tal vez te sentiste abrumado por esas palabras y huiste… no te culpo, ¿para qué forzar algo que no está destinado a ser?... de todas maneras te amo. Te amo… te amo… y no importa la cantidad de lagrimas que pueda derramar, mis ojos nunca se quedaran sin ellas mientras siga sintiendo así por ti.

Espero que estés bien… yo trataré de estarlo, cuidaré del tesoro que me dejaste, ese será mi único objetivo. Te amo…

Tu Bella

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Ok... snif... lloré escribiendo el final de este capi, espero que ustedes sin embargo esten bien, las amoooo... locamente. Gracias por sus palabras, nos vemos el miercoles! besotes!!!