Capitulo 33: Fe

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Fe

_¿Irás o no?_

Saqué la mirada de la puerta de entrada de esa casa que ya no sentía como mi casa… la había dejado atrás cuando decidí renegar de todo esto. Negué con la cabeza,

_No sé si soy bienvenido_ dije mirando al frente con las manos en el volante. Sentí a Emmett suspirar frustrado a mi lado y chasquear con la lengua,

_Nunca conocí a alguien tan egoísta, terco, exagerado y… emo, como tú_ rió sin ganas y volteó a mirarme, _bueno, si no quieres ir por qué aún estamos aquí ¿Qué estas esperando para irte una vez más y salir de sus vidas?, vamos… hazlo!, le salvaste la vida a tu madre reparando su corazón y luego lo rompes, hazlo de nuevo… vete!_

_Cállate idiota!_ dije cerrando los ojos. Sí… Emmett me había sacado del pozo en que me había sumergido en los últimos seis meses, pero el maldito era un idiota increíblemente insoportable, aunque más allá de eso, un buen amigo… 


_Bah! A la mierda… tú no quieres verlos allá tú, yo no me pierdo el pastel de Alice y quiero saludar a mamá_ abrió la puerta del auto y bajó apresuradamente.

Suspiré dejando caer la cabeza sobre el respaldo del asiento y abrí la puerta para salir y seguirlo,

_¿Así que mamá?_  murmuré caminando a largas zancadas para alcanzarlo. _¿desde cuando eres un Cullen?_

_Oh chico bonito, desde que Esme me recibió en su hogar supe que es una mujer digna de tener hijos que la amaran, eres un idiota por no entender eso ¿sabes?..._

_Sí, soy un idiota_ reconocí. No sabía hasta que punto había lastimado a tantos que amaba, pero si sabía que no deseaba hacerlo nuevamente.

Oí los golpes de la puerta cuando llegué a un lado de Emmett, miré al jardín de Esme y me di cuenta que ella había comenzado a trabajar en él, había hermosos rosales que esperaban la primavera para florecer y también otras plantas, Esme le estaba dando vida a su hogar ahora que ella tenía vida. Sonreí internamente… si me hubiesen ofrecido ese trato para salvarle la vida lo firmaría de nuevo, solo que esta vez no huiría…

Sentí la puerta abrirse y un jadeo que me hizo voltear, Alice me miraba desde la entrada con una mano en la boca y su mirada desorbitada, aferrada con su mano libre al marco de la puerta…

_Al…_ susurré preparándome para lo que fuera que mi hermana tenía para mí, insultos, una cachetada, un golpe en el estómago… qué más daba otro, me lo merecía. Pero no podía estar más sorprendido cuando en vez de todo eso, ella solo dio un paso hacia delante y se colgó de mi cuello abrazándome fuertemente. Me aferré a su cintura en seguida, tanto ella como yo necesitábamos un soporte y como lo habíamos hecho siempre… nos sosteníamos mutuamente _Al… hola hermosa_

_Edward…_ murmuró en un sollozo. _te extrañé… tanto_

De repente me sentía culpable… ella me estaba dando la bienvenida a casa cuando lo unico que me merecía era reproches e insultos. Cerré los ojos y disfruté el momento… ella temblaba en mi abrazo, sus suaves sollozos en mi oído y sus manos aferrándose a la tela de mi saco por la espalda

_No te vallas de nuevo ¿oíste?... eres un idiota_ … y ahí estaba. Sonreí y me separé de ella para enfrentarme a sus ojos aguados y su ceño fruncido _mamá te estaba esperando_ dijo para sorprenderme…

_¿Me esperaba?_

_Sí, ella siempre te esperó…_

Claro… como siempre, mi madre mantenía su fe en mí. Asentí con la cabeza y entré a la casa cuando ella se apartó del marco de la puerta. Estaba nervioso, limpie el sudor de mis manos en mis vaqueros y alisé mi camisa. 

_Hey enana!_ saludó Emmett, Alice le pegó en un brazo juguetonamente y me pregunté qué era lo que me había perdido. En realidad sentía que estaba en otra familia totalmente diferente, como si en mi ausencia se hubiesen multiplicado,

_Hey mole!_ contestó Alice antes de voltear a verme _mamá esta descansado… estuvo trabajado en… su tejido y quería dormir un rato_

Asentí con la cabeza e hice una señal con la mano al corredor, Alice asintió con una sonrisa y volteé para caminar a la habitación de mi madre.

La casa estaba muy silenciosa, parecía que eso no había cambiado… mi padre seguramente aún estaba en su guardia de hospital y no habían rastros de ese chico, Jassper, que Emmett había contado que era el novio de mi hermana. Me detuve un momento solo para respirar profundo y dejar entrar en mis sentidos esa olor a casa… a hogar, olor a flores, a algodón, un dejo de comida casera, agua de jazmín que Alice usaba y el cuero de los sofás… había extrañado esas cosas. La suave música que provenía de la habitación de mi madre, algo parecido a música celta, las risas de Alice y Emmett desde la cocina, el silencio a demás de todo eso…

Golpeé suavemente la puerta de mi madre, pero al no haberme contestado supuse que estaba durmiendo, así que entré tratando de no hacer ruidos, solo quería verla… antes de ir a tratar de ayudar a Emmett en lo que habíamos venido a hacer.

Esme dormía… la tenue luz del día que se filtraba por la ventana me dejaba ver suficiente como para saber que ella se encontraba bien, al menos tan bien como esperaba en apariencia. Me acerqué a la cama y me sostuve de la madera de los pies de su cama, ella estaba recostada sobre unos almohadones con un libro en su mano sobre su pecho.

Observé todo de ella, se veía tan diferente y sin embargo tan igual a mi madre. Ella ya no tenía esos círculos oscuros debajo de sus ojos, su cabello brillaba y sus mejillas teñidas de un suave rubor indicaban salud y vitalidad. Su piel no era más pálida como lo había sido meses antes, era de un rosa suave… como tenía que ser.

Miré alrededor del cuarto… era diferente también, parecía más lleno de luz que las vez anterior que lo había pisado. Ya no había medicinas en su mesa de noche, ahora habían sido reemplazados por un portarretrato cuya imagen era una fotografía mía y de Alice en su baile de graduación. Miré a una mecedora que había cerca de la ventana y ví diferentes materiales, mi madre había vuelto a tejer, como lo había dicho Alice, sus obillos de lana y trabajos inacabados estaban sobre una mesa baja de té. Me acerqué despacio con cuidado de no despertarla y me incliné sobre la mesa para tomar en mis manos un pequeño trabajo en lana blanca.

Casi lo dejo caer cuando vi de qué se trataba, la sonrisa se me borró del rostro y mis manos comenzaron a temblar mientras lo sostenía, las piernas temblaron y fue como haberme enfrentado a una hermosa revelación que chocaban con mi entendimiento y contra todo mi sistema.

Sostuve la pequeña batita tejida en mis manos mientras me sentaba en el pequeño sofá frente a la mecedora.

_Oh dios…_ gemí llevando esa pequeña pieza de perfección a mi nariz, oliendo la fibra de la lana, cerrando los ojos con fuera y tratando de tragar el nudo que se había formado en mi garganta… increíblemente y sin saber nunca como era, esa lana olía a bebé. Un bebé que no pensé que llegaría y que cuando llegó lo había abandonado antes de nacer. _¿qué hice?_  susurré abrumado por la magnitud de las sensaciones que ahora me golpeaban gracias a ese pequeño trozo de lana, trabajado de tal manera que pronto estaría cubriendo la piel frágil y suave de… mi hijo.

Por más que reprimí ese nudo en la garganta, esa sensación de inmensidad que tanto había escondido, veía al fin la luz. Mi pecho estalló en un sollozo ahogado que pude acallar con la prenda de lana en mi rostro. La misma prenda que Esme había hecho para mi hijo, Emmett me había contado todo al igual como yo había sido sincero con él.

Bella era parte de mi familia, parte del corazón de Esme, parte de Alice y Carlisle… ella se había ganado ese lugar sin siquiera preponérselo, solo con la fuerza de atracción que ejercía mi sangre con la suya y mi familia… mi sangre. Aquella que ahora corría en las venas de mi bebé, dentro del vientre de la mujer que amaba y que había abandonado.

Mi bebé…

Rompí a llorar como si no hubiese pasado un día desde la última vez que lloré encerrado en ese horrible apartamento ahogándome en mi miseria, sin siquiera hacer un esfuerzo para luchar por ella. Lloré de arrepentimiento, de resignación, lloré por cada herida que infligí  a quienes más amaba, lloré por mi madre, lloré por las palabras que nunca quise que salieran de mi boca, lloré por el amor que había tenido que renunciar, lloré por haber sido tan estúpido y temerle al hombre poderoso, lloré por… Bella. 

Mi Bella.

Lloré por sus ojos rotos y vacíos que vi la última vez que la vi… esa mirada que me había perseguido cada noche mientras fingía que podía olvidarla, aunque nunca pude hacerlo. ¿Arrancarla del corazón? ¿Arrancarla de mi alma? ¿de mi cuerpo?... si yo había quedado sin esas cosas cuando le dije adiós. Ella la tenía en sus manos y hasta que no la viera de nuevo y le rogara que me las devolviera, no tendría ni alma ni corazón y mi cuerpo… era suyo, de nadie más. Ella era mi dueña.

Bajé la prenda pequeña de mis ojos mojados y limpié mis mejillas con la manga de mi camisa, traté de respirar profundamente varias veces hasta que pude recuperar un poco, una pizca del control de mí mismo. Pero simplemente mis ojos seguían derramando lagrimas saladas como si estuviera destilando de mi cuerpo todo el dolor.

_La mejor cura para un  hombre es la expiación_

Alcé la vista a mi madre que ahora me miraba desde la cama con sus ojos brillantes y una pequeña sonrisa en su rostro. Pestañeé varias veces antes de dejar la prenda de mi bebé en su silla mecedora y me levanté de la mía, refregué mi cara con ambas manos y reí sin gracia…

_Una expiación que no se si merezco_ mi voz quebrada me estremeció, miré a mi madre y ella hizo un gesto a su lado invitándome,

_Todo hombre que ama y vuelve por amor merece un perdón, el perdón y el arrepentimiento conlleva un regalo… tu lo obtendrás_

Era increíble el perdón que ahora obtenía de mi familia, ellos me seguían recibiendo como el hijo pródigo que volvía al hogar… no me lo merecía, pero tal vez ella tenía razón, tal vez lo que hice merecía un perdón. Aunque no estaba dispuesto a creer en ello, estaba seguro que abandonar a la mujer amada y a su hijo creciendo en su vientre no tenía perdón alguno y mucho más si había terminado todo inventando semejante blasfemia. Si Bella me lo permitía estaba dispuesto a luchar por ella, podría llegar a tardar lo que fuera… pero tenía que conseguir su perdón y su amor si lo había perdido.

Caminé hasta la cama de mi madre y me senté a su lado, tomé su mano con la mía y la acaricié sintiendo su calidez,

_¿Tú crees que Bella me perdone?_ dije en voz baja sin mirarla _¿crees que después de haberla herido así ella… aún siga sintiendo algo por mí?_

_¿Por que no lo averiguas?... hijo, aprendí algo de mis años de enfermedad, viendo desde esta cama el tiempo pasar sin que yo pueda hacer nada contra ello. Aprendí que el tiempo es ahora, que se te escurre entre los dedos y si no haces nada contra ello… el tiempo solo se irá y tu seguirás esperando que algo suceda._  su mano tomó mi muñeca y me jaló hacia ella, me acosté a su lado y me acurruqué como si volviese a ser un niño de cinco años totalmente perdido y asustado. Esme dejó un suave beso en mi sien y me meció entre sus brazos _sé que temes que ella no te acepte, sé que temes por ese niño, sé que es tu hijo… no sé qué te llevó a irte, pero creo saber por qué volviste, tú aún la amas…_

Suspiré tragando el nudo en mi garganta… una madre conoce a sus hijos y Esme, ella era experta en nosotros. Sí, por eso había vuelto… la mayor fuerza fue Bella. Moví mi cabeza a un lado y le di un beso a su mano mientras unas lágrimas más salían de mis ojos,

_Perdóname por haberme ido así_  cerré los ojos y sumergí mi rostro en las sábanas. El olor a mi madre me inundó, el aroma a algodón y perfume de jazmín y no pude evitar suspirar al reconocer el aroma de mis años de infancia.

_Gracias por volver hijo, sabía que lo harías_ respondió ella.  Reí sin gracia alguna,

_Tú tienes demasiada fe en mí Esme_ sentí las caricias de mi madre en mi cabello y era tan relajante, deseaba dormir allí y olvidarme de los problemas por un tiempo, pero habían cosas que urgían y Emmett esperaba.

_Y tú nada._ dijo ella jugueteando con mi cabello _tengo fe en ti, tengo fe en Bella y en todos los que amo… tal vez te cueste, tal vez no, pero solo tienes que tener fe que todo saldrá bien_

_Lo tendré en cuenta_ murmuré sin mucha convicción _Emmett está esperando en la sala_

_¿Volverás por la noche?_ preguntó con un timbre de voz preocupado.

La miré levantándome de la cama y sentándome cerca de ella, acaricié su rostro por un momento antes de inclinarme a besar su frente,

_Por supuesto mamá, solo… Bella no debe saber que yo estoy aquí. Hay algunas cosas que debo arreglar antes de que lo sepa, guarda mi presencia para ti, le diré a Alice también y a papá._

_¿Hay algún problema?_ preguntó con desconfianza.

_Ninguno mamá, déjame hacer esto a mi manera ¿si?_ le sonreí suavemente haciéndole saber que todo estaba bien. Ella asintió reticente pero sonrió antes de pararme para salir de la habitación,

_Prepararé tu comida favorita cariño_ dijo con un dejo de alegría, al voltear a verla desde la puerta me di cuenta de que sus ojos brillaban _ahora puedo cocinar_ algo tan sencillo y cotidiano la hacía tan feliz. Asentí sonriéndole _Bienvenido a casa hijo_

_Gracias por recibirme mamá_

**O**

_Maldito hijo de puta!_

Su puño chocó contra la mesa y él se dejó caer sobre la silla, llevé mis manos a mi rostro y refregué mis dedos sobre mis ojos para sacar el cansancio que tenía. Estábamos por segundo día consecutivo encerrados en esa oficina del edificio  central del FBI en Seatlle.

Emmett cerró sus ojos cansado y suspiró al teléfono, hablaba con un tal Darren, que llevaba este caso solo de oficio al igual que Emmett.

_Quiero ese expediente Darren, no me importa como lo consigas, hazlo… cuando lo tengas tráemelo directamente a mi escritorio, solo nos falta eso para comprobar el archivo original… date prisa_ cortó la llamada y volteó a mirarme directamente a los ojos _¿sabes si Tayler tiene alguna oficina adicional a demás de las que figuran como oficiales?_

_No_ murmuré contestando la misma pregunta por… ¿quinta vez? _Benjamin guarda sus documentos importantes Emmett, en el despacho en su casa, allí debe estar el contrato y los expedientes médicos de su enfermedad… si no lo ha sacado y escondido en otro lugar…_

_¿Tal vez alguna bóveda privada en algún banco?_

_No… no lo creo. Al menos nunca dio indicios de confiar esas cosas a un banco… son documentos muy comprometedores_

_Los que buscamos también_ reflexionó ausentemente acariciándose el mentón pensativo.

_¿Su empresa?_

_No_ dije rotundamente, definitivamente Benjamin no era de ese calibre… dejar documentos importantes en su empresa… no.

_Bella..._ murmuró mirándome con cautela.

_Definitivamente no_ dije rotundamente _no la metas a ella Emmett… no, dijiste que-

_Sé lo que dije, él no debe saber de ti… no dije nada sobre ella… Edward ¿qué mejor que ella como aliado en esto?_ su voz sonaba ansiosa y apresurada. Necesitábamos con desesperación un aliado, pero no pensaba utilizarla.

_No_ me levanté de la silla y me paseé nerviosos por la oficina, Emmett había tocado el tema más delicado para mí. Sí, deseaba verla, lo había deseado con locura desde que pisé Seatlle de nuevo, pero no lo había hecho por varias razones. Primero, Emmett me lo había prohibido rotundamente, Benjamin no podía saber que yo estaba de regreso y ciertamente Bella, ella era una muy mala mentirosa. Segundo… yo deseaba hacer las cosas de manera tal que no sea un abrupto encuentro para ella, su estado avanzado de embarazo no me dejaba otra opción, si sufría algo parecido a lo que sucedió cuando me fui no me lo perdonaría jamás. Y tercero… algo que difícilmente iba a admitir, estaba cabreado de miedo… temía perderla definitivamente, temía que me odiara, temía sus palabras, temía la ruptura definitiva de mi corazón… estaba cegado por el miedo.

_Ella trabaja con él, ella conoce su situación… se ha dado cuenta de lo que es su marido Edward, ella nos ayudará si se lo decimos… no es tonta, ella no dirá nada_ insistió.

_¡Que la dejes afuera Emmett!_ grité volteando a él, gruñí entre dientes y revolví mi cabello mirando hacia la ventana nuevamente _... por favor, no la involucres. No quiero que tenga nada que ver con él_

_Ella tiene que saber… ¿no haz pensado en que una de las cosas que deberás hacer al verla es dar explicaciones?_

El idiota tenía razón…

_Mierda! Si… lo he pensado, sí se que debo hacerlo. Pero ella esta a punto de tener al bebé, no quiero emociones fuertes para ella, no ahora Emmett, entiende por favor_

_Edward, no podemos retrasar la investigación…_ dijo con urgencia _debemos confiar en Bella, no nos queda otra_

_Lo sé_ murmuré cerrando los ojos y recargando la frente en la ventana, la ciudad bullí afuera tan aislada, tan indiferente… _déjame pensar en algo_

_Piensa rápido, Tayler no tiene nada negro que lo involucre y mucho menos Victoria, una egresada de Yale con honores en Licenciatura en Administración de empresas… todo se concentra en Benjamin Edward y lo más cerca que tenemos de Benjamin es Bella_

_¿No se puede de otra forma?... Bella se verá implicada y ella no tiene nada que ver_ murmuré con ansiedad

_No Edward, como tú… si ella coopera no habrá cargos ni será implicada._

No será involucrada en los negocios sucios de su esposo, eso era lo que más deseaba… ella había caído en manos equivocadas y pasó toda su vida lamentando eso, no podía dejar que ella quedara manchada por la mugre de Benjamin.

_Déjame pensar… solo, déjame pensar_ pedí entre dientes…

_Hay una gala el viernes, un contrato de firmará al final de la gala… no sabemos la naturaleza a la que llega ese contrato, debemos irnos con cuidado y obtener algo más de esa noche, Darren estará consiguiendo los documentos que faltan, Tayler y el doctor Estefan son los puntos clave. Y Bella si te decides a incluirla en esto_

_Bien_ acordé antes de que su celular sonara nuevamente.

Supe que estaba hablando con Rosalie por el tono meloso e intimo que había comenzado a usar, supe también que ella estaría saliendo con Bella para comprar su vestimenta del viernes y que la invitaría a cenar y me maldije a mí mismo… estaba tan cerca, tan ínfimamente cerca… y sin poder verla.

Quería verla, definitivamente quería hacerlo y mucho más cuando Emmett me informó que ella iba a tocar esa noche. Ella aún tocaba… eso me llenó de emoción, ella puso seguir con lo que le gustaba, ella aún tocaba aunque fuera solo para recaudar fondos, ella aún lo hacía. ¿Seguiría con el miedo a los escenarios? ¿su embarazo le había dado seguridad?...

Muchas preguntas y estaba dispuesto a que las respuestas salieran de su propia boca… ya era hora.

**O**

Estábamos esperando a mi padre, Jassper y Emmett sentados en los sofás jugando naipes como si nada fuera a suceder y yo inquieto mirando por una ventana que daba al gran manzano a punto de entrar en flor. Salí de la ventana y despeiné mi cabello con una mano mientras caminaba hasta la chimenea y volvía a la ventana, podía sentir las miradas de Jassper y Emmett  sobre mí como aguijones molestosos.

Suspiré frustrado…

_Debería ir_ dije sin pensar demasiado, Emmett gruñó y por el rabillo del ojo lo vi negar con la cabeza en desaprobación.

_Es demasiado peligroso, a demás Rose no sabe que haz vuelto… se llega a enterar prepárate para un dolor de huevos intenso_  reí en voz baja…

_¿Y tu te preparas para dormir con el perro?_ lo miré y él alzó los hombros sacando un as de corazones de su montón de naipes en mano,

_No tenemos perro pero definitivamente dormiría en la cajuela del convertible de Rose_

_Ja!... cobarde_ murmuré mientras Jassper tiraba sobre el montón una reina de diamantes,

_Maldito perro_ dijo Emmett por lo bajo mientras se llevaba las peores cartas de Jassper, este sonreía triunfante.

Volví a sus pirar metiendo las manos en mi bolsillo, las llaves de mi auto estaban allí, las acaricié suavemente con mi dedo y miré a Emmett, estaba concentrado en su juego. Mi padre aún estaba haciendo algunas llamadas al hospital para comprobar algunos pacientes que estaban en su post cirugía.

Suspiré nuevamente… ¿qué perdía? Bueno… había riesgo de que algo saliera mal. ¿Qué ganaba?... echarle un vistazo, uno… uno que tanto necesitaba, a mi Bella… mi diosa que hoy tocaba.

_Déjate de suspirar como idiota, sé que estas ansioso… es peor si te pones a pensar en ello_ Emmett me miró y señaló el lugar a su lado _ven… ayúdame a ganarle a este tramposo_

_He!_ se quejó Jassper con una sonrisa _soy el rey del póquer… ¿Qué quieres?_

_No gracias_ dije desinteresadamente _me avisan, estaré en mi habitación_ caminé a través de la sala y salí de la vista de los chicos, cuando llegué a mi habitación me metí dentro y fui hasta la ventana, miré la hora de mi reloj… media hora para la media noche.

_Mierda!_ me dije a mí mismo… algo tenía que hacer, no podía dejar pasar esto… tenía que verla tocar, tenía que verla de cualquier manera. Suspiré frustrado por enésima vez ese día y tomé la ventana para abrirla tratando de no hacer ni el menos ruido posible.

Cuando ya estaba abierta un aire frío entró de golpe dándome más resolución de la que ya tenía… tenía que salir de allí.

Subí a la cornisa de la ventana y salté hacia el patio de casa, caí limpiamente sobre el suave pasto recién plantado. Esperé un momento para ver si oía ruidos del interior de la casa y al no escuchar nada comencé a caminar hacia la puerta trasera del patio, tenía que darme prisa antes de que Emmett se diera cuenta. Últimamente, desde que habíamos vuelto de Londres, él se había encargado de ser mi sombra, se pisar mis zapatos literalmente. Tal vez por precaución, para que el testigo clave y damnificado de Benjamin Plath no se le escapara o solo para evitar lo que estaba haciendo ahora… ir a ella.

Abrí la puerta y corrí hacia la calle, seguramente en el momento en que diera ignición a mi Volvo, que había estado almacenado todos estos meses en el garaje, él se daría cuenta. Pero no me importaba, lo único que quería era ir y verla… mierda!  ¿no está mal negarle el plato de sopa a un muerto de hambre? ¿no era pecado dejar morir de frío a un vagabundo en pleno invierno?... así me sentía yo sin Bella. Este era el momento de saber que ya nunca más iba a poder huir de ella. Necesitaba sus palabras duras, las que fueran, necesitaba su bofetada limpia y certera en mi mejilla, pero más necesitaba verla…

Si alguien había cometido exceso de velocidad o roto mil normas de conducción esa noche, había sido yo. Creo que el Volvo nunca había corrido tanto… era como un imán que me atraía. Llegué en quince minutos al Hotel Hillton y aparqué cerca de allí, lo suficientemente lejos como para que no me vean, bajé del auto y me apresure a caminar por una calle lateral hasta dar con una salida de emergencia. En ese momento mi celular comenzó a sonar… no quise ni mirar, ya sabía quién podía estar llamando, así que lo saqué del bolsillo y lo apagué, no quería traer la atención.

Seguí unos corredores que solo estaban transitados por un par de empleados con chaquetilla, alguno de ellos trayendo bandejas y otros caminando apurados sin siquiera ver que yo era un intruso allí.

De pronto al llegar a un amplio vestíbulo me detuve en seco, no había nadie allí… todos disfrutaban de la gala dentro de las grandes puertas que delimitaban el vestíbulo del salón. Miré a mi alrededor cuando comencé a sentir la música y un silencio sepulcral… las suaves notas de un chello comenzaron a inundar el aire.

_Oh dios…_ susurré cerrando los ojos, mi cuerpo reaccionó a esa música y en segundos se relajó… me sentía como una serpiente de cascabel siendo seducida por el sonido de una flauta.

Me detuve allí por un momento tratando de recuperarme del impacto inicial y luego busqué con la mirada, una puerta escondida o un lugar, un recoveco donde pudiera esconderme a verla. Una puerta que daba al salón estaba casi escondida cerca de los baños, por lo que atiné a abrir y sí… estaba dentro del salón, solo que en el fondo y abrazado por la oscuridad, así sería mejor. Yo solo quería verla.

Caminé como hipnotizado sosteniéndome de la pared de fondo con mis manos temblorosas hasta que la ví, mis ojos se quedaron prendados de la hermosa mujer que estaba frente a mí, a menos de cincuenta metros, con su estilizado violoncello en sus manos, haciendo música con él. Su cabello estaba recogido en una torzada alta sostenido por cintas, su vestido azul contrastaba con su piel blanquecina, la punta de sus zapatos sobresalían de la falda del vestido… el chello tapaba su vientre.

Ella era hermosa… simplemente era la perfección personalizada.

Las notas salín de sus cuerdas con maestría, ella miraba su instrumento, pero no perdía la esperanza de que mirara hacia arriba y poder así ver sus ojos, su rostro…

_Hermosa…_ susurré.

Y como si ella lo hubiese escuchado, alzó la mirada. Pasó sus enormes ojos marrones por las mesas de enfrente y luego de una leve mueca de antipatía, miró hacia arriba…

Entonces sucedió…

Sus manos se detuvieron abruptamente y sus ojos estaban ahora fijos en los míos. Sus manos temblaban casi imperceptiblemente y tragué en seco… me había visto.

Sus dedos soltaron su arco que cayó al suelo con un ruido sordo y esa mano que lo había estado sosteniendo fue a posarse a su vientre detrás del chello… no pude ver bien, pero ella protegía a su hijo… ¿lo protegía de mí?

Oh cielos…

¿No me quería cerca de ella?... ¿temía por nuestro hijo? ¿fue una contracción? ¿le hice mal otra vez? ¡¿Qué mierda había sucedido?!...

En seguida vi cómo un hombre llegó hasta ella y le entregó el arco que recogió del suelo. Esa era el momento… porque vi a Benjamin parase en su lugar y mirar  hacia atrás. Sus ojos claros y brillantes se congelaron cuando me vieron, obligué a mis piernas a caminar y salir de allí o más rápido posible.

En el corredor no dejé de caminar, no me detuve. Iba mirando el suelo ausente sin querer parpadear, porque al hacerlo corría el riego de ahuyentar esa hermosa imagen de ella.

_Idiota!_  gritó alguien caminando hacia mí a la distancia, alcé la vista y sí, Emmett estaba allí junto a Jassper y Darren que iba comunicándose con un trasmisor de onda corta _Darren ve y vigílalo… los demás ya vienen_

Él compañero de Emmett se fue por una de las puertas laterales del corredor y Emmett vino hasta mí junto a Jassper,

_Jass ve a buscar a Alice, Rose y Esme… llévalas a casa de Rose, no les digas nada_ indicó con voz de mando.

Jassper se preocupó por un momento pero asintió sin chistar…

_No me digas nada_ dije llegando a su lado, pero no me detuve, continué caminando hasta encontrar la puerta por la que había entrado _quiero que veas a Bella, no se qué sucedió… tal vez la herí de nuevo_  Emmett comenzó a caminar hacia mí y al alcanzarme me jaló de un brazo hasta llegar a una puerta, él simplemente la abrió y me hizo entrar al cuarto que a simple vista parecía una pequeña sala de reuniones.

_Edward… ¿ella te vio?_ dijo apresuradamente volteando a verme.

¿Ella me vió?... oh cielos, sí… ella me vió!

_Sí…_ murmuré idiotizado. _ella me vió_ Emmett asintió despacio sin apartar su mirada de mí.

_¿Te vio Benjamin?_ preguntó cautelosamente, sus ojos estaban brillantes y sus mejillas rojas, parecía que podía estallar en cualquier momento.

_Oh por dios_ gemí revolviendo mi cabello con ambas manos. _sí…_

_¿Te vió?_ gimió abriendo los ojos _Eres un idiota Edward!_ gritó Emmett haciendo un puño su mano y golpeando con todas sus fuerzas en una pared cercana, un hoyo del tamaño de su puño se abrió en la pared de material ligero, él ni lo sintió. Se sacó el saco mientras bufaba nervioso y su arma reglamentaria quedó a la vista dentro de su estuche que atravesaba el pecho. Se volvió a mirarme enfurecido y me señaló con su dedo índice _arruinaste todo Edward!... teníamos al jodido tipo en un puño y lo jodiste todo!... ahora será más difícil, puede llegar a saber que estamos siguiendo una investigación…_ él continuó hablando ausentemente.

_Necesitaba verla_ dije casi imperseptiblemente. Aún tenía su hermosa vista en mi retina, ella estaba tan hermosa... ella era increíble, una mujer increíble y no podía creer aún haber estado a unos metros de ella. 

_Y una mierda que necesitabas verla!... mira lo que sucedió!_

_Lo siento_ cerré los ojos, la diatriba de Emmett no me iba a sacar a Bella de mi mente... _no pude evitarlo_

_Eres inconsciente... ¿qué haremos ahora? jodiste toda la investigación... dame una maldita idea de lo que podemos hacer ahora_ exigió caminando como un león encerrado dentro de una jaula.  

Solo había algo que podía hacer... y estaba dispuesto a hacerlo.

_Verla_ dije simplemente _necesito verla, tengo que hacerlo... solo ella puede terminar esto ¿no es así?_ tragué en seco y mantuve el coraje que había venido a mí tan repentinamente. _Hagamos esto Emmett, mientras más antes mejor_

Estaba por tomar el pomo de la puerta cuando el celular de Emmett sonó en la pequeña habitación. Él contestó y mantuvo una conversación en tono apresurado, no me alarmé hasta que oí el nombre de Rosalie.

_¿En serio?_ la voz de Emmett parecía de satisfacción _Está bien nena, no te muevas de su lado… ella necesita compañía, luego te explicaré… nena, nena… lo sé, estaré en casa pronto, debo solucionar algo ahora. ¿Me puedes decir en que clínica está?_

Volteé a verlo en seguida, llevé mis manos a mi cabello y los jalé frenéticamente mientras él terminaba de despedirse de Rosalie…

_¿Bella? ¿en una clínica?_ dije frenéticamente a penas él cerró la llamada. Emmett me miró por un momento mientras marcaba otro número _maldita sea Emmett! ¡¿cómo está Bella?!_

_Ella esta bien, en casa de Rose… Benjamin se descompuso_ Emmett se llevó el teléfono al oído y comenzó a ladrar ordenes. Yo refregué mi cara con ambas manos y gemí… era un alivio que el que verdaderamente se merecía estar en peligro finalmente lo estuviera. Bella estaba bien… estaba bien, iba a poder verla pronto.

**O**

Nunca me pareció tan largo un paseo, en realidad… esto no era precisamente un paseo, era como estar camino a la horca o algo así. Y a pesar de todo se sentía como lo mejor del mundo…

_Esme y tu hermana están de vuelta en su casa, Jassper las llevó. Hablaré con Rosalie, ella… te odia_ rió Emmett _pero le explicaré de qué va la cosa y no te odiará tanto o al menos, aguantará  las ganas de partirte el alma en dos_

_Le diré todo_ dije _¿no tengo otra salida verdad?_

_Si quieres recuperar lo que perdiste creo que no tienes otra salida que la verdad._

_Estoy dispuesto a eso Emmett… te lo aseguro_ dije con una pequeña sonrisa _estoy dispuesto a recuperar lo que perdí… pero tengo miedo_ admití.

_¿Miedo a que no te acepté?... solo… dale tiempo, cuando sepa por qué lo hiciste, creo que comprenderá, al menos parte de las cosas_

_Fui un cobarde, tengo que pagar mi culpa, pero… al menos espero que me deje estar cerca de ella, si me aleja sería más difícil luchar por ella_ miré la ventana y supe que estábamos cerca _temo que todo lo que tengo para decirle le haga mal al bebé, temo poner en peligro su embarazo nuevamente… no me lo perdonaría Emmett_

_Estaremos allí por si eso sucede, tú solo háblale tranquilo… si tuviéramos ese contrato sería más fácil, pero depende de ella que lo obtengamos… de hecho, falta tan poco para incriminar a Plath, que esperemos poder hacerlo antes de que el maldito se  muera_  golpeó el volante con un puño en señal de frustración.

_Estas seguro que eso no afectará a Bella ¿no?_ lo miré expectante, si eso llegaba a despojar a Bella de lo que por derecho le correspondía…

_No, según parece él cambió el contrato prenupcial, debemos ver los puntos de ese nuevo acuerdo… no me fío de su generosidad, pero al parecer Bella es la propietaria de todos sus bienes en partes iguales._

Llegamos al departamento de Rosalie y suspiré profundo… solo rogaba a quien estuviera protegiéndola, que mi presencia no le traiga consecuencias al bebé ni a ella.

El viaje en el ascensor fue largo e incomodo, de repente me sentía como un ganador y al otro minuto… como un perdedor total. Todo dependía de ella… aunque por su puesto, no esperaba el perdón esa noche, si es que estaba dispuesta a dármelo. Pero la vería… hablaría con ella y eso, eso valía la pena el dolor que siguiera.

_Quédate aquí_ dijo Emmett sacando una lleve de su bolsillo, _quiero preparar a Rose primero, ella no te dejará estar en la misma habitación que Bella_

Asentí rendido y dejé que él cruzara el umbral de su hogar solo, mientras a mí me sudaban las manos…

El tiempo pasaba lento o la ansiedad le daba ese efecto, no lo sé… pero fue un tiempo después en que Emmett abrió la puerta y me dejó entrar, arqueé las cejas por su silencio y pasé a su lado.

En uno de los grandes sofás de cuero blanco se encontraba Rosalie sentada, sus brazos cruzados y su mirada clavada en el gran ventanal que daba a la gran ciudad. Ella no volteó a mirarme,

_Bella está descansado…_ dijo con voz monótona, supuse que no estaba de acuerdo con mi presencia allí pero que debía rendirse a Emmett _verte fue como una cacheta en la cara. Solo déjame decirte algo Edward… si te dejo entrar en mi casa, es por lo que Emmett me ha contado. Si logras que Benjamin pague cada una de las que le hizo a Bella… eres más que bienvenido, pero si te atreves, una sola vez más… a burlarte de ella… no tienes una maldita idea de lo que una mujer puede hacer por venganza_

Miré a Emmett y no pude entender cómo el idiota estaba tan embelesado mirándola como si fuera lo más lindo que dijera ella.

_Pasa_ dijo nuevamente Rosalie agachando la cabeza, su voz se oía quebrada _es la primera habitación a la izquierda. Y por favor… no la lastimes_ susurró.

_Antes dejaré que me mates_ dije caminando hacia donde ella me había indicado.

Respiré profundo antes de tomar el pomo de la puerta, cerré los ojos y traté de imaginarme lo que podía encontrar adentro, no había sollozos y fue un alivio, así que giré el perno y abrí.

La luz que entraba por la ventana era suave y a ella se le unía la de una pequeña veladora encendida a un lado de la cama, ella dormía entremedio de las sábanas apaciblemente, a pesar de todo… uno de nosotros podía dormir en paz y me alegraba que fuera ella.

Su cabeza estaba apoyada en la almohada y su cabello regado alrededor de su cabeza, como una hermosa sirena en las aguas, su vientre prominente sobresalía como un monte abrupto y sus piernas estaban descubiertas, descansaban sobre dos almohadones… sonreí, sus pies estaban hinchados y aún así, eran la cosa más hermosa.

Cerré la puerta detrás de mí y caminé hacia un sofá que se ubicaba a un lado de la cama, me senté allí y me dediqué a observarla.

Ella estaba usando una amplia camiseta, que deduje que era de Emmett y un pequeño pantalón rosa seguramente de Rosalie. Su mano izquierda descansaba sobre su vientre y la derecha sobre la cama, su respiración era pausada y suave, no pude evitar mirar sus pechos… eran grandes y llenos, la curva de su cadera era definida, como si ella estuviese preparada ya para el momento del parto. Pero mi mirada entera se concentró en su vientre… donde mi hijo descansaba.

Por una fuerza extraña me sentí impulsado hacia delante, caí de rodillas a un lado de la cama y miré de cerca esa cosa tan extraña y natural… parte de mi, mi misma sangre estaba corriendo en las venas de ese pequeño trozo de vida que Bella había cuidado por casi nueve meses. Levanté mi mano sin siquiera pensarlo y la puse suavemente sobre su ombligo, que claramente sobresalía.

No pude evitar dejar escapar una lágrima, ¿cómo pude haberlo abandonado? ¿cómo pude ser tan estúpido?... ¿por qué no había luchado por ellos?. Tendría que haberla tomado y llevado lejos de aquí, tendría que haber hecho hasta lo imposible por estar con ellos. Y el no haberlo hecho me convertía en un cobarde mal nacido…

¿Dónde estaba la fe que mi madre había tenido en mí?... no hice nada de lo que se suponía tenía que ser lo correcto. Mierda!... tenía que luchar por ellos, por mi Bella, por mi niño…

Algo sucedió… la piel tembló y sentí como un golpe en toda la palma de mi mano. Un golpe pequeño pero tan poderoso que me obligó a sacarla como si hubiese sido una corriente eléctrica lo que me había golpeado. Miré eclipsado su vientre… y vi claramente cómo se movía, como un suave oleaje, como si las apacibles aguas del mar hubiesen sido perturbadas por un animal marino nadando debajo.

Mi hijo se movía…

Bella se quejó suavemente y se removió incomoda sobre la cama, aún dormida, su mano protectora dio unas pequeñas palmaditas suaves sobre su vientre.

Nuevamente, cuando todo pareció calmarse, volví a levantar la mano y tentativamente la volví a colocar en el mismo lugar donde él o ella me había pateado.

Esta vez sentí los movimientos debajo de la piel, pero no una nueva patada. Esta vez vi cómo la mano protectora de Bella se movía para tomar mi muñeca y apartarla de su vientre.

No luché…

Alcé la mirada para encontrarme con esos orbes marrones que tanto me habían perseguido, mirándome fijamente. Saqué mi mano cuando ella me soltó. Su mirada era imperturbable y volvió a colocar su mano sobre su vientre. Tragué en seco y supe que había llegado la hora.

De todas las maneras que había soñado encontrarme con ella una vez más, esta había sido la más improbable, no tenía palabras preparadas, solo el objetivo claro de lo que debía decir… no tenía ni una mínima noción, pero tenía que intentarlo.

_Isabella…_ dije usando su nombre entero, Emmett me había comentado lo doloroso que había sido para ella que usaran el nombre que yo había impuesto _tenemos que hablar_

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Bueno... si este fue intenso imagínense el otro. Llegó el momento...

Chicas, estaré actualizando solo algunos fics, el jueves me voy de vacaciones, pero tal vez les deje un Momento Robsten  el miércoles. De algunas publicaciones se hará cargo Ada, así que igualmente estén atentas. Custodio mío lo seguiré escribiendo, le mandaré mis capítulos a Ada que me pidió que la acose y la persiga ... (me llevo la notebook y lo haré no te preocupes ja ja) nos vemos pronto.

Agradezco a Amy de Lazo, de facebook, por este regalito, gracias Amy, me encantó!! Besostes y dejen sus comentarios sobre el capi.