EVADIENDO EL AMOR Capitulo 3

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Parecía que no podía hallar forma de dormitar en calma, varias veces en la madrugada me levante y pasee por mi habitación, bebí agua del grifo, volvía a acostarme en la cama.

A última hora de la madrugada me levante en busca de un vaso de leche para ver si podía descansar un poco, me calce una medias y baje. Tome la caja de la leche de la nevera y le vertí en un recipiente para calentarle un poco, una vez estuvo a una temperatura adecuada la bebí, deje el vaso en el mesón y regrese a la segunda planta. A mitad de camino me detuve y fui a la habitación donde se suponía dormía Edward, con cuidado gire la perilla y entreabrí la puerta para fisgonear, su cuerpo reposaba en la mitad de la cama, explayado por completo, su respiración era baja y lenta. Mis labios se saborearon la imagine y mi lengua paso por mis labios refrescándolos. Me obligue a dejar ese cuarto antes de hacerme notar y terminar en una situación de la cual no pudiera librarme. Al regresar a mi habitación me envolví en mis mantas.

El sonido del timbre me despertó, no podía ser que un día de descanso la gente apareciera tan temprano ¿acaso no tenían vida?, pase la colcha sobre mi cabeza e ignore el maldito sonido. Solo cinco segundos logre ignorarlo porque nuevamente el sonido llego, patee la colcha y refunfuñe. Abrí de mala gana la puerta de mi habitación, ojee el reloj de péndulo del pasillo. 9:00 A.m. Resople. En el pasillo choque con Edward quien me dedico una mirada que hizo que mi cuerpo reaccionara

― No irás a abrí vestida de esa manera— baje la mirada, mi pijama no podía catalogarse como sexy, era una pijama de pantalón azul claro de algodón perchado y una camisa de tirantes a juego, además a quien le importaba que no tuviese sostén y andará en calcetines

Enarque la ceja— ¡Duh!, en caso que no te des cuentas ya tengo un papá— sutilmente le empuje para escabullirme por las escaleras. El timbre otra vez sonaba— Voy— grite para que dejaran de oprimir el estúpido timbre

― Bella— su voz sonaba a advertencia

Salte los dos últimos escalones, el frio del piso ya se colaba por mis huesos, mire sobre el hombre y dedique mi mirada de: si, voy a abrir ¿algún problema? Quite los seguros de la puerta y abrí.

La sonrisa de mi amigo me hizo sonreír con picardía

― Aun dormías— hablo con su voz de machote

― Estamos de vacaciones— respondí encogiendo los hombros— además, es temprano—

― Tu madre ha dado a luz, deberías estar en el hospital y no la cama perdiendo tiempo, yo de tu estaría llenando de mimos al bebé—

― Pasa— invite a pasar a mi amigo, James lucia su barba pulcramente y su cabello rubio largo recogido.

Hizo un gesto con la cabeza lo que me dio a entender que Edward aun estaba en las escaleras, sin escrúpulos se inclino y beso la comisura de mis labios, envolví mis brazos en su cuello

― Qué bien que viniste temprano—

― Para ti siempre, bueno menos la semana pasada que estuve en casa de mis padres— solté el abrazo

― Vamos tenemos mucho de qué hablar— lo tome de la mano y le jale escalera arriba

― Cariño, unos días sin verte y estas más linda ¿Qué has comido?— comento, no pude evitar ponerme como un tomate, me asegure de mantener mi cara lejos de Edward Cullen

― Nada—

― ¿Para donde van?— cuestiono Edward una vez llegamos al final de la escalera

― A mi habitación, necesitamos privacidad—

― Una mujer soltera nunca debe estar a solas con un— ojeo a James— hombre y menos en su habitación—

― He estado en su habitación muchas veces— aseguro James el masculino— y ella en la mía—

― No le des explicaciones, Edward ni es mi papá, ni es mi familia, vamos— volví a tirar de su mano, todo mi cuerpo temblaba

― Ese hombre rompe tus nervios— susurro James cuando llegamos a la puerta de mi habitación— y creo que seré hombre muerto, porque nos está fulminado con la mirada—

Guardo silencio por varios segundos y yo tampoco acerté a decir nada, simplemente entre en mi habitación y James me siguió. Salte de nuevo a mi cama y me metí bajo la colcha. James no dudo en quitarse los zapatos deportivos y meterse conmigo en la cama

― Esta muy bueno, viste ese abdomen y ese pequeño camino rumbo al sur— exclamo cual colegiala. resople— eres una suertuda— aseguro— Cuenta, cuenta, anoche no pude dormir pensando en lo que pudo pasar y quiero saberlo T-O-D-O— gesticulo haciendo chasquear sus dedos— pero antes déjame suspirar, Edward Cullen esta como el vino entre más viejo mas bueno, déjame hincarle el diente— hizo la mímica de morder

― Es como los otros— dije tratando de zanjar el tema

― Los otros, cariño. No duermen en tu casa y te miran así, y ciertamente no se levantan con un pantalón mal acomodado y dorso desnudo—prácticamente babeo mi almohada— ahora cuéntamelo T-O-D-O por favor, me comeré las uñas ante la expectativa— tomo mi mano y la llevo a su boca para comenzar a morder mis uñas, se as arrebate rápidamente no había dejado de comerme las uñas y dejarlas crecer para que mi amigo se las comiera.

Me arme de valor y comencé a relatar los últimos sucesos, como él juego de póker se fue al garete y termine retozando con Edward en medio de una discoteca, pub o lo que fuera aquel sitio; como todos habían supuesto lo sucedido; como me hacía sentir; como deseaba que aquello se repitiera. Cada pequeño detalle fue revelado a mi amigo, cada movimiento, cada gesto que hacía, como su voz se ponía ronca y como sus jadeos simplemente me encendía mas, como la parte dominante surgía en ciertos movimientos y como él con un puto jadeo podía postrarme a sus pies

― Prácticamente cumplí mi sueños húmedos— susurre a mi amigo quien no hacía más que blandir su mano hacia el rosto como si se le faltara el aire

― ¡No lo puedo creer!— exclamaba extasiado, le veía ahogar el grito— no te sientas culpable cariño, ese pedazo de hombre siempre te ha traidor del ala, y que pruebes un poco de ese manjar no es pecado. Créeme— me gire completamente para mirar fijamente esos ojos azules

― Se te están saliendo las plumas— me queje

― Siempre dejo plumas a mi paso, no sabemos que podemos cazar, si no estuviera seguro que los traseros de tu Edward y compañía son heteros me hubiese lanzado al ruedo, todos— movió su mano cual princesa— están buenazos— concluyo guiñándome el ojo

Puse en blanco mis ojos. La diferencia de contarle estas cosas a James y no contárselas a mis amigas, radicaba en que los amigos gay suelen ser más acertados en sus consejos, y sus emociones tiende a alinearse con las propias, y sumado a eso James ciertamente tenia mas experiencias en fantasías y amores casi imposibles, para la muestra Lawrence a quien conoció en un viaje a Francia y de quien quedo locamente enamorado, claro Lawrence aseveraba ser heterosexual de cabo a rabo, pero el maricometro—como se refería James a su instinto— siempre apunto a que bajo esa fachada había un gay encerrado, a uno a que le gustaba morder almohada seguido, eso según palabras de mi amigo. Por una año estuvo yendo y viniendo tentando, picando, probando teorías hasta que logro que el moreno saliera del closet, tras unos meses se radicaron en Seattle donde James administra y gerencia uno de los Gimnasios más concurrido y Lawrence trabaja como Maestro de Yoga en el mismo sitio, así vigila que su descarriado novio no se lie con cuanto par de músculos pase frente a él

― Esto me aturde— admití

― Lo quieres. Has estado locamente enamorada de él, te conozco desde finales del instituto y siempre has estado enamoradísima de tu enemigo— puso sus dedos sobre mi mano— no lo niegues, solo hablar de él y las cosas sucias que han hecho y te pones roja y sonríes como boba. Estas enamorada. Aun cuando nos conocimos en el club de lectura hablabas de él. Estas enamorada— aseguro cual psicólogo

― Un poco—musite

― ¡Sucia! mucho— suspiro y llevo su mano al corazón— si yo fuera tu, dejaba de lado esa fachada de te odio, te beso, te mato, te como y opto por comérmelo todo—

― Si tú fueras yo, estarías hecho un ocho, ósea digo no es posible que por una vez que tuvimos sexo quiera algo serio—

Con aquellas palabras James se levanto de la cama, y me observo como si fuera una extraña—¿ Qué cosas serias?— ladro indignado de que hubiese omitido algo

― M.. idio.. novia— dije en un mascullo poco inteligible

― ¿Te pidió ser su novia?— asentí— y tu dijiste—

― Que no, por supuesto—

― ¡Señor! Si existes dale un poco de raciocinio a tu hija— dejo la cama para caminar desesperado de lado a lado— dejemos claro que toda tu vida y eso es desde los 12 o así has fantaseado con Edward, ahora que cumples fantasías y él te pide que seas su novia tú dices ¡no!. Ósea mujer tenias que ser— se sentó de manera burda haciéndome rebotar— yo te conocí cerca de los 17 y desde que nos volvimos confidentes siempre te he oído Edward esto, aquello, suspirabas y hasta llorabas, claro por cosas contraías pero estabas y aun estas colada por él—

― No quiero estar aquí— susurre

Enarco la ceja de manera quisquillosa— Tu madre ha dado a luz, no piensas ir a verla—

― No... yo… bueno no sé ver al bebé… me han dado…—

― Celos, es normal cariño toda la vida has sido solo tú, ahora compartirás a tus papis con alguien más, una pequeña bolita de pelo—encogí los hombros— necesitas un día de Salón de Belleza para que aclares tu tonta mente, y luego ir a comprar algo para tu hermanito, y madura es un bebe, no tu enemigo. Ya que si fuera tu enemigo estarías pensado en sexo con él— murmuro cual diva, mientras se alisaba la ropa— muévete niña, báñate y cámbiate, mientras llamare a Lisa para que nos aparte cita—

Me tome el tiempo necesario para mi sesión de belleza, me duche con agua caliente dejando todo el baño lleno de vapor, cepille mi cabello, luego los dientes, use un poco de maquillaje. Recorrí la habitación en toalla, ganándome bufidos de James, para quien aquello era una ofensa al decoro. Al final termine cambiándome frente a él, quien alcanzo a lanzarme una almohada para que no le pervirtiera

― Estoy lista, vamos amor—

― Tonta— rio— llama a René—

De mala gana acepte el móvil que me alargaba, exhale y marque al hospital, espere paciente hasta que me comunicaron con la habitación, moviendo la cabeza al son de la música patosa que usaban para comunicar a la habitación

― Tu madre esta descansado— saludo Charlie

― Quería saber como amanecieron—

― Bien, les darán de alta al mediodía ¿vendrás?—

― Eh… no, yo tengo algo que hacer— Comenzó a murmurar mil cosas a la vez, negué enérgica mientras trataba de sonreír a James— Nos veremos a la tarde, y Papá tranquilo tú hijo Put… putativo estará en casa para recibirlos, hasta hará aseo— solté mordaz

― No lo dudo, pero tú eres nuestra hija, no él. Tu deberías estar aquí y allí no él—

― Bueno, lo siento tengo más cosas en mi vida. Nos vemos a la noche Charlie—

― Papá, soy tu papá— luego de un aja. colgué

― Vamos— no quise mirar a mi amigo, tenia ganas inmensas de acostarme y llorar, pero bueno para Charlie no sería la mujer perfecta, al menos ahora tenía a Edward y al bebé.

Las manos de James se acomodaron sobre mis hombros, masajeando suavemente a medida que avanzamos hasta el primer piso, bajamos en silencio, James me conocía como nadie más lo hacía, sabiendo que necesitaba de algunos minutos para reponerme

― ¿No vas a desayunar?— pregunto Edward, levante la vista para velo cerca de nosotros. resople

― Claro ella desayunara pero no aquí. Tenemos una cita— informo James— hoy todo lo que Bella desee correrá por mi cuenta, por nadie más, desayunara, almorzara y quizás partamos el año juntos. Haciendo lo que nos gusta ¿verdad, tesoro?—

― Tu lo has dicho— respondí fría— ¡Ah! Edward tu Papá Charlie dijo que la salida será en unas horas, has el aseo, y prepara algo para que coman,. Y creo que debes avisar a tu familia y a los Black de que no habrá viaje alguno, prepara la cena de la noche. Gánate la herencia— solté ofensiva. Al ver su cara cambiar de colores me reí bajamente. Tome las llaves de la mesa junto a la puerta y tire de la mano de James

― Por eso nunca te hare enojar, puedes una vil arpía— murmuro James, cual caballero me llevo hasta el lado del copiloto, abrió la puerta y sonrió. Se inclino y murmuro: — Tengo un enemigo. Mira disimuladamente esta tras las cortinas espiando—

Apenas Jame se subió a la camioneta de alta gama, comenzó a alejarse de la casa, una vez estuvo lejos encendió el estero, cual fan obsesionado comenzó a tararear “LOVE TODAY” de Mika, cuando tenía la oportunidad hacían los movimientos del video, y gritaba orgulloso: ¡Love me! ¡Love me! ¡Love!. Pronto me vi cantando a su lado a todo pulmón otras de las canciones del artista preferido de mi amigo

― A él le daría todo, en el próximo concierto pienso violar la seguridad subir al escenario y besarlo— comento por encima de la música—

― Lawrence te terminara— respondí bajo el nivel de la música

Se encogió de hombros— Él sabe que Mika es George Clooney para él, si Lawrence pudiera lo besaría , yo le entendería George esta para comérselo completito—

Por el resto del día no volvimos a hablar de Edward, mi familia, o trabajo, el resto del día fuimos los dos. Nuestro desayuno fue un late caliente, y uno muffins.

Pronto me vi sentada en una silla cómoda mientras mis pies descansaban en agua tibia, y mis manos sobre una mesilla donde la joven pasaba la lima alineándolas. Me relajee entre masajes, esmaltes. Luego vino la parte del cabello: lavarlo, masajearlo, secarlo, cortarlo un poco, cepillarlo y peinarlo complicadamente lo único que supe es que como toque pusieron varias horquillas con brillantes. Creí que la cosa quedaría ahí, pero no James sugirió que me maquillaran para quedar como una reina.

― Si sabes que tan glamur no pega con esto— me queje cuando caminábamos en el centro comercial. Iba vestida de la manera más desaliñada posible, u pantalón de mezclilla suelto, una sudadera de un grupo de rock, y a pesar del frio unas sandalias bajas para no dañar el arreglo

― No te ahogue, estas en el centro comercial, podemos comprarnos algo, mira que hoy debemos estar regios— hizo un movimiento demasiado afeminado pero reprimí mis ganas de corregirle, total James es gay consagrado y gritado a la cara de sus padres a los que aun hoy no le hace gracia, pocos amigos son los que saben que el batea para el otro equipo.

No sabía que era peor ir de comprar con Alice o ir de compras con James. Comimos algo ligero en la zona de restaurantes del centro comercial, y luego comenzamos la travesía. Juro que me medí cada almacén al que entramos, o al menos eso me pareció— Ya James, me duele todo— me queje cuando salir por millonésima vez del probador

― ¡Ese es!— exclamo emocionado, su brazo derechosos tenía el codo del izquierdo y su mano estaba de manera rara , echada así atrás, y la palma hacia arriba y los dedos un poco estirados— fabulosa— correspondí con un sonrisa. El vestido que tenia me hacía sentir cómoda, no tan holgado, tampoco tan ceñido de un color azul oscuro y hasta la rodilla— no te muevas— me quede admirada de cómo lucia parecía otra persona, mis facciones se hacían más delicadas y llamativas, me sonreí— póntelas— haciéndome brincar. Tome las pantimedias de color piel y me escabullí al probador para batallar con esas delicada prenda. Antes de salir me paso un par de zapatos que comparamos en una de las tantas tiendas a las que entramos— esos son los indicados— las zapatillas de un color similar al vestido y un detalle en encaje, con tacos más altos de los que solía usar. Salí con cuidado temiendo doblarme el tobillo y romperme la cara— Nena, estoy tan orgulloso de ti— me abrazo fuertemente— ya te tengo una parca hermosa para que no te de frio. Lo mataras—

― Esto no lo hice por él— masculle

― Bebé, todo lo haces por él, y por tu padre— se alejo de mi para tomar la ropa que dejara en el probador y meterla en una bolsa— siempre buscas la aprobación de tu padre por eso estudiaste Arquitectura y no otra cosa. Siempre buscas llamar la atención de Edward, ya sea riñéndole o coqueteándole o haciendo lo que sea—

No le porfié. De la bolsa de mi ropa saque mi cartera, fui a la caja a pagar. Mordí mi labio al ver el costo, deslice la tarjeta de crédito, con eso podía decir que me había gastado más de una vida en las compras de una tarde, bien menos de una tarde

― Veras que a tu madre y al bebé les gustaran sus regalos—

― Eso espero— susurre dejándole ponerme la parca que había mencionado.

Entre los dos tomamos las varias bolsas para ir a su auto, por el camino Lawrence le llamo exigiendo su pronto regreso a casa, según alcance a oírle ya me había dado todo el día y él deseaba aprovechar la noche con él

― Ya chocolatito, sabes que la leche no me va— le respondió el haciéndome darle un golpe— solo tengo ojos para ti mi dulcecito— jadee— Bella te envía sus cariños— rio ante algo que le dijo— Si, ya veremos si lo vale. Te amo— le envió un beso y todo

― Demasiado rosa— gruñí— creo que con todo el plumero que se te cayo voy a hacerme unas alas—

― Tonta— los dos reímos.

A pesar de que el día fue de descanso y amor para mí, me sentía cansada— ¿puedo pasar el resto de día con ustedes?— pregunte a mi amigo, sin verlo, no quería que viera cuan nerviosa estaba por regresar y enfrentarme a Edward

― Lo siento cariño, Lawrence tiene preparada una celebración privada— se rio bajamente

― Tu chocolatito te trae loco—

― Si, con él no me dan ganas de mirar a otros— rio bajamente—además cariño ¿qué puede pasar?—

Mucho. Respondió mi mente rápidamente. Estar cerca de Edward Cullen implicaba más que un reto para mí, creo que todo radica en que una vez se prueba el decadente sabor de lo deseado y eso es bueno, no pones mucha reticencia en volver a probarle una y otra vez. Gemí bajamente, solo la idea de estar regresando a la casa me ponía a temblar, tenía que mantenerme alejada de Edward Cullen si quería salir airosa de esta situación

Maldito Strip Póker. Tonta, por haber caído en su juego. Reprendió la parte razonable en mí

― Esto será el infierno—

― Trágica— James poso su mano sobre la rodilla— todo saldrá bien, además estas para matar—

― Si lo dices— respondí con algo de indiferencia

Las pocas calles que faltaban para llegar a casa fueron las más largas, quería correr lejos de aquella calle, esconderme bajo tierra o como los jóvenes de hoy dirían pintar un mar y ahogarme.

― Vamos no te dejare sola. Me sacrificare por ti— susurro James muy cerca de mí, abrí los ojos para ver las luces de la casa encendidas y la puerta abierta. Me arme de valor, antes de que mi amigo se atreviera a abrir la puerta lo hice yo misma, James resoplo mi actitud. Una vez nos repartimos las bolsas que me correspondía me tomo de la mano entrelazándoles— Estas sudando— murmuro asqueado.

Puse los ojo en blanco pero no respondí, en mi garganta había un nudo y de hablar se notaria mi real estado de ánimo. Cerca de la puerta podía oír las risas y algunos comentarios, por lo que supuse que la celebración del año nuevo seria aquí

― Buenas noches— saludo en voz alta y fuerte James, haciendo que todos se callaran. Todos saludaron, mi padre me miraba con reproché

― Hola— saludo algo tímido a todos los presentes, parecía que todos incluyendo los Black vivieran en nuestra casa. O que mis padres vivieran en la de ellos

― ¿Y el caballero es?— ladro mi padre quien nunca parecía notar lo que ocurriera en mi vida

― Charlie— hablo mi madre quien estaba recostada en el sofá— es James, han sido amigos desde hace años, él ha venido muchas veces—

― No lo recuerdo—

― Nunca recuerda nada de lo que tenga que ver conmigo— masculle entre dientes y bajo, solo para James y mi— pero si es de sus adorado Edward se acordaría— mi amigo apretó mi mano

― ¿Qué dices Isabella?—

― Que iremos a dejar esto— intervino James. Sin esperar nada mas comenzamos a subir las escaleras

― Tu amigo se puede quedar aquí— gruño mi padre. Solo para desafiarle me gire y sonreí

― No me parece lo necesito en mi habitación—

― Isabella—

― Tranquilo Charlie, no es como que tengas que cuidar virginidades— solté mordaz— hace tiempo que no debes cuidar de eso—

James se acerco a mi oído y susurro: —Bella, es una noche de celebración, si quieres cabrearlo que sea otro día. Tu mami se pondrá triste y recuerda acaba de tener un bebé— asentí—Te llamo, y cariño alista equipaje para ir de paseo unos días— dijo en voz alta para que le oyeran

― De acuerdo— entrego las bolsas que cargaba. Sus manos sujetaron mi rostro y beso mi frente cariñosamente

― Feliz año, cariño— a pesar de tener las manos ocupadas con las bolsas lo abrace fuertemente, mi rostro se escondió en el arco de su cuello, no quería dejarlo marchar, no quería quedarme sola ante la mirada recriminatoria de mi padre

― Te quiero— susurre. Él respondió con una estruendosa risa y un lo mismo

Me obligue a dejarle. Como todo un caballero se despidió de todos y me envió un beso volador. Reí ante esa muestra de cariño. No espere a que Charlie comenzara a criticarme, no iba a permitir sentirme menos, no esta noche.

Haciendo malabares abrí la puerta de mi habitación, al principio fue difícil avanzar uno por los tacones, y dos por la oscuridad, las persianas y cortinas había sido corridas y no se veía nada

― Mierda— chille al pegarme en la espinilla. Solté las bolsas y avance hasta donde supuse estaba el Swicth de la luz. Al girarme casi se me cae el alma— ¿qué haces aquí?— forcé a que mi voz sonara dura y fría— es que no respetas los espacios privados, esta no es tu casa. Ahora haz el favor de dejar mi habitación— ordene

Su mirada viajo por mi cuerpo, deteniéndose en lugares estratégicos, podía sentir el calor subiendo en mi cuerpo, y la entrepierna humedeciendo. Aguante la respiración. Se acerco sin dejar de mirar mi cuerpo como si fuera comida. Bueno así lo sentí

― ¿Dónde estabas?— pregunto bajo, pero en tono peligrosamente mortal

― N-no— aclare mi garganta— no es de tu incumbencia. Ahora márchate, un hombre no puede estar en la habitación de una mujer soltera. Tu lo dijiste a la mañana—

Inhalo aire muy cerca de mí, haciendo que mi cuerpo vibrara de expectación

― Te ves tan sexy mordiendo ese labio— paso sus dedos por mis labios, enviado descargas eléctricas por todo mi cuerpo— tan endiabladamente sexy. Quiero besarte— susurro más cerca de mi rostro— y lo que traes puesto, se te ve… pecaminosamente seductor ¿Qué traes bajo esa parca?— sus manos bajaron a mis hombros y se movieron lentamente— quítatela— pido, mirándome fijamente.

― Vete— mi voz fue un lejano susurro, ni siquiera estoy segura de haberme hecho oír.

― Que le hiciste a tu cabello— subió sus manos tomando la horquilla zafándola, se tomo su tiempo para deshacer mi peinado, en todo esos segundos ni siquiera me atrevía a respirar, ni a parpadear, no me sentía dueña de mis actos o mi cuerpo. Sus manos peinaron mi cabello haciéndome gemir. Sus manos encuadraron mi rostro, venció la poca distancia. Su lengua delineo pacientemente mis labios, volviendo a hacerme gemir, sus labios rozaron los míos e inmediatamente se separo dejándome con ganas de mas— Espero que ese amigo tuyo deje de molestar, él no cuadra en esta operación— soltó de repente, trayéndome de regreso al mundo real— nunca he compartido a una mujer, y no empezare a hacerlo ahora, menos si eres tu—

― James cuadra en mi vida más que tu— respondí débilmente, comenzando a alejarme de él— además quien te da derecho a entrar en mi habitación, a dañar el peinado que traía, James gasto mucho en mi hoy— trate de que mi voz sonara dura— nadie te da derecho de meterte en mi vida—

Edward volvió a cortar el espacio— tu me lo das, tu cuerpo— sin miramientos se inclino un poco. No evite empapar mis labios. Su mano se coló por debajo de mi vestido, hasta llegar a mi intimidad— Si, tu cuerpo me da ese derecho— ronroneo— estas tan húmeda, Isabella— sus dedos se movieron en círculos sobre mi centro, haciéndome gemir. Mis parpados se cerraron para disfrutar de aquella sensación— pero has sido tan mala … no mereces que te de un premio— retiro su mano de la misma forma que la metió. Proteste en alto, haciéndole reír. Él muy cabronazo se llevo sus dedos a la boca y los lamio, solo eso hice que mi muslos se empaparan— Si hubieses sido buena niña no quedarías así—

Trate de fingir que nada había pasado y que esos dedos no provocaron que despertar mi libido. Sacudí mi cabello. Sin mirarle fui a por la bolsa donde tenía el regalo de René y él bebé.

Salí de mi habitación, las piernas me temblaban endemoniadamente. Tome el aire varias veces mientras caminaba. Al reunirme con todos en la sale trate de sonreír y alejarme de la mirada inquisidora de mis amigos. Abrace a mi madre con cuidado de lastimar al bebé

― ¿Estás bien?— pregunte a mi madre

― Sí, mi niña— respondí— ¿quieres alzar al bebé?—

― No… no estoy segura—

― Bella, no le dañaras— ante su voz y sus ojos iluminados, acepte a tener al bebé en mi brazos.

Al principio temí que se cayera, siendo tan pequeño, se veía tan delicado, tan frágil. Rápidamente me vi tarareándole y cuchicheándole al bebe cosas. Me senté cerca de mi madre.

El bebé paso por los brazos de todos los presentes la única que no le alzo fue Rose y eso porque tanto Esme como mi madre le dijeron que le podía hacer daño a su bebé nonato.

Evite estar cerca de Edward y responder lo justo y necesario a mis amigas. Después de la cena, continuamos en la sala hasta que dieron las doce, alguien paso las uvas, el vino y no sé que más cosas para cumplir con los agüeros para recibir el nuevo año. Apenas cada uno cumplió con ese ritual, comenzaron las felicidades y los abrazos. Di mis abrazos y mis felicidades a los que correspondió. Trate de huirle a Edward pero él muy… logro sujetarme en un abrazo, su felicitación estuvo acompañado de un roce de sus labios en los míos

Alice carraspeo, haciéndome brincar lejos de Edward. Mis mejillas se arrebolaron furiosamente

― Mamá ¿Cómo le llamaran?— pregunte yendo a por el bebé

― Ethan— dijo mi padre

― Porque no le pones Eduardo, Edmund, o Edward— hable con ira

― Isabella puedes tratar de comportarte, ya me doy cuenta que eres tú la que le busca siempre pelea—

Mis dientes rechinaron— Lo siento padre— conteste

― Ethan, será— mire con cierto fastidio a los presentes— eres un niño muy lindo para tener un nombre tan parecido al de cierta persona desagradable, espero que no seas como él— bese la frente del niño, para entregárselo a mi… Charlie— que pasen buena noche— me despedí de todos

― Bella— llamo Alice— ¿podemos hablar?—

― Otro día Alice, estoy cansada—

Como siempre mi amiga ignoro mi decisión— ¿Qué sucede? ¿Por qué desde esa noche te has alejado? ¿Qué pasa Bella?—

― Estoy cansada Alice, enserio—

― No lo entiendo— hablo dolida— Rose y yo nos sentimos alejadas, relegadas, desde que te liaste con Edward parece que nos odiaras—

― ¡no!¡no! no es eso… yo solo… lo siento, he estado liada en varios proyectos, cuando regrese de mis días de descanso podremos hablar con calma—

― ¿te vas con ese?—

― Ese, se llama James. Y si, si vamos a ir de vacaciones unos días, necesito unos días para mí lejos de todo— pedí a mi amiga, suplicándole porque me entendiera.

Agradecí su silencio. En el tercer escalón me quite los malditos tacones, definitivamente necesitaba unos días para pensarlo todo, unos días lejos de él, de todas las turbias emociones que despertaba en mi.

Eche un vistazo a Edward, nuestras miradas se encontraron la de él un tanto negra y como si estuviera dolido. Aparte la mirada. Mi vida había paso de una mierda a una jodida mierda

Hola a todas—Me sentí tipo cuando suena la campana— mi cometido era publicar anoche este capítulo pero tuve un encuentro con algunas amigas del cole, y llegue tarde, luego hoy me la pase haciendo mil cosas, pero aquí esta. Que puedo decir pensado en el día lo dejaremos para los lunes en la tarde, en caso de no poder publicar el día acordado lo iré avisando. Gracias por los rws. Posdata Mi Lullaby hermosa amor, TE EXTRAÑO MUCHO. TE AMO

Abrazos Ada