En el nombre del padre, Capitulo 3: Manhattan

Tweet

Manhattan

La parte turbulenta de New York era la zona de Manhattan. El tumulto de gente, la vida caótica y estresante de cientos y miles de personas que la recorrían día a día, el ruido de los autos y la gente, los olores… café mezclado con comida rápida, algún que otro vendedor ambulante, alguna que otra madre o anciano pidiendo limosna antes de ser desalojados por la policía urbana, claro… en el centro de Manhattan los pobres no se podían mezclar con la clase trabajadora, mujeres y hombres en traje, corredores de bolsa, grandes empresarios, pequeños comerciantes, en fin… gente haciendo dinero a raudales en medio de la selva de cemento.

Yo iba a salvo en mi taxi, esperando que el semáforo cambiara a verde y nos dejara avanzar, rezando por no toparnos en el camino con alguna persecución o algún accidente de tránsito que retrasara mi llegada a destino… mi almuerzo con Carlisle Cullen en Daniel, un prestigioso restaurante de comida francesa.

A mediados de la semana me había llamado personalmente para fijar un almuerzo en nuestras horas de descanso y ansiaba que los días pasaran rápido para poder volver a verlo. La biblioteca no había estado tan atestada de gente esta mañana como solía suceder otros días, era casi fin de semana y los estudiantes se rehusaban a pisar la fuente prima del conocimiento, por lo que Emily me dio un tiempo extra para prepararme para mi cita con Carlisle y me había prestado su despacho para cambiarme. Solo llevaba un par de leggins de jean en color negro, un top gris humo con volados en el pecho y sin mangas y uno de mis poderosos, unas botas grises con cierre en el costado cortesía de Gianna Meliani. En el camino me saqué mi chaqueta de cuero negro porque por muy fresco que estuviera en la periferia de la ciudad, en el centro de Manhattan siempre era un horno.

Me distraje de la vista que me daban las calles de la ciudad con el timbre de mi celular, cuando lo saqué de mi bolso miré la pantalla y tomé una respiración profunda antes de atender, sabía que me llamarían pronto,

_¿Billy?_ por alguna razón, como siempre sucedía cuando él llamaba, sentí un nudo formarse en mi garganta.

_Bella, querida…_ su voz parecía calma _no te preocupes, está todo bien_

_Oh Billy, gracias… por un momento pensé… _

_Si lo sé, nunca llamo ¿verdad? Y cuando lo hago es para darte una mala noticia_

_No siempre, a veces me llamas para saludar… como supongo que es hoy el caso ¿he?_ murmuré con una sonrisa pegada a mis labios. Billy era como mi segundo padre, él había estado en mi vida cuando más lo necesitaba y lo seguía estando… tenía tanto qué agradecerle. Aunque sabía que se desilusionaría de mí si conociera  lo que pensaba hacer, no creía que fuera en absoluto de su agrado mis citas con Carlisle Cullen, él siempre dijo que si no hubiese estado condenado a su silla de ruedas, él mismo se hubiese encargado de él.

_Si mi niña, ¿no puedo llamar para saludar y ver cómo lo estás haciendo en New York? Hace mucho tiempo que no te veo por aquí y cuando vienes… bueno, tienes otras cosas más importantes qué hacer más que visitar a este viejo amigo_

_Billy… sabes que los amo demasiado, si pudiera ir mas seguido lo haría, no hay nada que me gustaría más… pero estoy con unos asuntos aquí, no puedo dejarlos_  cerré los ojos cuando omití en esa respuestas lo que en verdad me motivaba a quedarme en esa ciudad.

_Lo sé, bien… Jake te envía saludos, al igual que Sue… ahora está con ella_ dijo en voz baja, tragué en seco _te anhela Bella… lo sabes_

_No_ corté _ no me anhela, nunca lo hizo… Billy, envíales saludos a Sue y a Jake, diles que pronto estaré por allá. No puedo seguir hablando, estoy llegando a una cita para almorzar_ me dolía hacer esto, pero eludir esa conversación era lo mejor que podía hacer si quería estar lúcida y de buen ánimo cuando viera a Carlisle.

_Bien mi niña… solo, no guardes tanto resentimiento hija, tú sabes que no es bueno, no es bueno para nada Bella_

Suspiré cerrando los ojos y unos segundos más tardes los abrí para ver que estábamos llegando a destino,

_En serio Billy, me tengo que ir_ dije rebuscando mi billetera en mi bolso, saqué quince dólares y se los entregué al chofer que había estacionado a un lado de la calle del restaurante.  _Y ya sabes, solo… llámame si sucede algo, solo llámame_

_Te quiero mi niña, espero verte pronto_

_Lo sé, yo también… adiós Billy_

Con eso corté la llamada, respiré profundo y salí del taxi. Miré mi reloj y como siempre fui puntual y me estremecí al ver la entrada del elegante “Daniel”. Miré a través de los ventanales que daban a la calle, enmarcados en esa piedra vieja al estilo de un palacio renacentista italiano, pero no vi a mi cita.

Me obligue a caminar hacia el lugar y un maître me recibió con una pequeña inclinación y abrió la puerta para mí,

_Bienvenida a “Daniel” señorita_

Oh cielos…

Mascullé  un “gracias” y caminé por el vestíbulo hasta dar con el anfitrión de la entrada,

_Tengo un almuerzo con el Señor Carlisle Cullen, no sé si él estará aquí ya…_

_Oh_ el hombre de de mediana edad, con camisa blanca escondida detrás de un chaleco negro con rayas grises, me señaló el pasillo delante de mí _ Señorita Swan ¿verdad?... el señor Cullen la está esperando en su mesa, por aquí por favor_

Al entrar al salón, traté de disimular mi entusiasmo y mi asombro apretando con fuerzas mi cartera en una mano y mi chaqueta en la otra, cielos!... ¿esto era un restaurante o el lobie de Hilton?  No es que conocía el Hilton tampoco, pero podía imaginármelo ¿no?

Era increíble… maravilloso, no era como para venir a una cita de almuerzo, más bien para una costosa cena, pero Carlisle lo consideró así, por lo que solo tenía que ir allí y almorzar.

Estaba caminando delante del anfitrión mientras miraba las mesas que estaban ocupadas, claramente eran hombres con grandes negocios, que podía pagar más de mi sueldo al mes en una cena o un almuerzo, con hermosas mujeres a su lado… refinadas, bonitas, nada que envidiarles, pero si afortunadas… ¿este era el almuerzo habitual de un hombre de negocios que pasaba su vida contando billetes de cien dólares como si fueran cucharadas de azúcar? ¿Cómo si no le importara la vida de los demás? ¿la vida de la gente ilusa y humilde que vivía a las afueras de esta burbuja de avaricia y soberbia? Gente como yo… como mi padre… como…

Claro que nos les importaba… y yo sabía de primera mano, que estos ricos y millonarios peces gordos, solo se dedicaban, de una u otra manera a arruinar la vida de los demás, porque esa era la ley de la vida para ellos… la supervivencia del mas apto.

_Bella!_ esa voz me devolvió a mi realidad, sacándome de ese tumulto de sensaciones de las cuales prevalecía la rabia y la impotencia. El hombre rubio de ojos verdes me esperaba a unas cuantas mesas. Allí… parado con una sonrisa en su rostro, una sonrisa que prometía amabilidad y dulzura, ojos que me desnudaban a medida que caminaba y manos que acomodaban el nudo de su corbata de seda y desabrochaban astutamente el único botón abrochado de su saco.

_Carlisle_ sonreí dejando a un lado mi rabia personal, devolviéndole mi presunta amabilidad y dulzura y también comiéndolo con los ojos, porque si algo era verdad, era que era un hombre muy atractivo… demasiado y más de lo que me imaginé.

Y entonces me pregunté… ¿cómo era que su maldita presencia podía hacer temblar mis piernas y capturar el aire en mi garganta? Si cuando estaba sola  podía mantener mi seguridad estable y firme, mis ideas claras y mi objetivo en la mira.

Maldito hombre que me hacía tan vulnerable en su presencia, cuando en realidad… yo deseaba demostrar todo lo contrario.

_Estas hermosa_ fue lo primero que me dijo antes de tomar mi mano y dejar un suave beso en el dorso sin apartar sus ojos de los míos _me tenías ansioso, quería ir a buscarte pero no sabía si ya habías salido de la biblioteca… y no tengo tu número celular_

Bonita treta para conseguirlo…

_Te lo daré así me ubicas más fácilmente… ¿cómo estas Carlisle?_

_Bien, muy bien ahora_ dijo suavemente mientras el maître sostenía mi silla para sentarme, Carlisle se quedó parado hasta que estuve sentada y luego él lo hizo _ tuve algunas reuniones de negocios muy agotadoras, pero estaba ansioso por tu compañía… increíblemente Isabella, tu presencia me hace olvidar los problemas del día_

Sonreí mirando el menú que nos entregaba el maître, si me quedaba en sus ojos vería lo mucho que me había agradado su comentario, sin embargo igual fui delatada… por mi sonrojo,

_¿Te gusta la comida francesa?_ preguntó cuando él también se dedicó a estudiar su menú.

_Hem… la conozco, pero no suelo degustarla. Sin embargo, la madre de mi amiga Alice ha viajado mucho, ella es devota de la comida francesa, dice que es… afrodisiaca_ por alguna razón me sonrojé de nuevo.

Él sonrió suavemente mientras levantaba la mirada por encima del menú,

_No lo sé… habría que probarla, personalmente me gusta más la comida italiana… pero esto es un buen comienzo para abrir camino a nuevas posibilidades… ¿no crees?_

_Por supuesto… coincido contigo_ dije volviendo la mirada a la carta _hum… ¿Qué recomiendas tú?_

La comida francesa no era mi fuerte ciertamente y más si aún, si en el menú solo figuraba el nombre en francés y una pequeña descripción del plato que sinceramente no me decía nada. Traté de disimular mi ignorancia pero por supuesto él sonrió negando con la cabeza y miró al maître…

_Para mí una Terrine de pato al pistachio con ensalada de alubias y tomate confitado_ luego me miró a mí _te recomiendo el Ratatouille si quieres probar un plato típico, sino el Saclop de venado… que es un poco más gourmet_

_Hum… Ratatouille está bien_ dije luego de echar un vistazo al menú y comprobar que, a pesar de su nombre, estaba hecho con vegetales. Me negaba a probar el venado sin embargo, no quería aportar a la desaparición de una especie por un costoso almuerzo. _¿Me dejas elegir el vino?... probablemente te sorprenderás lo mucho que se de ellos_ dije con una media sonrisa…

Él alzó las cejas sorprendido y sonrió complaciente, _Por supuesto hermosa Isabella, pongo en tus manos la elección del vino y por favor… elige con libertad_ dijo señalándome con ambas manos y recostándose contra el respaldo de la silla sin dejar de mirarme.

Bien… aquí está la cosa. Si era experta en vinos. Bueno, no sé si era “experta”… pero tenía buenas papilas gustativas y podía distinguir sabores, olores y texturas.  Lo descubrí en mi alocada carrera de sommelier de la mano de Alice. Si… con Alice queríamos hacer algo loco, era el primer año de la Universidad y estábamos algo así como sobreexcitadas, aburridas y disgustadas. La idea de salir a emborracharnos en pubs y clubes nocturnos para luego ser folladas por desconocidos y dejadas en el olvido, no era mucho de nuestro agrado… así que lo que hicimos, solo fue emborracharnos con estilo. Asistíamos a estas clases de degustaciones, tomábamos vinos caros, charlábamos, comíamos gratis y conocíamos gente… era una buena manera de no ser follada por desconocidos y ser tiradas al olvido.

Estaba orgullosa de que al menos a mí, me había quedado  la enseñanza para ser utilizada en momentos como este… porque sí era buena alumna después de todo.

Abrí la carta de vinos y repasé la lista, era amplia y con variedad, tintos, blancos, rosados, espumosos, caros… más caros. Y elegí uno teniendo en cuenta la comida, sabiendo por supuesto, que lo caro no era un problema para un hombre como Carlisle…

Oh mi dios! $600!!

Carraspeé y sabía que era el indicado, aunque quería también ver su rostro cuando recibiera la factura del restaurante al final del almuerzo, sonreí con cierto regocijo,

_Un Vosne Romane, Cros Parantoux vintage, cosecha ´87 por favor_ dije antes de cerrar la carta de vinos y entregársela al maître, que con una pequeña reverencia caminó  fuera de la mesa.

_Me impresionas Bella. ¿Cómo es que sabes tanto de vinos? Te vi degustando ese champagne en el coctel a beneficio y…_

_Cosas de universitarios, mi amiga Alice y un curso de sommelier para obtener bebidas gratis…_ reí sonrojándome, cuando alcé la mirada él tenía una sonrisa en sus labios y sus ojos fijos en mí, brillantes y vibrantes… hipnotizante. Me mordí el labio cuando quedé atrapada por ellos…

_Eres adorable_ murmuró suavemente. Vi que alzó su mano de la mesa y tocó mi mejilla derecha con solo un roce de sus nudillos, _increíblemente adorable Bella._

Logré mantener la mirada en la suya, a pesar de que sentía que me sonrojaba furiosamente. Sus ojos verdes hechizantes… ¿podría haber alguien en esta tierra con tal color de ojos?, lo creía imposible, ellos eran especiales, enigmáticos y tan capaces de paralizar a una mujer. No creía que podría haber alguien con ese poder de hipnotizarme como lo tenía él… era de alguna manera… espeluznante.

La hechicera cayó hechizada…

Cielos.

Ciertamente no me había preparado para esto.

En el momento en que él llevó su mano más cerca de mis labios y su pulgar rosó mi labio inferior presionando para que saliera de la presión de mis dientes, su celular sobre la mesa sonó. El hechizo se rompió…y todos los sonidos que había en el restaurante volvieron a escucharse. Mierda, mierda re mierda!... ¿Cómo podía sucederme algo así a mí? Se suponía que era yo quien tenía que deslumbrarlo.

Respira Bella, respira.

_Hola?_ dijo él en algún momento cuando el teléfono dejó de sonar, yo estaba concentrada en ver los movimientos de la gente en el restaurante.

Uno, dos, tres meseros… cuatro con el que estaba esperando unas bebidas en la barra.

_Hijo!... ¿cómo has estado? Qué raro que me estas llamando, Jassper dijo que habías llamado a casa ayer_

Cuatro mujeres hablando rápidamente entre risas en un de las mesas cercanas, me hizo recordar a alguna escena de Sex in the city… ha. Una hasta se parecía a Samantha…

_¿En serio?... has visto las revistas, ya veo._

Comencé a tararear la típica canción del inicio de la serie de televisión mientras un maître diferente al que nos había atendido les estaba sirviendo vino en sus copas.

 _Si… fue la noche del estreno de la obra, una maravillosa noche por cierto_

¿Dónde carajo estaba nuestro maître?, quería probar el vino y ver si había elegido bien, a juzgar por la descripción sí, pero sabía mejor en la boca que en los papeles.

Miré a Carlisle y él aún tenía la mirada en mi rostro, sus comisuras a penas esbozando una sonrisa… me sentía desnuda frente a él. Mierda!. Una carcajada de alguna mujer me distrajo y miré de donde provenía, humm… Samantha le estaba mirando el culo a uno de los camareros desde su mesa y sus amigas reían con ella.

Típica mujer de nariz fruncida… según Alice.

_La conocerás pronto, espero… ¿Cuándo vuelves? ¿Cómo está Brasil de todos modos?_

Entonces el maître que nos había atendido venía con el vino y otras cosas, al fin!... Al llegar a la mesa dejó unos cuencos con algunos canapés y bocaditos, parecían pequeñas tostadas con diferentes cremas y rellenos. Pude distinguir alguna crema de nueces y frutos secos y salmón, luego destapó la botella de vino y comenzó a servir una copa…

_Si, almorzando con ella. Te llamaré pronto y no te preocupes, no dejaré que Jasper use tu Aston otra vez, llama a tu hermana… dijo que no le devolvías las llamadas… está bien, adiós… cuídate_

Miré a Carlisle y sonrió negando con la cabeza cuando guardó su celular, hizo una mueca cuando se encontró con mi mirada,

_Disculpa… mi hijo_

_Oh…_  asentí con una sonrisa y me encontré con una copa de vino delante de mí, el maître me la estaba ofreciendo. La tomé y la llevé a mis boca, mis ojos se enfocaron en Carlisle… él miraba mis labios.

El sabor de la uva estalló en mi boca y retuve el líquido en mi lengua, en seguida pude ver que no había estado errada en mi elección, este vino iría muy bien con la carne de pato y mis vegetales, era un buqué suave y profundo y pude distinguir el sabor extra de la cereza y la menta. Exquisito.

Asentí con una sonrisa y el maître sirvió el vino en la copa de Carlisle que sonreía alucinado.

_Muero por probar el vino._ dijo sin dejar de mirar mis labios _pero no de la copa_

Oh mierda…

Traté de retener mis manos para que no robaran más canapés que estaban frente a mí, pero esas cosas estaban deliciosas!... las de salmón uff… y las de palta con nueces, see… estaba tentada a pedir la receta en las cocina, excepto la que estaba hecho con huevo de codorniz. Cuando llegaron nuestros platos,  Carlisle comenzó a preguntar  muchas cosas… demasiadas para mi gusto, pero lo real era que tenía que conocerme para tomar confianza por lo que solo pude contestar con la verdad… a medias.

_¿Así que has vuelto a Seattle? ¿Tienes familia allí?_  tomé una respiración profunda con esa pregunta e hice tiempo para pensar en mi respuesta degustando un sorbo de vino.

Hum… rico.

_Sí, he vuelto por supuesto y tengo pensado ir en un par de semanas, tengo amigos allí._ dije obviando el hecho de que en realidad iba a ir a Forks. _Hum… mi padre murió hace unos años atrás y mi madre… salió de casa cuando yo tenía 15 años_ tomé otro sorbo de vino.

_Oh… siento eso_ frunció el seño cortando un trozo de su pato _ a veces los padres hacemos cosas que hieren a nuestros hijos, incluso la muerte de uno de ellos es algo que no tendría que sucederle a un hijo_

_Es cierto… aún no he superado la muerte de mi papá, él era lo único que yo tenía, mi sostén, mi pilar… pero a veces es todo tan injusto_ murmuré mirándolo fijamente mientras él sorbía un trago de su vino, me miró por un momento con el seño fruncido y luego lo suavizó asintiendo con una sonrisa triste.

_Claro_ alzó la mano sobre la mesa y  se limpió la comisura de su boca con la servilleta antes de tomar la mía que descansaba a un lado del tenedor _Bella… me da pena que hayas pasado tantos años sola, por ti misma._ él suspiró y sus ojos se volvieron intensos _me gustaría que tengas confianza en mí… preciosa, yo… no te veo como ve un padre a una hija, yo te veo como una mujer, hermosa, independiente y fuerte y sinceramente me tienes deslumbrado…_

Oh cielos… ¿era eso una declaración?

_Carlisle_

_Shh… Bella_ murmuró sonriendo levemente antes de negar con la cabeza _no digas nada, disfruta del almuerzo preciosa, tampoco juzgues por mi edad… sé que es  muy pronto, pero… creo que eres una mujer que no se perturba por la diferencia de edad o… al menos quiero creerlo, ¿eres de esas mujeres Bella? ¿te importa mi edad?_

Negué suavemente.

_Me gustas Isabella_ murmuró con ojos brillantes y sinceros, ni una vacilación en su voz, ni un pestañeo siquiera… yo… exhalé suavemente sin dejar de mirarlo. _me gustas mucho_

Bien…

Ok…

_Tu también me gustas Carlisle_ dije finalmente. Y una sonrisa suave y reluciente se dibujó en sus labios. _ y no, no soy de esas mujeres que se fijan en la edad, porque…_ alcé los hombros _es algo ridículo impuesto por una sociedad basada en tabúes y juicios de valor injustificados. Sin embargo… tu eres un hombre realizado, tienes hijos y a penas te conozco… _ mentí lanzando una risa que más bien fue un suspiro. Lo conocía muy bien.

_Quiero que me conozcas Isabella, quiero que conozcas todo de mí. Sé que tal vez has oídos muchas cosas sobre mí… cosas que probablemente sean ciertas y otras que no, solo… te pido que me conozcas, estoy dispuesto a ser un libro abierto para ti_

Sonreí sutilmente tragando saliva, estaba sucediendo… nunca creí que fuera a suceder tan pronto, pero estaba sucediendo. Dios… el gran Carlisle Cullen deseaba conocerme mejor y ese cliché de “conocernos mejor” implicaba mucho, mucho más.

_Entonces… ¿cómo comienzo a conocerte mejor Carlisle? ¿Qué tienes para mí?_ pregunté antes de comer un nuevo bocado de mi Ratatouille. Él sonrió…

_Soy Carlisle Andrew Cullen, un empresario a toda regla, dueño de mi propia compañía… lo sabes, en un mes más cumplo 49 años y soy originario de Chicago. Me casé con Elizabeth Masen cuando tenía 24 años pero fuimos padres mucho antes,  mi deber de hombre me exigía responder por ella y mis hijos lo mejor posible, por lo que tuvimos que esperar hasta que obtuviera mi título universitario para casarnos, mi padre nos ayudó muchísimo. Me incluyó dentro de su pequeña compañía que creció y se quintuplicó desde que estoy al mando._ esbozó una sonrisa donde pude ver el orgullo que tenía en sí mismo _ tuve tres hijos, dos de los cuales son mellizos, todos ellos lejos de casa, son más independientes a excepción de Jassper que es el menor, él siempre me acompaña… o está conmigo por el dinero, no lo sé_ reímos juntos _ Elizabeth murió cuando nació Jas, ella tuvo una hemorragia muy grave con la cual no se pudo hacer nada…_

Por alguna razón sentí pena por este hombre, quedarse viudo tan joven y a cargo de tres niños… bueno, era algo admirable de él. Aunque en mi caso fue todo lo contrario, había quedado huérfana.

Carlisle me estudiaba cuando levanté la mirada de la servilleta que estaba retorciendo entre mis manos, él tenía esa mueca de curiosidad y escrutinio que me intimidaba tanto. Pero a pesar de eso traté de que no hiciera ese efecto en mí, decidí comenzar a tratar al menos de actuar como la mujer fuerte e independiente que él decía que era. Aunque fracasara terriblemente en el intento.

_Amaste a tu esposa, eso se puede ver cuando hablas de ella… ¿has amado a alguna otra mujer después de ella?_ me atreví a preguntar, él me miró detenidamente por casi medio minuto antes de negar con la cabeza,

_No… no he amado a nadie más, no me lo he propuesto tampoco… creo que el amor es algo que viene solo, sin buscarlo._ sonrió lánguidamente luego _sé que tal vez tu criterio sobre mí no sea algo tan honroso, he tenido muchas mujeres Isabella, las cuales muchas ni siquiera recuerdo… pero de ninguna me he enamorado, ni he estado interesado para conocer profundamente._

 

Asentí preparándome para lo que iba a preguntarle,

_Pero quieres conocerme a mí…_ confirme _¿qué significa eso?_

Él se inclinó sobre la mesa hasta que nuestros rostros estuvieron a solo medio metro de distancia, lo suficiente como para hacerme estremecer…

_Que tú me interesas mas allá de una aventura pasajera Bella, tú me gustas, me atraes… me hechizas_

Valla…

Sentí el rubor subir por mi cuello hasta mis mejillas y miré hacia mis dedos que doblaban la servilleta,

_Tú… también Carlisle. Me traes… mucho_ dije suavemente sabiendo que mi voz delataría mi nerviosismo. _ eres un hombre cautivante, caballero y sumamente atractivo, bueno… tu estarás más consciente de tus virtudes, ¿qué mujer no estaría feliz de estar contigo?_

_Mientras tú estés feliz de eso, es suficiente para mí_

Asentí con una sonrisa sutil y bajé la mirada… lo estaba haciendo, dios… lo que tanto había querido Carlisle me lo estaba dando dispuesto a mis pies.

Su celular sonó con otra llamada y lo vi atender a quién fuera, con el seño fruncido. Intercambió unas cuantas palabras y colgó la llamada, tenía sus ojos fijos en mí mientras guardaba su celular,

_Tengo que volver a la compañía_ miró su reloj de mano y alzó las cejas _valla… se me ha pasado rápido la hora hablando contigo Isabella_

_A mi también_ sonreí… dios! Cerca de dos horas y media con él   y no me había dado cuenta  _ Emily me matará_ murmuré buscando mi teléfono en mi cartera mientras él hacía señas a nuestro maître para que nos trajera la cuenta. Escribí un texto rápido pidiéndole clemencia a mi jefa, por mi llegada tarde y guardé mi celular.

_Tengo un viaje de negocios la próxima semana Bella, estaré unos días afuera para atender unos negocios, quiero verte antes sin embargo… ¿te parece bien vernos el sábado? ¿te gusta el beisbol?_

Hum… eso era nuevo…

_Si…_ dije cautelosamente _a veces iba a algunos juegos en Fo… Seattle_ corregí rápidamente._

_Bien, porque este sábado mi hijo me invitó al juego de los Yankees, ¿quieres acompañarnos? Podemos pasar la tarde en el estadio y por la noche cenar algo._

Sonaba… tan bien.

Sonaba demasiado bien… wuau

_¿Grandes ligas? ¿con tu hijo?_ murmuré mientras el maître dejaba una chequera negra sobre la mesa que contenía la cuenta del almuerzo, Carlisle sacó su billetera del bolsillo oculto de su saco y sacó una tarjeta negra para ponerla dentro de la chequera, sin mirar siquiera…

Mierda…

_Estoy acostumbrado a las grandes ligas…_ dijo sugerentemente _Dime Bella ¿me acompañaras?_ alzó las cejas y esperó mi respuesta,

_Si, me gustaría acompañarte… aunque nunca he estado en un partido de grandes ligas, solo… ligas menores._

_Oh, bien… me gusta la idea de llevarte por primera vez_ murmuró con una sonrisa bailando en sus labios _a demás, estaremos cómodos, tenemos un palco privado_

Solo asentí… mierda, lo que podía hacer el dinero.

El maître volvió con la tarjeta de Carlisle y el la guardó sin decir una palabra, entonces tomé mi chaqueta de cuero que descansaba sobre el brazo de la silla y me paré para colocármela,

_¿Tienes cómo llegar a la biblioteca?_

_Hum… en realidad me vine en taxi, dejé mi auto allí porque no me gusta el tráfico por estas calles. Puedo tomar un taxi de regreso…

_No, nos está esperando mi chofer afuera, vamos… te llevo_

Con eso él dejó una propina suculenta sobre la mesa y caminamos atravesando el restaurant hasta la salida, siempre sentí su mano fantasma en mi baja espalda. Afuera había un Mercedes negro de vidrios polarizados, el hombre que esperaba a su lado abrió la puerta trasera y asintió hacia mí con una suave sonrisa,

_Felix vamos a dejar a la señorita Isabella a la biblioteca de la ciudad y luego vamos hacia la empresa_

_Si señor_

Me subí en el asiento trasero seguida por Carlisle que se sentó muy cerca de mí.

_Gracias por el almuerzo Bella_ susurró casi en mi oído, volteé hacia él consciente de nuestra cercanía y lo miré a los ojos. _Espero que sea el primero de muchos más._

Enganché mi respiración desviando mi mirada traidora a sus labios. Dios… era un hombre perfecto, a pesar de su edad, solo unas pequeñas arrugas en la esquina de sus ojos eran lo que la evidenciaba… 

_Espero…_ dije temblorosamente cuando él alzó su mano y con sus nudillos acarició mi sonrojo.

_¿Sabes qué fue lo que me llamó la atención de ti en primer lugar?_ su voz era baja y suave,

_¿Qué?_ susurré… simplemente porque había perdido mi voz.

_Tu pequeño rostro de alabastro…_ murmuró acariciando mi piel suavemente _hay una pintura, un retrato que Leonardo Da Vinci hizo, “La dama de scapigliata”… dios… esa tarde al verte, me la recordaste. Tu cabello ondulado enmarcando tu rostro, tus mejillas arreboladas pero pálidas al fin, tu mirada, todo… me recordaste a una hermosa obra de arte Isabella… y no pude más que obsesionarme con esa hermosa joven que sobresalía de entre toda la gente y que degustaba con gracia ese champagne, como si estuviera llamándome… Bella, tan inconsciente de tu propia belleza, tan inevitablemente seductora._

Sonreí maravillada… sus palabras me estaban envolviendo en una bola de fuego y calor y aunque no conocía a esa hermosa dama, bueno… iba a googlearla sin duda, pero… era hermoso lo que él me estaba diciendo y la alerta se encendió en mi cabeza.

Cuidado Isabella… juegas con fuego…

El auto se detuvo y desvié la mirada de sus ojos para ver que estábamos fuera de la biblioteca,

_Quédate en casa a cenar el sábado  Isabella, serás mi invitada…_ podía sentir el calor de su cercanía. Oí la puerta del chofer abrirse y cerrarse y luego, por el rabillo del ojo, vi a Félix colocarse a un lado de mi puerta.

_Claro… ¿cocinaras para mí?_ sonreí.

Alzó los hombros y sonrió _Trataré… si es que Renata deja que toque la cocina, ella es nuestra cocinera y es muy celosa de su lugar_

_Hum… puedo ayudarte si lo deseas, me gusta mucho cocinar_

_Es una cita entonces_ dijo juguetonamente.

Entonces tazó mi rostro con la palma de su mano y se acercó hasta que sus labios estaban a milímetros de los míos, en el ultimo microsegundo desvió su movimiento y dejó un suave beso en mi comisura.

Golpeó la ventana de mi lado con sus nudillos y pude hacer reaccionar mis piernas cuando el chofer abrió la puerta.

Diablos, diablos, diablos…

_Adiós Carlisle, gracias por el almuerzo_ susurré antes de llevar mi mano a su rostro y acariciar su mejilla desde el pómulo hasta el mentón, volteé y salí del auto respirando profundo.

No sé como hice para hacer que mis piernas obedecieran a mi cerebro. Pero llegué hasta la entrada de la biblioteca, atravesé el lobie y luego los salones de estudio y lectura, mis tacones resonaban en el suelo de mármol, subí las escaleras y caminé hasta llegar a la sala de coordinación. Abrí la puerta y cerré a mis espaldas y me derrumbé contra ella dejando caer mi cabeza hacia atrás, suspiré profundamente y exhalé con fuerza…

_Mierda_ gemí para nadie.

Y lentamente una sonrisa apareció en mis labios.

__________________________________

Hola hermosas, aqui nuevo capi... a ver, saquen sus propias conclusiones... van atando cavos ¿no?... Para quienes se preguntan por qué Edward está en la portada si ni se sabe de él, bueno... por algo está en la portada no?

Besotes y nos vemos el fin de semana con UVO...

Conjunto de Bella

Dama de Scapigliata