Una vida de oportunidades, Capitulo 19: Hola Madrid

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Hola Madrid

Sentía paz… mucha. Era como si mi cuerpo no quisiera despertar y mi mente se rehusara a hacerlo, sentía que podía quedarme así por siempre, con mis brazos enredados en una pequeña cintura, que tanto conocía… que tanto amaba.

_Mhmm…_ ronroneé cuando sentí las suaves uñas arrastrándose por mi cuero cabelludo, mis parpados pesados estaban renuentes a abrirse, pero mis sentidos se despertaron increíblemente cuando un par de labios cálidos recorrieron la piel de mi rostro, mi nariz, mi mandibula, mi mejilla… y finalmente mis labios.

Un beso suave, con sabor a mentol, caliente y húmedo… mmm…

_Quiero despertar siempre así_ murmuré entrecortadamente mientras los labios se cerraban en el lóbulo de mi oreja,

_Esa es la idea_ susurró su suave voz…

Tuve que abrir los ojos para ver la diosa que me decía esas palabras, ¿así tan fácil? ¿Después de haber esperado por ellas cuantos años?... ¿21?...

_Te amo_ dije mirándola a esos ojos marron cálido en los cuales quería zambullirme y nadar hasta encontrar su alma. Ella se mrodió el labio y un hermoso rubor cubrió sus mejillas, levanté mi mano para sacar al pobre labio de entre sus dientes y sonreí _¿cuando vas a acostúmbrate a escucharlo amor?... te amo, te amo…. Te amo Bella_

Ella sonrió y negó con la cabeza ligeramente antes de esconder su rostro en mi cuello, ¿tan increíble era para ella?...

_El único hombre que me lo dijo en mi vida fue el que me engañó por dos años enteros mientras yo pecaba de ignorante… dame tiempo Edward_ su voz sonaba cansada e insegura, pero su mano acariciaba mi pecho como si parte de ella quisiera creer en mis palabras.

_Seré pasiente bebé, te demostraré que yo nunca podría jugar contigo ni con Ali_ volteé ligeramente mi cabeza para dejar un beso en su frente, mis labios se quedaron allí un momento antes que decidí darle otro beso en su nariz. Ella tampoco se movió cuando me detuve allí unos segundos por lo que me atreví a bajar mis labios lentamente hasta tocar sus labios con los míos.

Solo un roce… un suave roce…

Nuestros cálidos alientos se entremezclaron cuando ella entreabrió la boca y tuve la urgencia de irme a cepillar los dientes, pero al parecer a ella no le importó. Cepilló la punta de su lengua contra mi labio inferior y me perdí, acuné su mejilla con mi mano y literalmente hundí mi lengua en su boca… mmm…

Su mano recorrió mi mejilla y respondió a mi beso furiosamente, tomó mi cabello entre sus dedos y acarició suavemente antes de tirar de ellos más hacia ella. Me deseaba… aunque dudaba que con la misma intensidad que yo lo hacía.

_¿Y Ali?_ pregunté cuando ella soltó mi boca para besar mi mentón, estaba comenzando a jadear con su lengua caliente rozando la piel de mi cuello,

_Está durmiendo, es temprano todavía…_

Oh dios…

Tomé su rostro con ambas manos y la besé duro, fuerte… con tanta pasión que podía destruir todo lo que había contruido con tanta perseverancia, su confianza en mí, nuestra amistad, nuestro… amor, pero no podía detenerme.

La deseaba… jodidamente mal. La volteé de espaldas y me cerní sobre ella, mi boca buscando la suya y nuestras lenguas entrelazándose con fuego. Me recibió entre sus piernas y bajé mis manos hasta tazar sus pechos perfectos, redondos y desnudos debajo de su camiseta.

_Bella…_ gemí chupando la piel de su cuello. _Oh mi amor…_

_Edward… por favor_ gimió debajo de mí arqueando su espalda, su centro estaba húmedo y caliente debajo de su ropa de algodon y no pude evitar empujar mi cadera contra la de ella, empujar fuerte para traer un poco de calma con la fricción, empujar nuevamente para hacerla gemir y darle algo a ella también, calmar su fuego.

_Te deseo tanto mi amor_ murmuré jadeando antes de mordisquear la piel de su cuello. Tenía una camisa puesta, su camisa del pijama que la noche anterior yo mismo le había colocado… tratando de hacerme el ciego y tratando de mantener mis manos y ojos fuera de ella aunque ahora simplemente no podía dejar de tocar..

Con una mano apoyada en el colchón me levanté un poco para mirar su belleza, ella recostada en la cama, su cabello regado en la almhada y sus ojos brillantes mirándome con deseo, sus labios entreabiertos y mojados por mi saliva, jadeantes… su piel pálida rosada por mis besos en el cuello, toda ella, tan jodidamente seductora, aún sin saberlo.

_Hermosa…_ susurré antes de llevar mi mano hasta la orilla de sus pantalones cortos de dormir, la miré a los ojos para saber si estaba haciendo bien, ella se mordió el labio y gimió retorciéndose seductoramente, oh cielos…

Metí mi mano debajo de la tela de su pantalón pojama y entrecerré los ojos cuando descubrí el lugar al que tanto había querido llegar, tan húmedo, tan caliente… oh cielos,

_Bella… dios, quiero probarte, quiero tocarte, amarte nena_ mascullé con voz gruesa.

_Ahh… Edward_ se retoricó cuando mis dedos recorrieron sus labios mojados y mi dedo mayor buscó el camino a través de ellos hasta encontrar su entrada, ella arqueó su espalda contra el colchón y cerró los ojos fuertemente, _aahhh… cielos_ gimió.

_Dime qué deseas amor_ susurré empujando mi dedo dentro de ella, dios… era tan estrecha, caliente, tan humeda… _ trabé mi pulgar alrededor de su clítoris y jugueteé con él lentamente, ella cerró los ojos y gimió apretando los dientes,

_No pares… oh Edward, no te… detengas_ jadeó,

_Nunca mi amor_

Comencé a jugar con ella, entrando y saliendo de su centro cálido y ansioso, rozando el pulgar en círculos contra su clítoris y besando sus pezones erectos a través de su remera de algodón, atrapándolos con mis labios y acariciándolos con mi lengua.

Entonces ella tomó mi rostro con ambas manos y me hizo mirarla a los ojos, su mirada oscurecida y lujuriosa me hizo sonreir, dios… era tan hermosa.

_No- se te ocurra – parar_   exigió con voz entrecortada. Negué con la cabeza con una sonrisa en mis labios, recosté mi frente en la de ella y continué acariciándola, entremezclando nuestras respiraciones _no… hug,… pares_

Negué nuevamente. Podía sentir mi mano caliente y mojada por sus jugos y para nada del mundo estaba dispuesto a parar, la haría venirse fuerte, la haría derramarse en mi mano, la haría gritar.

_Damelo Bella… dame tu orgasmo amor, quiero sentir que apretes mi dedo, quiero que te vengas en mi mano bebé_ susurré aumentando mis movimientos.

_Oh dios…_ gimió levantando su cadera y cerrando fuerte sus ojos. Entonces arqueé mi dedo tocando un punto especial y sentí la manera en que sus paredes me apretaba, palpitante… temblorosa…

_Así es bebé, asi mi amor, así… así_ gemí sin poder dejar de mirarla, era increíblemente inteso la manera cómo el orgasmo atravesó su cuerpo, temblorosa ahogó su gemido mordiendo su labio inferior y sentí sus paredes combulcionar… dios…

_Edwaaard_ se lamentó lanzando un gemido. Jugué un poco más con ella y pellizqué su clítoris, nuevamente la sentí temblar sacudida por un segundo orgasmo, ella abrió los ojos grandes y dejó caer su cabeza hacia atrás _¡Edward!_ gritó con sorpresa y placer.

Si bebé… multiples… todo tuyo.

_¿Quieres más amor?... te daré todo… te daré el mundo… mi vida_ pero ella negó jadeante, dejando caer su espalda sobre el colchón.

_Oh dios_ gimió con los resagos de su placer. _Oh mierda… Edward… eres… ahh._ masculló con cada jadeo.

Me rehusé a sacar tan pronto mi mano de allí, por lo que solo saqué mi dedo y acaricié sus pliegues esparciendo su propio semen. Tenía tantas ganas de reemplazar mi dedo por otra cosa, que esperaba erecto y firme a ser atendido, pero solo me centré en ella, mi diosa… darle placer a ella era como obtener placer para mí.

Entonces empezó a reír. Y no pude más que sonreír por lo gloriosa y espectacular que se veía, dios… pasaría el resto de mi vida haciendo esto con tal de obtener su risa, sus mejillas sonrosadas y su estado postcoital… gloriosa.

_Dios, Bella… te amo tanto_ bajé mi rostro hasta tocar su mejilla caliente con mi nariz y recorrí su piel hasta la mandibula. Mi dedo seguía acariciando suavemente sus pliegues hinchados y mojados.

_No quiero salir de aquí_ susurré dejando pequeños besos a lo largo de su cuello y escondiendo luego mi cara allí. _Mmm… definitivamente no quiero salir de aquí_

Bella rió. Ella llevó sus manos a mi nuca y acarició mi cuero cabelludo con sus uñas y por un momento creí estar en el cielo…

Dios, dios… déjame estar aquí para siempre junto a ella.

_Imposible… Ali se levantará pronto_ murmuró ella resagante. _a demás… hoy toca dia de panqueques y tengo que comenzar a hacerlos_

_Enseñame cómo y los haré_

Ella rió.

_No puedes… quemarías todo!_ rió nuevamente. Dios, amaba su risa.

_No si tú me ayudas amor_ murmuré sobre su cuello.

Ella quedó en silencio acariciando mi cabello, era tan apacible que podía llegar a quedarme dormido nuevamente, relajé mi cuerpo entero bajo su toque y sentí suaves besos en mi frente, tan suaves como alas de mariposas. Entonces ella tomó un profundo suspiro y se removió debajo de mi cuerpo para acomodarse de costado y frente a mí, no abrí los ojos pero podía sentir su mirada en mi rostro.

_No sé qué hice para merecerte_ susurró conciente de que yo estaba escuchando _pero me da miedo perderte, eso me devastaría… Edward, voy a poner toda mi confianza en ti, voy a tratar de creer y voy a tratar de dejarme llevar… porque en verdad me haces feliz, te amo Edward, te amo… pero tengo tanto miedo._

Entonces abrí los ojos, solo para que mi pecho doliera al ver lágrimas derramándose de sus ojos llenos de miedo, acuné su rostro con mis manos y traté de exponer todo el peso de la sinceridad de mis palabras en mis ojos.

_Eres lo más importante que tengo en mi vida Bella, tú y esa niña hermosa que quiero como si fuera mi hija y te demostraré que no estoy jugando, que puedes confiar en mi con tu vida porque yo no te voy a fallar, nunca…_ la voz se distorcionó por la emoción, el pecho necesitó más aire y mi grarganta se oprimió…. Dios, jamás había tratado tan duro para que me creyeran y nunca había tenido tanta certeza en mis palabras, _creéme bebé, te amo… y si me lo permites, voy a poner todo de mí para hacerlas felices cada día de mi vida._

_Edward_ gimió Bella antes de acercarse a mí y esconder su rostro en mi pecho, ambos brazos fueron automáticamente a su cintura y la sustube contra mí, podía sentir su cuerpo temblar y sacudirse ligeramente, podía sentir la humedad caliente atravesar la tela de mi pecho,

_Vamos amor, vamos y verás… solo necesitas un tiempo lejos de toda esta mierda bebé, vamos. Sacaré los pasajes hoy mismo, te sorprenderé, déjame hacerlo, déjame sorprender a mi dos mujercitas. Pide las vacaciones que no te tomaste el año pasado por esforzarte en juntar dinero, tómatelas… o renuncia, mejor así, yo puedo cuidar de ustedes. Vamonos bebé_

Luego de unos minutos de suplicar en silencio, ella se calmó mientras mi mano acariciaba suavemente su espalda.

Por favor amor, déjame demostrarte que existe otra oportunidad para ti, déjame hacerte feliz.

_Y… ¿la escuela de Alizzé?_ preguntó antes de sorber su nariz, aún su rostro escondido en mi pecho.

_Amor, Ali está en el kínder… puede faltar un tiempo, no le afectará_

_Y de cuanto tiempo estasmos hablando?_ susurró. Comencé a creer… una sonrisa se formó en mis labios.

_No lo sé… no pienses en el tiempo, piensa en ti_

La sentí juguetear con los botones de mi camisa mientras ella pensaba, me la imaginaba mordiéndose el labio y pensando en todas las posibilidades, ellam era tan terca.

Desidí jugar una carta que ella no rechazaría…

_Ali necesita despejarse también, los niños son capaces de sentir la tensión de los padres amor_

Por favor, si que si…

Sorbió su nariz una vez más y finalmente suspiró, su cuerpo se relajó en mi contra y sonreí feliz, olía a resignación.

_Bueno… vamos_ dijo casi inaudiblemente. Oh por dios! Me tomó todas mis fuerzas en ese momento para no hacer bombear mi puño al aire y gritar “SI!”

En cambio solo atiné a abrazarla bien fuerte y esconder mi rostro en su cuello,

_Gracias amor, gracias, gracias_ susurré una y otra vez mientras ella se aferraba con ambos brazos a mi cuello. _Déja todo en mis manos_

_No hay otro lugar donde quiera estar, más que en ellas_

Dios, si!

~O~

POV Bella

_Los tapones para el oído!_ gritó Esme antes de correr hasta nosotros esquivando a las personas que iban y venían en el aeropuerto de Seattle, Edward sostuvo mi mano sin soltar el pequeño bolso de mano y yo no solté por nada del mundo a mi hija, que a pesar de que ya nos habíamos despedidos de la familia… bueno, ella aún quería abrazar a su nana y a su dady Carlisle.

_Esme, llevo un par en el bolso_ sonreí al ver la preocupación de Esme cuando llegó a nosotros con un par mas de protectores para los oídos de mi hija. _no pasará nada… ella es una niña fuerte_

_Lo sé, pero por las dudas. Es la primera vez que mi niña viaja en avión…_

_Estaré bien nana!..._ rió mi hija dando saltitos y alzando los brazos a ella _dile a tía Alice que cuide mis cuentos y películas del tío Emmett, dile que le traeré un regalo de Eudopa!_

Oh cielos…

Mi niña, obviamente, sentía la ausencia de alice en el aeropuerto. Había ido toda la familia Cullen a despedirnos, menos ella. Claro que yo tampoco estaba dispuesta a hacer como si nunca hubiese pasado nada, tal vez estas vacaciones pudieran servirnos para enfriar las cosas y luego, a la vuelta, charlar sin mayores rencores, pero por ahora no quería verla.

_Se lo diré cariño, tu disfruta…_ dijo Esme poniéndose a la altura de mi hija que en seguida se colgó de su cuello _hasle caso a mami ¿si?, saquen muchas fotografías, cuida a mi Edward, compra muchos helados_ Esme se separó y por vigesima vez esa tarde le dio un beso en la nariz a mi niña, _te amo bebé y te extrañaré mucho… disfruta pequeña_

_Si nana, te amo también_

Con esas ultimas palabras Esme se levantó y caminó de regreso a su esposo y a Emmett y Rose que veían desde la saida de la sala de embarque.

Edward consiguió los boletos hacia Europa, para dos semanas después. Por lo que tuve tiempo de actualizar mi pasaporte y hacer el de Alizzé, visitar al pediatra para ponernos al día con las vacunas preventivas y las medicinas que debíamos llevar por posibles alergias o efectos del viaje en avión, nauseas o dolor de oído. Edward se encargó de todo lo relacionado con el hospedaje y el traslado, el transporte una vez que llegaramos y los lugares que visitaríamos. Él había estado al tanto de cada detalle y por más que le suplicara que no hicera gastos innecesarios, él insistía que si lo hacía era por la comodidad de nuestra niña y yo… dios… cada vez que se refería a Ali como nuestra niña, yo… solo parecía todo un hermoso sueño, pero a diferencia de antes, no huía… estaba dispuesta a aceptarlo.

Por lo pronto íbamos a visitar tres países y yo no podía en sí del éxtasis. Edward me había confesado la noche anterior cual sería nuestra primera parada y no podía esperar a llegar.

Acomodé a Ali en el asiento del avión mientras ella miraba maravillada a la gente pequeñita de abajo, en la pista. Ajusté el cinturón y me acomodé en mi asiento esperando a Edward que acomodaba la pequeña maleta de mano en el contenedor sobre nuestras cabezas.

_¿Necesitaras algo de aquí amor?... ¿antes del despegue?_

Pensé un minuto y negué con la cabeza, él sonrió y se sentó junto a mí. Había visto pocas veces a Edward entuciasmado por algo, pero realmente excitado como lo estaba por este viaje, nunca. Su cars había cambiado totalmente, su mirada trasmitía un brillo de alegría y entuciasmo que me hacía sonreir constantemente, por alguna razón quería adjudicarme su felicidad. Si decirle si a esto lo hacía tan feliz… dios, quería decirle si a todo.

_Así que… ¿estuviste en Francia viviendo unos ocho años y nunca visitaste España?_ pregunté mientras él envolvía su brazo alrededor de mis hombros y me tiraba hacia su cuerpo, me recosté en su pecho con un profundo suspiro… dios, amaba su pecho.

_No… nunca estuve en España ni en ningún otro país limítrofe de Francia_ dijo dejando un suave beso en el tope de mi cabeza _no puedo esperar para conocer todo allí de tu mano amor_

Oh cielos… este hombre era increíble. Su boca me derretía… y sus dedos… bueno, me hacían ver el séptimo cielo. No habíamos pasado más allá de tocar y andar a tientas, en realidad… no me atrevía y él veía mi indecisión. Con cada orgasmo que me daba con sus dedos me preguntaba si quería más, siempre negaba… pero yo sabía que él estaba derochando paciencia, él era un hombre por dios santo! Y estaba dispuesta a ir al próximo paso, estaba necesitada de él, de todo él… y él de mí. Estas vacaciones servirían para eso, bueno… supongo. Suspiré y miré a mi lado, mi hija estaba señalando por la ventanilla a la gente de la pista, hablando con su hada supuse.

_Y ese de allí está tratando de que toooodos los aviones salgan de nuestro camino, mira allí! Están sacando maletas de la panza de ese avión… wouu_

Ali miró atentamente cuando la azafata nos dio las indicaciones con los movimientos de sus manos y brazos, mi hija estaba maravillada y no podía más que sonreír. Todo esto era nuevo para ella y tanto Edward como yo, estabamos felices de darle nuevas experiencias.

Cuando el avión despegó Ali reía porque tenía cosquillas en su barriguita y yo estaba preparada sin embargo, con bolsa de papel en mano, algo que no necesité. Después de eso ella se entretuvo jugando con su muñeca y mirando las nubes por debajo del avión, según ella podía ver gente sobre las nubes, un país extenso lleno de gente saludándola.

Miré con el seño fruncido a Edward y él solo negó con la cabeza sonriendo.

El resto del viaje fue tranquilo, Edward me dio unos folletos para mirar, eran sobre Madrid y el hotel donde íbamos a ir, era… increíble. Quo Puerta del Sol, tenía una gran suit esperando por nosotros, dos habitaciones la componían y una maravillosa vista al centro turístico y popular de la ciudad, a demás era muy completo… y por supuesto no quise ni saber el precio, no era que Edward me lo iba a decir tampoco. Ibamos a quedarnos una semana allí, para luego seguir a otro de nuestro destino… que era todo un secreto por parte de Edward, aunque creía tener una idea.

Ali se durmió luego de un rato, Edward la acomodó en su asiento y la abrigó con la manta que nos había dado la azafata, recliné el mio y Edward también. Me quedé dormida acurrucada en su pecho mientras él tarareaba alguna canción.

Llegamos a España en algún momento de la madrugada, era de noche aún y Edward me despertó con suaves besos en los labios,

_Estamos descendiendo amor, debemos acomodarnos_

_Mhmm._ mascullé refregando mis ojos y acomodándome en mi asiento, lejos de su pecho que era mi perdición. Dejé cerrados mis ojos unos minutos antes de tratar de desperezarme y asegurar a Ali que aún dormía.

Entrelacé mi mano con la de Edward cuando estabamos descendiendo, por debajo podía comenzar a ver muchas luces de una ciudad que crecía a medida que nos íbamos acercando al suelo.

_Es hermoso_ murmuré estirando el cuello y mirando por la pequeña ventana, tuve la tentación de despertar a mi hija, ella nunca me perdonaría si supiera que vimos la ciudad desde arriba y ella se lo perdió. Como hizo Edward, yo desparramé suaves besos en el rostro de mi angelito hasta que ella frotó sus ojos,

_Cariño mira, estamos llegando bebé, mira por la ventana_

Ella me quedó mirando por unos segundos antes de inclinarse sobre la ventanilla y mirar hacia abajo,

_Oh…_ su boquita formó un perfecto círculo _ mita! Mira las luces, parecen las luciérnagas que hay en el bosque de nana Esme_

Reí suavemente, a ella le gustaba tanto jugar con ellas cuando pasábamos las noches en la casa Cullen.

El entusiasmo de Ali no se terminó cuando las luciérnagas se convirtieron en edificios y faroles de las calles, ella continuó maravillada mientras saliamos del avión y Edward la llevaba en sus brazos, yo estaba muy cansada y no podía ni decir de Edward, pero él simplemente mantenía su sonrisa en su rostro mientras Ali literalmente saltaba en sus brazos.

Llegamos al hotel en un taxi que nos estaba esperando en el aeropuerto  y tomé a mi niña mientras Edward llenaba el papeleo de ingreso, pronto tomamos un ascensor con un botone llevando nuestro equipaje, Edward sosteniendo mi cintura todo el tiempo y yo recostada con sueño contra su hombro.

Solo hubo un momento en que mis sentidos cobraron vida y mis ojos y oídos se abrieron conscientes del lugar donde nos encontrábamos… Edward había hablado unas palabras en español cuando llegamos a la habitación y se dirigió al botone.

Sabía que mi boca estaba abierta y tal vez un hilo de saliva corría por mi mentón, a Ali le hubiese recordado a Homero en algún episodio de Los Simpsons, pero la cerré cuando Edward cerró la puerta y quedamos solos en la habitación… de la cual no había visto aún, absolutamente nada.

_¿Qué… qué fue lo que le dijiste?_ pregunté con los ojos bien abiertos y sin dejar de mirarlo, por alguna razón, tenía la intensa necesidad de correr hasta él y colgarme se su cuello… y besarlo sin sentido.

El engreído maldito sonrió con arrogancia mientras caminó hacia mí, tomó mi cintura para apretarme contra su cuerpo y quedar a centímetros de mi boca,

_¿Te excitaste amor?_ rió… maldito _le pregunté cual era el número para servicio a la habitación, así mañana pedimos el desayuno_

_Oh…_

Mente reacciona, lengua di algo… dios… Edward… hablando español… dios.

_Mami!... príncipe!... miren, chocolates!_

_Oh no_ gemí. _ si los come no se dormirá…_

Con eso nos separamos y caminamos de la mano hasta la recamara principal donde Ali estaba encaramada sobre la cama abriendo los chocolates que descansaban sonre las almohadas a modo de bienvenida.

Mierda…

~O~

Desperté con la risa de mi pequeña y la de mi Edward. Abrí los ojos y vi la escena que me hizo repensar todas las cosas que había hecho en mi vida, todo… desde no darme cuenta de su amor por mi a los diecisiete años hasta no haberlo hecho cuando estuve a punto de casarme. Y por primera vez, no sentía ese peso enorme y ese dolor en el pecho por haber sido avandonada en el altar… porque ahora lo tenía.

Ali reía mientras Edward estaba sentado en la cama con ella en su regazo, un enorme carro de comida, presuntamente del desayuno, estaba frente a ellos. Edward tomaba su café mientras le daba pequeñas porciones de panecillos a mi niña y cucharadas de yogurt, estaba alimentándola. Mi niña tenía un brazo alrededor de su cuello y le acariciaba el cabello de la nuca a su príncipe,

_Entonces ¿estás bien con eso?_ preguntó él, quería escuchar de lo que hablaban por lo que no me moví y volví a cerrar los ojos.

_Si… lo único que quiero es que mi mita sea feliz y tú príncipe… quiero que la hagas feliz, quiero que seas mi papi, lo quiero más que nunca y ya se lo pedí mil veces a mi hadita_

Oh dios…

_Entonces, soy tuyo bebé, al igual que lo soy de tu mami. Las amo y quiero hacerlas felices ¿tu crees que tu mami quiera ser mi novia?_

_Pues pídeselo_ dijo ella con lo que me imaginé un levantamiento de hombros _pero muuuuchas veces! Sabes que ella es muy terca_

Me tragué las ganas de reír…

_Lo sé… por eso quiero que tu me ayudes y le hagas ver que en verdad no es tan malo que sea mi novia y que en verdad la amo_

Oh cielos… estos dos tramando en mi contra!

_Lo haré… le daré la charla_

Oh dios…

Entonces antes de que pudiera largar la carcajada el teléfono celular de Edward sonó y él dejó a Ali sobre la cama y salió en su búsqueda, entonces aproveché a desperezarme y “despertarme”.

Besé a mi niña en la frente y antes de irme a dar un baño comí algunas tostadas con mermelada deliciosa y un poco de jugo de naranja natural. Besé a Edward en los labios  con una sonrisa y admiramos la vista que nos regalaba las grandes ventanas del Hotel.

Por la tarde Edward tenía planes, muchos! Cuando salimos del hotel nos sorprendió con un auto en la entrada del hotel, un Mercedes blanco.  Había alquilado por los días que nos íbamos a quedar.

Recorrimos la puerta del Sol, que quedaba cerca a nuestro hotel. El lugar era maravilloso, la vista impresionante y sacamos muchísimas fotografías con la fuente de agua de fondo y los monumentos y edificios antiguos. Edward filmó a Ali dadole de comer a las palomas que se encontraban allí, cerca de la fuente y me filmó a mí riendo cuando pasamos a un lado de unos cantantes callejeros, nos quedamos escuchando unos minutos allí mientras ellos cantaban sobre un Velero llamado Libertad y de un hombre que salía a la mar... al menos eso fue lo que me explicó Edward. Él me abrazaba y yo sostenía a Ali de la mano que bailaba con la música, cuando finalizaron dijeron algo en español y Edward les dejó unos euros en la cubierta de la guitarra que tenían abierta en el suelo.

_Dijeron que soy afortunado por tener en mi compañía a tan hermosas mujeres…_ murmuró Edward antes de besar mi cabello, _no pudieron estar mas en lo cierto_

Caminamos por las callejuelas laterales y observamos todo. Ali estaba encantada, Edward le había prestado la cámara fotográfica y ella iba sacando fotos mientras detrás íbamos nosotros, Edward con su mano envolviendo mis hombros y yo aferrada a su camisa a la altura de su cintura. Realmente como novios… y no me molestaba la idea.

Mas tarde, cuando Ali se cansó de tomar fotos, nos metimos a un café madrileño y merendamos, Ali pidió leche con torrejas y Edward y yo pedimos café con una porción de tartas de manzanas y almendras. Edward tomó mas fotografías y filmó cuando Ali se puso a hablar algunas palabras en español que Edward le cantaba… iba a ver una y mil veces este video, no pude dejar de reír.

Pagamos la merienda y continuamos caminando por las calles españolas, no había mucho azfalto, los caminos eran de piedra y adoquines y las casas más antiguas del lugar también. Me encantaba caminar e ir escuchando la interacción de la gente de alrededor, era mágico todo… como un planeta diferente, pero hermoso…

Cuando estaba por caer la noche Edward nos llevó a recorrer la ciudad en auto, las luces anaranjadas regadas por toda la ciudad hacían la vista espectacular. Edward nos explicó que estabamos siguiendo el Paseo de la Castellana, un recorrido habitual para los turistas.

_Mañana vendremos pero de día, hay muchos atractivos por aquí y se que les gustará…_ Edward parecía tan entuciasmado por nuestro paseo que ya no podía esperar que fuera mañana.

Pasamos fuera de un gran edificio que  Edward nos contó que era El Palacio del Correo, también pasamos por una majestuos fuente de agua… increíbles obras de artes, Las Cibeles. Edward detuvo el auto en una calle por un momento y nos bajamos a sacarnos fotografías… era increíble. Era como una carreta empujada por dos leones y que iba conducida por una diosa romana… según la guía, era la diosa Cibeles. Edward le tiró un beso y una moneda a la fuente, cuando le pregunté qué deseo había pedido, no quiso decírmelo. Según la guía turística, Cibeles era la dios de la fecundidad y la fertilidad… hum…

Detrás de esta majestuosa obra estaba La puerta de Alcalá, y el Paseo del Prado, donde estaba ubicado el Museo del Prado… oh por dios! Lo quería visitar, Edward prometió que iríamos al día siguiente si yo quería. Y cerca de allí estaba el Real Jardín botánico… no podía esperar para visitarlo.

Edward se detuvo luego en la estación Atocha, que estaba dentro de este recorrido… cuando bajamos me pregunté por que nos habíamos detenido allí. Pero cuando entramos supe por qué…

La estación era un lugar increíblemente grande, no solo era una estación de trenes, sino también contenía muchos atractivos para los turistas, restaurants, bares, tiendas de regalos y hasta un jardín tropical. Por supuesto Ali estaba maravillada mientras caminábamos por dentro de esa gran estructura, el jardín contaba con animales exóticos, como tortugas marinas, ranas, peces y otros animalitos. Tuve que alzar a mi hija cuando quiso agarrar a uno de los sapos que saltaban por ahí…

Edward nos tomó muchas fotografías y nos filmó comprando en los distintos negocios de artesanías que se establecían allí a esas horas de la noche. Cuando el hambre apremió, decidimos cenar algo rápido  allí antes de volver al hotel.

Probamos cómida típica madrileña, Edward pidió una porción de tortilla de patatas, que terminó compartiendo conmigo y yo un plato de croquetas de pescado, Ali sin embargo pidió amburguesas con papas fritas.

Cuando terminamos de cenar dimos un paseo más por el lugar, Edward me enseñó una sección de la estación donde explicaba la historia del lugar, me sorprendí al saber que en ese lugar muchos habían perdido la vida en un atentado contra los trenes. Le explicamos a Ali lo que significaba la palabra “atentado” y se me apretó la garganta al no saber explicar la muerte de hombres y mujeres inocentes en manos de locos extremistas… solo, no tenía palabras para explicar tanta barbarie a una niña tan pequeña. Pero Edward supo manejar la situación muy bien, diciéndole que la vida tenía mucho valor para personas que creían en ella y los derechos humanos, pero que no tenía ningún valor para aquellos que creían que la puerte de inocentes era  la única solución…

Creo que derramé una que otra lágrima de regreso al Hotel.

Había sido un día interesante.

Ali se durmió a penas llegamos, Edward la tuvo que cargar del auto a la habitación, cuando la dejó en su cama vino a mí.

_¿Cómo la has pasado hoy?_ preguntó mientras se desabrochaba la camisa, yo lo admiraba desde la cama… su pecho fuerte, sus pectorales… oh dios.

_Excelente, creo que aprendí un montón  y conocí mucho de historia, ¿iremos mañana al museo del Prado?_ pregunté entuciasmada como una niña pequeña,

_Claro que si mi amor_ murmuró acostándose solo en bóxers a mi lado, debajo de las sábanas. En seguida abrió sus brazos y me acurruqué entre ellos, cerca de su pecho _mañana haremos lo que desees… España es tuya bebé, solo di y lo haremos_

_Mhhmmm_ mascullé sintiendo los estragos del cansancio. _Gracias Edward… gracias por darnos esto

_Gracias por estar aquí cariño, te amo_ susurró suavemente.

Mis parpados cayeron lentamente mientras sentía las caricias de sus dedos a través de mi cabello, _Yo también…_ alcancé a susurrar antes de caer dormida.

Simplemente, el primer día del resto de mi vida, y había sido maravilloso. 

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Ok... uff... capitulo dedicado a nuestras españolas queridas! Espero que les haya gustado y haber podido reflejar la belleza de Madrid... 

Déjenos sus apreciaciones y se los agradeceremos... besotes y nos vemos pronto!!!  


José Luis Perales: Un Velero llamado Libertad... dios, cómo amo este tema!!