Capitulo 21: J t´aime, Una vida de Oportunidades

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 J t´aime

_¿Mami?... ¿puedo obtener un jugo de naranja?_

La vocesita de nuestra pequeña me hizo separar los labios de la exquisita boca de mi novia. Mis ojos se abrieron para ver el suave sonrojo que se extendía desde la base de su cuello hasta sus mejillas. Ella iba a tardar en acostumbrarse que Alizzé nos viera besándonos.

_Mi amor, ¿ya terminaste tu jugo de fresas? No querras tener un accidente en tu ropa por tomar tanto jugo ¿no Ali?_

La pequeña miró por encima del respaldo del asitno de adelante y frunció el seño como pensando duramente, mordió su labio siguiendo el hábito de su madre y asintió,

_No, mejor no mami… más tarde_ asintió estirando sus regordetes labios en una luminosa sonrisa. Su cabecita desapareció por detrás del respaldo volviendo a su lugar y Bella negó con la cabeza con una sonrisa,

_Está aburrida cariño… por lo menos no será un vieje largo, llegaremos en dos horas_ murmuré a Bella antes de tazar sus mejillas con ambas manos y volver a besarla. Dios… me había hecho adicto a sus labios.

Habíamos salido del aeropuerto de Madrid hacía nuestro próximo destino. Los días que pasamos en esa hermosa ciudad no los olvidaría nunca, fueron increíbles junto a mi familia. Sí… mierda, nunca me cansaría de decirlo…

Mi familia.

Bella y Alizzé…

Las dos mujeres más importantes de mi vida. ¿Cómo pude ser tan afortunado? Las amaba con todo lo que tenía y había asumido que daría cualquier cosa por ellas. Eran mi todo y las amaba más que a ninguna otra cosa… y no podía esperar para dar mi próximo paso.

Mierda… recíen había dado el primero, Bella era oficialmente mi novia… pero a penas me dijo sí, en las calles de Madrid, no podía sacarne de la cabeza, la idea de que ambas llevaran lo más pronto posible mi apellido. Ese era mi próximo paso…

Bella era tan feliz. Se estaba permitiendo ser feliz por una vez en su vida, estaba abriéndose a las nuevas experiencias sin miedo a salir dañada y no podía estar más agradecido de que lo hiciera conmigo. Ella era una mujer increíble… insegura, obviamente sí, por todo lo que había pasado con los hombres, pero sumamente increíble. Ella era una mujer de armas tomar, ella era más fuerte de lo que pensaba, ella era protectora con quienes amaba y era avasalladora cuando quería algo. Ella era mi mejor amiga, desde siempre… y la mujer de la que me fui enamorando a medida que íbamos creciendo juntos.

Dios, la amaba tanto…

Alizzé era una mini Bella con una muy grande influencia en ella de mi hermana. Sí, su tía había dejado su rastro en la pequeña luego de tantos años de estar junto a ella como si hubiese sido siempre una sobrina verdadera. La niña de cinco años conquistaba a primera vista… era imposible no caer ante ella con la primera mirada. Era como su madre de preciosa pero el carácter era su rasgo mas sobresaliente, ella era segura, al contrario de Bella, Ali era dulce, cariñosa y muy inteligente. Ella había sido una complice excelente al momento de pedirle a Bella ser mi novia, Ali  no podía esperar que su mami me aceptara. Yo era su príncipe y batallaría con cualquier batalla desde el infierno mismo para seguir siéndolo. No podía defraudarlas una vez más… no podía desilucionarla como lo hizo Jacob.

Ambas se merecían la felicidad y en cantidades… y yo estaba dispuesto a dársela.

Solo esperaba que ninguna mierda más se interpusiera en mi camino…

_Dios… cuanto te amo…_ dije rompiendo nuestro beso y apoyando mi frente contra la de ella. Nuestras respiraciones jadeantes se entremezclaron en los pocos centímetros que nos separaban. Su sonrisa se hizo ancha cuando volvimos a ver por el rabillo del ojo la cabecita de Alizzé que se asomaba una vez más por detrás del asiento delante de nosotros.

_¿Y cómo se dice “Gracias”?_ preguntó aferrando su muñeca a su pecho, la pobre parecía que pronto iba a quedar sin cabello… de tanto que la peinaba. Hice una nota mental, comprarle una nueva muñeca cuando llegaramos.

Reí cuando Bella rodó los ojos con una sonrisa en sus labios,

_Gracias se dice… Merci_ dije suavemente para que ella registrara la palabra en su memoria.

_Merci…_ repitió asintiendo solemnemente. _¿Y “Te quiero mucho”?

_ Je t´aime_ dije desviando mi mirada a Bella.

_Je…  t´aime_ repitió Ali para luego desaparecer detrás del asiento.

Bella se mordió el labio cuando fijó sus ojos en los míos y sonrió suavemente, ella estaba cruzada de piernas y bamboleaba su pie que colgaba con nerviosismo.

_Je t´aime_ repetí tazando su rostro con una mano mientras que la otra rodeaba su espalda para que ella descansara su cabeza en mi hombro. El lugar donde se supone que siempre debía estar.

_¿Cómo se dice “Yo también”?_ preguntó apoyando la palma de su mano en la mía que sostenía su rostro.

_J´ai aussi_ dije sonriendo sin dejar de mirar esos profundos ojos chocolate.

_J´ai aussi_ repitió ella antes de impulsar hacia arriba para chocar sus labios con los míos.

Oh cielos, sí…

No lo había dicho abiertamente todavía, las palabras que quería oír. Las había dicho entre lágrimas y con duda y aún sintiendo el dolor de la roptura con Jacob, tal vez diciéndolas como amiga… las había dicho dormida, en sueños, las había dicho en otro idioma, pero jamás las dijo directamente mirándome a los ojos con palabras fuertes y claras. Y quería lograr eso, quería que esas palabras se volcaran de sus labios con adoración, certeza y plena seguridad de sus sentimientos… dios, cuánto las esperaba.

Por ahora solo me conformaba con sus miradas, miradas que me decían que ella sentía más por mí de lo que ella pensaba o quería creer.

Mi amor… no temas, te amo… por favor, amame sin miedos…

Ella gimió rompiendo mi línea de pensamiento y me di cuenta de la intensidad de nuestro beso, el mundo y los demás pasajeros del avión habían desaparecido cuando nos perdímos en él. Ella sostenía fuerte mis cabellos de la nuca entre sus dedos, jalándome hacia ella y pidiendo más y yo sostenía fuerte sus mejillas con ambas manos.

_Iuug… príncipe, mita_ nos separamos jadeando y rompí a reir mientras Bella ocultaba su rostro sonrojado detrás de sus manos, Alizze nos miraba con su nariz arrugada pero con una sonrisa bailando en sus comisuras.

_Mierda_ susurró por lo bajo mi Bella.

_Y… ¿cómo se dice “¿Quiero ir al baño?”_

_Je veux aller à la salle de bain_ murmuré con una sonrisa, pero rompi a reir cuando Ali abrió grande los ojos y luego cruzó sus  bracitos en el pecho en frustración,

_Principe! Eso es muy largo y difícil…_

Alcé los hombros en señal de disculpa y Bella se quejó a mi lado alzando la cabeza,

_Ali, bebé… solo vamos a baño si amor?_ ella se levantó de su asiento extendiendo su mano a su hija y vi con una sonrisa en los labios, cómo Ali la tomaba con una sonrisa para saltar de su asiento y seguir a Bella al baño…

Sí… mis dos mujercitas.

~Ѽ~

Paris…

La ciudad que había sido mi casa por más de siete años. La famosa ciudad del amor… increiblemente mentira. Al menos mientras yo estuve viviendo en ella, el amor era lo que menos estaba a mi lado. Mi amor estaba cruzando el océano Atlantico a miles de kilómetros de distancia y la sufría día a día queriendo tapar el sol con un dedo. Dándomelas de conquistador para apaciguar aunque sea un poco el dolor de no tenerla… pero fallando por mucho.

Sabía que algún día tenía que volver a Paris, no solo para buscar algunas cosas que tenía aún en mi departamento, sino también para venderlo y arreglar mi contrato laboral, renunciar mejor dicho. Mi vida en Francia había terminado.

Mi puesto de trabajo como Profesor de Arte y Literatura en la Universidad de Paris, había quedado abierto y disponible para mí, para cuando quisiera volver. Los franceses habían sido muy considerados conmigo en ese sentido, pero ahora que había vuelto iba a tener que presentar mi renuncia definitiva al puesto. No había nada más que quisiera de Paris más que mostrasela a mis dos chicas.

Ni siquiera Irina, que fue un susto y una pesadilla, me reclamaban aquí. Habíamos roto la relación que nunca existió, el mismo día que decidió volver para hacerse cargo ella misma de su salud y pelear sus propias batallas. Ahora ella y Paris eran parte de mi pasado, porque solo había un solo lugar donde quería estar, a lado de mi Bella.

Así que no solo era un viaje de paseo y turismo para mi, era también una oportunidad de cerrar un ciclo de mi vida y comenzar de nuevo donde estaba mi corazón, donde siempre estuvo.

Bajamos del avión y el clíma cálido de Paris nos pegó en la cara, era la mejor época del año y no desperdiciaría esta visita. Tenía una cómplice… por lo que con su ayuda nos quedaríamos en Paris tres días y luego me llevaría a Bella a la Riviera Francesa por otros dos días, conocería La costa azul junto a ella. Dios… no podía esperar para caminar tomados de la mano por los muelles de la costa y pasearnos descalsos sobre la arena caliente del mediterraneo. Comer langosta a la luz de la luna y si la suerte me acompañaba… hacerle el amor toda la noche bajo la luz de las estrellas.

Con solo ese pensamiento sentí una contracción en mi entrepeirna por lo que me obligué a volver a la realidad.

_¿Iremos a tu departamento?_ preguntó Bella mientras cargábamos las maletas en el baul del taxi, Ali nos miraba con una sonrisa desde el asiento trasero.

_No_ dije tajantemente. _Tenemos una habitación reservada en un hotel cerca de el Champs Elise_

Bella me miró con el seño fruncido pero decidió no decir nada y subir al taxi junto a su hija mientras el taxista cerraba el baúl y yo me ubicaba del otro lado de Alizzé.

Cuando llegamos al Bradford Elysées nos recibió el botone que se hizo cargo de nuestras maletas. Era hora de la cena por lo que dejaríamos las cosas en la habitación y mis niñas se refrescarían para luego sacarlas a cenar. Tenía pensado dónde llevarlas, ellas parecían de buen humor, pero igualmente sabía que un viaje en avión, aunque fuera de pocas horas, cansaba a cualquiera y más a una niña de cinco años. Por lo que no nos alejaríamos mucho del hotel.

_Quiero ver la torre Ifel!_ gritó Alizzé con entuciasmo mientras íbamos entrando a la habitación. _¿Está muy lejos la torre Ifel?_ poreguntó corriendo hacia las ventanas francesas. Pegó su nariz contra el vidrio, pero yo sabía que no iba a poder ver nada más que los jardines elíseos iluminados y con suerte El Arco del Triunfo.

_No cariño, desde aquí no se puede ver la Torre Eiffel, pero iremos a dar un paseo más tarde… es hermoso de noche y quiero que lo vean todo, tanto de día como de noche_ murmuré caminando hasta ella para alzarla entre mis brazos, Bella se diriguió al baño a refrescarse así que tenía mi momento con mi pequeña _ ¿tienes hambre Ali? Vamos a cenar ahora y luego nos iremos, tienen mucho por conocer ¿sabes?_

Ella abrió sus ojos brillando de entuciasmo y asintió envolviendo mi cuello con ambos bracitos,

 _Si pa… príncipe, mi pancita hace ruidos, quiero llevar mi muñeca al paseo ¿podemos?_

_Claro cariño, llévala así sale en las fotos también, pero búscate un abrigo así no te enfrías ¿si?_ ella sonrió grande y plantó un fuerte beso en mi mejilla, la dejé en el suelo y tomé su maleta para acompañarla a su cuarto, que estaba en la siute que compartíamos con Bella, separada de nuestra habitación por una puerta de doble hoja.

Ella se quedó sobre su cama buscando un abrigo en su maleta y me fui hasta mi habitación  a ver si Bella estaba a la vista, ella estaba aún en el baño con la puerta abierta, se peinaba con una coleta alta frente al espejo del tocador.

Caminé detrás de ella y envolví mis brazos en su cintura, nuestra imagen juntos se reflejó en el espejo. Pero veía algo en sus ojos que no me gustó, duda, tal vez molestia.

_¿Qué sucede Bella?_ pregunté dejando un beso suave en el hueco de su cuello. Ella alzó los hombros y negó con la cabeza,

_Nada_ dijo terminando de peinarse, dejó su cepillo de cabello sobre el tocador y quiso alejarse de mí, pero mis brazos a su alrededor la sostenían bien firme.

_Amor, por favor, lidiemos con eso que te moleste… dime, ¿qué es?_

Ella suspiró sin mirarme a los ojos, su mirada fija sobre las toallas correctamente dobladas sobre el tocador del baño.

_¿Por que no quieres que nos quedemos en tu departamento?_ dijo casi por lo bajo, su seño fruncido me dijo que eso era lo que realente la había molestado y tal vez también me dijo que estaba pensando de la peor manera posible.

¿Cómo mierda quería ir y dormir allí? El lugar donde mi libertinaje con las mujeres me daba asco y vergüenza. No podía dejar que ambas, mis mujeres, mis princesas, ocuparan un lugar del que no estaba orgulloso. ¿A caso ella quería dormir en la misma cama en al que tuve sexo con Irina de una manera que no me enorgullecía? ¿A caso esperaba que llevara a nuestra Alizzé a recostarse en el sofá en que…?

Mierda…

No, ni siquera podía pensar en eso. Un estremecimiento cruzaba mi cuerpo como cuando te encuentras en la mitad del camino un animal muerto y debes sacarlo con tus propias manos para seguir avanzando. Asco… asco de mí.

Cerré los ojos sin poder ser capaz de armar una respuesta que conformara a mi Bella y que al mismo tiempo no me partiera de la vergüenza frente a la mujer que amaba con todas las fibras de mi ser.

_ Bebé, el departamento forma parte de un pasado sin ti, un pasado del que no me siento muy orgulloso y al que no pienso regresar… tan solo para tomar algunas cosas que dejé allí _ ella me miraba expectante a través del espejo _este es el presente que quiero _dije abrazando fuerte su cintura, mis manos acariciaron su vientre y hundí mi nariz en su cabello embriagador _no llevaré a mis chicas a un lugar donde… he llevado tantas mujeres que no significaron nada para mi, quiero comenzar de nuevo Bella, lo venderé y epezaré en otra parte cerca de ti donde yo tendré las dos cosas que mas quiero en mi vida._

Alcé mi cabeza para verla emitir una sonrisa comprensiva, mis ojos avergonzados se fundieron en su mirada y me sentí en casa, seguro, confortable… no necesitaba nada más.

_¿Puedo… hum… ayudarte a empacar?_ dijo alzando ligeramente los hombros.

_Claro cariño_ dije con un suspiro de alivio _pero esperaremos para el ultimo día. Yo… realmente quiero que disfrutemos lo mejor posible aquí y ahora nos preocupemos por nuestra Ali y nosotros, no quiero nada más_

_Es lo que quiero también_

Sonreí abrazandola una vez más y preguntándome cómo fui tan afortunado en tenerla. Dios… la amaba, la amaba tanto que no podía expresarme tan solo con una palabra, “Te amo” no era suficiente”.

Besé sus labios ansiosos y abracé fuerte su cintura, no encontraba otra respuesta que demostrarle con mi cuerpo lo que realmente sentía… y me encagaría que sucediera pronto, mu pronto.

Ali corrió a nosotros luego de unos minutos y salimos de la mano los tres hacia el restaurant del hotel. Bella y yo comimos mariscos y mi princesa eligió una hamburguesa grande con queso que no alcanzó a terminar, pero de la que me encargué yo mientras ellas comían helado de postre.

Ali no podía dejar de mostrar su entuciasmo cuando salimos a las calles de Paris, el hotel estaban cerca de los campos elíseos, pero para admirarlo desde su inicio tomamos un taxi que nos llevaría hasta el Arco del triunfo, hubiese ido a buscar mi Volvo C30 blanco, pero mis mujeres estaban cansadas, solo sería un paseo de todos modos. Temprano en la mañana iría a buscar lo único valioso que tenía n Francia y me lo llevaría conmigo a Estados Unidos.

Ali se encargó sacar muchas fotos en nuestro recorrido en taxi, el amable chofer paró en puntos exclusivos para tener una mejor visión y pudimos admirar en todo su esplendor los jardines de los campos elíseos. Cuando decidimos bajar a caminar, Ali gastó todas sus energías corriendo y escondiéndose entre las flores y arbustos. Bella y yo solo caminamos detrás de ella tomados de la mano como novios que eramos. Era tan increíble llevarla de la mano, acariciar su cabello cuando de vez en cuando nos parábamos a ver el paisaje nocturno y a Ali correr, besar su templo y susurrarle palabras de amor a su oído… palabras que aún ella no quería creer. Era tan subliminal  besar sus labios en esta ciudad que fue mí ciudad durante casi siete años, tenerla aquí… conmigo. Finalizando una vida solo para comenzar otra junto a ella.

La amaba tanto…

Mierda… no tenía palabras.

Cuando llegamos Arco del triunfo sacamos fotos de todos los ángulos posibles, de noche era iluminado por esas luces que lo revestían de una tonalidad dorada que reflejaba en los ojos de mi Bella y la hacían más hermosa, si eso era posible. Mi dios de ojos dorados… nunca olvidaría esa imagen.

Foto tras foto de ella y yo posando delante del Arco, de Ali en mis hombros, Bella y Ali jugando entre las flores al “Atrapapme si puedes”, Bella mirando soñadoramente las luces de la ciudad, yo y Bella besándonos y agenos a nuestra pequeña que nos fotografiaba entre risas, Ali con sus manitos elevadas y juntas tratando de imitar la curvatura del Arco, Bella riendo mientras yo le hacía cosquillas, Ali con su pulgar en la boca a punto de caer dormida en mis brazos…

Mi familia… no eran otra cosa que eso, mi hermosa y amada familia. Todo para mi.

Esa noche, luego de acostar a Ali en su cama, totalmente rendida, fui hasta mi novia y me dejé cobijar entre sus brazos. No era nada sexual… no aún. Solo era saber que estaba allí sin ningún otro interés que amarla, solo hacerle saber que a su lado era el único lugar donde me importaba estar.

Ella acarició mi cabello con sus manos tan suavemente que hasta me sentí ronronear, envolví mis brazos en su cintura y dejé descansar mi cabeza en su pecho, sobre su corazón…  acariciando en círculos su ombligo y rodando mis ojos en mi cabeza  fascinado por su olor.

_Te amo_ susurré cerrando los ojos del cansancio _ más de lo que puedes… imaginar Bella, más que a mi vida misma_

Y me dormí con el sonido de su corazón en mi oído, acelerando y tronando casi como si fueran las astas de un helicóptero.

~g~

_Mita! Mita! Mira esto!_ gritó Ali tirando de la mano de Bella, la mano que yo no tenía ocupada con la mía.

_Bebé…_ advirtió Bella _ tranquila cariño, espera que estén los helados _

Ali se quedó parada a un lado de nosotros con sus ojitos llenos de emoción y sus manitos juntas frente a su pecho, esperando impacientemente que el hombre que nos estaba preparando los conos de helado terminara de hacer el mío.

Habíamos salido temprano del Hotel para ir a recorrer Paris. Precisamente habíamos ido directamente a la Torre Eiffel, como le había prometido a mi niña la noche anterior.

Ella quedó maravillada con lo alto que parecía. Su cabecita tuvo que mirar directamente al cielo para ver la torre desde abajo,

_Wauu_ dijo simplemente quedándose sin palabras, cuando en mis brazos no podía dejar de mirar la enorme estructura. _¿Cuánto mide?_

_ 324 metros_ respondió Bella mirando la información turística en sus manos. Ella por su parte parecía feliz, lo que había sido mi propósito desde un primer momento. Ella miraba a su hija embelezada por la menra en cómo Ali disfrutaba de todo lo que entraba por sus ojos.

_¿Quién vive dentro?_ preguntó nuevamente mi niña en mis brazos, Bella rió… yo reí…

_Nadie, todos las que lo desean pueden entrar a recorrerla… ¿quieres ir?_

_Yo… me quedo_ dijo rápidamente Bella mirando brevemente y con un poco de pánico, la altura de la torre _324 metros son mucho para mi_

_Hum… ¿Podemos venir cuando yo sea más grande príncipe?_ preguntó Ali imitando mi altura con sus manos.

_Por supuesto cariño, las traeré cuando tú tengas unos diez años mas si lo deseas_

Ella rió y asintió con entuciasmo, Bella en cambio me devolvió una mirada intrigada y consternada para luego desviar su atención en la cámara de fotos que tenía en sus manos.

Sí bebé… en diez años más, aún seré tuyo si me lo permites.

Recorrimos los alrededores de la Torre para luego ir a almorzar cerca de allí, Bella probó el salmón mientras Ali y yo comimos chuleta de cordero con papas fritas. Recorrimos las calles parisinas para luego meternos en el Creteil Solei, un enorme y vanguardista centro comercial.

Ali dijo que parecía una ciudad pequeña dentro de otra ciudad, pero no era más que un montón de boutiques, centros de entretenimientos para niños y jóvenes, casas de fotografía y electrónica, juegos infantiles, restaurants, patios de comidas y hasta un solárium con piscina climatizada.

_¿Listo ya esta?_ preguntó mi pequeña luego de que le entregué su healdo de Fresa y chocolate, Bella rió y negó con la cabeza.

_¿Cariño? ¿Qué sabores quieres en tu helado?_ pregunté tomando su cintura con ambas manos. Ella pareció pensar mirando los sabores que había detrás del vidrio y señaló uno. Besé sus labios sonriendo para voltear y pedir su healdo de duraznos y menta.

Caminamos detrás de ali que parecía entretenida con su helado, ella nos estaba llevando hacia donde quería mostrarnos algo.

_Hay un caballo encima y de sus patitas salen muchos chorros de agua y…_ pasó la lengua por la crema de fresa rápidamente _hay muchas luces y el agua es muy limpia… debajo hay pequeños peces de colores nadando. Yo quiero uno!_ gritó mientras salía corriendo hacia una enorme fuente de agua cercana, ella señaló con su índice el agua que se acumulaba sobre la fuente y se sentó en el vorde para mirar entretenidamente.

_Son tan hermosos… Mita! ¿puedo tener una pecera en casa?_

Cuando nos acercamos Bella y yo, vimos a lo que se refería. Una enorme fuente con un caballo en la cima y en su base un gran acuario con peces de colores. Era hermoso y mis mujeres estaban impresionadas admirando los peces de colores vivos.

Hice una nota mental de comprar un acuario pequeño para el departamento de Bella.

Nos sacamos fotos allí y continuamos nuestro recorrido por los siete pisos que tenía ese enorme centro comercial. Acompañamos a Ali a jugar en los juegos infantiles con inflables y peloteros y Bella y yo nos quedamos cerca de ella mirándola disfrutar.

En un momento Bella se separó de mí para ver un escaparate cercano, yo no podía dejar de mirarla. Ella era tan hermosa.

Caminaba despreocupadamente pero atenta, sabía que era por su mala fortuna con su equilibrio. Llevaba una bolsa con un vestido que vimos en una boutique para niños y que en cuanto Ali dijo que le gustaba, se lo compré.

Llevaba puesto un jean azul profundo y unas sandalias livianas y sin tacón, tan ella… una camiseta azul de cuello en V y un abrigo liviano de algodón, tan sencilla pero aún así tan hermosa. Miró unos zapatos de tacón que yo sabía que jamás sería capaz de usar, ella no era ese estilo de mujer… sin embargo seguramente les gustaba. Se llevó una mano al cabello castaño llevándolo hacia atrás y resopló cuando vió el precio del par de zapatos, continuó caminando mordiéndose el labio hasta que chocó con alguien que salía de la boutique.

Oh mierda…

Me separé de la pared en la que estaba apoyado admirándola y quedé petrificado en mi lugar, mis ojos bien abiertos y mi respiración atorada en la garganta…

Oh mierda… santa mierda!

La mujer que chocó contra ella abrió sus ojos bien grandes y parpadeó rápidamente una, dos, tres veces… para luego buscarme con la mirada. Hasta que me vió.

Tragué en grueso…

Ella tragó en grueso…

Bella dio un grito ahogado aún paralizada frente a ella, el color se escurrió de su rostro y yo sentí que mi sangre se escurría de mis venas. Podía ver en el rostro de Bella segundo por segundo, cómo la sorpresa se convirtió en asimilación y luego en… rabia.

Oh mierda…

_¡¿Alice?!_ gritó hacienda saltar a mi hermana, que la miraba atónita. 

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UUhhhh a quién se esperaban? ja ja ja ja....  Bueno, a ver sus especulaciones, ¿qué está haciendo ahí Alice? 

Nos vemos pronto!!! Besotes a mi Ada hermosa, gracias por compartir esto conmigo, i love you baby!!