Donde esta el amor. Capitulo 5: Sobreviviendo

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Sobreviviendo

Abrí mi tarjeta de memoria de la cámara en mi laptop y comencé a pasar las fotografías que había tomado ese día, cientos de ellas. La cámara de fotos era una extensión de mí misma e hiciera lo que hiciera tenía mi Canon aferrada a la riñonera en mi cadera. Todo momento era digno de una fotografía y me gustaba solo inmortalizar ese momento con mi cámara, por supuesto lo hacía cuando no estaba ayudando a los demás.

Hice zoom en una de las fotografías y sonreí al ver ese par de ojos marrones mirando la cámara con intriga mientras sostenía con su mano derecha un trozo de pan, pasé a la siguiente foto y vi el mismo par de ojos pero en otra persona… esta vez juntando flores silvestres que crecían entre la tierra y las rocas de alrededor de la base.

Había dos niños mellizos en el refugio. Tenían diez años y estaban solos… sus padres habían muerto en un ataque provocado por los rebeldes. Abbas y Azhar eran sus nombres, la niña era tímida y no intercambiaba palabras con nadie allí, el varón era más extrovertido y lo había pillado varias veces observándome usar mi cámara de fotos. Sin duda le atraía mi profesión, por lo que estaba pensando en hacer algo para llamar su atención y mostrarle lo que hacía. Nuestros idiomas podían ser distintos, pero con el lenguaje de la fotografía nos entenderíamos.

La primera vez que los vi a ambos, fue al tercer día de haber llegado al refugio. Un nuevo helicóptero llegó al hangar y esta vez trajo cinco adultos y dos niños los cuales fueron ellos. Alice y yo los recibimos y fuimos las encargadas de acomodarlos en sus habitaciones con el resto de los niños que la ANUR cobijaba. Todos estaban en una parte única del refugio, cerca de nuestras habitaciones y a cargo de cuidadoras y psicólogas. Muchos de ellos como a Abbas y Azhar habían quedado huérfanos por la pérdida de sus padres y otros tenían algún padre vivo pero desaparecido, quedaban bajo nuestro cuidado hasta que la ACNUR diera con ellos o pudiéramos reubicarlos en hogares sustitutos.

Llevaba cinco días ya en el refugio y cada uno de esos cinco días habían sido sumamente valiosos en mi vida. Pasaba los días colaborando junto a Alice y otros voluntarios para hacer más cómoda y menos traumática la estadía de los refugiados que llegaban a la base con los sueños rotos y la esperanza perdida. Los niños se convirtieron en mi prioridad, ellos y los ancianos que se habían convertido en un número estadístico más en el mundo, eran mi punto primordial, me sentía más cómoda con ellos y ellos conmigo. Alice me había dicho el primer día que descansara y me recompusiera de los que ese día había vivido, por lo que luego de darme un baño y comer algo de las cocinas, comencé a recorrer la base para conocer y familiarizarme con el lugar.

Esa primera noche fui a la cama con la idea clara de poner mi alma y lo que hubiera en mí, para ayudar a cuantos pudiera. Había vivido la guerra en primera persona y sabía que era horrible y sangrienta, no me podía imaginar lo que era para los habitantes de lugar si yo que solo fui por trabajo me sentía así. Ellos se veían devastados, no solo por la situación de haber perdido todo, sino por no tener esperanzas de volver a su tierra, ni mucho menos a su hogar.

Suspiré y continué recorriendo las fotografías que llenaban mi tarjeta de memoria, seleccionando las que más me gustaban para moverlas a una carpeta aparte llamada “el refugio”.  Los niños, Abbas y Azhar, Alice sirviendo sopa de frijoles en un plato mientras sonreía a la cámara, Jonathan leyendo un libro en la sala común del voluntariado en su tiempo de descanso, Ángela, una de las psicólogas, haciendo un brindis hacia la cámara con una taza de café… y luego la última foto, pero la primera de esta aventura…

Edward.

Mi salvador.

No había borrado la foto de mi tarjeta de memoria, igualmente ya la había pasado a la laptop en una carpeta que se llamaba “Esperanza”… con todas las imágenes que para mi representaban eso, ni más ni menos que… esperanza.

Y él la representaba… podía sentir en lo más profundo de mi alma que algún día iba a poder verlo de nuevo, al menos unos minutos para agradecerle lo que hizo, por estar allí mientras podría haber optado por algo mejor que luchar en una guerra que no le pertenecía.

Edward…

¿Qué estaría haciendo? ¿Estaría bien? ¿Estaría… vivo?

Oh cielos…

_Que buena foto… ¿Quiénes son?_

La voz de Alice me sobresaltó y giré a mirarla, estaba detrás de mí secándose su cabello corto mojado con una toalla, vestida con su pijama y mirando con interés mi laptop.

Habíamos decidido que me ubicaría en su habitación, nos habíamos hecho muy amigas y habíamos descubierto que éramos muy parecidas. Ella era abogada de profesión, pero un día al defender los derechos humanos de un par de inmigrantes afganos, que ante la ley norteamericana no tenían el derecho de quedarse en el país, se dio cuenta de que podía ser más útil en un lugar como este. Colaborando en los refugios y cuidar de las personas para que no tengan la necesidad de emigrar a otros países y ser marginados. Ambas habíamos descubierto que podíamos ayudar a pesar de que nuestras vidas giraran en sentido diferente.

_No lo sé_ contesté a su pregunta _son soldados de la ONU que estaban en Tripoli cuando fui rescatada, él…_ señalé a Edward _... me sacó del edificio en pleno bombardeo, es Edward… Edward Masen_

Dios… decir su nombre en voz alta a otra persona me hacía creer que el existía, que él era real.

La foto no era tan nítida como yo quería que lo fuera, había poca luz y el flash no fue suficiente para capturar el realismo de la escena, pero si suficiente para atrapar la mirada del hombre que había tenido mi vida en sus brazos. Era triste… era resignada y al mismo tiempo dura, una infinidad de sentimientos parecían luchar en ese par de ojos verdes que habían colmado mis sueños tan rápidamente.

_¿Quiénes son los que están detrás?... ¿él?_ señaló uno de los compañeros de Edward que estaba a su lado derecho_

_No lo sé… un soldado de su mismo escuadrón, creo que dijo los apellidos pero no los recuerdo…_

Los tres hombres nos miraban desde fuera del helicóptero, Edward en el medio y un poco más adelantado que los otros, uno más alto y robusto a su lado izquierdo… de unos ojos azul brillantes y el otro a su lado izquierdo, un par de ojos grises… él parecía más duro y frio, pero aún así podía ver, a través de esa máscara dura, el deseo de no estar allí.

_Tiene bonitos ojos._ murmuró con una sonrisa triste.

Ambas sabíamos que quizá estábamos viendo en ese mismo memento las imágenes de hombres que tal vez estarían muertos sobre el campo de batalla. Era injusto y me quería hacer vomitar, no los quería muertos. No a ellos, no a él…

_¿Qué sucederá con ellos cuando todo esto termine?... si es que logran sobrevivir_ pregunté tragando saliva.

_Seguir sobreviviendo _ Alice suspiró _al igual que todos los que estamos aquí. Sobrevivir es lo único que queda. Todos tenemos una tarea dura para sobrellevar de aquí al resto de nuestras vidas, hemos visto, escuchado y vivido bastante como para saber que lo que nos toque de ahora en más será un regalo de dios. Ellos con sus fantasmas y las secuelas físicas y mentales que tengan que llevarse a casa y nosotros con la experiencia suficiente como para apreciar cada minuto que se nos regale, vivirlo, disfrutarlo… saber que por cada trozo de pan que compremos en un restaurant lujoso será una hora más de hambre para un niño victima de la guerra. Sobrevivir Bella…_ dijo con firmeza y con la garganta apretada _teniendo la certeza de que hicimos la diferencia_

Sobrevivir…

_¿Qué pasa con vivir?_ susurré continuando con las imágenes, volviendo al punto de partida… con Abbas y Azhar. _¿Ellos podrán vivir alguna vez? ¿o pasaran el resto de sus vidas sobreviviendo?_ una lágrima escapó por mi mejilla.

_Esperemos que puedan vivir, que crezcan y que se enamoren, que viajen y mucho… que estudien y sean lo que deseen ser, que den su primer beso y se equivoquen tantas veces como puedan, que formen una familia, que vivan… sería una lástima que se limiten solo a sobrevivir_

Me quedé en silencio pensando en lo fácil que era para el resto del mundo, que no sabía siquiera que un pequeño país del Golfo está sufriendo por los errores ajenos. Cada uno viviendo su propia vida, disfrutando o sufriendo sus propios momentos, mientras muchos aquí solo esperando que algo bueno sucediera… Un día volvería a casa y continuaría sobreviviendo, como decía Alice. Edward ¿volvería a casa? ¿los refugiados volverían a casa? Las posibles respuestas a eso me hacían terriblemente triste. Solo podía tener esperanza de que todos encontraran su hogar tarde o temprano, en la tierra o en otro lado.

_Solo me gustaría saber cómo esta…_ susurré volviendo atrás hasta encontrar la imagen de Edward una vez más. Dios!... solo quería saber, solo saber.

_Bella._ volteé a ver a Alice que ahora me miraba desde su cama ya acostada y tapada con las cobijas, un codo apoyado en el colchón y su mejilla contra su hombro. _Ubícalo…_ dijo simplemente con un leve levantamiento de hombros, como si esa respuesta fuera la más obvia, la más fácil.

_¿Cómo?_ dije negando con la cabeza y frunciendo mi ceño. Era un soldado por el amor de cristo, estaban tras un objetivo moviéndose de un lado al otro, era solo un número de placa y un rostro… ¿cómo iba a poder ubicarlo?

_Tienes su nombre y su apellido, eso es suficiente para nosotros_

_¿Nosotros?_ dije perpleja. ¿A caso la ACNUR tenía acceso a ese tipo de información?.

_Bueno, no precisamente nosotros… pero si nuestra base de datos ligada a la de la ONU, tenemos un listado de cada soldado que está prestando servicio en nuestra base. Tenemos el nombre al escuadron al que pertenece y de donde provienen, a su vez podemos acceder a la información del resto de ellos simplemente porque cualquier soldado que sea de la ONU puede venir aquí a prestar sus servicios si así se lo ordenan y los que están aquí actualmente pueden ir al campo de batalla, esta base de datos se va actualizando todos los días y asi podemos saber la ubicación de cada uno de ellos._

_¿No es peligroso? Es decir… está en la base de datos, no puede servir de información para los enemigos si esta base de datos se filtra?_

_No. Es información clasificada y cifrada. Por mi parte nunca tuve la necesidad de revisar esa base de datos, tengo otras preocupaciones más importantes y los soldados que llegan aquí solo vienen ocasionalmente para dejar ayuda humanitaria y para traer más desplazados. Nunca tuve la necesidad de revisar la información de alguno de ellos aunque si lo hubiese necesitado la revisaría sin dudarlo…_

_Pero dices que puedes hacerlo por Edward_ dije más como una confirmación que una pregunta. Ella asintió.

Me mordí el labio por unos segundos mirando mis manos, Alice me estaba dando la posibilidad de buscarlo. Buscar a Edward. No sabía si ganaría algo en hacerlo o no, pero continué diciéndome a mí misma que solo era para saber que estaba bien. Solo para saber… diablos, quería saber tan mal.

_Quiero saber su ubicación Alice, quiero saber si está bien, no es para nada más. Quiero saber si sigue… vivo_ dije derrumbándome en la silla, no me había dado cuenta hasta que dije esas palabras, lo tenso que mi cuerpo estaba. Alice asintió con una sonrisa formándose en los labios.

_¿Puedo preguntarte algo Bella?_ Alice parecía intrigada, en su mirada reflejaba tantas interrogantes. Asentí cautelosamente, temía lo que podía llegar a preguntarme… _¿solo quieres saber si está bien?_

Tragué saliva y suspiré mirando nuevamente la foto…

Por supuesto que solo quería saber si él estaba bien, aunque si solo fuera por eso no podría explicar el abrumador sentimiento de ansiedad que sentía al imaginármelo muerto o herido. ¿Por qué? Era solo un soldado, solo eso… un soldado que me hizo sentir segura en sus brazos, que era dueño de la mirada verde más triste que había conocido, porque me hizo sentir única cuando solo era una víctima más, porque me sacó del mismísimo infierno…

Porque me había permitido sobrevivir…

_Hay algo en él Al… hay algo. Lo puedo sentir… es… intenso y abrumador, nunca quise saber tan mal de alguien en mi vida._ dije golpeando mi pecho suavemente con mi puño cerrado, acentuando la certeza que sentía.

_Entonces lo haremos, mañana mismo entro a la base de datos y lo buscamos… ¿qué harás cuando lo encuentres?_

Suspiré haciendo clik en la “X” cerrando la ventana de mi visualizador de imágenes, luego cerré mi laptop con una sonrisa bailando en mis labios.

_Le haré saber que aún estoy viva… que no fue en vano sacrificarse y que si logra salir de allí con vida, hay alguien que desea mucho, mucho… darle un abrazo_ sonreí mirando a Alice y por primera vez desde que había llegado al refugio… tuve esperanza.

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Lo sé, cortito, pero dentro de unos días tendrán el próximo, recuerden que los capis serán asi de cortos. nos vemos y muchas gracias por espera.