En el nombre del padre, Capitulo 13: La verdad hiere

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( En este capitulo se intercalan el pasado y el presente)

La verdad hiere

Mierda…

No, no, no… cielos.

Tragué saliva y sentí que mis piernas flaqueaban, mis manos temblaban y me obligué a dejar los vasos de limonada sobre la superficie plana más cercana. Podía sentir su respiración trabajada detrás de mí, podía sentir la tensión en el maldito aire y cerré los ojos apoyándome con mis manos sobre mi tocador, respirando profundamente, una, dos, tres veces…

_¿Qué…? Bella… ¿Qué carajo…_ la confusión en su voz.

Cielos…

Bien, decidí tomar aire por última vez y ser valiente, nada perdía o sí, perdía mucho si él llegaba a darme la espalda, era muy pronto para confiar en él, pero no tenía otra salida más que hacerlo ciegamente. No podía mentirle. Pero podía omitir…

_Ella… es mi madre, René_ dije tratando de mantener mi voz calma y suave, lentamente me di vuelta para enfrentarlo, él estaba viendo la foto que aún sostenía en su mano, con duda e incredulidad. Abrió la boca para decir algo pero luego negó con la cabeza, vi como su mano iba hasta su cabello para rastrillarlo con los dedos delgados haciendo el lio en su cabeza, aún más atractivo, aún más caótico.

_Yo… Bella, ¿por qué mi padre está en esta foto? ¿por qué… está abrazando a tu madre?_ entonces levantó los ojos y lo vi, vi el paso que estaba por dar frente al precipicio como si me reflejara a mí misma en el cristalino de su mirada.  Vi que solo esperaba mi confirmación…

Tragué grueso, _Porque ellos eran amantes_ susurré cerrando los ojos. Sentí el aire expulsado de sus pulmones como un fuerte jadeo.

El silencio que reinó en mi habitación era flagelante y dolía, de alguna manera sabía que mi confesión a este hombre iba a pasar a ser el hecho que cambiara mi estrategia para bien o para mal, de él dependía que aún me mantuviera jugando este juego o que me hiciera a un lado como una perdedora, antes de quemarme más de lo que ya lo había hecho.

_Por favor…_ dijo luego de un momento bajando la foto a su regazo. Vi su pecho subir y bajar por el esfuerzo de su respiración o por la abrumadora necesidad de mantenerse compuesto, _Dime… ¿qué mierda haces seduciendo al amante de tu madre?_

Y cerré los ojos, sus palabras de alguna manera fueron como una daga enterrándose en mi estómago,

_Ex amante_ aclaré aún tratando de parecer fuerte, _eso sucedió hace nueve años ya_

_Y una mierda!... nueve años, dos meses… es lo mismo…_ dijo levantándose de la cama _¿qué haces con él?_ murmuró con voz gruesa y baja. _¿Qué es esto Isabella?_

Oh cielos, no…

_Esto, yo…_ lamí mis labios mientras él no dejaba de mirarme, pidiendo una explicación coherente que justificara por qué estaba de novia con un ex amante de mi madre, _tu padre destruyó mi familia_ exhalé con las lágrimas formándose en mis ojos, dios!... yo no era débil, había pasado un cuarto de mi vida preparándome para no serlo, yo era fuerte. Yo era fuerte. Tenía que serlo, porque sabía que después de mis palabras, todo se vendría abajo.

Vi a Edward dejar caer la fotografía de sus manos y pasarlas por su rostro, como si quisiera borrar de él mi confesión. Se rastrilló el cabello con ambas y tomó una respiración profunda antes de abrir los ojos, pude ver lo que menos quería, la desconfianza en ellos.

Mierda. Tenía que arreglarlo, tenía que enderezar esto…

_Edward_ negué con la cabeza. Yo tenía quince años cuando mi madre se relacionó con tu padre_ cerré los ojos y las imágenes fueron evocadas a mi mente, imágenes dolorosas que habían estado guardadas en un cajón en lo profundo de mi inconsciencia, que solo salían a atormentarme por las noches, pero ahora tenía que ponerlas sobre la mesa.

“Mamá!_ cerré la puerta de casa llamando a mi madre, pero no me contestaba. Papá estaba seguramente aún en la jefatura de policía haciendo su trabajo. Dejé mi mochila en el suelo de la sala y subí corriendo las escaleras, pero me detuve en seco cuando oí la voz de mi madre en su habitación… sonreí, estaba en casa pero no me había escuchado llegar. Caminé hacia la puerta que estaba entreabierta,

_Lo sé mi amor, lo sé… pero te extraño_ dijo en voz muy baja en el auricular del teléfono _me prometiste que pasarías por mí esta tarde y te esperé_

¿Hablaba con papá?, pero… él estaba trabajando, a demás, vendría a casa… ¿por qué tendría que pasar a buscarla a un horario especifico?

_No… no quiero que me hagas más promesas, cumple primero las que ya me hiciste, te extraño, por favor… quiero verte_ me quedé parada a un lado de su puerta, pero ella estaba de espaldas a mí sentada en la orilla de su cama, por lo que no podía verme por la puerta entreabierta. _mi marido está de guardia hoy, como todos los días y mi hija, bueno… puedo enviarla a casa de sus amigas, pero ven, extraño tus besos_

No…

Negué con la cabeza…

No…

Y tapé mi boca con amabas manos para ocultar mi presencia, mi inminente sollozo me iba a delatar.

_Carlisle… te amo, ven a verme pronto, te esperaré_”

Abrí mis ojos acuosos para ver la mirada aturdida de Edward, una mirada que estaba llena de algo más, ¿dolor? ¿miedo? ¿odio?. Sin darme cuenta él se había colocado ya los bóxers y el jean que colgaba de sus caderas,

_Entonces ¿Qué es esto Isabella?... ¿una puta coincidencia o un intento de venganza? ¿Es la maldita ley del talión? ¿Ojo por ojo, diente por diente, Isabella? ¡Dime que mierda es!_

_No es nada que te tenga que importar!_ grité, _pero si te preocupa, sí… aunque me odies por hacerle esto a tu padre, quiero para él lo mismo que me hizo a mí, porque lo odio, odio lo que le hizo a mi familia_ mi voz era baja y gruesa y no dejaba de mirar sus ojos, a pesar de que los míos estaban acuosos _no les importó nada… no les importé yo, nadie_ susurré. Cerré los ojos y vi los ojos de mi madre, que estaban perdidos y lejanos cada vez que los veía _no sé en qué momento lo conoció, pero él la tuvo en sus manos  desde la primera vez._

“_Voy a llegar tarde!_ gritó mi madre tomando su bolso luego de saltar de la mesa en la que estábamos almorzando,

_¿Dónde vas?_ mi padre veía el diario, en la sección de deportes mientras le preguntaba.

_Tengo un te canasta con unas amigas… ¿recuerdas a las señoras Bennett y Newton? No creo que regrese para la tarde, sabes cómo son de chismosas, esos te siempre se prolongan_ dijo mientras se colocaba un par de tacones altos que esperaban a un lado de la puerta.

_Mamá… hoy es la reunión de padre en el instituto ¿iras?_ pregunté sabiendo la respuesta.

_Oh cariño_ gimió mi madre antes de caminar hacia mí _no creo que pueda, pero iré mañana a hablar con tus profesores, nos vemos!_ besó mi frente y saludó a mi padre sobre su hombro. Salió de la puerta y me mantuve alerta hasta que oí su auto salir a la calle e irse lejos.

_Ok, yo tengo que ir a casa de Leah a realizar tarea_ dije saltando de mi silla y tomando mi chaqueta, la llave de mi camioneta estaba dentro de mi bolsillo.

_Vuelve temprano bella, sabes que no me gusta que andes hasta tarde_ dijo papá mientras yo dejaba un beso sobre su frente.

Entonces salté a mi camioneta y salí a la calle, papá me había enseñado a conducir y me había dado un permiso suyo, como alguacil, para circular solo por las calles de Forks. Rogaba que no tuviera que ir más lejos.

Entonces pasó lo que me proponía, vi el auto de mamá estacionado en uno de los hoteles de poca monta en la ciudad, era una zona alejada de casa, casi saliendo hacia Port Ángeles, pero aún estábamos en Forks.

Me estacioné a un lado de la calzada detrás de unos árboles y bajé de mi camioneta, mierda… solo quería confirmar, solo quería saber que era cierto, solo eso…continué rogando, hasta que lo vi.

Un auto negro, estilizado y de vidrios tintados se estacionó a metros del auto de mamá. Y mi respiración quedó capturada en mi garganta cuando vi salir del auto al hombre que lo conducía, alto, rubio, de porte elegante y seguro de si mismo, él era hermoso, pero arrogante… llevaba traje gris humo y caminó con premura hacia una de las puertas de las habitaciones.

_Mi amor_ escuché a esa distancia la voz de mi madre mientras se colgaba de su cuello. Y estupefacta como estaba no pude ver más nada, porque desaparecieron en el interior del hotel.

Mi madre era infiel… “

_Él era tan diferente a papá, por supuesto que a mi madre le gustó. Ella se aburría fácilmente…_ dije con burla. Edward me miraba aún con el aturdimiento en sus facciones, sus manos firmes en mis hombros, tal vez impidiendo que me desarme allí.

_¿Qué quieres de él?_ preguntó entonces impasiblemente _¿su dinero…_

_No!_ cerré los ojos tratando de calmarme _no quiero su maldito dinero, no quiero joyas, no quiero cenas caras ni ropa._

_¿Entonces qué mierda quieres?_ gritó Edward casi agitándome de mis hombros.

_Quiero verlo destruido! Como destruyó a mi familia, que sufra por cada dolor que le dio a mi papá, que se desmorone como lo hice yo cuando perdí todo por su culpa, quiero que sienta lo que mi madre sintió cuando rompió su corazón y su cordura, lo quiero ver sufrir_ gruñí en voz baja con el odio destilando en mis palabras.

Entonces Edward me soltó, su rostro estaba lleno de dolor, dolor puro… cielos, ¿qué había hecho?.

_Me estas utilizando ¿verdad?_ susurró despacio _para romper su corazón, para destruirlo como quieres hacer, soy solo tu herramienta ¿no?_ abrí los ojos y mi respiración se capturó en mi garganta _¿no soy más que eso?, ¿qué estabas planeando? ¿Una gran escena y que el viniera y nos encontrara juntos cogiendo en tu cama?... soy tu maldita herramienta!_

_¿Qué?!... noo_ sollocé tomando su rostro entre mis manos, dios… podía ver el dolor en su rostro. _no, Edward… tú eres real. Tú eres lo único real en todo esto…_ lo obligué a acercar su rostro al mío a pesar de su resistencia, _no preví esto Edward, no sabía de ti hasta que te vi en ese estadio de beisbol, mis propósitos no te incluyen, créeme, nunca lo hicieron._ me alcé de puntillas y besé sus labios, pero sentí sus manos en mis hombros apartándome suavemente _

Él negó con la cabeza, su rostro pálido me estremeció, no me creía… no me estaba creyendo.

_Edward por favor…_ gemí dando un paso hacia él, el mismo paso que él retrocedió sacando sus manos de mí, por dios… sentí en frio vacio que hacia la ausencia de su toque._ Yo no sabía, no sabía que esto entre nosotros iba a suceder, no tenía idea y desde que entraste en mi vida, fui inevitable empujarte, porque… dios, me gustas demasiado, en serio, mucho y no quiero que pienses que estoy contigo para hacerle daño a tu padre, porque eso significaría hacerte daño a ti también y eso no, no puedo soportarlo pensarlo siquiera. Créeme…_ supliqué  empuñando mis manos a mi costado, porque cielos, tenía tantas ganas de tocarlo. Llegar a él, de alguna manera llegar a él…

Él cerró los ojos y negó con la cabeza y aún el dolor tatuado en sus facciones, no me creía… vi cómo tomó varias respiraciones profundas, las fosas nasales dilatadas, los músculos de su torso desnudo tensionados, por supuesto que estaba enojado, le había mentido, había omitido cosas y estaba confabulando contra su padre, mierda! por supuesto que estaba enojado. Tenía que contarle todo, todo… para que entendiera.

_Por mucho tiempo, tal vez unos seis meses, yo fui la única que sabía de la relación que mantenían ellos dos, perseguí varias veces a mi madre y hasta los vi besándose, entrando a cuartos de hotel y hasta en mi propia casa, cuando mi padre trabajaba y se suponía que yo estaba en el instituto. Los escuché haciéndolo sobre la mesa de mi propia cocina…_ sollocé tapándome la cara, por alguna razón, esos detalles escabrosos me daban vergüenza ajena. _mi madre no tenía ningún decoro, ni cuidado, soñaba despierta mientras cenábamos, podía verla. Tu padre, por supuesto, fue más cauto, supongo que por experiencia. Él estaba por negocios en Seattle, adquiriendo las acciones de una industria maderera de la región, se veían cuando él visitaba Forks para supuestamente visitar las inmediaciones de la industria… a demás de ocasiones especiales, fines de semana y días de fiestas que aprovechaban a verse. Ocasiones en las que se ausentaba poniendo como excusas, reuniones de amigas, tes, viajes a Port Ángeles para visitar asilos de ancianos junto a sus amigas… pura mierda!_ respiré profundo y descubrí mi cara para ver a Edward, que miraba a un punto inexistente en la pared, respirando agitadamente y con la mirada vacía, como si estuviera imaginándoselo todo. Continué…

_Mantuve mi boca callada, por mi padre… él la amaba, realmente lo hacía. Algo así lo mataría, de hecho… lo hizo_ la cabeza de Edward giró bruscamente a mi dirección. _Charlie comenzó a sospechar cuando Amanda, una amiga de mi madre, con la que supuestamente ella estaba, llamó a casa preguntando por ella.  Charlie se preocupó, temió que algo malo le hubiese sucedido en el camino… pero sus preocupaciones se acallaron cuando una hora después mamá llegó a casa muy feliz de haber disfrutado una tarde con su amiga Amanda en el centro de Port Ángeles de compras. Mentira!... ella venía a casa con su cara de recién follada y ni siquiera ella misma se daba cuenta, esa tarde las dudas de mi padre comenzaron._ me detuve para secarme las lágrimas de mis mejillas y sentarme en el pequeño futón en la esquina de mi habitación, Edward se sentó en la orilla de mi cama sin palabras para decir, con la mirada perdida hacia ese punto en la pared. _Mi padre enfermó!_ estallé tapando mi boca con amabas manos, de un segundo para el otro mis lagrimas se estaban derramando en mis mejillas y Edward me miraba alerta, con cautela aún _mi padre enfermó, él tenía problemas del corazón ya y debía cuidarse, pero Carlisle y mi madre destruyeron lo poco que quedaba de su corazón, lo destruyeron! _

Cerré los ojos nuevamente y tomé una respiración… tenía que terminar con esto,

_Mi padre lo supo, de la peor manera…_ aparté una lágrima de mi mejilla _ él había llegado temprano a casa porque tenía que viajar a Port Ángeles por un accidente que se produjo en la carretera,  los encontró en casa, follando en el sofá mientras yo estaba en el instituto. Luego de eso el infierno comenzó…_ susurré cerrando los ojos.

“La Señora Bernon me miraba desde la entrada del salón, ¿me había llamado a mí? ¿por qué?. Me levanté de mi pupitre y dejé mis libros de biología, en los que estaba tomando mis apuntes y caminé atravesando el salón, hacia ella. Me sonrió con condescendencia y salió del salón, la seguí. Cuando se cerró la puerta detrás de mí la miré alerta, ella parecía preocupada y jugaba con sus manos,

_Isabella… junta tus pertenencias y espera en la entrada del Instituto, alguien te vendrá a recoger en unos minutos_

_¿Qué sucede?_ pregunté en un hilo de voz. Ella respiró profundo… y por alguna razón mi corazón comenzó a correr rápido en mi pecho, una sensación abrumadora y desesperante, una corazonada…

_Tu padre está hospitalizado, sufrió un ataque al corazón este mediodía_ dijo con voz neutra y mi propio corazón en mi pecho se detuvo. Papá!... oh cielos. Llevé mis manos a mi boca para ahogar mi grito y sentí mis ojos llenarse en lágrimas.

Papá…

_Debes apresurarte Isabella, tu padre te necesita y tu madre… esta devastada_ por alguna razón, las palabras de la directora me parecían una vil y llana mentira… ¿mi madre devastada? Me extrañaba saber que sabía lo de mi padre sabiendo que eran las horas de la tarde que ella pasaba con su amante.

Asentí y sin sacar mis cosas corrí por el corredor del instituto hacia la salida, allí me encontré con Harry, el amigo de papá y compañero de la dependencia de policía. Él solo me saludó asintiendo con la cabeza y abrió la puerta del asiento del acompañante para mí. No dijo nada en todo el camino, solo se limitó a conducir saliéndose del límite permitido.

Llegamos al hospital en tiempo record y abrí salté del auto a penas Harry estacionó, corrí fuertemente y me adentré en el austero hospital cuyo aroma me daban nauseas, recordaba con el tiempo solo haber preguntado por la habitación de mi padre en la recepción y la enfermera preguntarme el parentesco, solo para informarme que estaba internado en la UCI en el segundo piso.

No supe cómo llegué al área de cuidados intensivos. Solo supe que de un momento a otro estaba frente a mi desconsolada madre, que esperaba impaciente sentada sola en una silla de la sala de espera.

_¿Qué sucedió con papá?_ pregunté parándome frente a ella, no convencida por los sollozos desgarradores que emitía sin detenerse. _dime qué le sucedió a papá!_

_Él solo… oh dios… solo cayó tomándose el pecho… solo cayó_ dijo con voz temblorosa tapándose la boca con ambas manos _se suponía que estaría trabajando, se suponía… que no volvería a casa… hasta las noche!_

_¿Qué hiciste?_ dije entre dientes. _¿Qué mierda hiciste mamá?_ la rabia subió por mi cuerpo como reguero de pólvora, de alguna manera sabía, sabía lo que mi padre había presenciado, pero no quería que fuera verdad… no en casa por favor, no tan cruelmente…

_Yo no sabía…_ gimió negando con la cabeza, ocultando su desvergonzada cara entre sus manos _lo juro hija, no fue mi intención…_

Y entonces la verdad inevitable me golpeó… y dolió, dolió mucho.

_Lo estabas haciendo ¿no? Llevaste a ese hombre a casa… a nuestra casa!... eso vio papá ¿no?_ dije con voz gruesa y quebrada…

Mi madre reaccionó, dejando de sollozar de repente y alzando la cabeza, sus ojos hinchados y avergonzados me echaron una mirada para luego, llenos de culpa se cerraran. Asintió con la cabeza, resignada, rendida…

_No puedo… no… ¿cómo pudiste…?_ gemí… _ en casa de tu hija, ¿cómo pudiste ensuciarla así?_  

No tenía palabras para describir lo enferma que me sentía, asqueada, destruida, mi padre… mi podre padre, ¿por qué tuvo que verlo? ¿por qué tuvo que enterarse así? En ese ínfimo minuto odié a mi madre con toda el alma, odie a Carlisle Cullen con todo mi ser.”

Sequé mis lágrimas, que caían deliberadamente por mis mejillas. Mantenía los ojos bajos sobre mi regazo, estaba exhausta, estaba avergonzada por mi madre, con rabia por su padre, por ese hombre que al que me comprometí y osé seducir… con miedo, por la reacción de Edward de aquí en mas y aterrada por lo que aún me faltaba contarle.

_Mi padre luchó por meses, se retiró de la policía por su estado de salud, nunca más pisó la comisaría de nuevo. Y tuvo que luchar contra algo peor… el fantasma de tu padre, que había dejado el corazón de mi madre roto, destrozado y al borde del derrumbe total_ alcé la mirada. Edward había apoyado sus codos sobre sus rodillas, tenía las piernas abiertas y sus ojos miraban el suelo debajo de él. Sus manos estaban ahuecadas en su boca, como si estuviese haciendo el fatal intento de acallar su odio, su enojo… sus palabras hirientes hacia mí. Hubiese dado cualquier cosa en ese momento, para saber lo que cruzaba por su cabeza.

_Mi madre no tenía donde ir, mi padre no se atrevió a echarla, a pesar de todo lo que había hecho, sabía que Carlisle se había ido y le había roto el corazón… tu padre_ escupí _se despegó de la situación, no quiso ensuciarse las manos cargando con un enfermo del corazón en su conciencia, ni una niña de quince años en un hogar roto y se esfumó, mi madre quedó destrozada, de verdad lo amaba.  Ella se había quedado con su recuerdo pero sin su marido, ni su hija, a mi me había perdido._ limpié mis lágrimas con rabia. _Ella se colmó de culpa, culpa que le revolvía el estómago y no la dejaba salir de allí, quería hacer lo correcto claro, después de casi matar a mi padre tenía que cuidar de él y de alguna manera resarcir las culpas._ respiré profundamente varias veces antes de seguir, cielos… tenía esas ganas arrolladoras de escupirlo todo, en ese momento sufría de vomito verbal e iba a decirlo todo, aunque a Edward le doliese escucharlo, era el mismo dolor que porté yo por casi diez años. No… ese dolor que él sentía no se comparaba con el mío, nunca se compararía.

Él era el hijo de su desvergonzado padre, el hombre ruin que arruinó una familia y acabó con vidas.

_Con el tiempo mi padre empeoró, su corazón roto nunca se pudo componer, cayó en cama y… comenzó a dejarse ir._ respiré _Entonces mi madre… ella… _ cerré los ojos, no sabía cómo iba a decir esto sin herirnos a los dos, porque él era una buena parte implicada. En algún punto de esta historia él y yo habíamos compartido algo primordial… aún sin saberlo.

Edward levantó la cabeza luego de unos segundos de silencio, sus ojos relampagueaban con ira contenida, brillaban de un verde oscuro casi negro que al verlos me daba temor. Los músculos de su mandíbula estaban tensionados y apretaba sus dientes con fuerza, sus manos se agruparon en puños, esperando lo siguiente que yo tenía que decir… como si lo presintiera.

_Ella… descubrió que estaba embarazada_ susurré. Esas palabras fueron como el cuchillo que terminó de rasgar la tensión sostenida en el aire.

Edward lo sintió…

Me quedé paralizada mientras veía como él abría bien los ojos y luego de un segundo de absorber la información y procesarla, comenzó a negar con la cabeza. La angustia tatuada en sus ojos me hacía querer llorar, era la misma angustia que reflejaban los míos.

_No…_ dijo en voz muy baja, casi inaudible… _no, no… estas mintiendo_ se levantó de su lugar y comenzó a respirar agitadamente, su pecho se hinchaba y se relajaba con respiraciones fuertes y rápidas. _Eres una puta mentirosa…_

_Edward_ el pánico evidente en mi voz me dejó sin fuerzas, pero a duras penas logré levantarme de mi futón y acercarme unos pasos a él. Pero mi corazón se derrumbó por los suelos cuando él se apartó y buscó su camiseta en el suelo luego de haber quedado perdida por nuestro intenso encuentro. Se iba… no me creía… no lo hacía… oh dios.

_Por favor créeme… no estoy mintiendo_ gemí con voz temblorosa, cielos… mis paredes protectoras se caían ante él y me dejaban vulnerable y expuesta para salir así, terriblemente herida.

_No hables más!_ gritó volteando sobre sí mismo para mirarme, _soporté suficiente porque sé que mi padre es capaz de hacer algo así, de hecho… tu madre no fue la única Isabella!... pero esto que acabas de decir es una increíble mentira, mi padre puede ser lo que tú quieras, un desalmado hijo de puta, una bestia y yo te podría dar la razón, pero no un descuidado… nunca se olvidaría de poner un puto condón en su pene Isabella, nunca.!_

Abrió la puerta de la habitación con tal fuerza que chocó contra la pared y retumbó por todo el departamento.

Él se iba…

Se puso la camiseta caminando fuertemente hasta la entrada del departamento y se detuvo solo para colocarse sus zapatillas.

_No te vayas por favor, Edward… créeme cariño_

_Nunca me vuelvas a llamar así!_ rugió señalándome con un dedo, su grito áspero y grueso me hizo dar un salto en mi lugar y abrir bien los ojos, por un segundo, un fugaz segundo, le tuve miedo.

_No puedes asegurar algo así… tu padre no es el tipo de hombre que siempre tiene un condón en la billetera_ dije entre dientes _que lo hagas tú, no quiere decir que lo haga él_

Edward me miró con incredulidad y rió sin gracia, tenía la mano en el pomo del departamento y entonces pensé en lo mucho que sería capaz de decir con tal de que este hombre no se fuera de mi lado.

Él pareció saber esto también, soltó el pomo y se acercó un paso hacia mí, cerca… tan cerca… que la electricidad que se incrementaba entre nosotros al estar cerca era palpable y casi visible, pero él estaba enojado y más que seducirme quería acecharme y darme caza, caminaba hacía mi como un león a punto de saltar. Entonces alzó amabas manos y contuve mi respiración, él rodeó mi cara con ambas y tazó mi rostro para alzarlo a escasos centímetros del suyo. Me tenía despojada de toda defensa, me tenía en sus manos literalmente…

_¿Por qué dices eso Isabella?_ susurró con sus labios calientes rosando los míos, cielos… tenía tantas ganas de besarlo. Cerré los ojos y procuré contestar con la verdad, aunque le doliera.

_Porque tú me follas con condón, pero él estuvo a punto de hacerlo sin uno… solo que tú interrumpiste el dulce momento cuando te cortaste el brazo_

Ahí estaba, retorciendo el cuchillo por más que doliera.

_Eres una perra mentirosa…_ dijo recostando su frente en la mía, su pecho agitado, su respiración laboriosa, todo me decía que estaba herido, enojado y ardiendo de ira. Sus palabras dolían, pero su cercanía me embriagaba, sus labios en los míos, ambos respirando el mismo aire _eres capaz de hacer cualquier cosa con tal de alcanzar tu objetivo ¿no?_

_Soy capaz de hacer cualquier cosa para demostrarte que digo la verdad, tu padre, no siempre usa condón…_

_¿Qué harás? ¿follártelo en mis narices para demostrarlo?_ gruñó exhalando con ferocidad

_Me subestimas… solo tengo que mostrarte una maldita fotografía para que reconozcas que lo que digo es verdad, ese par de ojos verdes lo he visto tantas veces antes_ dije fijando mi mirada en la suya.

_Hija de puta_ dijo por lo bajo apretando sus manos en mis mejillas, pude ver el pánico en sus ojos, el miedo… pero era encubierto por algo más. Su fuerza en mí no  dolía ni mucho menos, era un gesto más bien… posesivo.

_Exacto… eso es lo que soy_ dije antes de que él me soltara y saliera por la puerta.

Y me quedé allí, mirando su ausencia en mi departamento, la puerta que aún estaba abierta pero por la que había cruzado el hombre que amaba tan idiotamente. El hombre que me había dado la espalda por decir la verdad, el hombre al que no podía medir con la misma vara que medía a su padre, porque sería una injusticia.

No sabía que iba a hacer si él le contaba a su padre, algo en lo profundo de mí me dijo que no iba a ser capaz, porque si mantuvo nuestro secreto hasta ahora con las tantas posibilidades que tuvo de ponerme al descubierto, no lo iba a hacer ahora. Él solo necesitaba tiempo y pruebas, las cuales yo tenía, pero que él se rehusaba a ver.

Tapé mi rostro con ambas manos y lloré, sola allí, en mi departamento…

Con el tiempo caminé hasta mi habitación y me recosté en mi cama, cansada, totalmente agotada de tanto llorar, de tanto intentar, de tanto luchar… cansada y agotada de todo. Cerré los ojos y me dejé llevar por la bruma de mis sueños.

Las voces de mi cabeza eran diversas, algunas gritaban haciendo que cerrase mis ojos fuertemente, otras susurraban palabras hermosas, cariñosas, llenas de amor, algunas otras me juzgaban, parecían sentenciarme y acusarme y otras solo cantaban una dulce nana  para mí… hasta que una voz fuerte y alta en mi oído me sacó de mi inconsciencia.

_Bella, nena… despierta_ la sacudida me espabiló y alcé mi cabeza sobresaltada. Alice me miraba con una sonrisa triste acariciando mi rostro por debajo de mis ojos… ella sabía que algo había sucedido, pero algo me decía que no era momento para hablar con ella. _Jasper está en la sala, Carlisle está aquí… está muy preocupado, Edward lo llamó para decirle que salía del país, no dio ninguna explicación y no sabe donde fue… ¿qué sucedió Bella?_

Cerré los ojos respirando fuerte, tratando de contener las ganas de llorar que se había apaciguado un rato antes. Se había ido… se había ido… por alguna razón, pensé que era lo mejor, no podía lidiar en este momento con un Edward que sabía y con Carlisle al mismo tiempo. Pero mi corazón me decía otra cosa… él se había ido y se había llevado mi todo con él, dejando solo la cáscara vacía. De alguna manera supe que yo, me había ido con Edward.

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bueno... uff... tenía que suceder, Edward se iba a enterar, de alguna manera lo iba a hacer, mejor fue que por su boca. Crucemos dedos!!! Besotes y miles de gracias a todas las que siguen dejando su comentario, los leo amores, me hacen reir y me dejan esa pizca de satisfacción... las amo.