Tarde, Capitulo 3: Rabia contra el tiempo

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Rabia contra el tiempo

_Este es bonito ¿no te gusta?_

Alcé los ojos solo para ver a Ángela sostener con ambas manos un vestidito pequeño color rosa pálido. Era hermoso, con bolados y todo… mordí mi culpa y sonreí asintiendo,

_Pero… ¿no que era un varón según tú?_ volví mis ojos a las diferentes cunas que estaban delante de mis ojos, teníamos que elegir una para terminar de armar el cuarto del niño. Ángela rió y negó con la cabeza,

_Veremos que dice hoy Eleazar_ alcé los ojos nuevamente hacia mi esposa y fruncí el ceño, ella me miró detenidamente por un minuto y luego suspiró rodando los ojos, _¿Lo olvidaste? Hoy tenemos turno para mi eco, allí sabremos el sexo…_ mierda…

Cerré los ojos involuntariamente y en la oscuridad de mi mente vi tus ojos, solo tus ojos. Perdóname bebé, había olvidado esto, no podré verte hoy.

_¿Tienes algún compromiso? ¿Otra vez?_ abrí los ojos mirando a una Ángela molesta, sus dientes apretados y sus ojos cansados. Había sido una semana de aplazamientos, solo para estar contigo. Había aplazado una salida de compras el martes para verte en mi departamento, había aplazado una clase de preparto el jueves para irme a las afueras de Chicago contigo, había aplazado un almuerzo el sábado para almorzar juntos en nuestro lugar. Ahora tenía que acceder a esto porque no me atrevía aplazar algo más por más que me muriera de ganas de verte otra vez, por más que muriera de necesidad de besarte y tocarte y hacerte mía una y otra vez. Bella… eras lo que siempre temí, mi perdición.

_No, no tengo nada, simplemente… perdóname Áng, se me había pasado_ murmuré esbozando una sonrisa de disculpa, Ángela asintió ausente, por lo que me acerqué a ella y rodeé su cintura con ambos brazos, _perdóname en serio amor, iremos a la eco y al fin sabremos… ¿has pensado nombres?_ pregunté besando su frente, ella sonrió asintiendo y acariciando su vientre hinchado.

_Estaba pensando en  Ian, si es varón o Summer si es niña._ sus ojos atentos me miraron esperando mi opinión.

Asentí con una sonrisa, _Me gusta Summer… pero ¿Ian?_ alcé las cejas.

Ella rodó los ojos sonriendo, _Ian Antony Cullen_

_Así está mucho mejor_ sonreí adelantándome para dejar un suave beso en sus labios _gracias_

Continuamos mirando cosas para nuestro hijo cuando mi celular sonó y traté de ocultar mi sonrisa porque sabía que eras tú, así que miré a Ángela, que estaba hablando con la dependienta y saqué mi celular alejándome unos pasos hacia la parte de las bañaderas infantiles.

“¿Estas? Llámame. Creo que no podremos encontrarnos hoy, hay planes. B.S”

¿Qué? ¿Planes?...

Me quedé mirando tu mensaje, arrastrando mi dedo pulgar sobre los pequeños botones, pensando qué contestarte. No… no quería contestarte, quería oír tu voz y hacerte saber por qué yo tampoco podría verte y saber tus propios motivos. Miré hacia atrás asegurándome que Ángela estaba aún entretenida mirando algo que la dependienta le mostraba, por lo que salí fuera del local y marqué “llamar”.

Cerré los ojos al oír tu voz y un suspiro abandonó mi pecho.

_Edward_ estabas hablando en voz baja.

_Preciosa, acabo de leer tu mensaje… ¿qué sucedió?_ rastrillé mis dedos en mi cabello mirando al suelo.

_Perdóname, pero no podremos encontrarnos… Jasper tiene una cena entre amigos y quiere presentármelos, iremos a cenar y luego tomar algo a algún club_

Suspiré frustrado,

_Tampoco iba a poder encontrarme contigo bebé_ alcé la mirada para ver a Ángela a través de la ventana de la tienda, estaba alzando algo entre sus manos, algo que parecía camisitas o sueters. _Ángela tiene cita para una ecografía, se supone que sabremos el sexo del bebé_

Sentí tu respiración seguida por un suspiro. _Ok… entonces, supongo que nos veremos otro día…_ tu voz parecía fría y sin sentimientos, sabía que estabas molesta, no te gustaba esta situación y sabía también que aunque quisieras estar conmigo, no te gustaba hacerlo a costa de todo _adiós.._

_Espera, esperas bebé!_ murmuré desesperado ante el teléfono, sentía tu respiración, no habías cortado la llamada, estabas esperando mis palabras. _Mierda, te extraño Bella, quiero verte, quiero tocarte, besarte… puedo salir esta noche muy tarde, luego de cenar, puedo inventar algo…_

_No_ cortaste fríamente _no le harás eso, no otra vez… no le haré esto a Jasper, Edward…_ sentí tu voz quebrarse _no se merecen esto que le hacemos_

_Bella_ tiré los cabello de mi cabeza, _Bella… no pienses en eso, dijimos que no íbamos a hacerlo nena, piensa en mí, piensa en lo nuestro…_

_¿Qué es lo nuestro Edward? ¿Es tan importante como para dañar a dos personas maravillosas? ¿Es tan importante como para renunciar a una vida solo por hacer esto que estamos haciendo?_

_Bella… te dije que no me arrepentía de esto, no lo hago cariño, no lo hagas tampoco, yo no voy a renunciar a ti Bella_ dije con voz dura _no lo haré solo porque estas insegura, sabes que esto que tenemos va más allá de cualquier mierda, ¿no te das cuenta de que para mí nada importa? Solo tú… tú invades mis pensamientos día y noche, solo tú me haces hombre, solo tú Bella…_

_Edward…_ sentí tu respiración profunda y sabía que estabas tratando de calmarte _no respondiste mi pregunta, hablaremos de esto mañana o… cuando sea, tengo que irme, Jasper me espera_

_Bella…_

Pero la línea ya estaba colgada…

_Mierda!_

_¿Edward?_ alcé la cabeza ante mi nombre saliendo de los labios de mi esposa. Ella estaba parada en la puerta de la tienda, sus ojos iban y venían desde mi celular en mi mano hasta mis ojos, su ceño fruncido… tragué en seco. _¿Sucede algo?_

Negué con la cabeza tratando de recomponerme, _Algo del hospital, la doctora Smith no pudo ir a hacer su guardia, me querían a mí, pero me negué… nada de qué preocuparse._ traté de esbozar una sonrisa, pero se me hacía tan difícil que ni siquiera Ángela me lo creyó.

Ella suspiró y asintió simplemente, _Acabemos aquí y vámonos a la clínica, quiero ver a mi bebé_

_Si amor…_ suspiré caminando hacia ella _ terminemos aquí.

*O*

_¿Una niña?... Ahh! Lo sabía!_ sonreí ante la alegría de mi madre a través del teléfono. Ángela rió, su humor estaba un poco más alegre luego de salir de la eco y estaba aliviado, no la quería haciendo conjeturas, la quería abocada al bebé.

_Sí! Se vio bien nítido… realmente parecía tener a mi bebé allí solo que no podía tocarlo, es increíble._ murmuró mi esposa alegre.

Por enésima vez miré mi teléfono esperando alguna señal de ti, un mensaje, alguna palabra que me dijera que aún estabas en esto, que no me abandonabas. Cielos… te necesitaba.

Suspiré frustrado y me levanté del sofá dejando a Ángela hablando a solas con mi madre, caminé hasta el mini bar que teníamos en una de las esquinas de la sala y me serví tres dedos de whisky y me lo tomé de un solo trago.  Saqué mi celular y comencé a escribir mi mensaje para ti, con la esperanza de que me entendieras,

“Es por ti que se me hace agua la boca y se quema mi piel, es por ti que el corazón me explota y que la razón no importa… porque estoy loco por ti”

Pulsé enviar y retuve mi respiración, necesitaba que comprendieras lo que significabas para mí,

_¿Edward?_ alcancé a borrar el mensaje de mi bandeja de salida y volteé a mi esposa que sostenía el teléfono hacia mí, sonreí y me acerqué para tomarlo preparándome para escuchar a mi madre,

_Hijo! Felicidades mi amor, ¿ves que era una niña?_ rió feliz. Sabía que ellas querían niña, obviamente para malcriarla y llenarla de cosas de niñas, ya me la imaginaba jugando a la cocinera con ella y disfrazándola de princesa con sus joyas falsas, contándoles historias de cuentos de hadas que tan lejos estaban de la realidad.

Mierda…

_Sí, tenías razón, estoy muy feliz, será mi pequeña consentida_ murmuré, porque mierda… era verdad. Haría lo que fuera por esa pequeña niña.

_Tengo que darle la noticia a Jasper, estaba esperando saber junto con Bella para comprar un obsequio de nacimiento… estarán felices cuando lo sepan_

Me tensé ante tu nombre y tragué saliva. ¿Cuál sería tu reacción al saber? Culpa sería una, eras más débil que yo en ese aspecto hermosa, tenía tanto miedo de que esa culpa te impidiera seguir adelante con lo nuestro, pero era tan podidamente egoísta que no me importaba… viviría tu culpa contigo, la compartiríamos, pero no quería dejarte ir.

No podía…

_¿Está ahí?_ pregunté con fingido desinterés.

_No, solo llamó Jasper para decirme que no los esperemos a cenar, iba a llevar a Bella a cenar y a algún club a festejar… ¿sabías que es su cumpleaños? Jasper no me lo dijo hasta hoy, si lo hubiese sabido hubiese hecho una pequeña celebración, pero al parecer a Bella no le gusta celebrarlo._

No…

Oh dios…

Sentí una opresión en el pecho y dejé de escuchar a mi madre… era su cumpleaños y lo estaba celebrando con su… novio, por supuesto que lo había preferido. ¿Cómo iba a poder celebrarlo con su amante?.

Dolía, dolía como la puta madre.

_No lo sabía_ mascullé con cierta apatía, miré a mi esposa que me miraba con curiosidad, sonreí suavemente. _Me alegro que Jasper la haya sacado a celebrar_

_Si… la llevará a Kaos al final de la noche, quería presentarle a tu primo Peter y a Charlote, a demás dijo que le tenía una sorpresa_ dijo mi madre, _ya quiero saber que es… conociendo a mi hijo será algo hermoso y romántico_

_Seguramente_ cerré los ojos con fuerza presionando el puente de mi nariz con mis dedos. _Te doy con Ángela, tengo un par de historias médicas que revisar_ mentí.

_Está bien hijo… nos vemos mañana y felicidades otra vez!_

Luego de mascullar un gracias le pasé el teléfono a Ángela y le señalé mi oficina, ella asintió y continuó hablando con mi madre.

Parecía un león, lo juro preciosa… un león dentro de una puta jaula. Quería verte, mis dedos ardían por tocarte, quería besarte tan mal, mierda… quería follarte hasta que te quedaras sin voz de tanto gritar mi nombre, te quería solo para mí. Y temía con toda el alma que esta noche, que era tu cumpleaños, terminaras en la cama de Jasper, entre sus brazos… gimiendo su nombre en vez del mío… no podía soportar esa idea.

Tomé el celular nuevamente y miré la pantalla, ni rastros tuyos.

Si miramientos y sin que me importara un carajo, apreté llamar cuando llegué a tu nombre, llevé el teléfono a  mi oído rastrillando mi mano por mi cabello.

_Vamos Bella… atiende cariño_ caminé hasta mi silla delante de mi escritorio y ni siquiera abrí los archivos que tenía que estudiar. Esperé tu voz pero nunca llegó…

_¿Edward?_ bajé mi teléfono y lo dejé en mi escritorio apresurándome a abrir uno de los archivos al tiempo que llegaba Ángela a mi puerta, estaba entreabierta y ella se asomó. _Mi amor, me iré a descansar… me duelen los pies_ dijo con una mueca de dolor.

Asentí cerrando la carpeta frente a mí y me paré para ir hasta la puerta. Tomé su pequeño rostro entre mis manos y con una sonrisa dejé un suave beso en sus labios,

_Que descanses cariño, me iré un poco más tarde… tengo que terminar de hacer esto_

Ella asintió, _Está bien, te espero… hace noches que tienes mucho trabajo…_ se quejó.

_Lo sé, lo siento… pero sabes que tengo que hacerlo, son posibles cirugías_

_Lo sé cariño… buenas noches_ sonrió resignada.

_Buenas noches_ murmuré culpable, si supiera que en realidad no era trabajo, sino era una excusa para evitar compartir mi cama con ella… no la deseaba y no podía tomarla como antes, mi cuerpo solo respondía a una sola mujer y eras tú mi Bella.

Suspiré frustrado y peiné mi cabello con los dedos, desabroché un nuevo botón de mi camisa y caminé hasta mi escritorio revisando mi celular por… centésima vez.

_Maldita sea!_ gruñí enfadado. Me estabas cabreando Bella, me estabas evitando, ignorando y rompiendo el puto corazón nena!... ¿qué mierda estabas haciendo?

Me paseé por mi oficina con el celular en mano llamado a tu número y gruñendo cada vez que este me enviaba a tu buzón de mensajes. Traté de distraerme con los estudios sobre mi mesa pero nada podía sacarte de mi mente.

Por dios, no lo soportaba más. Necesitaba verte.

Caminé a través de la casa y subí las escaleras hasta llegar a mi cuarto, abrí despacio la puerta y vi a mi esposa ovillada en un rincón de nuestra cama, dormía placidamente con una almohada entre las piernas para atenuar el dolor de cadera que siempre la atacaba por la mañana. Escribí una nota rápida y la dejé sobre la almohada por si llegaba a despertarse,

“No te preocupes, emergencia en el hospital, vuelvo en cuanto pueda…”

Vil mentira, pero me había acostumbrado a hacerlo. Necesitaba verte.

Cerré la puerta de casa y tomé mi Volvo de forma presurosa, salí del garaje y me interné en la noche para dirigirme con prisas a Kaos, el club de mi primo Peter.  Supuse que allí te encontrabas con mi hermano festejando tu cumpleaños… y tenía que encontrarte, pues tenía una respuesta que darte bebé.

Crucé varios semáforos en amarillo a punto de volverse rojo hasta que vi las luces de neón sobre uno de los locales más concurridos de la ciudad. Iba a tener que ir con cuidado, mi hermano y primos estaban allí, no podía dejar que descubran nada.

Aparqué mi auto en una de las calles colindantes con el edificio y bajé hacia la entrada del local, esperé que entraran las pocas personas que esperaban afuera y entré. El lugar era un autentico caos, hacía mucho que no lo pisaba, literalmente desde que Ángela había quedado embarazada. No era un lugar apropiado para una mujer en ese estado porque ciertamente. el nombre estaba bien puesto… igualmente se me hacía mejor para pasar de ser percibido en este momento.

Me escabullí entre las personas y subí por una escalera lateral medio escondida que llevaba al área del dj. Desde allí podía ver la pista de baile y el área vip donde sabía que te encontrabas con mis primos sino con mi hermano. Recorrí con mi mirada todo el lugar y estaba por caminar hacia el bar para pedir un whisky doble para calmar mis ansias, cuando te vi.

Oh mierda…

Respiré profundamente.

Estabas increíblemente hermosa. Preciosa… no, no había calificativos para describir cómo te veían mis ojos. Al mismo tiempo apreté los dientes y mis puños, atraías las miradas de los hombres con esa manera de moverte, inocencia mezclada con sensualidad. Y ese vestido…mierda, ese vestido azul oscuro aferrado a cada curva de tu delicioso cuerpo, esa pálida y suave piel que una tarde atrás llevado por mi lujuria y posesividad, marqué con mi semen. Sentí la sacudida en mis pantalones al recordar tus pequeñas manos esparciendo mi semilla entre tus pechos, sobre tus pezones, encima de la piel de tu vientre… mientras yo repetía una y otra vez, “mía, mía, mía”.

Cielos Bella… eras mía preciosa, ¿qué hacías bailando allí mostrando tu cuerpo a todos los ojos lujuriosos?

Mi cuerpo, mi Bella, mi hermosa criatura…

Tragué saliva y lamí mis labios cuando volteaste y bailaste con Charlote, bajando lentamente con tu cuerpo hacia el suelo, contorneando las caderas, alzando los brazos por encima de tu cabeza… tus gloriosos pechos, apretándose en ese escote que tenía la intensión de lamer en un futuro muy, muy cercano.

Miré un poco más tu hipnotizante baile y con renuencia despegué mis ojos de tu cuerpo para ver las personas de alrededor, Jasper no se veía por ningún lado, ni Peter… seguramente éste último estaba mostrándole a mi hermano su preciosa colección de discos de vinilo.

Volví mi mirada hacia ti nuevamente y con entusiasmo vi cómo le decías algo a Charlote al oído para luego alejarte en dirección a los baños. No perdí ni un puto segundo, en cuanto saliste de la pista de baile bajé las escaleras y te seguí a una prudente distancia.

El camino hacia los baños era un largo y oscuro corredor por el que pasaban personas a quienes a penas les podía ver el rostro gracias a las luces destellante que venían de la pista de baile.

Esperé…

Te esperé en ese corredor. Hasta que vi la puerta del baño abrirse y tu figura salir de allí, te veías fresca, a pesar de la poca luz que te iluminaba, mierda… parecía que tenías un brillo propio. Tus ojos no miraron hacia delante donde me encontraba yo esperándote, solo miraron el suelo tratando de discernir el camino por donde ibas.

En cuanto te acercaste a mí tomé tu cintura y gritaste, pero no me importó… te encerré entre mis brazos y te apresé entre mi cuerpo y la pared del corredor. Luchaste empujando mi pecho, oh sí cariño… luchaste… hasta que oíste mi voz.

_Te envié mensajes, te llamé… ¿por qué no me contestaste bebé? ¿Por qué me evitas? Duele que me evites…_ murmuré cerca de tus labios. Tu cuerpo se derritió en mis brazos y tu respiración pronto comenzó a calmarse. _Quería hablar contigo cariño, no me dijiste que hoy era tu cumpleaños…_

Dejaste caer tu frente en mi pecho y te aferraste con tus manitos en puño de las solapas de mi saco. Subí mis manos desde tu cintura hasta tus mejillas, las tacé delicadamente y subí tu rostro hacia mí. Tenías tus ojos cerrados,

_¿Qué pasa cariño?..._ acerqué mis labios a los tuyos y los besé suavemente, tus manos cubrieron las mías en tus mejillas y me impidieron alejar mi rostro, por lo que continué besándote. Primero lánguidamente, disfrutando del sabor de tus labios y tu lengua, la dulzura de tu saliva, tu ligero aliento a algún licor y menta. Gemía de placer y aumenté la intensidad del beso, hasta que gemiste en mi boca.

_Oh por dios, te necesitaba_ gemí. _Te deseaba tanto bebé…_

_Edward_ susurraste con pasión. _yo también te necesitaba, pero…_

_Oh Bella… mi Bella_ gruñí antes de besarte con ferocidad. Sí… por supuesto que me necesitabas amor, si eres solo mía, solo mía.

Envestí mis caderas a tu cuerpo, enseñándote mi estado de excitación completa, que solo tú provocabas. Bajé mi mano por tu cuerpo hasta la orilla de tu vestido a medio muslo, la escabullí bajo la tela hasta llegar a tu centro caliente y ya mojado. Acaricié suavemente tu clítoris mientras volvía a besarte con ferocidad, nuestros dientes chocaban, nuestras lenguas batallaban.

Mierda… dios! Cuánto te necesitaba!

_Ahh_ gemiste soltando mi boca para dejar caer tu cabeza a la pared,

_Separa las piernas cariño_ dije con voz ronca. Obedeciste mi pedido y me diste más lugar para envestirte con mis dedos. Te penetré con ellos de una sola vez deleitándome con la suavidad de tus paredes y tu estrechez, te iba a satisfacer para que no buscaras placer en otros brazos esta noche. Esa era mi tarea, mi deber.

_Oh dios…_ mascullaste entre lamentos, cerraste fuerte los ojos y comenzaste a follar mi mano… oh sí amor, los movimientos de tu cadera acompañaban los movimientos de mi mano. Te estaba penetrando como a ti te gustaba, llena y dolorosamente placentero. _Ah Edward… no pares_

_No cariño, no pararé…_ susurré sobre tus labios. Clavaste tus uñas en mis hombros y percibí el mismísimo instante en que ibas a venirte en mis dedos y gracias a ellos. Tus caderas se agitaron con fuerza y escondiste tu rostro en el hueco de mi cuello, oh sí… gritaste incoherentemente mientras tus paredes me apretaban fuerte con cada espasmo de tu orgasmo.

A mi no me faltaba mucho… mi estado de excitación era insostenible y a penas sentí que dejabas de contraerte saqué mis manos y como un adolescente loco y jodio de la cabeza por la lujuria, bajé el cierre de mis pantalones y saqué mi pene endurecido… lo ubiqué en tu entrada mojada y te penetré sin miramientos. Gritaste en mi cuello y alzaste una pierna para rodear mis piernas con ella.

Solo necesitaba envestirte un par de veces para venirme, por lo que no perdí tiempo…

Siseé dando estocada tras estocada, _Amor!... amor, amor, amor… esa es la respuesta a tu pregunta mi vida, eso es lo que hay aquí… amor_ dije antes de gruñir en su cuello y terminar el calientes e interminables chorros dentro de su vientre.

Oh por dios…

Te aferraste a mí como si fuera tu roca en la mitad de un océano y te sostuve envolviendo tu cintura con mis brazos con el deseo de no tener que dejarte ir nunca más. Entonces sentí tus gemidos, pero esta vez no eran de pasión… estabas llorando sobre mi hombro. Y con todo el dolor en mi pecho que aquello me provocaba supe exactamente por qué llorabas, lo nuestro era imposible… maldita sea el tiempo que jugó sus jugarretas con nosotros, maldito sea el tiempo que hizo que llegáramos tarde para esto. Maldita la hora en que te conocí… maldita sea mi vida por haber cometido la imprudencia de aferrarme a lo primero que la vida me dio y no seguir esperándote amor… maldito todo.

Y te acompañé en tus lágrimas… porque me dolía el pecho como nunca antes pensé que dolería. Porque me había enamorado de la novia de mi hermano mientras en casa me esperaba mi esposa embarazada. Lloré contigo amor, por impotencia, por no poder hacer nada contra el tiempo…

Tenías razón, ellos no se lo merecían.

¿Pero qué podía hacer? ¿Dejar de verte? Resignarme a verte en cada reunión familiar sufriendo por no poder tocarte? ¿Qué mierda podía hacer? Solo mantener la ilusión de verte y tenerte solo para mí en cada momento que la vida nos permitiese y aún así… todo era injusto, no solo para nosotros, para todos.

_Te amo_ susurré con resignación. La lucha estaba perdida… te amaba con cada fibra de mi ser, de mi cuerpo y de mi puta alma.

Y tú no dijiste nada, suspiraste profundamente y alzaste la cabeza hacia mí, tus ojos estaban irritados y tus mejillas surcadas por lágrimas que traté de borrar con mis pulgares, tú te alzaste de puntillas y besaste mis parpados limpiando las mías.

_Tengo que volver_ susurraste momentos después, por lo que a regañadientes me salí de tu cuerpo y guardé mi flácido pene. Volviste al baño y te esperé allí, tratando de prolongar el tiempo que podía verte hasta la tarde siguiente.

Volviste minutos después tu rostro limpio y fresco pero aún con un ligero brillo en los ojos, que no me miraban directamente… ¿por qué aún tratabas de evitarme amor?

Tazaste mi rostro con tus manos y luego de dejar un beso efusivo en ellos, me dejaste allí para volver junto a mi hermano… te seguí de cerca. Te entremezclaste con la gente en la pista de baile y sin darme cuenta de lo que hacía te seguí, pero me sobresalté cuando alguien palmeó mi espalda…

_Edward! Primo!_ volteé a ver al hombre detrás de mí y me sorprendía al ver a Peter con un muy alegre Jasper, mi hermano estaba feliz y sin duda algo pasado de copas,

_Bella!... mi Bella_ murmuró éste al verte detrás de mí. Tú te adelantaste y tomaste su mano. Me lanzaste una mirada alarmada, _Hey Ed! ¿qué haces aquí hermano?..._

_Solo… salí tarde de una urgencia, Ángela dormía y pasé un rato_ di mi más patética excusa.

_No andarás engañando a mi cuñadita, ¿no?_ rió mi hermano abrazandote por los hombros. Tragué saliva y sonreí negando con la cabeza, mirando el suelo…

_Tenemos que festejar ahora que Edward está también aquí!_ gritó Peter por encima de la música _traeré un par de tragos…_

_Si, es el cumpleaños de mi hermosa novia_ murmuró Jasper acercando su boca a la tuya, te besó y me sentí asqueado… esa boca, era mía… _Oh! Pero tenemos algo más para festejar ¿no es cierto mi amor?_

Te miré pero tus ojos estaban clavados en los de Jasper, casi suplicantes. Te mordías el labio inferior y tuve el impulso de dar un paso y liberar tu mano de la suya… pero me contuve, tenía que escuchar.

_¿Qué cosa?_ pregunté fríamente.

_Mi Bella y yo nos hemos comprometido!_ dijo antes de alzar tu mano, tu puta y preciosa mano, que vestía un anillo de plata con un diamante en el tope.

Mi respiración se trabó en mi garganta y me sentí morir… miré tus ojos y estos brillaban bajo las luces del club, había resignación allí, culpa y súplica. Mientras que los míos seguramente te mostraban dolor…

Esta mierda era una puta pesadilla.

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Uff... el amor es así, tormentoso, cruel y a veces tan injusto... creo que más de una se identifica con esta relación que tienen, quieren estar juntos, pero no pueden... 

Un besote a todas y dejen su comentario, las amo y como estoy sin internet en casa estoy escribiendo un montón, asi que pronto vendrá capi de otro fic, un besote!