La chica compañía, Capitulo 25: Necesidad

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Necesidad 

_Este está bonito, ¿no te gusta?_ Rose tenía entre sus manos un ramo de pimpollos de rosas blancas, enlazados con una cinta de raso rosa palo, era muy bonito, muy romántico pero definitivamente no era mi estilo.

_Mmm…

_Lo sé, lo sé…_ Rose dejó el ramo en su lugar y continuamos recorriendo la boutique. Paloma era la dueña de todo esto, ella había sido una antigua dama de compañía que solo había trabajado para mí durante seis o siete meses, cuando obtuvo suficiente dinero de sus citas y sus clientes, decidió salir de todo ello e invertir sus ahorros en algo más, con eso colocó una boutique especial para novias que con el tiempo se convirtió en uno de los lugares más concurridos por las mujeres de todo Seattle y de alguna manera me hacía sentir orgullosa de ella. Era un claro ejemplo que de todos los pozos que la vida impone se puede salir.

_Este!_ Rose tenía en sus manos otro ramo, esta vez eran calas blancas coronadas por un fino follaje verde.

_No… no Calas_ dije desviando mi atención a un ramo posado sobre una de las vitrinas del escaparate. Era un ramo hermoso y sencillo, lo que estaba buscando. Caminé hacia él y lo tomé entre mis manos, sentía como si ese ramo hubiese estado esperando por mí.

_Orquídeas, por supuesto…_ dijo Rose detrás de mí _son hermosas_

_Si lo son_ admití mirando el precioso ramo de orquídeas, enlazadas con una simple cinta blanca de organza. Hermosa.

Rose me guiñó un ojo y tomó el ramo de mis manos para llevárselo a Paloma, que estaba empaquetando mi ajuar de boda para mi unión con Edward. Mis zapatos, mi lencería de noche de bodas, mi vestido y ahora, mi ramo.

Me acerqué a ellas sacando mi tarjeta de crédito de mi bolso,

_La lencería es mi regalo de bodas Bella_ me recordó Rose sacando su propia tarjeta,

_Los zapatos son mi regalo Bells_ Paloma advirtió envolviendo la lencería en delicado papel de seda.

_Y Edward me pidió expresamente a mí, porque sabía que tu desobedecerías_ me señaló con su dedo índice _que cargue el valor del vestido en su tarjeta_ sacó de su bolso una tarjeta negra que en el dorso lucía el nombre de mi novio.

_Hey!_ refunfuñé mientras ellas reían. Rodé los ojos y sabía que con Rosalie y Edward no podía más que bajar la cabeza y asentir _ok… pago el ramo solamente._

Salimos de la boutique de Paloma con las manos cargadas de bolsas, que dejamos en mi Aston para seguir caminando hacia un café cercano. El día estaba hermoso, la primavera estaba a flor de piel presente en el aire y en todas partes, o sería que yo estaba demasiado enamorada, que veía corazones y flores por todas partes. Cruzamos la entrada exterior del Hugo´s café y nos sentamos en una mesa bajo la sombra de una gran sombrilla.

_¿Qué quieres tomar? Yo invito_ dijo Rose, que por estos últimos días estaba de muy buen humor.

Había sido ya dos meses desde la cirugía de Jasper y el tiempo desde ese día se había pasado como agua entre los dedos, rapidísimo. Un día estaba llevando a Jasper de nuevo a casa para su recuperación post quirúrgica y semanas después estaba concurriendo al funeral de mi padre. Había muerto en paz y bajo el perdón de sus hijos, eso era lo único que reconfortaba mi corazón, aunque mi relación no hubiese sido de lo más cariñosa con él, dolía haber perdido tantos años por nada.

Todo ese mes, salvando esas ocasiones, pasé cada día ocupada. Si no era cuidando a mi hermano, luego de su trasplante, era haciendo los arreglos para mi nueva vida y para dejar la antigua, pasando la casa que estaba a mi nombre a nombre de Ángela que sería la encargada de las chicas de ahora en más. A demás había invertido mucho de mi tiempo para gastarlo con mi nueva adquirida familia. Exactamente un día después del alta de Jasper había recibido la llamada de Esme invitándome a su hogar para almorzar. El día que fui me recibió como una más de sus hijas, estando sorprendida de mi compromiso con su hijo y diciendo que estaba feliz de que su hijo hubiera decidido sentar cabeza y nada mejor que conmigo, que parecía hacerlo tan feliz y de quién parecía estar tan enamorado.

No podía replicar nada, solo sonreír como idiota. Porque era cierto, Edward me amaba y yo lo amaba perdidamente a él. Por supuesto Esme sabía de mi pasado y no porque yo se lo hubiera dicho, ni Edward, pero sí por las malas lenguas. Luego de la gala del centro de comercio, Tanya se había encargado de tratar de difamar mi nombre sin grandes éxitos, pero más allá de eso… ese día desnudé mi alma ante Esme Cullen quien no dejaba de tomar mi mano y apretarla con cordialidad, mi pasado estaba perdonado y como había dicho ella, nuestro pasado nos define y nos da fuerzas para construir un futuro mejor, algo que definitivamente estaba empeñada a lograr junto a mi amor.

_Bellaaa…_ Rose agitó su mano delante de mi rostro sacándome de mis pensamientos. _¿Edward te ha llamado?_

_No_ dije volviendo a mi habitual mal humor que surgía cuando no estaba ocupada o tenía mis momentos de relajación. Miré mi taza de café con crema y coloqué dos terrones de azúcar _no sé nada de él desde… no sé cuando_

_Pasó a casa esta mañana ¿no te dijo? Preguntó por ti y como estabas ayudando a su madre con la decoración del jardín se fue y me dijo que te ubicaría_

Alcé mi mirada hacia Rose mezclando mi café con la pequeña cuchara _No lo vi, no me llamó, no me fue a ver_

Rose alzó las cejas sorprendida y alzó los hombros _Tal vez te vea luego_

_Tal vez_ suspiré dando un sorbo de mi taza. Hacía días que no había podido pasar un momento tranquilo como Dios manda con mi novio. Él ocupado con la empresa, asumiendo su nuevo puesto de socio mayoritario al cual Aro lo había ascendido y tratando de dejar cerrado algunos contratos y adquisiciones antes de la boda y yo ocupada con todo lo demás. Solo esperaba que luego de la boda todo se hiciera más llevadero para nosotros y tuviéramos tiempo en común y de calidad para gastarlo juntos y no solo limitarnos a vernos una o dos horas al día. La mayoría de las noches la pasaba en su departamento, pero claro… yo me dormía esperándolo o él se dormía esperándome y de esas ocasiones solo me limitaba a disfrutar el amanecer cobijada entre sus cálidos brazos y compartir rezagados besos antes de salir corriendo cada uno a sus obligaciones.

Quería casarme y tener mi luna de miel ya!

_¿Cómo está Nate?... hace mucho que no lo veo, ¿cuándo lo llevaras a vernos?_ pregunté tomando un trozo de mi muffin de cereza para saborearlo.

Rose sonrió y sus ojos adquirieron ese brillo que la hacía resplandecer, _Está con su papá, Emmett dijo que lo llevaría a la feria que hay en la costa y luego lo llevaría al departamento para esperarme_ sonrió.

_¿Esperarte?_ alcé las cejas _¿Cómo van las cosas con Emmett?_

Ella suspiró…es decir, suspiró!

_Bien_ alzgó los hombros con cierta indiferencia _es decir, le encanta ser papá… en tan poco tiempo ama a su hijo como si lo hubiese tenido en sus brazos desde el día en que nació_

_Creo que está recuperando el tiempo perdido ¿no?_ murmuré bebiendo otro trago de mi café.

_Si…._ Rose se quedó mirando la servilleta de papel que destrozaba lentamente con los dedos, _lo quiere mucho_ sonrió _se queda hasta la noche para hacerlo dormir y cobijarlo, lo ayuda con las tareas del kínder, adora llegar temprano para hacerle el desayuno, siempre me dice que no mueva ni un dedo, que él lo hará. Le ha comprado mas obsequios de lo Nate a recibido en toda su vida…_  

_¿Y cómo se comporta contigo?_ pregunté alzando una ceja.

Oh cielos, Rose se sonrojó… ¡Cuántas sorpresas más iba a recibir hoy?! Rose sonrojada…

Ella alzó la mirada y rió tontamente al ver mi sonrisa, _¿Qué?_ preguntó alzándose de hombros _él es lindo conmigo. Yo temía que de buenas a primeras quisiera quitarme a mi hijo, como siempre pensé que lo haría si sabía de él… pero, Emmett me sorprendió. Él…_

_Él compró un departamento familiar, hermoso y cerca de su casa solo para ti y Nate, te prohibió… te exigió que dejaras tu trabajo, lo cual hiciste gustosa, está manteniendo a su hijo, mientras tú vuelves a estudiar en la universidad como siempre quisiste y cumplir tu sueño de ser maestra y él te apoya en todo. Rose, ese hombre sigue prendado contigo_

_Bella_ gimió dejando caer su cabeza sobre sus manos, la oí suspirar… _él… él me dijo q-que me esperaría, esperaría lo que tuviera que esperar para que yo me sintiera segura con él y tratar de formar una familia, una verdadera familia. Bella…_ ella alzó la cabeza y me miró con sus ojos cristalinos y una expresión resignada _él insiste en reconquistarme… y creo que lo dejaré_

Sonreí de oreja a oreja, amaba… Dios, estaba tan feliz de oírla decir eso, ella se merecía ser feliz, cada mujer que era llevada a esos extremos merecía ser feliz, cielos…

Extendí mi mano a través de la mesa y tomé la suya para apretarla con efusividad.

_Hazlo… sé feliz Rose, se merecen serlo_

Ella rió secando una lágrima de su mejilla… por Dios! Rose llorando…

_Seremos concuñadas_

_Lo seremos!_ chillé levantándome a abrazarla.

*o*

Llegué a casa luego de la abrumadora y agotadora tarde de compras, la sala parecía vacía pero se oía el trajín en la cocina por lo que pensé que era casi la hora de la cena, por lo que seguramente las chicas estaban haciéndolo. Solo quedaban Jesica, Leah y Victoria al mando de Ángela. Rose ya no trabajaba y yo me iría dentro de poco junto con Jasper.

Subí las escaleras para dejar las bolsas en mi habitación y darme un baño caliente y relajante, caminé por el corredor del segundo piso y me detuve cuando escuché voces en la habitación de Jasper.

Me mordí el labio pensando en hacer lo que no debía hacer bajo ninguna circunstancia… ir y escuchar. Pero la curiosidad fue más grande y mis pies se movieron hacia la puerta de mi habitación, dejé las bolsas allí, en el suelo y caminé despacio hacia la habitación de Jas.

Por supuesto era Alice quien estaba allí con él, ella había sido una fiel compañera en todo su tiempo de convalecencia. Me había ayudado a cuidar de él a pesar de que mi hermano insistía que no necesitaba enfermera para comenzar a hacer las cosas que debía hacer. Pero con Alice teníamos un acuerdo silencioso, una de las dos siempre se quedaba con él cerca. Ellos salían a veces, por supuesto Jasper lo hacía con su barbijo puesto sobre su boca, aún tenía que estar protegido contra las bacterias que pudieran traspasar su barrera inmunológica tan débil por el momento. Yo lo acompañaba por las tardes

_Las obras completas de William Shakespeare_ oí la voz de Alice por la puerta entreabierta _Julio Verne, Rousseau, Paulo Coelho, Jean Poul Sartre… ¿Harry Potter?_

Jasper rió… _Juro solemnemente que fue un obsequio de Bella _

_¿En serio?... wau, no digo que Harry Potter sea malo, es decir… está en todas las bibliotecas de los niños…_

_Tú lo dijiste, de los niños_

_Cierto_ Alice rió _a demás tienes “La piedra Filosofal” primera edición!, bueno… puede servir para dos cosas, sacar un buen dinero con la venta o como una hermosa herencia para tus hijos_

_Prefiero lo segundo…_ dijo Jasper y pude deducir por su tono de voz que estaba hablando totalmente en serio. El silencio se instaló en el cuarto… y luego de unos minutos Alice habló.

_Yo también prefiero lo segundo_

Oí un suspiro, el sonido de pasos, la cama de Jasper rechinar por un segundo y luego un beso, me separé de la puerta y caminé hacia la mía sin antes dejar de oír algo más.

_¿Crees que a nuestros hijos les gustará?_ Jasper preguntó.

_Claro que sí, si a ti te gustó…_

_Si… fue bueno, muy bueno._ aseguró mi hermano. _Nos aseguraremos que a nuestros hijos les guste amor_

_Te amo_

Y sonriendo me metí en mi cuarto… No era yo, ni la llegada de la primavera. Es que el amor flotaba en el aire.

*o*

_¿No podré verte tampoco hoy?_ me paré del sofá donde tranquilamente estaba esperando a Edward esa noche.

_Necesito trabajar en esto Bella, tengo que concluir con este informe antes del viernes…_ lo oí gemir de frustración _no sabes lo que deseo estar en casa tranquilo contigo bebé, pero… Aro me lo encargó_

_Lo sé, lo sé_ murmuré tratando de tragar mi enojo, dejé caer mi cuerpo nuevamente sobre el sofá, tomé el control remoto y apagué la música suave del reproductor de i-pod del salón. _Supongo que es lo que pagas por haber concretado tu sueño ¿he?_

_Amor…_

_Está bien Edward, me iré a casa_

_No_ dijo con determinación _No te vayas Bella, espérame amor… por favor. Solo será esto y espero tener tiempo libre al fin, bebé… por favor, espérame en casa, te necesito en mi cama._

_Estoy cansada de estar lejos de ti_ dije más para mí que para él.

_Yo también estoy cansado cariño_ suspiró _Dios… te necesito amor. No te das una idea de cuanto_

_¿Todo esto se calmará luego de la boda?_

Él suspiró, _No es algo que pueda decirte Bella, no quiero mentirte, pero… este es un buen momento para la compañía, por eso mismo me hicieron socio. Solo dejemos que pase esto y estoy seguro que todo volverá a la normalidad._

_Bien… porque si no es así, desde ya te estoy advirtiendo que soy capaz de cruzar toda la ciudad para ir a tu oficina solo con un sobretodo cubriendo mi cuerpo vestido únicamente con unas braguitas de encaje y dispuesta a que marquemos tu escritorio… ¿es insonora tu oficina? Deberías pensar en hacerla así_ y lo oí gemir. _ Ya sabes, si la montaña no va Mahoma…_

_Por dios Bella… no me hagas desearlo bebé_ casi gemí, solo casi… al oír su voz gruesa.

Reí un poco luego de la desilusión,

_Está bien, te espero… la verdad es que estoy muy cansada igual, me daré un baño de burbujas y no creo que ni siquiera tenga fuerzas para ponerme pijama, caeré dormida desnuda y mojada sobre la cama_

Ok… juguemos sucio…

_Bella_ lo oí gemir. Me mordí el labio, conocía tan bien a mi hombre que podía jurar e imaginarme que en ese preciso momento estaba pasando su mano fuertemente sobre su erección cubierta por el pantalón.

Mierda… junté mis muslos ganando un poco de fricción. Y continué…

_Guardaré la botella de champaña que puse en el refri hace un momento_ dije con voz suave _mmm… pero me comeré las fresas, están bien dulces y jugosas_ lo oí sisear… _¿quieres que te guarde algunas?_

_Por favor Bella_ casi gruñó.

Sonreí, no supe si me pedí por favor que pare o por favor que le guarde fresas, pero era divertido hacerlo desear por ambas cosas.

_Ok… te guardaré, se que te gustan las fresas jugosas y bien dulces_ dije inocentemente _...y con crema en la puntita_

_Mierda_ lo oí gemir. _Bella…_

_Te amo amor… nos vemos luego_ corté la llamada con una gran sonrisa de satisfacción en mi rostro y me levanté del sofá. Guardé la botella de champaña que ciertamente tenía en el refri enfriándose y comí unas cuantas fresas. Una idea me golpeó y decidí llevarlas a la mesa de noche junto a la cama. Apagué las luces de todo el departamento, me desnudé entera y me acosté sobre las sábanas de hilo egipcio. Mordí la mitad de una fresa y mastiqué mientras pasaba la mitad jugosa por mis pechos, más bien por mis pezones… recorriéndolos con la pulpa jugosa y dejando un rastro brillante de su esencia. Hice lo mismo con otra y la pasé por mis labios y mi cuello para luego bajar en línea recta hasta mi ombligo y dejar jugo allí también.

Separé mis piernas y tomé otra fresa para morderla por la mitad también y esta vez pasar la parte pulposa por mi vulva y labios desnudos, gemí cuando el jugo frio tocó mi clítoris… Dios… necesitaba a mi hombre.

Cuando finalicé comí el resto de la fresa y apagué la luz de mi mesa de noche mirando la hora, eran las once y treinta de la noche. Recosté mi cabeza en la almohada y sonriendo sobre mi bruma me quedé dormida desnuda sobre las sábanas.

..

_Mierda_

Una maldición me despertó y volteé mi cabeza viendo que aún era de noche, el reloj marcaba las once y cincuenta de la noche, parecía que acababa de dormirme. Traté de cerrar mis ojos y seguir durmiendo pero un gruñido cerca de mí me lo impidió. Volteé la cabeza para ver su proveniencia y jadeé al ver lo que tenía en frente bajo la luz tenue del velador.

_Eso fue jugar sucio Señora Cullen_ dijo Edward desnudándose a un lado de la cama, estaba desabrochando los puños de su camisa a media sacar, el resto de su ropa había volado ya y me mordí el labio al ver su hinchada y gruesa erección, alzada entre su camisa abierta. _se que haces uso de tu poder mi amor, el poder que tienes sobre mí de manejar mis hilos cual marioneta… pero ¿sabes qué? Me importa una mierda, juega conmigo todo lo que deseas bebé_ terminó de sacar su camisa rápidamente sin dejar de mirarme a los ojos con su mirada oscurecida, _porque estoy más que dispuesto a complacerte_

Gemí inesperadamente y me retorcí sobre la cama tratando de calmar mi necesidad juntando mis muslos, verlo allí, parado frente a mí desnudo y con su enorme erección destilando una gota de la punta, hablándome de esta manera tan posesiva y goteando deseo de cada palabra… mierda, podía correrme con solo un toque de sus dedos, estaba segura.

_Ponte en cuatro Bella_ dijo acercándose a la cama como un león al acecho _te castigaré por retrasar mi trabajo nena_

Oh sí…

Sin rechistar volteé sobre mi vientre y gateé sobre la cama para ponerme en cuatro en el medio y delante de él. Abrí mis piernas lo más que pude arqueando mi cadera y miré sobre mi hombro, su mirada estaba clavada allí, donde se hacía tan evidente mi necesidad. Sabía que podía ver mi excitación escurrirse por mis muslos y mis labios hinchados esperando por él.

_Oh mierda…_ gimió tomando su pene con una mano para luego acariciarlo varias veces mientras me miraba y subía sobre la cama arrodillándose detrás de mí. Yo mientras tanto parecía gata en celo, gimiendo suavemente con solo verlo.

Sentí su mano sobre mis pliegues, subiendo y bajando con cierta fuerza pero sin brusquedad, gemí arqueando mi espalda y sacudiendo mi cabeza hacia atrás,

_Estas tan mojada…_ susurró mojando su pene con la palma de su mano empapada de mi excitación _mierda Bella, no comí desde el almuerzo y en este momento no se me ocurre mejor alimento que el que tú me puedas dar_

Y sin más palabra tomó mi cadera empinándola un poco, separó con sus dedos mis pliegues y literalmente me comió haciéndome gritar. Me aferré a las sabanas con mis manos en puños y traté de contener mi cuerpo sacudido por sus envestidas con la boca en mi sexo. Gemí de placer, puro y carnal… su lengua entraba y salía de mi cavidad y por momentos lamía todo mi centro pellizcando mi clítoris entre sus labios. Él gemía mientras me hacía ver estrellas detrás de mis parpados,

_Oh dios… sabes a fresas_ su voz sonaba distorsionada por no querer separase de mi sexo para hablar. Como un muerto de hambre sin parar de comer…

_Edward, Edward…_ gemí retorciendo mi cuerpo al sentir sus dientes raspando mi clítoris _ahh… así bebé… así… ohh_

_¿Te gusta Bella?_ dijo chupando mis pliegues y besando a boca abierta todo mi sexo _¿te gusta que te folle con mi boca?... ¿así?_ asentí moviendo mis caderas.

Sentí que adentraba el dedo pulgar en mi entrada y envestía varias veces chupando mi clítoris, luego con el mismo dedo recorrió el camino que había hasta mi otra entrada… y no pude más que tensarme, oh dios… nunca había sido penetrada por allí.

_Tengo que probar esto amor_ dijo él acercándose a mi oído _follarte el culo es una de mis fantasías_

Gemí desvergonzadamente, _Mi cuerpo es tuyo Edward, haz lo que desees con él_ mi voz deformada entre gemidos lo hizo gruñir.

_Oh sí_

Presionó su dedo en mi orificio hasta el fondo y me envistió varias veces con él, al mismo tiempo sentí la punta de su pene colocarse entre mis pliegues y envestirme de un solo empujón,

_Ahhg_ gemí arqueando mi espalda, estaba totalmente entregada.

_Fíjate como me pones…_ empujó fuertemente _con tus palabras sucias…_ envistió enterrando sus dedos en mi cadera _y tu cuerpo desnudo esperándome así…_ envistió gruñendo cerca de mi oído _¿cómo esperas que pueda andar con una semejante erección por ahí…?_ envistió penetrándome con dos dedos allí atrás, grité comenzando a sentir el calor irracional en mi bajo vientre _¿he?... responde!_ grité nuevamente cuando sentí la palma de su mano estampándose en mi nalga derecha, el cosquilleo de placer fue más fuerte que el dolor _responde mi pequeña putita_ envistió más fuerte y sentía que estaba a punto de tener mi jodido y más fabuloso orgasmo… sus palabras, si, oh dios… era su putita, solo suya.

_Yo!... solo yo…_ grité entre gemidos _fóllame… esa erección es solo mía…_

_Lo es!_ gritó nalgueándome otra vez. La parte de delantera de mi cuerpo cayó sobre la cama sin fuerzas, doblegada ante sus envestidas que seguían fuerte e intensas, sus dedos habían desaparecido de mi entrada trasera y me sostenía la cadera con ambas manos. _Follarte así es mi remedio amor…_

Mi orgasmo estaba a solo un par de minutos, allí… molestando en mi clítoris hinchado a punto de estallar y en mi cavidad palpitante haciendo lamentarme como una verdadera agonizante. Su pene golpeando gloriosamente en ese punto… oh dios, estaba al borde y él no parecía querer detenerse, me faltaba tan poco… mierda, solo un pellizco en mi clítoris y me correría fuerte y duro. Llevé mi mano derecha entre mi cuerpo y la cama hacia mi sexo pero antes de que pudiera tocar nada, Edward sostuvo mi mano, sacó su miembro duro de mí y me volteó sobre la cama tomándome de mis tobillos. Grité sorprendida pero en cuanto abrí los ojos, Edward estaba ya entre mis piernas, sentados sobre sus rodillas y mirando con atención mi sexo.

Yo respiraba con dificultad y gemí descaradamente cuando él tomó su pene en su mano y acarició con movimientos circulares con la punta de su pene, mi clítoris hinchado.

_Estas que te corres ¿no?_ preguntó sin dejar de mirar lo que hacía con su erección. Mi cuerpo tembloroso y necesitado parecía consumirse. Asentí sin ser capaz de emitir palabra. _Estas tan caliente amor…_ abrí mis piernas mucho más, hasta donde me era ya imposible, el se acercó más a mí y así, arrodillado alzó un poco mis caderas para que reposara sobre sus piernas y me envistió.

Solté todo mi aire con un fuerte jadeo…

_Así bebé, mira como entro y salgo de tu coñito_

Hice un esfuerzo y alcé mi cabeza para ver lo que él veía. Oh mierda… era tan sexy ver eso, extremadamente caliente mirar su pene grueso entrando y saliendo de mi cavidad, desaparecer entre mis labios rosados y ser engullido y apretado por mi estrechez. Cerré los ojos y gemí dejando caer mi cabeza sobre la cama.

_Edward…_ supliqué envistiendo con mis caderas.

_Tócate…_ imploró con voz entrecortada, sabía que él también estaba muy cerca. Y lo hice, mientras sus manos se aferraban a mi cintura para envestirme más duramente, llevé una mano a mi clítoris y lo encerré entre mis dedos para frotarlo firmemente. _Oh si!. Si, amor, oh dios… te amo, te amo…_ jadeó mientras me envestía más rápidamente. Mi cadera rebotaba contra la de él furiosamente y grité incoherentemente cuando mi orgasmo arrasó con mi cuerpo. Perdí el sentido de la realidad por eternos segundos, podía sentir mis gritos entremezclados con los gruñidos de Edward tratando de sostener mis caderas que convulsionaban contra las suyas.

_Oh sí!... mía, mía_ lo oí decir mientras se descargaba dentro de mí. Su pene palpitaba mientras se descargaba en mi vientre y en un arranque de delirio, metí dos dedos en mi cavidad prolongando mi placer y el suyo… acariciándome, apretando mi clítoris. _Oh dios…_

Después de esos infinitos segundos caí en la cama echa una masa temblorosa incapaz de moverse, respirando con dificultad, gimiendo por los estragos del intenso orgasmo y él cayó a mi lado, abrazando mi cintura y escondiendo su rostro en el hueco de mi cuello, enredado sus piernas con las mías.

Solo el sonido de los jadeos inundó el lugar y como si despertara de un transe, comencé a sentir las caricias que su mano hacía en mi cintura, los pequeños besos rezagados que dejaba en mi cuello y su corazón galopando rápidamente en su pecho cerca del mío.

_Te amo mi vida_ dijo en un hilo de voz. _tú eres más importante que cualquier cosa, pasaré mi vida entera demostrándotelo_

_Gracias por comenzar desde ahora_ dije acariciando su cabello entre mis dedos.

_Gracias por tu santa paciencia Señora Cullen_ sonrió y besó la piel de mi cuello.

Sonreí _Aún no soy la Señora Cullen_

_Lo eres para mí desde que dijiste “si”_

Era suya en realidad desde que puse los ojos en él. Desde nuestra primera cita, desde aquel primer encuentro… como su chica compañía.

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Precioso lemmon! jaja... Esta semana estuve leyendo fic de autoras españolas y se me pegaron algunas palabras, muy calientes los lemmons españoles debo decir. 

Espero les haya gustado el último capi de este fic, FALTA EL EPÍLOGO. 

Un beso enorme a todas y gracias por leer...