Donde está el amor, Capitulo 15: Pendiendo en un hilo

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Pendiendo de un hilo

La espuma era insuficiente. Por más que tallaba y tallaba la mugre no se salía, seguía allí opacando la blancura  de los platos de plásticos que utilizábamos para servir la comida a los refugiados. No quería la mugre en el lugar del que comían, ellos se merecían algo mucho mejor que comer de una olla comunitaria, ellos se merecían mucho más que solo una naranja por día porque no teníamos el sustento necesario para darle dos por jornada, ellos se merecían mucho más que comer de platos de plásticos que a veces tenían que compartir con la persona de al lado porque no teníamos suficientes para todos.

Ellos merecían estar en su hogar, en casa, junto a sus seres queridos y no estar llorando por sus muertes.

_Maldición!_ gemí golpeando con fuerza el plato contra la superficie de agua jabonosa. Era inútil!... el limpiador que nos enviaban no era de buena calidad!, el agua era escasa!, los platos estaban arruinados pero se seguían utilizando!... todo estaba mal, todo! Yo estaba… arruinada.

Apreté mis dientes y respiré profundo por la nariz, arrastrando hacia atrás las lágrimas que inundaron mis ojos y que no quería derramar… por dios… si lo hacía me desmoronaría en plena cocina y eso no podía suceder. Aún habían personas que necesitaban ayuda aunque la única que ocupaba mi mente…

No, no podía siquiera pensarlo, me rehusaba.

Luego de que el cabo Withlock dijera esa horrible noticia y corriera al primer baño a dejar mi estómago allí, había tratado de cerrar mi mente para no pensar. Me rehusaba pensarlo… pálido y sin vida en cualquier campo de batalla, su familia recibiendo las noticias, sus amigos reunidos lamentando la perdida, no… cielos, no.

_Bella!_ sentí la voz de Alice a mis espaldas al mismo tiempo que comencé a sentir que mis manos ardían debajo de la canilla de agua _Oh por dios, el agua está hirviendo!_

Y no me había percatado de ello.

_Lo siento…_ dije deteniendo mis movimientos con la esponja de acero, soltándola en el agua y apartarlas del chorro de agua caliente. _Tenían mucha grasa_ susurré consciente del enojo de Alice, que estaba a mi lado cerrando la canilla y dejando correr el agua el agua fría para sumergir mis manos calientes al rojo vivo debajo de ellas. Las lágrimas nublaban mis ojos.

_No te quiero así en la cocina_ dijo Alice rotundamente, sabiendo que no podía discutirle solo agaché la cabeza asintiendo ante su petición.

_Puedo servir en la enfermería_ murmuré sin convencimientos.

_No Bella, con tu torpeza estoy segura que los enfermos no duraran no más que un par de días_

Sonreí, tal vez por primera vez en días. _Gracias por tu fe en mí._ cerré los ojos y sonreí quedadamente antes de sentir los pequeños brazos de mi amiga a mi alrededor, confortándome, dándome cobijo.

_Todo estará bien Bella, tú sabes mejor que nadie que a veces lo que se ve no es lo que parece._

_Todo depende desde el cristal por el que lo mires_ repetí mi frase favorita.

_Exactamente._ dijo alejándose y tomándome de los hombros para mirarme. _tenemos que esperar la confirmación oficial o al menos la llamada del teniente Mc Carty, él no te dejaría con esa información_

Suspiré mirando a la mujer que tan prontamente se había convertido en mi mejor amiga, mi apoyo incondicional, mi casi hermana, _Gracias Alice, por aún tener esperanza_

_De nada amiga, aún creo que nos estamos apresurando con la información, debes pensar que no tenemos nada concreto más que lo que nos dice un herido de bala que llegó aquí semiinconsciente._

_Tienes razón_ murmuré anhelando creer como ella creía. _aunque me gustaría poder hablar con él una vez más, solo para ver si puedo sacarle un poco más de información._

_No puedes ahora Bella, él está sedado… si lo deseas, más tarde te acompaño a enfermería y lo ves, pero por ahora no creo que Kathe nos deje entrar.

Kathe era la enfermera de turno por las noches, era muy estricta y bajo ningún concepto permitía que hubiera visitantes fuera del horario de visita. Pero lo entendía y respetaba, tendría que hablar con el soldado por la mañana. Tenía que saber más, él debía saber más. Su mente tal vez le hizo un truco sucio y cree haber visto algo que no fue, por dios… parecía un gato colgando de una soga, tratando de arañar y sostenerme de cualquier parte que pudiera, manteniendo la esperanza de no caer.

Asentí pensativa y caminé junto a Alice hacia nuestra habitación. Hacía noches que no dormía bien, noches que me quedaba mirando el techo blanco sobre mí, estremeciéndome por los trucos que mi mente me jugaba, haciéndome imaginar escenarios que me hacían levantarme a la mitad de la noche para eliminar mi cena en el baño. Sueños que soñaba despierta, con un par de ojos verdes reflejando puro dolor, tanto… que me hacía llorar hasta finalmente quedarme dormida.

Esa era la pregunta que me rondaba por la mente y la cual me daba miedo formularle al cabo Withlock, ¿él estaba seguro que había visto lo que había visto? Pero y si no estaba seguro… ¿Estaría Edward sufriendo el dolor de estar mal herido? Oh por dios… ¿estaría el sufriendo? De tan solo pensarlo me doblaba de dolor, agónico, físico, mental.

Alice continuó caminando, dejándome en la puerta de nuestra habitación, ella tenía que supervisar el hangar donde el helicóptero había dejado hoy por la tarde las nuevas provisiones enviadas por la ONU.

Ya sentada en mi cama, no quería acostarme aún, era temprano y sabía que de todas maneras no iba a poder dormirme. Decidí ir a mi laptop y abrirla, en cuanto lo hice su imagen me dio la bienvenida en el fondo de pantalla. Edward, Withlock y Mc Carty.

Suspiré al ver esos ojos verdes y abrí Skype, quería ver si había alguien de mi antiguo trabajo conectado a estas horas. No tenía esperanzas porque del otro lado del mundo, donde se encontraba mi hogar, se encontraban de madrugada.

_Mamá!_ grité ahogadamente al ver su nombre titilando en la lista de conectados. 

Oh por dios, no me había dado cuenta de cuanto la necesitaba hasta que vi que tan cerca estabamos gracias a la tecnología, necesitaba abrazarla y saber que de alguna inesperada manera todo iba a estar bien. Necesitaba su optimismo.

_Bebé, cariño…_ dijo ella luego de unos segundos en que hice doble click en su nombre y la vi en la pantalla.

_Mami…_ sonreí tragando el nudo en mi garganta. Mi madre me conocía lo suficientemente bien como para saber exactamente en que estado anímico me sentía por lo que debía cuidar mis expresiones si no quería preocuparla. _¿cómo estás? ¿Cómo está papá?_ no pude evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas. Los extrañaba.

_Bien cariño, estamos bien. Por dios Bella… tenía el presentimiento de que te encontraría por aquí, casi no me llamas…_ hubo un dejo de reproche en su voz que me hizo bajar la mirada, había estado tan ensimismada en mis problemas y preocupaciones, que me había olvidado de mi piedra de toque, mi madre.

_Perdóname, es que… han sucedido demasiadas cosas por aquí y la verdad es que no he encontrado tiempo para extrañarlos, soy una mala hija_ sonreí con culpa.

Ella negó riendo suavemente, _Eres una hija preciosa, no dejes que te hagan pensar lo contrario. Me gusta que estés ocupada allí, eso significa que realmente te gusta lo que haces… aunque te extrañemos a montones hija, te apoyamos en cada cosa que hagas_

Y mis lágrimas no pudieron soportar más , estaba liberando el gran peso que había llevado todas estas semanas.

_Mamá…_ susurré dolorosamente bajando la cabeza. Llevé mis manos para tapar mi rostro y cubrir mi vergonzoso llanto.

_Hija…_ susurró ella de vuelta algo alarmada _¿qué sucede nena? ¿Qué te tiene así? No quiero que estés triste, si sabemos que estas así no podremos dormir tranquilo nena, por favor… cuéntame ¿qué sucede?_

Sollocé alzando los ojos y miré a mi madre que me veía preocupada desde la pantalla de la laptop. Sus ojos brillaban y comprendí que el sentimiento que nos abrumaba tendía a lastimarnos, el amor… en cualquiera de sus formas, dolía.

_Conocí a alguien la noche en que fui rescatada de Tikrit…_ comencé, tal vez confesar mis preocupaciones y mi dolencia iba a pesar menos ese dolor en el corazón y mi madre era mi amiga también, no había nadie mejor… a demás de Alice.

Luego de media hora de hablar mientras veía a mi madre pasar por diferentes estados a medida que iba relatando mi vivencia, terminé con los ojos colorados al igual que los de ella, que había sonreído, sollozado a mi par, había observado incrédula las cartas que sostenía en mi mano y las cuales relataban las vivencias de Edward, había mirado atenta la fotografía que le mostraba de Edward, que había imprimido y puesto en mi mesa de trabajo y había dicho palabras de aliento cuando notó mi desesperación, palabras que solo una madre sabe expresarlas a una hija que no puede abrazar por la distancia.

_Oh Bella… no bajes los brazos, no pierdas las esperanzas_ sonrió entre lágrimas mientras tocaba la pantalla de su laptop. Alcé mi mano y toqué sus dedos creyendo fuertemente que podía ser capaz de imaginar su contacto, su calidez, su apoyo. _Papá y yo estamos siguiendo paso a paso lo que las noticias informan y están cerca Bella, están cerca de atraparlo y luego de eso… cada uno volverá a su casa, su hogar o junto a los que aman…_

_Mamá… ¿y si él no puede volver? Peor aún… ¿si termina todo y vuelve a su hogar sin contactarme o siquiera querer verme?_

_Lo hará, por lo que dicen esas cartas, él no quiere perder contacto_ me alentó.

_No lo sé mamá, ya no estoy segura de nada… solo quiero que todo esto termine ya_

_Yo también quiero… y quiero tenerte en casa Bella, no quiero que estés tan lejos de mí y tan triste amor… ¿por qué no vienes a casa? Al menos unos días… nos haría bien a todos._

¿Y dejar todo aquí? ¿Dejar a Alice… al voluntariado? ¿alejarme más de Edward si es que él seguía con vida? ¿Y si no lo estaba… qué más me quedaba? Nada…

_Ven Bella, vuelve a casa mi niña… aquí no estarás sola y si tienes que esperar por noticias, lo haremos las dos juntas tomadas de la mano._

_Veré que hacer mamá… por ahora no quiero estar lejos de él_ dije aferrándome a su retrato entre mis manos. Oí a mi madre suspirar.

_Bien… pero llámame amor, cuéntame cómo te sientes, cómo estas, qué piensas. No quiero estar con la incertidumbre_

_Lo haré_ asentí para la tranquilidad de Reneé. Ella me miró por un buen momento y asintió resignada.

Luego de hablar un poco de papá y de la gente de Forks, nos despedimos sonriendo entre lágrimas. Haber hablado con mi madre fue un nuevo aire, un respiro en medio de toda esta avalancha de emociones, lo necesitaba. Seguí navegando por internet para ver las ultimas noticias en CNN on line, di click en el video que había sido el último informe sobre el conflicto en Libia y con el alma en un hilo lo miré.

"Según nuestros informantes, ha habido varias bajas en las últimas horas tanto del cuerpo militar estadounidense como los de los aliados. A pesar de esta desgraciada noticia, podemos sin embargo afirmar que en horas más habrá noticias exclusivas, que esperemos sean las que pongan fin a esta búsqueda. El jefe militar libio Muamar Gadaffi está disfrutando de sus últimas horas de libertad... vamos a estudios" la pantalla de mi laptop seguía transmitiendo on line otras noticias, pero mis ojos estaban puestos en un punto invisible sobre ella. Tragué el nudo en mi garganta cuando desvié mi mirada hacia la única fotografía que tenía de Edward sobre mi mesa de trabajo y luego de contemplar varios segundos sus brillantes ojos verdes, sentí deslizarse una lágrima por mi mejilla. Así como vino se fue con el toque de mis dedos, aún mantenía la esperanza. No debía llorarlo, me reusaba a rendirme.

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Bueno, digamos que este capi es una especie de capitulo de espera. El alma en un hilo, sin saber que sucederá. en el próximo creo que se viene lo que esperábamos o al menos una de las cosas, lo que vieron en los noticieros ustedes hace unas meses. Besotes y gracias por seguir este fic...
AH!!! gracias a mi hermosa Camila Loto por la cabecera del blog, en el mes de mi cumple, gracias preciosa por acordarte. Un beso enorme amor y muchas gracias mi diseñadora oficial!!! :)