Dejo su casa
presurosa y emocionada.
Como buena hija vestía decorosamente, eso pensaba su madre pues, bajo
la gran camisa
y el pantalón deportivo vestía un corto
short de tela y un top de tiras que dejaba
ver las curvas que la edad le
regalaba. Justo al llegar a la playa
se deshizo de la apariencia
de niña
obediente. Se aseguro de
guardarlo todo en la pequeña mochila que se había
colgado a la espalda justo antes de salir.
Corrió por la playa
en busca de Sam, y allí estaba
él, tan alto e imponente y con esas sonrisa que le derretía. Se permitió
saltar a los brazos de
aquel joven gallardo,
de su héroe. No le
importo estar en medio de un
sitio público, le beso, le beso como si
no hubiese mañana y para su regocijo
él correspondió con el mismo entusiasmo.
—¡Wow!— susurro contra sus labios— vamos—
A
ella le costó dejar aquellos
dulces labios. Una
risita tonta abandono sus labios. Caminaron
tomados de las manos, alejándose de
la playa y los curiosos
ojos. A medida que se alejaban
sus nervios aumentaban,
un cosquilleo a
todo su cuerpo recorría y
los latidos de su corazón no menguaban
—¿Te gustaría ver
donde me quedo?— pregunto
Sam, haciendo que su tonto corazón
aleteara con más fuerza
—T-tú… tú…
casa— la sola idea
le seco la garganta
—Sí,
mi casa. Ahora estoy
solo. Mamá está en Seattle trabajando— los
rumores decían que la tía
Taysha enviudo tres años atrás—¿algún problema?— cuestiono mirándole con detenimiento.
Humedeció sus labios
a la vez que sacudía
la cabeza, negando silenciosamente, de
hablar estaba segura diría muchas
cosas comprometedoras o
actuaria como la niñita que no quería
ser. En muestra de su valentía
respiro profundamente.
La casa vista desde dentro no distaba de
otras, un poco más modesta pero no por ello acogedora, aislada
y calma. Todo el mobiliario podía contar con días
mejores.
Se acomodo en un cojín mullido
en el piso. Sam, le dejo
sola unos minutos al volver
traía dos vasos y una
enorme sonrisa. Bebieron la
limonada en un tenso silencio, unas miradas cargadas
— ¿Qué has
hecho estas vacaciones?— su pregunta
sonó tonta e infantil, pero de alguna manera tenía que
acabar el silencio
—Dormir…
dormir… dormir… pero ahora—
sin más dejo su sitio en el mueble para hacerse a su lado— espero que dormir sea lo ultimo— anuncio antes de tomar
sus labios prisioneros, ese
beso no fue parecido a ninguno compartido con anterioridad,
y no es como si ella supiera de besar a
chicos, no, él era la primera persona a
quien besaba.
Prácticamente se
devoraban los labios, ya no era
la torpe niña que vacilaba a la hora de
responder a los insinuantes
movimientos de aquella terciopelada lengua o los
carnoso labios. Ahora disfrutaba de aquella invasión.
Lejos estaba
de pensar que aquel beso llevaría
a
caricias que de lo tiernas podrían partir
el alma, o que sus propias manos imitaran
a las grande manos
de Sam
Su respiración
y
la de él, parecían luchar para
no colapsar. Su corazón por otra parte
ya era caso perdido, de lo
loco que estaba podía jurar que se le saldría por la boca,
claro si la boca de Sam no estaba
sobre ella en ese momento.
Sus ojos permanecían
más tiempo entrecerrados que sobre
el duro y bello rostro de Sam, y lo que su boca podía hacer
en su menudo cuerpo.
—Hermosa—
ronroneo roncamente él— simplemente
hermosa— reitero mirándole fijamente con esos oscuros ojos.
Una tímida sonrisa se formo en su pequeño rostro. Un beso más y
aquellas manos volvieron a
tocarle como nunca antes otras manos le tocaron. Bajaron por su cuello lentamente, agitándole aun más.
Sus dedos ágilmente desplazaron las tiras del top
por sus brazos dejándole más
desnuda. Una risita
nerviosa broto de sus
entreabiertos labios.
—S-Sam— le llamo vacilante al sentir su húmeda
boca en uno de sus hombros
—Tranquila—
susurro él alzando su
rostro y regalándole una
sonrisa— déjame verte—
Quizás fuera el modo en que le hablo, o el movimiento seguro de sus
manos, consintió que le mirara, con ello su
top fue sacado de su
cuerpo dejándole solo
con el pequeño acostumbrados, si
porque para su vergüenza sus pechos se negaban a ser tan
grandes como los de su
hermana, se sonrojó furiosamente, por instinto
trato de cubrirse con las manos
— Le—
susurro él alejando sus pequeñas manos de sus
pechos— dejame
verte—
— Y…yo creo— sacudió la cabeza
avergonzada— no—
— Ya se— exclamo él, irguiéndose un poco y alejándose. Con un muy sugestivo
guiño se deshizo de su
camisa, dejándoles en igualdad de
condiciones, casi— no hay nada de
que temer— le aseguro dejando
que sus manos vagaran por su plano abdomen hasta
llegar a la tela que ocultaba sus
tierno senos.
Jadeo sorprendida, en parte nerviosa en parte ansiosa.
Aquellas manos, distaban de la suya.
Donde las suyas eran chicas y
suaves, las de él grandes y ásperas, mas no su tacto, su tacto era como si
una pluma le tocara, haciendo que su cuerpo se retorciera por
las extrañas sensaciones que aquel toque provocaba.
Inconscientemente murmuraba
cosas que ni ella misma entendía
—Déjame
besarte— musito Sam aun mas
ronco y bajo. Esta vez no espero
respuesta.
Lloriqueo cuando esos labios se cerraron sobre la tela que cubría sus senos, las manos nunca dejaron de moverse. Y las suyas, parecían haber dejado la timidez atrás pues también tocaron aquella piel tersa
y morena con avidez. No sabía
bien que hacer, como responder, solo se dejo llevar.
Un largo y compungido gemido lleno la habitación cuando las manos del
él avanzaron en sentido
contrario, yendo al sur, aquella
zona de la que su madre decía era pecado
imaginar o tocar—
Si su madre era
cerrada para muchas cosas—
pero sin embargo ella en su curiosidad a veces, solo
a veces lo hacía.
—Sam—
lloriqueo sin saber
que pedía o quería
— Tócame Le, tócame—
ínsito él en un tono similar al suyo
Con las
manos temblorosas obedeció,
bien, en clases de bilogía habían
visto
el aparato reproductivo pero, una cosa era verlo en
una pintura de un libro y
otra tener una experiencia
cara a cara, mano a mano en este caso
— N-no
c-reo que lo haga…. b-bien—
dijo con timidez
— No importa— le aseguro entonces—
aprenderemos juntos—
Le miro a los ojos
para tomar confianza, y con sus
miradas enlazadas prosiguieron
a desabrochar los botones de sus respectivos pantalones,
y bajaron las braguetas, no
se deshicieron de ellos como con
sus camisas, tampoco tocaron el puesto
de su ropa interior.
Sam, metió una
de sus manos entre sus pantis y su
piel. Ella queriendo conocerle de la
misma forma le
imito, y siguió imitándole. Tocando
con temor y casi reverencia su
sexo
—Así— hablo
Sam, sacando su mano de su sexo y llevándola al suyo mostrándole como quería ser tocado.
Ella como
buena estudiante siguió las instrucciones. Además
lo que hacia parecía gustarle a
su novio. Sonrió, o lo intento
porque entonces sus dedos se
movieron con aspereza sobre su intimidad haciéndole retorcerse, grito
alto y claro. Él para
calmarle le beso con pasión.
Así
se fue olvidando de todo a
su alrededor, de lo único que no podía deshacerse
era de su toque y sus labios, del calor
en la habitación o que aquel cojín no
fuera lo suficientemente cómodo o que Sam estuviera
casi sobre ella.
El sudor
perlaba sus cuerpos,
y aun así no se detuvieron, ni
porque su sexo se sintiera
humedo. Él, galante y
caballero le tomo brazos y le
llevo a una habitación luego de
acomodarle en medio de la
pequeña cama de madera.
— Te
quiero—
No supo
si en verdad Sam lo había dicho o fue
su locamente la que hablaba. Pero
nada más importaba, solo estar con él, que le tocara
—Sam— Le llamo sintiendo todo su cuerpo
revolucionado, lleno de emociones
encontradas
— Yo también
lo siento— susurro, llevando sus manos hasta la pretina de su short para
tirar de ellos lentamente, aumentando
sus nervios y su emoción.
El roce de
la tela
con su piel solo aumentaba
la sensación de humedad entre sus
piernas.
Poco segura estaba
si lo que harían estaría correcto
o no, si su madre
pudiera hablar seguro diría con rotundidad que sí, que aquello no era más que actos de personas mundanas y que poco se valoraban, y que las
niñas decentes esperaban a
cierta edad y cierto estado para hacer lo que ella estaba por hacer.
Hacer el
amor. intimar, no era tonta
como todos quisieran pensar o
imaginar, en clase de biología también
tocaron ese tema, por
supuesto aquel conservador colegio solo hablo del acto como
proceso para hacer familia, como algo pecaminoso e impuro si se hacia abajo ciertos parámetros
—Le— suspiro, amaba
que le llamara Le, solo él le
llamaba así, haciéndole sentir especial
— Tengo miedo—
se a sincero por primera vez en la tarde
—
Nada te pasara—
prometió
Convencida
que así
seria, lo dejo estar. Bajo su
atenta mirada vio como le sacaba los pantis de
algodón con figuritas.
Humedeció sus labios. Mientras Sam,
sacaba su pantalón y
calzoncillos, ella cerró las
piernas con fuerza. La timidez había
cobrado su cuota, una de sus manos ocultaba su expuesto sexo. La única prenda que aún conservaba era el acostumbrado.
Inseguro le
vio acercarse a ella, y sin estar
totalmente sobre su cuerpo
le beso
con fuerza, tomando lo que podía y ella pues
en su enamoramiento creía estar tocando el cielo con las manos.
No hubo palabras,
mas si hubo caricias, toques ligeros, toque profundo, pequeñas actos que le llenaron de
seguridad. Vio como su pequeño
acostumbrador era sacado.
Las manos de
Sam le separaron las piernas. Otra ola de calor
se tomo su rostro canela, una
ola provocada por la oscura mirada
que él le dedicara. Gimió angustiada por aquella
corta evaluación, no tardo en olvidarse de él. Sam
se ubico entre sus piernas, y su mirada por fin se centro en el sexo de Sam Aquel órgano sí que le asusto, no porque
fuera u n monstruo pero si por el
tamaño y grosor.
— Relájate—
susurro él, acercando
su falo a su
sexo.
Poco a poco
sus sexos se tocaron. Sam, con toda la delicadeza del caso comenzó a moverse, introduciendo su sexo en ella, al
sentir el primer avanza grito, no
lo pudo evitar.
—Relájate—
le repitió alejándose un poco. Permitiéndole calmarse un poco y besándola. Para
luego volver a arremeter lenta y tortuosamente.
Otro grito
ronco y alto se le escapo
cuando avanzara un poco más en su penetración,
sus ojos que se habían llenado de lagrimas al primer
toque, ahora bajan.
Algo en su interior había
sido roto, lo supo cuando sintió mas humedad en su unión.
— Lo siento— se disculpaba él, dándole tiempo para
acostumbraba—creo que es
mejor hacerlo rápido—
Y eso hizo,
le penetro de una estocada haciéndole
gritar
aun más fuerte y que sus lágrimas bajaran más rápido.
Unos segundos estuvo quieto,
antes de empezar a moverse de susurrarle
palabras bonitas y afectuosas,
antes de llenarle de calor pero, no
por ello
se olvidaba del dolor que sentía ahí abajo.
Sam, le
ayudo a envolver sus piernas en
su cadera permitiéndole más movilidad. Le
pareció que una eternidad transcurrió
hasta que un pequeño grito
de parte de él acompañara sus
incontenibles sollozos, y cayera
sobre ella aplastándole
Su llanto fue creciendo haciéndose audible,
despertando a Sam de su letargo. Él
le miro con cierta pena, le
acuno en sus brazos consolándole
—Siento
haberte hecho daño— le
murmuro
Pero aun así sus lágrimas no menguaban. Un
sonido rompió el silencio
que precedió a
la declaración de Sam. Con una palabrota le dejo
sola. Le oyó hablar
en susurros con alguien,
aprovecho para levantarse al ver el
desastre el cobertor se asusto. Modio sus labios. Temblando como chamizo en invierno,
y sin prestar al ardor
y el dolor entre sus piernas se las
arreglo para ponerse su ropa, por lo menos hasta el acostumbrador, ya que la camisa aun estaba
en la sala, junto con su bolso.
Trato de
limpiarse las lagrimas y no
mirar el cobertor pero en las dos
tareas fracaso, sintiendo que el dolor y lo que
veía eran castigo por ser desobediente.
—Leah—
—Me tengo que ir—
se apresuro a decir sin levantar su
rostro o mirarle— es tarde,
mamá debe estar
como loca buscándome—
— Hermosa— susurro
él, tomando su pequeño mentón y elevándolo— no te alejes— pidió. Inclinándose beso
sus labios con delicadeza— deja te
acompaño a la playa—
Sin
ganas de hablar se limito a asentir. Le dejo para que se vistiera y
ella aprovecho para tomar sus cosas
y arreglarse adecuadamente— tal cual y había salido de su casa— Antes
de dejar la casa Sam le
abrazo fuertemente arrancándole otras
lagrimas.
Caminaron en silencio
hasta la playa. Allí y antes de marcharse le dio otro beso
— Mañana, veamos mañana— pidió
—Lo
intentare—
Una vez
estuvo sola trata de calmarse,
no podía llegar a su casa
llorosa y temblorosa , su mamá querría saber
que le tenia así, y como
le explicaba lo sucedido. Por
otra parte tampoco podía tardar
mucho, ya que el sol prácticamente se ocultaba y
su madre debería estar con los
pelos de punta por su desaparición.
Trato de recuperar
su compostura pero, los gritos de
su madre le hicieron vacilar
—Ya me oirá
esa muchachita. Si no estaba en la playa ¿dónde estaba?—
— En la
playa, puedes pregúntale a ese chico
de rastas, él me vio allí— respondió cerrando la puerta con suavidad— me distraje, lo siento— Y también
sentía estar de
mentiras con su mamá
Por más de
media hora soporto los regaños de su
madre, y las maliciosas palabras de sus hermanaos que parecía
hacer las cosas peores. Y lo único que ella quería era un vaso de leche, algo de comer, una ducha y que se le pasara el dolor
—¡Estas
castigada!— sentencio su madre al final
— P-pero—
—Nada
de peros— rugió su madre.
Sin más por hacer o decir y sin ánimos para nada mas se escondió
en la ducha por largo tiempo ,
luego en su cama trato de
recordar lo sucedido y tomar lo
bonito de la tarde, a pesar
del tenue dolor
se durmió con una sonrisa en el rostro.
Aquí mis querid@s un capitulo más de este capitulo, espero que les guste. Si, se que fue algo doloroso pero no todo es como lo pintan. Un abrazo y feliz semana Ada
9 comentarios:
Hay pobre Leah no la paso nada bien q lastima xq deberia de haberlo disfrutado x ser su primera vez,y Sam la cuido bien pero todavia hay algo q no me cuadra con el nose todavia no le tengo confiansa ojala me equivoque pero veremos q suceda mas adelante,xq ahora a la pobre de Leah la mamá la castigo y no va a poder ir a la playaq problema,gracias x el capitulo Ada!
Hola Ada ¿como estás? bueno he de decir primero que felicidades por esta historia que ya me ha enganchado.
Dos cosas: una creo que la primera vez aunque dolorosa no tiene porque serlo tanto si tu pareja es contigo dulce, paciente y cariñoso buscando tu placer ademas del suyo, pero anteponiendo el tuyo en ese momento.
Dos, creo que eso Sam no lo hace, creo que va a lo suyo, es decir a satisfacerse él mismo y no piensa en ella.
Conclusión pues todavía no tengo una definitiva pero no se que pensar de sam, de momento desconfió de él, no creo que de verdad la ame, no sé,. algo hay. Esa llamada y esos susurros mientras la otra esta viendo la prueba fehaciente de que ya no es virgen.
Veremos a ver por donde nos sales.
Un beso Ada.
Hola buenisimo el capi pobre leah tener que aguantar los regaños de su mamá no quiero ni pensar como se pondria si se diera cuenta de lo que paso yo tambien soy de la opinion que sam no es del todo sincero ojala yo este equivocada y él realmente la quiera a ver que pasa ahora cuando leah no llegue a la cita en espera del siguiente capi
saludos y abrazos desde México
Ada, que decirte... me llama la atención la historia porque algunas veces siento que Sam es el malo, a veces el bueno... Ash con la mamá de Leah me cae gorda jajaj
Adita el capítulo estuvo buenísimo. De verdad me sorprendio lo que paso entre ellos no lo esperaba tan pronto, pero me entristece que el se satisfiso, pero no penso como se sentiria ella. Por otro lado, esa llamada que tuvo fue sumamente sospechosa y ahora la mamá la castigo y no llegará a la cita. ¿Qué pensara Sam cuando vea que ella no llega? Ansiosa por el próximo!! Saludos. Deseo estes pasando una hermosa semana también!!!
Hola Ada el capi me gusto gracias por la nueva historia se ve muy buena e interesante besos bye
Hola cariño espero estas bien.me gusto el capitulo aunque pobre Leah no disfruto nada mas bien parecia aterrada pero la verdad no confio mucho en Sam...Besos nena y gracias por publicar....
Hola Ada me gusto el capitulo, no pense que tan pronto estuvieran juntos, pobre Leah sin duda fue muy doloroso para ella y siento que esta muy confundida con todo, y como dicen las demas es cierto tu primera vez es muy doloroso pero si tu pareja es dulce y amoroso puede ser algo muy hermoso, creo que Sam al principio fue dulce pero ya en el momento solo penso en disfrutar el y se olvido de ella, al igual desconfio un poco de el, pero veremos a ver que sucede como avance la historia,,, espero que despues no se arrepienta de esto........Besos y cuidate mucho
Wooow que capitulo, lo sentí algo lamentable por lo que sufrio Leah. Y Sam como que va muy rapido yo tampoco creo que la ame de verdad, espero que Leah se recupere y que ya no la cege tanto el enamoramiento. Saludos a todas gracias x el capi Ada.
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