Donde está el amor. Capitulo 18: Volverte a ver

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Volverte a ver

Habían pasado cuatro días desde que habíamos concluido con la “Operación limpieza”. Y no podía dejar de decir que la verdadera limpieza había venido después de haber concluido con dicha operación.

Tuvimos que quedarnos a prestar servicios por tres días más en Sirte, buscando en los posibles refugios a partidarios de Gadafi y familiares. Dimos con muchos pero aún faltaban más personas que compartían el poder junto a él, como su asesor y otros miembros de su gobierno. A demás de que teníamos que calmar a las masas para prepararse a una transición, la cual sería difícil tanto social como económicamente, adaptar a la ciudadanía de vivir bajo el yugo de un déspota dictador a un gobierno democrático.

Esa etapa esperaba vivirla bajo otras circunstancias, porque nuevos soldados estaban llegando para ocupar nuestro lugar, mi misión aquí… en este país lejano y ajeno, bajo el sol abrasador y la aridez del desierto, había concluido. Esperaba volver a casa… o sea a ti Bella.

_Cabo Masen_

Estaba colocando la última camiseta dentro de mi bolso de mano cuando oí esa voz. Volteé reprimiendo una sonrisa en mis labios, haciendo el saludo militar sobre mi sien derecha.

Emmett rió negando con la cabeza, _Hombre!... desde el preciso momento en que dejaras esta base, ya no seré más tu teniente… eres un amigo Edward, pensé que lo sabías_

_Lo sé Emmett…_ me acerqué a él y tendí mi mano, nos saludamos como se saludan los amigos, con la palmada en la espalda incluido _tengo que agradecerte mucho por todo lo que hiciste por mí_

Él rió asintiendo…

_Espero que haya valido la pena, ¿iras a ella ahora?_ murmuró adentrándose en la habitación que compartía con tres soldados más, para sentarse en la orilla de una de las camas cuchetas.

_Por supuesto… ahora que nos han dejado esperando ordenes, no perdí el tiempo para hablar con el Comandante y ha accedido a dejarme partir antes hacia la base en Túnez… iré con el helicóptero de rescate, que llevará una nueva tropa de soldados y víveres _

_Eso está muy bien… ¿prestaras servicios allí, en la base?_

Asentí inflando mi pecho, _Sí, si es necesario una mano extra la daré… se que falta mucho para que quienes fueron desplazados retornen a sus hogares, haré lo que esté a mi alcance para ayudar_

_Contaba con eso… ¿retornaras luego a Chicago?_ frunció el ceño esperando mi respuesta.

_No… no lo sé_ pasé mi mano por mi cabello corto y me senté en la orilla de la cama de enfrente. Había pensado mucho sobre qué hacer de mi vida de ahora en más, había pensado en muchos escenarios… pero en todos te incluía a ti Bella, diría que mi futuro estaba al pendiente, esperando a ver qué me ofrecía o a donde me llevaba, siempre junto a ti, si me aceptabas. No tenía nada que perder si te seguía… solo una casa heredada en los suburbios de chicago, donde no me apetecía volver, no quería estar solo. _En chicago no tengo nada más que una casa vacía que me espera, llena de recuerdos… los que me gustaría que quedaran como eso, solo recuerdos_ negué con la cabeza _creo que por ahora mi lugar está donde ella esté… no puedo imaginarme en otro que no sea ese… cielos_ cerré los ojos agachando la cabeza entre mis hombros _¿será que estoy soñando muy alto? Ni si quiera se que ella aún esté esperándome… ni siquiera sé si sigue allí, _

Emmett rió por mis patéticos deseos _No por nada la chica se arriesgó a quedarse cerca… podrá decir que se quedó porque deseaba ayudar en la base de refugiados, pero vamos… una mujer cualquiera se habrían ido de esta mierda y vivir una vida mejor en su país, olvidándose que en esta parte del mundo peleábamos por la libertad…_

_Pero Bella no es una chica cualquiera_ rebatí con el orgullo desplegándose en mi corazón. Tú preciosa… era una mujer increíble.

_Exacto_ sonrió Emmett. _Ella hace la diferencia_

Sonreí con el corazón latiendo tormentoso en mi pecho, lleno de orgullo y deseos de volverte a ver. Dios… las manos me escocían por volverte a tocar, mis ojos picaban por volverte a mirar. Quería sentirte de una vez por todas, luego de solo haber sentido arena y sol en mi piel.

_Hablé con Melani hace unas horas_ dijo entonces mi amigo, su voz había cambiado al confesarme su contacto con su familia, podía ir el amor en sus palabras, él bajó la mirada a sus manos y sonrió negando con la cabeza _mañana comienza clases de ballet, Rosie dice que está muy entusiasmada, mi niña está muy feliz con sus zapatillas de bailarina y su tutu rosa, me gustaría verla…_

_La veras pronto Emmett. De ahora en más todo se acelerará…_

_Eso espero_ sonrió levemente _quiero llegar pronto, Rose está a punto de dar a luz y quiero estar presente._

_Lo estarás… el niño te esperará o sino… siempre puedes encargar otro_ reímos juntos.

_Oye… ¿por qué cuando termines tus cosas en Tunes, no te vienes un tiempo a Seattle? Ven a casa… como un invitado, no lo sé… has un relevo en tu vida._ dijo con entusiasmo.

Sonreí _Podría ser, no lo sé… todo de pende de lo que suceda_

_Claro_ Emmett se paró y palmeó mi espalda, consciente de que mi destino dependía de ti. _que tengas un buen viaje Edward, mantente en contacto, para lo que necesites_

Me paré y abracé al hombre que había significado tanto en este infierno, abracé a mi amigo, al Teniente, al padre, al hombre… a alguien que añoraba tanto como yo mismo añoraba. Añoraba un hogar, una familia, una persona… no éramos tan diferentes.

Con mejor ánimo y más ansiedad, si eso era posible, terminé de empacar mis pertenencias. Me coloqué mi chaqueta militar, pues aún era un soldado hasta que pidiera la baja en el ejército. Y tomando mi bolso de mano, salí de esa habitación sin mirar atrás.

El viaje en helicóptero no hubiese sido tan largo si hubiese podido controlar mi ansiedad, lamentablemente no pude. Las manos inquietas me sudaban, me temblaban y mi pierna rebotaba contra el suelo a medida que nos íbamos acercando. Conmigo iban muchos más, algunos soldados que también a ayudar al proceso de reestabilización nacional y algunos colaboradores de la ONU para acelerar el proceso.

No podía creer que de alguna forma todo había terminado, al menos para algunos de nosotros, ya que había un largo camino por delante para una nación entera, que debía reconstruir su democracia desde los cimientos, volver a creer en un gobierno y confiar en él. Dejarse en manos de un nuevo orden, de nuevas perspectivas… partir de cero, algo así como me sucedía a mí.

Partir de cero.

¿Seré capaz de hacerlo? ¿seré capaz de vivir… con tanto peso como la palabra lo indica, VIVIR de ahora en más?... no solo existir.

Quiero Vivir.

… Y a tu lado.

_Aquí Águila 1, sobrevolando a 3.000 millas sobre base Normand, solicito permiso para aterrizaje. Cambio_

Oh por Dios, estábamos a poco de llegar…

Miré por la ventanilla de la puerta del helicóptero y lo primero que vi fue el mar azul, tan azul como aguamarinas… la costa mediterránea. Caminé hasta la otra compuerta y entonces vi tierra, la costanera y al fin, la base debajo de nosotros con el hangar de aterrizaje, el helipuerto y el edificio del ACNUR a su lado.

Mi corazón tronaba en mi pecho, Dios... estaba a unos pasos, tal vez a unos metros de volverte a ver. El sonido de las astas del helicóptero eran nada comparado con el tronar en mi pecho... 

-Águila 1 preparándose para aterrizar, cambio.- oí al piloto mientras mis ojos te buscaban entre aquella pequeña multitud que se había reunido en el helipuerto del refugio. 

-Águila 1 aquí, base Normand ... recibiendo en la pista. Cambio- 

Los pies del helicóptero tocaron el suelo mientras los rotores continuaban girando, ya no podía esperar... por lo que a penas el piloto apagó el motor del helicóptero y las puertas se abrieron, tomé el único bolso de mano que había traído de la base y salté hacia la pista buscándote con mis ojos... 

Vi un montón de rostros, ninguno de ellos se me hicieron conocidos, había ojos marrones, había cabello castaño, habían miradas expectantes y gente menuda y pequeña, pero no estabas tú. Entonces quise reírme de mi mismo, ¿por qué motivo ibas a estar allí en el hangar? ¿a caso mi corazón pensaba que ibas a estar esperándome?...

Evadí a la gente que estaba por allí, muchos de ellos voluntarios que bajaban las cajas de provisiones que la Unesco había enviado para los refugiados. Estaban trabajando para ellos, eran muchos y parecía que hacían un muy buen trabajo, el refugio estaba lleno y aún había mucho trabajo para hacer. Sabía que estarías por algún lado, me lo decía mi corazón… o más bien, mis ansias.

Llegué a una especie de vestíbulo, había varias mesas con personal de la ACNUR trabajando allí, pero me dirigí a una alargada que sobresalía, parecía una mesa de recepción. Había voluntarios también y soldados que pasaban lista de la reciente correspondencia que el piloto del helicóptero le entregaba.

No te ví por ningún lado, por lo que fui hasta esa mesa y llamé la atención de un joven que escribía rápidamente en la laptop.

_Disculpe…_ el hombre alzó la mirada del monitor y alzó las cejas al verme, esperando mi pregunta _estoy buscando a alguien que es voluntaria aquí… Isabella Swan…_

Él frunció el ceño un segundo hasta que el reconocimiento llegó a sus facciones,

_Isabella… Bella, no la he visto hoy, pero seguramente está en el comedor con Alice… Alice Brandon_ miró su reloj _ seguramente a estas horas están sirviendo la colación de la tarde_

_¿Dónde está el comedor?_ murmuré con nerviosismo.

El señaló un corredor angosto a la derecha del área del vestíbulo, _La última puerta a la izquierda, no te perderás_

_Gracias_

Tomé una respiración profunda aferrándome a mi bolso de viaje y comencé a caminar por el largo corredor por donde el tránsito de gente no era tan apabulladora como en la entrada. Seguí la dirección que el chico me había señalado y pasé por varias puertas en el camino, parecían habitaciones u oficinas… no le presté demasiada atención, porque había vislumbrado la ultima puerta a la izquierda y mi corazón volvía a galopar furioso en mi pecho.

Estaba a poco pasos de ti… y era tan increíble y al mismo tiempo, lo único que me mantenía en pie, pues mis piernas hubiesen flaqueado hacía rato, si no hubiese sido por el ferviente deseo de volverte a ver.

La puerta que había señalado el chico era de doble hoja… por lo que con mis manos temblorosas la abrí vacilante y entré. Era tan diferente al bullicio de la entrada, parecía fluir la paz y la serenidad, a pesar de que igualmente algunas personas estaban sentadas en los mesones del amplio comedor, tomando lo que parecía ser una merienda de media tarde, un té con leche y pan.

Caminé sorteando varias mesas hasta que llegué al área de la cocina, habían varias mujeres allí y de repente sentí mi corazón golpear…

_... Tendría que haberla acompañado, tendría que haberlo hecho. Pero me enojó tanto que tomara esa decisión… como si todo el trabajo que hizo aquí y que aún queda por hacer, no significase nada. Como si yo no significase nada_ dijo algo alterada una mujer menuda y pequeña de cabello corto color azabache.

_Alice, ella tuvo sus razones para tomar esa decisión, no la puedes juzgar así…_ dijo otra mujer a su lado mientras sacaba una bandeja de tostadas del horno.

_Créeme Megan, yo se la razón que tuvo para que lo hiciera_ murmuró cabizbaja la mujer… Alice, Oh! Alice Brandon. Miré a su alrededor por si tenía la posibilidad de verte, pero no estabas…

Decidí carraspear para interrumpir el dialogo de esas mujeres y solo la tal Megan alzó la mirada.

_Hum… estoy buscando a alguien… me dijeron que podía encontrarla aquí… Isabella, Bella Swan_

Entonces Alice alzó su mirada hacia mí para que, segundos después, llevara su mano a su boca para frenar un grito ahogado y abrir sus ojos como si hubiese visto un fantasma.

_¿Qu… quien eres?_ preguntó ella acercándose a mí lentamente, fruncí el ceño… no esperaba esa pregunta. _Eres… oh por dios…_

_Soy Edward… Edward Masen_

Fueron un par de segundos en los que me paralicé al ver esos ojos color del cielo, llenarse de lágrimas mientras me miraban, para que luego Alice corriera hacia mí y me abrazara por la cintura enterrando su rostro en mi pecho. Simplemente… me quedé sin palabras.

_Oh dios… oh mierda, pensábamos..._ balbuceaba mientras yo no sabía qué hacer con mis manos. _Bella recibió una carta… ella…_

_¿Una carta?_ pregunté tomando finalmente sus hombros y apartándola levemente de mí.

_Aggh!..._ rugió ahora enojada golpeando con su pequeño puño en el centro de mi pecho _recibió una carta que se suponía que debía recibir si algo malo te pasara que impidiera volverte a ver. ¿Cómo pudiste hacerle eso?_

Oh… dios… esa carta.

Miré a Alice conteniendo la respiración… no, no se suponía que debía recibir esa carta. No… ¿cómo mierda pudo pasar eso?

_¿Dónde está?_ dije en voz baja, conteniendo las emociones.

_Dios…_ Alice dejó caer una lágrima por su mejilla _Ella está ahora en el aeropuerto, salió hace dos horas para allí, volverá a los Estados unidos._

Y me paralicé…

_Mierda_ susurré mientras en mi mente se confabulaban miles de escenarios, de los cuales ninguno era esperanzador. No… no quería que te fueras, no quería que la esperanza muriera aquí… no quería por nada del mundo perder tu rastro. Ahora mi corazón tronaba en mi pecho pero… de desesperación.

_Mierda, mierda… pero no sé qué mierda esperas!_ gritó Alice en un arranque de histeria _ve… con un demonio Edward, ve y no dejes ir a mi amiga_ me señaló amenazadoramente con un dedo.

_No lo haré_ dije en una promesa tácita.

Dejé mi bolso en manos de Alice y salí de ese lugar… con un nuevo objetivo, el más importante de mi vida.

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Ahhh!!!!! un capi mas amores, un capi mas... Un beso a todas y gracias por leer. Pero miles de gracias por su paciencia. Besotes!!!