Una vida de oportunidades, Capitulo 32: Sueño cumplido

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Sueño cumplido

Velaba  los nervios   con  forzadas sonrisas,   mi felicidad y la de mi   pequeño  angelito se veía  empañada por el  fantasma de  James Connor, La  audiencia  que  debiera celebrarse  una   semana  después que  Edward  les  llevara  a  su  hogar  fue  aplazada por   enfermedad del  juez,  todo un caso que  le diera  un  preinfarto. Por más que  quisiera  olvidarme de la  existencia de ese  ser me era  imposible,  más  cuando   en los días  previo al  juicio  llegara  una  notificación   pidiendo una moción  por   no sé qué  cosa…    deseaba  ser  un  vampiro  de esos de los libros para poder  ir  a por la  yugular de ese   hombre  y hacerle pagar  por  todo.  Si, lo  único  bueno que  había  hecho  en su  vida  — y  eso sin  contar  el cómo—  fue  ayudar  a la creación de  mi  cachito  de  cielo. Esperaba  que  el mes   que tendría que  esperar  lo  pasara estresada por la  boda,  por  planear  mi futuro próximo  como  madre, esposa,  hija  pero sobre  todo  en el plano personal   deseaba retomar  mis  estudios y  trabajar.  No  estresarme  por culpa  de un  hombre que  no sabía cómo llamar la atención.

Por  pura casualidad la mañana que llegara el  documento  me había  levantado  temprano,  el  sonido de la puerta, no del timbre  me   inquieto,  cuando  abrí y  vi al encargado del correo certificado  mi alma  cayo  a los  pies,  y casi se salió de mi cuerpo al leer,  desconociendo los alcances de aquel  “insignificante” —en  apariencia— papel, llame a Aro y  acordar  una   cita  urgente. No permitiría que  Edward se enterara y que aquello  boicoteara   nuestra  boda.

Nuestro  abogado declaró vehemente que  aquella  moción  ya  no procedería que el  juez  la  descartaría  en un santiamén

_ Ya  nada puede hacer _murmuro con  sonrisa taimada_ puede  traer  al papa como  testigo si  le place pero  de nada  servirá,  está   hundido  hasta el pescuezo,   fue  capturado in flagrancia, sumado a eso tenía  varias órdenes sobre su  cabeza,  y  paralelo  a los  litigios que se llevan  en esta  ciudad  le esperan   otros_ por un segundo   un pequeño sentimiento de pena  quiso surgir, rápidamente  se apago.

La pena  es para  la gente, no para los  desalmados. Pensé  alejándome de la  explicación del  abogado

_La  fecha  es  inamovible.  Más  aun para tranquilizarla  Sra.  Swan,  tengo preparado   un pequeño  argumento  que no dejara duda que  lo que desea  el  Sr.  Connor_ quise  resoplar al  oír que le llamaba Sr_ es  dilatar  el proceso   y que los  términos  prescriban,  conozco el trabajo de   su  abogado_  la  acritud  en su tono dejo claro  que  tenía  un lio casado  con  aquel  pillo _Una  vez  tenga la  sentencia penal  en mi poder procederé a remitirla   al  jurisdicción  civil para que el juez que lleva el proceso de reclamación de  paternidad considere  la capacidad del  Sr Connor  como padre,  dado las  circunstancias que  precedieron al nacimiento y los  últimos  sucesos   ni  un  ciego le vería   como candidato a padre,  a lo sumo  se señalara que es su hija  biológica  pero que  carece de  derechos  civiles sobre la menor_

  Sonreí sinceramente. Aro,  podría   causarme  miedo e  incluso   considéralo como el coco  pero era bueno, ello  me daba  confianza para  dar  cara a  todo lo que vendría.

Nadie pensaría que  un litigio conllevara tanta presión a los implicados  o que  se requiriera de tanto gasto emocional, físico  y  económico.

_Gracias  Aro_ dije levantándome  de  la   como silla de  cuero negro_ perdona que te moleste_

El  hombre  rio, produciéndome  repelús prefería verle   serio  y mortífero  que risueño  y  terrorífico…. aunque  lo de terrorífico  parecía  innato en él

_Por  algo me  pagan.  Cualquier  novedad   les comunicare_

El día para  variar  parecía  sonreír,  el sol   daba la cara  y no se veía rastro de nubes.  Metí las  manos  en los  bolsillos de  mi chaleco   y  camine  con  calma,  todo  a mi alrededor parecía   tener demasiada  velocidad,  podía ver  rostros  constreñidos,  sonrientes,  enojados,  tristes. Las  bocinas de los coches  sonaban con insistencia como  quien  no tiene tiempo para  un  pequeño  atasco.  Eche  vistazo a algunas  tiendas  dentro   había gente  con atisbo de melancolía, aburrimiento o  pereza,  solo una  tienda llamo  mi atención  la  encargada  una mujer  canosa y  arrugas sonreía  al único cliente.  Empuje  la  puerta haciendo sonar  la campanilla sobre  esta

_¡Buenos  días!_  saludo enérgica  la mujer_ Bienvenida  a  Sweet  temptation_ sonreí  al oír  el nombre del  sitio,  inmediatamente  recordé  a  Gary  Stewart con su   candente  voz   de  niño sureño  y  su  loco  vibrato.

Avance  canto  silenciosa 

“Oh, sweet temptation

It's hard to turn away

I look into your begging eyes

And Lord I wanna stay”

Y es  que  todo  dentro  de la pequeña  pastelería   era  una tentación.  Me  incline lo necesario  para ver la variedad de  tortas, ponqués,  dulces,  tarta, postes.  Tiramisú, limo, chocolate,  fresa, vainilla,  maracuyá,  galleta  y mas…  decante  por  el  postre de maracuyá,  no  me lo pensé dos veces para  comprarlo todo

_Una  fruta  exquisita_ murmuro  lo  mujer  cuando la saco de la vitrina expositora_ dulce y  agria  como la vida_ asentí

_Podría  regalarme  un pedacito de  genovesa y  uno de fresa,  mi  hija no me perdonaría si  no llevara algo  con esa fruta_  entonces   la idea  surgió_ ¿Hace  tortas para  boda?_

_Cariño_ hablo la  mujer  en ese  tono maternal  que muchas  mujeres mayores  suelen  usar _en Sweet  temptation, tu  tentación  es la nuestra_

Reí ante   el  eslogan. Pegaba  de maravilla

_Si a  mi  prometido y  a mi hija les  gusta  vendremos a encargarle  nuestro pastel  de boda_ prometí  tomando  la bolsa con mi pedido_ Gracias_

_Se  feliz, cariño.  No permitas que el pasado  controle  tu  presente_ fruncí el ceño ante las palabras  de  despedida de la  dulce  ancianita.

Camine  unas cuantas  cuadras mas,  estaba  a punto de tomar  un  taxi   un coche  negro  freno  bruscamente,  brinque  lejos del  vehículo,  había  visto suficientes  películas y documentales para  saber  que  alguien  podía  ser  secuestrado de ese  modo.   Desvie  mi ruta, no  me  iba a quedar ahí  esperando a que el loco al volante  decidiera  echarme  el carro encima o raptarme.

_Isabella  Swan_  

Me  detuve  y mire por encima del  hombro.  Apreté los  labios  disgustada.  Observe la calle por suerte   transitaban  coches y  había  gente  en las ceras

_¿Me está siguiendo?_ pregunte sintiendo   a  mi corazón  alterarse

_Necesito  hablar con usted_ apremio

Negué  rápidamente _Lo que tenga que decirme, Sr…._ no recordaba el apellido del pillo_  hágalo mediante  mi  Abogado,  Aro nos lo comunicara de inmediato. Hasta luego_ 

_Es  importante_ masculla_ Le  conviene_ su tono suscito amenaza haciéndome  sisear

_Entiéndase con mi abogado_ reitero_  de modo contrario me veré obligada  a pedir  una  orden  en su contra, no  lo  quiero cerca  mío o  de mi familia_ prácticamente  me  alejé corriendo,   detuve  el primer  taxi.

Llegue  a  la casa  Cullen   alterada, sintiendo una  sensación  desagradable  e incómoda.  Me dirigí  directo a la cocina.  Edward  estaba sentado   mirando con  cara de pocos  amigos

_¿por qué no atendías  al móvil?_

_Debí dejármelo_  dejé el paquete  sobre la barra y fui en  busca de  dos platos y un cuchillo _He  traído postre de maracuyá, para ti genovesa y para Ali  cuando regrese de su excursión con  Alice   torta de  fresa_ 

_¿Dónde estabas?_

_Paseando,  me siento inquieta_

_ Isabella_

Suspiré_ Aro  te  ha llamado_ afirmé, él asintió _ No  quería  preocuparte_

_Pero  no ves que si no me dices me preocupará el  doble!_ estalló_ llevo  dos malditas  horas   marcando a tu móvil  y  devanándome el  cerebro preguntándome donde  estas, si estás  bien_

_¡¿Tengo  que  pedirte permiso ahora  si  quiero  ir  a algún sitio?! ¡¿Se  acaba  mi privacidad  desde  ya?! ¡¿Me conseguirás  un  collar?!_ exploté   sin miramientos_ Dime,  Edward  tengo que ser  la típica  ama de  casa de  las películas de antes, digo ya tenemos la linda casita…._

Al  procesar  mis palabras me  acalle  poniendo una  mano  sobre mi boca. Señor  que tonta  soy.   Me regañé.  Edward  me  observaba  atónito, sin dar  crédito  a  todas las  barrabasadas  que había escupido.

_Lo…_ levanto su mano cortando de plano  mis palabras, su cabeza  se movió  negando.  Dejo la silla  y  salió  de la cocina. Luego la puerta  principal  abriéndose  y cerrándose.

 Me  deje  caer  en la silla   que  ocupó.  Oculte  mi rostro entre mis manos. Tonta,  tonta,  tonta.

Tarde   varios minutos en  reaccionar,  guarde    los postres.  Corrí al  cuarto  a por mí móvil,   cerré los ojos  al  verificar  la  cantidad de llamadas perdidas, no me  extrañaba  que  él no notara  que lo había dejado  ya que estaba completamente en silencio. Marqué  a su número  solo para dar con el  buzón de  voz. 

_A  la noche lo arreglas_ me  alenté  al ver la hora.

  Ali  estaba  por llegar  para  luego irnos  a  la  cita con la psicóloga, no me parecía seguirla  llevando  ya que prácticamente  ese  suceso había  quedado  en el olvido. Tampoco  me  parecía   estar  una hora  con la perspicaz  psicóloga  quien en una  de las  sesiones   a las que  Edward  no  pudo asistir, indago  sobre   todo ¿Cómo  quedé embarazada?¿cómo llevé el embarazo?¿quién me  apoyó?¿cómo me sentía  respecto a  todo lo sucedido?

_No  es  a mí  a quien debe   dar  ayuda_ gruñí   incomoda_ soy  una  mujer  adulta,   eso  no me afectó_

­_¿segura? ¿No te  afecto?_

_No,  no me  afecto_  respondí  entre  dientes_ son  cosas que suceden  tuve la mala  suerte  que fuera   a  mi quien sucediera,  no puedo cambiar  las  cosas  y  no creo que  las cambiaria.  Ali  es lo mejor  que me ha sucedido_

_Isabella,  debes  aceptar por completo  lo  sucedido en tu vida,  toda  negación  evita que  sigas adelante,  se te  hace  difícil confiar  o mantener un  relación estable.  Nunca  te  has preguntado ¿Por qué parece que tus  relaciones parecen  estar  en la cuerda  floja?_

_Estoy  bien_

_ Cuando  quieras  hablarlo…_ prometí  que  le  avisaría  cuando ese  día  llegara

 Tome  un suetercito azul para  mi pequeña, preparé  a  una  de sus  muñecas  porque después  de la primera sesión  opto por   mostrarle  a Charlotte    a  sus  amiguitas.

_¿Iras  con nosotras?_ pregunté  a  Alice  al momento en que  atravesó la puerta

_No,  quede con Jas para ir  a  la opera, tengo que arreglarme_

_¿A  dónde  vamos, Mita?_

_Con  Charlotte_ respondí   tendiéndole  a la  muñeca.

_¿Mi papi  ira con  nosotras?_

_ No_

_¿Por qué?_

Porque  fui una imbécil

_Tiene cosas  por hacer_

_Pero lo prometió ¿verdad?  Tía  Alice…_

Mi amiga  y  cuñada  me hizo mala  cara.  Traté de permanecer  irreprochable

_Lo siento. Papi  te compensara_ prometí.

Durante  el  viaje,  Ali  pasó a estar  irascible  y quejica, la  situación  no mejoro en la consulta.  Tuvimos que esperar  más tiempo  ya que Charlotte  atendía una  emergencia.  Edward, llegó finalmente y  el rostro de  mi pequeña  no tenia  precio.

_¡Papi!_ grito lanzándose a  sus brazos_ viniste_  tomo a la  niña  en brazos.  Paso de  mí,  se  ubico   a mi lado  pero como si  no estuviera _¿por qué no saludas a  mita?_ cuestiono _siempre la  besas,  ¿están  enojados?_   Mordí  mi labio  con  fuerza. La  incomodidad  se  podía palpar, ninguno supo dar  razón  por lo que, y  tomándoselo personal,  la  niña  se echó a llorar .

_No estamos enojados_ dijo él tratando de calmarla

_Si, lo  están_ un puchero sobresalía de sus labios.

_No  bebé_ intervine sintiéndome mal al  mentir

_¿Ya  no  nos  quieres?_ preguntó con ese miedo palpable del que Charlote nos había hablado, miedo a que Edward nos deje.

_Cariño,   pero  si  yo les amo más  que  a mi vida_  respondió  Edward con tal sinceridad que me sentí  una cucaracha por  el  show  de la mañana

_¿Por qué no besas  a mita? ni le  dijiste  amor, o  cariño_ otra vez  mordí  mi labio _¿Mita, mi príncipe  será  mi papi,  cierto?_

Por dios… mi cielo, tenía miedo.

 Asentí silenciosa, prometiéndome  que  de llegar  en a  enojarme  con  Edward en el futuro  resolverlo en cuanto se pudiese.  Pero  no pareció  convencida,  se aferro a  Edward  con tanto ahincó que  temí  le  clavara las  uñas.

Cuarenta minutos  más tarde  Charlotte  nos  invito a pasar.  Estuve  ausente   de la mayor parte  de  la  sesión. Alizzé  tardo más  de lo normal en  soltarse con la psicóloga, cuando  Charlotte  le dejo pasar a la zona de  juegos  pregunto:

_¿Ocurre algo?_ indagó  la   psicóloga,  palmeando  mi mano

_No_  me  apresure a responder al tiempo que Edward decía:

_Si_

_Alizzé  siente  el cambio,  la  he visto inquieta ¿quieren hablar?_

Cerré  mis labios  fuertemente,  no  desea que  me psicoanalizaran    ni  a mí, ni  mi  relación  con  Edward  o  mi  rol de madre. El silencio  tomo la sala.

_Bella_ susurró  Edward

                                                                                                                        

_No,  Edward_ respondí  en el mismo  tono_  no  quiero hablarlo aquí_

_¿En dónde?... ¿cómo?... ¿cuándo?_ inquirió con el mismo tono desesperado de esta mañana.

_Ali,  ¿deseas  ver   a nuestra mascota?_  intervino  la psicóloga.

Mi pequeño rayito de  sol,  sujetando  su  muñeca,  sujeto  la  mano de la psicóloga, Edward le  instó a ir

_Isabella_ dijo con dureza.

_Bella_ susurré bajito _ Siento  haberte  agredido, no quería decir  lo que dije,  no lo pensé_ admití _solo… me  siento abrumada,  cansada.  Charlotte  dice que  puede  que no haya  superado  lo sucedido con James,  yo  digo que ya  lo supere  pero  entonces aparece,  es como si fuera el coco,  sabes que  no existe porque no pueden  verle  pero  aparece y  todos  tus  miedos salen a la luz…. ¿Por qué Edward?_ sentía las lagrimas picando en mis oojos _¿por qué  hay  gente  así  en el mundo?  Temo que  un día  le suceda a Alí,    y  no poder estar  allí para protegerla, para evitar que nada, ni nadie la dañe_ solté  bajito_ no  quiero  sentirme  así, ni descargarme  contigo  o Alí _

_No lo sé,  amor._ dijo tomando mi mano fuertemente _ No sé lo que suceda en el futuro, pero  haremos  lo que esté en nuestras manos para que nadie la dañe, podemos  inscribirla a  clases de  lucha  y defensa cuando  tenga más  edad_ sujetó  mis  manos en su pecho_ No  quería hacerte  sentir  presa e n esta relación,  me  asusté  de  muerte  cuando no respondiste  a pesar  de que está  tras la rejas  no confió, no confío en nadie… solo deseo que sea  condenado y  le trasladen a  Nueva York  donde  le esperan  otros procesos_  

_Siento  haber  actuado como  un loca_ mascullé con voz temblorosa.

Sus  brazos  me envolvieron y entonces suspiré tranquila, estaba nuevamente en casa.

_Y  yo haber actuado  como si fueras una chiquilla_

Alce mi rostro,  le sonríe levemente _Bésame mi amor_ supliqué.

Sus  labios se  unieron a los  míos, respondí  ansiosa a cada  caricia  de sus labios contra los míos, recibí su lengua cálida en mi boca y casi gemí por lo placentero, Dios… solo un día sin besarlo y lo había extrañado como loca. El beso  no  duró  ya que   mi  pequeña  regreso  emocionada  cargando   una  jaula de  hámster.

_Yo  tengo  un perrito, mi príncipe  me lo regalo  con un castillo.  Vamos a vivir  allí  cuando  nos casemos y  traeremos al  abuelo Charlie para que  juegue  con nosotros_ reímos  antes  las  palabras de mi pequeña_ ¡Mita! un ratón pero  le quitaron la colita_ musito con pena_ corre en esa  ruedita_  llevo la  jaula  hasta  nosotros_ ¿podemos tener un ratoncito como este?_

_No,  cariño. Ya  tienes  un perrito_ dije pacientemente.

_¿Y   un gallo  que haga kikirikiiiiii?_

_No_ respondí  suavemente preguntándome de dónde había sacado esa idea del gallo, miré a Edward y reía con el ceño fruncido.

_Pero si tenemos  un  gallo  no  se nos hará  tarde _hizo  ese mohín con el que hacía a  todo el mundo ceder _Uno pequeñito_ suplicó  mostrando  esos ojitos de borrego

_Lo pensaremos, quizá quepa en el establo con los caballos_ prometió  Edward alzando las cejas hacia mí, negué con la cabeza sonriendo, él siempre tratando de complacerla… en su cabeza no existía la palabra No, íbamos a tener que trabajar en ello_  ahora  deja al  hámster_

_Ratón, príncipe. Ratón_

Obedeció y  dejo la  jaula  en la mesita de la zona de  juegos.   No  tardamos en  marchar a casa tomados de la mano con Ali entre nosotros, Edward tenía razón… no íbamos a poder protegerla de todos los males del mundo, pero íbamos a hacer lo posible por hacerlo.

A la noche  nos  reunimos todos en la sala de nuestra casa, compartimos del postre con cucharas en cada mano,  Ali  y  Edward  disfrutaron tanto del postre como de la  torta que les  llevé.

*o*

El  día  del  juicio llego  y  a excepción de  Alice y  Jasper, que se quedaron con mi pequeña,  todos  nos dirigimos  a los juzgados.  No ubicamos  tras  la mesa del  fiscal y  Aro.  El abogado de  James  me  dedico una  mirada  mortífera

_¿Por qué  te mira así? _siseo  Edward,  hasta  ese  día  no le  había  contando del  encuentro con el pillo.

_No sé_

Pronto  arribaron   James ataviado  en  un  traje  negro,  esposado por  su puesto de pies  y manos,  dos guardias  le escoltaban.  AL llegar  a la mesa donde le  esperaba   el abogado  fue liberado  solo  de manos, uno de los  guardias  se  ubico a  unos metros de  él, el otro más  allá, además de ellos  había  otros  uniformados  en cada  salida. Mi mente sobreprotectora registró cada uno de estos detalles y me regañé a mi misma por ser tan paranoica,

_Me romperás la mano amor_ un escalofrío me recorrió al oír la voz de Edward en mi oído y entonces me di cuenta de lo fuerte que apretaba su mano. 

El jurado poco  a poco  fue tomando  puesto, ellos  eran  al  final quienes  decidieran  sobre la suerte de James,  nuestro  sistema  así  lo requería y confiaba en que vieran la clase de hombre que era. 

Mis  manos  empezaron  a sudar.  Y mi corazón  se desboco cuando  un  hombre regordete  anuncio   que  debíamos ponernos de pie, mientras  el juez  hacia  su entrada. El protocolo  requirió de   las  debidas presentaciones,  un   resumen de  los hechos,  y la exposición de  algunas pruebas entre  las cuales y para mi sorpresa  incluyo el  testimonio  de la psicóloga de mi hija,  las demás  pruebas  fueron  realizadas  en  una audiencia  previa en la semana que  Edward  nos   llevara  a nuestro nuevo hogar.

_¿Qué hace aquí?_ pregunte  inquieta… ¿realmente pensaba que la psicóloga diría algo intimo y de índole personal a delante de todo el mundo? Sabía que ella se movía ante estos casos con el silencio profesional y confiaba en ello.

_Aro,  vio conveniente que ella  viniera, así  evitaría  hacerle  ir  al  juicio civil_ murmuro  Edward_

Las preguntas  hechas  a la  psicóloga se centraron  prácticamente   a la primera sesión  a la  reacción de  mi pequeña, respiré tranquila

_....Alizze Elizabeth Swan,  es  una  niña criada en un ambiente  familiar  lleno de  cariño  y apoyo, respeto, donde  los alzos  familiares  lo son todo,  la  unión  es palpable. Y  si bien  el episodio  causado por  el Señor  Connor   le conmociono e incluso  causo  temor,  este  ha remitido un poco.  Ve  en su madre, Isabella  Marie Swan, a una persona que le ama  y  protege a  toda  costa.  Y  en el  Señor  Edward  Cullen  al padre que no conociera, lo  reconoce  como tal,  tanto  verbal  como emocionalmente,  le ve también  un héroe  que nunca le  falla  y que le salvo del peligro ocasionado  por el señor malo, es decir el señor  Connor, a quien reitero   ve como  un factor de  riesgo que atenta contra  todo lo que conoce  y que lo único que  quiere  es alejarla de   su vida. Al sacarla de su entorno la  niña  sufrió  un  estado de Shock  que a pesar de su  edad    no  fue  tan  impactante  como si lo hubiese sido de haber  sido más  grande,  aun   hay  presencia  de ese temor por lo que al  comienzo de la terapia  detecte  que  Alizzé  estaba  generando un  vinculo de apego extremo hacia  sus padres  quien  aun  sufren por  el secuestro de la niña , en especial  a  su madre quien  además de  soportar  el secuestro de su hija  tuvo que enfrentarse con su agresor,  el mismo  hombre que abusara de ella  y luego  le dejara  atrás, el sentimiento de burla  y culpa  la embargaban y aun todo eso, ella es una persona  fuerte  y  se ha sabido  reponer  a ello_

Atónita  con  la intervención de  Charlotte,  gimoteé.

 Durante  los acalorados  y  enérgicos alegatos de conclusión, me  sentí abrumada.  El abogado de  James  lo hacía  ver como la víctima,  un  hombre que  recurrió al secuestro  como único  modo de conocer a su  hija,  la  añorada  hija  a quien desconocía.  También  se  fue por la mierda de una familia disfuncional  de  padres abandonantes. Nunca  aceptando  la responsabilidad de sus  actos, siempre  endilgando sus  actos  a  otros.

Maldito hijo de perra… lo quería lejos de mi familia.

El  fiscal  y Aro aunaron  fuerzas en torno al largo prontuario, al  ser  atrapado  en flagrancia,  en el testimonio de  policías, y  psicólogos  optaron por  no mencionar los testimonios de mi familia, en parte  supuse  para que no fueran  desatendidos o  tildados  de perjurio,  hicieron hincapié  a  la  intervención de  Charlotte  y  para rematar:

_... James  Connor es  un riego potencial  tanto  para madre  e hija,  su  intención al  llegar  a la cuidad  no  era otra que  satisfacer  sus  propias  necesidades  viendo en la  niña  la mejor  forma de  acceder  a la herencia  condicionada   que su finado padre  dejara,  con la  pena  de que al no haber heredero  esa  herencia pasaría  a  manos de la caridad,  al  estipular  el valor  de  la misma  a la  fiscalía  no  le  cabe  duda  alguna sus  verdadera   intenciones. Por  eso  y  el  recaudo probatorio que  reposa  en el proceso  solicito  al  honorable  jurado   tomar la  decisión  acertada.  Recuerden  hoy  fueron Alizzé  e  Isabella  Swan, ¿mañana   quien será el peón  para que  Jammes  Connor   logre  sus  objetivos?_

El  juez decreto  el receso necesario para que  el  jurado deliberara. Dos  horas más  tarde volvimos  a la sala  en espera de una  sentencia… yo con mis uñas más cortas, victimas de mis nervios y Edward con la seguridad aplastante que lo caracterizaba y con el cabello solo un poco más revuelto.

Edward  sujetaba  mi  mano con  fuerza, o  yo le sujetaba la suya.

_El  estado de  Washington, por  los  delitos  de secuestro  agravado, homicidio  en grado de tentativa encuentra   culpable  a  James  Connor …._  tras esa  declaración un  gritito  escapo de  mi  boca,  las demás  palabras  no  me  importaban  mucho .  Edward   me hizo  volver  a prestar  atención _Es condenado  a una  pena  de 15  a  20  años  sin libertad  condicional.   y  a una  multa  por  valor de  400.000 dolares. Así  como  en caso de requerirse  será  trasladado  a los estados  donde  cursan.  De  no estar de acuerdo con la  sentencia  proferida   han  de elevar  el respectivo recurso_ una larga  espera  cubrió la sala _dado que ninguna de las partes ha objetado, declaro  concluido el  presente_

Con  el mazazo  final   me vi envuelta en los brazos de mi amor, sentí las mejillas mojadas… al fin íbamos a poder ser felices con esta carga fuera de nuestros hombros! Cielos!... tenía que llamar a Alice, o mejor ir a ver a mi niña y apretujarla en mis brazos, ya nada nos impedirá ser felices.

_Tenemos que esperar  la ejecutoria  para que  quede en  firme.  La  audiencia  para  el juicio  civil  tardara  como  mucho  un  mes_ abrace  con  fuerza  a  Aro callando sus palabras, ya lo más importante estaba hecho y aunque el hombre me pareciera escalofriante, había cumplido con creces con su trabajo…_ Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. gracias._ balbuceé

Riendo  Edward  me aparto del abogado que reía por mi entusiasmo.

_Una  semana  Bella_ susurro  a  mi oído_ una  semana para que seas la  Sra Cullen_

Corrobore  sus palabras  besándolo  ardientemente,  comiéndole  la boca  con  anhelo,  haciendo   que su lengua  se  uniera   a mis desbocado beso_ Te amo_ grité sin cuidado, que todo el mundo lo supiera.

*o*

Con James fuera del camino me sentía más ligera, como si pudiera volar, como si de mis talones salieran pequeñas alitas y en todo momento pudiera caminar a diez centímetros del suelo. Y eso que no me gustaba el energizante famoso que supuestamente da alas. No… la razón de mi felicidad era que todo en mi vida se iba encauzando al fin.

La semana que prosiguió al juicio fue un torbellino de sucesos, a penas veía a Edward por distintas razones, la principal razón era porque a él le habían llamado para una entrevista en la Universidad de Seattle y tenía que ir casi todos los días para familiarizarse con las clases, hacer los distintos trámites para hacerse cargo de la cátedra y arreglar otros asuntos relacionados. Por mi parte había decidido comenzar con los estudios en la misma universidad, en la carrera de magisterio, por lo que si todo iba bien, en menos de cuatro años sería maestra en alguna escuela entre Forks y Port Ángeles. A demás estaba feliz, arreglaría las clases para poder ir con Edward los días que él tenga que ir a dictar su cátedra y volver juntos, todo encajaba como anillo al dedo.

Y hablando del anillo al dedo, el resto de los días pasaron entre pruebas de vestidos, ensayos, tramites en el registro civil, limpieza a fondo y ornamentación del patio de la casa de los Cullen, solo porque Ali quería invitar a la bandada de patitos que vivían allí, no iría a una Iglesia nuevamente a casarme, esta vez la Iglesia vendría a mí. Oh!... y  pruebas gurmet, Esme había contratado a un chef profesional y a todo su equipo para realizar el cáterin y había engordado al menos un kilo entre probar las delicias del chef para decidirme sobre los platos a servir, la verdad que me daba igual, todo sabía exquisito.

_Cielos…_ recargué mi cabeza en el borde del inodoro luego de lanzar mi estómago entero por él. Finalmente justo en el día de mi boda, la tensión y los nervios de la semana me hicieron colapsar, pero que me aspeen si iba a suspender por un dolor de estómago. Me levanté del suelo lentamente sintiendo mis piernas un poco débiles, necesitaba una taza de café de manera urgente y necesitaba verlo a mi prometido, Alice me había separado de él hacía dos noches con la excusa de pasar las últimas noches de soltera con las mujeres de la familia y mi cuerpo lo reclamaba… ¿por qué otra causa entonces sería el malestar físico? Lo necesitaba junto a mí para funcionar correctamente.

Me saqué mi pijama y me enjuagué la boca antes de encender la lluvia de la ducha y meterme debajo del agua caliente y relajar mis músculos.

_Oh si…_ gemí antes de oír el rugido de mi estómago pidiendo comida. _Ya calla… estas castigado, solo café para ti hoy hígado mal agradecido_

_Bella!_ gemí por los golpes en la puerta de mi baño seguido por la voz estridente de mi cuñada. Alice no había quedado fuera de la organización de la boda, aún con el tiempo ajustado que teníamos logró lo que yo no hubiese podido lograr de haberlo hecho sola. Era una gran organizadora y se lo agradecía, era difícil salir del yugo de Alice y la amaba por eso.

_Va! Estoy en la ducha_ gimoteé consciente de que tampoco hoy iba a poder disfrutar de esta ducha relajante.

_Bueno, pues te apuras que ya vino la peinadora que me ayudará con sus cabezas_

_Va, va…_ murmuré para mí. ¿Cuántas cabezas éramos? ¿cinco? Si bueno, era bastante trabajito y por más que Alice hubiese querido hacerlo ella, no iba a darle el tiempo, la boda era al mediodía y ya eran más de las ocho de la mañana, a demás ella iba a ayudarnos a vestirnos luego de la sesión peluquería. Mi vestido era hermoso, no era ni de cerca parecido al que había usado en mi boda frustrada, el que ahora estaba hecho cenizas por ahí en algún dispenser de basura. Este era precioso… era de raso blanco entallado al cuerpo cubierto por encaje blanco en su totalidad, su escote era en forma de corazón sin breteles y se entallaba en mi figura hasta las rodillas donde se soltaba formando un lindo vuelo, una cinta ancha de raso blanco adornaba mi cintura y no era para nada incomodo, me gustaba y luego de la boda lo iba a guardar como el mejor de mis tesoros.

Salí del baño con una toalla envuelta en mi cabeza y una bata de toalla tapando mi cuerpo. Alice y la peinadora ya habían desplegado un salón de belleza en su totalidad en mi cuarto, también estaban Rose y Esme en batas para esperar a ser peinadas,

_Charlie esta aquí_ me dijo mi suegra mientras la peinadora hacía un peinado sobre su cabeza, _esta en el despacho de Carlisle poniéndose al día charla y charla con Alizé, los hombres se prepararán luego de las nueve_

_Y supongo que la estilista está aquí entre nosotros ¿no?_ murmuré mirando a Alice, ésta mi miró con las cejas alzadas agitando un peine hacia mí.

_Para que sepas que mi padre es muy coqueto_

_Ni que lo digas_ reímos entre todas.

Tenía ganas de abrazar a mi papá, no nos habíamos visto en bastante tiempo y quería verlo, sabía que lo haría antes de la boda, ya que él me entregaría, esperaba que esta vez si pudiera hacerlo.

Si… mierda, iba a hacerlo, nada entorpecería esto. Edward estaba en algún lugar en esta casa y no se me escaparía… oh dios ¿qué estaba haciendo hablando como una posesa?

_Al… ¿me prestas mi teléfono?_ pedí sentándome en uno de los sofás de la pequeña sala de mi habitación, mi cuñada había dicho dos noches atrás, nada de contacto ni físico ni telefónico con mi novio hasta la boda ¿por qué osaba torturarnos así? A veces Alice era intolerable.

_No_ cortó con énfasis mientras seguía cepillando el cabello de Rose.

_No seas mala Al, bastante separados los tuviste estos últimos días_ mi rubia cuñada intercedió por mí _y tampoco era para tanto si igualmente en toda la semana se pudieron ver mucho… solo dale un gustito_

_Tú calla_ tiró un mechón de su cabello, algo que hizo crispar el rostro de Rose. _Traidora_

_Hey!_

_Toma Bella_ mi suegra me entregó su teléfono mientras Alice y Rose reñían entre ellas. _Apurate…_

Me paré del sofá y besé la mejilla de mi suegra para luego escaparme al baño. Me encerré con el pestillo y busqué el número de Edward en la agenda de contactos rápidamente y llamé.

_Madre, si es para llevar más sillas, que lo haga Emmett yo ya me estoy por entrar a bañar_ podía oír el sonido de la ducha de fondo.

_¿Ansioso un poco?_ dije con un ronroneo.

_Ma ¿qué...? ¿Bella? Amor?_ su voz fue creciendo en entusiasmo.

_Si cariño, no soporté más, Alice me quitó el teléfono y no quiere dármelo, tu madre me prestó el suyo. Dios… te extraño_ solté sin respirar.

_Bella_ suspiró él _también te extraño mi amor, pero falta poco princesa y seremos una familia_

Cerré los ojos esbozando una sonrisa, sabía que solo eso necesitaba, escucharlo y saber que todo iba a salir bien, todo.

_Te amo y no veo la hora de verte_ bajé la tapa del inodoro y me senté allí _¿Has visto a Ali? Te extrañaba anoche… preguntó por ti varias veces, ella recordó cuando pasó lo de Jake y preguntaba si pasaría lo mismo ahora_ tragué saliva al recordar las palabras claras de mi bebé la noche anterior, “No quiero que mi príncipe nos deje esperando como hizo Jaiki… ¿me prometes que no lo hará?”

_Mi pequeña bebé…_ sonreí con tristeza, podía oír el dolor en sus palabras _no dejaré que nunca más piense que las personas que la aman se alejaran de ella, nunca más preciosa._

_Lo sé_ susurré con una sonrisa, estaba segura que a pesar de los altibajos que pudiera tener la vida, Edward nos haría feliz.

_¿Bella?..._ oí la voz de Alice acompañada de unos golpes en la puerta _sal en este mismo instante de ese baño y dame ese teléfono… mamá, eres una traidora_ oí la risa de Edward del otro lado de la línea.

_No le hagas caso a esa enana, se lo merece por separarme de las dos mujeres que rigen mi vida_ cielos… quería casarme ya con este hombre.

_Te amo, te amo, te amo… tengo que cortar o se pondrá furiosa la enana esa_ murmuré alzando un poco la voz en las últimas palabras.

_Salúdamela_ rió Edward _te amo princesa, te esperaré en el altar, a ti y a nuestra hija, no me hagas esperar cariño_

_Nunca_ dije antes de cortar.

Mierda… las primeras lágrimas del día llenaron mis ojos ¿qué mierda pasaba que en esta semana andaba más llorosa de lo normal? Todo el torbellino de sensaciones y sentimientos desde que sucedió lo de James me estaban afectando.

Salí del baño limpiando mis lágrimas y sin decir nada le di el teléfono a Esme, Alice me miraba desde algún lugar de la habitación con los brazos en jarra y su pie rebotando en el suelo. Me senté en el taburete libre y dejé que sus manos hicieran lo que quisieran con mi cabello mientras Rose me maquillaba mirando con reprobación mis ojeras oscuras.

Una hora después estaba peinada y maquillada como si el trabajo lo hubiesen hecho manos profesionales, Alice era implacable, ella había hecho que mi cabello brillara con los rizos sueltos cayendo por mi espalda, una enorme rosa pálida adornaba el costado de mi cabeza, a un lado de mi oído. Rose era excelente maquilladora, los tonos de mi maquillaje se llevaban bien con los tonos de mi vestido. Estaba levantándome de mi taburete para ir por mi vestido cuando una pequeña princesa entró por la puerta a los saltitos, mi Alizé estaba preciosa.

_Mami, mami! Mira lo que me encontré_ saltó hasta mí con una rosa blanca en la mano. Ella vino hacia mi, que la esperaba en cuclillas en el suelo con los brazos abiertos, sus bracitos rodearon mi cuello y sus labios me hicieron cosquillas en el oído. _Mi príncipe dice que nos ama y que ya está esperándonos en el atar…al-tar_ dijo entregándome la flor, sonreí al ver quién se lo había dado, mi Edward se había asegurado de aplacar los miedos de nuestra hija, como siempre.

_Y veo que tú ya estas lista_ susurré oliendo la rosa, mi princesa estaba hermosa. Alice había viajado exclusivamente a principios de esta semana a buscar los vestidos a la casa madre de Cibeles en Madrid, porque en algún momento le comenté lo hermosos que eran cuando los vi en un escaparate en Madrid, algo exagerado pero normal para Alice. Eran vestidos exclusivos y creo que ni para mi boda con Jake que también había organizado ella, se había esmerado tanto.

El vestido de mi niña era de tul blanco en capas hasta los tobillos y con el busto apretado, en la cintura una rosa enorme color rojo bermellón adornaba el costado, en la orilla de la falda del vestido un montón de pétalos rojos lo adornaban y su cabello estaba rizado en la cima de la cabeza y un lazo del mismo color rojo lo sostenía, se veía adorable con esos zapatitos de ballet de raso blanco. Ella ya llevaba su canastilla de pétalos de rosas rojas y creo que en el entusiasmo de ya estar preparada pasó a regar varios pétalos por toda la casa.

_Quiero ver cómo te vistes de princesa mami_

_Bien… pero solo con una condición_

_¿Cuál?_ dijo ella dejando su canastilla sobre una mesa baja para dar saltitos al estilo Alice.

 _Que entres conmigo y camines a mi lado hacia nuestro príncipe ¿lo harás?_ dije acariciando su mejilla. Ella abrió bien grande sus ojos y dando saltitos me abrazó,

_Si mita! Ah! Vamos a casarnos con mi príncipe!_

Tomé sus manos que se anudaban peligrosamente cerca de la rosa en el lado derecho de mi cabeza y la llevé hacia el vestidor donde estaba el vestido que había elegido junto a Alice por videoconferencia, ella en la boutique de Cibeles y yo en el salón de nuestra nueva casa mientras Edward estaba en uno de sus viajes a Seattle y por supuesto Ali ayudándome a elegirlo. Me vestí con lentitud y sin apuros, en la semana me di el gusto de ir a adquirir mi lencería para la noche de bodas, por lo que esta noche Edward se iba a llevar una sorpresa, un hermoso corset blanco de encaje, ligero, medias hasta el medio muslo y una tanga fina de encaje lo iban a volver loco.

Una hora después estaba lista mirándome en el espejo. Un deja vu se cruzó delante de mis ojos, un recuerdo lejano de una vivencia parecida, pero esta vez con final diferente… o al menos eso esperaba. Tenía fe en Edward y tenía fe en mí, nos amábamos y nada iba a impedir esto, pasaría el resto de mi vida junto a él como debió de ser siempre.

_Te ves increíblemente hermosa hija_ miré por encima de mi hombro y allí estaba, el hombre que me había dado la vida, mi padre. Sonreí aguantando las lágrimas y extendí mi mano, él la tomó y con un movimiento grácil y suave me hizo dar una vuelta sobre mis pies para luego abrazarme y besar mi frente.

_Lo mismo dijiste aquella vez papá_

_Pero esta vez es tan cierto como que me llamo Charlie Swan_ dijo agitando su bigote _porque esta vez tus ojos brillan por ese amor tan profundo y único… esta vez tus ojos no mienten ni se engañan…_

_Oh papá_ susurré ahogando un sollozo, lo abracé brevemente y me separé para agitar mi mano frente a mis ojos _Alice me ve llorando y me mata_

_Es tu día especial cariño, has de él lo que quieras_

Asentí mirando a mi princesita, ella estaba mirándose al espejo jugando con el vuelo de su vestido y tocando los pétalos de su flor,

_Sabes que tu madre hubiese dado lo que fuera por poder estar este día aquí ¿cierto?_ la voz de mi padre se quebró con la última palabra. Tragué mis lágrimas asintiendo mirándolo, _lo sé… ella… me hubiese ayudado con las flores y el vestido_ una lágrima cayó por mi mejilla.

_Y hubiese llorado…_ sonrió secando mi lágrima con su pulgar.

Asentí sonriente, _Lo sé… de algún lado saqué lo tonta_

_Naa…_ dijo agitando la mano _tienes el mismo espíritu que ella, la misma bondad, la misma capacidad de amar… eres única Bella, sacaste su mejor parte y mi mejor parte, eres una hija maravillosa y te mereces ser feliz con el hombre que hace que esa sonrisa este siempre en esos labios. Edward es un hombre afortunado…_

_Yo lo soy… Edward me amó siempre y ahora nos acepta como un equipo… solo quiero que seamos felices y que nada impida eso_

_Entonces solo tienes que ir por ello hija_ sonrió.

_¿Ya es hora?_ pregunté sin dejar de mirar a mi bebé.

_Ya es hora_ dijo mi padre apretando mi mano. Asentí tomando una respiración profunda… me acerqué al espejo y comprobé mi maquillaje, estaba bien, solo que mis ojos tenían un brillo extra. Cielos… no me sentía para nada como me sentía en mi boda frustrada con Jake. Ahora simplemente estaba caminando sobre una nube de felicidad…

_Bien… vamos, estoy lista_

Alisé mi vestido y sonreí a mi hija que me miraba expectante, tomé su manita y del brazo de mi padre salí de la habitación.

Bajar las escaleras no fue nada, solo me sostuve del brazo de mi padre y de la mano de mi hija, los tacones que Alice me había puesto eran de taco mediano por lo que no sufrí los escalones y el miedo a caer rodando por ellas. Cuando llegué a los pies de la escalera estaba Alice esperando por supuesto, ella alisó la falda de mi vestido y me tendió el ramo de rosas rojo bermellón naturales, eran parecidas en su forma y color a la que Alizé tenía en su vestido.

_¿Lista?_ preguntó con sus ojos verdes brillantes _mi hermano está que mueres allí afuera Bella, creo que la única vez que lo vi así fue esa vez que nació Alizé y yo estaba en Paris con él. No sé cómo pude disuadirlo a no arrancarse todos los pelos de la cabeza_

_Mi Edward_ susurré con amor. _Alice, mi niña va de mi mano, ambas nos casamos hoy ¿recuerdas?_

_Por supuesto_ dijo mi cuñada con una enorme sonrisa. Ella tomó el canastillo de la mano de mi hija y le guiñó un ojo, yo seré la niña de las flores y la madrina, me gané la lotería!_

Mi niña rió y tomó mi mano con entusiasmo mientras yo tomaba bien el brazo de mi padre, Alice abrió las puertas francesas de par en par y me encaminé del brazo de mi padre hacia el exterior.

Cielos… mierda… Wau!

Tuve que mirar dos veces para corroborar que en serio estaba en el patio de la casa Cullen. Todo era… de ensueño.

Tenía que caminar un tramo de unos cuantos metros hasta llegar al arco de flores blancas del que partiría hacia el cenador romántico de madera blanca que los Cullen tenían en el jardín trasero y en el que jugábamos de pequeños Edward, Emmett, Alice y yo… cielos… iba a llorar.

Mientras caminaba no pude evitar mirar a mi izquierda, el lago de los patos, en los que no solo había patos, sino también cisnes de cuello negro… ¿cómo…? Bueno… supongo que para Alice nada era imposible.

_Mira los patitos grandes mami… tienen pequeñitos encima_ dijo Alizé señalando a las aves que en sus lomos tenían pequeñas crías.

_Wauu…_ susurré. Mi padre miró hacia esa dirección y negó con la cabeza riendo entre dientes.

_Tu madre decía que los cisnes son aves de buen augurio y fidelidad, ahora con esos polluelos encima… creo que alguien te está tratando de decir algo Bella_

Mierda… Alice!... o Edward!... o hasta Esme!...

_Tienen bebes!... mami, mami quiero bebés! Muchos bebés!_ gritó mi niña con fervor.

_Ay Ali cariño, shh…_ susurré con las mejillas tan sonrosadas como las flores de mi ramo. Mi padre movía su bigote tal vez aguantando su risa y Alice no hacía ningún esfuerzo por ocultarla.

Cuando llegamos al arco de flores quedé petrificada mirando la imagen que tenía delante de mí. Alice estaba frente a mí con el canastillo de pétalos mirándome con atención, el camino que seguía delante de ella llevaba al cenador romántico que estaba totalmente decorado con rosas blancas, apostados a cada lado habían sillas de madera blanca en donde los invitados estaban aguardando, no eran muchos, solo amigos cercanos y por supuesto la familia. Y Edward… Edward estaba al lado del ministro que oficiaría la ceremonia.

_Príncipe_ susurró Ali abrumada como yo lo estaba, apreté su manito y el brazo de mi padre y en cuanto los acordes del Ave María en piano comenzaron a sonar, comenzamos a caminar.

Cielo santo… aquí venían las lágrimas, las sentía en el fondo de mi garganta y en la esquinas de mis ojos.

¿Cómo caminé hasta allí? No lo sé… ¿Quiénes estaban allí? No lo sé… ¿Qué le dijo mi padre a Edward cuando su mano depositó la mía en la de él?... no lo sé. Solo reaccioné cuando Edward, a demás de tomar la mía, se agachó frente a Ali y tomó su manita también.

_Mis princesas…_ susurró con emoción contenida. Y yo no aguanté más las lágrimas.

La ceremonia fue preciosa. Ali sostuvo la mano de Edward en todo momento, excepto en aquello en los que debíamos orar o colocarnos los anillos. Los votos fueron sencillos… y apenas pude pronunciarlos, habíamos acordado que cada uno escribiría sus votos para salir de lo tradicional… los votos de Edward me hicieron llorar… otra vez.

“Bella… mi vida las convertido tú por completo… aún sin saberlo y cada paso de ella lo hice pensando en ti. Fuiste y serás siempre el centro de mi existencia, mi amiga… mi compañera… mi amante y confidente, mi roca y el puerto seguro al cual llegar. Sigue siendo todo eso y más por todos los días de mi vida mi princesa, porque sin ti… nada tendría sentido”

Colocó el anillo de platino en mi dedo y luego me tocó el turno a mí,

“Este día me entrego a ti en mi totalidad, mi corazón solo está volviendo a su hogar, el lugar donde siempre estuvo sin saberlo. Toma todo lo que traigo conmigo y procuraré darte mucho más por el resto de mis días… tú me haces feliz Edward, me completas y me das las fuerzas para tomar cada oportunidad que la vida me da, me sostuviste siempre de la mano y estuviste a mi lado en cada pensamiento… nunca estuviste lejos mi amor, mi corazón siempre estuvo contigo”

_Te amo_ susurró con los ojos brillantes de lágrimas sin derramar.

_Yo también_ susurré de vuelta antes de que el ministro bendijera nuestra unión y nos declarara marido y mujer.

_Puede besar a la novia_ terminó el ministro. Entonces Edward alzó a Alizé en sus brazos y con ella aplaudiendo de felicidad nos besamos como esposos… como una familia nueva.

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Vestido de Bella

Vestido de Alizzé

Lencería

Cenador romántico

Auuuuuuu esto ya se termina niñas! Un capi más y luego el epílogo ¿no Ada? Espero que les haya gustado y mil perdones por la tardanza. Las amamos!!!