“El
encanto del Olimpo”
Escrito
por “Historias hasta el Amanecer”
Clasificación
M
Sumary:
“Una
eternidad a cuesta, donde cada segundo, cada minuto, cada hora se va como arena
entre los dedos, seres inmortales peleando por un lugar en los cielos del Olimpo,
los humanos les llamaban dioses… y él,
no me consideraba como tal.”
Feliz
Cumpleaños Lullaby, espero estar junto a ti en muchas historias más
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Pertenecíamos
a una realeza, poseíamos los dones más maravillosos que pudieses imaginar, ¿de
que servían?, solo los utilizábamos para luchar uno contra otros, para
protegernos, para tomar cada vez más poder.
El
pueblo de Charlie ha intentado tantas veces derrocarnos y tomar el poder de los
cielos, pero mi padre y nuestro pueblo, se ha resistido a cada ataque.
Siempre
eternamente, lo mismo.
Pertenecemos
a un linaje real, todos descendemos del rey Cronos, que para no verse amenazado
y poder gobernar solo con su esposa a los humanos, comió a todos sus hijos, su
esposa cansada de ver morir a sus retoños, oculto a Zeus.
Y
éste creció, bajo la protección de una institutriz, quien fuera muerta por
Cronos cuando se ha enterado de la verdad, Zeus y su madre comandaron la rebelión contra Cronos, quien fue exiliado
a la isla de la Buenaventura.
Donde
Cronos junto a los titanes fue tomando poder, Zeus se confió y olvido a Cronos,
pero Cronos con su sed de venganza y poder volvió. Zeus dio muerte a su padre Cronos,
minutos después pereció Zeus, las heridas causadas por el arma de Cronos, que
fuera forjada por el mismo, con sed de venganza, rencor, impotencia y rabia,
era demasiada poderosa, capaz de dar muerte a un Dios, al igual como el rayo de
Zeus.
Las
dos armas fueron confiscadas y están protegidas en el Olimpo por los dioses
guerreros, seres poderos y letales entrenados por el más fuerte de los dioses
guerreros, descendiente de Aquiles, “Emmett, el magnifico”
Después
de estas grandes batallas, los descendientes de Zeus optaron por dividir las
tierras del Olimpo en comarcas, el gran poderío de los cielos se ha dividido,
conviven en paz y armonía, con excepción de una.
Charlie,
nació en la isla de la Buenaventura, algunos años después, ha sido criado con
la sed de recuperar lo que algún día le correspondió a su abuelo “los cielos del Olimpo”, ha sido también
un guerrero letal en sus batallas
Charlie
quiere recuperar lo que él ha llamado como herencia real, el arma forjada por
Cronos, pero nadie, incluso él, ha sido merecedor de obtener dicha arma, solo
un verdadero dios guerrero, poseedor de las virtudes puede ser digno de
obtenerla.
Charlie aun no entiende eso, ni mi padre, ni
los guerreros más fuertes han podido obtenerla, quizás pase una eternidad más y
aun no haya nacido el verdadero heredero del “Arco del Titán”, como era
comúnmente conocida.
…
No
se nos permite bajar a la tierra, no podemos interactuar con los humanos, esa
en una regla de oro, que los seguidores de mi padre y de Charlie acatan
fervientemente ¿somos muy divinos para interactuar con ellos?
Al
diablo con eso…
Siempre
lo he hecho, me gusta perderme en los confines de los lugares más remotos de la
tierra, malditos humanos, poseen los lugares más hermosos y no lo saben
apreciar.
Nos
consideramos tan distintos a ellos, pero en realidad somos iguales, las
naciones luchan por poder, al igual que nosotros, la envidia, las injusticias,
la rebeldía, la avaricia, también forman parte de nosotros.
Ellos
han dejado de creer en nosotros y nosotros nos hemos olvidado de ellos.
Sé
que bajar a la tierra es un acto arriesgado, la mayoría de los dioses, pierden
todos sus poderes al hacerlo, quedando
desprotegidos, pero amo este peligro, me gusta sentir el frio de los Alpes, el
calor del caribe, es inexplicable sentir la arena caliente entre los dedos,
darte un baño en las aguas congeladas de la Antártida, sentirme humano, es mi
secreto, todos temen hacerlo, los que lo han hecho han sido expulsado de los
cielos y condenados a una vida mortal, el peor castigo que uno de nosotros
puede recibir.
Creía
que era el único, hasta hoy…
Pero
soy Edward, hijo de Carlisle, heredero de Zeus, poseo más habilidades y dones
que van más allá de los limites del cielo, puedo trasladarme con un solo
pensamiento, no puedes esconder nada en tu mente, sin que yo lo vea, los dones que se me han regalado son
similares a los de mi padre y los de mi madre, pero soy joven en ello y aun no
poseo la habilidad de manejarlos todos, con el tronar de mis dedos puedo
levantar las más grandes marejadas de tu mar, con una pisada puedo hacer
temblar la tierra y hacer caer el gran imperio que han construido, pero
demostrar mi poder en la tierra se me esta prohibido.
Es
por eso que nos han olvidado y solo se les envía un recordatorio de vez en
cuando, solo para recordarles que hay un ser superior a ellos. Mi padre
interviene cuando sus guerras comienzan a salir de control, o cuando la sequia
y la hambruna ataca algún pueblo, pero algunos pueblos han sido castigados
hasta el fin de sus días y no se les envía ayuda. No hay piedad para ellos y
eso me duele.
Tengo
poder para cambiar la historia de esta humanidad, pero el más mínimo movimiento
de ello, Carlisle, dios sobre poderoso, se da cuenta y no le importará que yo fuese su hijo y no
solo me condenaría al exilio, sus maldiciones hacia mi, nunca acabarían. Una
condena que cobardemente, no estoy dispuesto a vivir.
A
veces pienso que mi padre sabe de mis andanzas, no por nada tiene a su lado al
más fiel de los oráculos, Alice, heredera
de Atenea, diosa de batallas, sí, las debe saber, pero no ha intervenido,
porque no he levantado sospecha alguna, o eso es lo que ha visto Alice.
Mis
hermanos guerreros, me consideran el más fuerte del clan, sé que eso no es
cierto, nunca me han mandado al frente de una batalla, tan poco es que quisiera
hacerlo y por eso me considero el mas débil de ellos. Aun no puedo manejar
todos mis dones, mi mente es un caos y mi entrenamiento es muy duro, es por eso
que escapo de todo de vez en cuando.
Interactúo
con ellos como si fuera un simple mortal, pero no puedo pasar mucho tiempo con
ellos, sin llamarles mucho la atención, no poseo el don de cambiar mi
apariencia eso es de Rose, heredera de
Afrodita y la esposa de Emmett el gran guerrero, hermano.
Poseemos
una belleza sobre natural, imposible de igualar en la faz de la tierra, es por
eso que me di cuenta de que ella, no era de este mundo…
Reía
con una gracia angelical, mientras agradecía a una mujer mayor, quien
generosamente le regalaba una fruta, sé que puedo recordar cada cara de los
dioses que comparten mi comarca, ella no es una de ellos, ¿pero de donde
venia?, comencé a seguirla.
En
medio de la feria, donde los colores y aromas se mezclaban ella conversaba y se
reía con todas las personas, era primera vez que bajaba a esta región, así que
no la conocía del todo, no me costó mucho averiguarlo, las personas estaban celebrando
la llegada de la primavera y lo hacían llevando sus cosechas, confecciones y
artesanías para venderlas, la chica estaba
concentrada en un collar, fue cuando aproveche de acercarme.
¿Y
si no era lo que yo estaba pensando? ¿Podía un ser humano poseer tal belleza?
Exponerme así, ante ella podría ser demasiado arriesgado, quizás no valía la
pena correr el riesgo, pero algo en ella ha llamado mi atención y no puedo
evitar quedarme a escuchar su conversación con la vendedora de artesanías.
-Es
muy lindo, ¿de que material esta hecho, humilde mujer?-
-es
un collar de pétalos de rosas, es muy delicado-
-me
ha gustado mucho- los pensamientos de la mujer viajaban muy rápidos y se podía
leer a simple vista que trataría de estafar a la chica, dándose cuenta que no
era del lugar.
Antes
de que lo pensara mucho intervení en la conversación de las mujeres, saque una
moneda de intercambio sin darme cuenta mucho el monto y se lo entregué a la
mujer, en pago del collar, la mujer quedo encantada con el monto, podía ver
como ya planificaba algunas cosas con el dinero que había recibido, estaba
agradecida, pero cuando ella volteó para agradecerme, quedo con la frase en la
mitad de la boca y se paralizó.
Ella
no pertenecía a este mundo y se ha dado cuenta que también yo no.
Se
ha comenzado alejar de mí, no me gusta, comienza a correr hacia el bosque, no
la pierdo de vista y la sigo.
Esta
demasiado nerviosa, intento detenerla, pero sigue con su marcha, no me habla y
solo corre, un poco más rápido, puedo oírla maldecir de vez en cuando. Algo en
ella llama mi atención, he visto muchas mujeres de mi comarca, mujeres
bellísimas, herederas de Afrodita, pero ella, posee algo, que no puedo
descifrar y por más que trate de ocultar su rostro de mi, me es imposible dejar
de mirarla.
Hasta
que la alcanzo, le pido que no huya, le suplico que se quede, levanta la mirada
y me pierdo en sus ojos, sé que los he visto en alguna parte, los mismos ojos,
la misma mirada profunda, no puedo ver sus pensamientos.
Me
pide por favor que no le cuente a nadie su presencia en la tierra y yo prometo
no hablar de ella, siempre y cuando ella no hable de mí. Es nuestro secreto, se
ha calmado un poco.
Se
ve inquieta, no deja de mirar a sus alrededores, como si buscara algo, trato de
que me cuente de ella pero solo responde con monosílabos y no me dice de que
región viene, solo me dice que su ama, le cortaría la lengua si llegara hablar
de más.
Es
una sirvienta.
Me
cuenta que ha bajado a la tierra para buscar algunos frutos de la región para
su ama, no es siempre, solo en ocasiones, le pregunto quien es su ama, no me
responde.
Parece
interactuar con la naturaleza, como si la briza del bosque le susurrara algo en
sus oídos, yo solo la observo perdido en ella, mientras recoge algunos frutos
secos en medio de la hierba, me regala algunos, ella les llama nueces, me
gustan, es un sabor nuevo en mí.
Saca
algunas manzanas y las guarda en su bolsa, algunas las lleva a su nariz,
tomando su aroma, cierra los ojos, luego agradece a los arboles por regalar sus
dones.
Parezco
un imbécil caminando tras ella, pero para ella es como si no estuviese, ignora todas mis preguntas, solo responde
algunas, la tarde pasa y comienzo a sentir frio, pero ella, es como si la
sensación de frio la llenara y complaciera, sé que tengo que volver, los míos,
notarán mi ausencia, pero una fuerza más allá de la conocida me retiene.
No
quiere decirme su nombre, dice que es mejor así, recibe el collar que ll he
pagado a la mujer de la feria y lo guarda en su bolsa.
Llegamos
a un claro, la veo encantada con las flores, sonrío cuando me mira, estoy en
las nubes observando su belleza celestial, algunas aves se le han acercado,
ellas comen de su mano, les conversa y
sonríe.
Conversa
con todo su alrededor menos conmigo, claramente veo en sus ojos que no confía
en mi, se aleja y mantiene su distancia.
No
me permite verle a la cara y me esquiva la mirada.
La
tarde avanza y ella se aleja, como si hubiese algo que la perturba, frunce el
ceño y murmura, pero no entiendo bien lo que dice, me acerco a ella, pero se
aleja, le pregunto que sucede, ella solo niega con la cabeza, sigue murmurando,
un dialecto el cual desconozco, me pregunto si estará relacionado con el
dialecto de la servidumbre.
Ella
no es una esclava cualquiera, es parte de la servidumbre real.
Si
ella está acá, fuera de los limites de los cielos convengo que es más que una
esclava y una sirvienta de confianza, debe ser una dama de compañía de alguna
hija de diosa poderosa, pero no conozco a nadie de mi comarca que tenga hijas
pequeñas o jóvenes para necesitar de una dama de compañía, tampoco las diosas
que conforman el linaje real tienen ese tipo de servidumbre, aun me pregunto de
donde proviene.
Escucho
ruidos a nuestro alrededor, no puedo evitar ponerme en alerta, debo estar
preparado para todo y este no es un lugar donde yo deba estar, mucho menos la
joven, ella dice algo y desconozco su lenguaje, de las sombras de los arboles,
no distingo bien quien se nos acerca, me pongo delante de ella, en señal de
protección, es ahí que caigo en cuenta que no llevo mi arma, que estoy vestido
como un mortal más, igual que ella, pero soy solo yo, el que esta en posición
defensiva, ella está calmada, toma mi hombro y asiente, sé que no puedo confiar
en ella, apenas la conozco y mi familia ha estado en guerra desde mucho antes
de mi nacimiento, podría ser una trampa, una emboscada, pero de todas maneras,
confío en ella.
Un
corcel negro se nos acerca, ella ha corrido a su encuentro, lo abraza y besa,
el corcel comienza pastar mientras ella prepara las riendas.
El
animal no es un simple corcel, es un Pegaso, puedo distinguirlo solo cuando me
acerco un poco más, se altera con mi presencia y ella lo calma, con frases del
lenguaje desconocido para mi.
Solo
asiente como despedida y emprende el vuelo, mientras la noche deja caer su
manto negro, en el suelo terrestre.
No
le pregunte cuando la iba a poder ver nuevamente, ella se fue de mi, solo
dejando el recuerdo de su rostro inmaculado, dejando en mi los sonidos de su
dialecto, algo en mi ha ocurrido y no lo he podido descifrar.
Ni
siquiera me ha dicho su nombre.
Con
un clic de mis dedos vuelvo a mi comarca, los cielos aun no han oscurecido del
todo, me dan un poco más de tiempo, para volver a mis aposentos, nadie deambula
en palacio, debe ser una de las tardes de junta de consejo real, solo alguna
servidumbre da vueltas por los patios y algunos pasillos. Corro a mi cuarto,
tengo mucho en que pensar.
Alice,
heredera de Atenea, esta esperándome en el balcón de mi alcoba, entre las
sombras del cortinaje, luce preocupada, es raro que ella, se dirija a mi,
claramente algo más sucede, le pido que hable y con la diplomacia que ella debe
presentar ante el hijo del todopoderoso y comienza a explicar su sueño.
Tiempos
difíciles de guerras y matanzas se nos acercan, mi padre aun no se entera de
nada, los cielos oscurecerán y vendrá el sufrimiento.
Le
pregunto porque a mi me ha contado, piensa que mi padre no es el indicado en
saber esto, me ha visto en los suelos terrenales con la silueta de la chica, su cara no se le ha
mostrado en aquel sueño, solo sabe que su corazón, le ha contado que desde hoy
todo comenzara a cambiar en los cielos de Olimpia.
Le
agradezco el gesto que ha tenido conmigo, si mi padre se entera que he visto a
alguien de nosotros en los suelos terrenales, la enviaría a buscar y
castigaría, prometí que eso no sucedería.
…
Han
pasado algunos días desde la última vez que la he visto, he vuelto cada día al
mismo lugar, pero no he encontrado a nadie, me gustaría volver a verla, si tan
solo supiera a quien sirve, haría todo por acercarme a ella.
Mi
entrenamiento se ha visto más duro, cada día alcanzo más la perfección y pronto
estaré listo para enlistarme en las filas del ejército, tengo buenos maestros.
Lo
mío no es la lucha, lo tengo claro, pero por el bienestar de los míos estoy
dispuesto hacer el sacrificio.
Se
me ha permitido asistir al consejo real, veo que ya no soy tan joven, como
decía mi padre, años antes podía llorarle días enteros para que me dejase
entrar en el consejo, solo para estar a su lado y sentirme tan poderoso como
el, ahora me doy cuenta de que me hubiese aburrido mucho, mamá tenía razón,
solo con edad suficiente podemos estar en el consejo.
Estaba
equivocado si pensaba que teníamos olvidado a los humanos, en el consejo me he
dado cuenta que cuidan de cada movimiento que hacen, ruego que no sepan mis
pasos en esas tierras, se le ha relegado a muchos dioses tareas sobre el
bienestar de ellos.
Mi
padre solo toma decisiones de graves problemas, en las otras cosas, los dioses
tienen la facultad y la confianza de actuar bajo el nombre de Carlisle.
Hablan
de posibles amenazas de parte de la isla de la Buenaventura, la comarca de los
Denali, piensan que seria bueno atacar primero y hacer sentir nuestro poderío,
mi padre piensa que esa no es la solución a sus posibles amenazas, yo también
siento que no es necesario.
Las
estrategias que han sido utilizadas últimamente han sido las mismas, siempre
han querido atacar donde se guardan las armas celestiales, nunca lo han
conseguido, hasta ahora.
Aun
no caía el manto de la noche…
Se
ha levantado la alarma, las mujeres de la comarca han tomado a sus hijos y han
corrido para protegerse.
No
entiendo mucho que sucede, nunca se había levantado la alarma desde antes que
he nacido.
Los
guerreros fueron burlados y asesinados han vulnerado la seguridad, he escuchado
hablar a mi padre que ya viste como un guerrero, todos quedan mirándome y nadie
habla, sé que todos se debaten si debo ir a la lucha, el sueño de Alice ha
venido a mi mente, tengo que estar presente.
Me
pongo al mando de Emmett, mientras corremos al lugar donde se escoltaban las
armas, ninguna de ellas estaba, solo era obra de un solo enemigo, él siempre ha
querido nuestro poder y con estas armas, debemos comenzar a temer.
La
invasión a la isla, es inminente…
Hay
cuerpos tirados por todos lados, contábamos con la mejor dotación de dioses
guerreros para el cuidado de las armas y todos ellos yacían en el piso.
La
decepción de Emmett, se puede ver en sus ojos, me ha bloqueado sus
pensamientos.
No
hay mucho que hacer acá, la mayoría de las armas fueron destrozadas, quedan
algunas espadas y escudos, pero no son suficientes para la batalla, solo
esperamos que entre sus filas no este el heredero del Arco, seria nuestra
destrucción.
Hasta
el rayo de Zeus esta en sus manos, nuestro consuelo, nadie aun no ha nacido
para dominar tales armas, pero a ciencia cierta, no lo sabemos.
Los
sueños de Alice siguen siendo los mismos, destrucción, guerra, sufrimiento.
Los
del consejo de guerra se han juntado, no se me permite entrar, Carlisle y Emmett,
junto con los del clan aliado, los Denali, pueden hacerlo, claramente estamos
en desventaja, siento el pánico apoderándose de los míos.
Se
ha llegado a la conclusión de que los cielos no son lugares seguros para la
descendencia real, solo hay un lugar que puede protegernos de los poderes de
los dioses de Buenaventura y ese es la tierra.
La
noticia ha causado conmoción en la comarca, pero es el único lugar donde los
herederos de Cronos, nunca buscaran, mi madre ha comandado la evacuación.
Ya
no soy un niño, no voy con mi madre, estoy listo para pelear… Siento pánico.
Se
me provee de un escudo y una espada, antes de salir con los otros guerreros mi
padre me ha llamado al salón.
Todo
es un caos en el mesón central, mapas de las comarcas tirados, líneas trazadas,
vasos de vino a medio servir, armas en el suelo, al fondo veo que se ha sentado
en su trono, lo mira y toca como si estuviese despidiéndose de él.
_Ya
no eres un niño Edward, muchas historias has oído de batallas exitosas y
algunas no, sabes como pelear, como defenderte, pero el campo de batalla es tan
distinto a la arena de entrenamientos, allá te encontraras con la fuerza real
del mal y lucharas contra ella, somos poderosos, pero ellos son igual que
nosotros o quizás más, ahora, solo te pido que no tengas compasión a la hora de
acabar con ellos, sé que piensas que somos todos iguales, pero en e momento que
ellos entraron y perturbaron nuestra paz, desde el momento que han pensado en
atacarnos, ellos han dejado de ser iguales, a ellos los mueve el rencor y la
sed de venganza, nosotros solo nos hemos protegido de ellos, toda la eternidad,
esto debe terminar… yo solo te pido que vuelvas a casa con vida, no importa
como, pero con vida.
_Eres
el heredero de Zeus, poderoso dios que solo fue aniquilado por uno como él, no
dejes que te suceda a ti, sé que eres más fuerte que ellos, lo he visto en los
entrenamientos, pero esto no es un entrenamiento esto es real.
Solo
puedo asentir, no me queda más.
_una
cosa más, en la batalla, si uno de los dos resultara herido… seguiremos
avanzando_
_pero
padre_
_No,
Edward, no habrá espacios para debilidades, corazón y mente fuertes
¿entiendes?_
_Entiendo,
padre.
_Que
Atenea, diosa de la sabiduría, nos ilumine y nos proteja_
Tomaríamos
Buenaventura por sorpresa, las tropas estaban listas y ya se oscurecían los
cielos, la orden era matar a todos los que se interpusieran en la búsqueda de
las armas sagradas, no importando que fuera mujer, anciano o niño.
El
primer grupo entra lanzando flechas de fuego al aire es la señal del segundo
grupo que arremete a las instalaciones, Buenaventura despierta la alarma de
unas campanadas, los gritos y llantos no se hacen esperar, los guerreros
comienzan su trabajo, espero nuestra señal.
Mi
punto se concentra en su palacio, puedo ver los hombres cayendo a los pies de
nuestros guerreros a las mujeres y sus pequeños tomadas de rehenes, veo dolor
sufrimiento, veo la sed de venganza de los nuestros, mientras abren paso y
limpian el camino para nuestra entrada.
La
señal ya esta dada, es nuestro turno, no hace falta llevar espadas ni escudos,
pero de todas maneras los cargamos, mi poder va más allá de lo razonable y me
doy cuenta que puedo dar muerte a los guerreros de Buenaventura con solo
tomarles de su cuello, no me alcanzan, soy más rápido que ellos, no le vale
luchar, soy más fuerte que ellos, veo en sus almas temor. Me temen, los pocos
guerreros que han quedado huyen despavoridos, pero mi orden ha sido no dejarlos
huir, también han muerto.
Corremos
por algunos pasillos buscando alguna pista de donde pudieran guardar las armas,
pero aun no hemos visto nada, los guerreros de Buenaventura, han sabido ocultar
bien sus pensamientos.
Emmett,
ha sugerido los aposentos de los dioses reales y es ahí donde nos dirigimos a
toda velocidad, mientras los otros se han quedado inspeccionando el resto de
palacio, Alice ha tomado el ala norte del lugar, Emmett el lado sur, yo sigo
por las habitaciones del centro, nunca subestime el poder de lucha que tenia
Alice, no me equivocaba, era letal al igual que sus progenitores herederos de
Atenea. La veo luchar y me hace sentir por una parte un debilucho, no tiene
piedad a la hora de enfrentarse con los guerreros y ellos al ver a su
contrincante una hermosa mujer, veo en sus corazones la confianza de terminar a
su favor la lucha. Se han equivocado.
Las
habitaciones que reviso se encuentran vacías, el grupo de soldados con los que
me he quedado siguen buscando alguna señal de un pasadizo secreto en las
habitaciones, pero no hemos tenido éxito, seguimos nuestra búsqueda.
Han
prendido fuego a gran parte de palacio, esa es la marca de Carlisle, quiere
terminar con esto lo antes posible, no encontramos rastros de Charlie y su
familia, quizás nos hemos equivocado de lugar, pero también es probable que
esperara una arremetida de los nuestros después de robar las armas sagradas y
se haya refugiado, sus guerreros que han custodiado su palacio han decidido
quitarse la vida antes de hablar del paradero de su Dios. Entro a un pasillo
nuevo este me lleva a una habitación y lo que encuentro nunca me lo hubiese
imaginado.
Ella.
Ella
y apuntándome con un arco, cargado de una flecha, mientras protegía a un grupo
de mujeres que entraban a una puerta, también se sorprende de verme pero no
baja su arma, yo tampoco mi espada.
-¿Tu?,
no podía creer que fuera sirvienta de Buenaventura, jamás lo esperé.
Ella
no deja de apuntarme y las mujeres le piden que las acompañe, ella les grita
que huyan rápido, intento acercarme, pero no hay duda en su actuar. Atrás
siento que gritan mi nombre y ella se ha dado cuenta quien verdaderamente soy,
por una fracción de segundo pude ver la pena de su corazón, así mismo se sentía
el mío, todos esos días, que volví a las tierras, donde la conocí, solo para
verla nuevamente y la he encontrado acá, donde nunca me hubiese gustado
encontrarla.
_
¿Me querías utilizar para esto, por eso me seguiste la otra vez, sabías quien
era?_ sus ojos comenzaron aguarse, estaba hermosa, mis recuerdos no le hacían
justicia, atrás mio se libraba una batalla sangrienta y yo no podía seguir la orden
de dar muerte a todo ser que se interpusiera delante de mí. Niego con mi cabeza
y bajo mi espada, levanto mis manos en señal de rendimiento, pero ella no baja
la suya, aun así, me ha dejado entrar en su mente y entiendo todo.
Miles
de pensamientos se acorralan en su mente y me doy cuenta de su verdad, no es
una sirvienta como lo pensé en un principio, ni tampoco una dama de compañía de
alguna diosa real, ese día me miente para protegerse, veo sus pensamientos como
me sigue con la mirada, la veo llorar frente a mi, pero aun no baja el arma,
ella ha abierto su alma ante mi, en cuestión de segundos su vida pasa ante mi,
sus dones y poderes sus debilidades, todo expuesto ante mi.
Es
hija del dios Charlie heredero de Cronos, nuestro enemigo más odiado por los
míos. Veo su niñez frente a una mujer tan hermosa como ella, veo como esa mujer
le ha inculcado valores de amor y respeto por sus prójimos, veo el odio que
profesa su padre hacia nosotros y la sed de conseguir lo que siempre ha pensado
que le pertenece, veo cuando su madre ha enfermado con un mal imposible de
sanarlo, buscan por todos los medios su sanación pero ha sido una maldición
lanzada hacia ellos a consecuencia de los actos de su padre, veo la muerte de
su madre y la siento como si fuera mi misma pena. Veo la locura de su padre y
su sed de venganza que ha crecido cada vez más, culpándonos también de la
muerte de su esposa. Veo también como se le ha enseñado a luchar y es casi tan
buena en la arena como Alice.
Busco
en su mente el día en que nos hemos conocido, ella me ha observado en cada
momento, ha tomado en cuenta cada palabra, cada movimiento mio, recuerda mi
sonrisa y mis ganas de protegerla, cuando me he puesto delante de ella en el
bosque, también cree que soy una especie de sirviente de dioses reales, hasta
hoy.
Nunca
antes oí hablar de ella, Isabella, hija del dios Charlie, siento deseos de
terminar con esta lucha, pero ya es tarde, todo Buenaventura esta tomada por
los nuestros, la mayoría de las mujeres han sido puestas prisioneras, junto a
sus hijos, la mayoría han quedado viudas, sus hombres guerreros han muerto el
día de hoy, no se ha encontrado el paradero de Charlie, ni de sus mas fieles
aliados
Le
pido que huya, pero baja el arma y me dice que ya es tarde, la puerta que
protege se ha cerrado y ha sido sellada por dentro, no lo pienso mucho y me voy
hacia ella, la tomo de la cintura y le doy un abrazo, embriagándome de su
aroma, como quise hacerlo aquel día en el claro, siento su fragilidad y su
corazón latiendo a mil, ella ha vuelto a bloquear sus pensamientos.
_
Debemos salir de aquí_ le explico que no sé como lo haré, tendría que sacarla
de ahí como mi prisionera, pero antes de que pueda tomar una decisión Alice se
presenta ante nosotros, Isabella ha levantado su arco nuevamente.
Veo
en sus ojos que no confía en ella, Alice baja su arma, levanta sus brazos, es
nuestra señal de que no atacaremos y esperamos lo mismo, pero Isabella no baja
el arma.
_deben
salir de acá_ nos recuerda Alice, pero
no hay forma de salir, se nos ven ayudando a escapar a Isabella, seremos
ejecutados como traidores. Solo sacándola como prisionera es una posibilidad
¿pero después qué?
_
sé como hacerlo, toma mi mano_ sin pensarlo me dejo, confío en ella _ ¿vienes?_
se dirige a Alice, pero nuestro oráculo se niega y se para en la puerta para
vigilar y proteger nuestro escape.
Mientras
ella levanta el brazo que lleva libre y nos envuelve con un manto de
invisibilidad, no puedo evitar asombrarme, solo había oído hablar de este don,
entre los míos nadie lo posee.
_no
me sueltes o perderemos tu conexión, trata de mantener tu mente en blanco, será
mas fácil movernos, aun no manejo este campo de fuerza como debe ser_
_yo
tampoco manejo muy bien mis dones_ no puedo evitar sonreírle, soy un débil.
Salimos
corriendo por los pasillos mientras veíamos a nuestros guerreros luchar sin
piedad, ella no mostraba sentimiento alguno por los suyos, mientras yo sentía
deseos de volver por los míos, llegamos a un establo donde las bestias habían sido
soltadas, debieron huir todas, menos
uno, allí esperando estaba el Pegaso negro, a quien conocí también aquella
tarde, lo envuelve también con su campo de fuerza y sube, es el único momento
que suelta mi mano y la pierdo de vista, es como si enfrente mio no hubiese
estado nunca. Sentí miedo a que me dejara y huyera, pero segundos después
siento nuevamente la calidez de su mano y la vuelvo a ver, subo al Pegaso
también, el no esta muy contento con mi presencia, pero Isabella lo calma con
su lenguaje desconocido.
Nos
perdemos en los cielos de Buenaventura y conozco donde nos dirigimos.
Al
pisar suelo cambia su ropa con el tronar de sus dedos, toca la mía y hace lo
mismo, ella es más poderosa que yo. Mientras envía a pastar a su corcel, saca
de su bolso una pequeña botella, se dirige hacia mí.
_estas
herido, esto ayudará_
_no
es necesario estoy bien_
_Necesito
respuestas, no sé ni siquiera porque te he ayudado a escapar cuando pude
haberte dado muerte en Buenaventura_
_fuimos
por lo que nos pertenecía, Arghhh ¡duele!_
_no
seas cobarde, será por unos minutos, esa herida es muy profunda, nosotros no
tenemos nada que les pertenece_
_los
tuyos robaron las armas sagradas_
_eso
es imposible_
_pues
así fue_ la veo pararse y caminar enojada de un lado a otro, mientras el ardor
y la quemazón son persistentes en mi brazo, intento acomodarme.
_no
tengo acceso a las reuniones sagradas, por mi corta edad, pero sé que los
nuestros no fueron quienes robaron las armas_
_
¿porque estas tan segura?, ¿Dónde estaba tu padre hoy?_
_mi
padre estaba consiguiendo aliados con los del sector de la Push, así como los
suyos se hicieron aliados con los Denali_
_
¿como lo sabes?_
_pude
verlo, cuando baje mi escudo, también hiciste lo mismo_
_
¿que otros dones posees?_
_
Los suficientes, para destruir tu clan… yo sola_
_
¿y que estas esperando? ¿Por qué no empiezas conmigo? ¿Para eso me has traído
acá?
_
te he visto, cada día que volviste a este lugar, yo también he vuelto, he
estado a tu lado todo este tiempo_
Su
confesión me ha tomado por sorpresa, siempre volví para encontrarme con ella y
pase horas sentado en este claro esperando encontrarme con ella, pensé que
nunca había llegado.
_debes
pensar que fui una tonta, pero debes entenderme que no podía exponerme así, si
mi padre se llega a enterar de esto y lo que ha pasado en días anteriores me
ejecuta y no le importa que yo sea su hija, hasta le haría un favor. Somos
enemigos Edward, no debemos estar acá, la irrupción de los tuyos ha despertado
lo que más ha anhelado mi padre en estos años, quien sea quien haya robado las
armas le han dado una razón para atacar el Olimpo y no va a tener piedad, ha
conseguido muchos aliados este tiempo, ustedes no saben a quienes han
despertado.
Un
sonido a lo lejos nos saca de nuestra conversación, inmediatamente toma mi mano
y alza su campo invisible, nos mantuvimos callados hasta que divisamos un grupo
de guerreros, ninguno de ellos era de nuestros clanes, ellos no deberían estar
en terrenos mortales, pero aun así lo estaban, violaban la ley primordial al
igual que nosotros, se dieron cuenta que no estaban solos y se mantuvieron
alertas.
El
Pegaso pastaba unos metros mas hacia el riachuelo, Isabella de inmediato quizo
ir en su auxilio, pero no podíamos exponernos de esa manera, no solo
levantaríamos la alerta de su presencia en las tierras, si no que también las
nuestra y eso nos llevaría a la muerte inmediata y no hubiésemos podido hacer
nada, vimos como los guerreros rastrearon el lugar sin dar con nosotros, pero
no les basto con no encontrar nada y dieron muerte al Pegaso, frente a
nosotros, tuve que afirmarla fuerte y tapar su boca, para que no se escuchara
ningún sollozo de ella, nuestro corazón palpitaba a mil por hora, mientras
veíamos como sin piedad ejecutaban al animal.
Mientras
ella se aferraba a mi tratando de mantener el escudo en alto y no emitir sonido
alguno, después de unas horas vieron que nadie volvía por el animal y se
fueron, ella no bajo la guardia hasta minutos después, donde corrió hacia el
animal y lloro al verlo muerto a la orilla del agua.
Repetía
algunas frases que no lograba entender y lloraba, se le veía más afectada que
cuando vio a los guerreros de su clan caer en las manos de los míos.
_debemos
irnos de acá, pueden volver_ trate de tomarla del brazo para levantarla pero me
fue imposible moverla de ahí.
Poso
sus manos sobre el animal y lo levanto hacia el río, repitiendo las frases de
la sagrada sepultura lo envió hecho polvo hacia el río, siempre me pensé que
esa frase era para la sepultura de los dioses, ella debió querer mucho al
animal, para aplicarlas en él.
Lavó
sus manos manchadas con sangre en el agua del riachuelo, luego se levantó y
secó sus lagrimas, se dirigió hacia mí, yo solo la veía estático, sentado
en una roca, mientras trataba de
encontrar o recordar el paradero de aquellos guerreros, todo el tiempo que estuvieron
a nuestro lado, no pudimos saber a que clan pertenecían, sus mentes solo eran
oscuras y mostraban caras que nunca en mi vida había visto.
_ya
no tenemos en que viajar, él era importante para mi_
_lo
siento, mucho, debemos irnos de acá, pueden volver_
_
¿donde iremos, no podemos volver?_
_tendremos
que volver al refugio del Olimpo, es al único lugar que podemos ir, tendremos
que explicar que Buenaventura no irrumpió y robo las armas sagradas_
_me
tomarán prisionera_
_No,
no lo voy a permitir, apelaremos a la buena voluntad y sabiduría de mi padre_
_tengo
miedo…
_
¿confías en mí?
_igual
como tu confías en mi…
_
Entonces confías plenamente en mi, no voy a dejar que nada te pase, ahora eres
lo más importante para mi, creo que desde el día que te vi en esa feria_ Nos
tomamos de las manos, mientras veía sus ojos sinceros que me miraban, se veía
aterrada, trataba de darle confianza, yo trataba de por al menos una vez ser
valiente, por ella, para ella.
Tendré
que enfrentarme a la furia de mi padre y apelaré a la compasión de mi madre, lo
más probable que todos ya vayan en retirada al lugar que se ha dispuesto para
protegernos, acaricie su rostro, sabia que con esto estaba poniendo en juego la
seguridad de todo mi clan, pero una fuerza más poderosa me llevaba hacia ella y
caía como los hombres caían en el embrujo de Afrodita.
Me
acerque a sus labios, y me aferré a ellos, su dulzura me llena por completo y
es inexplicable el deseo que siento por ella y me sostengo de su cintura como
si mi vida dependiera de ello. Ella me toma del cuello y profundiza el beso que
le estoy dando, comienzo a ver en sus pensamientos y sus recuerdos me llevan a
este mismo claro, donde la espere algunos atardeceres atrás, ella sentada
frente a mi observándome, guardando en su memoria todos mis gestos, cada
imperfección de mi rostro, cada suspiro y sonido de exasperación al no verla
aparecer, veo en su corazón que no dejo de pensar en mi durante este tiempo y
no es muy distinto lo que siente a lo que yo siento.
Pero
el miedo se apodera de ella, cuando me ve entrar por esa habitación, mientras
ayuda a sus sirvientas a escapar, cunado se da cuenta quien verdaderamente soy,
se debate en matarme, porque ella tiene el poder o dejarme libre.
Acá
estoy, totalmente expuesto, mostrándole mis debilidades y fortalezas dispuesto
a luchar por este sentimiento que se esta revelando ante mi.
Con
el clic de mis dedos desaparecemos para en cuestión de segundos, encontrarnos
en algún lugar de la tierra donde se han refugiado los nuestros, mi madre ha
recibido a los guerreros que han podido volver, mi padre aun no lo ha hecho,
tampoco Emmett y Alice.
Mi
madre se sorprende con mi regreso y mi compañía, miles de pensamientos y
preguntas pasan por su cabeza, trato de responderlas todas, escondiendo algunas
esenciales.
Con
mi madre compartimos algunos dones, para malestar de mi padre.
Isabella
cambia su ropa nuevamente, comienza atender a unos niños, al rato la escucho sonreír
junto a los pequeños, mi madre toma mi hombro, mi padre y los demás están de
vuelta.
Me
alegro de que haya regresado sin tantas heridas al igual que los demás, Alice,
de cierto modo a limpiado el camino para el escape de los guerreros, comienzan
atender la heridas de los mas graves, nosotros nos vamos al salón, para
conversar los pasos a seguir, este es mi momento, aun no se han percatado de la
presencia de Isabella, solo mi madre y Alice, lo saben.
Como
era de esperarse no han encontrado las armas sagradas, ni tampoco a la familia
real, hablan de tres miembros de ellos, yo solo he visto por los pensamientos
de Isabella que la familia real se compone de dos dioses.
Espero
mi turno para hablar, debo ser cauteloso.
Comienzo
explicando que en los pensamientos de los guerreros no había irrupción en
nuestras tierras y que no esperaban nuestro ataque.
_Buenaventura
no ha robado las armas sagradas, para mi parecer fue una trampa de otro clan
para dejarnos vulnerables a los dos clanes y bajar nuestro número de soldados,
el dios Charlie esta buscando aliados para un posible ataque a nuestras
tierras, solo que alguien más se le ha adelantado. Es por eso que no se
encontraba en sus tierras.
_
¿pero toda su familia esta buscando aliados, sabemos que siempre debe quedar
alguien real en las tierras, sus hijos también buscaban aliados? Rosalie,
siempre dado con el objetivo.
_
había alguien de la familia real en Buenaventura_ Alice había pedido su turno
para hablar.
_
ella ha salvado mi vida y en recompensa se le ha salvado la suya_ Todos al unísono
han bloqueado sus pensamientos con miles de preguntas, ante las declaraciones
de Alice.
_ha
salvado también la mía_ de muchas maneras la salvo, solo que decirlas no iba al
caso en esta junta, nunca antes había estado tan nervioso, estaba en juego
mucho de mi _ella está acá y no me ha acompañado como prisionera, si no que ha
venido como mi protegida.
_
¡Pero te das cuenta de la estupidez que has hecho!
_padre
escúchame por favor_
_
¡puede ser ahora mismo una trampa, ella sabe nuestro paradero, puede informar a
su clan, sabía que no estabas listo para esto! ¿Dónde está, debemos
interrogarla?
_ya
lo dije, ella es mi protegida, ella aun no tiene la edad suficiente para
participar en el consejo real de Buenaventura, pero vi en sus pensamientos todo
lo que ahora te he contado y si no estaba listo como has dicho, me retiro para
buscar una solución al conflicto, sin que hayan mas bajas en nuestro clan.
Sabia
que todos me encontraban un débil, por eso usaban de excusas mi edad para no ir
al frente de la batalla, pero en todos estos años, he conocido hombres mucho
menores que yo que los han enviado a luchar, me han dicho por protección, por
ser heredero del dios todopoderoso, pero sé que esa no es a explicación, me
levanto para ir en busca de Isabella, ya no hay nada más que hacer en este
lugar, no hago caso a los gritos de mi padre, ni del bloqueo de las puertas,
con un solo empujón las envío hechas trizas a la pared, solo me detengo cuando
una visión ha envuelto la mente de nuestro oráculo… los Vulturi.
Toda
la verdad se ha revelado ante nosotros…
Aro,
heredero de Hades dios del inframundo, al margen por años de esta guerra entre
Buenaventura y el Olimpo.
La
teoría de Alice no esta mal, pero mi padre no quiere entender y continúa con su
propósito de terminar con Buenaventura, sigo mi camino, solo que esta vez
Emmett me sigue, veo en sus pensamientos que cree en mi teoría.
_Isabella,
necesito que levantes tu escudo ahora, todo ha salido mal_ tomo su mano y ella
enseguida nos ha vuelto invisibles, nos vamos de este lugar, Emmett recibe mis
coordenadas de donde nos encontraremos, debemos planificar esto, si es que los Vulturi
están tras de esto, necesitaremos muchos más que aliados.
Me
he revelado ante mi padre, me he ido junto con Isabella, pronto llegara Emmett,
que espero confiadamente que no me traicione, solo una vez he estado en las
tierras del inframundo, fue cuando acompañe a mi padre a su visita anual hacia
los herederos de Hades, no conocí mucho el lugar, pero pude ver el poder que
ellos manejan y nos pone en clara desventaja, sus dioses son poderosos, muchas
veces han usado a los humanos para sus guerras, antiguamente, mi padre ha
intervenido en muchas de ellas, El inframundo siempre ha querido tomar el poder
ante los humanos y gobernarlos, y eso no se les permite.
Los
humanos no son nuestros esclavos.
Respetan
a mi padre y su linaje como herederos de Zeus, pero si es cierto a visión de
Alice, ellos nos han traicionado y se han roto toda clase de buena relación.
Emmett
no viene solo, algunos guerreros lo hacen y a su lado Rose, que todavía no cree
que los Vulturi, nos han traicionado, junto a Rose viene Alice, dispuesta a dar
la batalla, su sensatez y confianza que ha puesto en mi me conmueve, estoy
agradecido de ello.
Les
presento a Isabella, como hija del dios Charlie, ella los saluda con un poco
más de confianza en su actuar, hemos estado decidiendo que estrategia tomar,
ella también a visitado el inframundo un par de veces y eso nos ayuda para
ubicar la estrategia que estamos analizando.
Ahora
somos un poco más en numero pero si unimos nuestros poderes podemos dar una
gran batalla, para recuperar las armas sagradas y poder vivir en armonía los
dos pueblos.
Nos
protegemos bajo el escudo de Isabella, quien se sorprende de que su poder vaya
creciendo y ya no es necesario que nos tomemos de sus manos para entrar bajo su
protección.
Alice
ha visto más decisiones en los pensamientos de nuestros nuevo enemigos, pero la
tenemos concentrada en encontrar el lugar exacto donde deben tener las armas… y
lo encuentra, tenemos en nuestras filas a la mejor.
Nos
disponemos en comenzar la lucha, no poseemos armas, más que las espadas de los
guerreros que han acompañado a Emmett y el arco de flechas que carga Isabella,
pero los demás estamos capacitados para luchar con nuestros poderes, el escudo
de Isabella, nos ayudara mucho.
Emmett,
nos da una especie de arenga pre batalla, sabiendo que nuestro fin es
justificado, que no hemos traicionado nuestros pueblos, que todos lo hacemos
por el bien común de los nuestros.
Nos
pide que volvamos todos, no importa como… me recuerda a mi padre.
Mientras
él se dispone atacar nuevamente Buenaventura con un gran número de guerreros,
yo me dispongo a entrar al Inframundo, con garra y corazón.
_Espero
que Zeus ilumine nuestro camino_
_y
Cronos, si él ha tenido un lado bueno en su corazón_ agrega Isabella.
Sonreímos
y nos damos valor, sé que ella es poderosa y letal en la lucha, quien me
preocupa realmente soy yo, no sé si seré, lo suficientemente fuerte para
soportar esta idea visionaria en todo esto.
Emmett,
sabe cual es mi pesar y me pide que lo arroje afuera de mí, no tengo que
demostrar ser mejor a nadie más que a mí, me dice que lo soy, que lo ha visto
hace unas horas atrás, me pide que confiara más que nada en mi corazón.
Ella
toma mi mano y nos apartamos del grupo –Prométeme que llegaras vivo-
-Solo
si tú, lo prometes-
-Estaré
sentada en el claro, quizás, estaré curando unas cuantas heridas, pero estaré
esperando por ti.
-Así
será entonces- no pude profundizar más el beso que le daba como hubiese
querido, ya que sentimos un carraspeo mas delante de nosotros.
Nos
adentramos a Inframundo, el calor es agobiante, no sé como pueden vivir acá,
sabemos bien donde dirigirnos y ayudados con el escudo de Isabella, nos es más
fácil llegar al lugar indicado, como esperábamos el lugar no solo estaba
resguardado por guerreros si no que disponían de bestias feroces, la lucha ha
comenzado. El escudo de Isabella se debilita con la presencia de este tipo de bestias,
me preocupa.
Rose
con el movimiento de una mano lanza bolas de fuego hacia las bestias que se
disponen atacarnos, las flechas lanzadas por el arco de Isabella, dan todas en
su blanco, Emmett y Alice se disponen avanzar con sus espadas, mientras ataco
con mis propias manos a los guerreros que se han lanzado contra mi, me siento
ansioso, poderoso, los guerreros van pasando hacia mi y soy letal en el momento
de destrozarlos, Isabella va abriéndose camino con su arco y logra avanzar
junto con Rosalie, se mueven rápido por los pasadizos de Inframundo, la sigue
las pericias de Alice, me quedo atrás junto con Emmett, para terminar con las
bestias que han quedado en el paso, sus guerreros han seguido el camino para
proteger a quienes se nos han adelantado.
Mas
adelante más guerreros se nos cruzan, nos estaban esperando, hemos perdido
algunos de nuestros guerreros, estamos un poco mas golpeados, pero podemos
continuar, las flechas se han agotado y toma una espada de un guerrero caído,
comienza la ceremonia de los muertos, la misma que hizo a su corcel, pero no
había tiempo para ello, la tome de la mano y continuamos nuestra búsqueda,
estábamos muy cerca de nuestro objetivo y cada vez más guerreros salían a
nuestro encuentro.
Nunca
antes había visto luchar a Emmett de ese modo, ni siquiera en mis sueños, sabia
de su poderío por los comentarios de los guerreros tras cada batalla, nunca me
imagine que lo iba a ver en directo… tengo claro que nunca me pelearé con él.
Lo que
no me imagine nunca que pudiese suceder fue ver retroceder a las chicas y a los
guerreros, los pensamientos de Alice viajaban rápidamente y solo pude ver
imágenes de lo que ellas habían visto… humanos.
Usaban
humanos armados con una clase de armas de fuego, para su protección, nosotros
no estábamos capacitados emocionalmente para matar humanos, ellos los usaban
como escudos.
Nos
ocultamos en una cueva, no nos mantendríamos muchos minutos, sin que nos encontráramos
pero debemos modificar nuestro plan.
_ellos
deberán morir, no hay otra salida, si ellos logran encontrar el modo de
utilizar las armas sagradas estaremos acabados, solo son un grupo de humanos y
no me sorprenderían que sus almas estén siendo manipuladas_ Rosalie, nos
mostraba el camino sensato y frio, nunca había lastimado a un humano, nunca
nadie de nosotros lo había hecho, pero mucho estaba en juego, nos alineamos
nuevamente, la batalla ahora tomaba otro rumbo.
Rosalie
desplego su fuego hacia los humanos que nos atacaban con sus armas también, era
difícil esquivar su fuego, el aroma a los químicos de sus armas impregnaban el
lugar.
Algunos
cimientos comenzaban a desmoronarse con el fuego que se abatía de lado a lado,
si seguía así éramos blanco fácil del derrumbe que se avecinaba.
Rápidamente
nos desplegábamos por más pasadizos, y mas humanos caían a nuestro paso, con el
golpe de mi puño en la tierra todo ha comenzado a temblar y a los humanos le es
más difícil sostenerse de pie, mucho de ellos caen, tratan de levantarse pero
el movimiento de la tierra es cada vez más fuerte, algunos pilares de las construcciones
comienzan a ceder, el polvo que se comienza a levantar impide la visibilidad,
el fuego comienza a expandirse y más guerreros han llegado para impedir nuestro
objetivo.
— ¡Isabella! – exclamó Emmett, al percatarse del
peligro que corrían, junto con Alice, ella volteó, agitó su espada y cortó en
dos a la bestia que se lanzaba hacia ellas.
-¡Alice no, vuelve!, un humano en el suelo se
mantenía con vida, Alice no pudo evitar tratar de socorrerlo, Isabella lanza
una pequeña botella, ya conocida par mi, para que Alice la agarre –Haz que beba
esto y sácalo de acá- Alice destapa el brebaje y lleva al humano donde puede
mantenerse a salvo.
Veo en sus pensamientos que trata de mantenerlo
con vida.
-Alice no hay tiempo, necesitamos de ti- Rose es
ahora quien pide la ayuda de ella pero esta absorta en traer al humano a la
vida.
-Jasper, necesito que bebas de esto y luego
intentes salir de acá, mírame ¿recuerdas como salir?.
-¿Cómo sabe mi nombre?-
-eso no importa debes salir de acá-
-¿estoy en el cielo?-
-no precisamente-
Me fui directo hacia ella para protegerla, así
era blanco fácil de algunos guerreros.
Luego toma nuevamente su espada y corre hacia
Isabella, nos dimos cuenta que habíamos llegado a nuestro objetivo, pero este
estaba custodiado de sus más fuertes guerreros, de inmediato Isabella despliega
un campo de fuerza delante de nosotros, atrás Rosalie daba sus últimos golpes
con sus bolas de fuego, luego se deja envolver
dentro del campo de fuerzas también.
Los otros guerreros han perecido en la lucha
hemos quedado solos, frente a un centenar de ellos, los mejores, alineados
cubriendo las armas sagradas, como nos lo había mostrado Alice.
_No hay más tiempo que perder_ Rose como siempre
iniciaba la lucha, éramos cinco dioses peleando frente a un centenar de
soldados, los primeros guerreros de la línea no poseían don alguno y fue fácil
aniquilarlos ¿era así como alineaban sus guerreros?
La respuesta no demoraría en llegar, paso a paso,
guerrero tras guerrero, cada uno más fuerte, Alice y su espada luchando contra
ellos, Isabella esquivando golpes certeros con su escudo, Rosalie enviando
bolas de fuego hacia sus contrincantes que salían volando con las explosiones,
mis manos ensangrentadas tomaban los cuellos de algunos guerreros que se
lanzaban hacia mi, también he tomado una espada de un guerrero caído al igual
como lo ha hecho Isabella, es fácil para mí, irme hacia ellos y terminar con
sus vidas.
Pero lo que no contábamos que su guardia real
apostada más cerca del lugar donde custodiaban las armas sagradas se hiciera
presente con todo su poderío, al igual que los poderes de Rosalie, uno de ellos
nos enviaba llamaradas de fuego que debíamos esquivar con rapidez, Rosalie las
tomaba en sus manos y las hacia su propia arma.
Emmett, se iba encima de algunos soldados
penetrando su espada en ellos, no había piedad, cada vez estábamos más cerca de
lo nuestro. Toda su concentración se reducía a descuartizar guerreros para
poder llegar al lugar donde guardaban las armas sagradas. No estaba dispuesto a
morir, no cuando sabía que él llegaría en cualquier momento.
-¡Edward, no mires a los ojos a los guerreros!-
el pensamiento de Isabella a llegado a
mi mente-
-¡Isabella no bajes tu escudo!- le pido, no
estamos en condiciones de dejar que nos hieran, sus armas son mortales hacia
nosotros, menos ella, no sé que haría si ello pasara, la promesa de llegar
vivos hasta el final sigue en pie.
La
lucha no nos daba respiro, no vemos agotados, y lo veo en cada uno de sus
pensamientos, pero estamos tan cerca, que ninguno desiste.
Todos
seguimos los consejos de Isabella y esquivamos las miradas de nuestros
contrincantes, se mueven rápido, pero nosotros también, algunos rugidos de otro
lugar me percatan que más de sus bestias han enviado para nuestra caza.
Rose
se encarga de ellas, mientras Alice le limpia el paso a Isabella para
adentrarse al altar donde las armas están, Emmett hace lo mismo con mi camino,
los dos al mismo tiempo llegamos y quedamos maravillados ante tal imagen.
Nunca
había estado tan cerca de ella, a simple vista eran un arco con su carcaj lleno
de flechas doradas, a su lado una lanza, hermosas y brillantes si las mirabas más
detenidamente, la leyenda nos contaba que si estabas cerca de ellas, sentirías
unas ganas enormes de poseerlas y usarlas a tu antojo, el sentimiento de
poseerla y hacerte invencible.
No
me sentía como tal y he llegado a dudar
de su autenticidad.
Miro
a Isabella que no despega su mirada de ellas, mientras la lucha seguía a
nuestros pies, un pensamiento me saca de la concentración al igual que a
Isabella.
Aro
estaba frente a nosotros con su aire de Dios, mientras los suyos caían bajo las
manos de los guerreros que me acompañaban, pero tras él quien lo acompañaba era
mi padre que llegaba corriendo junto a sus guerreros, no sabia si en verdad
sentirme feliz, sus pensamientos eran un torbellino, pero me decían que estaban
ahí para apoyar nuestra misión, su gente también luchaba a nuestros pies.
-Esas
armas nos pertenecen- nos grita Aro.
-estas
equivocado Aro, estas armas no le pertenecen a ningún clan, solo los verdaderos
herederos pueden utilizarlas, nosotros solo las protegemos- Carlisle se
adelanta hacia nosotros.
-nos
has traicionado Aro, has hecho que enfrente una batalla a un clan que no ha
tenido nada que ver en este robo –
-solo
te hemos dado un empujón a lo que querías hacer hace mucho-
_Nuestros
pueblos ya están cansados de luchar, esta guerra no nos pertenece, sus
verdaderos dueños están hecho polvo_ Isabella toma la palabra pero de las
sombras sale su padre y corta el parlamento de su hija.
-esta
lucha nos pertenece solo a nosotros, no involucremos más guerreros, esto lo
acabamos en este momento-
Todo
sucedió en cuestión de segundos, pero mi mente lo vió todo de forma lenta.
Isabella
toma el arco y dispara hacia mi padre, no miento que por unos segundos me sentí
traicionado y utilizado, vi la dirección que había tomado la flecha y la seguí
hacia donde estaba Carlisle, pero no fue mi padre quien caía, atrás de él, un guerrero real de Aro había
levantado su espada y estuvo a punto de herir a mi padre. Nos dimos cuenta que
Aro nos tenía esta trampa para acabar con nosotros. Los guerreros de Aro se
lanzan hacia nosotros, Isabella sin pensarlo le dio muerte a ellos con el Arco
del Titán. Pero Charlie no corre la misma suerte que mi padre, Aro ha dado
muerte al padre de Isabella.
No
hay tiempo para mucho ella corre hacia su padre, mientras la protegemos junto a
mi padre de los ataques.
Aun
con las armas sagradas es sus manos acaricia el rostro de su padre quien yace
muerto a unos pasos del altar. Luego toma la lanza y me la arroja, mientras
ella se va hacia Aro quien estaba huyendo despavorido, no podía utilizar
ninguno de sus dones ya que estaba demasiado asustado de nosotros, estoy
sosteniendo la arma de Zeus, su rayo invencible, todo se queda en silencio.
Seguimos
a Aro por algunos pasillos de su mohoso castillo, busca a sus guerreros los llama desesperado,
ninguno llega a su rescate, Isabella puede multiplicar sus armas con el
pensamiento y todas dan en el blanco, Aro se encuentra solo y suplica piedad.
Pero
un Dios que ha traicionado al heredero de Zeus, no puede obtener perdón, la
lanza de mi Dios se entierra en su pecho y es como si tuviera vida propia.
La
batalla ha terminado.
Guerreros
poderosos habían caído a nuestros pies, guerreros letales habían sido aniquilados
por solo cinco guerreros, habíamos ganado esta guerra.
Tome
la mano de Isabella y nos retiramos del lugar, no había que perdonar, ni
quedarnos en ese infierno de lugar, habíamos recuperado las armas sagradas,
como herederos reales de ellas, todos nos saludaban con reverencias, pero yo no
quería eso para mi.
Tomé
la lanza de Zeus y se la he entregado a mi padre, después de muchos años ya
llegaría el momento en que seria un verdadero dios, para gobernar estas
tierras, por ahora quería vivir junto a la mujer que amaba y quien me había
ayudado a recuperar la paz de mi tierra y la suya, uniéndola en una sola.
Volvimos
a las tierras del Olimpo, mientras se restauraba el orden, nos dirigimos hacia
donde se guardaban los tesoros reales y dejamos las armas que nos pertenecían
custodiadas, ninguno de los dos entendía mucho como había sucedido, solo nos
dejábamos envolver con la historia de Alice, ninguno de los dos anhelaba poseer
aquellas armas, todo lo contrario, los dos queríamos la paz de nuestros pueblos
era por eso que confabularon, para que un día nos conociéramos y lucháramos por
nuestro fin.
Hoy
estábamos sentados en el claro donde compartimos la primera vez, ya no nos
escondíamos de nadie y aunque todos sabían que volvíamos a la tierra de vez en
cuando, nadie decía nada al respecto.
Como
siempre la miraba embobado mientras conversaba con las aves y la briza de los
vientos, prometió algún día enseñarme ese dialecto, no había apuros, me deje
envolver en ella.
–Bésame – pidió y respondí
al instante, como si se hubiera tratado de una orden apremiante, uní mis labios
a ella de manera intensa.
Sus brazos envolvieron mi
cuello, mientras la intensidad de nuestros besos aumentaba con cada caricia, el
calor de mi cuerpo y la necesidad de sentirme más y más cerca de ella.
No era la primera vez que
este deseo nos albergaba, nuestras ropas comienzan a caer al suelo, ninguno de
los dos podía reprimir su deseo.
Sus dedos se pasean por mi
pecho, me estremezco y busco sus labios y su cuello.
–Te amo – es la primera
vez que oigo que me lo dice.
–Isabella... – mi voz se
escucha entrecortada y me silencia con sus labios.
–Eres el hombre de mi eterna
vida...
Mi cuerpo cayó sobre el
suyo. Solo nos mirábamos con deseo. Nos acariciamos con tortuosa lentitud, haciéndonos vibrar con cada
electrizante roce. Sus labios iniciaron un ardiente camino. Un gemido se escapó
de mis labios, conocíamos de memoria nuestros cuerpos. Mi mano buscaba su
entrepierna, ya sabíamos lo que nos esperaba.
No habían dudas, nunca las
hubieron ella era para mi como yo era completamente suyo.
Nuestros
gemidos lo acallábamos con nuestros besos, la sensación de estar dentro de ella
llenaba mi cuerpo de más deseos, no existían palabras en ese momento.
Cada
vez nos hacia mas dolorosa la hora de separarnos ella aun no cumplía la edad
suficiente para que pudiese unirse a mi, bajo el juramento de nuestros dioses,
este era nuestro secreto, Ella volvía a sus tierras para gobernar Buenaventura
y yo me quedaba en el Olimpo, bajo la promesa de que un día estaríamos juntos
para toda la eternidad, como los dioses lo habían escrito.
Fin….
9 comentarios:
Felicidades es una historia muy hermosa. Amo a este tipo de Edward: tierno y dulce y esta Bella me ha dejado wow, pero sin dudas quiero saber más.
Wooooooowww que bonita historia llena de mucho amor, me gusto esta Bella tan valiente y este Edward tan tierno, un bonito final ellos haciendo lo correcto por su pueblo, y esperando estar juntos por la eternidad..........Felicidades y suerte
Bueno bueno esta historia esta estupenda, creo que votare por ti haber si hay suerte y ganas.
Besos
Antonia
Excelente historia....bhermosa en verdad
Muy buenas.
Me encantan las historias de Dioses, so unas de mis preferidas. Ojala el tiempo pase pronto y podamos estar juntos. Me ha gustado mucho el personaje de Bella.
Besos y suerte.
excelente relato... congratulaciones!!
Cata!
Genial la historia, una protagonista fuerte y el amor con un dios !!!
Gracias y felicidades !!
ohhhh por dios
esto estuvo fabuloso, por favor por favor nunca dejes de escribir y de deleitarnos con mas historias que manera d escribir felicidades amo robsten tanto talento no puede pararse amo robsten y espero poder seguirte leyendo con sus historias.
que dios te b endiga siempre...suerte
Consternada y sin palabras,ha sido increíble
Publicar un comentario