Capitulo 10: Tu sufrimiento... el mío.

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Hola amigas!... les entrego el nuevo capi de Ángel de medianoche... espero que les guste... para todas aquellas que les gusta leer los pensamientos de nuestro vampiro... besos!!... COMENTEN!!

Tu sufrimiento… el mío.

_Edward… ¿vas a cazar o no?_ me preguntaba Emmett desde un árbol. Todos mis hermanos estaban cazando excepto yo, mi cuerpo estaba allí pero mi mente y definitivamente mi corazón se habían quedado en otro lugar.

Comencé a desplegar mis instintos, lo cual era fácil después de haber pasado casi un siglo cazando. Mi olfato captó la esencia de sangre fresca y suculenta, aunque la sangre de animales no me satisfacía completamente era necesaria y nos mantenía lo suficientemente fuertes para soportar dos o tres semanas.

Yo había estado sin cazar desde que Bella tuvo el accidente y ya me quemaba insoportablemente la sed cuando la besaba o cuando la tenía cerca, había sido un entupido al haber estado con ella esta tarde en su oficina… era tanta la ansiedad por tomarla y hacerla mía que la sed había sido aplacada por algo más poderoso pero igualmente peligroso como lo era el deseo por su cuerpo. Bella me volvía loco en tantos sentidos que no había manera de que me la sacara de la cabeza, ni siquiera en este momento donde urgía la necesidad de alimentarme.

El olor a sangre fresca y caliente provenía del sudeste, así que sin perder más tiempo comencé a correr hacia mi caza, su olor pertenecía a mi presa favorita, la reconocería a cientos de kilómetros, era un carnívoro… un depredador como yo, un puma.

Mientras me acercaba comencé a subir a los árboles, recorriendo el bosque saltando de rama en rama, era mucho más fácil para mí cazar así porque tomaba al animal por sorpresa, no me gustaba luchar, era cruel jugar con la comida.

Desde la rama de un árbol me agazapé para saltar sobre él que se encontraba a unos metros de distancia, debajo de la sombra de un árbol con un cachorro… entonces supuse que era ella junto a su cría. Medio segundo después y sin ningún esfuerzo me encontraba sobre ella que luchaba con sus garras defendiéndose, las cuales inmovilicé con una rápida maniobra de mi mano, mientras que con la otra inmovilizaba a la cría sosteniéndola del cuello contra el piso, mis filosos dientes se clavaron suavemente sobre la gruesa piel de la hembra sin esfuerzo sorbiendo la dulce y caliente sangre que inundaba mi boca, haciéndome soltar un gemido de satisfacción. No me había percatado hasta ese momento de lo sediento que me encontraba, dejé el cuerpo sin vida de la hembra para clavar mis dientes en la vena punzante del cuello del cachorro… terminé con ambos en unos pocos segundos.

_Maldición._ dije cuando me levanté del suelo y vi mi brazo, la hembra al defenderse había logrado romper con sus garras la manga de mi jersey. Esa era la evidencia de que mi mente vagaba por otro lado ya que hacía mucho tiempo que había alcanzado la perfección a la hora de cazar, nunca volvía a casa ni con una pequeña mancha de sangre en mis ropas.

Decidí dar por terminada la cacería, para así poder volver a casa y poder ver a Bella mucho antes de lo esperado, tal vez la sorprendería y la llevaría a cenar… aunque yo ya lo había echo y de manera muy poco convencional, ella era mi novia y como tal tenía el derecho a una cena romántica con su novio, y yo como tal tenía mis obligaciones.

Volví a donde se encontraban mis hermanos, sin antes tomar la sangre de un venado que encontré en el camino,

_Ohh… Eddy se distrajo….¿en qué andará pensando mi hermanito?_ rió Emmett cuando vio mi ropa desgarrada.

_No más caza para mi, me voy… hay algo que me urge más,_ dije, Jassper me miró asintiendo, él me comprendía. Emmett solo rió por lo bajo diciendo de manera muy teatral,

_Ve hermanito… corre como el viento hacia ella…._ Emmett si que lograba exasperarme. Pero de todas maneras le hice caso, corrí una vez más hacia ella… como si algún poderoso imán me atrajera hacia Bella… un elástico, un centro de gravedad, todo me llevaba hacia ella. Luego de unos cuantos minutos llegué a casa, debía cambiarme de ropa, en el camino había decidido ir por ella para llevarla a uno de los restaurantes más lujosos de la ciudad.

Estaba en mi habitación preparándome cuando Alice golpeó mi puerta,

_Pasa Alice,_ por algún motivo estaba bloqueando su mente cantando el himno nacional de Italia, _¿qué sucede?..._ le pregunté ahora mirándola fijamente mientras mis manos se detuvieron cuando hacía el nudo de mi corbata.

_Edward… creo que antes de que hagas planes, deberías saber algo…_ ahora si mi hermana me preocupaba, _ lo vi hace unas horas pero como tú te encontrabas cazando… yo…_

_Dime ya Alice!_ le dije tajante.

_No te llamé porque no lo creí importante… verás, luego de salir del trabajo, Bella fue en busca de unos papeles de Ángela a un restaurante de Port Ángeles y… decidió quedarse allí …_ entonces vi su visión, Bella sonriendo y hablando animadamente con otro hombre, compartiendo una mesa. Un hombre cuya mirada literalmente la desvestía de arriba a abajo. Sentí una punzada en donde se supone estaba mi corazón muerto, tomé mi saco y me encaminé hacia la puerta tranquilamente,

_¿Hace cuanto que está allí con él?..._ le pregunté a Alice.

_ mmm… unas dos o tres horas, no lo sé… por alguna razón mi visión no es muy clara,_ me decía Alice con una mueca de disgusto.

Bajé las escaleras a paso humano, pensando en lo que acababa de ver en la mente de Alice y en las posibilidades. Llegué hasta el vestíbulo y me paré frente a la puerta, mi mente parecía un torbellino de emociones, muchas de ellas nuevas para mí… algo me decía que valla por ella, y que la sacara de allí… esa era mi parte egoísta que no quería compartir a Bella con nadie más, nunca lo había sentido…¿a caso eran celos?. Otra parte de mi me decía que fuera prudente, que esperara y que confiara en su capacidad de cuidarse sola, algo me decía que no me preocupe que Bella volvería a mí. En la visión de Alice vi la mirada de ese hombre, era una mirada embelesada y penetrante, interesada en ella, eso me molestó muchísimo.

Decidí a duras penas sentarme en el piano, tal vez eso me relajaría, de todas maneras Alice me diría si algo andaba mal, mis manos rozaron distraídamente las teclas del piano mientras que mi mente y mi corazón estaban con ella. Las notas salieron como agua que fluye en un río, formando el principio de una hermosa melodía, su cara, su cabello, sus ojos, sus labios, sus besos…. Ella la inspiraba, ella me cantaba al oído las notas que debía tocar, era mi Bella quien dirigía mis dedos a través de las teclas del piano… esta era su canción.

Cuando levanté mi cabeza y abrí mis ojos mi madre estaba mirándome desde un rincón cerca de la ventana, no la había escuchado llegar ni había oído sus pensamientos.

_Hijo… es hermosa._ me dijo con una mirada dulce mezclada con admiración.

_Gracias mamá… es … de Bella._ le dije agachando mi cabeza mirando las teclas del piano.

_Lo sé hijo… es tan hermosa como ella._ caminó hacia mí y puso una mano sobre mi hombro, si hubiese sido humana habría sentido su calor de madre en ese contacto,

_La extrañas ¿verdad?,_ yo asentí en silencio _ ¿por qué no la llamas y vas con ella?._

Había pensado en esa posibilidad pero no quería que Bella se sintiera contrariada, ni mucho menos que pensara que la vigilaba hasta el punto de plantar una escena de celos.

_No lo sé mamá… no quiero que se disguste, ella sabe lo que hace._

_Edward, ella estaría contigo si supiera que ya llegaste de cacería… llámala, ella estará feliz._ mi madre tendió su móvil hacia mí, _Alice me dio el teléfono del restaurante, no te enfades…_ no podría enfadarme con mi hermana, ambas deseaban mi felicidad.

Tomé el teléfono y mi madre se fue de mi lado, me aproxime a la ventana empapada de la lluvia que caía y decidí llamarla, yo más que nadie deseaba escuchar su voz… al menos eso y estaría bien.

Del otro lado de la línea me atendió el recepcionista del lugar, le dije amablemente que necesitaba hablar con Bella Swan que se encontraba allí, le di las descripciones físicas de mi novia, aunque me incomodó un poco que ese hombre se la imaginara, era mucho más hermosa de lo que él pudiera imaginarse. Me pidió que aguardara y comenzó a sonar una música ridícula que no me calmaba mucho que digamos… lo que la reemplazó unos segundos más tarde fue lo que aplacó mis nervios,

_Hola!..._ me dijo Bella con urgencia.

_¿Bella?... estas… ¿bien?_ esa era siempre mi prioridad, saber cómo estaba…

_ Ed…Ward!… yo…_ me respondió con una pizca de nervios y sorpresa, solo dije lo primero que se me vino a la cabeza, no quería molestarla.

_Solo quería confirmar que te encuentras bien, cuando termines con él… solo llámame cuando llegues a casa…Adiós._ no pude más que colgar el teléfono… había sido un error haberla llamado. Por más que la extrañaba y que me moría de ganas de estar con ella… debía darle su espacio. Tendría que haberme quedado con Emmett y Jassper cazando, eso era lo que ella creía que estaba haciendo sin embargo estaba en mi casa actuando como un loco enamorado… que de hecho lo era.

_Edward… viene hacia aquí!_ me decía Alice desde su habitación… también la vi en su mente, mi Bella conduciendo bajo la lluvia más veloz de lo que ella usualmente conducía y de lo que a mí me hubiese gustado.

Sin pensarlo abrí la puerta y me eché a correr bajo la lluvia hacia la carretera, mientras Alice me decía mentalmente “ella estará bien”, pero no le dí importancia, si le volvía a suceder algo… si tan solo terminaba herida por mi culpa, no me lo perdonaría jamás. Con su suerte podía accidentarse o derrapar en la calzada por culpa de la lluvia… por culpa mía.

Seguí corriendo con todas las fuerzas que fui capaz, llovía copiosamente y para un humano sería difícil conducir bajo esa lluvia y en el medio de la oscuridad de la noche, ya a unos cuantos kilómetros antes de llegar a Port Ángeles vi las luces del Volvo… aún a través de la cortina de lluvia.

A un costado del camino esperé a que se aproximara con la esperanza de que mi Bella me viera, no tenía otra manera de detenerla, entonces tuve una visión, no de las que tenía Alice… sino una causada por el sentido común. Mi Bella al verme en medio de la oscuridad se asustaba y derrapaba hasta que el auto comenzaba a dar vuelcos… mi corazón pareció saltar del pecho y mi respiración se agitó, no…no!... por favor… no podía dejar que sucediera eso, ponerla en esta situación era lo más entupido que había hecho. Solo un segundo me tomó decidir qué hacer, me escondí detrás de los árboles y dejé angustiosamente que el Volvo siguiera su marcha. Tuve que confiar en Bella y en su sentido de coordinación y rogar que le estuviera prestando atención al camino.

Pude sentir su enloquecedora fragancia cuando el Volvo pasó y entonces salí de los árboles emprendiendo el camino a casa siguiéndola muy de cerca por el costado del camino cuidando que ella no me viera. Tan cerca de ella iba que hasta podía oír su respiración algo tensa y el ritmo de su corazón con algo más de pulsaciones que lo normal. Me preguntaba el motivo de esa tensión, de su nerviosismo… ¿sería por mi causa?, ¿había pasado algo con ese hombre?...¿le había hecho algo?. Me impulsé hacia delante tratando de aclarar mi mente, no quería hacer nada entupido… todos mis miedos de pronto invadieron mi cansado corazón.

Llegamos a la curva donde se desviaba el camino para llegara a casa, entonces supe que iba a estar bien. Había echo bien por más que había actuado por impulso, me sentí bien saber que la había acompañado silenciosamente hasta casa… que velaba por ella no solo en sus sueños sino ante el peligro, la amaba… más que a la propia cordura… mi corazón tenía razones para actuar que mi razón jamás entendería y la causante era ella… mi Bella.

Aparcó fuera de casa y solo pude correr hacia ella, abrí la puerta del conductor y ella se sobresaltó, nuestras miradas se encontraron y una mueca de desesperación rozó su cara mientras salía del auto en un salto y me abrazaba. La apreté más fuerte a mi, como si de ella dependiera que yo siguiera en pié, ahí bajo la lluvia soldé mi cuerpo al de ella como había soldado mi corazón al suyo desde el primer día.

_Edward… no sabía que estabas… perdóname, Ángela me lo pidió…_ su voz se quebró y comenzó a sollozar, yo no comprendí por qué se había puesto así, no era un crimen lo que había hecho… solo hizo un favor, sea lo que fuere… solo fue por hacer un favor.

_Bella… ¿qué te sucede?...ven…_ la alcé entre mis brazos y me encaminé hacia la casa, la senté en mi regazo en el sofá acariciándole la espalda, ella todavía sollozaba…

_Amor… ¿qué te puso así?...¿a caso crees que hiciste algo mal?_ le dije sin saber bien qué preguntarle, temía que se pusiera peor,

_Edward… siempre hago algo mal, ya me pasó antes…_

No quise preguntar, pero sabía que algo era… sabía que mi Bella había sufrido antes, no por mi culpa sino por alguien más, pero de todos modos no quise revivir esos miedos y recuerdos más de lo que ya lo había hecho… yo jamás haría sufrir a Bella así, al amor de mi existencia, a quien me devolvió las ganas de vivir…cualquier hombre sensato debería dar las gracias por haberla conocido, por haberla besado…en ese momento sentí que su sufrimiento era el mío, daría toda mi existencia por no verla así...

La cargué de nuevo y la llevé escaleras arriba a mi habitación…todo era silencio, mi familia estaba en algún lugar de la casa, pude escuchar sus pensamientos… eran de compasión y lástima por mi Bella.

Ella había sufrido, un maldito la había hecho sufrir!...

Entramos a mi habitación y la dejé despacio sobre el sofá de cuero negro… y me arrodillé a su lado mientras la miraba detenidamente a sus ojos, esos grandes y hermosos ojos marrones que me habían atrapado desde la primera vez, podría quedarme toda la eternidad perdido en esos ojos… el tiempo y el mundo se detenían cuando me hundía en ellos…

_Edward… quiero quedarme contigo hoy…por favor…_, mi corazón dio un vuelco al escuchar esas palabras, le acaricié la frente y la besé tiernamente, su corazón palpitaba frenéticamente y su respiración se tornó entrecortada, solo cuando pude separarme de sus labios dije

_ Si amor… hoy te quedarás conmigo…_ mi corazón volvió a latir, como el de un tonto adolescente enamorado… mi cuerpo vibraba entero, “ya no más noches solo” pensé… mi luna, mi sol… mi ángel estaría conmigo… siempre.