Capitulo 3: El comienzo del fin...

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Amigas una vez más gracias por sus comentarios y sus visitas... me dan muchos animos para seguir!. Les dejo este nuevo capitulo que disfruté mucho haciendolo, espero que les guste como me gustó a mi... besos!!! y por favor comenten!!!

El comienzo del fin...

“Muerte que te presentas tan escondida, tan a nosotros te aferras que pretendes quitarme la luz de mis días… vete por otros rumbos a quitar otras almas perdidas… pero no la mía. Es todo lo que tengo…. Todo lo que valgo, sin mi alma no soy nada… no la lleves, no me la arrebates, llévame contigo, ella es la luz de mi existencia y sin ella nada valgo… llévame contigo yo de nada sirvo… en cambio ella… por ella existe el sol y la luna, los cielos y los mares, sin ella el mundo no tiene sentido… llévame contigo”

La Isla Esme era apacible, solo el sonido de las olas al tocar la pálida arena de la playa, los pocos animales nocturnos que rondaban por las cercanías, la suave brisa meciendo las hojas de las palmeras, la tranquila respiración de mi esposa abrazada a mi pecho que ésta noche al parecer había logrado mantener sus pesadillas a raya…. Y la tenue luz de la luna que bañaba su cuerpo desnudo, dándole una tonalidad nacarada a su piel, semejándola a uno de nosotros, a eso que ella tanto deseaba convertirse… un vampiro.

Suavemente la dejé sobre la cama… dormía tan profundamente que su cuerpo no se inmutó cuando yo me moví, últimamente tampoco hablaba en sueños y es también me parecía raro… realmente extrañaba su voz inconciente llamándome por las noches, nombrándome en sueños.

Me vestí rápidamente y tomé una pluma y un papel. Debía i a cazar, me urgía hacerlo ya que no me había alimentado desde que habíamos llegado a la isla, mi garganta quemaba excesivamente y era mucho peor cuando la tenía cerca, la abrazaba o besaba, me dolía dejarla sola pero debía hacerlo, era necesario… solo serían unas cuantas horas y talvez ella ni se daría cuenta de mi ausencia. Escribí una nota rápidamente explicando a donde había ido y la dejé sobre la cama en mi lugar, la miré acariciándole el cabello,

_Duerme mi vida… estaré aquí pronto, te amo_ le susurré y besé suavemente su frente evitando despertarla, si lo hacía no sería capaz de irme.

Corrí por la playa hasta el muelle, de allí tomé el yate y partí hacia el continente, hice todo a la mayor velocidad que me fue posible no quería cazar cerca de Bella, no estaba seguro de que mi frenesí por el deseo de su sangre se aplacara estando tan cerca de ella, cuando mis instintos de cazador surgían era peligroso para cualquier humano cerca, incluso para mi Bella.

En Brasil se podía encontrar de todo… muchas especies tan depredadoras como yo, así que opté por adentrarme en la selva cercana a la costa y buscar mi caza, capté el efluvio de un leopardo y seguí su rastro, lo encontré posado plácidamente sobre la rama de un árbol y salté sobre él. Su sangre caliente llenó mi boca en cuanto hundí suavemente mis dientes en su cuello y tan pronto terminé con su vida seguí corriendo captando el olor de otros animales, a unos cuanto kilómetros de la costa cacé un jaguar con su cría, que habían dado lucha antes de morir sin hacerme ningún daño, entonces casi satisfecho comencé a correr de regreso al yate… no me sentía completamente saciado pero sería suficiente para soportar una semana al menos.

Navegué de vuelta para estar a lado de mi amada, quería estar para cuando despertara… las primeras luces del alba ya se podían vislumbrar, aunque dudaba que Bella se pudiera despertar a estas horas me urgía estar a su lado, aunque solo fuera para verla dormir, para acariciar su cabello viéndola de lejos como sueña… anhelando que en sus sueños estuviera presente yo, el vampiro que la amaría hasta que la tierra se detuviera, hasta el fin de nuestros días.

Llegué a la casa justo cuando amaneció, pero cuando entré por la puerta de la habitación que daba a la playa, mi Bella no se encontraba allí… ¿se había despertado?, las sabanas estaban revueltas y la nota que le había dejado se hallaba sobre su almohada, la busqué por su efluvio que inundaba toda la casa mezclado con un aroma a comida, como pollo cocido o algo así. Cuando llegué al cuarto de la televisión la encontré, estaba dormida sobre el sofá y la película que habíamos visto la tarde anterior se veía en el plasma casi ya por terminar. Apagué los aparatos y tomé cuidadosamente a mi esposa entre mis brazos y la llevé hasta nuestra cama, la recosté allí y luego de asearme un poco volví a su lado. La abracé por detrás envolviéndola con mis brazos, su cabello se cernía por la almohada y hundí mi nariz para aspirar profundamente hasta embriagarme de ella, mi garganta aún quemaba pero solo era una molestia, ahora había aprendido a llenar mis pulmones de ella… respirar era bueno cuando su olor entraba por mi nariz e inundaba mi pecho, hacía que mi corazón muerto se estremeciera de placer.

Ya luego del mediodía Bella comenzó a revolverse incomoda entre mis brazos, apoyé mi mano sobre su mejilla reconfortándola y fue cuando ella abrió los ojos de golpe.

_Lo siento_ le dije mientras apoyaba mi mano en su frente, estaba sudorosa y caliente. Entonces le dije que a pesar de haber sido meticuloso con todo no había pensado que tendría tanto calor y prometí mandar a colocar un aire acondicionado.

_Perdona!_ me dijo tratando de librarse de mi abrazo, la solté ante esa reacción… y la llamé preocupado, algo le sucedía, tal vez sería otra pesadilla…

Sin embargo comprendí todo cuando la vi correr hacia el cuarto de baño con la mano en la boca, corrí tras ella llegando a su lado justo cuando vomitaba dentro del retrete.

_ ¿Bella…?¿ que te pasa?_ le dije mientras me arrodillaba junto a ella y le apartaba el pelo de la cara, la ansiedad me carcomía… ¿Qué le pasaba a mi Bella?. Cuando pudo hablar ella le echó la culpa al pollo que estaba rancio, pero eso no podía ser… yo mismo cuidadosamente había mantenido la comida en buenas condiciones, tal vez había sido descuidado en algún detalle.

_ ¿Estas bien?_ le pregunté muy tenso, definitivamente algo se me había ido de las manos y la estaba descuidando.

_Bien… es solo que me intoxiqué con la comida_ me dijo con la vos entrecortada. _No es necesario que veas esto, vete_ me dijo… ¿a caso no me conocía?, jamás me iría y mucho menos si ella se encontraba en ese estado… se lo hice saber pero ella insistió una vez más con que me fuera. Trató de levantarse empujándome innecesariamente, la ayudé sosteniéndola de la cintura y fue hasta el lavabo para enjuagarse la boca, con una mano le sostenía el cabello y con la otra le acariciaba la espalda suavemente. Cuando terminó la alcé entre mis brazos llevándola nuevamente a la cama, mi ansiedad se calmó en parte pero aún me inquietaba qué era lo que había provocado eso. Había cursado dos veces la carrera de medicina pero jamás la había practicado y en ese momento en que Bella necesitaba un vistazo médico, los nervios y la ansiedad me inmovilizaron, no podía hacer nada ya que mi mente estaba totalmente nublada por la desesperación de verla así.

Le pregunté si acaso le había caído mal alguna comida, y volvió a echarle la culpa al pollo rancio, mi Bella estaba más pálida de lo normal y una fina capa de sudor cubría su frente, la cual cubrí con una de mis frías manos, le pregunté cómo se sentía y me respondió que estaba bastante bien y que incluso tenía hambre.

Era extraño, el malestar había desaparecido tan pronto que se había sentido bien de repente, le dije que sería mejor que esperara una hora antes de volver a comer algo. Quedamos recostados en la cama con su cabeza sobre mi pecho mientras la hacía beber un vaso de agua, su corazón se había estabilizado después de la carrera frenética hasta el baño y sus mejillas ya estaban recobrando su color sonrosado. La dejé en la cama después de un rato solo para ir a freírle unos huevos, me dijo que no apetecía nada más que eso.

Después de comer nos volvimos a sentar juntos en el cuarto de la televisión, puse algo de noticias… al menos para distraerla, esta Isla era de ensueño pero era bueno que también estuviéramos atentos a la realidad. Mi esposa se acurrucó a mi lado soñolienta de nuevo, la aferré más a mí acariciándole la espalda, entonces Bella levantó la cabeza tratando de alcanzar mis labios. Su rostro se crispó y se alejó de hacia la cocina con la boca tapada con su mano. La seguí detrás mientras ella descargaba su vomito en el lavabo de la cocina…

_Quizá deberíamos ir a Río, a que te vea un médico_ le dije sosteniendo su cabello mientras le frotaba la espalda, se apartó hacia el vestíbulo mientras negaba con la cabeza. Como siempre era una testaruda… no quería admitir que algo andaba mal, estaba claro que algo sucedía con ella… mi Bella tonta.

_Me sentiré mucho mejor después de lavarme los dientes_ me contestó luego de un rato, se dirigió al baño y más tarde a nuestra habitación.

¿Qué sucedía?... desde el tiempo que llevamos juntos y con todas las cosas que nos habían sucedido jamás tuve que enfrentarme a una situación así con mi Bella…, tal vez me preocupaba de sobremanera pero no podía evitarlo, ella era la luz en mi oscuridad … la razón de mi existencia y si algo le sucedía por pequeño que fuera era razón para que mi muerto corazón saltara de mi pecho para ofrecerse como sacrificio a cambio de ella, era tan humana y tan vulnerable que sentía que esto se me escapaba de las manos. Estaba pensando en llamar a Carlisle y consultar por los síntomas de Bella cuando la oí en la habitación, su ritmo cardiaco se había acelerado y su respiración era más agitada, la conocía tan bien… ella era como un libro abierto para mi. Corrí hacia la habitación y la encontré sentada en el suelo frente a su maleta con algo en las manos,

_¿Te encuentras bien?_ esta situación se ponía cada vez más angustiante, Bella me miraba desde el suelo con su cara aún más pálida que lo normal, _ ¿te haz mareado otra vez?_ le pregunte al ver su semblante.

_Si y no_ me dijo con una voz quebrada

_Bella… ¿puedo entrar por favor?_ le pedí casi suplicante, me preocupaba que era lo que la puso así, entonces le pregunté qué era lo que iba mal.

_¿Cuántos días han pasado desde la boda?_ me dijo en un susurro inaudible, yo no comprendí por qué me preguntaba eso en ese momento, me arrodillé a su lado contestando,

_Diecisiete… Bella, ¿Qué pasa?_ la miré expectante tratando de ver a través de ella, ahora más que nunca me hubiese gustado poder leer su mente. Alzó un dedo haciendo que silenciara mis preguntas mientras ella parecía concentrarse en algo, esto era demasiado, sentí unas inmensas ganas de tomarla por los hombros y sacudirla sacándola de ese estado en que se encontraba pero solo atiné a tomarle una de sus manos.

_Bella!... me estas volviendo loco_ le dije con enojo y suplica a la vez, esto era absurdo ¿qué podía ir mal?.

Ella reaccionó con nerviosismo, se volvió hacia la maleta buscando algo. Yo seguí con la mirada todos sus movimientos tratando de comprender sus actos, encontró lo que buscaba, una pequeña cajita azul… parecía algún producto femenino, de esos que usan las humanas todos los meses cuando tienen su ciclo menstrual,

_ ¿Qué? ¿Estás intentando hacerme creer que lo que tienes es un simple síndrome premenstrual?_ dije tratando de comprender por qué me lo mostraba, no sabía mucho de mujeres pero si de medicina y eso síntomas no eran premenstruales.

_No…no, Edward. Estoy intentando decirte que se me ha retrasado el período cinco días._

Eso fue lo que necesité para que todo mi cuerpo quedara totalmente paralizado, esas palabras fueron las que chocaron en mi mente haciéndola trabajar a mil por segundo. No oí nada más, no vi… no sentí… sabía que Bella estaba a mi lado diciéndome algo pero todas sus palabras divagaban por el aire sin llegar a mis oídos, mi mente viajó a otra parte… a otro lugar, un sitio lleno de miedo e incertidumbre, angustia y duda.

¿Qué era esto?!!... un retraso de cinco días?… mi Bella, mi esposa… ¿un retraso?, no… no ….!!... Imposible, yo no puedo… soy física y biológicamente inactivo, yo… no puedo, soy un vampiro… quedé congelado hace casi ya cien años,… ¿Bella embarazada? ¿Sería eso posible?, esto es una locura, es absurdo… mi Bella… embarazada, no!!... y de mi? de un vampiro, ¿qué podía salir de todo esto?, esto no tiene nombre, nunca se me ocurrió pensar que podía suceder… aunque…esto si tiene nombre, pero siempre fue un mito, uno en que ahora más que nunca no quería creer, pero… era tan real, Bella siempre fue torpe, siempre tuvo la mala suerte acechándola, pero para eso quería yo estar a su lado para siempre, para protegerla, para cuidarla y evitar cualquier daño que pudiera caer sobre ella…¿y qué había hecho?, ¿la había embarazado?... la había sometido a mis actos sexuales sin medir ninguna posible consecuencia.

Se me cruzaron por la cabeza los síntomas… pero solo en dos semanas ¿cómo pudo suceder?... son solo un par de semanas y Bella ya tenía síntomas… el mareo cuando se levantaba de la cama… los vómitos… los malos sueños… su angustia… ¿cómo no me pude dar cuenta?... su interminable sueño… su repentina hambre voraz. ¿Cómo no fui más observador?...

Entonces recordé… el nombre de esto…un íncubo… la maldita capacidad un vampiro para concebir hijos con su presa, con la desdichada humana a la que embarazaba. Recordaba los libros que tenía Carlisle en su despacho, esas imágenes de demonios en la noche haciendo el amor con sus victimas, el embarazo de éstas y más imágenes… parturientas desgarradas por el mismo feto… desangradas hasta morir…no!!!. Eso formaba parte de los mitos… jamás Carlisle me habló de algún caso, y yo en toda mi existencia oí o vi algo parecido a esto… no con mis propios ojos. Esto debía ser un error, un chiste del destino… una casualidad, aunque yo no creía en eso, podía ser alguna otra enfermedad, un síndrome o alguna rara epidemia propia del Amazonas.

Sentí a lo lejos que un móvil sonaba… el sonido se iba acercando, pero mi mente no le dio importancia, había cosas más importantes en ese momento, en qué pensar… como si eso fura a arreglarlo todo! Maldita sea!, pero necesitaba encontrar una explicación… necesitaba comprender… Bella y yo habíamos concebido… un hijo… un hijo de Bella, si fuera humano no cabría en mí de felicidad… pero era un vampiro, ¿qué se podía esperar de ello?... ¿felicidad?... un hijo de Bella era el mejor regalo que ella pudiera darme, un nuevo sol, a parte del que ya tenía, para alumbrar mi oscuridad, ¿pero a qué precio?... no podía estar feliz aunque quisiera… aún no. Bella sería feliz con un hijo, nunca dio señales de desear esa parte de la humanidad… ser madre, pero yo lo sabía… ella era ideal, su corazón estaba hecho para eso… para dar amor, para querer, para cuidar y yo había llegado a su vida para truncar esa posibilidad… había corrompido un ángel y ahora cargaba con algo mío…

Ring!…ring!…ring!…

Maldita sea!... déjenme pensar!...

Debía consultarlo con alguien, debía hablar con mi padre, él sabría que hacer… él puede encontrarle una explicación…, esto debe tener una explicación… no podía estar pasándole a ella, a mi Bella… mi ángel.

“Ah, sí. Mmm.¿Está Carlisle ahí?” decía una voz a lo lejos…

Tengo que llevarla al continente… la tiene que ver un médico, para descartar cualquier enfermedad, Carlisle está muy lejos, si algo le sucede antes de llegar a Carlisle… oh por Dios!... no podría soportarlo…. Sentí como el monstruo en mi interior pugnaba por salir, un gruñido se ahogó en mi garganta.

“¿Qué es lo que haz visto Alice?”… decía la misma voz….

Esto había sido todo un hermoso sueño… para mi Bella y para mi, que entupido fui al pensar que podríamos vivir así, de esta manera… sin nada que pudiera turbar nuestra felicidad, me lo había imaginado de tantas maneras posibles, mi vida… mi existencia junto a ella… ¿y así terminaría?... ¿de esta manera el destino quería jugarnos de nuevo una mala pasada?...

“…estoy preocupada por Edward… ¿pueden entrar los vampiros en estado de shock?”...

Esa voz de nuevo, la escuchaba cada vez con más intensidad, era como si mis oídos se destaparan de a poco o como si tratara de despertar de un pesado sueño… pero no podía ir a ella, algo me decía que debía levantarme y correr junto a esa voz y tranquilizarla… tratar de calmar su ansiedad, la tensión que cargaba… mi vida dependía de ello…¿Qué sucedía?, ¿qué me mantenía postrado en es piso?... oh si… mi Bella… embarazada, debía encontrar una solución, Carlisle tendría la solución…no quería por nada del mundo, después de todo lo que me costó estar con ella… perderla. No!... mi alma había vuelto a mi cuerpo después de tantos años solo por ella… era ella mi alma, era la calidez que envolvía mi corazón, era la suave brisa que sacudía mis sentidos… no podía volver a perderla.

“…Extraña… esto va a sonar como una locura…

… tengo hambre a todas horas y no quiero más que llorar y vomitar…”

¿Llorar?... ¿mi Bella?... su voz definitivamente se hacía más fuerte, la intensidad con la que sonaba me arrasaba…

“… te juro que algo se ha movido justo ahora en el interior de mi cuerpo…”

Entonces fui conciente de mi cuerpo… esas fueron las palabras que me abofetearon haciéndome volver a ella pero mis emociones se habían ido de mi cuerpo, se habían quedado en la oscuridad en la que había caído minutos antes. Levanté mi cabeza para verla y alcé mi mano pidiendo que me dé el teléfono, ella se acercó a mí titubeante y me lo entregó, me puse de pié mientras hablé,

_ ¿Eso es posible?_ dije en un susurro a mi padre del otro lado de la línea,

_Hijo, al parecer y por lo que Bella me dijo, tiene todos los síntomas de un embarazo… ella lo siente, siente un bulto en su estomago… aparenta un embarazo bastante avanzado, no entiendo… no comprendo cómo pudo pasar, parece que el feto se desarrolla rápidamente_ dijo mi padre con su voz cargada de preocupación.

_ ¿Y Bella?_ dije en un hilo de voz mientras rodeaba la cintura de mi esposa con mi brazo.

_ Bella… bien, hijo debes traerla, no sé cómo reaccionará su cuerpo y de qué manera el feto actuará, esto es impredecible… yo investigaré y veré qué se puede hacer… no te preocupes Edward estará todo bien, tú solo tráela a casa, aquí estará bien._

_Si, sí lo haré_ dije, corté la llamada y busque el numero del aeropuerto en la agenda del teléfono,

_¿Qué ha dicho Carlisle?_ me dijo impaciente

_Cree que estás embarazada,_ dije sin inmutarme, debía ser fuerte y controlar mis impulsos, no debía flaquear… no ahora que ella me necesitaba.

_¿A quién estas llamando ahora?_ dijo mientras ponía el teléfono en mi oído,

_ Al aeropuerto… volvemos a casa_

Pronto estaríamos allí, si debía suceder algo que suceda allí, donde mi familia y mi padre pudiera ayudarnos… sea lo que sea que suceda de ahora en más… tenía que hacernos más fuertes y soportar... por ella… siempre por ella, por mi Bella… la única razón de mi existencia.