Capitulo 5: Héroe o villano

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Héroe o villano.

Mi ángel aún no me sacaba de la oscuridad, ya no lo veía. Estaba sumida en una intensa y densa noche, sin estrellas, sin luna y sin sonido alguno, este no podía ser el cielo…

Un leve zumbido se abrió paso en mis oídos, perdida en la negrura total eso parecía ser una esperanza. También comencé a sentir un dolor terrible en mi cabeza… parecía como si me la empujaran con fuerza contra una pared de hormigón, aunque sentía un leve alivio cuando algo frío rozaba mis mejillas.

_Tráeme mi maletín hija…_ escuche que decía una vos en la oscuridad. No conocía esa vos… no era la de mi ángel.

_Bella… abre tus ojos…_ esta vez era él. Reaccioné a esa voz y fue como salir a la superficie desde el fondo de una negra laguna y tomar una bocanada de aire. Traté de abrir mis ojos pero me ardían del dolor, pestañeé varias veces hasta que traté de enfocar en el rostro que me miraba. ¡Por Dios que fuerte era el dolor de mi cabeza!...

_Bella… puedes verme?_ me decía la vos de mi ángel. Traté de enfocar más la mirada y entonces distinguí el rostro que me miraba a unos 30 cm del mío. Era Edward y me observaba con preocupación y dolor en su rostro.

_Si… me… dueele_ dije cerrando con fuerza los ojos

_Te golpeaste muy fuerte la cabeza… mi padre te dará unos analgésicos y te sentirás mejor._ me acariciaba la mejilla con su mano fría y eso me aminoraba un poco el dolor.

No podía ver bien pero sentí que se abría la puerta y alguien me decía:

_Bien Bella… te inyectaré un calmante para aplacar tu dolor, luego podrás descansar… esta bien?_

Yo solo asentí casi imperceptiblemente y me preparé mentalmente a lo que venía… odiaba las agujas, pero en ese momento era peor el dolor de mi cabeza, así que pensé que un breve pinchazo no era tanto lío. Edward agarró mi mano y la sostuvo mientras su padre me inyectaba el calmante.

_ Que no hable mucho… debe descansar Edward._ le decía su padre mientras nos dejaba solos en la habitación. Edward seguía sosteniendo mi mano y no sacaba su mirada de mis ojos. De repente se me comenzaron a cerrar los parpados… no!!... no quería dormirme. Por fin tenía a mi ángel conmigo y no quería perderme esa visión de él.

No dijimos nada, solo me perdí en el fondo de sus ojos dorados, el sueño y la pesadez venían por mí, lo sabía… pero mientras tanto quería tener mi mirada puesta en él y disfrutarlo lo máximo que pudiera. Por suerte él no se apartó de mi lado, con una mano acariciaba mi mejilla, yo me estremecía ante ese contacto, y sus ojos eran como flechas que atravesaban mi alma… mientras cerraba los ojos luchando inútilmente en mantenerlos abiertos, sentí su voz que me decía:

_Duerme mi Bella… yo estaré aquí contigo._ entonces el sueño me inundó y el dolor por fin se fue.

Me desperté serena, el dolor se mantenía a raya y sobrevino la confusión, ya había amanecido y me encontraba fuera de casa, poco a poco las imágenes fueron calando en mi memoria, mi auto, la llamada y el rostro hermoso de mi ángel… Edward!.

Entorné los ojos tratando de reconocer el lugar en el que me encontraba… el empapelado del cuarto me indicó que era la habitación de una mujer, la cama era de matrimonio y tenía varias puertas en la pared de enfrente a la cama, eran closets?

Traté de levantar mi cabeza para ver mejor pero una mano me detuvo, _No Bella… es mejor que sigas acostada, puedes marearte…_ miré a mi lado y Edward estaba sentado junto a la cama observándome.

_¿Pasé la noche aquí?_ dije preocupada.

_Si… Alice te cedió su habitación, recuerdas lo que pasó?_ su cara era de preocupación.

_Mmm… si, recuerdo que perdí el control del auto… en el puente… te recuerdo a ti._

_Que recuerdas de mi?_ me preguntó intrigado.

_Solo tu rostro y… espera… mi auto?_ recordé de pronto.

_Tu auto cayó al río, lo siento… no pudimos hacer nada._

¿Por qué no recordaba nada?, era como si una densa nube quisiera tapar esos recuerdos.

_Pero… no comprendo… vi el puente y vi claramente que iba a caer al agua_ decía mientras trataba de recordar moviendo mi cabeza de un lado a otro mirando el techo.

_Bella… mejor descansa… por favor, luego te contaré si así lo deseas._

_No!... ya dormí demasiado y ya no siento dolor…_ traté de levantarme pero mis palabras fueron traicionadas por una fuerte punzada en la frente que me hizo arrugar el entrecejo.

_Bella… te retendré aquí aunque no quieras, debes recuperarte primero._ esta vez se sentó en la cama a mi lado y me retuvo sosteniendo suavemente mis hombros. ¡Por Dios… a pesar de la situación y del dolor me perdí nuevamente en sus ojos!.

Solo atiné a asentir torpemente mientras él soltaba mis hombros y acariciaba mi mejilla, perdidos en nuestras miradas estuvimos un rato sin hablar. Cuando pude articular palabra solo dije:

_Tú me salvaste, eres mi héroe._ me dedicó una media sonrisa, de esas que pegaban más fuerte en mis sentidos.

_Solo te saqué del auto antes de que éste cayera… Emmett me ayudó y…_ le puse un dedo en los labios silenciándolo y proseguí…

_Tú me salvaste de todas las maneras posibles en que se puede salvar a una persona_, tomó mi mano que silenciaba su boca y besó tiernamente mi palma cerrando sus ojos y aspirando profundamente, parecía disfrutar de mi olor.

_No te asustes_ me dijo con su voz suave, entonces colocó la palma de mi mano en el medio de su pecho. De pronto pensé que había hecho eso para que yo pudiera sentir su corazón retumbar locamente como lo hacía en ese momento el mío, pero… no sentía nada… apreté más fuerte mi mano contra su piel fría y aún así no apareció su latido.

¿Cómo era posible?... ¿tanta falta de tacto tenía?... ¿tanto fallaban mis sentidos que no me permitían sentir su corazón?.

Me miró intrigado y como si estuviera respondiendo mis preguntas me dijo

_No es el momento adecuado, lo sé… pero se que sientes curiosidad. No sé que piensas… pero debo contártelo, y si… después de esto no quieres verme nunca más, pues lo comprenderé y desapareceré de tu vida._ y su voz se tiñó de una tristeza que llegó a sus ojos.

Algo me aplastó en el pecho, ¿qué podía estar mal?, ¿a caso tenía novia?... ¿a caso no quería saber nada conmigo?... era obvio que no era suficiente para él, pero que él me lo dijera iba a ser peor que si me lo dijera cualquier otro… tropezar dos veces con la misma piedra no!!. Instintivamente traté de zafar mi mano de su pecho pero él me la sostuvo con más fuerza. No quería otro rechazo y menos el de él!.

_Bella… no tengas miedo, debes saber que soy incapaz de hacerte daño alguno. Solo escúchame…_ yo no podía articular palabra, sabía que si lo hacía la voz se me quebraría y el llanto iba a ser imparable, solo me limité a mirarlo y asentí con la cabeza.

_No soy ni cerca el héroe que tú me crees Bella… sin embargo siento… que mi lugar está a tu lado, flanqueando siempre tu derecha para guardar tu vida._ que hermosas palabras que me decía, pero aún yo esperaba lo peor… no entendía qué era lo que quería explicarme, entonces decidí hablar:

_ Edward… entonces no te muevas de mi lado._ me sonrió fugazmente y prosiguió

_Bella… yo no te convengo…si supieras… _ pero lo interrumpí, quería exigirle que me diga lo que deseaba decirme.

_Edward dímelo ya!... sea lo que sea te prometo que no saldré de aquí a los gritos._

Me miró un momento aún sosteniendo mi mano y dijo:

_Bella… yo soy un… soy un vampiro._ siguió mirándome y al ver que yo no reaccionaba continuó, _ mis padres y mis hermanos también lo son._ seguía mirándome y yo no hablé.

_Bella!, di algo!_ me volvió a agarrar por lo hombros y me dio una leve sacudida. Yo solo lo miré… luego de unos segundos caí en la cuenta de que no tenía novia, y no era que yo no le gustara, era eso… no pude evitar sentir un alivio, entonces pude hablar.

_ah... entonces no tienes novia ni nada de eso ¿no?... ¿qué eres que?!..._ ante mi respuesta él no pudo evitar dejar escapar una risa.

_No Bella, no tengo novia ni nada por el estilo… es algo peor que no sé por qué aún no te hace reaccionar._

Después de pensar y mirarlo nuevamente caí en la cuenta de que lo que me estaba confesando podía llegar a ser verdad, su pálida piel, su frío contacto, sus ojos dorados… rasgos que compartía con el resto de su familia y que eran raros en un humano. Nunca había creído en vampiros… ni en nada de seres sobrenaturales, pero aquí estaba… frente a uno… y a pesar de eso no sentía miedo, quería que él lo supiera…

_Bueno… anoche cuando me rescataste pensé… que eras un ángel, aún cuando desperté de mi inconciencia pensé que lo eras. Si puedo creer en un ángel también puedo creer en un vampiro._ debía aclarar algunos puntos pero eso me pareció suficiente para al menos retenerlo en ese momento. Me dedicó una amplia sonrisa, yo también sonreí aliviada que no se fuera a ir, al menos por ahora.

_¿No tienes miedo?_ me preguntó inseguro.

_No… Sé que tú no me harías daño. Nadie de tu familia lo haría._

_No puedes estar tan segura, verás… la noche que te vi en el Club el olor de tu sangre me enloqueció… jamás ansié tomar tanto la sangre de un humano como deseé aquella noche la tuya._ sus ojos ahora eran opacos, estaba recordado algo, _ahora no podrás decir que soy tu héroe, sino que soy el villano que desea con locura tu sangre._

No sabía que decir, él estaba en ese momento luchando contra una tentación, la de beber mi sangre y yo estaba luchando con otra, la de besarlo. Ambas eran igualmente destructivas para ambos y a la vez era lo que necesitábamos.

Entonces le dije, dejando de lado mi compasión por él y odiándome por ser tan egoísta,

_Por qué no pruebas?... tal vez puedes estar aún mas cerca de mi sin morderme._ traté de reprimir una sonrisa seductora pero creo que no me salió.

_Bella… no deberías tentarme, mi autocontrol es débil._ entonces saqué mi mano de su pecho, agarre la suya y la puse en el mío suavemente. Cerró los ojos y agachó la cabeza… yo alcé mi mano libre y le acaricié el cabello, era tan suave y tan dócil.

_Me gustaría que te liberaras conmigo Edward… no me harás daño eso lo sé._

Levantó la mirada y lentamente acercó su rostro al mío, paró un poco cuando sintió el latido eufórico de mi corazón con su mano en mi pecho y luego de dedicarme una sonrisa de las suyas continuó bajando su rostro. Yo no podía más y él lo sabía, mordía mi labio impaciente, no solo mi corazón me pedía a gritos que el se acercara más y más sino también mi cuerpo, esta vez no solo mis mejillas se sonrojaron sino también se ruborizó mi cuello y mi pecho, mis manos temblaban levemente, una acariciando su cabello y otra sobre su mano en mi corazón y mi respiración se tornó jadeante, estaba tan necesitada de él que la anticipación al primer beso se volvió una tortura. Siguió mirándome a los ojos cuando me dijo a unos centímetros de mi boca:

_ Bella… no sabes cuanto tiempo te he esperado._ entonces sin más preámbulo sus labios tocaron los míos, me llené de su aliento, calido, abrazador y dulce, su lengua rozaba mis labios dudando en entrar, pero con la mía comencé a acariciarla, levante levemente mi cabeza para atrapar su lengua y con mi mano empujaba su nuca hacia mí. Entonces no hubo más restricciones, nuestras lenguas bailaban dentro de nuestras bocas unidas, mis brazos se enredaron en su cuello y las suyas bajaron por mi contorno hasta aferrarse a mi cintura. De repente me sentía mareada, era tal el gozo de besarlo que no me importó el mundo, no me importó nada… si debía sufrir después de esto no me importó, ese momento iba a quedar en mi memoria grabado a fuego, porque era eso lo que él me provocaba… que el fuego que se había extinguido en mi interior ahora se reavivara con mas fuerza que nunca. No supe el tiempo y había perdido noción del lugar, pero Edward seguía embriagándome con su glorioso beso… mi respiración era un jadeo que parecía excitarlo más, solo cuando solté un breve gemido me apartó suavemente de sus labios, agarró mis muñecas que se aferraban desesperadamente en su cuello y las puso a mi costado, me miró mordiéndose los labios con su respiración entrecortada y cerró los ojos con fuerza.

_¿Por qué me haces esto Bella Swan?..._ entonces recostó su cabeza sobre mi pecho, con su oído pegado a mi corazón… yo no concebía que se pudiera ser más feliz que eso. Felicidad… que hermosa palabra cuando tu corazón que estaba cubierto en tinieblas sale a la luz brillando y latiendo como nunca… que hermosa suena cuando puedes con un beso congelar un momento que no quieres que concluya. Ahora lo que tenía entre mis brazos era la causa de esa felicidad y no lo dejaría escapar.