Capitulo 12: La primera impresión no es la que cuenta.

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Hola amigas!!.... si!, nuevo capi de Ángel!... espero que les guste y que las de Team Jacob me perdonen por el perfil de Jacob, pero es así!... dejen comentarios!, besos.

La primera impresión no es la que cuenta.

_Gracias Bella!..._ me dijo agradecida mi amiga cuando le entregué el sobre con el contrato en su oficina. Yo asentí con una sonrisa y me disponía a salir de su oficina cuando ella me detuvo,

_Bella… espera, ¿no me vas a contar?... Jacob me contó que estuvieron horas hablando_ me dijo Ángela con un tono de reproche en su voz

_Si… me entretuve hablando…no me dí cuenta_ traté de que mi voz saliera lo más seria posible mirándola a los ojos algo confundida, había una nota de enfado en su voz, sin embargo ella me había metido en ese lío.

_Lo sé… Jacob me contó todo_ me señaló cruzándose de brazos y sentándose en la orilla de su escritorio.

_No sabía que eran tan amigos…_ le dije curiosa al ver que ambos parecían tener una buena relación.

_No, no lo somos… es solo que… hace al menos una hora me llamó preguntando cómo te encontrabas_ eso me paralizó… a eso se debía su enfado. Él… el hombre que a Ángela le interesaba se preocupaba por mí…”maldición” dije para mis adentros…no sabía que decirle a mi amiga, no tenía ganas de seguir justificándome y dando explicaciones, ya lo había hecho con Edward y él era lo único que me importaba, sin embargo sabía que de alguna manera mi amiga se sintió herida.

_Ángela… _moví la cabeza tratando de encontrar las palabras, si quería una explicación debía dársela, _ mira… lo único que me interesa en la vida es Edward, mi novio y el amor de mi vida… todo hombre que conozca de ahí en más no me interesa ni en lo más mínimo, así que por favor… no me metas entre Jacob y tú de nuevo ¿si?_ ella me miró aturdida, yo di media vuelta y salí de su oficina, entre la poca gente importante que tenía en mi vida estaba Ángela, mi mejor amiga desde la preparatoria y no pensaba perderla por un hombre que no significaba nada para mi, lo había considerado como un posible buen amigo… pero no si incomodaba a tanta gente, Edward no lo admitiría pero yo sabía que mi encuentro con Jacob le había producido mucho más que celos, yo me hubiese sentido igual.

Esa tarde salí de mi oficina horas después que se fueron todos, me había retrasado en la edición de un proyecto que la editorial había adquirido hacia unas semanas. Había quedado con Edward en encontrarnos fuera de mi apartamento luego de que yo le avisara que salía de la oficina.

Luego de avanzar bastante en el proyecto me sentía cansada y adormilada, así que apagué mi computadora, tomé mi bolso y llamé a Edward antes de salir de mi oficina.

_Hola amor…_ me respondió su voz aterciopelada,

_Hola mi vampiro favorito…_ le dije con una sonrisa, oír su voz aunque sea por teléfono aún me seguía aturdiendo,

_¿ya sales?... si quieres te voy a buscar…_

_No amor… tengo el Volvo ¿recuerdas?..._ le dije divertida al menos no era la única que necesitaba con urgencia verlo, él al parecer también me necesitaba_ nos vemos en mi departamento._

_Ok… te extrañé demasiado ¿sabes?... nos vemos_

_Nos vemos…_ colgué el teléfono y salí hacia el ascensor, al bajar noté que la recepción estaba vacía, todos ya se habían ido, solo el guardia de seguridad estaría dando su ronda nocturna. Abrí la puerta de salida del edificio cuando lo vi, recargado en la pared con su sonrisa característica mirándome,

_Hola Bella!_ me dijo acercándose y dándome un beso en la mejilla sin que yo pudiera reaccionar.

_Jacob… hola… Ángela se fue._ le dije sorprendida,

_No… vine a verte a ti en realidad_ indicó mientras se acercaba a mí sutilmente,

_Ah!... y, ¿Qué puedo hacer por ti?... en realidad ya me iba a casa_ le dije tratando de parecer amable al mismo tiempo que me alejaba de él un paso hacia atrás. Por primera vez éste hombre estaba tratando de intimidarme, y me sentí sola. Nadie pasaba por la calle y el edificio estaba vacío, solos yo y él.

_Mmm… bueno, primero que nada podrías aceptar mi invitación para ir a tomar un café, ¿qué te parece?_ me dijo pensativo

_No Jacob… debo ir a casa mi novio me está esperando…_ le dije notando que él daba otro paso hacia mí, traté de ser clara con mis palabras esperando que entendiera y dejara de insistir.

_¿novio?... Ja! perdona Bella, pero un verdadero novio enamorado te vendría a buscar a la oficina y más a estas horas…¿no te parece?_ dijo con una sonrisa de suficiencia, ¿cómo podía decir eso?... ni siquiera me conocía lo suficiente y mucho menos conocía a Edward.

_Disculpa…_ dije dando otro paso hacia atrás casi chocando con la puerta del edificio, _eso no es asunto tuyo… _ le dije algo indignada, entonces al esquivar su cuerpo para salir de allí me agarró de un brazo y me dio vuelta hacia él, nuestras narices casi se tocaban y sentía su aliento sobre mi cara,

_¿es por él verdad?....¿por él ayer te fuiste espantada del restaurante no?...¿hasta qué punto puede dominarte que sales disparada cuando él te llama?..._ su rostro estaba surcado por una mueca de ira y rabia, yo respiraba agitada, él no era el mismo que yo conocí… era otro y daba miedo.

_Te repito… eso no es asunto tuyo.._ le dije mientras soltaba su agarre con una sacudida. En eso se abre la puerta del edificio y nos sobresaltamos al escuchar al guardia de seguridad de la editorial,

_Señorita Swan… ¿esta todo bien?_ decía el guardia mientras miraba a Jacob con el seño fruncido,

_ Si… no se preocupe… ya me iba a casa._ y ante su mirada di media vuelta y me dirigí al Volvo, cuando iba acelerando para salir de allí vi a Jacob mirándome, parado en el mismo lugar en que lo dejé con los puños apretados.

Los nervios me carcomían cuando estaba llegando a mi departamento, vi el Aston de Edward estacionado frente a la entrada y traté de calmarme, no era buena para mentir y mucho menos con él… él se daría cuenta así que solo traté de serenarme y olvidar lo sucedido. No quería contarle a Edward lo que había ocurrido con Jacob, él ni siquiera lo conocía y para nada quería que se confrontara con él. Después de todo esperé haberle dejado bien en claro los puntos a Jacob, así no se me volvería a acercar.

_Amor.._ le dije cuando Edward abrió mi puerta y me tendió una mano para bajar.

_Mi vida.._ me dijo él abrazándome y tomando mis mejillas para plantarme un beso en mis labios. Ese solo toque de nuestros cuerpos fue suficiente para provocar un torbellino en mi interior, una inmensa mezcla de sensaciones… desde los jadeos al entrelazar nuestras lenguas, el calor en mis mejillas hasta el temblor de mis piernas y las cosquillas en mi bajo vientre.

Al llegar a la puerta de mi apartamento, luego de unos cuantos besos inocentes en el elevador, Edward me recargó con la espalda pegada a mi puerta y sus manos fundidas en mi cintura, mis brazos se entrelazaron en su cuello y nuestras bocas danzaban juntas en un frenético baile,

_Déjame abrir la puerta…_ le dije soltándome y buscando en mi bolso las llaves de mi apartamento.

_Bella… creo que debería irme… mejor_ me dijo con sus dedos en el puente de la nariz y sus ojos fuertemente cerrados, mientras yo buscaba desesperadamente las llaves en mi cartera…¿Dónde habían quedado?.

_No!... no… tú te quedas y entras… espera…aquí están!_ le dije en tono triunfante alzando el juego de llaves. Di media vuelta y logré abrir luego de varios intentos de meter la llave en la cerradura, Edward me dejaba idiotizada y hasta mis sentidos me fallaban… era una especie de droga que me aturdía endemoniadamente.

_Bella… en serio debería irme…_ ¿todavía dudaba?, yo estaba entregándome en bandeja a él y él quería salir corriendo así como así… después de besarme de esa manera…¿Cómo esperaba que yo lo dejara ir?.

_No!... eres mi novio Edward y no vas a hacerme esto… te necesito y es hora de que lo asumas y dejes de hacerte el fuerte!_ le dije atropelladamente lanzándome a él mientras lo besaba desesperadamente. Por más que él no quisiera admitirlo yo sabía que él deseaba al igual que yo, quedarse conmigo, no solo esta noche sino todas las noches de aquí en más y eso me lo había demostrado la noche anterior en su habitación, tanto él como yo habíamos gozado y eso yo lo sabía.

Entonces cuando pensé que me iba a alzar entre sus brazos y llevarme a la cama, como tan gentilmente lo había hecho la noche anterior, tomó mi mano caminó velozmente llevándome consigo hacia el baño, abrió la ducha y me miró tomando mi rostro entre sus manos.

_Si quieres que me quede contigo Bella… tomate una ducha y serénate. Estás subestimando mi autocontrol, te amo demasiado y sé cuales son mis límites…_ sonaba frío y serio, lo cual hizo que mi respuesta fuera solo un leve asentimiento. Entonces me dejó allí, con el calor todavía a cuesta y las cosquillas en mi entrepierna… necesitaba su mano entre ellas, su boca o toda su masculinidad dentro mío, pero sabía también que no podía comportarme como una tonta adolescente que se dejaba llevar por sus hormonas. Él necesitaba una mujer… no una histérica chiquilla sexópata.

Así que no tuve más remedio que serenarme y tome una lenta y tortuosa ducha. Traté a mi pesar de no imaginarme sus manos recorriendo mi espalda, ni mi vientre, ni ninguna otra parte de mi cuerpo sensible a sus caricias, terminé de ducharme ya cuando casi el agua estaba saliendo fría y me envolví con una bata. Al salir del baño no hice más que abrir los ojos como plato y mirar sorprendida.

Mi apartamento había cambiado, habían velas encendidas por toda la orilla del suelo, indicándome un camino que debía seguir… lo hice y llevaba a mi habitación, que también estaba cubierta de velas a las orillas.

_Edward?..._ dije casi en un susurro, una suave música de piano comenzó a sonar y me sobresalté al sentir un frío dedo rozando mi mejilla,

_¿te calmaste?..._ me dijo su voz aterciopelada en mi oído haciéndome estremecer

_Si… pero no deberías hacer eso…_ le dije sin darme vuelta. Entonces una tela negra cubrió mis ojos.

_No te asustes, solo quiero que esto sea perfecto…_ eso me hizo sonreír. Tuve la certeza que esa noche iba a ser la noche, nada iba a empañarla… simplemente nada iba a ser superior. Solo una pequeña molestia aturdía mi pensamiento…Jacob. No quería pensar en él pero esa noche me había dado qué pensar, él no era lo que yo había creído y mucho menos lo que había esperado. Sus ojos furiosos todavía taladraban mi cabeza y sus palabras fuertes y amenazadoras habían despertado un miedo en mí que no era capaz de dar a conocer… porque yo sin darme cuenta me lo había buscado, la noche que mostré un poco de interés en él. Me arrepentía… me arrepentía de haber conocido a Jacob Black.