Capitulo 15: Ángeles, vampiros…¿qué más?

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Hola amigas!... primero que nada gracias por sus visitas y sus comentarios, me hace re bien saber que me apoyan en estas locuras... Espero que este capi sea de su agrado, dejé lo mejor para el proximo je je!... besitos y feliz fin de semana, COMENTEN!!!!

Ángeles, vampiros…¿qué más?

_ ¡Alice!_ gritó Edward envarado cuando bajó del auto. Abrió la puerta del acompañante y me sacó entre sus brazos,

_¡Edward!... yo puedo caminar sola!_ le dije pero sin darme cuenta que en un segundo ya me había sentado en el sofá de la sala de su casa con su familia alrededor. Miré aturdida y todos nos miraban de la misma manera a nosotros, confundidos y con expectativa… yo fruncí en entrecejo y miré a Edward. Éste caminaba por la sala yendo y viniendo murmurando algo que no pude comprender, con la cabeza gacha y su mano revolviendo su cabello… parecía furioso. Miré a Alice pidiendo una explicación pero ésta miraba a Edward sorprendida y con los ojos como platos… parecía que estaba escuchándolo murmurar, lo miré de nuevo y él me dirigió una mirada cautelosa deteniéndose al fin.

_¿Cuando fue eso?..._ preguntó Carlisle seriamente.

_Anoche _ respondió Edward aún mirándome inexpresivamente, yo no lograba comprender nada pero al menos sabía el tema en cuestión.

_¿Cómo estas seguro?... yo no he visto nada…_ dijo Alice poniendo sus manos en su cabeza.

_Lo sé… créeme que lo vi Alice, hasta su olor, un poco débil aún, lo evidencia…_ dijo Edward esta vez mirándola.

_ No va a atacar si aún no entra en fase… tal vez ni siquiera él lo sepa aún…_ dijo Jassper en tono calmado. Yo miraba a los Cullen que parecían entender algo que a mí se me había escapado.

_Pero lo hará Jass… tarde o temprano._ Edward se había calmado volviendo a mirarme fijamente, como si pudiera verme a través de ella.

_Edward… explícame…_ le dije al fin suplicante. Todos quedaron en silencio esperando por lo que Edward tenía que decir. Él se aproximo a mí y se arrodilló tocando mis rodillas con sus frías manos,

_Bella… debes saber algo._ me dijo de manera cautelosa, yo asentí porque ya estaba perdida una vez más en sus ojos dorados.

_Alguna vez cuando me conociste creíste en ángeles…_ yo asentí automáticamente _y luego pudiste creer en mi como un vampiro…_ asentí de nuevo siguiendo cada una de sus palabras, _ bien… hay mucho más_ me dijo mirándome fijamente a los ojos.

_¿Cómo que?... dime de una vez_ le dije rayando la exasperación, me estaba tratando como si al oír cualquier noticia mi corazón pudiera colapsar, eso era ridículo a pesar que sí… mi corazón latía frenéticamente.

_ Bella…¿conoces la reserva de los indios Quilotes... en La Push?_

_Si… recuerdo que mi padre iba a pasear por allí cuando joven, yo era muy chica… ¿qué pasa con ellos?_ dije con curiosidad.

_ Bella…_ esta vez me hablaba Carlisle_ ellos tienen sus leyendas, que al parecer responden a una pura realidad, los Quilotes son tribus muy ancestrales… tienen historia como nosotros… mira, hace casi 70 años estuvimos aquí viviendo un tiempo, nos movíamos con libertad por estas tierras… hasta que la tribu comenzó a defender sus intereses al descubrir vampiros en su territorio. _yo escuchaba fascinada el relato de Carlisle sin darme cuenta que Edward ya se encontraba sentado a mi lado con mi mano entre las suyas.

_Jacob Black… forma parte de esas historias Bella._ terminó diciendo Carlisle.

_Bueno… hasta donde yo sé, él pertenece a la Reserva Quilote… pero, ¿qué tiene que ver con ustedes?, ustedes parecen saber más de lo que yo creo…_ dije casi exigiendo que me contaran.

_Bella… en la antigüedad, cuando nosotros andábamos por estas tierras… los lobos, o mejor dicho los licántropos eran los que cuidaban a su tribu de los vampiros…._ dijo Carlisle.

_Mmmm… ¿hombres lobos?_ dije recordando los nombres de algunos seres mitológicos que había estudiado en la universidad.

_ Si Bella… Jacob Black es un licántropo…_ soltó de repente Edward, _ tal vez él aún no lo sepa… pero hoy cuando lo vi en la concesionaria reconocí su olor y sus pensamientos de inmediato… él me reconoció a mi, en realidad no él mismo… sino su animal, de alguna manera sabe lo que soy y pronto sabrá lo que es él_

_Ok… pero… _ luego de callar pensé en lo que dijo Carlisle…_ ¿dicen que los licántropos son enemigos de los vampiros?_ dije casi en un gemido, de repente comprendí todo… ellos estaban en peligro.

_Si… somos enemigos naturales. Pero debes saber que no es un peligro para nosotros, somos 7… sabemos defendernos…_ replicó Jassper casi con una sonrisa en su rostro.

_Bella… lo importante aquí es que vi sus pensamientos… vi como piensa él de ti…vi lo que quiere hacerte! _dijo exasperado Edward con una expresión de ira en su rostro y su mandíbula tensa. _No quiero que se acerque nunca más a ti Bella… lo quiero lejos ¿me oíste?_

Yo asentí sin decir nada, igualmente era lo mismo que yo quería, a ese hombre fuera de mi vista… y mucho más después de saber esto.

_No te preocupes Edward no me acercaré a él… ni dejaré que se me acerque_ dije con seguridad.

_Bella… deberás quedarte con nosotros por algunos días_ dijo Alice, _al menos hasta saber un poco más de él, y ver qué tan peligroso es…_

_Alice… el trabajo._ me quejé, qué mas daría yo por quedarme con Edward en su casa, pero tenía responsabilidades.

_ No te estoy pidiendo que faltes, solo te estoy pidiendo que te quedes con nosotros porque aquí puedes estar más segura… a demás alguien siempre te acompañará_ dijo mi amiga mientras se levantaba del sofá y se dirigía hacia mí con una sonrisa, _ a demás estaremos contentos de tenerte en casa…_ dijo levantando una mano para que yo la tome. Eché un vistazo a Edward que estaba a mi lado mirándome fijamente como esperando mi respuesta, me regaló una de sus medias sonrisas y eso fue suficiente incentivo para mirar a Alice y tomar su mano. Ella tiró de mí sin esfuerzo obligándo a pararme y luego vi un borrón a mi lado y sentí una brisa, esto me mareó y cuando me había dado cuenta ya estaba en la habitación de Edward,

_Alice!... cuando hagas eso avísame por favor.._dije sosteniendo mi cabeza con los ojos cerrados.

_Bien… te quedaras aquí… hablaré con Esme para que vallamos por tus cosas._ me dijo seriamente, pero no pude dejar de notar una sonrisa en la comisuras de sus labios. Sabía que era imposible replicarle algo a Alice así que simplemente asentí y me senté sobre el sofá de cuero negro de mi novio. Ella se fue y al quedé sola noté que me dolía mucho la cabeza, así que me recosté en el sofá y cerré mis ojos. No me di cuenta en qué momento me quedé dormida pero si me percaté de unos suaves y fríos dedos acariciando mi mejilla. Abrí lentamente mis ojos adaptándolos a la oscuridad y vi una vez más a mi ángel… el mismo que me había salvado en el puente y el mismo que ahora me protegía de seres sobrenaturales… qué ironía. La criatura que ansió una vez matarme para beber mi sangre ahora era mi protector, mi guardián… mi ángel.

_Alice y Esme trajeron tus cosas…_ me dijo en un susurro. _Tal vez quieras cambiarte para estar más cómoda…_ sus ojos viajaron hasta donde se encontraban las nacientes de mi pecho que mi camisa dejaba ver. Mi respiración se agitó y sentí un rubor subir por mis mejillas. A pesar de haber estado con él íntimamente tan solo la noche anterior, surgió el deseo en mí de otra vez sentirlo dentro… él era mi dulce droga que deseaba probar otra vez.

_Bella… _ susurró suavemente de la manera que me hacía delirar…_ hoy ha sido un día difícil._ me dijo al tiempo que uno de sus dedos recorría la vena de mi cuello. Si!... ¿cómo no? no era el día indicado pero él si podía excitarme ¿no?

_Entonces deja de hacer eso…_ contesté en un hilo de voz.

_¿Hacer que?..._ respondió con tono inocente. No sé cómo pude contenerme de alzar mi cabeza y plantarle un beso en los labios, estaba conciente que su familia estaba abajo o en algún lugar de la casa…y también era conciente de cuánto lo deseaba y que no iba a conformarme con solo un beso, iba a querer más… siempre más.

_Deja de acariciarme… tu familia está abajo y tú sabes, voy a querer más que un beso._ le dije tratando de sonar seductora, lo cual creo que funcionó, porque con una de sus manos ladeó mi rostro para que quedara frente a él que estaba arrodillado en el suelo junto al sofá, con sus labios entreabiertos acaricio mi mejilla rozando la comisura de mis labios y bajando por mi mandíbula. Su frío aliento me erizó la piel y su respiración jadeante me excitó aún más. Su mano que sostenía mi mejilla comenzó a bajar por mi cuello y luego por mi pecho, con sus dedos acarició toda la zona haciendo endurecer mis pezones, entonces su boca entreabierta se rozó con la mía… podía sentir su dulce aliento en mi lengua mientras ambos jadeábamos. Sus manos siguieron bajando hasta llegar a mi estómago que acarició por sobre la tela sacándola de dentro de mi falda, entonces su fría mano descansó sobre mi vientre desnudo solo un momento para luego comenzar a bajar más allá por encima de la tela de mi falda.

_Bella… me vuelves loco amor…_ susurró sobre mi boca _ te quiero solo para mí, nadie más te tocará más que yo ¿entiendes?_ su voz era una suplica más que una orden.

_Si Edward… soy solo tuya… te pertenezco_ dije sintiéndome satisfecha por ser el fruto de su obsesión, me gustaba la manera que el se adueñaba de mi… me gustaba que fuera posesivo conmigo, de todas maneras no deseaba pertenecer a nadie más… solo a él. Jadeé en el momento en que su mano se coló por mi falda tocando mi entrepierna, entonces me besó y con sus dedos en mi ropa interior tiró para sacármela… su lengua capturaba la mía de manera exquisita, era un beso apasionado y desesperado al mismo tiempo. Me sobresalté cuando uno de sus dedos se adentró en mi centro haciéndome soltar un grito que se ahogó en su boca, mientras que su pulgar acariciaba mi clítoris… podía sentir que en cualquier momento iba a estallar por ese hermoso ángel que me regalaba ese sin fin de sensaciones.

_Eres mía Bella…_ me decía esta vez con la voz entrecortada y ronca sobre mi boca, mientras sentía que adentraban dos dedos de un solo golpe en mi interior.

_Ahh! … Si mi amor… haz lo que quieras conmigo…_ gemía en su boca sin poder soportar mis pequeños gritos de placer. Queriendo más de él llevé una de mis manos a la suya que muy buen trabajo hacía en mi sexo y la apreté contra mí, arqueé mi espalda sin dejar de besar lo que fuera que alcanzara de él, su cuello, su mandíbula… su dulce boca.

Sentí que mis paredes se estrechaban preparándose para recibir el placer y escondí mi cabeza en su cuello, gemir sobre su piel hizo que se aceleraran sus movimientos… era estimulante oír en el silencio de la habitación el choque de su mano contra mi sexo mojado… entonces ahogué mi grito en su cuello estremeciéndome mientras creía perder la conciencia ante tan fantástico orgasmo, reaccioné cuando Edward me besó dulcemente en los labios, se separó y abrí mis ojos justo para verlo separa sus dedos de mi sexo y llevárselos a su boca para saborearlos.

_Mmm… eres deliciosa._ dijo lamiendo sus dedos mientras sus ojos llenos de lujuria miraban los míos.

Esa noche no importó nada, había recibido más información de lo que podía soportar…encontrándome con más leyendas y mitos que resultaban reales, al parecer y por lo que había entendido un hombre lobo no se conformaba con un “NO” de mi parte, me había “capturado” literalmente una familia de vampiros para cuidar de mí y Edward estaba intentando volverme loca. ¿Por qué debía sacrificarse así por mi?... ¿por qué no se permitía disfrutar como lo hacía yo?... ¿todavía seguía con la manía de temer romperme?, solo me daba placer a mí mientras él caballerosamente se quedaba con las ganas.

No… esta noche no. Yo me creía capaz de darle el mismo placer que él me daba a mí… no soy delicada y mucho menos rompible y mi objetivo esa noche era demostrárselo a como dé lugar. El placer, la cama y el amor es entre dos… él y yo éramos mucho más que eso… éramos uno, si debía tocar las estrellas otra vez esta noche… él las tocaría conmigo.