Bella había caído rendida luego de nuestra primera noche juntos, a penas habíamos colapsado bajo el infinito placer de nuestros orgasmos, ella cayó dormida y la coloqué sobre mi pecho para que se recuperase… no me había dado cuenta de lo que había hecho sobre el final de nuestro encuentro, yo había estado tentado por un instante… solo por un instante a morder su cuello, no lo hice gracias a que Bella recibió su orgasmo en el momento justo cuando la iba a morder, eso me sacó de mi trance y me percaté de lo que estaba a punto de hacer, sin embargo mis dientes habían elegido otro blanco… una almohada que estaba bajo la cabeza de Bella, me sentía un monstruo por haber sido capaz de haber estado a punto de hacer eso, clavé mis dientes en la suave tela a centímetros del cuello de mi esposa y la destrocé causando un caos de plumas por toda la cama… fue mi desahogo pero no estaba seguro si la próxima vez sería capaz de concentrar mi frustración en alguna cosa que no sea mi esposa.
A pesar de eso había valido la pena esperar casi cien años para este momento y con gusto los volvería a esperar aguardando por la llegada de mi ángel. Habíamos hecho el amor como si ya nos perteneciéramos, como si todos estos años nuestros cuerpos habían estado esperando para acoplarse, para fundirse en unos solo… fuego y hielo que se movían sincrónicamente uno junto a otro, sin tabúes ni prejuicios, miré a mi Bella cada segundo después de habernos entregado y no pude sacar mi mirada de ella… besé su cabello y acaricie sus manos que envolvían mi torso desnudo, aún la tenue luz de la luna nos iluminaba y podía ver su reflejo en las tranquilas aguas del océano, acaricié el cabello de mi esposa con una de mis manos mientras que la otra se aferraba a su cintura como si mi vida dependiera de ello, se veía tan frágil y humana, pero al mismo tiempo tan mujer y abrumadoramente irresistible que tuve que contener las ganas de besar su cuerpo para volver a despertar su excitación y volver a tomarla.
Los primeros rayos del sol comenzaron a asomarse por el horizonte y mi Bella dormía apaciblemente entre mis brazos, miré sus cabellos y traté de sacar algunas plumas que se enredaban allí entre su enmarañado pelo, mi mirada fue más allá y no pude resistir mirar su cuerpo, me paralicé cuando los rayos de sol reflejaron lo que menos quería ver en ella, habían huellas de mi brutalidad… no quise levantarme para no despertarla pero debía confirmar lo que estaba viendo, levanté levemente mi cabeza y recorrí su cuerpo desnudo con mi mirada… allí estaban, a penas estaban asomándose… pero allí estaban, unos tenues cardenales de color púrpura comenzaban a asomarse en su delicada piel. Soplé las plumas que cubrían sus brazos y allí estaban también, las marcas de mis dedos alrededor de su muñeca… las pruebas de mi falta de cuidado, la había herido ¡maldito sea!... había lastimado a la razón de mi existencia. Dejé caer mi cabeza en la almohada y cubrí mi rostro con mi mano, jalé mi cabello maldiciéndome a mi mismo por ser un monstruo, aún sin merecerla me había atrevido a hacerle daño, no pude controlar mi fuerza y aquí estaba… mi esposa había resultado herida por mi estupidez, ¿de qué servía cuidarla de los demás?... ¿de que había servido apartarla de los licántropos… salvarla de Victoria y hasta de James si yo con suma facilidad la había dañado?... ¿de qué servía su maldita humanidad si no me permitía estar íntimamente con ella?... si no podíamos demostrar nuestro amor físicamente sin miedo a matarla. Reprimí un gruñido que se ahogó en mi garganta… suspiré y volví a mirar el cuerpo de mi Bella para saber donde más la había dañado, pude ver suaves manchas color morado en su costado a la altura de las costillas, en sus hombros y a lo largo de sus muslos en la parte interna… temí por un momento haber dañado su sexo pero lo hubiese sabido a penas brotara de ella una sola gota de sangre… no fue así, no percibí ese característico y enloquecedor olor, ni la sentí quejarse de dolor durante la noche cuando se había movido algunas veces.
Hablaría con ella cuando despertara, estaba decidido a que esto no volviera a suceder, no quería a mi Bella en peligro de nuevo… ¿y qué si no me podía contener y la próxima enterrara mis dientes en su cuello?... no, eso no podía de nuevo suceder. Me contuve de levantarme de la cama y salir a descargar mi furia con lo primero que se me cruzara, solo me quedé allí acariciando sus cardenales para que la sangre fluyera con mayor facilidad y desaparecieran de su piel más rápidamente.
Cuando el sol brillaba con más fulgor en el cielo sin nubes mi Bella comenzó a desperezarse, su respiración cambió y entonces supe que había despertado… un leve suspiro salió de sus labios y rompió el silencio de la habitación que solo había estado acompañado del sonido de las olas, nuestras respiraciones y su latido del corazón… mis dedos seguían acariciando su espalda recorriendo la línea de su columna, tratando vanamente de suavizar las heridas que yo le había provocado, en cualquier momento mi Bella despertaría y se daría cuenta de la clase de monstruo que era y con el que se había casado, no esperaba menos… desde un principio había tratado de hacer que me vea como lo que realmente soy, un maldito monstruo con el que no le convenía estar… pero jamás quise que esta fuera la manera. Sus brazos se ciñeron a mi cuello mientras mis dedos seguían acariciando su espalda en la zona donde se veían sus cardenales, de pronto el estómago de mi esposa gruñó, no había probado bocado desde que habíamos salido de Forks, ella rió débilmente algo que me desconcertó,
_¿Que es lo que resulta tan divertido?_ dije seriamente clavando mi vista en el vaporoso dosel de la cama, no le encontraba ninguna gracia verla así… sentí que su cuerpo levantaba calor como si estuviera sonrojándose y su estomago gruñó de nuevo, esto causó una vez más su risa, me contestó que al parecer no podía escaparse por mucho tiempo del hecho de ser un ser humano… estaba en lo cierto y no hacía más que recordarme lo frágil y delicada que era. La sentí removerse en su lugar, el silencio era tenso y ella ya había percibido que algo andaba mal, ¿a caso no sentía dolor?...
_Edward_ me dijo con su voz temblorosa, _¿qué te pasa?, ¿qué va mal?_ preguntó… definitivamente aún no se había dado cuenta de mi monstruosidad…
_¿A caso necesitas preguntarlo?_ dije cínicamente, me dolía hablarle así pero ella había insistido en que esto pasara… y yo como un idiota había accedido. Me atreví a mirarla y la vi perdida en sus pensamientos, algo la estaba perturbando ya que su ceño estaba fruncido, con mi dedo lo suavicé y le pregunté en qué estaba pensando… ella se había dado cuenta de mi enfado y preguntó si a caso ella había hecho algo, la observé entrecerrando los ojos y le pregunté lo que tanto me temía…
_¿Estás malherida Bella?. Quiero la verdad y no intentes quitarle importancia_ me miró con sorpresa y repitió mi pregunta incrédula… luego se estiró un poco tratando de mover cada parte de su cuerpo, vi en su rostro una leve mueca de dolor al estirar sus piernas y reprimí las inmensas ganas de tomarla con mis brazos y examinar cada una de sus heridas… esperaba que mis dos licenciaturas en medicina sirvieran para algo en ese momento. Me miró algo disgustada y me pregunto cómo había llegado a esa conclusión ya que ella nunca en su vida se había sentido mejor… yo cerré mis ojos, esto iba para rato… le pedí que dejara de actuar como si yo no fuera un monstruo por haber permitido que pasara eso,
_ ¡Edward!_ susurró enfadada _no se te ocurra decir eso_ no quería mirarla, si lo hacía iba a verme reflejado en sus hermosos orbes chocolate como el gran monstruo que era, le pedí que se mirase para que confirmara por si misma lo que le había hecho, me hizo caso al fin y se le escapó un jadeo al verse cubierta de ese plumón blanco producto de mi desenfreno, sacudió su cabeza y una cascada blanca de plumas cayó desde su cabeza, se veía adorable aún con sus cardenales adornando su piel, me preguntó por qué estaba cubierta de plumas, yo resoplé impaciente, quería que se viera y que de una vez por todas me gritara mis verdades en mi cara… me lo merecía, le expliqué que había mordido una almohada o dos pero que eso no era lo que quería que viera, me preguntó incrédula por qué había mordido una almohada pero ya mi paciencia estaba al límite… le rugí pidiéndole que se mirara y tomé delicadamente uno de sus brazos estirándolo para que lo viera y le señalé que mirara… lo hizo, sus ojos recorrieron toda la extensión de su brazo hasta el hombro y luego siguió mirando hasta que la mancha violácea se perdió en sus costillas, liberó la mano que yo sostenía y con un dedo presionó uno de los cardenales que tenía en su otro brazo… hizo una mueca de dolor, yo extendí mi mano para acariciar los cardenales que estaban en su brazo, los acaricié en círculos para ayudar a sanar… ella se observaba detenidamente con el seño fruncido, quise saber en ese momento que cruzaba por esa cabecita pero esperé paciente a que reaccionara de la peor manera. No lo hizo…
_Yo… lo siento tanto, Bella_ le susurré anticipando el momento _Yo sabía que esto pasaría. No debería…_ no lo dije… me dio asco de solo pensarlo _Lo siento tanto que apenas puedo decirte cuánto_ dejé caer mi cabeza en la almohada y tapé mi rostro con mi brazo, no podía mirarla a los ojos sabiendo lo que fui capaz de hacerle. Traté de lidiar con mi propia miseria pensando en cómo poder lograr que Bella me perdonara, fue algo que se me fue de las manos… algo de lo que no tuve control, si hubiese sabido… si tan solo Alice me hubiera advertido, tampoco Carlisle me previno, él solo señaló que era una experiencia muy fuerte que debía disfrutar sin miedos, que lógicamente Bella estaría en peligro, pero que tenía fe en mí sabiendo que yo no le causaría ningún daño, mis hermanos también me habían dicho lo mismo, que luego de la sangre no había placer más grande que el del sexo… era así de cierto, hacer el amor con mi mujer despertó tantas reacciones diferentes y sensaciones que nunca había conocido que sacaron el animal que por tanto tiempo mantuve oculto y apaciguado dentro mío…
Sentí la pequeña mano de mi esposa ceñirse alrededor de mi muñeca y tratar en vano de mover mi brazo, ¿qué quería ver en mi s ojos?... ¿la culpa, la lastima?, no… no lo vería, podía soportar eso solo…
_Edward_ me llamó, lo hizo otra vez al ver que no había respondido pero esa vez tampoco dije nada, era más fuerte la culpa y la vergüenza.
_ Lo siento tanto, Edward. Estoy… ni siquiera puedo decírtelo. Estoy tan feliz. Eso no es suficiente. No te molestes. No lo hagas. Estoy realmente b…_
_No digas la palabras bien… Si valoras tu salud, no digas que estás bien _ le pedí, no soportaría que ocultara lo que realmente sentía como siempre lo hacía, me aseguró que lo estaba… le pedí encarecidamente que tratara de no fingir pero hizo algo que no me lo esperaba,
_No. ¡No tú, Edward!_ me gritó, la miré desconcertado…¿realmente estaría hablando en serio? _No lo arruines, estoy muy feliz_ dijo en una suplica, le señalé que yo ya lo había arruinado, me pidió que dejara de echarme la culpa… chasqueé los dientes de frustración, ¿realmente ella no veía lo que le había hecho?
_Ugh!... Por qué no es posible que leas mi mente? Es muy inconveniente ser una muda mental!_ quise reír ante esas palabras ¿qué significaban?
_ Eso es nuevo. Te encanta que no sea capaz de leer tu mente._ le dije, realmente en ese momento me hubiera gustado poder leer su mente, le pegunté el por qué de su deseo… ella golpeó mi pecho con sus manos y me miró,
_ Porque todo este berrinche sería innecesario si pudieras ver como me siento ahora! O hace 5 minutos. Estaba muy feliz. Total y completamente fuera de este mundo. Ahora… bueno, estoy muy enojada_
_ Deberías estarlo_ le dije bajando la mirada, de veras me lo merecía…
_Pues lo estoy. Te hace sentir mejor?_ aún podía ver las marcas en su cuerpo y mientras las viera no me sentiría mejor…
_ No, no creo que haya nada que me haga sentir mejor_
_ Eso es por lo que estoy molesta. Estás matando mi alegría, Edward_ replicó, era tan terca… rodé los ojos y negué con mi cabeza… ¿cómo podía ser tan obstinada?
_ Sabíamos que iba a ser difícil. Pensé que ya lo sabías. Y entonces… bueno, fue mucho más fácil de lo que pensé. Y esto no es nada._ me señaló su brazo _ Creo que para ser la primera vez, sin saber que nos esperaba, lo hicimos increíble. Con un poco de práctica…_ se detuvo ante mi expresión… ¿cómo era posible que creyera que iba a haber una próxima vez?... ¿cómo podía saber que esto pasaría?...si esto no fue nada la próxima sería peor…
_ Saberlo? Esperabas esto Bella? Pensabas que te lastimaría? ¿Pensabas que sería peor? ¿Consideras este experimento un triunfo porque puedes caminar aún? Sin huesos rotos… ¿eso significa una victoria?_ esto estaba llegando al límite de mi paciencia. Me dijo que no sabía qué esperaba, pero que definitivamente no creía que iba a ser tan increíble como fue… realmente eso era algo que tenía que reconocer, había sido una experiencia increíble… y con gusto la repetiría si no fuera porque … ¡maldición!. La miré extrañado y ella agachó la cabeza como avergonzada,
_Quiero decir, no sé como fue para ti, pero eso fue para mí._ dijo cabizbaja… hecho! su inseguridad se estaba haciendo presente, levanté su mentón con uno de mis dedos y le pregunté si era eso lo que la preocupaba, que yo no lo haya disfrutado… evadió mi mirada encontrando muy interesante las plumas que se encontraban en su regazo,
_Sé que no es lo mismo. No eres humano. Solo trataba de explicarte que, para un humano, bueno, no puedo imaginar que la vida pueda dar algo mejor que esto…_ en serio pensaba que fue grandioso, yo también lo había encontrado sensacional… cambiaría mis eternos cien años por una noche con mi Bella, pero… era peligroso y lo sensacional con lo peligroso era una mala y extraña combinación… volvió a mirarme luego de un rato de silencio, le dije que realmente había muchas cosas por las que debía disculparme, una es haberle hecho creer que no lo había disfrutado… lo cual era mentira, lo había disfrutado más de lo que debería…
_ Nunca creí que pensarías que todo esto que siento significa que anoche no fue… bueno, lejos la mejor noche de mi existencia. Pero no quería pensarlo así, no cuando tú fuiste…_ me interrumpió preguntándome si en serio había sido la mejor de mi vida, por supuesto… era primera en mi ranking de las mejores noches con Bella… la tomé de las mejillas con ambas manos y le conté que había hablado con Carlisle de esto antes, que él tenía fé en mi… una fe que sin embargo no merecía, mi esposa comenzó a protestar y yo le puse un dedo sobre sus suaves labios…
_También le pregunté…_ proseguí _qué es lo que yo podía esperar, no sabía cómo sería para mi siendo yo un vampiro_ sonreí desganado, le conté que mi padre me había dicho que era un sensación poderosa, que el amor físico no debía tomarse a la ligera porque siendo nuestros temperamentos tan estables, las emociones fuertes podían alterarnos de manera permanente… pero le expliqué que ella ya me había alterado por completo y que en ese aspecto no había de qué preocuparse, le sonreí sabiendo que por ella yo era totalmente distinto… no hizo falta amor físico para que ella diera vuelta mi mundo de cabeza. Le conté lo que habían dicho mis hermanos… pero a pesar que tenían razón en todo, yo refuté una de sus afirmaciones, ya había probado la sangre de mi Bella y sabiendo eso solo puedo decir que no puede haber sangre alguna que iguale la misma sensación que hacer el amor con mi esposa, no había comparación… definitivamente esto era sobrenatural.
_No creo que se equivoquen, la verdad, sino que simplemente es diferente para nosotros. Algo más_ le dije, esto definitivamente había cambiado mi lista de prioridades, prefería quedarme en casa haciéndole el amor a mi esposa que salir a alimentarme… claro si ella no fuera tan frágil…
_Fue más. Lo fue todo_ afirmó, le aclaré que eso no cambia el hecho de que estuvo mal, aún siendo verdad que la haya hecho sentir de esa manera, eso no cambiaba para nada que yo era un monstruo. Me preguntó si yo creía que ella estaba exagerando cuando se refirió a cómo la hice sentir y por qué yo pensaba eso…
_Para que me sienta menos culpable. No puedo ignorar la evidencia Bella. O tu historia, cuando antes ya has hecho cosas para hacerme sentir mejor_ ella me sujetó fuerte la barbilla acercándome a centímetros de su rostro, no puse resistencia…
_Escúchame Edward Cullen. No estoy inventando nada por ti, de acuerdo? Ni siquiera sabía que tenía que haber una razón para hacerte sentir mejor hasta que empezaste a ser miserable. Nunca he estado más feliz en mi vida. No estuve así de feliz cuando decidiste que me amabas más de lo que deseabas matarme, o la primera mañana cuando desperté y estabas ahí esperando por mí…. Ni cuando escuché tu voz en el salón de ballet_ me estremecía ante ese recuerdo, pero ella decidió proseguir con su monologo _o cuando dijiste “acepto” y me dí cuenta que de alguna forma te tendría para siempre. Esos son recuerdos felices, y esto es mejor que cualquiera de ellos. Así que acostúmbrate._ mi esposa frunció el entrecejo y con mi dedo lo alisé, me regocijé cuando supe que tenía presente todos los momentos que habíamos pasado… sin embargo no podía evitar sentirme miserable, ella sintiéndose feliz y yo arruinando el momento.
_ Te estoy haciendo infeliz ahora. No quiero que se así_ le dije, su semblante estaba oscurecido, se había levantado feliz y yo con mi semejante estupidez eché todo a perder, me dijo que el que yo sea infeliz era lo único que estaba mal ahí. No pude más que suspirar… yo lo estaba arruinando todo, asentí y le di la razón, no podía cambiar el pasado pero tampoco podía permitir que mi mal humor le amargara ese momento, iba a hacer lo que sea para hacerla feliz a partir de allí… me observó y le sonreí con toda la entereza con la que era capaz,
_¿Cualquier cosa que me haga feliz?_ a penas dijo eso su estómago gruñó, me había olvidado que estaba tratando con una humana hambrienta, me levanté de la cama levantando conmigo una nube de plumas y cuando estaba poniéndome mi pantalón caquis ella me preguntó cuál había sido el motivo por el que había decidido morder las almohadas de Esme, su curiosidad había sido más fuerte, sacudí mi cabeza en un intento de sacar las plumas de mi cabello y le contesté que no fue precisamente una decisión, que había sido suerte que habían sido las almohadas y no ella, en ese momento estaba tan abstraído en mi propio placer que no supe lo que hacía… ni si quiera pude recordarlo, sacudí mi cabeza tratando de mandar a volar los recuerdos… traté de simular una gran sonrisa para tranquilizar a mi Bella, ella se merecía ser feliz hoy y el resto de los días, no necesitaba mi pena. Fue un error haberla mirado, ella se deslizó por la cama y se expuso ante mi desnuda… pude ver con claridad los cardenales que con cada momento que pasaba se hacían más notables, su estómago y su entrepierna a la altura de sus muslos estaban manchados con un color morado, me di vuelta incapaz de seguir mirando y cerré mis manos en puño… si ella no hubiese estado mirando había sido capaz de golpearme a mi mismo por ser tan entupido, instintivamente cerré mis manos en puños,
_¿Es que tengo un aspecto tan terrible?_ ¿Cómo puede preguntar eso?... sabía lo doloroso que era para mí verla así, contuve mi respiración para no hablar… habíamos quedado en olvidarnos del asunto por el momento y no sería yo quien lo sacara a la luz de nuevo. La escuché irse hasta el baño y yo solo quedé petrificado en el lugar, mi furia contenida estaba por hacer acto de presencia y no era bueno estar cerca de mi Bella… me odiaba a mi mismo por hacerle pasar por esto, había planeado este momento a la perfección y mi brutalidad lo hizo imposible… luego de unos segundos la escuché jadear y mis pies se desprendieron del suelo corriendo hasta el baño,
_¿Bella?_ pregunte preocupado al llegar detrás de ella.
_ Nunca podré quitarme esto del cabello!_ dijo señalando su cabeza, era increíble… su cuerpo estaba magullado por todas partes y ella se preocupaba por su cabello, comenzó a extraer las plumas que se pegaban a su pelo y yo traté de hacer lo mismo pero a mayor velocidad.
_Cómo te contuviste de reírte? Me veo ridícula_ yo me limite a sacarle las plumas, lo único que faltaba era que me largara a reír en su cara… replicó que no funcionaría y decidió tomarse una ducha, me pidió que la acompañe rodeando mi cintura con sus brazos pero con delicadeza me deshice de su abrazo, le dije que mejor yo le haría la comida y salí con toda prisa del baño… no sabía que era capaz de hacer si se me insinuaba de nuevo, solo salir huyendo como un completo cobarde, aunque prefería hacer eso que dejarme seducir por mi hermosa esposa y dejar que vuelva a suceder lo mismo.
Corrí hasta la cocina y decidí abrir el grifo del lavaplatos para mojarme la cabeza y el rostro… enfriarme más de lo que estaba era una buena idea ya que Bella parecía tener más poder sobre mi de lo que esperaba, si seguía intentando seducirme lo lograría… busque en el frigorífico y encontré algunas cosas con lo que podría hacer una comida rápida para ella, tendría que idear un plan para mantenerla ocupada y sin tiempo a pensar en el sexo. Estaba frente a la cocina de acero inoxidable que nunca antes había sido usada, cocinando una tortilla de huevos, tocino y queso… mi Bella apareció enfundada con un vestido blanco que cubría parte de sus cardenales, más precisamente los de la piernas y hombros, se veía hermosa.
_Aquí tienes_ le dije con una sonrisa tendiéndole el plato en una mesa de azulejos, ella se sentó y comenzó a devorar la comida casi con desesperación,
_Creo que no te alimento con suficiente frecuencia_ dije mirándola con detenimiento, ella me recordó que había estado durmiendo y se sorprendió por lo bueno que estaba la comida, algo raro para alguien que no come… bromeando le dije que con Internet todo era posible, me devolvió la sonrisa satisfecha… mi Bella era otra vez feliz, me preguntó de donde habían salido los huevos y le conté que teníamos un equipo de limpieza que había equipado la cocina por primera vez, recordé que iba a tener que llamarlos para que viniesen a arreglar el lío de las plumas… no pude mirarla a los ojos, luego de comer todo lo que estaba en el plato me dijo “gracias” y se recostó sobre la mesa para besarme, le devolví el beso gustoso pero no dejé que fuera más allá… su enloquecedor aroma me tentó a seguir besándola y tirarla sobre la mesa para hacerle el amor desenfrenadamente pero me contuve, la separé y me aleje de ella… estaba recostado contra la silla, lo más lejos posible y ella confirmó algo que yo ya había pensado,
_ No me volverás a tocar mientras estemos aquí ¿verdad?_ vacilé con sus palabras, sonaban muy frías y dolientes pero al fin y al cavo era lo que debía hacer. Acaricié con mis fríos dedos la suave piel de su mejilla, ella recostó su cara sobre la palma de mi mano, _ Sabes que esto no es lo que me refiero_
Me sentí frustrado, no podía hacerle daño otra vez… si lo hacía esta vez yo mismo no me lo perdonaría…
_ Lo sé. Y estás en lo cierto._ le dije tratando de sonar convincente _ No haré el amor contigo hasta que te hayas transformado. No volveré a lastimarte_
Por más que la amara con locura, que la deseaba fervientemente, que moría por ella… no era capaz de hacerle daño, no otra vez…
16 comentarios:
HOLA LULLABY
ME GUSTO MUCHO ESTE CAPITULO, HACES UN TRABAJO EXCELENTE, ESPERO PRONTO EL PROXIMO
UN BESO Y SIGUE ASI..
genial lullaby como siempre, t has detenido en cada detalle, en cada pensamiento de nuestro vampiro favorito, eres increible.
volvere a leer los capis d la segunda parte para retomar la historia.
besos y hasta mañana
muy bueno que digo bueno excelente
Lullaby ... maravillooso capitulo ... sigue asi .. ya sabes que soy tu seguidora jijijiji.. me encantan las historias con tu toque ... cada escritora tiene su propio toque y su propia optica gracias por dejarnos conocerla
Abraazos
Pfff Aby!!!
Que te digo que cada segundo que estuviste trabajando en este capítulo, valió la pena y con creces!! Cielo santo!! me encantó!! Si de por si, amo este fic!! ooo iii lo sabes!!
Wow aby de verdad me encantoo!Ahora si te extra superaste a ti mismaa!!!
Amiga te quiero muchooo
Besos!!
Regi
owww sabes que te amo vd? caray esta genial mi LU me encanta como pones los pensamientos de Edward wouuu me emociona jejeje
El dolor por lo no controlado, el sufrimiento por evitar lo inevitable hacen del ser lo que es, tan solo eso es suficiente para ser. Besotes mi ángel, sí, tú siempre serás mi ángel.
oh, me había saltado estos dos últimos capítulos...
que puedo decirte, es muy buena tu versión de la luna de miel desde el punto d evista de Edward. consigues siempre describir muy bien los sentimientos.
un besote.
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Que manera de describir los sentimientos... si tienes razón (me refiero a cuando me dijistes que Edward era como un espiritu que posee a ciertas personas que escriben de él), es como si Edward te susurrase al oído mientras escribes...
Me gustó eso de que acariciase los cardenales para que la sangre circulase y curasen antes... muy propio de él... y muy original. Me encanta tu versión
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Esta es la segunda parte del libro que más adoro, el odiandose por hacerle daño y ella feliz por lo que paso,--- son perfectos, eres perfecta Lulla.
No podría imaginarlo de otra forma, nos atrapas y aqui nos tienes!
Gracias , abrazos desde Colombia.
Estoy convaleciente esta semana y disfrutando en casa tu historia...
Toy felizzzzzzzzzzzzzzzzzzzz!!
Me encanta tu version, como describes los pensamientos de Edd, pobre tiene un debate interno entre el gran deseo que tiene por ella y lo que cree que tiene que hacer.
Lulla cada vez quedo mas emocionada con esta historia,sin duda alguna es fabulosa.
Cuidate y sigue asi.
wow! antes que nada hola! acabo de empezar a leer tu historia y la verdad esta muy interesante!! felicidades!
Hola, empecè a leer dese el cap anterior. Estaba leyendo el de otra chica, pero cuando llegó a la primera vez, se salteó el lemmon, igual que S.M. y vamos, que eso le quita mucho a la historia. Asi que buscano te encontrè. El cap anterior estuvo buenísimo!!! Este tambièn, pero en ocasiones daba la sensación de que tenías prisa por terminarlo. Bueno, solo una crítica constructiva.
que bien escribes, aún no llevo mucho siguiendo tu blog, pero ya me atrapaste muchas felicidades
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