Capitulo 6: Confirmaciones...

Tweet Nuevo capi Amigas!!! besotes miles... COMENTEN!! no sean malas... no saben lo bien que me hacen sentir saber que estan allí... nos vemos!

Confirmaciones...

La luz del sol pegó en mi espalda haciéndome reaccionar, tomé la sábana y me tapé por encima de mi cabeza en un gesto bastante infantil, lancé un gruñido y fruncí el seño cuando sentí una fuerte puntada en mi cien… la cabeza se me partía del dolor, tal vez no fue el sol lo que me despertó sino el fuerte dolor de cabeza que me molestaba hasta por los rayos de sol que se colaban por la ventana, aún con los ojos cerrados. Frustrado di vuelta sobre mi cama tallándome los ojos y con un suspiro dejé caer mis manos sobre la cama, me quedé pensando quieto por unos segundos… sip, haber tomado esas copas de champagne habían sido la causa de la peor noche de mi vida adulta, nota mental: no tomar nunca más bebidas en fiestas que organice Emmett… claro que prácticamente la fiesta no la organizó él, pero era para él y con eso era suficiente.

Me levanté de mi cama a regañadientes y sin preocuparme en saber la hora, era Domingo y claro… estaba libre de celebrar cualquier misa hoy así que me sentía en libertad de disfrutar este último día en casa con mi familia. Me dirigí al baño y me di una ducha bastante reconfortante que apaciguó mi dolor de cabeza y me despertó totalmente, salí a mi habitación a medio secar y revisé entre mis ropas para ponerme finalmente unos jeans negros y un suéter gris. Estaba tratando de dominar mi cabello frente al espejo cuando sentí unos golpecitos tímidos en la puerta, deduje que era mi pequeña hermana por su forma de tocar así que le indiqué que pasara,

_¿Se puede?..._ preguntó asomando su cabeza por la abertura de la puerta,

_Si Alice… pasa_ sonrió cuando me vio luchando con mi cabello…

_Déjalo… te ves bien así_ dijo parándose a mi lado, me rendí y lo dejé ser… _Mamá te está esperando abajo con el almuerzo _

_Si, ahora bajo…_ dije recogiendo algunas cosas por el cuarto, no recordaba haberme desvestido anoche y dejar mi ropa esparcida por el suelo a los pies de la cama,

_Emmm… ¿saldrás hoy?_ preguntó dando pequeños saltitos a mi alrededor,

_Mmm… no lo sé ¿se supone que si?_ traté de recordar alguna salida familiar… pero nada…

_Emmett llamó para decirte que te pasará a recoger a las dos de la tarde_ dijo mirando su reloj, _deberías ir a almorzar, dijo que estuvieras listo…_ entonces recordé, Emmett había dicho algo así como que hoy haríamos algo juntos con Rosalie y… oh y una de sus amigas… aunque no dijo quién, me pasé la mano por mi cabello revolviendo el poco logro que había alcanzado con él y me senté en la orilla de mi cama tratando de recordar si me había dicho con quien iríamos, sería una perdida de tiempo, estaba seguro de ello… Emmett anoche aún parecía esperanzado con respecto a mí como Edward hombre, no le daría el gusto… no otra vez.

_Alice… ¿debería ir?_ yo sabía muy bien el peligro que implicaba una salida con Emmett, es decir… ¡era Emmett! mi hermano recientemente curado de su promiscuidad y yo sabía muy bien lo que significaba una salida con él, esperé por la respuesta de Alice pero parecía muy ocupada hurgando entre mis cosas en la maleta, parecía zambullida dentro de ella, de repente con gesto triunfante sacó una camisa azul y la tiró en mi regazo…

_Cámbiate…_ la miré incrédulo, no convenía pedirle consejos a mi hermana… ella parecía aceptar justo lo contrario a lo que yo debería hacer…

_No, no iré… si viene Emmett dile que me duele mucho la cab…_

_Tú iras, ¿o te negaras a salir con tu hermano recién casado al que no verás vaya a saber hasta cuando?_ chantajista…

La miré por unos segundos tratando de no sonreírme por la actitud de Alice, podía ser muy persuasiva algunas veces… y al mismo tiempo muy graciosa.

_Ok… iré, le daré el gusto y luego vendré a preparar mis cosas_ ella sonrió triunfante y me dejó solo en la habitación para cambiarme.

Cuando entré en la cocina mi madre me recibió con unos exquisitos ravioles de setas… unos de mis favoritos de todos los platos que hacía, por un momento me sentí un niño y reminiscencias de mi infancia vinieron a mi mente, el delicioso olor a comida esparcido por toda la casa y mis hermanos y yo corriendo hacia la cocina para encontrarnos con las delicias que mi madre solía prepararnos … de repente recordé con amargura la cantidad de niños que habían en el Hogar y que jamás sintieron el calor de una familia que los amaran o el sentido de inocencia que se encuentra en el hecho de jugar simplemente… que jamás recordarían con amor y dulzura el aroma a comida casera o el beso de buenos días de una madre… yo había sido afortunado en todos los aspectos de la vida. Me senté observando a Esme viniendo hacia mí con una sonrisa maternal y dulce trayéndome el almuerzo. Hablé con ella de trivialidades, parecía estar revisando unos catálogos de telas mientras se encontraba sentada a mi lado… ella se había quedado acompañándome ya que Carlisle parecía haberse retirado hacia el hospital y Alice se había escabullido por algún lugar de la casa a quién sabe qué…

La voz de Emmett resonó por toda la sala justo cuando acababa mi almuerzo, me tomé de un solo trago mi tercer vaso de agua de ese día y me paré para dejar mi plato dentro del lavavajillas,

_Edward ¿estas listo?_ dijo Emmett a mis espaldas, al darme vuelta me di cuenta que no venía solo… Rosalie estaba a un costado sosteniendo la el brazo de su marido y un poco más atrás estaba… ella… la dueña de esos hermosos ojos topacio que parecían mirarme con cautela,

_Rosalie, Bella bienvenidas…_ saludo mi madre abrazando a cada una,… “Bella”… fue allí, al escuchar su nombre que reaccioné y fui hasta ellos para saludarlos, le tendí una mano a mi hermano y saludé con un beso en la mejilla a Rose, miré a Bella quien me tendió la mano mirando el suelo… me detuve solo por una milésima de segundo observándola y luego, en un movimiento rápido e inconciente, avancé un paso para besarla en la mejilla… una imagen vino a mi mente, un recuerdo de la noche anterior… en cuanto ella levantó su mirada algo sorprendida supe que ese beso furtivo en el patio de mi casa había sido verdad, su fría piel, sus ojos clavados en los míos como dagas esclavizantes y sus labios tan dulces y tentadores habían sido verdad… todo en ella era verdad, tal y cual lo recordaba…“¿Acaso haz perdido la cabeza?... no puedes pensar de esa manera…!” grité en mi fuero interno, bajé la cabeza como lo hacía últimamente avergonzado de mí mismo y di un paso hacia atrás… me había quedado mirándola más de la cuenta y sentía los ojos de mi hermano en la nuca ya que Rosalie y Esme hablaban entretenidamente… sabía que ya estaba perdido, pero debía imponer mi fuerza de voluntad… debía hacerlo y no mirarla así de esa manera de nuevo, me pondría en evidencia.

_Madre… nos llevaremos a Edward, lo dejas salir ¿verdad?_ dijo el gracioso de mi hermano, mi madre rió y Rosalie le dio un generoso codazo en las costillas a su marido… solté una risita más nervioso que agradecido.

_Llévatelo Emmett y me devuelves a mi hijo para que descanse algo antes del vuelo…_ pidió mi madre siguiéndole el juego y avergonzándome aún más, rodé los ojos algo exasperado, ¡Por Dios ya era un adulto!... aunque sinceramente y en mi fuero internó admití que últimamente me comportaba como un alborotado adolescente.

Salimos de casa en dirección al auto de Emmett… es decir a la tremenda máquina, una Hammer gris que mi padre generosamente le había regalado cuando se graduó años atrás… Esperé pacientemente a que Emmett terminara de ayudar a Bella a subir a su jeep para luego hacerlo yo, antes de pegar el salto Emmett me detuvo tomándome del brazo y acercándose a mi oído,

_ ¿No dijo siempre mamá que es mala educación quedarse mirando a la gente más de lo necesario?_ volteé a mirarlo sabiendo a qué se refería… él solo me guiñó un ojo y se fue a ocupar su lugar para conducir… definitivamente Emmett quería mi perdición.

Me sentía algo nervioso, lo cual me desconcertaba… no sabía que esperar, qué decir, cómo actuar… ya que la mujer con la que había soñado esa noche se sentaba a mi lado mirando indiferente hacia la ventana. De alguna manera supe que ella y toda su persona habían invadido mis sueños, no lograba recordarlo… pero ella estuvo allí… anoche mientras mi cuerpo luchaba contra las consecuencias del alcohol, en mi mente y en mi inconciente ella se había presentado y hoy solo recordaba destellos de lo que parecía haber sido un hermoso sueño… ¿tan hondo había llegado?, lamentablemente si… ¿y si esto era una jugarreta del encaprichado destino? pues… bueno, soy culpable por haber caído tan fácil.

No tenía razones para dirigirme la palabra por supuesto, ella sabía muy bien lo que yo era… pero no se había percatado al parecer de lo involucrado que yo ya estaba, ella seguía con su mirada clavada en la ventana viendo pasar las transitadas calles de Seatlle, que luego de unos minutos fueron cambiando a calles solitarias, el sol brillaba afuera pero lo hacía detrás de las densas nubes que tapaban el cielo de la región…miré por mi ventana enfocando mi atención y supe hacia donde nos dirigíamos… a unos cuantos kilómetros a las afueras de la ciudad había un parque de entretenimientos, hacía tiempo que no venía por aquí, más precisamente desde que éramos niños.

_Emmett…_ llamé, mi hermano me miró por el espejo retrovisor sonriendo _no pienso subirme a ningún juego de esos…_ dije recordando los efectos que estos juegos solían tener en mí, aunque mi compresivo hermano no parecía recordarlo, se carcajeó negando con la cabeza…

_Oh si que lo harás hermanito, todos lo haremos…_ sentenció mirando también a Bella que ahora miraba hacia delante con una media sonrisa, no pude evitar notar que se veía algo afligida… su sonrisa no le llegó a los ojos, volteó hacia mí y me miró por unos instantes antes de morder su labio y voltear a la ventana de nuevo… ¿A caso había arrepentimiento por haberme dado ese dulce beso en el patio?...

Llegamos al parque y bajamos del jeep para atravesar el estacionamiento hacia los juegos, Emmett y Rosalie iban de la mano y Bella y yo detrás de ellos, ocasionalmente Rosalie volteaba a conversar con ella y eran esos escasos minutos o segundos en los que me regocijaba contemplando su rostro cuando tenía levantar la mirada y contestarle, luego ella volvía a bajar su rostro formando una cortina con su pelo. Emmett pagó las entradas al parque y nos adentramos sorteando a la gente que se encontraba en el lugar, él iba eligiendo en qué juegos debíamos subirnos mientras Rosalie solo mostraba cara de desagrado cuando este elegía alguno que no era de su gusto, Bella no decía nada… no se me ocurría otro motivo del por qué de su indiferencia más que el hecho de estar sumamente arrepentida por haberme dado el más dulce de los besos cuando estábamos sentados en aquel banco.

_Bien… este es el plan…_ dijo Emmett deteniéndose en la entrada de uno de los juegos, miré detrás de él y se veía temeroso… _No quiero un NO como respuesta así que querida esposa mía tú conmigo y Bella con Edward…_ lo dejé correr solo porque quería estar con ella… y hablarle de ser posible y saber qué le estaba pasando, no quería que se sintiera culpable solo por un inocente beso en la mejilla, yo sabía de alguna manera que eso era lo que la molestaba… la culpa. Esperamos pacientemente a que ellos se subieran y avanzara el cubículo que estaba detrás de ellos para subirnos nosotros. Cada compartimiento tenía solo dos asientos, la escuché resoplar frustrada y algo incomoda cuando estábamos ya acomodados dentro del pequeño cubículo, el encargado del juego nos aseguró los arneses y luego se fue dejándonos sumidos en un incomodo silencio de espera. La miré inseguro, hablar era una opción pero iba a ser incomodo hacerlo mientras esta cosa se movía, igualmente me arriesgué…

_Bella…_ la miré esperando a que volteara y vi que suspiraba fuertemente, _¿podemos hablar?_ dije mientras ella aún miraba fuera del compartimiento… luego de unos segundos o tal vez largos minutos de espera ella volteó a mirarme, parecía cansada… de repente sentí que quería conocerla más, saber de ella, de su vida, conocer sus miedos y sus logros, frustraciones y deseos… quería saber de ella… todo sobre ella.

_Edward… yo…_ suspiró de nuevo tratando de encontrar las palabras adecuadas, luego negó con la cabeza como desechando ideas _no deberías hablarme, yo… lo siento mucho, no quise… anoche yo…_ le costaba mucho hablar y yo no quería que se sintiera tan mal por nada, tomé su mano que estaba sobre su regazo y la miré,

_Bella… no te sientas culpable, no fue nada…_ ella pareció comprender mis palabras y me miró con los ojos muy abiertos… tal vez sorprendida, dejó salir una sonrisa de sus labios… esa que tanto me gustaba y aferró mi mano aún más con la suya, sus ojos una vez más me hechizaron y no podía dejar de mirarlos, me hundía en ellos haciéndome respirar pesadamente como en busca de aire…

_Lo siento… yo no debí hacerlo, supongo que pensaras que me aproveché del estado en que te encontrabas… perdóname_ el juego se comenzó a mover de a poco ganando velocidad pero yo no reaccionaba, estaba allí mirándola con los ojos clavados en los suyos como si fuéramos dos colegiales, como si nos necesitáramos…

_No te aprovechaste de nada Bella_ ella cerró los ojos, tal vez la altura a la que estaba subiendo esa cosa le daba vértigo, luego recostó su frente en mi hombro… una de mis manos aún mantenía aferrada la suya y la otra subió para acariciar su cabello, tan sedoso y suave…

_No temas, ya termina…_ le dije enterrando mis dedos entre su cabello para acariciar su nuca, no sabía lo que estaba haciendo… simplemente me sentía bien tenerla así… parecía… natural, como si mi mano hubiese esperado para tocarla por siglos. Escuché su risita y miré hacia abajo tratando de ver su rostro, sonreía…

_No es esto…_ dijo aún con los ojos cerrados y su frente en mi hombro…_ es que pensé que no me ibas a querer ver más y hoy… cuando te vi parado en la cocina, quería irme… te juro que traté de decirle NO a Emmett, pero lo conoces y…_ se detuvo alzando la cabeza para mirarme…_ Edward… perdón por el beso de anoche…_ soltó de una vez, _Yo no pensaba con claridad, no quería incomodarte y menos debí invadir tu intimidad…_ la miré frunciendo el seño, si besar la comisura de mis labios era tan abrumador para ella… no sabía qué esperar para mí que lo quería todo.

_¿Me perdonas?_ dijo en un susurro, la miré fijamente tratando de recordar cada detalle de su hermoso rostro,

_No tengo que perdonar algo que yo tanto anhelaba…_ dije casi sin pensar, mis dedos acariciaron su mejilla y pómulo, luego los deslicé lentamente por su mandíbula y alcé su mentón hacia mí, ella sonrió despejando cualquier señal de tristeza… el mundo todavía daba vueltas allá afuera, seguramente en cualquier momento esa cosa pararía de hacer su danza agónica… pero ahí en mi mundo con ella de protagonista era como tocar una nube con las manos… nos miramos por un momento y supe la verdad… me arrepentiría más tarde, cuando ya haya subido al avión para regresar a mi Iglesia… pero allí, con su mirada penetrante colándose por mis venas y su boca tan exquisita a centímetros de la mía solo hizo que mi cuerpo reclamara el suyo, puse mi palma en su mejilla y la acerqué a mí total y completamente inexperto pero seguro, respiré por un momento el frío aliento que se escapaba de sus labios y su dulce elixir me llenó la boca, nuestras narices se rozaron y ya no me importó nada… la voz de mi cabeza se había quedado callada disfrutando del momento y dando la oportunidad de que mi mente y mi corazón dejaran esa lucha interna de lo que debía y lo que quería hacer… entonces ocurrió, mi boca entreabierta pidió permiso posándose en la suya y ella… respondió, la besé… tan tiernamente como pude, tan anhelante y presuroso como mi cuerpo me lo pedía, ella soltó un pequeño gemido de satisfacción y fue solo ese pequeño sonido que salió de sus labios entreabiertos contra los míos lo que encendió lo que ya creía extinguido… Mi mano soltó la suya ubicándose en su otra mejilla y la acerqué más a mí… mucho más, no tendría suficiente jamás de ella… y la besé, tan urgentemente como sentía que esa cosa estaba deteniéndose, la necesitaba, la deseaba… la quería junto a mí. Jadeamos de placer por nuestro beso y renuentes a separarnos nuestras lenguas se acariciaron mutuamente en una danza frenética y sin fin, finalmente en un destello de coherencia ella rompió el beso y aún a centímetros de mi boca dijo algo que desencadenó una avalancha de recuerdos,

_No te vallas…_ la miré sorprendido, un deja vu… no, no era un deja vu, no fue un sueño tampoco… fue ella, ayer… en mi cama… besándome de la misma manera que lo había echo allí sin miedo y sin inhibiciones. No pude hacer otra cosa más que sonreír ante la idea de haberla besado antes, en el preciso momento en que la iba a besar de nuevo el encargado del juego abrió la puerta del compartimiento para darnos la libertad que en ese momento ninguno de los dos deseaba… nos separamos abruptamente y salimos de allí luego de que nos desabrocharan nuestros cinturones.

_¿y?... escalofriante ¿no?_ dijo Emmett mientras salía del compartimiento también, no quise responder porque precisamente había sido todo lo contrario para mí, solo sonreí… aunque no fingidamente. Luego de eso me limité a ocultar mi sonrisa, no solo porque Emmett y Rosalie podrían darse cuenta sino también porque no se me pasaba por alto lo que era… un sacerdote, y sonreír ante el hecho que había besado a una mujer y que me había gustado no podía dejar de ser irrespetuoso, injurioso, ofensivo y totalmente deshonesto… sin nombrar el hecho que había cometido uno de los más grandes pecados… había quebrantado la fe de la Iglesia.

Bella aún seguía cabizbaja cuando llegamos a casa, debía irme pero no quería dejarla así… eso no era yo, no sería el ser más vil y egoísta que se había aprovechado de ella para luego marcharse… no, eso no quería ser. Bajé del jeep luego de que lo hicieran Rosalie y Emmett y noté que ella no me iba a seguir ya que aún tenía su mirada fija en la ventana,

_Bella…_ la llamé cuando me percaté que nadie nos veía… _debo irme…_ pero ella no volteó y asintió con la cabeza solo una vez, tragué saliva y traté de pensar en las palabras adecuadas para proseguir, pero nada… suspiré frustrado y agaché la cabeza, en un segundo la tenía frente a mí, ella se había inclinado para mirarme fijamente a los ojos,

_Se lo que eres y no interferiré… solo… vete_ dijo para luego darme un último beso en los labios, un último y torturante beso que quedó grabado a fuego en mi piel, una marca de ella en mí… una señal agonizante que me decía que de allí en más debería vivir con ese beso en mis labios, haciéndome recordar que después de todo solo… solo era un hombre, un frágil y quebrantable hombre.