Capitulo 7: Camino sin retorno

Tweet Hola!! buenos días en mi país, besotes a todas!!! Aquí nuevo capitulo de este amor imposible... ADVERTENCIA: CAPITULO CON UN POCO DE LEMMON, así que ya están advertidas... espero que les guste y nos vemos la proxima, por favor COMENTEN... las espero con sus lindas palabras para seguir con esto, besotes!!!

Camino sin retorno

¿Cómo vuelvo?...¿Cómo encuentro el camino ahora, después de haber besado sus labios de miel y de haberme perdido en su inmensa belleza?, ¿Cómo olvido… borro o aniquilo de mi memoria sus besos… sus ojos, su presencia?... Dolido y acongojado la dejé atrás en esa camioneta, caminé presuroso hacia mi casa luchando contra el deseo de darle una última mirada… de voltear a verla. Bella se había colado estrepitosamente por mis venas y había tentado lo que quedaba de hombre en mí ¡tirando por la borda siete años!... siete años de mi vida en la que me preparé para amar y respetar a una forma abstracta y omnipotente que nos profesa amor desde las alturas, negando todo resquicio de hombría y pasión carnal.

Bella…

Entré a mi casa a paso ligero ignorando en mi camino las miradas curiosas y preocupadas de mi familia, que se encontraba en el salón despidiendo a los recién casados, llegué hasta los pies de la escalera y me detuve muy a pesar de mí… mi hermano se marchaba y al menos le debía un saludo digno, volví sobre mis pasos y lo vi… me observaba serio, como nunca antes, y con el seño fruncido… ¿habrá notado mi reacción y mi tardanza allá afuera?

_ Hermano, no sé cuando te volveré a ver pero…_ comencé a decir como un autómata,

_Edward_ me cortó mi hermano seriamente _gracias…_ esbozó una sonrisa ante lo último, asentí en silencio y sentí sus fuertes brazos abrazándome cariñosamente,

_A ti Em… gracias por haber hecho esto especial para todos…_ me palmeó la espalda y se separó, abracé a mi nueva hermana Rosalie y me disculpé para marcharme a mi dormitorio…

Entré pesadamente y cerré la puerta al mismo tiempo que suspiraba frustrado, aún quemaba su fuego en mis labios y sentía su aroma en mi piel…

_¿Qué me haz hecho Bella?..._ susurré para mí recargándome en la puerta con mi corazón cansado entre mis manos, tomé mi cabello con mis dedos dejándome caer hasta que quedé sentado en el suelo… y ahora ¿quien me muestra el camino de retorno?, ¿ahora como lograr olvidarte si todo este hermoso sueño quedó grabado en mi piel… en mis recuerdos?. Tal vez en otros tiempos… cien años atrás trataría de pagar por mi pecado azotándome y autoflagelándome, pero no… hoy el peor sufrimiento que puedo obtener es sentirte lejos y aún conmigo, Bella… me dejaste el mejor de los recuerdos y el mayor de los pecados, porque aunque quiera borrarte de mi mente seguiré pensando en ti. Mi mente me traicionaba tratando de encontrar palabras que pudieran explicar mi sopor, aunque no había nada que explicar… simplemente había sucumbido ante el más hermoso ángel, estaba hundido… aún sabiendo que ella de una manera bastante sutil me había rechazado, pero me había besado!... y no una sino dos veces!... lancé un gruñido de frustración y me levanté, debía hacerlo… lamentarme por la perdida de algo que nunca me había pertenecido era posiblemente lo más retorcido que podría pasarme… debía pararme y seguir adelante.

Me encaminé hasta donde había dejado mis maletas y comencé a prepararlas inconcientemente, guardé mis libros y mis pocas ropas que había llevado y cerré mis maletas… miré el reloj y me percaté que ya había pasado una hora desde que había llegado a casa y aún tenía que esperar dos horas más para ir al aeropuerto, bajé con mis cosas y las dejé a un costado de la escalera, fui a reencontrarme con mi familia que parecía estar en la cocina,

_Hijo… cena algo antes de partir_ dijo mi madre yendo a mi encuentro, se veía apesadumbrada… dos de sus hijos se separaban una vez más de ella en el mismo día.

_Lo siento madre… no tengo apetito_ la abracé besando su cabello y ella escondió su rostro en mi pecho,

_Te extrañaré…_ dijo con la voz rota _¿cuándo te volveremos a ver?_ levantó su cabeza para mirarme con esas esmeraldas parecidas a las mías,

_No lo sé… tal vez en las vacaciones o para navidad_ le sonreí tratando de ocultar un poco el peso que llevaba mi corazón, me dio un beso en la mejilla y siguió con su tarea domestica…

Alice y Carlisle aparecieron un rato después para acompañarme al aeropuerto, mi padre se veía de mejor ánimo que mi madre… él siempre fue displicente con respecto a mi lejanía de la familia, se sentía de alguna manera orgulloso de mí al punto de no preocuparse por mi ausencia. Cuando fue hora subí me equipaje al Volvo, me daría el gusto de conducirlo por una última vez, y partimos hacia el aeropuerto… como era habitual y por alguna coincidente razón había comenzado a llover sobre Seattle… el tiempo parecía reflejar mi estado de ánimo… La noche había caído y al llegar al aeropuerto temí por un momento que se suspendieran los vuelos de esa noche a causa del estado del clima, pero me sentí tranquilo cuando anunciaron que los vuelos no sufrirían cambios en su programación,

_Edward, cuando llegues nos llamas_ dijo mi madre algo preocupada, asentí en respuesta y le sonreí

_ Hermanito… mándales cariños a los niños del Hogar_ pidió Alice aforrándose a mi brazo, ella era de corazón puro y caritativo y se había encariñado mucho con los niños del Hogar aún sin conocerlos, siempre les enviaba libros de cuentos o prendas de ropa que ella ya no usaba o que eran mías cuando era adolescente… ellos eran su debilidad.

Mientras estábamos esperando en el área de embarque a que anunciaran la salida de mi vuelo me revolvía incomodo en mi asiento, me sentía exasperado y ansioso por alguna razón, la culpa pesaba pero era mayor la expectativa. Me disculpé con mi familia… necesitaba ir al baño y mojarme la cara con suficiente agua fría como para dejar de pensar… simplemente eso, dejar de pensar. Al salir del área de embarque recorrí los corredores del aeropuerto en busca de los baños y cuando los encontré entré casi desesperado, estaba vacío para mi buena suerte así que me recargué un momento con la manos apoyadas en uno de los lavamanos y bajé la cabeza repasando él porque me sentía así… frustración, anhelo, deseo, pecado, miedo… muchas cosas.

Mojé mi cara con abundante agua fría y miré el espejo en el que se reflejaba un Edward miserable,

_Supéralo…_ me dije a mi mismo, apreté mi mandíbula y luché en una pelea interna contra mi corazón que no quería obedecer mi orden, cerré los ojos y suspiré cansado. Salí de los baños para perderme nuevamente entre la gente que entraba y salía del aeropuerto y encaminarme hacia donde se encontraba mi familia esperándome. Mientras iba sorteando a algunas personas que parecían haber arribado sentí una fría y pequeña mano cerrarse alrededor de mi muñeca, me quedé estático… mi corazón se aceleró peligrosamente al sentir su presencia… aún sin haberme volteado. Su pequeña mano subió por mi brazo lenta y dolorosamente hasta llegar a la altura de mi pecho, se detuvo donde se ubicaba mi errático corazón… Algo era interesante allí al parecer, porque su mano no dejó mi pecho disfrutando de cada latido de mi corazón, noté cómo un frío pero familiar cuerpo se recostaba sobre mi espalda relajándose y disfrutando del momento,

_No te vallas…_ susurró cerca de mi oído, cerré los ojos reconociendo esa tierna y dulce voz de ángel, mi mano inconcientemente viajó hasta la suya que se ubicaba en mi pecho y entrelazó los dedos. Mi conciencia, mi moral… ética, cordura, como quieran llamarlo, se fue al diablo… Me di vuelta en un movimiento rápido quedando frente a ella, sus ojos eran tristes pero aún así hermosos y me vi reflejado en ellos, no era ya la misma imagen que me había devuelto el espejo del baño… este reflejo me gustó más, me acerqué a ella olvidando el lugar donde me encontraba y recargué mi frente contra la suya cerrando los ojos,

_¿Por que?..._ pregunté

_...¿qué?_ susurró dudando, aún mantenía su mano entrelazada con la mía cerca de mi pecho,

_¿Por qué me haces esto?... ¿no ves lo que causas en mi?_ necesitaba que ella estuviera conciente de los estragos en los que me estaba convirtiendo, su aliento tocaba mis labios cada vez que respiraba…

_Tú diste vuelta mi mundo… tú dime ¿por qué no puedo sacarte de mi cabeza?_ susurró aún más cerca, esas palabras fueron suficientes para perder la noción de todo y de la mano que tenía aferrada la comencé a arrastrar lejos de allí… a algún lugar… ella me siguió obedientemente. Entré a un negocio dentro del free-shop, no presté atención que clase de negocio era solo me adentré con ella tomada de mi mano, sin ser vistos no escabullimos hasta una puerta lateral que parecía ser un pequeño deposito, cerré la puerta luego de que ella entrara y la atrapé con mis labios. Desesperado… deseoso… urgido… necesitado, devoraba su boca como si mi vida dependiera de ello, sentí sus pequeños brazos alrededor de mi cuello y me sentí aún más hambriento por ella, mi lengua recorría cada rincón de su dulce y cálida boca ahogando gemidos que ambos tratábamos de acallar, sus manos tomaron mi cabello empujándome imposiblemente más a su boca y sin pensar bajé las manos que tenía en sus mejillas por su cuerpo lentamente y disfrutando con cada toque, sus ropas se ajustaban a sus curvas y yo solo era conciente que eso me volvía totalmente fuera de si, la necesitaba… la quería… como aire para respirar. Ella gimió una vez más y yo separé mi boca para mirarla un instante, estaba oscuro pero por las rendijas del ventilador se filtraban unos halos de luz que eran suficientes para dejarme ver su rostro,

_Bella…yo_ ella puso un dedo en mis labios silenciándome, sonrió negando con la cabeza,

_Solo déjate llevar… ¿qué mas da?_ susurró solo para mí, yo volví a besar sus labios una vez más pero esta vez no fue de manera brusca y hambrienta como había sido un momento antes, fue con dulzura y disfrutando cada segundo de nuestro toque… no cerré mis ojos, quería verla… quería observar su expresión ante mis besos y perfeccionarme en esta tarea si veía que no la satisfacía… moví indeciso mis manos en su cintura, no me atrevía a ir más allá… aunque gruñí cunado sentí su piel debajo de su camisa, era fría pero sumamente suave y lisa, ella me miró aún besándonos y se percató de mi indecisión, tomó una de mis manos con la suya y la guió por su cuerpo

_Tócame…_ susurró contra mi boca para luego morderme levemente el labio inferior, entreabrí mi boca dejando escapar un gemido al sentir ese gesto sumamente lujurioso y me dejé llevar por el camino debajo de su ropa… se sentía exquisito tocar uno de sus pechos por encima de su ropa interior, reprimí un gemido al sentir mi zona de la entrepierna tensarse. Acaricié su pezón haciéndolo endurecer y ella cerró los ojos mordiendo su labio, no me miraba así que supe que quería ir más allá… Bajé mi mano hacia el sur, no volví a besarla… quería verla, quería ver cómo reaccionaba su cuerpo ante mi toque, apoyé mi frente contra la suya escuchando suaves gemidos cuando mi mano se coló dentro de su pantalón,

_Ed… ward_ dijo con la voz gruesa y yo sonreí satisfecho, no fui dueño de mí mismo cuando mi mano jugó con su tanga rozando su centro de placer, cerré los ojos tratando de contenerme,

_Te quiero sentir…_ dijo Bella intentando volverme loco, pero yo obedecí… corrí la pieza de encaje que tapaba su parte intima y me sumergí entre sus pliegues con mi dedo mayor,

_Oh Bella…_ dije contra sus labios antes de besarla otra vez… se sentía tan bien, tan a mi medida… estrecha y mojada, ella entreabrió levemente sus piernas dejándome mayor acceso, estaba sumamente húmeda, algo que hizo que mi creciente erección sea casi dolorosa… gimió contra mis labios cuando mi mano comenzó a masajear aquella parte y mi dedo comenzó a adentrarse en sus partes más intimas, su estrechez me envolvió calidamente y el olor a sexo invadió la habitación. Vacilante e inexperto comencé a acariciar su interior, ella en respuesta arqueó la espalda tratando de acercarse más a mi toque, ese movimiento me dio la oportunidad de besar su cuello… ella gemía casi escandalosamente en ese pequeño cuarto, si nos descubrían, no… no quería ni pensarlo.

Un atisbo de cordura llegó a mí al escuchar el altavoz anunciando el siguiente vuelo a Washington, ella no dejaba de gemir ante mi trabajo con mis dedos en su sexo mojado… sin embargo no debía dejar pasar esto más allá… debía cortar eso allí mismo.

_Bella… debo irme…_ me exalté al percibir mi voz áspera, mi cerebro me decía que debía salir de allí… pero la zona baja de mis pantalones y mis dedos que jugaban en la cavidad de Bella me decían lo contrario…

_No… por favor…_ dijo enderezándose y tomando mi cuello con sus brazos, _si supieras cuánto te necesito_ susurró en mi oído con voz entrecortada… dejé de mover mis dedos dentro de ella y la miré con el seño fruncido, algo me pareció extraño en su voz… se percibía dolor… pero no pude ver de qué índole.

_En serio, debo irme… mi vuelo esta por partir_ le dije sacando mis dedos de su entrepierna, fue doloroso y enseguida sentí la ausencia de su piel, pero debía hacerlo…

_No!...Edward… no es necesario que te vallas_ su tono era de desesperación y me sentí embargado por un sentimiento de culpa al hacerle esto, aprovecharme de ella y tocarla a ese nivel para después irme sin más.

_Ambos sabíamos esto, me debo ir Bella…_ le dije tratando de hacerle entrar a razón, me quise zafar de su agarre en mi cuello pero era increíble la fuerza con la que se aferraba a mí.

_Por favor… si algo te provoco, si es tan solo un poco de cariño o lo que sea me tienes… quédate…_ dijo aún con la voz cortada, me daba la impresión que parecía querer llorar pero no podía…

_Adiós Bella…_ le dije finalmente soltándome con mis propias manos las suyas que envolvía fieramente mi cuello y saliendo del pequeño cuarto sin antes haberle plantado un pequeño y casto besos en la frente. Salí del local sin volver mi vista atrás… la había lastimado, lo sabía… pero debía irme, debía cumplir con mi deber… aún si no era digno de hacerlo debía seguir adelante y sin ella.

Mis padres estaban esperando impacientes en la sala de embarque,

_Edward… pensamos que te había sucedido algo, están llamando para embarcar…_ dijo mi madre frunciendo el seño en una clara señal de enojo.

_No encontraba el baño_ le dije rápidamente tomando mi bolso de mano. Les dí un suave beso a mi madre y hermana y un fuerte apretón de manos a mi padre, les di mi bendición sin evitar sentirme asqueado por la situación, le hacía la señal de la cruz a mi hermana en su frente con la misma mano con la que había tocado a Bella, con los mismos dedos que había hundido en ella una y otra vez… aún así no sentía arrepentimiento, solo culpa…Antes de desaparecer por la puerta de embarque hacia el avión, no pude evitar pasar mi mirada por todo el salón buscando sus ojos… “Si… como si todavía te viniera a despedir” dijo una voz en mi interior, saludé a mi familia en un último gesto y avancé dentro del avión dándole la espalda a lo que había hecho resurgir al hombre que había en mí…

Iba a ser un viaje largo… un viaje en el que debía dejar todo atrás, un viaje que significó mucho y que por mi bien y el de mi Iglesia debía tratar de olvidar… “Olvídala… ¡olvídala Edward!” traté inútilmente de decirme a mí mismo al tiempo que acercaba mi mano a la nariz que aún destilaba su dulce aroma, cerré los ojos agónicamente ante el recuerdo. Volvía a casa, a la que desde hacía ya siete años había considerado mi hogar… un hogar que ahora no tenía sentido… que no tenía razón de ser, porque por mas que trataba de negarlo debía asumir la cruel verdad… El hogar es aquel donde se deja el corazón y mi corazón se había quedado atrás, en ese burdo deposito de aeropuerto, junto a ella… en sus manos.