Capitulo 23: La voz de la inocencia

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Uy!, el titulo nos dice todo ¿no?... para las que no capten el sentido del titulo, es el capi más esperado, Edward "oye" a Nessie desde la panza de Bella...

Bien, capi demasiado largo... mucho (11 hojas) así que disfrutenlo y dejenme mi recompenza... sea cual sea la que me merezca, alagos, tomatazos... ustedes verán. Las amooooo y sepan que trabajé duro con esto, hasta se me escaparon unas lagrimitas de ternura je je.... Gracias mi B. por aclararme algunas ideas, te quiero mami... la verdad es que no sabía como hacer esa parte en particular y no sé si lo que hice corresponde con lo que en verdad pudo haber pasado, supongo que nunca lo sabremos a menos que Stephanie nos lo diga ¿no?... je je DISFRUTEN...

La voz de la inocencia

Mi padre discutía sobre las mejores formas de hacer que el parto de mi esposa fuera seguro tanto para ella como para esa cosa, claro que lo ultimo a pedido de Rosalie, que participaba activamente de la charla que teníamos Carlisle y yo. Jacob se había quedado dormido sentado en el sofá tratando con su calor aminorar el frío de mi esposa, ella dormía al mismo tiempo recargando su cabeza en el hombro de su amigo. No separé en ningún momento la vista de mi Bella, ella dormía plácidamente dentro de su dolor, su rostro blanco y cansado no emitía gestos de dolor ni sufrimiento, pero debía estar alerta, las veces pasadas, sus huesos se rompieron sin previo aviso, en cualquier momento podía suceder lo mismo.

_Debemos tener la suficiente morfina para cuando llegue el momento_ murmuré pensando en estar suministrados estos días que faltaban,

_Tenemos de sobra hijo, tanto sangre como otros suministros son lo que nos sobra. Bella estará bien…_

“…Tú solo preocúpate en la otra parte del plan…” terminó mi padre en su mente. Asentí ligeramente viendo a mi esposa, teníamos dos opciones… una, la que más apoyaba y con la que más esperanza tenía era ayudar a la criatura a salir, cuando comience a abrirse camino en el interior de Bella, anestesiar su cuerpo y ayudar con mis dientes a desgarrar la fuerte piel que lo cubría. Con suerte y si lo hacíamos rápido y eficientemente Bella sobreviviría sin recurrir a la segunda opción. Por supuesto tal vez su cuerpo sufriera daños, reparables o irreparables, como la pérdida de su útero o el desgarre de algunos músculos… pero teniendo a mi padre a su lado tenía fé en que todo saliera bien. La segunda opción, la ultima que quería seguir por todo lo que conllevaba, era la transformación, que implicaba una limpia mordida en el cuello de mi esposa, la reparación de su cuerpo y el comienzo de una nueva vida… esa opción era plausible solo si la primera llegaba a salir mal.

Teníamos suficiente información como para especular con cualquiera de las dos opciones, lo que más sabíamos era de criatura, porque no había registros de un cuerpo humano recuperado luego de semejante mutilación… pero si teníamos registro de un nacimiento de una criatura de este tipo, en Sudamérica, entre las tribus nativas del sur un único caso registrado en la historia vampírica donde la madre de todas maneras había muerto. Antes de tener nada al menos teníamos algo con que especular…

_Debes preparar el monitor para el bebé, no sabemos mucho de él por lo tanto debemos estar preparados para recibirlo sin contratiempos_ murmuró Rosalie agitando su rubia cabellera. Contuve un gruñido en mi garganta cerrando los puños fuertemente, lo que menos me preocupaba en este mundo era esa criatura…

_Si esa cosa llega a nacer no necesitará muchos cuidados, no gastaré tiempo ni instrumental en mantener viva a la criatura que le está quitando la vida a mi esposa_ mi voz resonó fría y calculada dentro de la estancia, ni un susurro se escuchó allí en la casa, solo pensamientos del resto de mi familia que se encontraba dispersa en las habitaciones de arriba.

“No te encargarás tú, lo haré yo… no pienso dejar que le pongas un dedo encima. Pobre Bella seguramente se pondrá triste por no verte inmerso en tu rol de padre” pensó cínicamente mi hermana. La tenía cerca, demasiado cerca… tan cerca como para derribarla de un solo golpe y arrancarle la cabeza, pero también muy cerca de mi esposa, lo suficiente como para hacerle daño… ilusa malnacida, de una cosa estaba muy seguro, luego de que esto terminara ella pasaría a ser historia. Rosalie apartó la mirada con la cabeza altiva, acomodó su cabello y cruzó sus piernas con gesto despreocupado mirando hacia el televisor.

¿Por qué tan frío corazón?... ¿A caso ella cree que se merece ser madre?... tal vez nunca se enteró que jamás se mereció ese privilegio y por eso hoy es lo que es.

“Déjala… tal vez su carácter se deba a su falta de alimento, todos estamos faltos de eso y hay mucha susceptibilidad” pensó mi padre con gesto ausente “tal vez deberíamos salir hoy a cazar… antes de que transcurra más tiempo, debemos estar preparados”, mi padre una vez más tenía razón, no deberíamos estar sedientos en el momento del parto… habría mucha sangre.

Volví a mirar a mi esposa que se encontraba con las mejillas sonrojadas, me incliné a ella para tocar con una de mis manos su frente, una fina capa de sudor la cubría y su piel ardía… era hora de ocupar el lugar de Jacob. Tanteé el hombro de nuestro aliado haciendo que despertara, él miró confundido hasta que comprendió, ante una señal mía, que debíamos cambiar de lugar. Él se estiró un poco y rebuscó en su mente lo que debía hacer hoy, su meta era seguir vigilando.

_Gracias_ dije mientras me sentaba a lado de mi esposa pasando un brazo sobre sus delicados hombros _si la ruta está vacía se irán hoy_ murmuré despacio, era urgente la necesidad de mi familia y no debían esperar más tiempo, yo me ocuparía de mi sed más tarde, no valía la pena hacerlo ahora, no cuando mi Bella sufría tanto.

_Te lo haré saber_ dijo antes de irse, su manada lo esperaba y un nuevo día se perfilaba sobre el horizonte.

Fijé una vez más la vista en mi esposa mientras mis dedos recorrían su mejilla ardiente, su respiración acompasada y calma por ahora me hacía tener nuevas expectativas para ese día… tal vez, solo tal vez no fuera un día tan duro para ella. Tal vez solo por hoy esa cosa se limitaría solo a crecer y no a torturarla, a mutilarla por dentro… cerré los ojos ante ese pensamiento agónico. ¡Si fuera capaz de escuchar, si al menos tuviera esa habilidad!, le suplicaría a esa criatura que cesara de maltratarla!... me arrodillaría allí mismo si esa cosa me oyera desde su estómago, me hincaría ante eso suplicándole piedad por quién de todas maneras era su madre…

Comencé a tararear suavemente la nana que había compuesto solo para ella hace tanto tiempo atrás, solo a su oído, solo para mi amor… hacía mucho que no lo hacía y me parecía estúpido hacerlo sabiendo que mi Bella a penas si podía distinguir mi suave susurro a su oído, su cansancio era tal que a veces ni el ruido más fuerte podía despertarla. Percibí pensamientos de nostalgia de mi madre en el piso de arriba,

“Suena tan triste” pensó…

Seguí acariciando la mejilla de mi esposa que se comenzaba a templar gracias al frío que destilaba mi cuerpo, al menos en ese aspecto me podía sentir útil… aunque me sentía como una compresa de hielo humana no me importaba. Me podían utilizar de cualquier manera siempre y cuando fuera útil para ella…

_¿Cuando vendrá Jacob?..._ preguntó Alice desde la escalera, su mirada iba de mí hacia la ventana del salón…

_Él apenas se acaba de ir, no eres la única que lo necesita_ murmuró Emmett desde algún lugar del segundo piso,

_Lo sé, pero también estoy sedienta… y con el aroma a sangre fresca que hay en la casa, es casi difícil contenerse_ murmuró enojada,

_Si ya lo sé_ murmuró Emmett resignado _ yo también tengo ganas de hincarle el diente a un jugoso oso pardo_

_Creo mi querido Emmett que tendrás que conformarte con unos cuantos venados_ Alice se mofaba de mi hermano _no creo que Carlisle esté de acuerdo en separarnos tanto de casa_

_No lo haremos_ murmuró mi padre desde su despacho _ya saben los motivos, Bella está cada vez más delicada y no voy a arriesgarme ni yo ni Edward a alejarnos más de lo que sea necesario y segundo debemos tener cuidado con la manada de Sam… sean precavido y no se separen más de la cuenta, iremos todos juntos para estar más seguros. El bosque cercano será… dejaremos para más adelante la península de Olimpic_ al finalizar de hablar mi padre Alice me hizo un gesto diciendo “te lo dije”, escuché a Emmett refunfuñar por lo bajo en algún lugar del piso de arriba,

_Odio estar encerrado en casa_ masculló _pero más odio no poder enfrentarme con esos lobitos de pacotilla, con las ganas que tenía de jugar con los cachorros_

Alice se puso seria de nuevo, me miró con los brazos cruzados por unos segundos antes de hablar de nuevo,

_Avísame cuando escuches sus pensamientos_ dijo para después subir las escaleras como alma que lleva el diablo y encerrarse nuevamente en la parte más alejada de la casa. Parecía una niña enfurruñada a la que le negaban la comida y se marchaba castigada a su habitación, solo que esta vez sería el ático.

_Deja que inspeccione el área Alice_ dije con voz mecánica _cuando se cerciore de que todo está en orden nos lo hará saber_

“Si si… que no tarde solamente” pensó mi pequeña hermana desde el piso de arriba.

Volví a concentrarme en mi esposa…

Un jadeo acompañado por un respingo de ella terminaba con las esperanzas del día, me arrodillé frente a ella una vez más mientras mi padre se situaba a mi lado con rapidez,

_Bella… cariño_ murmuré con miedo, mi esposa cerraba fuertemente los ojos mientras se mordía el labio hasta hacerlo sangrar, reprimir su dolor se estaba convirtiendo ya en algo casi difícil de controlar…

_Solo… se está… mov_ en ese momento un grito se escapó de sus labios al tiempo en que un chasquido resonó en su interior, una nueva rotura… Rosalie saltó de su silla para tomar a Bella por los hombros obligándola a no encorvarse…

_Calma Bella, solo se movió… ya sabes cómo es de inquieto…_

_¿Carlisle?_ llamé sin mirar, mis ojos estaban fijos en el rostro de mi esposa que respiraba entrecortadamente con los ojos cerrados, si los abría iba a poder ser capaz de ver en ellos todo su sufrimiento reflejado y era eso precisamente lo que ella no quería. Mi padre se apresuró a revisarla…

_Oí un chasquido_ dije palpando su frente y sus mejilla en un intento de relajar su rostro, necesitaba que me mirara, no importaba que tan duro fuera para mí mirar sus ojos agonizantes, necesitaba ver que tan intenso había sido.

_No puede ser, estas alucinando_ ladró Rose _yo no oí nada_ la ignoré completamente… ¿cómo podía ser capaz de negar la verdad que se sacudía ante sus ojos?... estúpida cabeza dura.

_Llevémosla a la máquina de rayos… parece ser que fue la pelvis _ indicó Carlisle preocupado. Alcé entre mis brazos a mi esposa, mis movimientos eran calculados y lentos pero su rostro blanco se fruncía cada vez que daba una paso, su mandíbula se apretaba y sus ojos se cerraban cuando ya era insoportable contener el dolor, besé su frente innumerables veces al igual que incansablemente le susurraba al oído palabras y promesas de amor… pero a pesar de todo ella continuaba sufriendo. Toda mi familia nos seguía detrás a excepción de Alice, que seguía refugiada en algún lugar de la casa, Rosalie llevaba de vez en cuando su mano al estomago de Bella para susurrarle palabras dulces, un desperdicio de palabras… esa cosa era incapaz de entender palabras dulces.

Bella se relajó un poco cuando la puse sobre la camilla de rayos X, me miró con tono de disculpa mientras recuperaba la respiración,

_Lo siento_ susurró suavemente

La miré por unos segundos antes de inclinarme y besar su frente… ¿cuánta culpa tenía ella en todo esto?, ¿a caso fue ella la que me obligó a embarazarla? ¿A caso fue ella la que llevada por la pasión y el deseo omitió cualquier posibilidad de que ese desenfreno tuviera consecuencia…?

Yo omití, yo ignoré, yo la defraudé… solo yo ¿por qué seguía echándose la culpa?

Luego de varias pruebas en las que no se veía rotura alguna, Carlisle determinó que sus huesos estaban bien, que no había fracturas, pero… yo lo oí romperse, yo oí un sonido… tomé las placas radiográficas de las manos de Carlisle y las examiné por mí mismo, debía haber un error… al menos que un vampiro pudiera quedar paranoico, lo cual creía muy improbable podía jurar que yo había escuchado algo.

_Ves?... te lo dije, no lo oí romperse, necesitas lavarte las orejas Edward_ murmuró Rosalie ante mi incredulidad. Mi padre tenía razón, en las placas todo salía normal, los huesos de las caderas más separados efecto provocado por el propio cuerpo de mi esposa, un cuerpo que respondía al embarazo, preparado para parir pero que sacando ese detállenlo tenía otros cambios. Frustrado dejé las placas a un lado y tomé el cuerpo de mi Bella que ya sostenía el vaso de sangre que Rosalie le daba.

Al llegar a las escaleras supuse que Jacob había llegado de nuevo, me lo dijo su particular efluvio y sus pensamientos, esta vez venía con noticias… las tan esperadas por mi familia.

_Jake_ susurró suavemente mi esposa al verlo, su voz era solo una pequeña sombra de lo que en realidad era, un débil murmullo… una sonrisa a pesar del dolor surcó su rostro, su amigo solo se limitó a mirarla.

Ver a Bella en sus ojos, tal cual y él la veía era diferente a como la sentía yo… era realmente un cuadro lastimoso y cruel. Su cuerpo delgado y frágil sostenido por mis brazos fuertes era una contradicción abrumante… ¡maldición! Si acá la que debía tener la fortaleza para seguir viviendo tendría que haber sido ella… siempre ella! Yo debería haber sido el frágil hombre que viva a su sombra… porque ella era la me sostenía, mi vida pendía de un hilo solo por ella. Y sin embargo era Bella quien sufría, quien obtenía lo que debía ser mi castigo por haber condenado su alma…

La recosté con sumo cuidado en el sofá de la sala, ella seguía con su rostro lívido de dolor y con el vaso de sangre en sus manos, debía reponer fuerzas… me senté a su lado en el suelo siempre viendo su rostro, siempre castigándome con su dolor…

_Carlisle_ murmuró Jacob a mi padre que bajaba las escaleras con gesto cansado, parte por su preocupación y parte por la falta de alimento _Fuimos a mitad de camino a Seattle, no hay señal de la manada… pueden ir_

Mi padre lo miró agradecido antes de hablar,

_Gracias Jacob, justo a tiempo. Nuestra necesidad es grande_ sus ojos tan pronto dejó de hablar, viajaron inconscientemente al vaso de Bella.

_Creo que pueden ir en grupos de más de tres. Estoy más que seguro que Sam concentra toda su atención en La Push_ a lo que Carlisle asintió en acuerdo, todos estaban de acuerdo con la idea, a mi me daba igual… me daba lo mismo salir o no a alimentarme, prefería diez mil veces la sed a dejar a Bella por un instante siquiera.

_Si tú lo crees, Alice, Esme, Jasper y yo iremos. Después Alice puede ir con Emmett y Rosalie_ murmuró mi padre. Rosalie enseguida refunfuñó,

_Ni creas_ ladró mi hermana _Emmett puede ir con ustedes ahora_ dijo lanzando una mirada al techo, como si a través de él pudiera darle ordenes a mi hermano,

_Tú deberías cazar_ murmuró mi padre a una Rosalie cruzada de brazos y con el rostro indiferente, por más intento que hicieran, ella parecía anclada a esa silla, no la sacarían de ese lugar jamás, no al menos que yo también fuera,

_No cazaré si él no va_ dijo señalándome con un gesto de su dorada cabeza. En verdad su sacrificio era grande, muy grande hasta el punto de no calmar su quemante sed tan solo por esa criatura. Estúpida… aún desconfiaba de mí, siendo yo el primero que daría la vida por mi Bella.

Mi padre se resignó y suspiró cansado, enseguida mis hermanos bajaron las escaleras y se unieron a Alice que ya estaba ubicada en el umbral del gran ventanal de vidrio, lista para partir. Mi madre la siguió quedando solo Carlisle que se situaba junto a Jacob que se tensó al momento en que mi padre puso una mano encima de su hombro,

_Gracias_ dijo mi padre a un Jacob sorprendido, lo siguiente que vi fue a los cinco salir por el patio trasero corriendo más de lo que eran capaz, su necesidad era urgente.

Éramos tres, solo tres reunidos en torno a mi esposa. Ella miraba todo con calma y tranquilidad, no había señales de dolor en su rostro, no por ahora. Jacob se disponía a irse divagando ante la idea de quedarse para disfrutar del resto de la tarde molestando a Rosalie o tirarse a dormir bajo uno de los árboles cercanos. Decidió quedarse…

Tenía la mirada puesta en Bella, ella me atraía de tal manera que no era capaz de desviarme siquiera ante la mayor de las distracciones, Rosalie estaba sentada en su silla habitual a un lado de mi esposa y Jacob se paseaba alrededor de ella para molestarla,

_Hey! Alguien mande al perro fuera_ murmuró mi hermana con desagrado.

_¿Has oído esta psicópata?... ¿cómo las células de una rubia muere?_ preguntó divertido Jacob, mi hermana lo ignoró completamente pero él no se dió por vencido…

_Bueno ¿sabes la respuesta o no?_ preguntó ansioso, al ver que Rose seguía ignorándolo vi por el rabillo del ojo que Jacob se dirigía a mí,

_¿Lo sabe?_ preguntó, yo continuaba con la mirada fija en el rostro de Bella…

“No le contestes” me dijo Rosalie en sus pensamientos, conteste un seco “No”.

“Estúpido” replicó ella.

_Las células de una rubia mueren solas_ finalizó Jacob. Mi hermana lo miró con aprensión y odio, un odio que se reflejaba en el negro de sus ojos,

_He matado cien veces más seguido de lo que tú lo has hecho. Bestia repugnante, no olvides eso_ dijo entre dientes mi hermana, vi como poco a poco Bella comprendía lo que estaba sucediendo… su rostro se tensó y los miró a ambos, yo podía leer las ganas de luchar de mi hermana en su mente,

_Algún día, Reina de Belleza, te vas a cansar de amenazarme. Realmente estoy esperando eso_

_Suficiente Jacob_ murmuró mi esposa con toda la fuerza con la que era capaz, Jacob se calló en el mismo instante en que vió el rostro de mi esposa surcado por la molestia.

_Quieres que me valla_ dijo él como un niño enfurruñado, ella suavizó su rostro y casi desesperada negó sorprendida que él hubiera llegado a esa conclusión. Suspiré quedadamente al ver como ella se ponía tan susceptible ante la molestia de Jacob, siempre pensando en él… jamás podría superar a Jacob y yo jamás sería capaz de plateárselo a mi esposa, nunca le pediría hacer algo que la hiciera infeliz, tendría que continuar soportando todo eso.

_Te ves cansado_ murmuró silenciosamente Bella, Jacob asintió reprimiendo un bostezo,

_Estoy reventado_ murmuró cansado,

_Ya me gustaría a mí reventarte a palos, ya me gustaría…_ murmuró Rosalie en tono bajo sabiendo que solo Bella no la escucharía. Jacob recargó sus pies sobre el brazo del sofá agitándolos a propósito frente a las narices de mi hermana, vi como su cuerpo en seguida se tensaba,

“maldito perro estúpido, asqueroso, repugnante…” y una sarta de pensamientos incoherentes formulaba la imaginativa mente de Rosalie. Ante un pedido de Bella ella salió corriendo por las escaleras hacia el segundo piso para reponer el vaso de sangre de mi esposa…

Rosalie rebuscaba entre la sangre que se encontraba en un pequeño frigo reprimiendo un gruñido provocado por la sed, dejando a un lado su propio deseo bajó las escaleras y se adentró en la cocina para adecuarla a la temperatura que mi Bella la necesitaba, Jacob estaba debatiéndose si tomar una siesta allí mismo en la sala y Bella pensaba algo así como

“confortable…”

Levanté la cabeza rápidamente y la miré perplejo por lo que había acabado de escuchar… directamente de su mente… uno de sus pensamientos… ¿o tal vez solo había hablado?… pero ¿podría ser posible que de la noche a la mañana pudiera leer su mente?, ¿qué había cambiado en ella para que se diera esa posibilidad?... luché por contener mi sorpresa,

_¿Has dicho algo?_ le pregunté en un jadeo, mi mirada rebuscaba sus ojos y mi mente estaba atento a sus pensamientos, sentí la mirada perpleja de Jacob sobre mí…

_¿Yo?_ murmuró suavemente Bella lanzando una mirada de confusión a Jacob _No he dicho nada_ en ese preciso momento una suave vos que no conocí vino desde un recóndito pensamiento, uno muy lejano, muy difuso como si hablaran debajo del agua, pero aún así muy presente…

“hermosa…” rezaba…

Jadeé nuevamente tratando de encontrarle una explicación, no eran pensamientos como tal, era más bien como una sensación… una impresión… y venían directamente de Bella, la miré nuevamente aún perplejo, si ella no estaba teniendo esas impresiones ¿Quién lo estaba haciendo?... Me removí hasta quedar frente a mi esposa que miraba sorprendida mi súbito movimiento, sus ojos no me gritaban nada y por más que buscara esa voz no estaba allí,

_¿Qué acabas de pensar ahora mismo?_ pregunté a mi esposa que me miraba confundida,

_Nada, ¿qué ocurre?_ esperé unos segundos de alguna respuesta de su mente,

Nada…

_¿Y en qué pensabas hace un minuto?_ insistí… debía encontrar ese suave murmullo que me había encandilado,

_Nada… solo en, la Isla Esme… y en plumas_ su rostro enrojeció ante esa confesión, pero no era eso lo que yo buscaba… otra cosa, un murmullo suave, una voz indefinida que había golpeado contra mí como una brisa refrescante…

_Di algo, lo que sea_ pedí a mi esposa, debía encontrarla… debía hacerlo,

_¿Cómo qué?, ¿Qué ocurre Edward?_ murmuró suavemente,

Entonces una sensación de inmenso regocijo invadió mi mente, que de pronto se llenaba de luces blancas y de colores, como cuando un haz de luz pasa a través de un prisma… un pensamiento de… ¿felicidad?, entonces la oí

“Me gusta”… solo esa impresión hizo girar mi cabeza para un lado, supe que no debía seguir buscando en Bella… ese suave pensamiento provenía de otra mente, una más pequeña y primitiva pero aún así muy prodigiosa. Miré el abultado vientre de mi esposa mientras me removía con sumo cuidado, puse ambas manos sobre su estomago y me concentré para oír más. Con el contacto el pensamiento de felicidad se hizo más nítido y fuerte y resonaba en mi mente la suave voz de Bella como un suave arrullo de amor,

“Hermosa” repetía ese indefinido murmullo en mi mente…

_El fet…_ tragué saliva, esa voz me obnubilaba y era tan real _A la… al bebé le gusta el sonido de tu voz_ dije mientras seguía viendo en mi mente esas luces destellantes de colores. De alguna manera esos pensamientos difusos se ligaban a esa imagen, tal vez correspondía a lo que el bebé veía desde dentro, luz que se rompía en mil colores al atravesar la fuerte barrera de piel de vampiro, como un arcoíris provocado por el agua a la luz del sol.

_Cielo santo!... puedes oírlo!_ en ese momento la sensación de miedo invadió mi cerebro mientras Bella se encogía del dolor, la oscuridad sobrevivo y supuse que el bebé había cerrado los ojos…

El bebé…

Mí bebé…

Puse mi mano en el sitio en que mi bebé había pateado a causa del susto y acaricié con suavidad,

_Calla… lo has asustado_ dije despacio, mi esposa pareció asombrada y luego en un gesto maternal, palmeó un lado de su vientre pidiéndole perdón a mi pequeño. Ladeé mi cabeza hacia el vientre de mi esposa, esperando escuchar algo más…

_¿En qué piensa ahora?_ quiso saber Bella con avidez. El suave murmullo me daba la sensación de bienestar una vez más, las tenues luces de colores surcaban mi mente como ases de irradiante felicidad, el murmullo parecía… ¿reír?…

_El fet… él o ella está…_ callé incrédulo ante las imágenes y los sonidos que se agolpaban en mi mente, levanté mi cabeza y miré a mi esposa _Está feliz_ murmuré incrédulo.

Allí, frente a ella, mientras me hundía en esos ojos profundos color chocolate que derramaban lágrimas de felicidad y que me observaban transmitiendo una profunda adoración y devoción por aquel ser tan pequeño que crecía en su interior y mientras resonaba los hermosos murmullos de mi hijo en mi mente, tuve mi epifanía… Tenía frente a mí a las dos personitas que habían cambiado totalmente mi vida cuando menos lo esperaba, dándole un giro de 180 grados y regalándome lo que de ahora en más sería mi razón de vivir… una familia.

Mí familia…

Debía hacer lo posible para que mi familia se mantuviera unida pasara lo que pasara, aunque la muerte nos persiguiera amenazándonos en cada paso en quitarnos lo que más ansiábamos, la felicidad. Debía proteger a mi esposa e hijo a como dé lugar… esa perecía ser mi nueva misión en el mundo y haber esperado casi un siglo para al fin tener una razón por la que luchar lo hacía más valioso.

Resuelto, ya sin miedo, sin temores ni angustias miré a mi Bella con ojos nuevos, admirándola, fascinándome con la mujer que tenía frente a mis ojos… porque después de todo, ella había tenido razón, después de todo ella había creído en una familia desde el principio y gracias a ella estaba allí, sentado frente a ella y mi hijo, creyendo en la felicidad que mi pequeño disfrutaba, prometiéndome cumplir eternamente con esa felicidad.

_Claro que eres feliz bonito… por supuesto que si_ murmuró Bella acariciando su vientre _¿Cómo no ibas a serlo estando sano y salvo y siendo tan querido?. Te quiero mucho pequeño E.J. por supuesto que eres feliz_ dijo con la dulce voz que a mi pequeño le gustaba,

_¿Cómo lo has llamado?_ pregunté confuso ante sus palabras. Un suave sonrojo cubrió sus mejillas y bajando la mirada respondió,

_Le he puesto un nombre en cierto modo… No pensé que tú quisieras, bueno, ya sabes…_ dijo sin terminar su oración,

_¿E.J?_ pregunté incrédulo, me sentí sobrecogido al pensar en que ella había elegido mi nombre aún sin que yo… bueno… aún con mi desacuerdo.

_Tu padre también se llamaba Edward ¿no?_

_Si en efecto pero… ¿qué significa?

Un nuevo estallido de luces relampagueantes y de colores surcó mi mente, un pensamiento de regocijo y de bienestar llegó hasta mí, mi niño parecía feliz dentro de la panza de su madre mientras rememoraba mi voz en su pequeña cabeza…

Mi voz…

_Valla…_ dije asombrado ante tal descubrimiento, el vientre de bella era una pequeña caja de sorpresas…

_¿Qué?_ preguntó mi esposa mirándome curiosa

_Al… bebé también le gusta mi voz_

_Naturalmente que si_ dijo mi Bella con máxima alegría _Tienes la voz más hermosa del mundo ¿a quién no le iba a gustar?_

_¿Haz previsto alguna alternativa?_ murmuró Rosalie haciéndome caer en la cuenta de que no estábamos solos, hasta ahora nos habíamos envuelto en una burbuja solo para nosotros tres.

_He estado haciendo algunas combinaciones. He jugado con Reneé y Esme, he estado pensando en algo así como en Run-ez-may_ Rosalie repitió el extraño nombre de manera incrédula,

_Renesmee_ aclaró mi Bella _¿Es demasiado extraño?_ preguntó algo confusa

_No, me gusta_ murmuró mi hermana jugando con los nombres en su mente,

_Todavía sigo pensando en mi criatura como si fuera un chico, un Edward_

Un suave murmullo inundó mi cabeza, pude haber jadeado por su intensidad pero me contuve sabiendo que Bella se preocuparía y asustaría a mi bebé. Un amor superlativo y natural llegó a mi mente, único, casi palpable… y una única voz resonaba como un suave arrullo, la voz de mi esposa…

“Te amo” parecía decir… más bien lo sentía, tan fuerte y claro, como una verdad inconmensurable que hasta yo lo sentía… en mi pecho… donde se supone que está el corazón. Creí por un momento que ese bebé me daba la habilidad de Jassper, sentir sus sentimientos, pero solo con ella lo podía hacer… era magnifico!

Esa impresión tan real y genuina… tan poderosa, venía de la mente de mi niño… con la voz de su madre arrullándolo tiernamente, parecía poder transmitir a la perfección sus pensamientos, al menos a mí y a través de esa fuerte piel que lo rodeaba.

_¿Qué?... ¿Qué piensa ahora?_ pregunto mi resplandeciente esposa, parecía que nada podría hacerla más feliz ahora. Impulsado por esa sobrenatural fuerza gravitacional me incliné ante la mirada atónita de todos sobre el vientre de mi esposa y escuché atento… como si al acercarme más a su fuente de vida, fuera más clara la imagen en mi cabeza,

_Te quiere_ dije como una verdad real e inexpugnable _Te adora, por encima de todo_ susurré maravillado, si eso que reinaba fuerte dentro del vientre de mi esposa la amaba a tal medida, como yo… significaba solo una cosa, él o ella era el reflejo de nuestro amor, no había por qué negarlo ni acallarlo… era amor puro.

De pronto, como si hubiese estado inmerso en una laguna, salí a la superficie tomando una bocanada de aire, topándome con la realidad… Una realidad donde mi bebé le hacía daño a su madre, pero sin saberlo… Una realidad en la que teníamos un aliado, un lobo que nos había cuidado, que nos había defendido y hasta había dejado a los suyos por estar con nosotros… Una realidad donde era juzgado de traidor en la mente furiosa de ese lobo que nos miraba desde un rincón, ajeno a nuestra felicidad, que me miraba con odio culpándome de haber roto una palabra, de haber flaqueado…

“… Y ahí están ahora, juntos los dos, inclinados sobre el invisible retoño de monstruo cuya existencia les enciende lucecitas en los ojos” recordé a Jacob percatándome de sus pensamientos, su mente destilaba odio, furia y pena… tan tremenda que si tuviera corazón se me hubiese encogido. Cuando se puso de pie volteé a verlo y lo que vi me hizo jadear, el cuerpo del lobo se sacudía casi sin poder controlarse… casi al ras de transformarse, allí… frente a mi esposa, frente a mi hijo…

Me incorporé en seguida y fui hasta la mesita en la que se guardaban las llaves de los autos de la familia, saqué la llave de lo más preciado que tenía… hasta ahora, se la arrojé con un movimiento limpio y él las tomó en el aire,

_Ve Jacob, sal de aquí_ le pedí suavemente con el claro deseo en mi voz de que me entendiese, que me dejase ser feliz con mi familia ahora que se presentaba la ocasión, que me dé la oportunidad de protegerlos sin que hubiera derramamiento de sangre de por medio, porque de una cosa estaba muy seguro, los protegería… a ella y a mi hijo… a como dé lugar.

Te regalé mis palabras, ahora regalame las tuyas... besos!