Capitulo 27: Alcanzando el destino

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Amores!! Actualizando temprano porque en minutos salgo de viaje, a ver ¿¿Qué les parece que va a pasar en el próximo capi?? Auuuuu besotes y dicen qué tal.... las amoooooo

Alcanzando el destino

Los arboles pasaban a mi alrededor como un borrón verde y marrón, el auto, por no decir menos, volaba a toda velocidad sobre la carretera lejos de Seattle. El silencio dentro del auto solo era cortado por mi respiración alterada, solo yo lo hacía ya que Bella parecía tranquila aferrando fuertemente el volante con sus manos y mirando al frente como si estuviera sumamente concentrada, ella había insistido con conducir ya que sabía el lugar hacia donde nos dirigíamos, debía decir que no conducía nada mal… supuse que los años de experiencia la habían hecho amante de la velocidad como yo. De vez en cuando cortaba su extrema concentración para mirar hacia el bosque que corría a nuestro costado, olisqueando el aire e inspeccionando con sus hábiles ojos ambarinos entre los árboles.

Decir que me sentía sumamente inútil en ese momento era un calificativo demasiado pobre, me sentí peor… sentía que no la podía proteger, que no podía echarle mano a ese James y matarlo por mis propios medios para que Bella no ensuciase las suyas, no podía porque sabía que resultaría muerto en cuanto quisiera tocarlo. Ansiaba tener todo lo que ella tenía, su fuerza, sus agudos y sensibles sentidos, su velocidad y su inmortalidad, porque era la única manera de que yo fuera su igual.

_¿A dónde vamos?_ dije viendo pasar el paisaje delante de mis ojos, sucesivamente había ido cambiando conforme pasaban los minutos, ya no solo se veía bosque, a lo lejos casi como un panorama fantasmal, las montañas con sus picos nevados se cortaban en el horizonte iluminados tenuemente con un brillante blanco nacarado, efecto de la luz de la luna que nos iluminaba el camino,

_Lo más lejos posible…_ dijo casi para sí misma sin mirarme, luego se percató de sus palabras y giró su cabeza para mirarme y sonreír levemente _Nos vamos a Alaska, Carmen y Eleazar nos ayudarán_ dijo volviendo a mirar la carretera. Pensé por un minuto ¿Alaska? ¿No era allí donde mi hermano vivía con Rose?... ella respondió mis preguntas sin que yo las formulara.

_Rose y Emmett no nos verán, solo debemos pasar a ver a Eleazar y Carmen, ellos nos ayudarán y saldremos de allí enseguida_

_¿Ellos… ellos son vampiros?_ pregunté sorprendido, la única vez que los había visto fue en la boda de mi hermano y no recuerdo haber visto en ellos rasgos vampíricos, en realidad no los hubiese reconocido como tampoco lo hice con Bella, no supe que ella era algo más hasta cuando ella misma me lo dijo, ser observador no era mi fuerte.

_Si… pero son iguales a mí, no toman sangre humana y se recluyen de los humanos tanto como pueden_ dijo bajando la velocidad, nos aproximábamos a un camino dificultoso, con muchas curvas y recovecos entre las laderas de las montañas

_¿Por qué motivo ellos nunca se encargaron de James?_ ella me miró unos segundos con el seño fruncido

_Porque ellos nunca vieron nada raro, es decir… James siempre disimulaba bien sus… embustes, su actitud y yo siempre fui una estúpida que creía estar con él por amor. Ellos jamás se hubiesen inmiscuido en nuestra relación, de hecho nunca lo hicieron por eso… porque yo aparentaba estar bien ante sus ojos_ dijo sin mirarme

_¿Qué crees que harán ahora que te vean conmigo?_ ella soltó una risita nerviosa moviendo la cabeza en gesto de negación

_Seguramente te amarán. Rosalie siempre les tiraba indirectas de lo que James era, por supuesto ellos no lo creían… no se dejan llevar por habladurías, pero ahora que sepan toda la verdad y te vean y se den cuenta de lo enamorados que estamos…_ ella volvió a mirarme intensamente _mis tíos te amarán_

_Eso quiere decir que no eran, al fin y al cabo, los únicos vampiros tú y James_ dije reprochándole que alguna vez me hubiera dicho que eran los únicos que ella conocía

_No…_ murmuró pidiendo perdón con los ojos _ellos son muy importantes para mí y no quería exponerlos, a demás… si recurría e ellos seguramente James no hubiese tenido problema en sacárselos de encima, mis tíos son vampiros pacíficos, aunque claro hubiesen peleado con James por mi causa, pero tú no te das una idea de lo que James es capaz de hacer… matarlos a ellos, nuestra familia por adopción, no sería para él ningún problema_

Pensé en eso por unos minutos y lo comprendí de inmediato, gruñí internamente al haber dejado a mi familia a merced de ese psicópata vampiro vengativo, si era capaz de cargarse a su propia familia adoptiva ¿qué sería capaz de hacer con la mía?

_Debes convertirme lo más pronto posible…_ murmuré reprimiendo mi odio _odio que ese monstruo ande suelto por ahí, es una amenaza y no lo quiero cerca de quienes amo_ miré el cielo que se estaba despejando dejando a la vista los tenues rayos de sol que se estaba asomando poco a poco por el horizonte. El tiempo junto a Bella era efímero, pasaba rápidamente como arena escabulléndose por los dedos y yo… no quería eso, la quería para siempre, quería un tiempo inacabable junto a ella… uno que no tuviera fin, me sentí cada vez más viejo y más mortal con cada segundo que pasaba, sentía mi cabello crecer, las células de mi piel morir y hasta tenía la seguridad de sentir las neuronas de mi cerebro morir con cada sinapsis que hacían… necesitaba ser inmortal, necesitaba tener la seguridad de que jamás iba a morir, al menos no por causas naturales, pero por sobre todo deseaba verla siempre junto a mí y verme junto a ella como su igual… como el hombre que la podía amar por sobre todas las cosas mucho más allá de la muerte.

Vi por el rabillo del ojo que Bella encendía la calefacción del auto, no me había percatado que tenía mis brazos cruzados en mi pecho y que mi boca despedía aire frío condensado,

_Tienes frío… perón, no me di cuenta_ murmuró mirándome de soslayo,

_Está bien amor… supongo que pronto ya nada me afectará_ dije ganándome su mirada esquiva, supuse que no quería hablar del tema… pero habían cosas que yo necesitaba preguntar, que necesitaba saber…

_Bella…_ murmuré expectante a lo que ella decidió ignorar _Amor… ¿cómo lo harás?, ¿Cuánto tiempo me tomará ser como tú?_ ella me miró con el seño fruncido y suspiró cerrando por un momento los ojos,

_Deberás saber que dolerá, al menos es lo que recuerdo de mi propia experiencia_ dijo casi para sí _no sé cuanto tardes en despertar, ya que tu cuerpo sufrirá el proceso de transformación como si fuera una metamorfosis, supongo que serán solo dos o tres días, cuando lo hagas… cuando despiertes serás más fuerte que yo_ eso me dejó aturdido, la miré por un momento antes de sonreír ante la magnitud de lo que había dicho,

_Entonces será más fácil_ murmuré fascinado _no habrá necesidad de que tú te enfrentes a James_

_No… Edward!_ ella hizo un movimiento brusco con el volante y se orillo frenando el auto impetuosamente, luego se puso de lado para estar frente a mí y habló,

_Escúchame bien…_ sabía muy bien lo que me diría así que me acerqué a ella tapando su boca con mis labios, pero a penas rocé sus labios ella me apartó con un ligero movimiento _No Edward Cullen… escúchame, no trates de distraerme o tentarme con otras cosas_ yo reí ante su enojo, era indiscutible… yo mismo lo mataría aunque me costase el alma

_Swan… amor, se lo que me vas a decir y no pienso discutir contigo… lo haré yo, si es que en verdad voy a ser más fuerte que tú entonces lo haré yo, no voy a dejar que te ensucies las manos_ ahora ella fue la que rió nerviosamente

_¿Y tú crees que yo dejaré que tu lo hagas Edward?_ levantó su dedo índice como reprendiéndome _nunca, pero nunca Edward dejaré que esto empeore para ti… ¿qué no fue suficiente para ti haberte enamorado de una vampira que a demás ahora quieres matar a uno?_

_Bueno, no creo que la Iglesia lo tome como una aberración, de hecho… uno de los preceptos de la iglesia es combatir el mal y eso es precisamente lo que voy a hacer… mataré a una amenaza para lo s humanos_ ella se relajó en su asiento y miró al frente,

_Si es así, también deberías matarme a mí… siendo que yo también soy una amenaza_ esas palabras que incrédulamente creí haber escuchado de su boca era una maldita blasfemia, ¿cómo podía ella decir semejante cosa?. La miré envenenado, con una mano tomé su frío rostro y la giré fácilmente sabiendo que ella no ponía resistencia alguna, de haberlo hecho no la hubiese podido mover ni medio centímetro.

_Isabella, no se te ocurra decir nunca más esa estupidez_ dije acercándola a mí, sintiendo su frío aliento a centímetros de mi boca _tú no eres ninguna amenaza, tú te has convertido en lo único que me sostiene de pie en este mundo, lo único que me ata a la realidad… eres mi tesoro más preciado_ dije rozando una vez más mis labios contra los suyos, esa vez ella no se apartó, atrapé su labio inferior con mis dientes y lo mordí levemente sabiendo que ella no iba a sentir dolor alguno, pero gimió… de placer, un placer que contagió cada fibra de mi ser y que despertó mis instintos más bajos… latentes desde la última vez que habíamos tenido nuestro encuentro en la cama de mi habitación,

_Bella…_ gruñí antes de que ella atrapara mi boca desesperadamente, su lengua buscó la calidez de mi boca y gemimos al unísono, sentí sus manos buscar la cremallera de mi pantalón y mis manos inexpertas reaccionaron ante ese contacto subiendo por su costado para apretar sus pechos, entonces sentí una de sus manos adentrándose en mi bóxer lo cual me hizo gemir guturalmente, nuestras respiraciones se entremezclaban mientras mirábamos las expresiones de nuestros rostros jadeantes con nuestras frentes apoyadas la una en la otra.

_Edward…_ murmuró con la voz entrecortada mientras sus dedos rozaban mi erección, mi cuerpo ya había aprendido a reaccionar ante ella, con tan solo una caricia, una mirada lujuriosa o una palabra de amor y era un deseo irrefrenable el que ella me imponía

_¿Qué mi amor?_ jadeé deleitándome con sus cimas erectas, vi que ella cerraba los ojos fuertemente mientras se mordía el labio, deseé enseguida tenerlo entre los míos, entonces su mano se cerró completa alrededor de mi dureza que a esas alturas ya quería estallar de placer, gemí sonoramente

_Pídeme que me detenga… debemos llegar_ dijo jadeante sobre mis labios ¿pedirle que se detuviera? ¿A caso mi diosa había enloquecido?... ella apretó más su mano sobre mi erección haciéndola subir y bajar con un ritmo certero, único y enloquecedor…

_Detente_ dije jugando, sabía que no lo haría y mucho menos si mis manos comenzaban su viaje hacia el sur de su cuerpo deteniéndose a jugar con la suave piel de su vientre y su ombligo,

_Edward!..._ gimió escondiendo su rostro en mi cuello _por… favor, pídeme… que me detenga_

“No mi amor… jamás te pediría eso” pensé…

Ella aumento el ritmo de sus caricias y sentí a mi erección palpitar, rápidamente bajé la cremallera de su jean y adentré mi mano temblorosa bajo sus bragas de encaje, el olor de su sexo mojado inundó el ambiente del auto aturdiendo mis sentidos, era un endemoniado olor puramente enloquecedor…

_Oh Bella…_ gemí mientras mi dedo mayor se abría camino entre sus pliegues, oírla gemir en mi cuello era una única y singular manera de excitarme aún más, imposiblemente más de lo que ya estaba. Ella entreabrió sus piernas aún más para dejarme paso y gimió mientras sentía mi dedo en su interior penetrarla tan fuertemente que saltó del asiento con un grito ahogado. Comencé a mover mi mano de manera que mi dedo satisficiera su húmedo interior y la palma de mi mano hiciera lo propio en su clítoris, nuestras caderas se restregaban en el asiento como si estuviéramos en pleno acto… solo que aún era más delicioso dejar para más tarde el hambre de nuestros cuerpos saciándonos solo con eso… caricias mutuas.

_Bella…_ ronroneé sintiendo el apriete de su mano y la caricia de sus dedos en la hendidura de mi erección _Oh Bella… por favor_ gemí, ella jadeó mi nombre aumentado el ritmo de los movimientos de su mano y levantó la cabeza de mi hombro para mirarme directamente a los ojos, su mirada oscura me desconcertó por un momento, pero al verla morder su labio supe que estaba por llegar a su orgasmo, aumenté mis envestidas y ella se arqueó para un mejor contacto,

_Edward… terminaré_ dijo apretando los dientes.

_Termina amor… termina preciosa_ murmuré inclinándome para besar su cuello expuesto, entonces con un brusco movimiento de su cadera la sentí venirse sobre mis dedos, su estreches palpitaba mientras empapaba mis dedos que seguían sus movimientos, sus gemidos resonaron dentro del auto y me llevaron a terminar sobre su mano,

_Oh Bella… no… oh…_ gemí apoyando mi frente sobre su hombro. Su mano recogió todo el líquido seminal que bañaba mi longitud y con un sensual movimiento lo llevó hasta su boca degustándolo con su lengua. Mi pecho cobijó un gruñido ante lo que mis ojos veían… y no pude más que besarla sintiendo mi sabor en sus labios.

Cuando nos separamos reímos tontamente y volvimos a tomar nuestros lugares, acomodamos nuestra ropa y ella comenzó a conducir nuevamente escrutando con su atenta mirada todo alrededor, aunque solo eran montañas y algún que otro bosquecillo.

_Fue una total irresponsabilidad de mi parte dejar que sucediese… eso aquí, en la mitad de la carretera_ dijo mirando para todos lados mientras la aguja del velocímetro aumentaba a 190

_¿Hacer qué?_ murmuré risueño, ella me miró con una expresión que era de temer pero solo negué con la cabeza divertido,

_Hacer… eso que hicimos en mitad de la carretera mientras un vampiro furioso tal vez en este preciso momento nos está rastreando_ dijo ella tan rápidamente que apenas pude entender,

_¿Falta mucho para llegar?_ pregunté visualicé a lo lejos un pequeño poblado de casas bajas y techos blancos por la nieve

_No… solo unos cuantos kilómetros más y estaremos en casa de Carmen_

Entonces me acomodé en el asiento sintiendo un poco más de calor, sonreí cerrando los ojos sabiendo qué era lo que había provocado ese súbito calor en mi cuerpo y solo pude pensar en la mujer que estaba a mi lado, desnuda sobre mí, jadeando mientras emprendíamos una danza milenaria en la que dos cuerpos se encuentran para darse placer, el más exquisito de los placeres, el que yo había estado negándole a mi cuerpo por tantos años.

No supe en qué momento mis ojos se habían cerrado para dar paso a un sueño profundo, pero solo volví a la realidad cuando unos fríos labios marcaban el camino de mi mandíbula, me estremecí un momento ante el contacto pero al abrir los ojos sonreí sintiéndome en casa. Un par de ojos ambarinos me miraban divertidos…

_Buenos días dormilón_ dijo mi diosa sacándome el cinturón de seguridad, no recordaba habérmelo puesto y la miré curioso, ella sonrió y levantó los hombros abriendo la puerta del auto para salir

_Me vi obligada a aumentar la velocidad más de lo recomendable a pesar de que la escarcha hizo estragos en el asfalto, tuve que asegurarme que el único humano aquí llegara sano y salvo_ rió y bajó del auto, frente a mi había una casa hecha de madera rustica, una hermosa cabaña de invierno que tenía su tejado cubierto de nieve, supuse que haría frío allí así que me abrigué con lo único que había llevado y me arrepentí de no haber llevado mi cazadora de cuero que descansaba dentro de mi placar en Seatlle. Salí y el frió me pegó de lleno en el rostro, Bella me miraba divertida mientras me extendía una manta sobre los hombros, ella no usaba nada más que un suéter gris ceñido a su cuerpo y unos jeans… sabía que ella no podía sentir el frio pero de todos modos me estremecí al verla. Me tomó de la mano y me sonrió, luego se paró de puntilla y me dio un casto beso en los labios,

_Ven… ellos ya lo saben, los escucho hablar_ dijo esto último ladeando la cabeza hacia la casa y con un tono más alto, miré a una de las ventanas y vi cerrar abruptamente la cortina, mi diosa sonrió seguramente porque estaba escuchando alguna conversación de la que yo era ajeno…

Al acercarnos y antes de golpear la puerta alguien la abrió, el hombre que recordaba de la boda de Emmett nos sonrió desde el umbral,

_Bella!... hija_ dijo abrazando a mi amor y sosteniéndola de la cintura mientras la alzaba en el aire,

_Eleazar!... al fin nos vemos_ dijo ella ya con sus dos pies sobre el suelo, me sentí un intruso allí parado mirando la escena del reencuentro hasta que ella volteó y me miró con adoración, mi pecho se hincho ante esa mirada y miré a Eleazar que sonreía con sus ojos dorados puestos en mí, segundos después se le unió una mujer de un pálido oliváceo que también sonreía y a la cual Bella saludo con ímpetu.

_Les quiero presentar a Edward, ya lo conocen pero… hoy lo traigo aquí en carácter de…

_Tu novio…_ murmuró la mujer mientras Bella asentí embelesada mirándome,

_El amor de mi vida_ susurró ella con su mirada penetrante, despegué mis ojos de los de ella y los miré algo cohibido, era la primera vez que Bella me presentaba ante alguien como su novio y sencillamente estaba allí parado con mis rodillas temblando sin saber qué decir o qué hacer,

_Los recuerdo muy bien, pero nuevamente… mucho gusto_ fue mi patética presentación, ellos rieron y para mi sorpresa Carmen me abrazó y Eleazar palmeó amigablemente mi espalda.

Luego de unos momentos estábamos dentro de la acogedora casa con Carmen ofreciéndome un chocolate caliente,

_No estoy acostumbrada a hacerlo, ya sabes… no vienen muchos humanos por aquí, pero todo sea por el amor de Bella…_ dijo sonriendo mientras tomaba un sorbo que le daba un poco de calidez a mi ya entumecido cuerpo, Eleazar comenzó a encender la chimenea que seguramente nunca había sido utilizada pero Bella lo detuvo,

_No es necesario tío, Edward y yo ya nos vamos… solo quería pedirles prestada la cabaña que tienen entre las montañas… es que, James puede aparecer en cualquier momento y…_

_No te preocupes Bella, ve, tómala y úsala cuanto quieras, si James viene por aquí lo distraeremos…_ dijo Carmen aferrándose de la mano de su compañero, Bella se les acercó negando con la cabeza,

_No quiero un enfrentamiento Carmen, ustedes saben cómo es James y no soportaría…

_Nada bella, podemos ser muy salvajes cuando se trata de un ser amado y nosotros te apreciamos como si fueras nuestra hija_ dicho eso, los tres se abrazaron dándole fuerzas a mi diosa. Le entregaron una llave y un último beso en la frente y se dirigieron hacia mí para estrecharme entre sus brazos,

_Disfruta de tu inmortalidad Edward_ susurró Carmen a mi oído, la miré confuso y solo me sonrió maternalmente, saludé a Eleazar estrechando nuestras manos y partimos de allí dejando a una singular pareja de vampiros preocupados por lo que sabían que Bella haría conmigo.

_¿Saben lo que harás?_ dije mientras el auto arrancaba, ella asintió con mirada ausente,

_Solo… le pedí unos consejos a Carmen_ murmuró algo cohibida _ella tuvo el valor suficiente para hacerlo… ella transformó a Eleazar mientras él moría en la cama de un hospital_

_Oh…_ murmuré, me quedé pensando en aquello y supe que debía de ser difícil para Bella, refrenar su deseo de beber mi sangre era lo que tal vez la hacía dudar en hacerlo.

Luego de varios kilómetros más de recorrida me di cuenta que nos dirigíamos a algún lugar adentrándonos más entre las montañas, si eso era posible… parecía que de alguna manera nos estábamos alejando de todo resquicio de humanidad, de toda realidad, en algún recóndito lugar oculto de los ojos de los demás y tan lejano que parecía ser un lugar aparte del mundo real.

_¿Confías en mí?_ murmuró Bella deteniendo el automóvil, ya no había carretera delante de nosotros, solo un extenso paraje que daba al vasto paisaje donde solo se veían montañas y más montañas. Miré perplejo a todos lados buscando una cabaña pero no la vi por ningún lado, sentí entonces la caricia de los dedos de mi diosa sobre mi mejilla y la miré… todo pareció desaparecer cuando vi la paz en sus ojos,

_¿Confías en mí?_ repitió perdiéndome en sus ojos dorados,

_Si amor… me tienes en tus manos_ murmuré obnubilado.

“Me tienes atado de manos… con mi corazón totalmente entregado y sin miedo a nada” pensé…

“Soy solo una hoja volando libre con el viento en el invierno de tu corazón, resuelto para que me lleves a donde tú quieras, sin prejuicios, tapujos ni vacilaciones. Listo para correr a tu lado a través de los siglos… me tienes”

Merezco tus palabras??? GRACIAS!!!!