Capitulo 27: Dos razones para seguir

Tweet Perdón!! por hacerlas esperar, fue una mañana ajetreada! Tuve reuniones en el Instituto de mis niños y no prendí la compu para nada, espero que les guste y que me hayan tenido paciencia... a penas llegué al trabajo me puse a actualizar! Besotes y déjenme sus palabras ya lo saben, casi colapso con tantos comentarios en el anterior, las amo y no se dan una idea de cuanto! BESOTES!!!!

Dos razones para seguir

Mi respiración entrecortada y jadeante acariciaba la fría piel de mi esposa, que yacía inmóvil sobre la mesa de operaciones que mi padre había improvisado para… esa ocasión. La sentía muerta, yerna debajo de mi cuerpo, me sentía más vivo yo que sentía de alguna manera la dicha de saber que había hecho hasta lo imposible por salvarla, y allí estaba ella… bajo mi cuerpo que se rehusaba a alejarse de su lado, tan fría como yo, tan blanca como yo… pero con su corazón replicando en su pecho como un fuerte tambor, reaccionando a mi ponzoña…

Levanté mi cabeza para inspeccionarla brevemente, la sentía… podía ver su tórax subir y bajar levemente por el fuerte golpeteo de su corazón… pero, ¿dónde estaba el dolor? ¿Dónde estaban los gritos desgarradores y la tortuosa espera? ¿Dónde estaban los indicios de su transformación?... mis dedos increíblemente temblorosos subieron hasta su muñeca estudiando su pulso, si… allí estaba, podía sentir el flujo de sangre correr por sus venas, podía olerla… tan dulce y tentadora como siempre, pero aún así extraña, mezclada con un olor conocido… morfina.

¿Sería posible que la morfina hubiera actuado de tal forma inmunizándola contra el dolor?... ¿sería posible tal milagro?,

_Carlisle…_ murmuré llamando a mi padre. Cómo si hubiese tenido los oídos tapados de todo ruido ajeno a Bella, todos los sonidos de la casa volvieron a mí en cuanto busqué los pensamientos de mi padre…

_No ha vuelto._ murmuró suavemente Alice, su poca concentración en lo que me decía me dio a entender que su mente estaba atenta a otras cosas que sucedían a su alrededor _Ya… volverá. Esto… ¿Edward?_ llamó.

Mis ojos se fijaron en lo que ella estaba viendo, sus ojos entonces actuaron como si fuese los míos y vi su motivo de dispersión… mi niña

“¿Qué está sucediendo?” preguntó en su mente, su mirada viajaba desde mi niña que tomaba del biberón que Rosalie le ofrecía, a Jacob que se encontraba a unos metros detrás de mi Renesmee, su mirada se asemejaba a la que en contadas ocasiones le dirigía a Bella, una mirada cargada de adoración y embelesamiento, contemplándola como si fuera un ciego que ve por primera vez el sol…

Oh…

Ladeé la cabeza hacia la puerta de la habitación como si al hacerlo pudiera ver debajo de la escalera, como si pudiera lanzar dagas con mi mirada a la espalda de Jacob, como si pudiera ser capaz de matarlo… Lo que había cambiado era eso, era su posición en el mundo con respecto a mi niña, el mundo pareció capaz de dejar de girar en cuanto mi hija puso sus ojos en Jacob atándolo de pies y manos…

“… por Dios si es… es ella. De todos los lugares en donde la busque la vine a encontrar aquí, en la casa de mis enemigos, la hija de mi peor enemigo… por eso Bella no me dejaba ir” pensó…

_Jacob…_ rugí sin poder despegarme de esa maldita camilla, esa mesa de hospital que se había convertido en la pira de mi Bella, que se había transformado en su tumba y ahora en mi piedra de toque. Si colocaba un pie en el suelo podía ser capaz de bajar las escaleras en una fracción de segundo y desgarrar cada miembro del cuerpo del maldito lobo.

“¿Qué sucede?... ¿por qué solo no se va y ya?” preguntó mi hermana en su mente, ¿qué decirle? ¿Cómo hacerle saber que Jacob se había…? ¿Cómo pode dejar de creer en tantas historias y leyendas inverosímiles si yo formaba parte de una?... si mi niña formaba parte de una…

_Rosalie_ gruñí, a esas alturas si Jacob hubiese tenido un poquito más de conciencia de lo que estaba sucediendo alrededor ya hubiese huido con el rabo entre las piernas, pero seguía allí, arrodillado detrás de Rosalie y con la mirada perdida en los ojos chocolate de Renesmee… _saca a la bebé de allí_

Mi hermana que estaba concentrada solo en cuidar a mi hija levantó la mirada y miró frete a ella

“¿Por qué?... ¿por qué debería sacarla?” inquirió Rose entonces se fijó en la mirada de Jassper y Alice que se dirigían a algún punto detrás de su espalda, entonces su nariz captó el efluvio a perro y volvió la cabeza mirando a Jacob,

_¿Qué haces aquí perro?... ¿qué aún no te rindes?_ escupió a un Jacob que salía de su aturdimiento. El corazón de mi esposa palpitó fuerte contando los segundos de incertidumbre,

_No puedo irme… aunque lo quiera_ murmuró Jacob frotándose los ojos como si el sol quemante los abrazara _es imposible… ¿Edward?_ me llamó como buscando ayuda… ¿ayuda?... estúpido chucho ingenuo ¿yo prestarle ayuda a un perro con deseos irrefrenables de arrebatarme a mi niña? ¿Ayudar al hombre que alguna vez anheló a mi esposa y al no haber podido tenerla osó obsesionarse de la peor manera con mi hija?

_Vete Jacob_ gruñí aferrándome con mis manos en garras a la mesa de operaciones _es mejor que lo hagas si no quieres que te arranquemos la cabeza_

_¡No puedo!_ gritó, mi niña enseguida lo miró asustada, por su mente pasaba la voz de Leah… el único vestigio de violencia que había tenido en su corta vida, Jacob la miró aterrado y se hincó de rodillas frente a ella una vez más,

_Perdóname Nessie… no quise asustarte_ alzó su mano como si quisiera acariciar su cabello cobrizo pero la frenó en el aire ante un resonante gruñido que salió de mi pecho.

_Espera un momento ¿cómo la llamaste?_ murmuró escéptica Rosalie, el perro la miró con desconfianza pero la desvió en seguida para mirar a mi niña…

_Nessie… es…_ se rascó la cabeza sin saber cómo proseguir _es… por, tú sabes… el monstruo del Lago Ness, me lo recordó_

_¿Qué Renesmee te recordó a ese monstruo?_ mi hermana no podía salir de su aturdimiento, entonces se levantó del sofá con mi niña en brazos y se alejó de Jacob, éste se inclinó hacia adelante siguiendo a Rose como si un fuerte hilo lo atara a mi niña. En ese momento y después de haber pensado que ninguna otra cosa podía ya sorprenderme mi niña hizo algo que jamás pensé que un neonato podría ser capaz de hacer, alzó ambos brazos hacia Jacob sonriendo …

Esto iba a estar difícil… demasiado difícil con mi niña actuando de esa manera, parecía tener una extraña conexión con Jacob, más allá de lo que él sentía. Miré a mi esposa que parecía dormir tranquila sobre esa mesa, como si nada pudiera ya atormentarla y acaricié su mejilla manchada de sangre… ¿Dónde estaba el dolor? ¿Sería que la morfina actuaba inmunizando su dolor?... debería ser eso, yo estaba preparado para oír su tortuoso sufrimiento, yo sabía que venía lo peor pero, encontrarme con solo el silencio, con ella allí viva pero muerta a la vez era sumamente desconcertante. Busqué con mi mirada por la habitación y encontré unos paños blancos cerca de la mesa instrumental, los mojé con suero y con sumo cuidado lavé su piel manchada y sucia por la sangre, centímetro a centímetro como si fuera la tarea más ardua del mundo. Su piel estaba sumamente suave y los cortes que había provocado con el afán de sacar a mi niña en esa improvisada cirugía ya parecían comenzar a sanar, cerrándose lentamente y cicatrizando, hasta podía escuchar como los huesos de su espina dorsal se soldaban unos a otros reconstruyendo lo que mi niña había roto.

“Sigue así mi amor” pensé acariciando con el paño húmedo las heridas de su vientre “sana cariño, estaré aquí cuando despiertes”.

_Edward… dile al chucho que se marche, ya no tiene nada que hacer aquí_ murmuró Rosalie entre dientes, me enfoqué en lo que sucedía allí abajo, Rosalie tenía la mirada puesta en el perro que estaba parado frente a ella con los brazos extendidos, mi niña se revolvía en los brazos de mi hermana, parecía querer zafarse de ellos para ir a los de Jacob. De repente dio vuelta su pequeña cabeza para mirar a su tía y llevó casi sin dificultad su manita a la mejilla de esta, una serie de imágenes se desarrollaron en su mente, Jacob cargándola, Jacob jugando con ella y sonriéndole, Jacob acunándola… imágenes que yo pude ver a través de la mente de Rosalie…

La sala se quedó sumida en silencio cuando mi hermana jadeo de la sorpresa, miraba aturdida a mi niña a los ojos mientras que Renesmee seguía revolviéndose para ir a los brazos de Jacob.

_Es increíble_ murmuré impresionado ¿en realidad mi hija pudo provocar esos pensamientos y transmitírselos a Rosalie con solo tocarla? ¿Pudo haber hecho eso aún teniendo escasos minutos de vida?

_¿Qué sucedió Edward?_ murmuró Rosalie emocionada, ella pensaba lo mismo que yo pero no se atrevía a confirmarlo,

_Sucede que mi niña al parecer tiene una habilidad_ dije con cierto orgullo, no lo había pensado y de seguro a mi padre ese detalle se le habría escapado pero podía confirmar que mi niña tenía un don al igual que nosotros. No solo eso, su complexión física y la manera de desenvolverse no era propio de un bebé recién nacido, ¡por dios si solo hablamos de una bebé de solo minutos de vida! Renesmee parecía una niña de al menos dos meses, con cambios que eran desconcertantes, su cabello caía en rizos tapando sus pequeñas orejas y en su boca podía verse un juego completo de dientes, su mente desarrollada tampoco pertenecía a una niña de tan poca edad, pensaba y parecía actuar como una niña consciente de sus actos… mi Renesmee era sorprendente.

“Por favor… déjame tenerla. No le haré daño, tú mejor que nadie sabes que no podría” los pensamientos de Jacob me obligaron a sacar los ojos de mi niña, Rosalie lo miró y los penetrantes ojos de Jacob calaron en los de mi hermana como si me estuviera mirando a mí, hablándome a mí en realidad…

“Lo que pasó ni yo lo puedo entender, no lo busqué y tú sabes que solo se da de manera natural… no sé si puede ser posible pero lo ves, busca en mi mente y solo verás que es cierto, nunca pensé que podría llegar a imprimarm…”

_¡Basta!_ sus palabras carentes de sentido y sin embargo tan… ciertas solo me ofuscaban más y más, no quería escucharlo, no quería oírlo, eso sería admitir que era verdad… que él en realidad estaba… destinado a estar con mi niña pero, ¡maldita sea! ¡¿Cómo podía imprimarse con una niña recién nacida?! ¿Cómo podía ser eso natural?

_¿Basta qué?_ murmuró Rosalie mirando a Jacob _¿qué es lo que pasa aquí Edward?_ mi hermana parecía querer saltar sobre Jacob, lo único que se lo impedía era mi niña entre sus brazos que seguía agitando sus pequeños brazos hacia Jacob,

_Dásela Rosalie_ murmuré con tono cansino, yo mismo había comprobado dolorosamente que no se puede luchar contra el destino, que no se puede cambiar el curso de las cosas por más que creamos que es lo correcto. Lo único que me quedaba hacer era que Bella, cuando despertara, pudiera verlo con sus propios ojos y decidir qué hacer con su amigo, ella y solo ella era dueña de decidir lo que creyera correcto. Rosalie siseo ante mi pedido,

“¿Por qué Edward? ¿Por qué debo darle la niña al chucho que quería matarla?” inquirió en su mente

_Porque… Jacob se ha imprimado_ murmuré cerrando los ojos, de pronto esa palabra pesaba sobre mis hombros como si fuera una grosería, como si de mi boca hubiese brotado la más negras de las blasfemias.

_¿Y qué tiene que ver eso con nosotros?_ murmuró mi hermana, suspiré frustrado… ¿era tan difícil de creerlo que ni mi hermana podía hacer esa conexión?

_Rosalie, Jacob se ha imprimado… con Renesmee_ mi hermana de repente unió cabos, las historias que Bella había contado con respecto a Sam y Emily vinieron a su cabeza… la imprimación como un suceso inexplicable y transcendental en la vida de un licántropo, un lazo tan fuerte que ni el mismo lobo lo podía romper por más que quisiera, tan potente como el amor… tal vez aún más.

_Oh…_ jadeó Alice al comprender, llevó su mano a la boca y Jassper al haber entendido desplegó una ola de calma hacia Rosalie cuyos ojos llameaban mirando a Jacob.

_Tú…_ escupió señalando con su dedo inquisidor al perro _maldito chucho estúpido ¿cómo osas…? ¿Cómo te atreves a…? ¡Por dios si es solo una bebé!_ rugió avanzando dos pasos hacia un Jacob desconcertado, Alice la tomó de los hombros y Jassper profundizó el efecto en Rosalie,

_No Jass! No lo hagas, lo voy a matar_ murmuró mi hermana,

_No lo harás Rose_ la voz de mi padre nos desconcertó a todos, miraba la escena desde el umbral de la casa con mi madre a su lado _nadie morirá aquí hoy_ sentenció. Emmett apareció a su lado y cruzó la sala rápidamente para abrazar a una Rosalie alterada con mi niña aún en brazos,

_Padre…_ murmuré aliviado, él podía tener las respuestas que a mí me faltaban, en cuestión de milésimas de segundos subió las escaleras y entró en el cuarto. Su rostro al ver lo que había sucedido me hizo caer en la cuenta de cuan grande había sido, pronto se recuperó del aturdimiento y la sorpresa y se dirigió alrededor de la mesa de operaciones para examinar a mi esposa,

_¿Hace cuanto tiempo comenzó la transformación?_ inquirió con voz fría, metódica e impersonal, su mente batallaba por demostrar sus sentimientos al ver a su hija de esa manera pero su profesionalismo hacía que esos sentimientos pasaran a un segundo plano sabiendo que lo que mi Bella necesitaba en ese instante era su experiencia médica.

_Solo hace unos quince o veinte minutos_ murmuré en respuesta, él abrió los párpados de mi esposa e inspeccionó sus pupilas, pude ver con claridad en la mente de mi padre todo lo que él pensaba con respecto a su inspección,

“Sus pupilas están dilatadas… no hay nada vivo en este cuerpo más que su corazón” pensó, los ojos de Bella habían cambiado desde la última vez que la había visto, los vasos sanguíneos que antes habían reventado en sus ojos ya habían curado dejando un tenue color marrón que no era el de ella, era más oscuro, casi negro por efecto de la ponzoña y de misma transformación… pronto serían de un líquido color rojo rubí. Tomó entre sus manos la nívea muñeca de Bella y la inspeccionó, se podían vislumbrar las marcas de mi mordida,

_¿Dónde más le aplicaste el veneno?_ preguntó ladeándole la cabeza para observar su cuello

_Lo apliqué en su cuello, los pliegues internos del codo y… directamente en su corazón_ dije mecánicamente, temía internamente que eso no hubiera sido suficiente, que a pesar de mis esfuerzos y mi vehemencia algo saliera mal…

“Hiciste bien hijo” dijo en sus pensamientos como si pudiera leer mi mente

_ ¿En qué momento aplicaste la morfina?_ preguntó luego,

_Lo hice luego de que la placenta se desprendiera, a penas la pusimos en esta mesa_ él asintió y olisqueó sobre la piel de mi esposa,

_La morfina es la que está actuando, no sé con certeza en qué medida pero… su reacción es impresionante, nunca había visto algo así_ murmuró frunciendo el seño, en su mente fraguaba una y mil maneras en que el organismo de Bella podía asimilar la ponzoña junto con la morfina…

“Las venas de Emmett resultaron chamuscadas cuando le inyecté la morfina, fue inútil… tal vez esta vez fue inyectada a tiempo” pensó

_Lo hice lo más pronto posible, no sé si causó el efecto necesario al momento de hacerle la incisión pero… cuando inyecté la ponzoña la morfina ya circulaba por sus venas_ murmuré acariciando con mis dedos la cicatriz de mis dientes en la muñeca de mi esposa,

_Tendremos que esperar… solo eso nos queda_ murmuró alejándose de la mesa de operaciones. Asentí cabizbajo, mi padre levantó su mirada hacia mí y al ver que no me movía de lado de mi esposa se acercó para poner su mano fraternal en mi hombro,

_Edward… ella estará bien_ dijo con sumo convencimiento, si solo esas palabras pudieran calmar mi ansiedad, pudieran ser suficientes para mí… pero no, no lo creería hasta tener a mi esposa delante de mi reconociéndome, con sus ojos abiertos y viva, si lo que la esperaba podía llamarse vida. _Tú deberías ir a cazar, ahora que ella esta inconciente, deberías…_

_No_ le corté _nada de lo que me digas hará que me separe de ella, nada padre. Cazaré junto a ella cuando despierte_ dije con decisión… ¿a caso mi padre no me conocía lo suficiente? ¿Cómo podía creer que la iba dejar sola en este proceso? Moriría de sed, pero nada me alejaría de su lado… Él me dio una mirada de resignación y se apartó de mi lado,

“Refrigeraré la sangre que pudimos conseguir para tu niña, en vista que Bella no la necesitará” pensó recogiendo el instrumental que había sobre la mesa de operaciones,

_Padre… a cerca de ella_ murmuré preocupado _quiero que la examines, su crecimiento y su manera de actuar me preocupa, solo tiene minutos de vida… pero parece tener meses_ él me miró con el ceño fruncido,

“La he visto y me sorprende su desarrollo, su fortaleza física y las características que tiene de un infante de más edad, la examinaré… no te preocupes, parece rebozar de salud, a la vista está claro que tiene parte de ambas naturalezas…”

_Lo sé… es hermosa y lo más admirable es la habilidad que aparenta poseer, ella al parecer puede transmitir pensamientos, lo hizo con Rose y estoy seguro que lo puede hacer con cualquiera_ dije recordando los momentos en que mi niña había hecho gala de su poder,

_Era de esperarse de una semivampira… y mucho más con los padres que tiene_ dijo sonriendo,

“Edward… ella es hermosa, es la mezcla perfecta entre tú y Bella, te felicito hijo… tienes la dicha de ser padre” pensó con admiración antes de salir hacia las escaleras

_Gracias padre… espero llegar a ser tan bueno como tú_ dije sonriendo, por primera vez en semanas pude sonreír y solo lo había logrado la maravillosa idea de ser padre, no solo haberla concebido sino tener la expectativa de tenerla conmigo y verla crecer, era eso todo lo que necesitaba… mi familia. Tenerlas a ambas, gozarlas y no sentirme nunca más solo, nunca más…

Luego de unos minutos Esme apareció por la puerta, inmune al efluvio a sangre que había aprendido a ignorar durante años gracias a la persistencia de mi padre.

“Hijo… estoy orgullosa de ti, de tu perseverancia, de no dejarla ir.” Pensó mientras me abrazaba por detrás, sentí sus labios sobre mi cabello y un sollozo que guardó en su garganta

“Tu tesón es el reflejo de tu gran amor por ella y tu niña, esa hermosa criatura que conocí allí abajo es la muestra que ese gran amor, que es impetuoso y poderoso, tanto que pudo vencer la muerte…” pensó acongojada

_Madre… ahora se lo que significa amar hasta perder la cordura_ murmuré con todo el peso de la verdad de mis palabras _sé que con ellas estoy completo, sé que si ellas no soy nada… ahora soy capaz de comprender lo dependiente que soy de ellas_ mi madre acarició maternalmente mi cabello revuelto y se separó de mí para tomar la mano de mi esposa,

_Ahora sabes querida hija lo que un hombre irremediablemente enamorado es capaz de hacer por ti_ susurró antes de depositar un beso en su cetrina mano.

“Será hermosa… imposiblemente más de lo que ya era” pensó mirándola, a lo que solo pude sonreír.

Mi mirada se quedó fija en las facciones de mi esposa, cambiaba… era cierto… lo hacía a cada segundo que pasaba y era ya notable, cambios sutiles que solo la mirada precisa de un vampiro podía distinguir. Sobrevino la noche y con ella la paz, mi niña soñaba en los brazos de Alice que la arrullaba ahora sin dolores de cabeza, sin molestias… aunque solo una, mi niña seguía siendo un punto ciego para ella, le era imposible tener sus visiones con Renesmee cerca pero estaba resignada a que seguiría teniendo puntos ciegos a toda hora, mucho más con la presencia de Jacob, que estaba empecinado en quedarse junto a mi niña, aunque fuera solo a unos metros, se conformaba con solo mirarla.

Esme y Carlisle habían dejado en tan solo minutos, la habitación donde se encontraba Bella, en buenas condiciones, mi madre había logrado sacarme de allí prometiéndome que la cuidaría, que podía vigilar su mente, ella estaría al pendiente de Bella en todo momento. Solo tomé unos minutos para tomar un baño rápido y sacar los rastros de sangre de mi piel, cambiarme con ropas nuevas e ir al encuentro de mi esposa una vez más.

Al entrar a la habitación no había rastros del desastre que había sucedido unas horas atrás, no había instrumental quirúrgico, ya no se encontraba la sangre dispersa por todo el suelo del lugar como un recordatorio de la pesadilla que había protagonizado mi Bella y lo más importante… las heridas de su cuerpo estaban sanando, lo habían hecho sin dejar rastros más que las cicatrices de mis mordidas. Su piel era aún más blanca y suave, sus labios más simétricos, sus facciones más perfiladas y finas y sus brazos y piernas parecían más contorneadas y estilizadas… imposiblemente más hermosa ¿cómo iba a poder pasar la eternidad junto a esa beldad que se estaba formando sin tener que matar a cada hombre que pusiera su mirada sobre ella?

Acaricié su cabello sedoso mientras se formaba una sonrisa en mi rostro ante la expectativa de saberla para siempre mía, solo mía… entera, apasionada, sensual, tentadora y avasallante y lo mejor aún… inmortal.

_¿Edward…?_ la voz suave de mi hermana me sacó de mi embelesamiento, Alice cruzaba el umbral de la puerta de la habitación con un pequeño bulto entre sus brazos… mi Renesmee. Enseguida y como si me hubiesen puesto resorte en los pies me aparté de lado de mi esposa y caminé rápidamente hacia ellas, me acerqué despacio a mi bebé…

_Renesmee…_ murmuré viéndola dormir placidamente. Sus sueños eran una sucesión de imágenes que iban desde el momento de su nacimiento, mi rostro la primera vez que me vio… que la vi, su madre débil pero feliz, Jacob… desde un rincón mirándola con ojos de cachorro herido, el rostro hermoso y cargado de una extraña ternura de Rosalie mientras le daba su biberón, las risas atronadoras de Emmett cargándola mientras le hacía cosquillas en su barriga… momentos felices.

“Pensé que querías verla” pensó Alice entregándomela con sumo cuidado “es pequeña pero es muy fuerte, agarró la nariz de Emmett y la jaló hasta hacerlo chillar…” pude ver en su mente una sucesión de imágenes en las que Emmett cargaba a mi niña y ésta jalaba su nariz fuertemente…

_Au… au….au… Nessie suelta_ decía mi hermano mientras mi niña jalaba divertida,

_ ¿Nessie?_ pregunté a Alice arqueando una ceja, podía soportar al chucho decirle así pero… ¿mi propia familia? Mi hermana levantó sus hombros y sonrió avergonzada,

_Es que… es más corto y… divertido_ murmuró por lo bajo, sacudí la cabeza en negación… mis hermanos eran imposibles.

“Debo ir… a… seleccionar la ropa de Ness… de Renesmee para mañana” pensó alejándose de mí y dejándome con mi hija en mis brazos, solo asentí sin separar los ojos de mi bebé, viéndola dormir. Ella… ella era increíblemente fascinante, su pequeña e intrigante mente era todo un prodigio, funcionaba casi como la de un adulto, pero con la inocencia de un niño… verla dormir era indescriptible, simplemente verla y tenerla entre mis brazos lo era.

Renesmee…

¡Cuánto tiempo te he esperado! Aún sin saberlo…. Aún sin proponérmelo siquiera… valieron la pena cien años de soledad para finalmente tenerte, aquí… entre mis brazos, como fruto del inmenso amor que siento por tu mamá…

Renesmee…

Ella se removió en mis brazos y continuó durmiendo, sus mejillas rosadas contra su piel de porcelana, tan blanca como la mía, contrastaban con sus cabellos rizados de color cobrizo…

¡Increíblemente hermosa!

Sus enormes ojos marrón chocolate, eran mi eterno recordatorio de que todo había valido la pena… absolutamente todo. Eran los que con cada vez que se enfocaran en mí me darían la certeza de haber hecho las cosas bien, por los que agradecería cada día de mi eterna existencia estar vivo ante ellos, por los que volvería a esperar cien años más, por los que volvería a vivir la tortura de mi transformación y por los que seguramente jamás me arrepentiría de haber asistido al Instituto de Forks aquel año, haber sentido ese efluvio enloquecedor ese día y haberla salvado de la trayectoria de la band aquella tarde…

Tomé la mano de mi esposa que continuaba con su silencioso proceso de cambio y miré a mi hija en mis brazos

_Gracias mi amor…_ dije acariciando suavemente la mano de mi Bella _gracias por darme tanto…_

Merezco tus palabras?? GRACIAS!!!