Capitulo 15: Verdad y perdón

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Verdad y perdón

Diario de Bella a la edad 15 años

La mujer de los cabellos rubios rojizo me miraba desde el balcón, la veía de lejos porque yo estaba caminando hacia los árboles junto a mi tía Alice y mi tío Jass, ambos me llevaban de la mano. Miraba a cada segundo hacia atrás porque presentía que había dejado algo muy importante en esa enorme casa blanca que se erguía en el medio del gran claro, aunque no podía recordar qué era…

_Bella, Edward ya no te podrá lastimar más cariño…_ murmuraba mi tía señalando la mujer en el balcón, la miré entrecerrando los ojos tratando de distinguir quién era pero ella seguía de pie allí simplemente mirándome como si fuera una estatua, los brillantes rayos de sol caían sobre su cabello haciéndola parecer como un ángel y lo más extraordinario era que ella… brillaba. Caminamos unos pasos más antes de adentrarnos en el bosque, pero antes de dar nuestro primer paso y sumergirnos en la oscuridad, alguien salió entre los árboles adelantándose a nosotros. Jacob avanzaba hacia nosotros con el torso desnudo y una sonrisa en rostro.

_¿Jake?_ mi voz denotaba sorpresa e incredulidad _¿qué haces aquí?_ dije mientras él quedaba a un paso de mí,

_Nada solo es que… deseaba verte hoy_ dijo mi amigo aún sonriente, entonces antes de plantar un beso en mi frente él miró detrás de mí y su semblante cambió súbitamente, transfigurándose a un rostro lleno de odio e ira. Eso me asustó, nunca había visto a Jacob enojado por algo…

Al mirar hacia atrás el mundo pareció dar un giro de 360° sin que yo hubiese hecho el menor esfuerzo. Lo que vi fue a esa misma mujer que miraba por el balcón de la casa pero ahora no lo hacía sola, mi padre estaba con ella. Quise reír o llorar o simplemente morirme allí mismo en ese lugar ya que el dolor en el pecho parecía retornar una vez más pero con mayor fuerza, pero no pude hacer nada más que observar cómo ella daba un paso hacia él, que estaba en su lugar plantado con la mirada fría e inescrutable dirigida hacia mí, rodeaba con sus brazos la cintura de mi padre y poniéndose de puntillas plantaba un beso lento y apasionado sobre sus labios.

Mi mundo se paralizó cuando vi la unión de sus labios y solo pude escuchar el doloroso sonido de mi corazón rompiéndose en mil pedazos, esperé que él la rechazara… que la alejara o que hiciera algo para evitar prolongar el momento, pero lo único que hizo fue tomarla de la cintura y continuar con el beso tan apasionado. El pecho se me oprimió al ver esas imágenes no puede evitar que las lagrimas comenzaran a rodar por mis mejillas, pero no pude contenerme más cuando el abrió los ojos y me miró fijamente mientras seguía besándola, sus manos apretando su cintura y las manos de ella jugando con el cabello de su nuca…

_Bella, vamos_ dijo alguien a mi lado, una mano fría y fuerte tiró de mí aferrándose a mi brazo, yo no me moví del lugar… solo veía como si fuera una película que pasaba frente a mis ojos como él continuaba besándola y estrechándola entre sus brazos _Bella…_

_No_ logré decir suavemente, la persona a mi lado seguía tirando de mi brazo mientras mis lagrimas traicioneras seguían derramándose y sollozaba como un niño que le quitaron su juguete… o peor…

_Bella!_ murmuraron en mi oído,

_No!_ grité sacudiéndome para que esa mano me soltara,

_Ven Bella, no llores…_ unos brazos me rodearon y de repente cambió todo, ¿por qué sentía como si esos brazos que me rodeaban fueran los mismos que la abrazaban a ella allí arriba en el balcón?. Entonces de alguna manera me sentí reconfortada, como si no tuviera nada de que temer _Por favor no llores, es solo una pesadilla… no llores mi amor_

¿Amor?...

Entonces en ese momento volteé a ver quién me llamaba su amor. No estaba mi tía… no estaba Jacob ni mi tío Jass… estaba él. Y no había bosque ni casa ni rubia rojiza cerca, estaba yo en mi cama recostada y la oscuridad absorbía la tenue luz de la luna en mi habitación y yo respiraba entrecortadamente, mi pecho oprimido y una capa de sudor en mi frente con un poco de mi vista nublada, mis piernas enredadas entre las sábanas y él sentado en la orilla de mi cama mientras oía de fondo la música que sonaba en mi equipo musical, había olvidado apagarlo antes de dormirme…

_Tuviste una pesadilla…_ dijo él precavido acariciando mi frente con su pulgar, sus ojos dorados me miraban fijamente y parecían preocupados, apenados y… ¿tristes?

_Estoy bien, gracias_ murmuré secamente, mi pecho reconoció en seguida el motivo de su dolor y se oprimió, ¡maldición! no quería llorar, no quería dejar que él viera que yo lloraba por él.

Volteé sobre mí misma y le di la espalda para tratar de seguir durmiendo, me acurruqué sobre la almohada tapada con mis cobijas y en posición fetal como protegiéndome a mí misma,

_Bella, debemos hablar… no me rechaces_ valla… que increíble que este diciendo eso él ahora, me mordí la lengua y tragué las palabras que tenía atascadas en la garganta desde la noche en que se fue, cerré los ojos y traté inútilmente de conciliar el sueño.

Luego de unos minutos de silencio en los que pensé que se había marchado sin que yo me diera cuanta, aunque aún sentía esa presencia detrás de mi espalda… decidí que debía ser valiente y demostrarle que a pesar de lastimarme de la manera en que lo hizo, yo era una chica fuerte, que no me importaba en lo absoluto si volvía arrepentido o con deseo de explicar cosas que, a pesar de que ansiaba escucharlas, no iban a retroceder el tiempo y volver a esa noche de mi cumpleaños para corregir las cosas… es decir, no tenía un auto del futuro ni nada por el estilo, lo hecho, hecho está y el dolor seguía siendo el mismo.

Sentí luego de largos minutos en los que no pude conciliar el sueño, que la cama se hundía detrás de mí y que alguien se había acostado, por supuesto no podía ser más que él. Su característico olor llegó hacia mí, lo cual mi cuerpo reaccionó con una aspiración profunda y un suspiro… hay…

_Bella…_ oí su voz rota cerca de mi oído lo cual me estremeció, una de sus manos rodeó mi cintura por encima de la colcha y yo me encogí más de lo que ya estaba y entonces suavemente su mano fue hasta mi brazo que se cobijaba en mi pecho y lo tomó con delicadeza, _Amor… no te voy a hacer daño, no te protejas así y mírame… por favor, mírame._ mientras decía esas palabras iba tirando de mi brazo para que yo volteara hasta quedar mirando el techo. No me volteé a verlo aunque sí lo veía por el rabillo del ojo, estaba acostado con uno de sus codos apoyados en el colchón y recostado a lo largo de mi cama sobre su costado… mi padre era un descarado ¿cómo podía estar allí después de todo?

_Sé que no quieres escucharme, tienes un ejército de defensores aquí… lo cual me hace feliz, ya ves cómo te aman… aunque…_

No continuó hablando, fue como si estudiara las palabras que iba a decir, yo suspiré frustrada… iba a tener que luchar contra mi orgullo y escucharlo de una vez por todas, aunque si lo que debía decirme era que iba a marcharse con esa rubia una vez más… eso si que no, juro que era capaz de tapar mis oídos con las manos y comenzar a cantar “no te oigo, soy de palo… tengo orejas de pescado”

Respiré profundo y tomé coraje de donde no había, era mi padre después de todo y a pesar de haber cometido errores, era un hombre también… un hombre con ciertas necesidades que, supongo, debían ser satisfechas… y no era yo la indicada para hacerlo, pero… por alguna razón tampoco quería que fuera ella.

_Isabella_ exigió con voz dura esta vez, cerré los ojos y traté de relajar mi garganta rogando que al hablar no me traicionara el nudo que tenía en ese momento atascado allí mismo.

_Si… al menos sé que ellos me quieren, que me protegen…_ no volteé a mirarlo al decir eso, pero sentí cómo suspiraba con algo de resignación…

_Si Bella, eres muy amada, no te das una idea de cuánto…_ por alguna razón enfatizó sus últimas palabras

El silencio se hizo dueño del momento una vez más, mis ojos estaban fijos en la lámpara que colgaba del techo, la primera vez en tanto tiempo que la veía detenidamente.

_¿Por qué te fuiste con ella?_ … y allí estaba mi inconsciente, la Isabella desmedida y muy poco sutil que pensaba en voz alta.

Esta vez si lo miré solo para medir su reacción y estudiar su lenguaje corporal, moriría si allí mismo él hubiese sonreído al recordarla a ella, pero por suerte no lo hizo… solo se limitó a bajar la mirada como avergonzado y dolido.

_Yo… esa no era mi…_ se detuvo por un momento para luego suspirar cerrando los ojos, me mordí la lengua para evitar decir alguna inmadurez de mi parte y esperar su respuesta, pero él nunca me la dio…

_Papá…_ dije esa palabra con voz rota y cerré los ojos, el silencio de él me mataba y dicen por ahí que el silencio otorga… no quería escuchar y sin embargo debía hacerlo, debía comportarme como la madura Isabella Masen de quince años y no como una adolescente caprichosa e inmadura, aunque doliera _esa noche me dejaste, como siempre temí… y… me gustaría saber por qué… solo eso_ a duras penas me las arreglé para hablar.

Él levantó la mirada con determinación y luego de suspirar una vez más fijó los ojos en los míos,

_Yo… en realidad… me asusté_ musitó despacio _hay muchas cosas que tú no entiendes y que te debo el tiempo para explicarlas, yo simplemente huí para obviar esos problemas._ su voz se iba haciendo más firme y rápida a medida que hablaba, señal de que mi padre estaba nervioso _yo no te dejé Isabella porque quise, te juro que no… simplemente debía hacerlo hasta poder resolver esos problemas, Tanya solo fue una compañía oportuna que apareció en el momento adecuado…_ hice un gesto de dolor cuando él mencionó su nombre, entonces se detuvo.

_¿Ella está aquí?_ pregunté con miedo, él me miró por un instante y asintió suavemente

_Si, ella es mi amiga, Bella… si supieras cuanto…_

_Está bien, no me digas… _ interrumpí, ¿por qué me hacia tanto mal que él pudiera admitir que la amaba? ¿Amiga? Claro… si por supuesto…

_Bella, escúchame por favor, sé que te debo muchas explicaciones y sé que tú estás dolida, pero…

_¿Dolida?_ pregunté de golpe _¿en serio crees que solo estoy dolida?... papá, eso es un calificativo bastante pobre y si crees que solo estoy dolida porque arruinaste mi cumpleaños cuando te fuiste sin despedirte con esa mujer a quien sabe donde para hacer quien sabe que cosas yo…_

_Isabella!_ gruñó sentándose en la cama, su mirada fría y oscura me hizo temer por un instante, nunca lo había visto tan enfadado y tampoco deseaba verlo si se iba a poner así.

Hundí mi cabeza en la almohada mirándolo a los ojos, mi tío me había explicado que los vampiros eran criaturas con un carácter muy volátil, un temperamento fácilmente irritable y en ese momento hubiese no querido provocar a mi papá.

Luego de unos segundos que me parecieron eternos, él cerró sus ojos y comenzó a realizar respiraciones profundas y acompasadas relajando así su expresión temerosa,

_Bella_ dijo luego de abrir los ojos y suavizar su voz _ por favor, no pienses jamás eso… ella es mi amiga y solo espero que lo entiendas, no fue su culpa que yo me fuera de aquí… fue solo mía, fueron mis motivos._

_¿Esos motivos tienen que ver conmigo?_ pregunté finalmente, él abrió sus ojos como sorprendido y se apresuró a hablar,

_Bella, yo no te puedo decir los motivos reales porque antes de hacerlo deberías entender otras cosas… eso será difícil, pero… digamos que si, tú fuiste uno de los motivos_

Contraje involuntariamente la cara con gesto de dolor, yo sabía que yo era el motivo, la carga, la bolsa pesada con la que había cargado por más de quince años y eso era algo que dolía profundamente, mucho más si él lo admitía.

_Amor, no pongas esa cara… no estés triste_ murmuró apresurándose a acariciar mi rostro con su mano, alisando mis frente fruncida con su pulgar como yo solía hacerlo con él _tú eres el único motivo lo suficientemente poderoso que me hizo volver, porque me di cuenta que no puedo vivir sin ti, porque me di cuenta que te amo demasiado… demasiado Isabella_ lo miré por un segundo sorprendida, muchas veces me había dicho que me amaba, que me adoraba y lo mucho que me quería, pero esta vez fue como si un nuevo brillo iluminara su hermoso rostro, un nuevo brillo en sus ojos… algo que no supe interpretar,

_Papá… yo también te amo_ gimoteé con un sollozo rompiendo en mi garganta _y por eso… me dolió tanto… papá, dolió tanto… tanto_ no podía dejar de sollozar, mi pecho subía y bajaba con cada resoplido angustioso, mis manos temblaban al igual que mi voz y no podía ver nada por las lágrimas que brotaban en mis ojos.

Unos brazos fuertes tan familiares me tomaron de la cintura y me pusieron en su regazo, él me abrazó fuerte mientras yo intentaba contener los sollozos desesperados, fue como destapar una olla a presión, toda la angustia contenida en ese mes estaba saliendo a flote mientras el acariciaba mi espalda que saltaba por los espasmos en mi pecho…

Y ahora el miedo ya no era miedo, era resignación… porque fui abandonada una vez y lo sería de nuevo ahora que él sabía que tenía la libertad de hacerlo, después de todo el lazo parental que tenía conmigo no era nada importante a comparación de lo que tenía con ella, a esa mujer la conocía desde mucho antes que yo llegara a su vida… tal vez significaba mucho más que yo. Me preguntaba si mi mamá hubiese dejado que nos lastimara así, en realidad tenía la certeza que si ella hubiese estado viva mi papá no nos hubiese abandonado nunca, porque tendría una mujer que lo acompañara y cuidara de mí… desde que ella murió cuando era una bebé de apenas semanas él había cargado solo conmigo así que era entendible que mientras estuviéramos con mis abuelos y tíos él iba a aprovechar su libertad recién adquirida. ¿Iba a poder soportar eso querido diario? ¿Sería posible para mí verlo ser feliz con alguien más cuando yo estaba acostumbrada a darle esa felicidad… a mi manera?

_Calma hermosa, no llores por favor, siento haberte lastimado… siento haber hecho lo que hice y sé que tendré que lucharla para obtener tu confianza nuevamente… pero lo haré mi amor, haré lo imposible para que tú vuelvas a confiar en mí_ su dulce voz ahora cargada de dolor me susurraba al oído mientras que mis lagrimas no dejaban de empapar su camisa, sus dedos limpiaban el camino húmedo en mi mejilla y sentía de vez en cuando sus besos en mi frente. _Bella… dime qué hacer para que me perdones y lo haré, dímelo cariño_

Su voz era casi desesperada y más allá de sentirme feliz por su pedido solo me sentí miserable ¿qué tan importante era yo para pedirle que renuncie a ella y se quedara conmigo?… ¿y si ella era su felicidad? ¿Tan mala persona y tan egoísta podía ser si le pedía que se alejara de ella? Él había vuelto a mí en vez de quedarse con esa mujer, había vuelto a su hija y eso me hacía feliz y ahora estaba casi rogando mi perdón… pero ¿qué tan bajo podía llegar a caer yo exigiéndole a cambio de mi perdón que la echara a ella? Sí, yo era caprichosa, podía ser malcriada, podía hasta incluso llegar a ser inmadura y desvergonzada, pero yo sabía que eso que deseaba hacer estaba mal… muy mal. De fondo pude distinguir una canción mientras el disco en mi equipo musical seguía rodando, yo cerré mis ojos escuchando y tratando de pensar en qué era lo mejor para mí… lo mejor para nosotros…

Subo a encontrarte, a decirte que lo siento
Tu no sabes cuan adorable eres.
Tuve que encontrarte, decirte que te necesito
Y decirte que fui yo quien te alejó.
Dime tus secretos, y hazme tus preguntas
Oh Volvamos a empezar.

Corriendo en círculos, persiguiéndonos,
Dirigiéndonos a una ciencia desconocida.
Nadie dijo que sería fácil.
Es una gran lástima para nosotros el apartarnos.
Nadie dijo que sería fácil.
Ninguna alguna vez me dijo que sería así de duro.

Distinguí Coldplay sonando en medio de la noche mientras sus brazos me abrazaban y él susurraba su suave arrullo en mi oído… todo era difícil si, demasiado y mucho más para mí, pero debería poner un poco de mi parte para que esto volviera a funcionar de igual manera que antes. ¡Cómo me hubiese gustado tener 8 años de nuevo! Todo era fácil allí, solos los dos… solo el uno para el otro, sin mujeres rubias que fastidiaran mi vida, yo para mi papá y él para mí… pero no era así y se suponía que solo era una chica grande que debe superar los problemas, debía aprender al menos y volver a empezar…

Así que opté por la mejor opción, prefería dejar las puertas abiertas a esa mujer que mostrarle a él lo mala persona que yo podía llegar a ser si me dejaba llevar por el egoísmo y utilizaba el poder que él me estaba dando. Prefería sufrir y verlos juntos… pero verlo, que el dolor de la perdida nuevamente... eso sí sería difícil.

_Papá…_ susurré con voz entrecortada _solo pido una cosa_ sorbí mi nariz vergonzosamente, me atrevía a mirarlo a los ojos levantando levemente mi cabeza. Él me miraba expectante mientras sus dedos fríos recorrían mi mejilla, era tan lindo volver a estar entre sus brazos… tan bueno y doloroso al mismo tiempo, porque sabía que el lugar entre sus brazos era de otra persona.

_Dime mi amor_ murmuró incitándome a hablar, escondí nuevamente mi rostro en su pecho como cuando era tan solo una pequeña de ocho años donde creía que si me tapaba los ojos y no lo veía él tampoco me veía a mí.

_Quiero que nunca me dejes de querer, pase lo que pase… que nunca más te vuelvas a marchar_ susurré despacio. Cerré fuerte los ojos preparándome para un “no”, pero sentí sus dedos recorriendo mi mejilla hasta el cuello, eso me causó un escalofrío extraño pero luego cambió de rumbo subiendo hasta mi barbilla, tomó mi mentón con sus dedos y levantó mi rostro para que lo mirara.

_Mi Bella… yo nunca te dejaría de nuevo amor_ se inclinó levemente para plantar un suave beso en mi frente _ yo no sería capaz… _ sus ojos se ensombrecieron y perdieron un poco del brillo que habían tenido segundos atrás… fue como si estuviera recordando algo… _solo espero que puedas confiar en mí nuevamente y me des la oportunidad de poder demostrártelo, yo… me di cuenta de que te necesito para seguir viviendo… te necesito hermosa, no sabes cuánto_ se me apretó el corazón al escuchar esas palabras y una vez más escondí mi rostro en su pecho, él me abrazó con más fuerza y me atrajo hacia él,

_Gracias papá…_ musité con mis parpados pesados _no me importa la presencia de ella si lo que gano a cambio es que te quedes_ esperé una respuesta de él, pero de un momento a otro yo ya me estaba sumergiendo en un sueño pacífico y embriagador… un sueño que había vuelto finalmente pero en los que aún había una sombra que daba miedo, más que miedo era… dolor, una mujer de cabellos rubios rojizos colgada del brazos de mi padre.

Edward POV

_Acuérdate de las fotos, las puse en el bolsillo de tu cazadora…_

_Lo sé Alice, lo sé… ¿podrías por favor tratar de no ponerme más nervioso?_

Entre la voz chillona de mi hermana, el celular en una mano y la otra en el volante era difícil poder buscar en la guantera del auto el relicario que habían rescatado aquella vez.

_Ok, veo que estas teniendo problemas, solo espero que mi niña se lo tome bien… ¿estás seguro de que no quieres alguna clase de apoyo? Estoy pensando que tal vez hubiese sido mejor que lo hiciera en presencia de la familia… Jasper está muy nervioso aquí…_ murmuró mi hermana, de hecho podía decir que mi hermano estaba murmurando improperios y comentarios fuera de lugar, se escuchaba a metros del auricular. Jasper se había convertido en ese tiempo, en el que yo había estado ausente, en una especie de ángel sobreprotector. Aunque claro a veces la actitud de mi hermano me exasperaba… se había convertido en una lucha de territorios cada mañana en que mi Bella despertaba, quién la llevaba al Instituto, quién la iría a recoger, quién la ayudaba a estudiar y por supuesto quién hacía de su confesor… que al parecer él había sido eso todo ese largo mes.

_Lo haré solo Alice, si Jasper está nervioso ¿qué clase de ayuda sería en este momento para mí?_

_Bien Edward, yo estaré vigilando. Solo… no la abrumes, deja que la verdad caiga por su propio peso_

_Lo haré Alice…_ del otro lado del teléfono se escucharon varias voces discutiendo y finalmente una habló

_Escúchame bien Edward…_ la voz dura de Jassper estaba del otro lado _sé que esto no debería prolongarse más, pero piénsalo mejor… será un golpe duro para ella, déjame ir hasta allí y me mantendré alejado de ustedes, solo quiero estar allí por las dudas, la reacción de Bella es lo que me preocupa…_

En verdad que Jass se escuchaba preocupado, creo que se había tomado muy en serio el papel de ángel de la guarda para mi Bella,

_Jass, ya te dije que puedo con esto solo. Alice no vió nada aún y si ve que ella podría reaccionar mal, pues… ven, pero ahora necesito enfrentar esto yo solo_ se escuchó un suspiro exasperado y luego palabras incoherentes que apenas se entendían, Jassper estaba maldiciendo…

_Está bien, pero a penas Alice vea algo salgo para allá_ murmuró con voz contenida, luego de eso solo escuché el sonido del celular que me indicaba que había cortado la llamada.

Toda esta última semana había pensado en cuál sería la mejor manera de decirle a mi Bella quién era yo en realidad, ya hacía una semana que había vuelto a ella y las cosas habían mejorado bastante, nuestra relación de padre e hija seguía su curso como ella lo esperaba… yo solo esperaba decirle la verdad para poder decirle con toda libertad que en realidad la amaba, la amaba tanto que dolía cada vez que ella me decía papá… ¡por Dios si yo no era más que un vampiro de 98 años en el cuerpo de un chico de 17! Yo deseaba demostrarle el amor tan fuerte que hacía presión en mi corazón, solo deseaba decirle lo mucho que me importaba… más de lo que un padre podría importarle una hija, deseaba que me mirara con otros ojos… con los ojos de ese amor que estaba latente en su corazón y que Alice me había demostrado que existía con sus innumerables visiones. Deseaba que ese amor saliera a flote y que ella pudiera decirme “mi amor” en lugar de “papá” y deseaba que de una vez ella supiera los motivos de mi huída… los verdaderos motivos, solo allí terminaría de perdonarme.

Tanya me había visitado esa semana solo las mañanas en que Bella estaba en clases, mi amiga sabía lo doloroso que era para ella verla junto a mí…

Flashback

_Quiero que te conozca, que sepa que entre tú y yo no hay nada… estoy seguro que, por más que ya le dije eso, ella se imagina otra cosa_ murmuré mientras corría por el bosque sorteando los arboles y tratando de captar el efluvio de algún alce. Junto a mi amiga, habíamos decidido que gastaríamos esa mañana para cazar, Bella estaba en el Instituto y mi familia aún estaba resentida con la presencia de Tanya, no quería presionarlos… la aceptarían cuando se dieran cuenta quién era en realidad.

_Lo mismo quisiera yo, pero estoy segura que ahora mismo ella me ve como una amenaza, alguien que quiere llevarse a su papá de su lado_ rió Tanya como si eso fuera lo más ridículo _¿por qué no me dejas explicarle quién fue la que levantó tu trasero del suelo para correr a ella de nuevo?_

_Hey! ¿Pretendes dejarme en ridículo frente a ella?_ apresuré mi paso para darle a entender que deseaba correr una carrera,

_Edward, espera… ¿qué harás si ella te acepta? ¿Cómo pretendes vivir el amor con una humana?_ desaceleré mi paso y la esperé ya que la había dejado atrás en solo un segundo,

_Yo viví el amor con ella por quince años Tanya, no puedo pretender más de lo que ya he obtenido… la amo así, humana, frágil y vulnerable, porque es la única manera que encuentro como excusa para poder estar a su lado, protegerla como siempre lo hice…_

_¿Y si ella pretende algo más? ¿qué si ella decide ser tu igual?_ volteé a mirarla abruptamente, ¿qué estaba insinuando? ¿Qué diablos quería decir?...

“Solo admite que eso puede llegar a suceder… si ella te ama… querrá vivir una vida contigo”

_No!... eso no va a suceder, no quiero hablar de eso_ murmuré apesadumbrado, no podía hablar de aquello, lo había pensado y esa fue una de las razones por las que me había ido, no podía volver atrás y acobardarme por eso, solo podía tener fe en que eso no iba a suceder… en las visiones de Alice al menos Bella siempre era humana, esperaba que eso no cambiase.

Seguimos corriendo a través del bosque pero ya no era lo mismo, ¿y si Tanya tenía razón? ¿Y si ella pretendía eso?...

No, yo no podía aceptarlo…

Fin del Flashback

Mi objetivo ahora era recogerla del Instituto y llevarla a pasar el día a Port Ángeles, estaba ansioso por esa tarde, la llevaría a almorzar y al Parque de diversiones que había en la ciudad, solo una vez la había llevado a uno y fue cuando tenía 11 años y vivíamos en Cambridge y ella no era tan valiente como ahora… aquella vez solo se había subido a algunos juegos que no eran tan arriesgados y ahora sabía que le gustaría subirse a la montaña rusa o al parapente. Luego de eso mis intenciones eran llevarla a cenar y a pasear por la orilla de la playa para ver el atardecer y los distintos cascos de los barcos abandonados en las costas, solo quería hacerla feliz antes de… antes de decirle la verdad.

Tenía pruebas que apoyaban mi verdad, luego de que yo huí con mi niña en brazos a penas ella tenía semanas de vida, mi padre se quedó en Forks haciendo los arreglos para que ante la policía, el asesinato que James había llevado a cabo, pareciera solo eso… un asesinato a sangre fría por delincuentes sin escrúpulos. Mi padre había limpiado la escena para que los peritos no sacaran conclusiones que nos desfavorecieran, no debía parecer que un animal o un ser extraño habían irrumpido en la casa de los Swan para matar a mordidas a un joven matrimonio, no… solo debía parecer un robo con un final desafortunado.

Aquella vez mi padre pudo dar con algunas pertenencias de la joven pareja, algo que ahora a mí me servía para apoyar mi verdad, él encontró entre las pertenencias de la mujer, la madre de Bella, un precioso relicario que albergaba en su interior las fotografías de tres rostros, la de el padre de Bella, el de la madre y el de mi pequeña… un pequeño rostro de un bebé recién nacido, esperaba que luego de la verdad… mi Bella llevara al cuello los vestigios de su pasado, de su verdadera identidad.

Mi padre también había dado con las fotografías de los padres de Bella, una de recién casados en la que la madre de ella mostraba una incipiente pansa de embarazada y otra fotografía en la que ambos estaban en la cama de hospital sonrientes con una pequeña bebé en brazos, mi pequeña Bella.

Solo esperaba que ella fuera lo suficientemente fuerte para aceptar la verdad sin rencores, ni desilusiones, temía que ella se sienta desamparada al saber que no compartía lazo sanguíneo alguno conmigo ni con ninguno de la familia… comenzaba a creer que hubiese sido mejor traer a Jassper. Suspiré intranquilo y pasé mi mano por el cabello revolviéndolo de pura frustración cuando sonó nuevamente el teléfono, lo tomé y miré la pantalla la cual me advirtió que era Alice,

_Alice ¿qué sucede?_ pregunté rápidamente,

_Es Bella… solo apresúrate, está por suceder algo que creo que no te va a gustar_ instintivamente pisé el pedal del acelerador y mi mano se apretó al volante,

_¡¿Qué es Alice?!_ grité exasperado, mi hermana guardó silencio… no podía leerle la mente en esta ocasión pero sabía que ella estaba buscando la manera de decirme lo que quería decir _¡Habla!_

_Edward cálmate… ella está bien, pero…_

_¿Pero qué?!_ exigí viendo cómo la aguja del velocímetro alcanzaba los 170 kilómetros por hora, estaba cerca del Instituto, seguramente unas cuantas millas más, tan solo unos diez minutos.

_Edward tranquilo… es… Jacob Black_

No necesité escuchar más, aceleré lo que quedaba para que el pedal tocara el suelo del auto y corté el teléfono celular apretándolo con la mano hasta que solo quedaron las astillas. ¡Maldito! ¡Maldito Jacob Black! ¡Qué se atreva a ponerle un solo dedo encima y conocerá quién se esconde detrás de Edward Cullen!

Llegué al Instituto minutos después y podía llegar a sentir, como si eso fuera posible, el retumbar de mi corazón en mi pecho como si quisiera salir disparado, puse mi mente en blanco buscando los pensamientos del mocoso, me costó hacerlo ya que eran muchos los estudiantes que a esa hora salían del Instituto, aceleré hasta que llegué a la entrada del estacionamiento, en el momento en que apagaba el auto y salía de él a velocidad normal encontré los pensamientos del pendejo.

Ver lo que estaba en ese momento viendo el perro hizo que mi sangre hirviera al punto de que apenas pude evitar caminar normalmente y no dejarme dominar por mis instintos, Jacob estaba a centímetros del rostro de Bella y sus ojos estaban fijos en los dulces labios de ella, despacio pero seguro se acercaba a ella y ella cerraba los ojos.

No, no, ¡no!….

Cuando llegué al área de la entrada del Instituto los vi, las sucias manos de Jacob estaban sosteniendo la cintura de mi Bella… Mí Bella… mía! Maldición! Me apresuré a caminar entre los estudiantes que se encontraban dispersos por allí mientras veía como los sucios labios del perro se fundían en los de mi Bella y ella ni se inmutaba, sus manos agarraban con fuerza sus libros sobre su pecho y mantenía los ojos cerrados mientras se dejaba besuquear por el maldito.

_¡Isabella!_ grité enfurecido cuando estuve a unos metros de ellos, apreté mis puños dispuesto a saltarle encima al maldito. Vi cómo Bella se tensionó cuando escuchó mi voz y abrió los ojos sorprendida para voltear a mirarme… sus labios se movieron pronunciando un “papá” que apenas yo escuché…

Oh si pequeña… nadie te tocará más que yo ¡Nadie!...

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Amores! aquí con la ternura de los sábados... se acerca la verdad, besotes y ns vemos el lunes!!, las amooooo.... por favor dejenme sus comentarios, sabén lo que significan para mí, las adoro...

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