Capitulo 18: Mi principe

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Mi príncipe

Diario de Bella edad 15 años:

Hoy me he despertado pensando que tal vez, solo tal vez mi vida no sea tan mala después de todo, en algún momento… en algún instante todo lo que creía que estaba perdiendo lo recuperé de una manera que no pensé posible. Fue muy duro al principio pero tan fácil después y tan… natural.

La mediocridad y el miedo pintaban un cielo oscuro y atroz, una perspectiva difusa de mi vida en la que todo era al revés, en la que nada tenía sentido. Al fin comprendí que lo que había sido mi vida no fue más que eso, mi vida… que todo lo demás solo fueron nimiedades, que la historia que tenía junto a él tenía un por qué, una razón de ser, al fin entiendo que soy una persona normal viviendo en un mundo que tengo el privilegio de conocer. No soy hija de nadie, en realidad si… pero al fin confirmé lo que tanto sospechaba, no comparto ningún lazo sanguíneo con mi papá, es decir con Edward. Era demasiado obvio, siempre lo fue pero siempre fui lo suficientemente ciega o lo demasiado esperanzada como para creer que era hija de él.

Sabía que había algo mal en mí, definitivamente nunca llevé los genes Cullen y a pesar de saberlo nunca hice el intento de averiguar por qué. Ahora lo sé…

_Bella, ¿estás bien?_

_Ahmm… si, perdón._

Miré nuevamente hacia el frente de la clase donde la profesora Charlotte explicaba el efecto invernadero y sus consecuencias. Mi mente viajaba a diferentes lugares desde hacía meses, desde que conocí parte de mi pasado, mi verdadera identidad.

Era una Masen de apellido, al igual que él, que había conservado su apellido humano, pero también una Cullen como mi familia adoptiva y como mi corazón y alma lo sentían, pero una Swan de sangre como Reneé y Charlie, quienes habían sido mis padres naturales. Aún no puedo creer que ellos hayan muerto en manos de un desquiciado vampiro y que ese mismo vampiro pueda llegar a estar aún encaprichado con la sangre que perteneció a mi madre, la cual corre por mis venas. ¿Será que algún día vendrá por mí?... mi padre, es decir, Edward me dijo que en caso de que se atreva a venir, toda la familia esta lo suficientemente preparada para luchar contra él y matarlo.

Si alguna vez dudé de Edward, fueron solo dudas de una niña encaprichada con quien creía que era mi papá, porque nunca tuve la certeza de todo lo que él había arriesgado ni abandonado solo para cuidarme, aunque él me repite cada día que ganó mucho más.

_Bella… ¿estás prestando atención o deseas que llame a tus padres para informarles de tu distracción?

_No profesora, disculpe…_

Puse lo mejor de mi para salir de mis pensamientos y mirar al frente y hacer de una vez que las diferentes divergencias de los efectos nocivos del Efecto Invernadero llegaran a mi mente y se quedaran allí.

El cielo brillaba con claridad cuando salí del Instituto y caminé por el estacionamiento, Edward me dijo que vendía a buscarme ya que deseaba llevarme a un lugar, estaba segura que tenía algo que ver con mi cumpleaños número dieciséis, ya que la última vez que tuvimos una charla juntos admitió que en mi cumpleaños pasado había hecho todas las cosas mal y al parecer quería redimirse, no tenía obligación de hacerlo, porque al fin y al cabo no éramos nada y en esa ocasión, contrario a lo que yo creía, él estaba en su derecho de divertirse a su manera, solo que como haber sido el hombre que cubrió mi papel de padre, tenía la obligación de comportarse a la altura de las circunstancias.

No puedo evitar verlo ahora como un hermano adoptivo, a lo sumo un amigo, ya que mi mente no registra la palabra “papá” cuando lo veo… es algo inverosímil. Si bien siempre lo fue ahora que se que no compartimos sangre, bueno… es mucho más increíble.

Nuestra relación siguió de manera natural desde ese día en el prado en el que me contó la verdad, no hubo remordimientos ni más mentiras, parecía que era mejor así que si hubiésemos seguido fingiendo ser padre e hija. Él me contó toda su historia, desde que me encontró hasta los días que pasó separado de mí junto a… Tanya. En cuanto a ella… no la he vuelto a ver, no se ha aparecido por casa al menos en mi presencia, pero de alguna manera se que él la sigue viendo, a Alice a veces se le escapa cosas que me hace pensar que visita a Edward mientras yo estoy en el Instituto. En realidad, no tengo por qué prohibírselo ni enojarme, supongo que él se desligó ya de la necesidad de aclararme cosas o explicarme lo que le sucede, después de todo yo ya no soy nada suyo… solo alguien a quien tuvo la obligación de cuidar. A pesar de eso, no hay resentimientos, yo le estaré para siempre agradecida que haya arriesgado su tiempo para cuidar de mi vida, le agradeceré por siempre y no seré nunca más que eso… su niña.

_Bella, ¿iras a ver los vestidos a Port Ángeles?, ¿puedo acompañarte?_ miré sobre mi hombro para ver a Ángela caminar hacia mí,

_No lo sé… Edward dijo que debía llevarme a un lugar, supongo que más tarde Alice se encargará de llevarme a por el vestido, si es así te llamaré…_

_¿Sabes?... Ben y su curso completo organizarán un baile para recaudar fondos para la fiesta de graduación ¿vienes?_ rebuscó en su bolso hasta que sacó una invitación para el evento _ Es el viernes 14, día de san Valentín en el paseo costero, será divertido… se que Jacob quiere invitarte, no le digas que no… ven con él!_

_Mmm… veré si Jacob decide invitarme, si no lo hace iré sola o con Alice… a ella le gusta las ferias…_ murmuré indiferente, no me gustaba la idea de pasar una tarde completa con Jacob, él era un muy buen amigo. Desde aquel beso en la salida del Instituto nada más sucedió, él me sigue persiguiendo e insistiendo, pero yo me comporto muy esquiva, Edward me advirtió sobre sus pensamientos, no me dijo cuales eran, pero me pidió precaución… mejor hacerle caso, él sabrá por qué. Aunque Jacob es de todas maneras mi amigo, a veces me pregunto qué fue lo que Edward vió en su cabeza para pensar tan mal de él.

Me despedí de Angy y volteé hacia el estacionamiento para verlo llegar. El Volvo plateado se estacionó a metros de mí, su mirada se fijó en mi en vez del camino y rodé los ojos cuando lo vi regodearse de su perfecta coordinación con una sonrisa de suficiencia. En estos meses que ya habían transcurrido, Edward y yo habíamos establecido una relación más bien de amistad, nunca dejó de ser el que me cuidaba y nunca le dejé de hablar de mis cosas con él, sus consejos y su tiempo siempre estaba disponible para mi, su escucha y protección era cosas igualmente disponibles y eso causó en mí cierta satisfacción. No perdí a mi papá, creo que de alguna manera siempre lo seguiría siendo, solo que ahora también tenía algo raro mezclado entre una papá, hermano y amigo…

_Hey princesa… ¿preparada para un paseo?_ preguntó asomando la cabeza por la ventanilla baja, sonreí caminando hasta la puerta del lado del acompañante, la cual él ya había abierto para mí desde adentro.

_Pues no lo sé… según donde tengas pensado llevarme, muero de curiosidad!..._ dije con ironía, su risa inundó el auto y no pude evitar mirarlo, parecía feliz… contento. ¿Me preguntaba si eso tenía que ver con Tanya?. Me mordí el labio considerando esa posibilidad,

_Mmm, pareces contento ¿qué sucede?_ le pregunté mientras el auto salía hacia las calles de Forks. Él me miró por un momento con una sonrisa en sus comisuras…

_¿Qué? ¿No puedo estar feliz por tan solo estar contigo?_ sus cejas se arquearon inquisitivamente y luego rió una vez más.

_No sabía que te hacía tan feliz eso… es decir, pasar el tiempo conmigo…_ dije pensando en su Tanya _ pensé que luego de que te desligaste de tu responsabilidad de padre, vivirías la vida que no pudiste vivir cuando yo lo impedía…_ él me miró de repente sin su sonrisa en los labios y me arrepentí al instante de mis palabras,

_Bella… ¿Cuántas veces hablamos de esto?_ murmuró sin mirar al frente, sus ojos dorados parecían llamear y su voz se tornó dura _ Bella… yo… debes entender que, a pesar de que ahora sabes quién soy en realidad, quién eres… nunca dejaré de tratarte como te he estado tratando hasta ahora, entiende que eres lo más importante para mí… siempre lo fuiste Bella… por dios…_ una de sus manos soltó el volante y fue hasta su cabello jalándolo, me encogí en mi asiento y miré hacia el frente tragando en seco…

_Lo sé, discúlpame no quise decirlo, solo que pensé que ahora que no tienes que ocuparte de mí ya…

_No es que deba ocuparme de ti Bella, lo hago porque quiero, porque lo deseo… si fuera por mí... _ se detuvo a mirarme por un momento, apretó la mandíbula y miró nuevamente al frente suspirando largamente _si fuera por mí daría mi existencia para hacerte feliz, esa sería mi propia felicidad… mi prioridad._

Bueno, no era la primera vez que deseaba mi felicidad, pero… ¿sacrificar toda su existencia por eso? ¿Realmente era necesario?...

Contuve mi boca floja hasta que él tomó el camino de la carretera, salíamos de Forks así que supuse que iríamos a Port Ángeles o tal vez más lejos, sonreí por dentro al saber que este día solo sería de los dos solos. Parecía que marchaba todo bien…

_Por cierto… el viernes Áng me invitó a una fiesta en Port Ángeles por el día de San Valentín, al parecer el curso de Ben lo organizará en beneficio para la fiesta de graduación…_ murmuré buscando en mi bolso la invitación que mi amiga me había dado, _...mmm… tal vez Jacob me invite, Áng me dijo que él tenía esas intenciones_ murmuré despacio sabiendo lo reticente que él era con Jacob. Miré a Edward una vez más alcanzándole la invitación que me había dado mi amiga, él parecía tenso… su mandíbula tensa, sus manos apretadas al volante y su indiferencia ante el nombramiento de mi amigo, me dijo que quería evadir el tema… echó un vistazo a la tarjeta y asintió.

_No tienes por qué esperar que él te invite…_ murmuró entre dientes _no es de caballeros hacer esperar a la chica para darle una cita… deberías ir con Alice… o alguien más_

_Bueno… supongo que también es decisión de la chica con quiere ir…_ repliqué. Edward me miró una vez más con el seño fruncido, como pensando en algo… _A demás se supone que las chicas van con los chicos, como parejas, me vería ridícula si voy con mi tía… todos sabrán que ningún chico me ha invitado…_

_Bueno… supongo…_ hizo una pausa para poner el cambio _ pero de ninguna manera esperaras que él se decida a invitarte, es inaceptable… ¿quién se cree?_

_¿Mi amigo?... supongo que se estará preguntando que si lo hace puede ganarse la enemistad de cierta persona…._ dije rodando los ojos _o peor aún, que puede ganarse un puñetazo_... él rió…

_Supongo que sí… bueno, por lo menos está consciente de que habemos quienes sentimos celos por ti…_ en seguida cerró los ojos fuertemente y se mordió el labio, ¿a caso me estaba insinuando que él sentía celos por mí?

_¿Celos Edward?..._ pregunté sonriente. Él me miró una vez más con una expresión dolida y resignada,

_Bueno… ¿no te has puesto a pensar que tal vez hay otros chicos que desean pasar tiempo contigo? Digo… ¿ese chico te interesa? ¿en verdad te interesa? Porque las veces que pude leer su mente no me gustó para nada…._

_Bueno, eso supongo que es mi decisión, si él me invita no veo por qué decirle que no, a demás si lo hago esperar por una respuesta ¿quién dice que nadie más me invite y cuando quiera decirle que si, él ya ha escogido a otra chica?... no quiero quedarme sin el pan y sin la torta…_

_Bueno… estúpido él si se lo pierde, a demás… no sería difícil que consiguieras pareja… más de uno quisiera ir contigo_ lo miré nuevamente para verlo con el seño fruncido, como si estuviera pensando en algo duramente…

_Bueno, eso sería fácil… tal vez Tayler o Eric también se atrevan a invitarme si Jacob no lo hace_ sonreí al verlo apretar los dientes, casi podía oírlos rechinar… era increíble que aún sintiera esa sobreprotección que siempre tuvo hacia mí.

Cuando llegamos a Port Ángeles, el sol de la tarde estaba alto en el cielo, las nubes lo opacaban impidiendo que los rayos de sol llegaran, pero de todos modos era agradable… al menos Edward podía andar con libertad sin temor a que vieran su piel brillar. Nos dirigimos hasta el centro de la ciudad, donde los comercios rebozaban de gente, me pareció raro que él me llevara hasta allí sabiendo que la gente pululaba por allí… era demasiado tentador para un vampiro, aunque supongo que para mi padre eso no era problema… él controlaba muy bien sus tentaciones.

Ahogué un grito cuando nos estacionamos en una librería que habían inaugurado recientemente, deseaba asistir el día que habían inaugurado, pero tuve que estudiar para unos exámenes y Edward insistió que me llevaría una vez que terminara el periodo de exámenes. Bajé del auto casi a los saltos cuando el auto paró a un lado de la calle, Edward me miraba con una sonrisa en el rostro mientras bajaba a paso lento del Volvo,

_Vamos… ¿ahora se te da por actuar tan lento como un humano?_ me quejé, él rió caminando despacio a propósito, _quiero saber si aún hay suficientes ejemplares de la trilogía de Aquasilva, por favor… me falta el tercer libro y si hay… y si se agota…_ entonces sin querer esperar más caminé hacia él y le tomé la mano para tratar de arrastrarlo conmigo, él rió cuando tironeé, sorprendentemente él se dejó llevar.

Dentro de la librería la gente se agolpaba como si fuera una liquidación de Victoria Secret´s, llevé de la mano a Edward hasta las estanterías llenas de libros, en seguida mientras estaba tratando de ubicar la sección Ciencia Ficción, sentía que sus dedos se entrelazaban con los míos sosteniéndome más fuerte, no le di importancia…

Entonces, mientras rebuscaba entre las distintas estanterías encontré la sección que buscaba, había de todo… libros sobre viajes en el tiempo, sobre aliens y platillos voladores, magos y hechiceras y al fin mi preciado Aquacilva, di un saltito alegre cuando tomé el libro con ambas manos y lo abracé contra el pecho, al fin luego de meses de búsqueda lo había encontrado…

_Si era tan importante para ti ¿Por qué no me lo pediste e íbamos hasta Seattle a buscarlo?_ murmuró su voz aterciopelada a mi oído, su mano me sostuvo suavemente de la cintura y su aliento frió me hizo cosquillas en el cuello _ o lo hubiésemos encargado en Amazon…_

_Nop… no hay como encontrar un libro así, tenerlo entre las manos sabiendo que es el original, mirar para saber que no está dañado o que le faltan paginas, que tenga el sello de la editorial, el olor a las hojas nuevas…_ murmuré cerrando los ojos para oler las paginas…

_Bueno, si… es verdad… no hay cómo oler algo tan delicioso que te estremece hasta los huesos_ murmuró cerca de mi oído, entonces su nariz rebuscó en el hueco entre mi cuello y mi hombro y aspiró fuertemente sobre mi cabello,

_Mmmmm… delicioso_ jadeó

Por dios… ¿él me había olido?...

De repente me sentí nerviosa y sin saber por qué. Di media vuelta y le mostré el libro,

_ ¿Me lo compras?... a demás quisiera buscar un libro de cocina_

_Por supuesto hermosa, para eso te traje, elige lo que desees… ¿se te dió por cocinar?_ murmuró entornando un ojo y tomando mi libro, me alcé de hombros…

_No lo sé, quiero aprender para hacerme la comida yo misma, se que a ustedes les repugna la comida humana y la verdad que quisiera saber cocinar para invitar a mis amigos algún día a comer más que unas pizas…_ rodé los ojos...

Edward asintió levemente y como siempre su gesto pensativo me intrigó, me separé de él nuevamente para rebuscar la sección Cocina en la que también encontré de todo, al parecer iba a necesitar asesoramiento ya que encontré libros que iban desde la “Comida mediterránea” hasta “¿Cómo aprender a hacer sushi?” pasando por “Gastronomía mexicana” … ¿qué llevar?...

_Mira este Bella “Cocina fácil para principiantes?”…_ murmuró hojeando un libro. ¿Había cocina para principiantes?... ¿no era todo lo mismo? ¿Qué cocinaría un principiante? ¿Un churrasco… un huevo frito… una sopa de verduras?.... mmm…

Me acerqué a Edward y el mito del huevo frito decayó cuando comprobé que habían varias recetas, abarcaba de todo solo que son ingredientes fáciles… me gustó… Finalmente Edward terminó comprando mis dos libros, un libro de partituras de piezas clásicas para piano y uno que rezaba “Arte contemporáneo con elementos clásicos”.

La tarde brillaba aún cuando el volvo desfiló hacia el embarcadero de Port Ángeles, el cual era hermoso por sí mismo, varios ferries entraban a la bahía y pequeños yates que esperaban en los muelles para ser usados. Edward condujo el auto por la costa lentamente para darme la oportunidad de admirar la puesta de sol en contraste con el embarcadero,

_Es hermoso…_ susurré despacio. Sentí que el auto se detenía a un lado del embarcadero con el sol frente a nosotros, era tan hermoso… el dorado del sol que se reflejaba sobre las aguas agitadas del mar, el silencio subliminal donde solo se oía el rugir del viento y algunos graznidos de las aves marinas que se apostaban sobre la playa. Suspiré cerrando los ojos sintiendo… palpando con mis sentidos lo maravilloso del momento con el hombre que significaba todo en mi vida a mi lado, con el que había compartido todo en mis quince años y con quien esperaba compartir más… el calor de los rayos de sol traspasaba la ventana y daba sobre mi rostro, era increíble cómo el resto de los cinco sentidos se intensificaban cuando la visión se bloqueaba, mi oído escuchaba el suave balanceo de las olas del mar, el viento agitado… mi nariz registraba el olor marino y el efluvio dulce de la persona que tenía a mi lado y con quien compartía este momento… mi piel de repente sentía la suavidad de otra piel contra la mía, suave como el satén, fría y dura que sostenía mi mano… entonces desperté…

Miré mi mano en mi regazo y la encontré entrelazada con la pálida mano de Edward, levanté mi mirada para toparme con la suya… tan penetrante, tan luminosa y bella… llena de paz y de ¿amor?... Ese rostro perfecto e increíble que solo existía en los locos cuentos de hadas a los que no tenía exceso, pero que sin embargo lo tenía aquí… tan cerca, tan imponente, tan mío…

Edward…

Suspiré inocentemente, como si mi corazón se sintiera completo como cada vez que lo miraba, como cada vez que lo tenía en mi presencia. Me aferré a su mano y dibujé círculos en el dorso para decirle que sí, que estaba bien sentirlo entre mis manos… que parecía como si estuviera en casa, tan normal, tan segura, tan cómodo, como siempre había sentido cuando sentía su piel.

_Se siente bien…_ murmuré ausentemente, entonces él sonrió demostrándome que ese sol no era lo maravilloso allí, que él completaba la imagen en mi corazón, que sin él ese paisaje no tendría color ni sentido alguno.

_Si… definitivamente se siente bien_ susurró recostando su cabeza en el espaldar del asiento, cerró los ojos y suspiró con esa sonrisa tan suya en sus labios…

Era tan hermoso verlo… ¿cómo llamarlo? ¿Mi ex -padre? ¿Mi nuevo amigo? ¿Mi hermano por adopción? ¿Mi padre adoptivo?. Era hermoso verlo al fin y al cabo. Era esa deliciosa mezcla de joven ingenuo, hombre tenaz, mito, leyenda y magia que entraba por mis ojos para instalarse en mi corazón. Era tan bueno verlo como una nostálgica pieza de piano tocada por sus manos, como una hermosa piel de granito brillando al sol, como esa voz de terciopelo que acariciaba mis oídos cada noche con sus relatos, como esas interminables carreras en el bosque…

Edward…

Suspiré nuevamente maravillada por su perfección… y daba miedo, porque me veía a mi misma admirar una gema de fuego que podía quemar mis ojos de tanto mirarla y pareciera que yo fuera hacia ese fuego como la mariposa, o como los mosquitos que perseguían la luz ultravioleta… porque de repente me sentí en peligro. Porque estaba admirando a una estrella inalcanzable que iluminó mi vida de la mejor manera… pero que era solo eso, una estrella… algo imposible…

_Bella… ¿te gusta lo que ves?_ murmuró sin abrir los ojos. ¿Él sabía que lo estaba viendo?... En seguida me acomodé en mi asiento y miré hacia el frente…

_Mmm… si… es un lindo atardecer, nunca había visto uno desde este puerto_ murmuré con voz contenida, entonces apretó mi mano que aún era sostenida por la suya,

_Bella… cariño, ¿te puedo acompañar al baile este viernes?... ¿por favor?_

Entonces volteé a verlo y supe que nunca había bailado con él… y que deseaba con todas mis fuerzas poder hacerlo. Porque de repente tuve la urgente e inesperada necesidad de que sus brazos fuertes me sostuvieran mientras una música suave flotara en el ambiente, como lo deseé hacer en mi cumpleaños, que sus manos rodearan mi cintura y mi cabeza reposara sobre su pecho… porque de alguna manera sobrenatural e imposible, deseaba que él fuera mi príncipe y yo su princesa… que por una noche mi cuento de hadas se hiciera realidad… aunque fuera solo una noche, una noche con el príncipe perfecto de mis sueños… Edward… mi papá…

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Bueno... perdón por tardar un poquito, espero que les haya gustado. Comienza el juego entre estos dos amores, se vendrá la miel... espero que no las abejas ja ja! Bueno, besos y déjenme sus palabras, las quiero!!!! gracias!

P.S: Es verdad que trato de conseguir el tercer libro de Acuasilva y no puedo ja ja, es una trilogía hermosa por cierto, besos!