Capitulo 34: Rito de amor

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Rito de amor

¿Cuántas veces deseé estrechar mi cuerpo contra el de Bella sin temor a romperla, sin temor a dañarla?... miles. Mi mente rápida y zagas había llevado la cuenta desde el primer momento en que mis ojos se fijaron en ella, en su pequeño y delicado cuerpo, su delgadez, su pálida y tan delicada piel que siempre estaba propensa a sonrojarse en los puntos y momentos adecuados, lo cual la hacía aún más tierna e inocente, sus pequeñas manos acariciando mi rostro hasta el punto en que yo la apartaba porque no podía batallar contra mi deseo… y ahora, ahora que ya todo eso estaba en el pasado… la tenía. Tan febril, tan audaz y sin embargo aún tan inocente, descubriéndonos los dos como los amantes principiantes que éramos, acariciándonos y sintiendo nuestras pieles suaves, cálidas y distintas a la vez… tan distinto todo a cuando ella era humana.

Sus besos cálidos rozaban la piel desnuda de mi pecho estremeciéndome y despertando una vez más mi deseo, con ansias de satisfacer el suyo… la noche había pasado demasiado rápido para mi gusto, hubiese querido una noche de 24 horas de ser posible. Antes… cuando gastaba mi tiempo en otras cosas tan banales como leer, inculcarme, componer y hasta cazar parecía que el tiempo pasaba demasiado lento, dándole a mi vida el sin sabor que siempre tuvo a pesar de hacer las cosas que me gustaba hacer y de las cuales me sentía complacido… ¡Cómo cambian las cosas cuando algo mejor se presenta! ¿Cuándo me iba a dar cuenta de las delicias que el amor podía depararme si no llegaba a conocer a Bella nunca?, ¿cómo dejar de comparar las diferencias a grandes rasgos de mi vida antes y después de Isabella Swan?... nunca. Era sabido, no solo para mí, que mi vida sin ella no tenía sentido… era tan banal y vacía que hasta después de que la tuve pude recién darme cuenta cuanto la necesitaba.

La luz del sol se asomó por el horizonte, la luz del primer día del resto de nuestra eternidad y le dábamos la bienvenida de la mejor manera, juntos y abrazados en una cálida y sumisa relajación post coital sobre la cama, a mitad de la noche se nos ocurrió probar nuestro mullido lecho y comprobar si era lo suficientemente resistente… lo era.

Acariciaba el cabello de mi esposa que caía detrás de su espalda en suaves ondas castañas que brillaba en tonos rojizos con la escasa luz de sol, uno de sus brazos cruzaba mi vientre para acariciar el costado de mi pecho y mi otra mano rozaba la piel brillante del brazo que descansaba encima de mi cuerpo. Bella en toda su magnificencia recostada sobre mí…

_¿Lo hechas de menos?_ preguntó de pronto mientras entre los árboles del bosque próximo a la casa cantaba una alondra con la salida de los primeros rayos del sol. ¿Qué quería decir con eso?... debía haber previsto que el silencio luego de nuestra unión le daría algo para pensar,

_¿Echar de menos qué?_ pregunté lamentando no poder leer su mente por enésima vez,

_Todo eso: el calor, la piel blanda, el olor sabroso… Yo nada añoro_ aclaró _pero me estaba preguntando si no te entristecía a ti el haberlo perdido.

¿Qué?...

Oh mi dulce Bella… ¿cómo pudo haber llegado a esa conclusión?, me reí suavemente, mi esposa tendía a aminorar las cosas y yo a exagerarlas, ¿cómo podíamos llegar a un punto medio en el que admitiéramos de una vez que todo al fin estaba bien, en el lugar donde se suponía debía estar? Ella en mis brazos en igual condiciones, sin prejuicios, sin tapujos ni arrepentimientos o culpas… todo bien.

_Sería difícil encontrar a alguien menos triste en este momento, te diría que es casi imposible. No hay mucha gente que consiga todo lo que desea, además de otras cosas con las que ni siquiera había soñado, y encima en el mismo día_ ella aún fruncía el seño a pesar de mi respuesta,

_¿Estás evitando la cuestión?_ murmuró dudosa, enseguida puse mi mano sobre su rostro,

_Eres cálida_ repuse, su piel era mi templo del cal0r, un nuevo calor por supuesto, diferente al humano… cuando corría sangre caliente por sus venas, tocarla era como tocar brasas ardientes, algo satisfactorio para alguien que vivió sumido en el frío por cien años, pero ahora, tocarla era más natural… más cómodo e incluso más placentero, era como volver a estar en casa. Deslicé mis dedos lentamente desde sus mejillas hacia abajo siguiendo el contorno de su mandíbula y el cuello, contorneando sus pechos llenos hasta su cintura y aún más abajo, no podía dejar de tocarla… su piel como seda me incitaba nuevamente a recorrerla con mis dedos, eso podría convertirse en una nueva adicción para mí, una nueva obsesión…

_Eres suave_ dije sin poder evitar pasar mi mano por su bajo vientre en el que alguna vez había morado mi hija, ahora suave y plano…

_Y en cuanto al olor, bueno, yo no diría que lo echo de menos ¿Recuerdas el olor de aquellos excursionistas cuando salimos de caza?_ pregunté… en seguida mi Bella frunció el entrecejo,

_Estoy haciendo un gran esfuerzo para no recordarlo_ murmuró con voz contenida,

_Imagínate besando eso…_ repuse, ella jadeó recordando.

_Precisamente. Así que la respuesta es no. Estoy feliz, porque no echo nada de menos. Nadie tiene más que yo ahora…_ dije con toda sinceridad. La miré para medir su reacción, ella debía creerme… debía saber que en verdad me sentía lleno y afortunado, como el Rey Salomón, tan satisfecho y colmado que no cabía en mi de felicidad. Ella levantó su cabeza para encontrarme sonriendo, sonrió también y se aproximó a besarme. Un beso lleno de amor y dulzura que pronto se convirtió en uno apasionado y lleno de fuego.

Por un momento pensé que algo se había apoderado de mi esposa, algo externo a su nueva vida, algo más que la lujuria de un recién nacido, aunque me parecía sumamente extraño esa característica en ella, se suponía que ella debía sentir sed de sangre y no de otra cosa. Pero definitivamente todos mis supuestos se rebatieron cuando ella comenzó a besar mi mandíbula y cuello con besos rápidos y fugaces, aún le era difícil manejar su velocidad. Ella misma se dio cuenta de ello y vi su esfuerzo por no acelerar las cosas, el frenesí del deseo era difícil de manejar para un vampiro… el cuerpo pedía y pedía siempre más y nuestro instinto nos hacía actuar para satisfacerlo.

_Quiero probar algo amor_ murmuró sobre la piel de mi pecho, mi mirada se dirigió del techo hacia ella y supe lo que deseaba hacer, algo nuevo para ambos.

_Bella… no sé_ no pude hablar más ya que ella comenzó a besar el contorno de mi abdomen deslizando su lengua por cada una de las marcas de mis músculos, sus manos recorrían cada centímetro de mi piel lenta y tortuosamente mientras sus ojos estaban clavados en los míos. Jadeé cuando su lengua se deslizó por el contorno de mi cintura baja y siguió hasta…

_Bella…_ advertí con voz áspera, ella hizo caso omiso de mis palabras y siguió su curso, cerré los ojos y apreté la sábana entre mis manos cuando sentí su lengua degustar la punta de mi erección,

_Oh Bella…_ gemí, una sensación igual de placentera de cuando estaba dentro de ella recorrió mi cuerpo, calor… temblor… placer… pasión… todo eso recorría cada fibra de mi cuerpo en ese momento. Con un esfuerzo sobrehumano pude evitar llevar mis manos a su cabello, eso era nuevo… esa sensación era tan diferente pero al mismo tiempo tan similar al estar dentro de ella.

No debía olvidar que tanto ella como yo estábamos experimentando allí sobre nuestra cama, diferentes explosiones del placer, diferentes posiciones y distintas maneras de explorar nuestros cuerpos… todas muy satisfactorias. Bella se las arregló para engullir literalmente mi miembro con su boca, eso casi me obligó a realizar algo que no hubiese sido algo muy caballeroso, terminar en su boca antes de tiempo… algo sin embargo peligroso ahora para los muebles que teníamos alrededor, solo me aferré de las sábanas y evité sostenerme del cabecero de la cama o morder salvajemente alguna de las almohadas debajo de mi cabeza, no queríamos dar el mismo espectáculo que habíamos dado en la Isla Esme, no queríamos destrozar la casa en nuestro primer día en ella… eso sería darle un motivo a Emmett para reírse de nosotros de aquí al resto de la eternidad.

Sentí que podía ver las estrellas cuando su boca comenzó a subir y bajar sobre mi erección tan frenéticamente, apreté mi cabeza contra la almohada y gemí susurrando su nombre como si fuera un mantra… mi propio mantra. No pude evitar luego mirar hacia abajo, eso me llevó al final… al eje del universo. Verla allí sentada con sus piernas a cada lado de las mías, sus pechos chocando contra mis muslos con cada envestida de su boca sobre mí, su cabello cayendo en cascada y acariciando mi piel con cada movimiento y sus pequeñas manos aferrándose a cada lado de mi cadera fue lo que hizo sacudir mi miembro a punto de estallar… ¡Maldición! ¿A caso no tenía ni la más mínima idea de lo sensual que se veía?,

_Bella… amor…_ gemí en advertencia, ella alzó sus ojos para conectarlos con los míos y gemí cuando ya no pude más, ella aceleró sus movimientos estrujando y apretando con sus dientes y sin preverlo… sin poder evitarlo colapsé ante el placer infinito de la carne gritando su nombre y desgarrando las sábanas a la que me aferraba, ella bebió de mí como si fuera el elixir más exquisito y mi sentido agudo del oído la oyó tragar hasta la última gota que salía de mí. Un ronroneo se oyó en su pecho al hacer esto… la miré de nuevo en el momento justo en que ella succionaba la punta de mi miembro en busca de la última gota y con un “plop” lo soltó sonriente aprobando ella misma su propia osadía, con el dorso de su mano se limpió la barbilla en la que se reflejaban unas gotas de mi propia ambrosía y luego gateó hasta mí para cernirse sobre mi cuerpo, piel con piel… sus manos en mi cuello y su boca mojada a centímetros de la mía, sus ojos fijos en mis labios y yo abrazándola de la cintura como si esa diosa del sexo se me fuera a escapar…

_¿Lo disfrutaste?_ preguntó inocentemente…

¿Qué..? ¿Qué si lo había disfrutado? ¿A caso en la lengua universal existía alguna palabra para describir lo placentero que se había sentido eso?...

_Bella… no hay como moverme dentro tuyo pero esto que acabas de hacer es lo segundo más placentero que hayas echo esta noche para mí, mi amor_ ella rió de mis palabras,

_¿Lo segundo?..._ preguntó apoyando su barbilla en mi pecho _¿y qué fue lo primero?_

La miré por un momento recordando cada segundo de nuestra primera noche juntos como inmortales…

_Pues… recuerdas cuando me… ¿cabalgaste?, bien… verte así sobre mí tan sumida en tu placer y tan gloriosamente sensual fue lo más excitante, quiero eso otra vez_ ella volvió a reír relajada y serena…

En un momento en que el sol se ya había surcado la línea del horizonte y sus haces de luz brillaban sobre el agua del estanque que teníamos en el jardín, Bella decidió hacerme otra pregunta,

_¿Cuánto durará esto? Quiero decir, Carlisle y Esme, Em y Rose, Alice y Jassper… no se pasan todo el día encerrados en sus habitaciones. Tienen una vida pública, vestidos todo el tiempo_ ella se retorció ligeramente haciendo rozar su entrada con mi miembro que amenazaba con endurecerse nuevamente si ella volvía a hacer eso… _¿Es que esta ansia, se acabará alguna vez?_

Me contuve de tomarle la cintura y ponerla justo encima de donde se suponía debía estar,

_Eso es difícil de decir. Cada uno es diferente y, bueno, muy lejos tú eres la más diferente de todos. Un vampiro joven promedio debería estar realmente obsesionado con la sed para darse cuenta de algo más por un tiempo. Eso parece no aplicarse a ti. El vampiro promedio, luego de un año, solo se preocupa por una sola cosa, solo la sed y ningún otro deseo parece apetecerle. Es simplemente una cosa de aprender el balance en eso, aprender, tener prioridades y manejarse…._ expliqué aún sin entenderlo yo mismo, bella simplemente rompía todas las reglas que se suponen estaban establecidas desde siglos, ella rompía el molde definitivamente,

_¿Cuánto tiempo?_ preguntó, yo pensé por un microsegundo… en realidad nunca habían parado y ella lo comprobaría ahora con su sentido agudo del oído… arrugué el entrecejo,

_Rosalie y Emmett fueron los peores. Tomo una sola década antes de que pudiera estar lejos de un radio de 5 millas de ellos. Incluso Carlisle y Esme tuvieron momentos difíciles acostumbrándose. Ellos son eventualmente esa feliz pareja. Esme les construyó una casa también, es más grande que esta, pero por supuesto, Esme supo lo que Rosalie quería y lo que tú querías_

_¿A si que 10 años?!_ preguntó con sorpresa, aunque muy en el fondo su voz contenía un dejo de satisfacción, _¿todos son normales de nuevo? ¿Así tal como son ahora?_

Yo sonreí nuevamente, el adjetivo “normal” parecía no aplicarse a nosotros, nada era “normal” en nuestras vidas… al menos no tradicionalmente.

_Bueno no se a que te refieres con normal. Ves a mi familia de un fantasioso modo fantasiosamente humano, per tu has tenido noches en las que has dormido_ murmuré guiñándole un ojo… por supuesto ¿qué más se esperara que hiciéramos a través de cientos de años en los que en las noches no podíamos dormir…? Por supuesto algunos aprovechaban mejor su tiempo que otros…

_ Ay una cantidad tremenda de tiempo cuando no duermes. Hace que puedas balancear tus… intereses rápidamente. Esa es la razón por la que soy el mejor músico de la familia, porque, después de Carlisle, he leído la mayoría de libros, estudiado la mayoría de ciencias, aprendido a hablar fluido en la mayoría de los idiomas… Emmett te ha de ver hecho creer que soy un sabelotodo porque puedo leer la mente, pero lo cierto es que he tenido mucho tiempo libre_ reímos ante la perspectiva de que de ahora en más, ya no habrían libros, ni ciencias, ni lenguas, ni nada más que Bella que ocupe mis noches y estaba extasiado de felicidad ante esa perspectiva… el futuro se me hacía delicioso si eso era lo que me esperaba. Esa repentina risa, ese movimiento de nuestros cuerpos creó una fricción inesperada allí, donde nuestra piel desnuda estaba en contacto. La miré por un momento antes de que ella se mordiera el labio acallando su risa, como si hubiese hecho algo malo… nada de eso, solo me había excitado. Me sentí crecer entre sus piernas, me sentí poderoso nuevamente o sumiso si se quería, era ella la que tomaba el control de las cosas por su exuberante libido y eso me gustaba sobremanera, me gustaba ser quien le diera el placer, pero extraordinariamente ella también me daba… demasiado, jamás pensé que mi lado sexual saliera a flote de esa manera… más de 90 años contenidos, esperándola a ella… y ahora que la tenía era como al fin haber podido obtener el sol entre mis manos.

_Eres insaciable…_ murmuró besando la piel de mi pecho, reí ante esas palabras… certeras sí, pero inequívocas al referirse solo a mí…

_¿Y tú?...¿no puedes solo ignorar eso allí abajo y seguir descansando sobre mi pecho?_ ella me miró como si hubiese dicho una anormalidad, alguna blasfemia…

_¿Estás loco?_ susurró con sus ojos bien abiertos, enseguida se sentó sobre mí y sin vacilaciones tomó mi miembro posicionándolo entre sus pliegues… _¿quieres detener esto?_ murmuró con voz áspera. ¡Por dios! Si era como si me diese a elegir entre la sangre de un conejo y la de un puma!...

En respuesta la tomé de la cintura con ambas manos y la empujé hacia abajo, entré en ella de una sola estocada… fuerte… duro… y fue maravilloso, un gemido de placer salió de entre sus labios y un ronroneo se escondió en mi pecho. Mi diosa personal del sexo comenzó un suave balanceo sobre mí, mirándome fijamente a los ojos y mordiéndose el labio… algunas cosas nunca cambian. Mis manos subieron por su cuerpo hasta que llegaron a su pecho acunando ambos senos entre mis dedos mientras ella gemía suavemente y su movimiento se tornaba cada vez más rítmico y constante, sus manos se sujetaron en mi estomago y eso pareció darle más balance para comenzar a moverse rápido… ¡Oh dios! ¡Cuántas cosas me había perdido!

Su rostro retorcido de placer me excitaba aún más, por lo que de un solo movimiento y sin que pudiera contenerme me senté con ella en mi regazo, sus pechos danzando al ritmo de nuestros movimientos, sus manos aferrándose de mis hombros en conjugación con el choque de nuestros sexos con cada envestida me hicieron tocar el cielo con las manos,

_Oh dios… amor…_ musité cuando sus paredes inesperadamente comenzaron a estrecharse aún más de lo que ya eran por naturaleza, sus gemidos aún más fuertes y sus la fricción aún mas irresistible me hicieron rodar los ojos detrás de la cabeza y esconder mi cabeza en su cuello

_Bella!_ gemí antes de estallar dentro de ella, sus labios susurraron mi nombre con reverencia y la sentí tensarse,

_Edward… amor… Edward_ gimió mientras se contraía y convulsionaba sobre mí. Esto era el nirvana… si existía tal cosa, mi Bella era mi nirvana…

La abracé fuerte cuando colapsó sobre mí, nuestras respiraciones discordantes fueron apaciguándose lentamente mientras acariciaba tiernamente su espalda,

_Te amo Bella… tanto…_ murmuré sobre su cabello, ella ronroneó mientras besaba mi hombro.

¿Cómo iba a poder superar eso? ¿Cómo osaba reírme de Rose y Emmett si nosotros tal vez éramos peores?... ¿cómo iba a pasar el resto del día… de mis días… sin que mis dedos se aproximaran a tocarla?... Bella era mi perdición, mi dulce rito de amor.

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Amores! perdón por la tardanza, es que estuve de viaje y por eso también el capi es un poco corto... Gracias por la paciencia, por sus palabras y su amistad... muchas gracias! Las quiero besos, nos vemos el viernes. No se olviden de pasar a leer Crónicas Universitarias en el blog de Coka, esta muy bueno...

Merezco tus palabras?? Gracias!