Capitulo 21: Celos

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Celos

El resto de la noche pasó como una estrella fugaz en el firmamento, no me percaté de nada más y no presté atención a nada que no fuera a la pequeña criatura que tenía delante de mí con mis brazos envolviendo su cintura, meciendo lentamente nuestros cuerpos mientras Kings of Lions continuaba tocando.

Cuando el cantante anunció la última canción de la noche enterré mi nariz en el cuello de Bella, pronto esta noche llegaría a su fin y la burbuja en la que nos habíamos metido reventaría sacándonos de esta nebulosa excitante. Luego de nuestro primer beso nos habíamos abrazado para no despegarnos en toda la noche, su calor me rodeaba verdaderamente y todo mi cuerpo parecía latir al compás de su corazón… la adrenalina fluía en nuestras venas y parecía que el tiempo se había detenido para nosotros, entre gritos, canciones, saltos y las notas de guitarras en algún lado del escenario.

Los aplausos y los gritos desesperados de adolescentes excitados me hicieron levantar la cabeza y darme cuenta que la banda se había despedido ya, el escenario estaba oscuro y la gente a nuestro alrededor comenzó a dispersarse salvo por algunos rezagados que se quedaban cerca del escenario para ver si tenían la posibilidad de ver a sus ídolos.

_Vamos antes de que el estacionamiento sea un caos… no podremos salir_ le murmuré al oído mientras la empujaba hacia la salida,

_Pensé que estábamos hablando de un vampiro que todo lo puede…_ replicó ella de vuelta,

_Bueno cariño, no pienso dejar que me lleven preso por atropellar adolescentes excitados, ya sabes… mientras más adrenalina en sus venas más peligrosos son…_

_ ¿Peligrosos? ¿Lo dices por tu Volvo o por mí?_ sentí su sonrisa al decir esas palabras,

_Por ambos, son mis tesoros más vulnerables…_ la escuché reir…

Llegamos a la salida que estaba abarrotada por cientos de personas que querían salir al mismo tiempo, mi prioridad era en ese momento Bella, la coloqué delante de mí con mis manos en la cintura mientras nos abríamos paso hacia el exterior. Nos detuvimos un momento y pude escuchar un revuelo en la entrada, así que me detuve para dejar seguir a las personas que venían detrás de nosotros. Bella volteó para estar frente a mí y miró a un costado donde un par de chicas nos miraba mientras también esperaban,

_Hey! Tienen que ir al Night Club luego de salir de aquí… seguramente la banda hará un after party, podremos tomar algo… mientras escuchamos ¿no crees?_ la rubia platinada de brillantes ojos azules me miraba al tiempo que me gritaba sus pensamientos en la cabeza…

“Solo di que si, deja a esta niña en casa y vamos, lindo”

_Si!, solo que los menores no pueden entrar… _ gritó la morena que estaba a su lado, sus ojos recorrieron mi anatomía como un escáner y sonrió cuando volvió a mirarme _no querrás llevar a tu hermanita!_ su dedo índice señaló a Bella mientras que la rubia reía tontamente. Sentí que unos pequeños brazos cálidos envolvían mi cintura y tiraban de mí, cuando miré hacia abajo Bella las miraba echando fuego por los ojos, la conocía lo suficientemente bien como para saber que estaba jodidamente encabronada, una de sus manos rodeó mi cabeza tomando con sus dedos el cabello de mi nuca y jalándome hacia sí, sus labios chocaron con los míos casi salvajemente, la sentí jadear en mi boca mientras su lengua se enroscaba en una lucha encarnizada con la mía… diablos! Ese beso lo fue todo, pero fue totalmente diferente al primero, este era un beso de reclamación, era algo sumamente territorial y eso me molestó… ella no tenía por qué actuar así. ¡Carajo! Si yo era tan jodidamente suyo desde el día en que nació!

Me dejé llevar por que no quería hacerla sentir mal, a demás de que… maldición! se sentía realmente bien. Cuando sus labios dejaron los míos ella se separó de mí con una sonrisa de suficiencia y volteó a ver a las chicas que aún estaban a nuestro lado, la morena jugaba con su celular y la rubia miraba desafiante a Bella con los brazos cruzados a la altura de su pecho y sus ojos recorriendo a Bella de arriba abajo,

_Oh! Lo sentimos mucho niñas…_ murmuró Bella con un dejo de sarcasmo en la voz _mi novio y yo vamos a casa, tenemos muchas cosas mejores que hacer ¿no es cierto cariño?_ dijo eso último mirándome con una amplia sonrisa socarrona y la punta de su dedo índice recorriendo mi pecho sobre la camiseta.

Reprimí una sonrisa porque no quería alentarla a pensar que lo que había hecho y dicho estaba bien, pero sutilmente asentí y caminé empujándola suavemente entre la gente para alcanzar la salida más rápidamente.

_Estúpidas zorras! ¿Qué se creen?!_ bramó una vez que habíamos logrado salir al exterior y la llevaba de un brazo hacia el estacionamiento _¿Oíste lo que la perra esa dijo? ¿Yo? ¿Tu hermanita? ¡Diablos!... que ganas de tomarla por el cabello y sacarla arrastrando de allí!_

_Bella…_ advertí…

_¡¿Qué?!..._ gritó como si hubiese estado reprimiendo el punto de ebullición _¿me vas a reprender? Ah claro! Muy bien que tú no les dijiste nada, ¿te gustó? Edward por dios santo! ¡Te estaba coqueteando!_

_Para empezar no sé por qué te lo tomas tan a pecho, no te conocen… no nos conocen, a demás, Dios Bella… eres muy volátil, saltas en seguida en vez de ignorar. Aún no puedes controlar esos berrinches de niña que a veces te dan_ abrí la puerta del Volvo para que ella se sentara pero no se movió del lugar, cuando me fijé en ella de nuevo me veía como si le hubiese dicho algo demasiado ofensivo.

_Bella… no quise decir eso, pero debes aceptar el hecho de que actuaste mal hoy. Primero allí adentro utilizándome para contradecir sus dichos y segundo hace unos segundos con los insultos que salieron de tu boca, Bella yo no te enseñé así_

_Edward! Tú no eres mi padre!... pensé que eso había quedado claro_ gruñó cruzándose de brazos de manera desafiante _y si tanto te gustaba que esas… idiotas te coqueteasen me hubieras dicho para que esta niña caprichosa_ continuó golpeando su pecho con el dedo índice _no te molestara!_

Suspiré tomándome el cabello entre las manos, ¿cómo podía ser tan terca? ¿Cómo podía pensar que esas chicas me podían llegar a interesar? Siempre la había observado, a lo largo de su vida y siempre me había reído o me había parecido tierno las manifestaciones posesivas que tenía para conmigo, esas tiernas y dulces escenas de celos que no le hacían daño a nadie en su momento, solo tal vez a una u otra camarera que se insinuaba… pero ahora, dios! Ahora era todo tan diferente, ella ciertamente ya no era una niña y estas escenas ciertamente no eran simples escenas de celos de mi hija, ella no era mi hija, ella era algo más… mucho más y ella lo sabía.

_Bella… por favor, no arruinemos la noche, entra al auto y vamos a casa ¿si?_ le pedí con mi mejor voz paciente. Ella se apresuró a entrar al auto y cerré la puerta detrás de ella, llegué hasta mi lado y me subí tras el volante. Suspiré frustrado, era nuestra primera noche juntos… si se podía pensar en eso tan pronto, y no había salido como habría querido que terminara… lamenté habernos encontrado con esas chicas y más lamenté no haber sacado a Bella de allí antes de que ellas hablaran. Me apresuré a abrochar el cinturón y sentí su aliento cerca de mi oído… un beso pequeño y presuroso se posó en el lóbulo de mi oreja mientras el clic del precinto de seguridad resonaba dentro,

_Perdón_ susurró apenas _ levanté la mirada sin separarme de ella y vi la pena en sus ojos, suspiré una vez más. ¡Diablos! Que difícil era manejar las relaciones humanas! Y yo nunca había estado en una. Es decir, si… hace años con Tanya, pero había sido totalmente diferente… maldición! Tanya era solo una amiga, nunca sentí por ella lo que siento por mi Bella, jamás imaginé que existía este sentimiento hasta que me di cuenta que estaba enamorado de ella. Nunca había experimentado el amor y sin duda experimentarlo junto a Bella iba a ser más que un reto, una osadía…

_Perdonada_ susurré de vuelta _pero no debiste haber hecho eso de todos modos, creí que me conocías y que ibas a saber ignorarlas como lo hice yo_

_Lo sé, es que… se me hace difícil pensar que…_ el silencio sobrevino y solo pude oír el sonido de su corazón,

_¿Qué?_ le pedí.

_Que tal vez… ibas a querer ir con ellas y dejarme en casa, algo estúpido en realidad_

Reí casi sin ganas, un poco desilusionado en realidad… pensé que ella me conocía, pensé que ella sabía que nunca más la dejaría sola, nunca más,

_Valla Bella_ moví la cabeza sin poder creerlo _nunca te mentiría, jamás me iría a ningún lado sin que tu lo supieras y por sobre todas las cosas, Bella…

_No digas eso…_ musitó con una sonrisa burlesca _ no cuando eres tú el que te reúnes con tu querida amiguita a escondidas cuando yo no estoy… ¿no es así Edward?_

Oh dios…

_¿No es verdad que la sigues viendo? ¿Qué sigues viendo a tu Tanya?_

No me di cuenta cuando mi pie comenzó a hundirse en el acelerador y mi mano a aferrarse al volante con tanta fuerza hasta que ella puso su mano en mi brazo,

_Hey… está bien, eso significa que lo admites ¿no?_

_Bella, ella es solo una amiga… ella no es mi Tanya, de hace años que la conoz…

_Hace años era algo más ¿verdad?_

_Eso pasó hace mucho tiempo, ahora todo cambió… todo es distinto. Solo fue una casualidad encontrarla, Alice te puede decir que entre yo y ella no…

_Precisamente fue ella la que me dijo que Tanya te visita mientras yo estoy en el Instituto, a diferencia tuya, Alice no miente y es honesta…_

_¡Yo no te miento!_ gruñí enfurecido, ¿por qué me juzgaba? ¿Por qué carajo me juzgaba cuando ella también gozaba de la amistad con su amiguito Jacob? Porque a diferencia de ella yo si tenía que soportar los pensamientos sucios de ese perro cada vez que lo veía, que se imaginaba tocando la suave piel de mi bella, maldición! De MI Bella!... que se veía besándola como si ella lo desearas, estúpido… maldito estúpido, si él supiera.

_¡¿Entonces si no mientes por qué no la traes a casa mientras yo estoy?! ¿Por qué nunca me dijiste que la seguías viendo?!_ inquirió casi fuera de si,

_Precisamente porque al hablar de ella te pones así! Bella… por dios, crece!... Date cuenta de que ella no me interesa!_

_Y allá vamos otra vez… ¿¡Crece?!, ¿Por qué todos me tratan como una niña?!_

_Porque te comportas como una Bella… no ganarás nada haciendo berrinches o poniéndote caprichosa como cuando tenías diez años. Bien recuerdas la cantidad de veces que dejé pasar tus escenas de celos, pero ahora… esto fue suficiente!_

Traté de acompasar mi respiración mientras doblaba en la entrada que nos llevaba a la casa, la oscuridad nos envolvió cuando nos adentramos en el bosque, las ramas no dejaban pasar la luz de la luna y solo reflejaba nuestros rostros la luz del salpicadero. Sentí el suave olor salado en el aire y supe que Bella estaba llorando, no dije nada… no debía dar brazo a torcer ahora, no ahora… hacerlo sería como volver tres pasos hacia atrás y darle la razón a ella, sin embargo moría por frenar el auto y jalarla hacia mis brazos, envolverla en ellos cerca de mi pecho y susurrarle al oído que todo estaría bien, que yo la amaba sobre todas las cosas y que la aceptaba tal cual como era, con ataques de celos, berrinches y escenas territoriales, decirle que moriría por ella si ella me lo pedía… pero no, me aferré al volante mientras entre los árboles ya se podían ver las luces de la casa.

Resiste Edward, no le des lo que ella quiere, no hagas como siempre hiciste… ella debe entender que es única para ti, ella debe entenderlo, por favor…

Estacioné frente a la casa, guardaría el auto más tarde cuando ella estuviera dormida… ahora simplemente necesitaba dormir, necesitaba descansar para aclarar sus ideas y despejar su mente.

Suspiré y abrí la puerta para bajar cuando ella sostuvo mi brazo susurrando un “espera”… la miré cerrando la puerta suavemente ¿ella quería hablar?... ¿ella había comprendido?,

_Antes de entrar… me gustaría… besarte_ susurró débilmente, si no hubiese tenido mi buen sentido del oído no la hubiera escuchado. Aparté la mirada de ella sin saber bien qué hacer… fijé mis ojos en las luces parpadeantes del salpicadero escuchando la sutil aceleración de su corazón… Diablos, qué difícil era decidir ahora cuando el arrebato causado por la adrenalina se había apaciguado, que difícil era decidir entre darle lo que quería y lo que yo necesitaba, Maldición si era la misma cosa!...

_Valla que piensas demasiado Edward, ¿me lo darás o no?_ su voz me sacó de mis cavilaciones…

¿Besarte?...

¿Así?... ¿enojados el uno con el otro?...

Muero por besarte pero no si solo es tu capricho…

_No_ dije finalmente preparándome para la sarta de insultos y reproches que saliera de su dulce boca. ¿Cuándo perdí a mi niña y me gané una adolescente hormonal?...

Cuando te fuiste ella se quebró y perdiste a tu niña, ahora cosecha lo que has sembrado.

_Bien…_ susurró _gracias por mi primera beso entonces_ con eso salió del auto y cerró la puerta con brusquedad.

Y todo fue calma otra vez, hundí mi cabeza entre mis manos hasta que mi frente chocó contra el volante y la sacudí contra él una… dos… tres veces hasta que sentí un “crac” en algún lado… no supe si fue el auto o mi corazón, para el caso daba lo mismo. Mis ojos volvían a picar luego de seis meses, su silencio, su tranquilidad fue mucho peor que una sarta de insultos… ¡Maldición! Los hubiera preferido antes de esas palabras “Gracias por mi primer beso entonces”…

¡Mierda!... ¿En qué momento todo salió contrario a lo que yo había planeado esta noche?

Diario de Bella a la edad de quince años:

En este momento estoy tratando de controlarme para no dejarme llevar por mis impulsos y gritar de frustración, de ira y de odio!...

No es justo, no lo es querido diario, no es justo que él me juzgue de caprichosa y de hacer cosas sin sentidos cuando fue él el que se fue hace seis meses cuando pensó que era lo mejor para mí… nunca fue lo mejor para mí!, nunca lo será, siempre fue lo mejor para él. No es justo que él ahora me diga todas esas cosas…. Bueno, aunque tal vez algo de razón tenga.

Pero diario, te juro, te juro que me hirvió la sangre cuando esas descaradas la miraron así, tuve ganas de sacarle el zapato a alguna de ellas y clavarles el taco de diez centímetros en sus ojos, algo demasiado drástico, pero lo hubiese hecho si seguían coqueteando con él. Se que no somos nada, no sé en qué quedamos luego de ese beso, de esos dos besos, porque estoy segura que si yo no lo hubiese besado otra vez frente a esas zorras, él no lo hubiese hecho… aunque si tal vez hubiese sabido comportarme me hubiera ganado un beso cuando llegamos a casa. En fin… es algo raro. Demasiado, en el momento lo sentí subliminal, pero de alguna manera lo sentí tan natural mientras estaba sucediendo… es decir, él fue mi padre toda la vida, el concepto todavía anda dando vueltas en mi cabeza cada vez que lo veo y creo que va a ser difícil deshacerme de eso… es decir, él fue el hombre que me crió y es algo frikie el deseo abrumador que tengo de volverlo a besar una vez más.

Esa noche cuando bajé del auto tenía ganas de aporrear la puerta de su precioso Volvo y hacerla pedazos, pero eso hubiese sido darle la razón y admitir que yo era una niña todavía, o al menos que me comportaba como una. Y maldición! yo quería ser más que eso, yo quería ser una mujer… yo sabía que era lo que él esperaba de mí, que creciera y que dejara de ser tan hormonal, él mismo lo había dicho y ahora caigo en la cuenta de que tan importante era eso.

Querido diario, ahora me doy cuenta de que Edward siempre fue para mí mucho más que mi padre, él siempre fue el hombre de mi vida… yo lo quiero, no… yo la amo. Y yo quiero ser una mujer para él… su mujer.

Lloré toda esa noche luego del concierto y del beso que hizo batir mi corazón como las aspas de un helicóptero, yo lloré toda la noche en mi cama hasta que quedé dormida. Me sorprendía a la mitad de la noche cuando abrí los ojos derepente por una pesadilla y Alice estaba junto a mí acariciando mi cabello y arrullándome con su suave canto, desvié la mirada cuando vi que algo se movía en la ventana y lo vi… él estaba parado lejos de mi cama pero dentro de mi cuarto, las manos en sus bolsillos y el rostro contraído, él parecía mortificado… sin embargo no era él el que me arrullaba, ni el que acariciaba mi cabello y me obligué a cerrar los ojos para volver a dormir.

Me desperté a la mañana siguiente cuando los rayos del sol se arremolinaron en mi cara, me tapé con la colcha por encima de la cabeza y sentí mis ojos hinchados… entonces recordé por qué había llorado tanto.

Era duro admitirlo, pero él de alguna manera tenía razón, pero yo también la tenía… ¿cómo iba a dejar que esas descaradas coqueteasen con él? Siempre fue lo mismo, a lo largo de nuestros años juntos como inocentes padre e hija tuve que lidiar con ellas, pero él nunca hizo nada… él nunca movía un dedo para ahuyentarlas y eso me enfurecía, ahora me pongo a pensar ¿Qué hubiese sido si yo no se las hubiera sacado de encima? Bueno, seguramente si yo no hubiese existido para que él cargara comigo las habría aceptado… y eso dolía tanto…

Tanto… Que es verdad, yo muero de celos.

Pero por sobre todo, no negar la presencia de Tanya, eso fue lo peor… es decir, él la sigue viendo y a escondidas, él literalmente lo admitió. ¿Y qué podía hacer yo contra eso?... ¿Cruzarme de brazos mientras él me juraba que eran solo amigos? ¿Seguir pretendiendo que yo no sé que ellos se ven? Con mayor razón, si son solo amigos, él debería al menos traerla a casa cuando yo estoy. ¿Por qué tendría que ocultarla?

Si él decía que yo era una celosa y caprichosa niña por haber defendido lo mío de las garras de esas cualquieras, bueno, si tal vez lo era… pero también era porque lo amaba y él iba a tener que entender eso ¿no?. Él debía entender que era imposible no sentir celos e inseguridades cuando alguien tan supremo y hermoso como él era acechado por niñas… lindas, mientras yo aún me sentía una fruta que no acababa de madurar.

Entonces esa mañana tomé una importante resolución y por primera vez en todo el día mientras tomaba mi desayuno en la cocina… sonreí y mi pecho se sintió más ligero, más esperanzado y por algo que no supe entender más feliz… él iba a entender lo que en la lengua española significa la palabra “Celos”… y lo que para mí significa.

_Bella… estoy muy, muy, muy orgullosa de ti_

Casi caigo mi café con leche cuando oí las palabras de Alice a mi lado, ¿corrió de donde fuera que estuviera para decirme eso?... Oh….

Lo vió…

_¿Po- por qque?_ tartamudeé al sentirme atrapada, era imposible tomar decisiones en esa casa mientras Alice estaba cerca.

_Eso que harás, es la más grande idea que alguien ha tenido en esta casa… y te ayudaré_ canturreó… y sonreí, sabía que ella lo haría. Por su puesto que ella lo haría, ella me dijo sobre Tanya y fue ella la que me dijo que a los hombres había que pagarles con su propia medicina… eso era precisamente lo que iba a hacer.

El lunes por la mañana luego de un domingo de instrucción junto a Alice y Rosalie, que curiosamente se unió para dar este gran paso, me miré frente a espejo con una enorme sonrisa en el rostro, ellas me miraban detrás de mí como dos madres orgullosas de su hija, Rosalie sonreía con determinación y Alice daba pequeños saltitos tapándose la boca con una mano para contener la carcajada.

Edward y yo no pasábamos más que de las pocas palabras, las necesarias diría yo, él había querido hablar en la tarde del domingo, pero al verme ocupada con las chicas se rindió y me dejó ser. Yo no quería hablar en realidad, yo quería que él entendiera mi punto y eso era lo que iba a hacer.

Tomé la mano de ambas y salí de mi habitación, ellas bajaron la escalera antes que yo, se suponía que Edward estaba esperándome en el Volvo para llevarme al Instituto, así que como estaba previsto, solo encontraría a Jasper y Emmett jugando al ajedrez en la sala, así fue. Al verme Jasper dejó caer el peón que tenía entre los dedos y Emmett alzó las cejas y quedó petrificado en su asiento mientras sus labios formaban una perfecta O… escuché ronronear el auto en la entrada así que supuse que Edward estaba esperando. Sabía lo que mis ex tíos estaban viendo y entonces confirmé que iba a ser un tormento para Edward. Alice me había vestido con una minifalda tableada de tela escocesa gris y verde apagado, la falda no era tan corta pero definitivamente no era larga, solo hasta la mitad del muslo, un cinturón ancho en color negro la sujetaba a mis caderas, llevaba una camisa blanca que remarcaba mi figura con los dos primeros botones desabrochados y un par de medias de lycra en color negras que envolvían mis piernas hasta la rodilla, unos zaparos negros de charol con un tímido tacón y mi pelo recogido en una coleta de caballo. Mmmm… podía decir que definitivamente y contrario a lo que yo pensaba, si tenía curvas e iba a saber aprovecharlas definitivamente.

Con un suspiro caminé hacia la salida cruzando la correa de mi bolso delante de mi pecho, un buen truco según Alice. Cuando salí afuera Edward estaba recostado contra la puerta del acompañante, con una mano en el bolsillo y otra revolviendo su cabello frenéticamente, a esas alturas debió haber visto los pensamientos de mis ex tíos así que no dijo nada. Sus ojos entonces se centraron en mí, yo bajé las gafas oscuras que tenía sobre mi cabeza y las coloqué frente a mis ojos… unos auténticos Ray Ban Wayfarers y bajé las escaleras del porche con pequeños saltitos, caminé hasta el auto…

_Buenos días Edward_ sonreí mientras abría la puerta por mi misma ante su mirada atónita, me senté y cerré la puerta esperando por él que parecía paralizado aún recostado sobre el auto…

Oh si… paguemos con la misma moneda Bella…

Suspiré y me sentí como realizada…

Esta idea iba a resultar muy… pero muy interesante…

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Bien, no meten a la autora, esta deseando saber sus reacciones. Para el final de este capitulo me sorprendí escuchando "Beeter sweet simphony" y rememoré escenas de la peli "Crueles intensiones"... ja ja... Y me dije: Bien Bella has lo tuyo, demuestra lo que tiene y hazlo tomar de su propia medicina... y Edward por favor, ya déjate de regañarla, NO ERES SU PADRE!... carajo! a veces me dan ganas de abofetearlos a ambos!

Besos!!!