Capitulo 22: Lo indeseable

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Lo indeseable

¿Qué carajo estaba tratando de hacer? ¿Qué pretendía hacer con esa vestimenta tan…? Dios… ni siquiera puedo encontrar la palabra adecuada. Es tan infantil de su parte y eso era precisamente lo que yo le estaba tratando de decir. Provocarme de esa manera era lo más bajo que podía hacer para llamar mi atención.

Ella se colocó los auriculares de su ipod mientras viajábamos al Instituto, tal vez para provocarme o simplemente para evitar la conversación que yo tenía pendiente con ella, pero no me habló hasta que llagamos al estacionamiento y ella se bajó despidiéndose con un “Nos vemos luego Edward”… tuve que reprimir un fruñido territorial cuando la vi caminar con tanta seguridad y un meneo innecesario de caderas, hacia su grupo de amigos que se reunían cerca del estacionamiento, así que para evitar escuchar los pensamientos de los demás y finalmente dar rienda suelta a mi monstruo interior que se alimentaba de celos y resentimientos, salí de allí como alma que lleva el diablo… ¡Estúpido!... Mi orgullo y ese… instinto de padre que había quedado dentro de mí como remanencias de nuestra relación pasada me decía que debía ignorar… hacer como los niños que si no ven algo no sucedió… pero ¡Diablos! Era tan difícil hacerse el sordo, el ciego y el mudo. No podía ignorarla, nunca pude y nunca podré.

Conduje a casa decidido a hablar con Alice, ella estaba detrás de todo esto, ella y sus ideas disparatadas que seguramente le metió en la cabeza, ella la vistió de esa manera, la que la preparó como un pedazo de carne para ser lanzado a las alimañas… Aunque sabía que no debía culparla de todo, buena parte del comportamiento de Bella era provocado por mi propio comportamiento y de eso al menos estaba consciente que era responsable.

Me quedé en el auto prometiéndome a mí mismo que no caería en su juego, si ella quería jugar este juego yo no me iba a prestar para ello, ella debía aprender que así las cosas no se solucionan, por más que a ella le haya dolido que le haya negado el beso que me pidió. De todas maneras, creo que me lo merecía de alguna manera, ella tenía razón… si yo no tenía nada que ocultar de mi relación con Tanya, no tenía por qué verla a escondidas… iba a solucionar eso, lo iba a hacer sobre todo para aclarar la situación con mi Bella. Tal vez si poníamos las cartas sobre la mesa ella no tendría la necesidad de comportarse de esa manera.

_Alice!_ murmuré bajando del auto. En menos de un segundo mi hermana estaba en la puerta con una sonrisa dibujada en la cara, las manos detrás de ella con los dedos entrelazados y balanceándose en su lugar como si fuera una niña que aparenta inocencia. _¿Me puedes decir que es lo que le dijiste a Bella para que actuara de esa forma? ¿Estás loca?... ¿Qué pretendes Alice?_

Ella no dejó de sonreír cuando me paré frente a ella ni cuando la miré con toda mi ira reprimida en mi interior, simplemente se quedó allí sonriendo como si se hubiera enterado que Giorgio Armani la iría a visitar,

_Creo que Bella finalmente encontró su mujer interior Edward, ella crece ¿sabes? Pronto mi pequeña Bells será una hermosa joven de dieciséis años_ canturreó con un suspiro,

_Lo será, lo sé… pero prefiero que mientras eso sucede tu te mantengas al margen Alice. No puedo creer que hoy la hayas vestido de esa forma, la largaste como un trozo de carne al mundo sin piedad, sin proveer que la comerán… con los ojos y tal vez…

_Con las manos_ terminó ella con una mirada suspicaz, me atraganté con el aire al considerar eso,

_No… Bella no llegaría a eso, ella… ella se haría respetar, ella solo lo hace para darme celos, para que yo quiebre mi palabra y darle la razón…_ dije convencido pero repentinamente preocupado, algo irracional se metió en mi cabeza… si alguien si quiera pensara en tocarla, si alguien solo la rozaba… yo lo mataría.

_Bueno, creo que ella es grande Edward, no puedes negar que es hermosa y que está en plena explosión sexual… no creo que dude cuando un chico que le guste la corteje, ella se niegue. Tú la rechazaste… recuerda_ murmuró como si fuera lo más común del mundo,

_¿Qué ves?_ inquirí tratando de mantener a raya mi preocupación, sabía que Bella estaba en pleno estallido sexual, como Alice lo había nombrado, pero también confiaba en que Alice viera si alguien deseaba propasarse con ella, si no estaba preparado para seguirla y cuidar de ella como siempre lo había hecho y vigilar que nadie se atreviera a tocarla ni con el roce de un pétalo.

_Nada…_ dijo frunciendo el seño y esforzándose en mirar el futuro de Bella _ … todavía_ agregó, en su mente no había nada que por lo pronto perturbara a mi niña.

_En cuanto veas algo infórmame de inmediato_ le pedí con urgencia _ y por favor Alice, trata de no mantener tus pensamientos solo para ti, no me los ocultes_

_Umh, quisiera ser capaz de hacerlo, pero Edward… Bella me matará si sabe que estoy vigilando su futuro._ Alice se regodeaba en mi desesperación,

_No lo hará si no se lo dices, a demás… tú la metiste en esto, me la debes Al_ y aquí estaba yo, casi suplicando que me deje verla, tan patético! Así me sentía…

Alice hizo una mueca de incomodidad pero asintió con la cabeza levemente,

_Solo espero que te des cuenta de una buena vez que ya no es una niña, que creció y que esta comenzando a sentir cosas inexplicables para ella_ murmuró asintiendo con una leve sonrisa _ a demás no deberías culparla, ella te ama… y tu rechazo le dolió_ mis ojos se abrieron incrédulos y no pude evitar dejar escapar una risa irónica,

_Si ella me amara no se comportaría así Al, el hecho de que ella se comporte como una adolescente hormonal, que en definitiva es lo que es, no implica que me ama…_

_Ella te ama, no comiences con eso. Solo admite y acepta que ya no eres su padre, no puedes andar comportándote como tal cada vez que ella hace cosas… de adolescentes. Edward, los celos están bien para chicas de su edad, ella siente… es todo nuevo para ella, mucho más si ve que lo que más ama se encuentra en el centro de atención de chicas que ella consideraría como la rivalidad._

Y una vez más Alice tenía razón, ¿por qué diablos me hacían sentir como si el único equivocado en toda esta historia fuera yo?.

_Eso no es excusa para que la deje comportarse de tal manera, ella debería saber que yo no tengo ojos más que para ella…_

_¿Se lo dijiste alguna vez?_ preguntó interrumpiéndome. Me quedé pensando… de hecho miles de veces se lo había dicho, pero no en el mismo contexto ni en la actualidad.

Y luego de reflexionar un poco, luego de recordar todo lo que le había dicho a ella, supe que nunca le dije las palabras que tenía atascadas en mi garganta… nunca le dije que la amaba, más allá del vínculo que habíamos compartido, más allá de toda razón… y más allá de lo que podía comprender… yo la amaba y nunca se lo había dicho. Alice tenía razón…

Aunque aún tenía en la cabeza el hecho de que ella me ocultó la nueva vestimenta de Bella, era como si Alice le estuviera dando alas para volar cuando yo no quería que mi niña volara, ella descubriría que era capaz de tener a quién quisiera a su lado y yo… yo pasaría a la historia y no, no podía permitir eso. Maldición! Si yo era el cabrón egoísta que la quería a su lado, yo quería ser por todos los medios, el maldito afortunado que la besara y la acariciara, yo quería ser quien la hiciera sentir bien… solo yo.

Alice y Jassper se fueron de caza al mediodía, Emmett y Rosalie se habían ido a Port Ángeles de compras y Carlisle estaba en su turno en el hospital, Esme tarareaba en alguna parte de la casa pensando en su nuevo proyecto en marcha, mientras que yo había llamado a Tanya para pedirle que no viniera hoy, ni mañana y tal vez ningún otro día. Las palabras de Bella resonaban aún en mi cabeza,

“No digas eso… no cuando eres tú el que te reúnes con tu querida amiguita a escondidas cuando yo no estoy… ¿no es así Edward?”

Y ahora ella tenía razón y todos esos celos injustificados que sentía por Tanya, ahora eran claramente justificados, porque al ponerme en su lugar, a mi no me hubiese gustado que ella se viera a escondidas con algún amigo… por más amigo que fuera y el solo pensar en Jacob viéndola a escondidas me hacía sulfurar y mi boca se llenaba de veneno… ahora todo era justificado. Si Tanya quería seguir adelante con nuestra amistad tendría que hacer todo al derecho, verla mientras Bella supiera de ella, si era posible con Bella presente… yo estaba dispuesto a eso y mucho más, lo que no estaba dispuesto era… perder a Bella por Tanya, jamás…

Subí las escaleras para derrumbar todos mis miedos en el único lugar en que podía sentir algo de paz, su habitación. Y fue todo muy instintivo, porque a penas subí las escaleras y abrí la puerta allí estaba, ella… su olor, su presencia en cada cosa que ella había tocado y no pude evitar llenar mis pulmones con ese dulzor especial que me hacía sentir tan bien. Cerré la puerta a mis espaldas ignorando la sensación que inundaba mi pecho, la sensación de ser un pervertido fisgón que invadía territorio prohibido… no, yo no lo era… yo era un maldito necesitado.

Ese lugar, tal vez porque era su lugar, era el único lugar de la casa que brillaba con una luz especial, nada allí parecía existir a la ligera, todo estaba allí por alguna razón… aunque algunas cosas fueron reemplazadas por otras. Sus muñecas… las que un día ella había pisado sobre la alfombra, estaban ahora medio reconstruidas en la estantería más alta, como si fueran objetos que ella puso en ese lugar para corresponder a su edad… ella estaba lejos de tener 10 años otra vez y jugar con ellas, sin embargo las había conservado. Recorrí con mi mirada la gran biblioteca que servía de respaldo de su cama y cientos de libros de todas clases se acomodaban allí, muchos los había conservado de pequeña, La Cenicienta, El principito, Hensel y Gretel… sonreí al ver en una de las esquinas de la biblioteca su álbum de fotografías… uno que yo ojeaba una y otra vez cada vez que visitaba este lugar… pero me extrañó encontrarme con un nuevo libro a su lado, era de cubierta purpura dura, de bastante grosor y como si hubiese sido puesto allí para ser escondido, ya que apenas lo había visto entre su gran álbum de fotos y un libro de Antologías, había sido empujado hasta el fondo de la biblioteca.

Me dirigí hasta allí cegado por la curiosidad y debatiéndome internamente si tomarlo o no levanté la mano involuntariamente y con mi dedo índice lo empujé hacia afuera, tan solo para ver el nombre del libro o algo… pero no fue eso lo que vi. La cubierta del libro no tenía nombre, de echo solo era de color purpura sin ningún tipo palabras que me indicaran si se trataba de una novela, un cuento o alguna clase de libro juvenil. Entonces lo tomé de la biblioteca y abrí la tapa… y me arrepentí al instante aunque al mismo tiempo un destello de curiosidad morbosa me invadió obligándome a sujetar el libro entre mis manos. En la primera hoja el nombre de Bella se extendía con una letra de filigranas y finos trazos,

“Diario íntimo de Bella Measen Cullen”

Suspiré al ser consciente que estaba literalmente invadiendo su territorio, su espacio personal y sabía que si ella en ese preciso instante cruzaba la puerta de su habitación y me veía con eso tan íntimo de ella entre mis manos… iba a ser vampiro muerto. Sacudí la cabeza sonriendo al imaginármela como una pequeña gatita enfurecida si me encontraba, y no lo dejé… por más que me decía a mi mismo… “Deja eso Cullen, vuelve sobre tus pasos y vete de su habitación”… no lo hice.

Dejé la culpa a un lado y di vuelta la primera hoja…

“Ok… si llegaste hasta aquí, quién quiera que seas, debes saber que eres un metiche, entrometido y traidor, así que deja esto donde lo encontraste y vete de aquí”

Dejé escapar una risa entre dientes y suspiré sintiéndome un maldito traidor, di vuelta la segunda hoja y su letra clara sobre toda la hoja me llamaba para leer. Estaba fechado como el 28 de Septiembre del año pasado… yo estaba ausente por esa fecha.

Mi mano viajo del diario hacia mi cabello en cuanto comencé a leer la primera línea, ella escribía aún, había escrito a pesar de su dolor y tragué en seco al percatarme de pequeños círculos sobre la hoja, como una especie de marca de agua… sus lagrimas a juzgar por lo que decían esas líneas y el olor salado que aún persistía en la hoja.

“Hoy me levanté como todos los días desde… me senté cerca de la ventana y vi a mis tíos jugar beisbol en el patio de la casa, si hubiese sido otro día… otro momento antes de mi cumpleaños número quince, abría disfrutado este partido…”

Y comencé a leer… y mis ojos veloces recorrían cada línea en los que reflejó su dolor, la perdida, la angustia, las suposiciones, su desilusión… no pude evitar seguir leyendo aunque una parte de mí me decía que eso estaba mal y me sentía horrible, no solo por cada cosa que yo había hecho, porque viéndolo desde su perspectiva… dios! Dolía! Y me arrepentía cada segundo que había estado lejos de ella, cada minuto… y deseaba volver el tiempo atrás y no haberme marchado jamás, me arrepentí de haber llevado a Tania, de haber bailado con ella sin haber bailado esa noche con quien debía haberlo hecho, mi niña… mi Bella. Y si hubiese podido llorar lo hubiera hecho… porque yo la había roto, había roto su confianza, su amor por mí, la había desilusionado… y todo por mis miedos, mis demonios, mis temores.

No supe cuánto tiempo estuve allí en su habitación… pero mis ojos recorrieron cada línea en la que su dolor se vió plasmado. Para cuando Esme golpeó la puerta de la habitación me di cuenta de que había leído todo su diario, su dolor con lo que sucedió en el concierto, su idea de los celos, su deseo… su amor…

“Querido diario, ahora me doy cuenta de que Edward siempre fue para mí mucho más que mi padre, él siempre fue el hombre de mi vida… yo lo quiero, no… yo la amo. Y yo quiero ser una mujer para él… su mujer.”

Dios, una súbita necesidad de ir por ella y gritarle cuanto la amaba me invadió… y cuando miré hacia arriba despegando a regañadientes mi mirada del diario, Esme me miraba como ella solo miraba… con compasión…

_Ella me ama_ susurré bajando la mirada al vacío. Cerré el diario de Bella y miré la tapa purpura y lo acaricié con reverencia.

Ella me ama… me repetí en la cabeza, mientras me paraba para devolver el diario en su lugar.

_Por supuesto que te ama, yo lo vi ¿recuerdas?_ susurró Esme a mis espaldas… y recordé un día hace mucho tiempo cuando ella misma había asegurado que el futuro de Bella estaba entrelazado con el mío de una manera muy diferente que ese entonces. Asentí con la cabeza y me maldije internamente por todos los errores cometidos, eran varios, demasiados… muchos para ser compensados en solo un día… no, Bella se merecía todo de mí, su confianza por mi nunca debió haber sido quebrantada y eso era lo primero que debía arreglar para ella y lo segundo… debía enseñarle mi amor.

Y eso era lo que iba a hacer.

Miré mi reloj y vi que ya estaba sobre la hora de ir al Instituto por ella, el tiempo había pasado rapidísimo mientras leía y había perdido la noción. Rápidamente bajé la escalera dejando a Esme en el cuarto de ella… Bella…. con suerte y su estúpida idea de darme celos hubiese volado de su cabeza y solo hubiese quedado mi Bella… la autentica Bella, no aquella que debía aparentar ser otra persona solo para darme una lección…

Mi amor, ya aprendí mi lección… no tenerte es la peor tortura…

Salí de casa con la esperanza de hablar con ella y aclarar nuestra situación, debía poner mi mejor esfuerzo y hacerlo… hacerlo por ella, simplemente por ella.

Diario de Bella edad 15 años:

Respiré hondo y caminé a través del Instituto hacia mis clases con la cabeza gacha y mis manos aferrándose a la correa de mi bolso que cruzaba mi pecho como si fuera mi lanza de guerra. Suspiré frustrada… ¿por qué me había parecido tan fácil cuando salí de casa y me mostré a Edward? ¿En qué momento mi seguridad se había ido al diablo y solo quedó la cascara y la tímida Bella que siempre fui?... Alice no había previsto esto.

Cuando entre a la clase de biología suspiré aliviada, solo tenía que pasar esta clase… y la otra… y el almuerzo y tal vez otra clase y ya estaría a salvo de vuelta en el Volvo de Edward. Caminé hasta mi mesa habitual pero sentí los ojos de la mayoría de la población estudiantil presente en esa aula en mis piernas, mi escote y mi cara enrojecida… tal vez también hasta el profesor miraba.

Maldición, no había sido la mejor idea lanzarme al mundo para darle celos a Edward con solo una minifalda y una camisa que seguramente dejaba entrever el color de mi sujetador… estúpida Bella, estúpida Alice y estúpido Edward por hacerme hacer esto!

_Wooow Bella…_ distinguí la voz de Jacob en algún lado del salón de clases y rodé los ojos, por supuesto, como el baboso que es, iba a ser el primero en hacer un comentario estúpido o algo por el estilo. _Es demasiado… woow_

Gemí silenciosamente en respuesta, si iba a ser así toda la mañana… pobre de mí y pobre de él, una pequeña sonrisa se asomó por mis labios al caer en la cuenta que tal vez Jacob fuera un sujeto experimental para poner a prueba a Edward. Veremos…

Ángela que estaba a mi lado me miró con sus ojos como platos detrás del armazón dorado de sus anteojos y su mandíbula casi chocando contra la mesa de laboratorio,

_Alice_ respondí a su pregunta implícita, ella cerró la boca y asintió con una pequeña sonrisa que me pareció más de compasión que otra cosa.

La clase terminó sin otro percance para destacar, tan solo las miradas que enrojecían mis mejillas y chocaban contra mi nuca… o tal vez más abajo… o tal vez en mis piernas. Alice… Alice… Alice!... fue muy osado haber comenzado mi plan con una pequeña falda y una camisa ajustada, yal vez unos jeans ajustados… tal vez un suéter fino con un escote más recatado hubiese sido mejor para comenzar.

Para la hora del almuerzo ya había tenido que esquivar las invitaciones al cine de Tyler, tomar un helado de Eric y las insinuaciones de ir a nadar a las playas de La Push de Jacob. Para el almuerzo tuve que soportar la repentina caballerosidad de Jacob para llevar la bandeja de mi almuerzo y los silbidos de algunos estudiantes de los años superiores cuando pasé por delante de su mesa… por no contar con las miradas envenenadas que me lanzaba el grupito de rubias sin cerebro que siempre me habían ignorado.

Cuando el timbre para el segundo periodo comenzó el tiempo comenzó a pasar más rápido y ya nos encontrábamos en la clase de Trigonometría cuando Ángela, Ben y Jacob se pusieron a conversar en los planes del fin de semana… ellos planeaban una salida en grupo.

_Bella ¿vienes?_ ofreció Jacob _ hace mucho tiempo que saliste por última vez, debes venir a esta salida, no será Port Ángeles esta vez, solo el nuevo club en Forks…_ por su mente seguramente pasaron los acontecimientos de mi última salida y como en mi corazón sabía que debía superar eso, asentí con la cabeza,

_Si, me gustaría salir nuevamente…_ dije torpemente _solo que esta vez no me den nada de beber que contenga… ya saben_ hice una mueca vergonzosa así como ellos rieron recordando la última vez.

Finalmente el timbre que anunciaba la finalización de las clases ese día, sonó. Y fue como la llave mágica para mí, así que junté mis cuadernos y libros y luego de dejar algunos en mi casillero para el día siguiente, caminé por los pasillos rápidamente para encontrar el volvo de Edward. Cuando llegué a la salida me percaté que aún no había llegado… no había auto plateado cerca del estacionamiento y no había ninguno aparcado cerca de la acera. Y un sentimiento de abandono comenzó a formarse en el centro del estómago…

Caminé hacia la salida de autos hasta llegar a la acera y esperé unos segundos allí teniendo la esperanza de ver el auto plateado doblando la esquina, pero no… Edward seguía sin aparecer. Entonces sentí unos pasos silenciosos venir detrás de mí… e instintivamente me tensé,

_Hey hermosa… ¿te puedo llevar a algún lado?_

Reconocí esa voz pastosa en cuanto la oí, el chico del último año, Mike Newton estaba detrás de mí con una gran sonrisa petulante.

_Mmm… no, prefiero esperar… están viniendo por mí_ dije secamente,

Que sea así por favor, Edward…

Él arqueó una ceja perfecta mirando a ambos lados de la calle y una nueva sonrisa socarrona apareció en sus labios,

_No veo a nadie aquí preciosa…_ murmuró acercándose a mí, instintivamente comencé a dar pasos hacia atrás a medida que él iba avanzando,

_Si, es que se retrasó… ya vienen_ dije esperanzada y vigilando la esquina, Edward se estaba haciendo rogar ¿A caso había tenido otra visita de esa Tanya y se olvidó de mí?...

El aire de mis pulmones escapó cuando mi espalda chocó contra la pared del muro de la escuela, miré rápidamente hacia un lado comprobando que quedaban pocos autos en el estacionamiento, probablemente de los maestros que habían quedado rezagados en el edificio, los alumnos ya se habían ido… típico, desaparecían como cucarachas en cuanto el timbre de salida tocaba.

Tragué en seco y me sobresalté cuando vi una mano apoyarse al costado de mi cabeza con la palma contra la pared, miré al frente y me encontré con el rostro de Mike Newton a unos diez centímetros del mío, me asqueé cuando el olor de chicle y cigarrillo salió de su boca… cerré los ojos y gemí con repugnancia.

_Vamos nena, tengo mi auto esperando porque esas piernas hermosas acaricien el cuero del asiento acompañante…_ dijo mientras su sonrisa petulante se extendía por su rostro y sus ojos azules brillaban con malicia. ¿Dónde estaba el maldito Jacob cuando se lo necesitaba?... idiota, ahora debería ser el momento para demostrar su hombría.

Mi cabeza se echó hacia atrás cuando la otra mano de Mike se apoyó contra la pared al otro lado de mi cabeza, él rió entre dientes mirando mi cuello y bajando hacia el sur hasta que seguramente su mirada hizo contacto con el escote de mi camisa.

Entonces justo cuando iba a salir huyendo por debajo de los brazos del rubio repugnante, me estremecí cuando uno de sus dedos recorrió la piel desnuda de mi pierna, sobre el muslo, justo por debajo de la orilla de mi falda.

_Mike ¿puedes dejar de hacer eso?... por favor, gritaré si lo sigues haciendo_ susurré con vos entrecortada con mis mejores intenciones de negociar. Él simplemente arqueó una ceja y rió…

_No lo creo… eres demasiado tentadora para tu propio bien_ susurró en respuesta mientras miraba mis labios.

Miré por debajo de su cuello y más abajo… en su pantalón, donde… Maldición!... donde un pequeño bulto se escondía en su entrepierna. Calculando el ángulo, la altura y mi fuerza, mi rodilla izquierda estaba a la altura necesaria para golpear sus partes nobles, si tal vez me impulsara con la fuerza necesaria y en la dirección correcta…

Vamos Bella… tú puedes…

Su dedo seguía corriendo por mi pierna hasta que desapareció bajo la falda subiendo lentamente por mi muslo…

Ok, eso fue suficiente… a la cuenta de tres, tragué en seco preparando mi pierna…

Uno…

Dos…

y

… un ruido de ruedas frenando en el asfalto llenó mis oídos y de repente mi corazón se aceleró, más de lo que ya estaba, sabía quién era. Miré detrás de la nuca de Newton y el Volvo estaba estacionado en la acera en un abrir y cerrar de ojos…

Alivio…

Suspiré tranquila cuando vi a Edward bajar del Volvo, su rostro no era nada comparado a cómo lo había visto en otras ocasiones, la arruga en su frente no era de preocupación… era de ira, su mueca en los labios era de rabia… enojo total, Edward estaba enfurecido.

_Isabella al auto!_ gruñó con sus ojos encapuchados de un odio rabioso. Newton se separó de mi rezagadamente mientras mis ojos estaban fijos en los puños de Edward al costado de su cuerpo, sus manos cerradas temblaban… nunca lo había visto así… Bueno, si… tal vez una vez cuando me encontró casi besándome con Jacob. Pero esto era distinto!... y quise gritárselo, con Jacob fue distinto.

Me quedé paralizada merándolo incrédula… el no pensaría que yo… que yo deseaba besar a este asqueroso, repugnante y mal oliente Mike Newton… ¿o si?

_Ahora mismo Isabella!_ gruñó apuntando al auto _ sube ahora mismo y deja de comportarte como una cualquiera…_

Y algo en mi pecho se rompió… el aire dejó súbitamente mis pulmones y mi cuerpo inerte se recostó sobre la pared. Mis ojos se nublaron por las lágrimas que sabía que en cualquier momento iban a derramarse y tragué el nudo que se había formado en mi garganta. Me separé de la pared bajando la mirada al suelo y caminé lentamente hasta el auto… al pasar por su lado oí como respiraba casi con fuertes bufidos, abrí la puerta y me dejé caer sobre el asiento de cuero gris, cerré la puerta y miré hacia el frente mientras mis lágrimas se derramaban… la verdad es que no me importaba lo que hiciera con Newton, que hiciera lo que quisiera con él, de todas maneras se lo merecía.

Pero lo que me había dicho a mí y todo por mi culpa…

Bravo Bella! ¿Ese era el propósito verdad? Dejar que él te viera como una cualquiera… Bravo!

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Bueno amores, perdón por haberlas hecho esperar por esto. Anoche llegué de mi viaje y muy cansada, tenía la mitad del capi pero quería terminarlo para subirlo, hoy desperté y lo primero que hice fue terminarlo... y aquí está. Besotes y gracias por su paciencia... chicas tengo una vida ja ja, no desesperen... besos!

Mañana publicaré tarde Custodio mío... besos!