Capitulo 14: Descubrimientos

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Descubrimientos

_¿Estas cansada?_

_¿Mmm?_ gemí sin poder articular palabra, sentí una risa apagada a mi lado y luego una suave mano que acariciaba mi espalda suavemente. Los rayos difusos que entraban por la ventana chocaron en mis parpados y me hicieron gemir incomoda,

_Estas cansada…_ su suave voz fue ahora una confirmación, quise decirle que no… que tal vez mi cuerpo si lo estaba, que me dolía un poco… solo un poco la entrepierna y que tal vez los músculos de mis piernas parecían haber sido arrollados bajo los pesados neumáticos de un camión, pero no podía… porque a pesar del cansancio mi cuerpo pedía más de él, si tan solo con su suave voz a mi oído mi piel reaccionaba como si miles de pequeñas descargas eléctricas se esparcieran por ella. Dios!... me había vuelto adicta a él,

_No…_ musite débilmente y luego sonreí, sabía que ese ser precioso me miraba desde algún lugar de mi cama… aún sentía su mano acariciando vagamente mi espalda. _para no alimentar tu enorme ego solo diré que tengo sueño y quiero dormir todo el santo día_

Su risa resonó en mi habitación y nunca creí poder escuchar algo más hermoso. Su mano se ciñó a mi cintura y él se aproximó a mí, su aliento caliente rozaba la piel de mi mejilla y dejó un suave beso allí,

_Hermosa…_ musitó en mi oído, su mano bajó más lentamente de lo que a mí me urgía y se posó en una de mis nalgas desnudas, apretó suavemente y continuó acariciando _tan hermosa… tan maravillosa_ otro beso aún más largo sobre el lóbulo de mi oreja me estremeció _no tienes una maldita idea de lo que me haces Bella… me vuelves loco_ susurró…

Oh… dios…

_Mentira_ musité despacio sin abrir los ojos, parecía un sueño… un hermoso y horroroso sueño del que parecía que en cualquier momento tenía que despertar… y no quería… por dios que no quería.

_Mentira sería si digo que lo de anoche no me gustó…_ susurró antes de besar nuevamente el lóbulo de mi oreja, me quejé cuando succionó y me hizo estremecer _mentira sería si dijera que tomarte sobre la escalera mientras todos dormían… no fue excitante_ me besó de nuevo mientras su mano se abría paso entre mis muslos y nalgas hasta que sus dedos llegaron a mi centro mojado, comencé a jadear abriendo más las piernas para darle paso al placer _mentira sería… si dijera que no amo lamer tu intimidad hasta sentir que tu miel corre por mi garganta_

Oh…

_Edward_ gemí levantando mi cadera instintivamente, lo quería… tan mal y tan adentro, _Te deseo…_

_Y yo a ti_ susurró antes de sentir sus dedos dentro mío _Oh Bella…_ siseó entre los dientes tomando aire y un gemido salvaje y gutural resonó en su pecho… _oh… maldición… te deseo tanto_

Comencé a jadear al ritmo de sus dedos entrando y saliendo de mi húmeda entrada, no sabía qué hora era pero a juzgar por el sol recién saliendo, aún era temprano, así que estimé que la servidumbre no nos oiría ni estarían levantados aún. Gemí y levanté las caderas de la cama cuando lo sentí sentarse a mi lado repartiendo suaves besos en mi espalda a medida que lo hacía,

_Edward… ah…_ gemí sobre la almohada, él se arrodilló entre mis piernas separándolas y una de sus manos tomó mi cadera para sostenerla, sus dedos aún entraban y salían y solos se escuchaban nuestros jadeos y mis gemidos,

_Oh Bella… estas tan húmeda bebé, te necesito_ susurró acariciando mi clítoris con la yemas de sus dedos mojados, yo gemí y apreté los dientes tratando de no sonar tan evidente, no nos podíamos arriesgar.

Me paralicé cuando sentí la punta de su dureza en mi entrada, su mano sostuvo mi cadera y con la otra posicionaba su miembro.

_Edward!_ lloriqueé cuando lo sentí entrar con una fuerte estocada, entonces ambas manos se ciñeron a mi cadera y comenzó a salir lentamente y a entrar de la misma manera, sus jadeos me excitaron aún más y quería todo_... más… más rápido… Ed-ward, más fuerte_ supliqué tomando las sábanas debajo de mí en mis puños fuertemente cerrados, él empujó fuerte una vez y luego se dejó caer contra mi espalda sosteniéndose con sus codos en la cama,

_Me vuelves loco_ murmuró en mi oído moviendo su cadera en círculos lentos _quiero sentir que te aprietes a mi alrededor, quiero sentirte insoportablemente mojada para mí Bella_ esta vez empujó fuerte dentro mío hasta la base de su erección, _quiero ser el responsable de tus gritos bebé… ahora y siempre_

Oh dios…

_Edward_ gemí en respuesta, no podía volverme más loca este hombre… no tenía derecho a perderme tan mal y a volverme así de loca, _Edward… por favor_ balbuceé contra la sábana para callar mis ruegos,

_¿Qué quieres bebé?... ¿quieres esto?_ dijo empujando sus caderas contra las mías tan fuerte que me sostuve de la sábana para no deslizar mi cuerpo sobre la cama,

_Oh por dios_

_¿Esto?_ empujó otra vez y otra vez… hasta que su movimiento contra mí se volvió frenético, _¿He? Dime bella… dímelo_ exigió con voz temblorosa,

_Te quiero así… así… oh_ murmuré con cada estocada. Entonces su cadera comenzó a chocar contra mis nalgas frenéticamente, más y más fuerte. Sentí que se arrodilló una vez más y sus movimientos se mantuvieron llevándome al borde del abismo… sus manos apretaron cada lado de mi cadera y solo pude escuchar el delicioso choque húmedo de nuestros sexos, él bombeaba dentro mío como si de eso dependiera su vida y yo me mordía el labio tan fuerte para no dejar salir mis gritos.

Mi bajo vientre se comenzó a llenar de ese placentero e inquietante estremecimiento que me indicaba que pronto… muy pronto obtendría mi orgasmo, Edward lo sintió ya que sus penetraciones se hicieron casi frenéticas, él también estaba por llegar… así que para no retrasar el momento comencé a mover mi cadera hacia él,

_Bella…_ advirtió tembloroso, _Bella córrete, oh dios… estoy… a punto_

Llevé mi mano a mi clítoris y comencé a frotar… solo un poco… solo un poco más y ya.

_Oh dios… Bella, tócate así bebé, sí_ gimió antes de ahogar un grito gutural que se convirtió en un gruñido,

_Oh Edward!_ dije dificultosamente cuando mis paredes se cerraron en torno a él, mi orgasmo me golpeó tan bruscamente que pareció que hasta con los ojos cerrados pude ver las estrellas, me contraje y palpité mientras él pulsaba en mi interior… me sentí mojada, caliente y llena.

_Oh Bella… mi hermosa Bella_ susurró dejándose caer sobre mí… agotado y extasiado. ¿Cómo podía este hombre tener fuerzas después de una noche tan cargada de actividad sexual?... solo recordaba la ducha, la cama, el balcón… y tal vez la alfombre frente a la chimenea de la biblioteca. Solo rogaba que nadie se diera cuenta de nuestra intensa actividad nocturna… una a la que no estaba dispuesta a renunciar.

Los minutos pasaron a medida que nuestras respiraciones se calmaron y nuestros corazones llevaron nuevamente su ritmo normal. Él se hizo a un lado saliendo de mí y el vacío extraño me sobresaltó, no sabía de repente cómo iba a hacer para sobrevivir sin él en mi interior cuando Benjamin regresara. No habíamos hablado de eso, pero estaba más que claro explícitamente que no sería lo mismo, que tendría que morderme los labios por el deseo de besarlo, que tendría que apretar mis manos en puños para evitar tocarlo… hablarle y hasta mirarlo de la manera en que estaba segura que lo miraba. ¿Cómo iba a hacer?... ¿cómo diablos iba a hacer si todo en él me llamaba?

Media hora después él ya había abandonado la cama donde varias veces nos habíamos entregado, su olor fue lo único que me conformó… lo único que obtendría de él cada noche, lo único que me quedaría a de más de su marca en mi cuerpo. Y no pude evitar sumergirme en un enorme pesar, ¿dónde me llevaría esto?... ¿por qué sentía que luego de cada noche en esta semana lo necesitaba más y más y cada vez más hasta llegar a pensar que era una ninfómana?... ¿Por qué me había vuelto tan adicta a él?...

Me levanté con mi cuerpo ligeramente adolorido pero satisfecho sabiendo que pronto se nos terminaría nuestro tiempo solos, me dirigí al tocador y preparé la ducha con un nudo en la garganta… ¿qué diablos me pasaba?, yo era consciente de lo que sucedería. Y como cada mañana me estremecía cuando mojé mi cuerpo con el agua caliente y limpia, esa que borraba todas sus huellas de mi cuerpo… pero que extrañamente habían quedad impresas en mi interior.

Me vestí rápidamente con un vestido azul marino de verano largo hasta las rodillas y sin mangas, me calcé unas sandalias livianas y dejé mi cabello suelto, los días estivales aún perduraban en Seattle y tenía que aprovecharlos al máximo, luego de nuestra escapada a su playa habíamos concurrido dos veces más… y siempre tenía la esperanza de que volviéramos antes de que nuestro tiempo de acabe, ese lugar se había convertido en nuestro lugar privado… en nuestro momento en el tiempo… no había nada para mí más importante que resguardar ese lugar solo para nosotros, él lo había compartido conmigo y yo no podía ser más feliz por reservarlo como único en el mundo.

_¿Señora Isabella?_ la voz de Loise me sacó de mis pensamientos a medida que iba bajando las escaleras. Ella me esperaba con el teléfono en la mano y su rostro impasible, _Tiene una llamada del Señor Benjamin_

Oh no…

Asentí sin ser capaz de pronunciar palabras y caí en la cuenta de que luego de cinco días esa era la primera vez que él me llamaba, su asistente había sido la encargada de verificar que yo no necesitaba nada, pero que él me llamara solo significaba una cosa,

_¿Benjamin?_ contesté cuando llegué al último escalón y Loise me entregó el teléfono.

_Isabella, ¿cómo estás?_ su voz parecía cansada… a penas si era un murmullo del otro lado de la línea,

_B-bien… ¿necesitabas algo?_ vacilé al hablar, no era común una llamada telefónica de él y me sentía ligeramente incomoda hablado con mi marido, ¿por qué de repente actuaba tan contrario a lo usual?

_Solo llamaba para pedirte que recibas hoy a Taylor y Maria, llegaran por la tarde con unos papeles que necesito que firmes, son cosas de la empresa y al no estar yo… tú tienes que firmar_

_¿Por qué?_ inquirí rápidamente, esto se había convertido en el mundo del revés… ¿ahora era yo su apoderada para firmar papeles en su ausencia cuando nunca lo había hecho?

_Isabella, por favor hazlo… son papeles importantes que necesito que firmes, yo llegaré pronto y podremos discutir todo lo que tú quieras, por ahora solo necesito eso de ti… ¿puedes hacerlo?_ la línea quedó en silencio por un momento, hubiese pensado realmente que mi marido había cortado la llamada pero su respiración estaba ahí… aun esperando mi respuesta,

_No… realmente no sé qué pasa contigo Benjamin, pero si… firmaré esos papeles si es lo que necesitas de mí, solo… espero que me expliques por qué debo hacerlo y de qué se trata_ exigí reticente,

_Taylor te dará una breve explicación, no te preocupes Isabella… tendrás que aprender a asumir tu papel como mi esposa, tendrás que acostumbrarte a esto…_ dejó de hablar al tomar una respiración profunda y fruncí el ceño ante sus palabras ¿de qué diablos estaba hablando? _solo… solo espérame pronto ¿si?..._

_Si…_ exclamé ausente,

_Adiós Isabella_

Para cuando dije “adiós”, él ya había cortado. Entonces caí en la cuenta de lo poco que conocía a mi marido, había estado casada ya cuatro años y no tenía idea de lo que sucedía en su cabeza, siempre lo había visto como un hombre frío y calculador abocado a sus negocios, pero ahora… es momentos como ese era cuando me daba cuenta de que en realidad no lo conocía ni un ápice.

Dejé el teléfono sobre la mesa de la sala y dejé mis pensamientos de lado, miré la hora y me di cuenta de que ya era tarde para tomar el desayuno, así que me dirigí a la cocina para ver si mi hombre de ojos verdes estaba allí. Necesitaba verlo… necesitaba estar con él, si era verdad que pronto Benjamin volvería, quería saciarme de Edward para luego caer en mi infierno nuevamente y actuar como la vacía y fría esposa de Benjamin Plath…

No sería fácil… pero tendría que hacerlo…

A medida que me iba aproximando a las cocinas un delicioso olor me embargó, Claire estaba haciendo sus delicias. Me aproximé a la puerta vacilante, no escuchaba la voz de Edward cerca así que supuse que no andaría por allí. Al entrar en la amplia cocina solo vi a Claire de espalda picando con el cuchillo algo sobre la mesa, sonaba una música ambiental agradable y dudé en entrar, mi cocinera tarareaba ausentemente ignorando mi presencia. Vi que volcaba lo que había estado picando en un recipiente de bronce sobre el fuego y luego revolvía suavemente su contenido… carraspeé ligeramente,

_Señora Isabella…_ murmuró Claire al darse vuelta hacia mí, sus ojos abiertos de par en par me miraban expectantes y sonreí… ella me devolvió la sonrisa vacilante, no la culpaba… siempre me había mostrado neutra con mis empleados… hasta que llegó el que había roto todas mis barreras.

_Claire… solo vine a ver si Edward estaba aquí_ dije suavemente tratando de mantener mi sonrisa, sus cejas se alzaron al comprender,

_No Señora, Edward está en la caseta de vigilancia ¿necesita que lo llame?_ se limpió las manos en el paño que traía colgando en su delantal y negué con la cabeza,

_No… déjalo, está haciendo su trabajo, era… solo… para decirle que lo necesito luego del almuerzo_ mentí, ella asintió y volteó a revolver su preparación una vez más _¿qué estás haciendo?_

Mis pies comenzaron a moverse hacia Claire que había volteado nuevamente a mirarme con expectación,

_Humm… creí que hoy le gustaría probar el Ratatouille Señora_

Asentí quedadamente y me asomé para mirar el cuenco de bronce sobre el fuego, me crucé de brazos estúpidamente como si el fuego de las hornallas pudiera hacerme daño y fruncí el ceño,

_Hum… ¿cómo se hace?_ murmuré analizando con mis ojos los productos de Claire tenía sobre la mesada de mármol, ella no me respondió… cuando la miré ella me devolvió la mirada como si tuviera algo atascado en la garganta, _¿Qué?_ le pedí,

_N-nada señora… es solo… solo que nunca había estado interesada en aprender Señora_ dijo incrédula, ¿nunca había estado interesada a aprender?. Dudé que alguna vez luego de casarme con benjamín hubiera estado interesada en algo…

_Bueno, sinceramente tú cocinas muy bien… y yo… quiero aprender_ dije simplemente, ella sonrió cordialmente y asintió, caminó hasta una de las cajoneras de la cocina y me alcanzó una cofia y un delantal al tono, me los puse con su ayuda y nos enfrascamos en lo que ella estaba haciendo.

Podía estar orgullosa de mí misma, esa era la primera vez que me haría el almuerzo y no podía ser más feliz, precisamente un Ratatouille!, mi plato favorito. No me tomé la molestia de almorzar sola en la mesa grande del comedor, simplemente me serví un plato y uno a Claire y comimos juntas en la confortante cocina de la casa,

_Señora… le quedó exquisito_ señaló Claire tomando un sorbo de agua luego de terminar su porción,

_Gracias Claire, aunque admite que sin tu ayuda no hubiese sido capaz_ ella rió y asintió tímidamente, reímos juntas y luego la quise ayudar a levantar los platos pero ella no me dejó, le pregunté por los demás y ella me hizo saber que la servidumbre almorzaba todos juntos en la cocina después de servirle a los señores …

Fruncí el ceño ante esta mención, ¿En qué mundo vivía yo que nunca me había dado cuenta de la gente a mi alrededor? ¿de sus comodidades? ¿de sus vidas?...

_Señora Isabella ¿apetece postre?_ Claire me sacó de mis cavilaciones, sonreí cuando ella me mostraba un cuenco de vidrio lleno de frutillas desde el frizzer, asentí y me paré para ayudarla, _hum ¿con crema o con chocolate?_

_Prefiero crema, gracias_

Ella me trajo el pote de crema y las frutillas y me dispuse a cortarlas en rodajas y dejarlas en dos copas, Claire batió la crema y con la ayuda de una cuchara la fui poniendo en las copas, Claire se dispuso a lavar la vajilla y yo a servir el postre.

_¿Qué haces preciosa?_ susurró esa voz que tanto había extrañado, sus manos rodearon mi cintura y en seguida me fijé en Claire, que estaba de espaldas abocada en su tarea. Volteé a ver al dueño de esa voz y sus ojos verdes me miraban incrédulamente, rodé los ojos y sonreí… tomé una frutilla con crema y la acerqué a sus labios, él la recibió gustoso con una sonrisa. Sus manos dejaron mi cintura casi al mismo tiempo que Sam entraba por la puerta de vidrio que daba al patio,

_Bien… los dejaré almorzar_ murmuré sacándome la cofia y el delantal, Edward se alejó de mi y caminé hasta la puerta de la cocina, Sam parecía extrañado y desconcertado por haberme encontrado allí

_¿Señora necesitará mis servicios más tarde?_ preguntó Edward sutilmente, las comisuras de sus labios escondían una sonrisa y sus ojos brillaban mientras estaban fijos en los míos,

_Si Edward, tengo que hacer unas compras más tarde… gracias_ sonreí y salí de la cocina antes de ponerme en evidencia.

Siempre habría algo para comprar si el precio era estar con él…

Esa tarde Loise me comunicó la visita que Benjamin había previsto mientras terminaba de prepararme para salir con Edward al centro comercial, Rosalie me había llamado para encontrarnos allí ya que quería ver nueva ropa de cama para su nuevo lugar.

_Diles que bajo en seguida Loise, que pasen al estudio de Benjamin, voy para allá_ ordené a mi ama de llaves, ella asintió y dejó mi habitación. Terminé de colocarme el maquillaje, me coloqué un poco de mi perfume favorito y salí para encontrarme con esas personas, Taylos era un conocido de la familia, él era básicamente la mano derecha de mi esposo, pero a la otra mujer aún no la conocía.

El estudio de Benjamin estaba en la parte sur de la casa, así que me dirigí sin poder ver a Edward y advertirle que me esperase, aunque supuse que él los había visto entrar ya que es el encargado de mi seguridad. Cuando entré al estudio me sentí intimidada, una hermosa mujer morena de piernas largas y cabello castaño oscuro hasta la cintura esperaba por mí junto a Tayler, el abogado personal de mi marido.

_Señora Isabella, esperamos no haberla molestado_ el hombre de confianza de mi marido se levantó de su silla y me tomó la mano delicadamente,

_No es una molestia Tayler, solo una sorpresa_ aclaré correspondiendo el saludo, él sonrió amablemente antes de voltear a la mujer,

_Señora Isabella, ella es María, la asistente de Benjamin_ asentí con una sonrisa dirigida a la mujer _María ella es Isabella la esposa del Señor Plath_

_Señora, es un placer conocerla…_ dijo ella acercándose a besar mi mejilla, sonreí ante el gesto y les indiqué que se sentaran mientras yo tomaba el lugar de Benjamin.

_¿Qué los trae por aquí?... sinceramente estaba a punto de salir, pero si me explican brevemente…_

_Si Isabella, no habrá problemas con eso, Benjamin nos pidió que seamos breves_ murmuró Tayler mientras María abría un maletín, sacó unos papeles que puso sobre la mesa ordenadamente y una pluma que me entregó junto con los documentos, _solo necesitamos una firma Isabella_

_¿Qué es?... ¿no me explicarás?_ reí por lo incoherente de la situación ¿firmar sin leer nada? Ciertamente ese había sido mi antiguo yo, no quería cometer el mismo error,

_Léelo si quieres, son solo unas series de clausulas de la empresa, Benjamin te está pasando un poder para que utilices si es necesario. Eres su esposa, eso es usual en el consenso de un matrimonio…_

_Si, pero precisamente Benjamin nunca me hizo firmar nada de esto… ¿por qué ahora?_ pregunté incrédula, ellos se miraron entre si y supe que algo ocultaban,

_No es un delito que Benjamin pretenda compartir sus bienes contigo,_ explicó Tayler _si no lo hizo desde un principio sus razones tendría, pero ahora eso es lo que él quiere. Su patrimonio entero es ahora también tuyo como su esposa que eres, él lo ha decidido así… esto anula también el contrato prenupcial que hicieron antes del matrimonio, ahora lo suyo es tuyo también no importa lo que suceda_

_Oh…_ exclamé sin poder creerlo ¿por qué querría Benjamin que yo firmara unos papeles de esas características? _aun sigo sin comprender por qué…_

_Isabella… es solo una petición de Benjamin, él estará de vuelta en unos días y quiere que esto este hecho desde ahora, puedes hablarlo con él cuando regrese._

Asentí bajando la mirada a los documentos que estaban frente a mí y que ellos estaban esperando que pusiera mi firma, quería leerlo, solo echarle un vistazo rápido, pero el tiempo apremiaba y solo tenía unos minutos antes de que Rosalie comenzara a llamar despotricando, sin contar que ellos parecían estar apresurados para marcharse,

_¿Dónde firmo?_ pregunté comprobando las palabras que decía el documento “Poder absoluto y anulación de acuerdo prenupcial”

Taylor me indicó dónde firmar y lo hice, no sabía por qué… pero confiaba en que Benjamin no me dejara en la calle, si lo hubiese querido hacer lo hubiera hecho hace mucho tiempo, nuestro matrimonio había ido en picada pero de alguna manera él se mostraba condescendiente conmigo en el último tiempo.

Tayler y María se despidieron momentos después y pude buscar a Edward para marcharnos al Centro comercial, él estaba esperándome en la sala pacientemente, tomé el abrigo que me ofrecía Loise y salimos hacia el Mercedes que ya estaba en marcha, su mano siempre sosteniendo mi cintura.

Subí en la parte trasera y él al volante y salimos de allí.

Mientras él manejaba yo hacía lo que usualmente me había acostumbrado a hacer, pasar mi brazo bajo el suyo y poner mi mano en su corazón, en ocasiones él la tomaba y la besaba y en otras le dejaba allí y ponía la de él si no la estaba utilizando para manejar, ahora él la había sostenido con su mano entrelazando nuestros dedos… como si fuéramos una pareja de novios.

_¿Qué sucederá cuando regrese?_ pregunté con un súbito temor, habíamos evitado hablar de eso a pesar de saber que en presencia de Benjamin en la casa no íbamos a poder vernos tanto,

_No lo sé…_ murmuró ausente, su mano se apretó a la mía y suspiré recostando mi cabeza en el costado del asiento de él,

_No quiero que se termine_ susurré apretando mi mano sobre su corazón, un estremecimiento me sobresaltó y apreté los ojos, ¿por qué picaban?... ¿por qué parecía que mi mundo entero podía llegar a terminarse si lo que teníamos entre nosotros se terminaba?... no, no podía dejar que eso sucediera, yo lo quería… para mí, lo deseaba, lo anhelaba cada vez más y más… no podía dejar que la presencia de Benjamin lo alejase, pero… ¿qué sentía Edward? ¿Él también deseaba que no se terminase?

Un suspiro largo y suave salió de entre sus labios mientras mi mano notaba su movimiento, su corazón parecía algo acelerado y acaricié con mis dedos esa zona,

_No… yo tampoco quiero que se termine, pero no puedo perder el trabajo Bella._ dijo en tono de disculpa, _quiero estar contigo, pero Bella… si tu marido nos descubre yo perdería el trabajo y…_

_Lo sé…_ murmuré besando su hombro sobre su traje y me separé recostándome sobre el asiento

_No, escúchame…_

_Lo sé Edward, no podemos arriesgarnos, no hay sentido en hacerlo, soy una estúpida al pretender continuar con esto cuando puedo poner en riesgo tu trabajo_ sin pensarlo y sin quererlo me sentí herida, pensé que él podía llegar a arriesgarse por mí, pero estaba equivocada, él no quería arriesgar su trabajo.

_Bella… si supieras, si tan solo tuvieras una idea de lo mucho que necesito mantener este trabajo_ su voz concordaba con su mirada de pánico que me daba el espejo retrovisor. No le respondí, a pesar de que deseaba gritar a los cuatro vientos que quería seguir viéndolo, que dolía saber que lo nuestro no iba a poder seguir siendo… tal vez Benjamin ahora no fuera tan reticente en darme el divorcio, después de todo él me había dado un poder… y había anulado el contrato premarital ¿eso no tenía ningún valor?... De repente supe que yo si renunciaría a todo por estar con él… ¿pero él no?.

No quería admitirlo, no debía hacerlo… pero tal vez, solo tal vez me estaba enamorando de Edward Cullen.

Mantuve el silencio hasta que llegamos al Centro comercial, era un silencio incomodo en el que tuve que soportar sus miradas por el espejo, vacilantes y cautas. Al llegar abrí la puerta del auto por mí misma, sin esperarlo… y caminé presurosa hasta la entrada. Casi choqué con un hombre que iba saliendo si no fuera porque él tomó mi brazo y tiró de mí hacia su pecho,

_Isabella… por favor no te enojes_ susurró en mi oído, su agarre se aflojó cuando esperé que salieran algunas personas y luego avancé sin que él me soltara el brazo, _no quiero perderte bebé… me moriría_

_Isabella al fin!_ la voz de rose nos alertó y él soltó mi brazo colocándose detrás de mí, Rosalie estaba en la entrada mirándonos expectantes con una sonrisa burlona en el rostro. _Encontré algunos artículos que quiero que veas Isa, ¿vienes?_

_Si Rose_ musité antes de caminar hacia ella con la mano de Edward en mi espalda baja, no iba a protestar pero la estilla ya había sido clavada…

Caminamos hasta el negocio en cuestión y solo me limité a soportar a la parlanchina de mi amiga, en ocasiones sentía la mano de Edward en mi espalda marcando círculos con su pulgar a medida que caminábamos o cuando estábamos viendo algo que a Rose le interesaba. Lo sentía allí, detrás de mí… mi custodio fiel y leal, sentía hasta su respiración rozar la piel de mi cuello cuando se acercaba tal vez intencionalmente a mí, en ocasiones sentía su mano tomar su cintura posesivamente cuando los anfitriones de algún negocio nos atendía… y no podía evitar mirarlo y notar su mirada triste y cargada de suplica… parecía querer decir tanto con esa sola mirada que mi piel se estremecía y calaba hasta mis huesos.

Dios…

Solo pude notar que no podía perder un minuto más sin él… solo lo quería a él.

Y caí en la cuenta de que amaba a este hombre, lo amaba más a que a mi vida misma… y yo si estaba dispuesta a renunciar a todo, no importaba acuerdo prenupcial, no importaba un comino el dinero… yo solo lo quería a él, aunque no fuera posible.

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Hola amores!! disculpen el atraso, estuve entretenida ayer con cosas de la escuela de mis niños, espero que hayan disfrutado del capi!!

Amores1 recuerden que espero sus Viñetas para el concurso, ya he recibido varias y están muy buenas, quiero más!! ja ja... besotes, las amo!