Capitulo 28: Venus y David

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Venus y David

El sol repuntó al este, entre los edificios, haciendo parecer toda la escena una imagen digna de Botticelli, un hermoso amanecer sobre Florencia.

Hoy sería un día largo, era el día en que Bella cumplía sus diecisiete años y pensaba darle el mejor día de su vida si fuera posible, ese ángel que ahora estaba acostado durmiendo plácidamente se merecía lo mejor y estaba dispuesto a intentar por todos los medios de dárselo. Volteé sobre mis talones y entré nuevamente al cuarto de hotel, había pasado toda la noche sentado en el balcón admirando las estrellas y escuchando dentro su suave respiración, era lo único que necesitaba para pasar la noche.

Caminé hacia la cama y me senté en la orilla lentamente para no despertar a mi dulce niña, acaricié con la yema de mis dedos su mejilla caliente y ella se estremeció…

_Cariño…_ susurré despacio, ella respondió con un mohín en los labios y un suspiro, _Bella, cariño… es hora de despertar, debemos salir_ susurré acercándome a su oído, su respiración se tornó más rápida al igual que los latidos de su corazón,

_Mmmm…_ ronroneó estirándose entre las sábanas,

_El desayuno debe estar por llegar amor, dormirás durante la tarde, cuando viajemos_ entonces ella abrió los ojos con el ceño levemente fruncido,

_¿Viaje?_ dijo con voz somnolienta, sonreí y me acerqué a ella a besar su mejilla… dios! Olía tan bien.

_Si mi amor, te llevaré a un lugar por las siguientes dos noches_ dije besando su hombro desnudo,

_Pero yo quería ver al David de miguel Ángel_ refunfuñó, reí ante esa niña mujer que ahora me venía con que quería ver el retrato de un hombre desnudo,

_¿Por qué tan interesada?_ pregunté con indiferencia fingida _¿que tiene el David que yo no tenga?

_Oh mi amor, tu tienes más de lo que el David tiene, de eso estoy segura… pero será la primera vez que veré a un hombre desnudo…_

Oh dios, esta mujer me quiere matar…

_¿No quieres esperar unas horas más?... estoy seguro que por la noche verás un hombre de piedra desnudo igualmente_

_¿Mi propio dios griego?..._ preguntó con una sonrisa,

_Solo tuyo…_

Ella ronroneó una vez más mientras se retorcía entre las sábanas, me incliné mientras sentía como cedía mi autocontrol y besé su hombro una vez más, ella en un movimiento repentino tomó mi rostro y besó mis labios jadeando, un beso profundo… lleno de deseo y ferocidad, me recosté sobre ella sosteniendo mi peso con mis manos a sus costados y profundicé el beso saboreando su lengua con la mía, sus manos recorrieron mi cuello hasta mi nuca entrelazando sus dedos en mi cabello y me empujó más a ella, gimió deliciosamente cuando me despegué de su boca y recorrí su mejilla hasta su cuello, delicioso… tan tentador…

_Bella… Feliz cumpleaños mi amor__ susurré antes de lamer su deliciosa piel _es… tu cumpleaños bebé y sé que mereces todo… pero… detenme mi amor, yo no soy capaz de hacerlo… de detenerme_ ella solo gimió más y se removió debajo mío buscar un roce más con mi cuerpo…

Bajé con suaves besos y lamidas por la piel de su clavícula hasta su hombro y sonaron unos golpecitos en la puerta, lo cual me hizo maldecir y agradecer al mismo tiempo. Ella se quejó lanzando su boca a la mía en un último intento de retenerme,

_Bella amor, debo atender, es tu desayuno…_ le dije separándome de ella para verla a los ojos, ella asintió y me dejó libre para levantarme e ir en busca de su primera sorpresa del día.

Cuando llevé el carro con su desayuno hasta la cama ella se sorprendió al encontrar sobre una de las bandejas plateadas, un pequeño pastel con una vela blanca encendida en el centro.

_Feliz cumpleaños mi amor… te deseo lo mejor, eres lo más importante para mí y todo lo que este a mi alcance para hacerte feliz, lo haré… te amo Bella, te amo_ susurré sentándome frente a ella,

_Oh Edward_ gimió antes de saltar de su cama y colgarse de mi cuello _te amo tanto!_ ella sollozó unos segundos sobre mi hombro, pero al alejarla para verla ella estaba riendo entre sus lagrimas _es el mejor cumpleaños que he tenido_

Sonreí con sus palabras, ¡Maldito afortunado!... iba a hacer lo imposible que este día sea el mejor en su vida entera…

La mañana comenzó bien, Bella comió su plato de frutas mediterráneas, su café y el pequeño pastel a la italiana que mandé a hacer para ella, a demás de tostadas fiorentinas que consistían en una rebanada de pan tostado con un huevo poshé sobre el pan, ella gemía mientras masticaba así que supuse que estaba bueno.

_¿Qué parte de la ciudad es esta?..._ dijo señalando el exterior a través de la ventana antes de sorber un poco de su café _es hermoso… la calle de adoquines, la estructura de los edificios, es como si fuera antiguo… pero al mismo tiempo nuevo, no lo sé_

_Es así amor, estamos frente al río Arno, Florencia se construyó sobre las orillas de este río, así que si se puede decir, esta es la parte más antigua… pronto si alcanzamos hoy, te llevaré al Ponte Vecchio para que conozcas_ ella alzó las cejas y mordió su tostada italiana,

_Oh… ¿y qué tiene de especial un puente?_

Reí ante su pregunta, _Es el primer puente construido en Europa, a parte de uno de los lugares más comerciales de Florencia… ya verás_ dije guiñando un ojo, ella lo recordaría por siempre cuando vea lo que haré allí.

Luego que terminó su desayuno ella se levantó de la cama y se fue a preparar para nuestro comienzo de día mientras yo me apresuré a ordenar las sobras de la bandeja y dejarla en el corredor. Al volver de la habitación y cerciorarme de contar con todo lo que necesitábamos para nuestra salida, Bella salió del baño ya vestida y arreglada. Quedé literalmente sin aliento al verla, llevaba un vestido de verano azul, sin magas y ajustado hasta su cadera donde caía en una amplia falda hasta mitad del muslo, unas sandalias azules bajas y su cabello recogido en un moño descuidado… hermosa.

_¿Te gusta lo que ves?_ dijo dando una vuelta sobre sus pies ante mí, yo abrí a boca varias veces como un pez fuera del agua y finalmente asentí. Ella caminó hacia mí y tomó mi mano,

_Hum… me tomé la libertad de empacarte una pequeña maleta con ropa_ dije vacilante alzando la mano con la que tenía su maleta,

_¿Iremos a alguna parte amor?_

_Solo aun un lugar cercano… ya verás_ dije con una sonrisa pensando en la sorpresa que le tenía preparada.

Salimos del hotel unos quince minutos más tarde, ella estaba radiante, se colocó unos anteojos negros iguales a los míos y tomó mi mano en todo minuto. Subimos al auto y la llevé a varios lugares antes de ir a nuestro destino final. La idea era que Bella quedara hastiada de Florencia, aunque en solo un día no iba a poder ser posible.

Ella quedó maravillada cuando la llevé a nuestra primera parada, la galería de los Uffizi. Ella recorría embelesadamente todas las salas a las que la llevaba y definitivamente nos atrasamos cuando fuimos a ver “El nacimiento de Venus” de Botticelli,

_Es hermosa… _ susurró con reverencia mientras una sonrisa se dibujaba en la comisura de sus labios, ¿esa pintura era hermosa?... mis ojos se clavaron en mi Bella que estaba a mi lado, ella era hermosa…

_Si, realmente lo es…_ dije sin apartar la mirada de ella. _Venus es la virgen sensual encarnada, que al mismo tiempo representa la inocencia… es la mujer deseada por todo hombre y que muy pocos llegan a obtener… y los que lo hacen son realmente unos privilegiados_ realmente la estaba describiendo a ella…

_Oh_ susurró _¿y quiénes son los que están a su lado?_

_Ellos son los dioses del viento y la brisa, Aura y Céfiro… que las llevaron a la orilla de alguna isla de Creta para nacer de su concha, la mujer con la manta es una ninfa de los bosques…_

Ella asintió y continuó mirando la pintura, en un momento dado quise fervientemente poder leer su mente, sus mejillas se sonrojaron y se mordió el labio nerviosamente, así que la tomé de la cintura y me incliné a su oído,

_Es tan hermosa como tú amor…_ ella bajó la mirada y sonrió avergonzada… dios, cómo la amaba!

_No creo ser tan… sensual_ dijo en un susurro inaudible, _ella a la vez es tímida, se tapa las partes desnudas y su rostro es dulce y angelical, es increíble que la compares conmigo._

_Si, lo hago…_ dije mirando la pintura frente a nosotros _ella representa el Eros, es decir… el amor carnal y sexual, ella nació tan terriblemente hermosa que fue idealizada como la diosa del amor y la pasión, pero a su vez fue virgen y púdica, su timidez aumenta su erotismo… lo cual la hace más hermosa todavía_ dije volviendo a mirar a mi amor.

Ella volteó hacia mí y escondió su rostro en mi pecho… basta de avergonzar a Bella por hoy, ella poco a poco descubriría su sensualidad, yo mismo me encargaría de eso.

Más tarde recorríamos el corredor de los frescos y esculturas, ella parecía maravillada con todo… admiraba su manera de contemplar todo, tan detallista y fascinada.

_Es todo tan hermoso, gracias amor por traerme aquí_ dijo mientras íbamos saliendo de la galería.

_Hay un lugar más para ir ¿o prefieres almorzar antes?_ pregunté tomándola de la cintura mientras caminábamos por las calles de Florencia, el sol se encontraba oculto de tras de unas grandes nubes así que dejé el auto en el estacionamiento y decidí llevarla caminando,

_Almorcemos antes así luego tenemos todo el tiempo libre, es decir… almorzaré antes_ rió, asentí de acuerdo y la llevé por las calles adoquinadas hacia un restaurant cercano, los alrededores de la galería estaba rodeado de restaurantes prestigiosos y hoteles por lo que no había que caminar tanto.

Entramos a uno cuyo ambiente me pareció más intimo, la anfitriona, una mujer joven que nos recibió sonriente nos llevó a una de las mesas cercanas a los grandes ventanales que daban al Arno, los pensamientos de la mujer me distrajeron momentáneamente mientras buscaba la manera de hacerme saber que estaba interesada en mí, la ignoré tomando de la mano a mi Bella que caminaba junto a mí.

Al llegar a nuestra mesa ella nos entregó los menús con un asentimiento de cabeza y nos dejó solo por un tiempo,

_¿Qué recomiendas?_ preguntó mi Bella mirando el menú con entusiasmo, me reí por su pregunta,

_¿Le preguntas a un vampiro que no ha comido durante cien años?... no sé realmente qué tipo de recomendación sería_ ella sonrió meneando la cabeza,

_Tú sabes mi amor, busca en la mente de los cocineros, investiga que será lo más delicioso hoy…_

Arqueé las cejas admirando su sagacidad y me enfoqué en buscar las mentes de los dueños del restauran y de los chefs en la cocina, lo más popular entre los comensales y la especialidad de la casa fue lo que le recomendé unos minutos después de haber echado un vistazo,

_En realidad este es uno de los lugares preferidos para comer en Florencia, la combinación entre la comida típica italiana y la oriunda de la región de la Toscana lo hace uno de los lugares favoritos, elige lo que quieras en el menú mi amor, te aseguro que todo es delicioso._ ella asintió y miró nuevamente el menú, minutos después la anfitriona de la casa regresó a pedir las ordenes

_¿In che posso servire signore voi?_ preguntó ella ignorando a Bella que estaba sentada frente a mí, miré a mi amor y pude ver su incomodidad mientras se mordía el labio, seguramente soportando las tremendas ganas de no hacer una escena de celos,

_Aquí mi novia le dirá su orden, yo solo quiero un vaso de agua_ dije en perfecto italiano, la mujer me miró arqueando una ceja mientras mis ojos estaban fijos en los de Bella que sonreía ante mis palabras, tal vez in entendibles para ella… pero sabía lo que le provocaban,

_ ¿Señorigna?_

Bella despegó su mirada de la mía y volvió a su menú para hacer su pedido.

_Yo quiero hum… crostini di fegato, bistecca di cordero alla Fiorentina con una insalata a la marsala, unos Cenci y humm… vino Chianti._ levantó la mirada y sonreí ante su excelente elección y pronunciación, ella sonrió y entregó la carta a la mujer.

_Wauu_ dije reprimiendo las ganas de ir y besar a esa mujer que me sonreía desde el otro lado de la mesa _excelente dicción amor_

_Ya sabes lo que se siente_ dijo alzando los hombros ligeramente, _¿cómo se dice “gracias por hacerme tan feliz mi amor”?_ frunció el ceño y miró con curiosidad,

_Grazie per avermi fatto così il mio amore_ dije lentamente, ella sonrió picadamente y asintió, _¿por qué?_

_Por nada _

Momentos después mientras hablábamos de nuestra próxima parada la anfitriona vino con el pedido de Bella, dejó el plato de filete de cordero con ensalada frente a ella y la copa de agua frente a mí,

_Grazie per avermi fatto così il mio amore_ dijo Bella tomando mi mano a través de la mesa, una hermosa sonrisa adornaba su rostro, una sonrisa de satisfacción con un poco de perversidad, sonreí ante esa reacción,

_Per niente la mia bella fidanzata_ dije de vuelta, ella sonrió porque seguramente había reconocido “bella” como su nombre. La mujer dejó el vino sobre la mesa y salió de allí ofuscada por esa demostración de amor. _¿Qué fue eso?_ dije inclinándome sobre la mesa, ella alzó los hombros y contestó en su mejor tono indiferente,

_Era para dejarle claro de una manera saludable que te amo y que solo yo soy la que te puede hacer todas esas cosas que pasó por su mente_ mordió un bocado de su filet de cordero y gimió cerrando los ojos,

_Oh… ¿eres lectora de mentes ahora?_ pregunté acariciando el dorso de su mano con un ligero toque,

_No, pero no hace falta serlo_ murmuró antes de sorber un poco de su vino tinto, arrugó un poco la cara pero tragó valientemente,

_Despacio con eso amor, quiero que terminemos de disfrutar el día sin inconvenientes_ advertí, ella asintió dejando su copa de vuelta en la mesa y comió un poco de su ensalada,

_No soy tonta Edward, sé de qué manera te mira cada mujer que pasa por tu lado…_

_Y yo solo tengo ojos para ti_ aclaré…

_¿Y si un día te das cuenta de que no soy suficiente?... Vamos Edward, soy solo una adolescente, aún no soy una mujer completa…_

_Lo serás, y ese día que lo seas te darás cuenta que te amo y te amaré siempre sea como sea, no hay modo alguno que no lo haga Bella_ dije apretando su mano suavemente _estoy aquí mi amor, siempre lo estaré si así lo deseas, nunca más dudaré de esto tan fuerte que siento aquí en mi pecho, tan fuerte que puede ser capaz de hacer latir mi corazón. Lo hice desde que llegaste a mí, cuando a penas eras una bebé a quien tenía miedo de romperá si la alzaba y lo haré hasta que des el último suspiro mi amor… lo haremos juntos, porque te seguiré donde vayas… siempre_

_Mi amor…_ susurró mientras una solitaria lágrimas caía por su mejilla, me alarmé en seguida como si una fibra en mi interior se removiera con tan solo ver una sola de sus lagrimas,

_Bebé, no llores por favor… puedo manejar cualquier cosa, menos tus lagrimas_ susurré inclinándome sobre la mesa y besando cada una de sus mejillas, _te amo… tanto_ aplasté mis labios contra los de ella y nos sumergimos en un cálido beso lleno de adoración, nuestro amor estaba en ese beso… el más puro… el más transparente.

Ella había quedado callada luego de ese momento en la mesa, como si tuviera mucho que pensar, como si su mente estuviera en otro lugar, así que para que mi Bella, mi hermoso ángel volviera a mí, pagué la cuenta y salimos de ese restauran luego de que terminara su postre.

Tomados de la mano la llevé por las calles de Florencia hacia un lugar que sabía la sacaría de sus pensamientos, ella solo caminaba a mi lado confiando plenamente en mi guía, sus ojos absorbían cada parada que hacíamos, le saqué fotos en la entrada de uno de los cafés más antiguos de la ciudad y sobre una de las fuentes de la Placia de la Republica, ella sonreía pero era una sonrisa vacía que no le llegaba a los ojos. En varias ocasiones le pedimos a otro que algún transeúnte que nos sacara una fotografía juntos, entonces ella se aferraba de mi cintura como si jamás quisiera soltarme, recostaba su cabeza en mi pecho y posábamos juntos para la foto.

_¿Dónde vamos?_ preguntó finalmente cuando nos dirigíamos hacia un gran edificio de paredes blancas y grandes puertas de madera revestidas en bronce, la gente entraba y salía con gran entusiasmo y al entrar al lugar un gran vestíbulo de techos altos nos recibió. Bella enseguida miró hacia arriba y jadeó al ver el gran domo sobre nosotros,

_Wauu… si no fuera porque sé donde estoy diría que estoy parada justo en la capilla Sixtina_ murmuró aún mirando el techo del lugar que estaba cubierto por un gran vitral que formaba figuras y que dejando pasar la luz del día parecía como si miles de colores bañaran el techo.

_Esta es la Galería de la Academia… ¿sabes a quién encontrarás aquí?_

Ella bajó la mirada del techo y la posó sobre la mía, frunció el ceño con una sonrisa de lado,

_Creo que tengo una ligera sospecha_ y reímos juntos.

Caminamos dentro del lugar que eras más bien como enormes galerías de techo alto que formaban arcos y nos llevaban a diferentes zonas en la que el arte alimentaba cada lugar, frescos del barroco florentino, esculturas y replicas de los más grandes artistas, como La piedad y Venus y Cupido, hasta llegar a una enorme sala donde la gente se agolpaba alrededor de una obra en especial,

_Wauu… no, no, Edward… no lo puedo creer_ murmuró paralizándose en el lugar mientras el gran David de Miguel ángel quedaba a la vista, reí ante su sorpresa… entonces ella se ruborizó, _Es… es hermoso_

La tomé de la cintura y la obligué a moverse del lugar, su mirada estaba fija sobre la gran escultura de mármol de tres metros y parecía que hasta no podía pestañar, avanzaba lentamente como si tuviera miedo que el gran gigante de mármol pudiera cobrar vida y aplastara a todos allí que se concentraban a mirarlo,

_¿Le tienes miedo?_ pregunté aún sonriendo por su perplejidad,

_Es… imponente_ susurró con reverencia,

_Ciertamente lo es_ coincidí encaminándola tomando su cintura con una de mis manos hasta estar justo debajo del David. _¿Ves los detalles amor? David tiene el cuerpo perfecto del arquetipo masculino, es el cuerpo perfecto._ dije cerca de su oído, la rodeé hasta estar detrás de ella y rodear su cintura con mis brazos y reposar mi mentón en su hombro, ambos viendo a la gran escultura,

_¿Luchó… desnudo?_ preguntó ella mientras sentía entre mis brazos y contra todo mi cuerpo como elevaba la temperatura del suyo,

_No mi amor, en realidad cada artista le da vida como él lo percibe, Miguel Ángel retrató el estado del cuerpo de un hombre en estado de lucha…_ ella asintió lánguidamente y acercándome más a su oído le expliqué _¿ves su torso, fuerte y musculoso… tensionado? ¿ves sus manos en movimiento?... la derecha está preparada para moverse mientras se pueden ver a lo largo del brazo las venas y músculos tensionados y la mano izquierda preparándose para tomar su lazo que descansa sobre su hombro ¿ves las piernas, una delante de la otra? ¿su torso que se curva sutilmente y su cabeza hacia su izquierda manteniendo sus ojos fijos en el objetivo, su ceño fruncido?... amor, es un hombre preparado para encestar el golpe_

_Oh…_ jadeó ella _fue antes que lanzara la piedra a Goliat ¿no?_

_Si, solo un instante antes_ dije apuntando con mi dedo la mano derecha de David _en esa mano aún retiene la piedra…_

_Wauu_

Luego de unos minutos de admirar la gran obra la sentí removerse entre mis brazos, dio media vuelta y me miró a los ojos, vi decisión en ellos… vi determinación. Sus brazos rodearon mi cintura y se alzó en puntillas de pies hasta mi oído,

_Ahora amor, admiro al David… tiene el cuerpo perfecto y todo, pero hay algo en lo que no coincido para llamarlo el arquetipo ideal del cuerpo masculino_

_¿qué es?_ susurré de vuelta. Ella me miró una vez más y sonrió sugestivamente,

_El David no tiene algo que mi novio si…_ lanzó una mirada a mi entrepierna y arqueó las cejas mirándome de nuevo…

Oh dios…

_Bella…_ susurré conteniendo las ganas de reír, de gritar… de yo qué sé. Abrí la boca para decir algo pero ella me detuvo con un beso rápido en los labios, tomó mi mano y caminó hacia la salida con una sonrisa en los labios… oh si, la había distraído de lo que fuera que la estaba preocupando y a lo grande!

Veinte minutos más tarde estábamos en nuestro auto nuevamente, salimos del lugar donde lo teníamos aparcado y transitamos por las calles de la cuidad hacia la salida. Tomé una carretera que nos llevaba a las afueras de Florencia atravesando la Toscana hacia el oeste, el día estaba soleado y aún el sol se escondía entre las blancas nubes así que pude optar por bajar el techo del auto, había hecho bien hacerle caso a Alice y alquilar un Porche descapotable.

_¿Dónde vamos?_ preguntó mi amor con su cabello al viento y sus ojos cubiertos por sus gafas oscuras,

_Vamos a Livorno, cerca de la costa del Mediterráneo… hay un lugar allí que quiero que conozcas_ le dije acelerando ligeramente, ella asintió y se dedicó a tomar fotos del paisaje de la Toscana. De vez en cuando la sorprendía tomándome fotos a mí y luego ella se acercaba a mí y nos tomaba una juntos.

Luego de casi dos horas de conducción comenzamos a ver a lo lejos el horizonte de color azul añil, señal de que estábamos cercanos al mar. Ella entusiasmada sacó fotos y señalaba cuando los pocos rayos de sol que se filtraban en las nubes hacían brillar las aguas a lo lejos.

Encontré el camino fácil, solo unas cuantas veces en mis viajes con la familia había venido por aquí y ahora que traía a mi Bella preparé todo a la distancia para que el lugar que tantas veces había visitado, estuviera en apropiadas condiciones.

Entonces a lo lejos, doblando una curva que bajaba hacia un valle de altos árboles la vi,

_Wauu… que hermoso es, ¿de quién es esa casa?_

A lo lejos envuelta en cipreses y olivos una casona rosada de estilo de mediados del siglo 19, nos esperaba. Se regía entre los árboles de fruto y su fachada trasera daba directamente al mar Mediterráneo, una gran piscina turquesa se encontraba en el patio trasero a metros de las playas de arena y en su parte delantera un largo camino flageado por árboles nos daba la bienvenida,

_Es la Casa Rossa_ murmuré mientras tomaba el camino que bajaba hacia la casa _Emmett se la obsequió a Rose cuando cumplieron cincuenta años juntos_

_¿Es la casa de Rose?_ la voz de Bella subió una octava más alto _es hermosa… yo, no sabía que tenían una casa aquí_

_Bueno, es uno de los motivos por los que elegí Italia, las otras opciones eran Brasil y La India, también los Cullen tienen casa allí…_ por un instante me detuve a reflexionar y tomé la mano de mi novia _mi amor, la próxima vez debemos buscar nuestro propio lugar en el mundo… donde tú quieras ir_ ella me miró y guiñó un ojo en total acuerdo.

Debía revisar las oficinas de agentes de bienes raíces una vez que Bella eligiera el lugar para nuestras próximas vacaciones, debía regalarle una casa con su nombre solo para ella… Rose nos había prestado esta para visitar Florencia, pero yo deseaba una con el nombre de mi ángel en ella, una donde ella fuera dueña y señora, donde ella amara estar… mi dulce amor.

Llegamos a la puerta principal y bajé del auto, Benito, el hombre que cuidaba la casa, nos esperaba con una sonrisa en su rostro de piel bronceada,

_Signior Cullen, signiorina… benvenuto a Livorno!_

_Benito…_ asentí llevando de la mano a mi Bella, _ella es Bella mi fidenzata_ él tomó caballerosamente la mano de mi novia y la besó.

_Oh Bella… signior Cullen, Bella é molto bella_ reí por su juego de palabras y asentí coincidiendo con él. Benito ha sido por años el hombre de confianza de Rose para cuidar de su casa, el hombre maduro ya, de unos 65 años había sido el sucesor de una familia de confianza de los Cullen. Era seguramente la segunda o cuarta vez que Benito veía a un Cullen, siempre las conversaciones eran por teléfono y esta vez estaba claro en su mente que había venido por pedido de Rose para recibirnos y hacernos sentir cómodos en su casa.

Él nos ayudó gentilmente con las maletas y las llevó al cuarto que sería el nuestro mientras yo me quedé solo con Bella que admiraba el Mediterráneo sobre uno de los balcones laterales que daban al mar. Caminé hasta ella y abracé su cintura recostando mi mentón en su hombro,

_¿Te gusta?_

_Me encanta_ confirmó _Rose se lo tenía tan guardado, ni ella ni Emmett me dijeron nada… ni un indicio, ni nada que se le haya escapado a Emmett… ya sabes cómo es él_

_Les pedí encarecidamente que mantuviéramos esto como una sorpresa_ aclaré,

_Lo lograron_ sonrió y dio vuelta sobre sus pies para besar mis labios, sus manos se escabulleron hasta mi nuca y su lengua caliente y sabrosa se enredó con la mía. Ella inclinó ligeramente su cabeza para darme más lugar dentro de su cálida boca y cuando gemí al sentirla tan exquisita como era, sentí los pensamientos de Benito detrás de mí. Me separé de ella a regañadientes y di la vuelta para despedir al hombre que nos miraba con ternura y nostalgia en sus ojos. Ambos lo acompañamos a la salida y él se despidió con un abrazo de Bella que simpatizó en seguida con él.

Tomé de la mano a mi novia y tiré de ella para entrar dentro de la casa, la tarde estaba cayendo y el frío del Mediterráneo se sentía en la piel de mi amor. Dentro de la casa, Benito había tenido la amabilidad de dejar la chimenea encendida en la sala y comida suministros en la cocina para pasar estos días que estaríamos allí,

_Amor, ponte cómoda… descansa, lee un libro, escucha música, no lo sé… haz lo que desees mientras yo preparo tu cena, luego recorreremos la casa juntos y si estas cansada te llevaré a dormir_ le pedí abrazando su cintura y recostando mi frente en la suya,

_Quiero hacer más que dormir esta noche Edward, no me convencerás de lo contrario amor… ya no._ dijo alzando sus pies para besarme dulcemente en los labios. Estaba conciente que había retrasado mucho tiempo lo inevitable y a pesar de que yo también lo quería, lo deseaba con cada fibra de mi ser… temía que algo saliera mal.

_Entonces ve y descansa, luego comerás algo para reponer fuerzas y …_ tomé una larga respiración y besé sus labios _y luego seré tuyo para lo que quieras hacer conmigo… recuerda que hoy es tu día_

_Eso suena bien_ susurró de vuelta, me besó suavemente en los labios y se separó de mí. Caminó fuera de la cocina contorneando sus caderas tan descaradamente…. Dios cómo la amaba! Y me prometí a mi mismo, mientras miraba alrededor de la cocina, que costara lo que me costara… esta noche la haría feliz.

Diario de Bella, edad 17 años:

¿Puedo ser más feliz? ¿Puede ser algún otro cumpleaños mejor que este?... Edward me había dado su regalo y con creces porque jamás, jamás me olvidaría de este día. Todo fue genial, desde la visita a los museos hasta el almuerzo con rubia coqueta incluida, él había sobrepasado todos los limites establecidos para hacer feliz a una novia… lo amaba tanto!

Y ahora estábamos aquí, en la casa de Rose… la Casa Rossa y con una noche aún por delante, si podía convencerlo a él, mi amado novio… sería la primera noche para entregarnos juntos a nuestro amor, no había mejor regalo de cumpleaños que él desvirgando a quien lo amaba tanto. La noche que me haré mujer… valla… al fin!

Caminé en busca de nuestro cuarto y lo encontré fácilmente ya que Benito lo había dejado iluminado y nuestras maletas estaban sobre la cama. Al entrar quedé maravillada con lo hermoso de la habitación. El lugar era amplio y de colores pasteles, las paredes ocre hacían resaltar el cobertor morado de seda de la cama, las lámparas que iluminaban el lugar hacía todo más irreal y montones de velas apagadas de distinto tamaño estaban dispuestas en todo el lugar, menos en el suelo… una pequeña chimenea daba calor natural en un rincón y un pequeño sofá frente a él me hacía desear acostarme y dormir un rato frente al fuego, una hermosa y mullida alfombra blanca rodeaba la cama que estaba cubierto de almohadones del mismo tono que las paredes y del techo caía alrededor de la cama una tela blanca que parecía un mosquitero de tul. Todo era hermoso.

Recordé las palabras de Alice y rebusqué en mi maleta un poco de la ropa que había empacado Edward, con suerte había incluido un poco de lo que Alice tenía pensado para esta noche. Al rebuscar en una de las bolsas de mi ropa interior encontré un camisón blanco de satén que llagaba a mitad de mi muslo, y que se sostenían con finas tiras sobre mi hombro… perfecto!

Me lo coloqué, solté mi cabello y me refresqué un poco mi rostro. Cuando ya estuve preparada caminé hasta la cocina desde donde podía olerse un exquisito aroma, las luces de la casa estaban encendidas y por los grandes ventanales de la cocina por donde se podía ver el mar, vi la piscina iluminada por grandes farolas a su alrededor,

_Mañana quiero nadar_ dije caminado dentro de la cocina. _¿Dónde dejé mi cámara de fotos?... esto es hermoso…_ no me había dado cuenta que Edward había dejado de hacer lo que había estado haciendo y cuando volteé a verlo sus ojos me recorrían de pies a cabeza, su mirada me recordó la noche en que me dio mi primer orgasmo… la noche de las estrellas y me sentí sonrojar, él me estaba mirando como si me hubiese visto por primera vez.

_Bella…_ dijo como ausente. Caminé hasta estar cerca de él y tomé su rostro con mis mano y lo obligué a mirarme, algo difícil de hacer con un vampiro.

_Quiero cenar y luego ir a la cama… por favor _ susurré, él me miró confundido por un instante hasta que pareció haber comprendido. Asintió y en sus ojos pude ver un conflicto entre dolor y desesperación…. ¿qué le causaba eso?... ¿a caso tenía miedo?

Él volvió a hacer loo que estaba haciendo y unos minutos después me sirvió en la mesa que daba frente a los ventanales de cristal, un plato de comida que olía delicioso,

_Mmmm… ¿Qué es?_ murmuré cortando un trozo con el tenedor y llevándolo a la boca. El sabor de vegetales y especias estallaron en mi boca,

_Lansgña de queso y vegetales de la Toscana, Benito nos dejó sustento aquí como para un mes_

_Que bien!_ dije para luego beber un poco de mi vino que Edward me había servido, era un poco más suave que el del restaurante y definitivamente más sabroso. Comí mi plato con entuciasmo y me bebí toda la copa de vino, quería un poco más porque me sentía con ganas de festejar mi cumpleaños pero Edward no me dejó bebé más, dijo que el alcohol nublaba un poco los sentidos y que me quería lucida hoy… pero que al mismo tiempo el alcohol aplacaba el dolor.

Dios… él lo iba a hacer?

Luego de recoger los platos Edward me dijo que lo esperara en la habitación, sabía que necesitaba un tiempo para él también. Sabía que él se debatía en darme lo que yo quería y no… pero yo lo quería tanto, tan mal, que solo deseaba tomarlo de la mano y llevarlo conmigo hasta la que sería nuestra cama.

Lo deseaba tanto.

En la habitación aproveché que el fuego de la chimenea aún estaba encendido para tomar un palillo quemador y encender cada una de las velas, si estaban allí era para algo ¿no? y que mejor que dar luz en esta noche tan especial. Cuando las terminé de encender recogí las almohadas de la cama y las tiré al pie de esta, la noche era cálida y con el calor de la chimenea sabía que era suficiente para contrarrestar el frío de mi vampiro.

_Amor…_ dejé caer un almohadón cuando sentí esa voz a mis espaldas, cuando volteé él estaba recostado en el marco de la puerta, sus ojos topacio fijos en mí y sus manos a su costados en puño, como conteniéndose a hacer algo. Sonreí para alentarlo a entrar, él despegó la mirada de mis ojos y repasó toda la habitación… las velas, la chimenea, el montoncito de almohadas al pie de la cama y yo de nuevo. _Bella… yo_

_Shhh… Edward_ rodeé la cama para quedar en medio de la habitación, mi respiración se tornó agitada y sabía que si ahora él me rechazaba iba a ser la noche más infeliz de mi vida…

No lo hagas Edward, no hoy mi amor…

_Ven…_ dije extendiendo una mano hacia él, suplicándole con la mirada. Él rastrilló su cabello con sus dedos y cerró los ojos fuertemente.

_Bella…_ susurró con tono agónico. _Yo no sé si… estamos_

_Estoy preparada_ le corté _lo único que quiero es ser tuya para siempre Edward, así que por favor… por favor mi amor, ¿hazme pasar la mejor noche de cumpleaños de mi vida?_

Por favor mi amor, por favor…

Él no se movió de la puerta y su rostro mostraba su sentimiento contradictorio, él lo deseaba lo sabía… pero sabía también que era difícil para él tomar a quien fue su niña por tantos años,

_Edward… estoy aquí_ dije tomando el ruedo de mi camisón _soy yo mi amor, pero ya no soy una niña…_ con una valentía inusitada levanté mi camisón por mi cuerpo ante su mirada atónita _soy una mujer… tu mujer_ y lo dejé caer sobre el suelo

_Bella…_ susurró al verme desnuda frente a él, totalmente en mi gloria,

_Tu Venus…_ dije sonrojándome dolorosamente, pero el sonrió…

_Solo mía…_ asintió.

Estar desnuda frente a él fue lo que necesitaba para darle la determinación que faltaba, él entró en la habitación y se detuvo a unos dos metros de mí, repasó con su mirada oscurecida cada centímetro de mi cuerpo… entreabrió la boca cuando fijó sus ojos en mis senos desnudos y suspiró cuando bajó más…

_Hermosa…_ susurró con casi un soplido, sentí el calor en mis mejillas y bajé la mirada, mi cabello calló por mis hombros sobre mis senos y pensé en qué era lo siguiente que debía hacer… tal vez ¿desnudarlo?... Pero él me mostró y fue como si hubiese leído mi mente. Tomó su camiseta y la sacó por su cabeza dejándola caer al suelo, alcé la mirada y la trabé con la suya que estaba fija en mis ojos, sus manos desabrocharon su pantalón y cayeron en un montoncito alrededor de sus pies, mis ojos siempre en los suyos, sacó sus bóxers y también los dejó caer en el suelo,

_Tu David…_ dijo él con una sonrisa ladina en los labios,

_Y mucho más…_ susurré de vuelta recorriendo su cuerpo desnudo con la mirada,

Oh por dios… si, mucho más…

Mis piernas temblaron cuando lo vi frente a mí, ¿cómo a este maravilloso hombre pude alguna vez concebirlo mi padre?... ¿en que universo fue creado? ¿por los mismos dioses?... pues creo que el mundo de la antigüedad no esperó por Edward para crear los parámetros del hombre perfecto, se conformaron con David y ya, siendo que yo misma lo tenía frente a mis ojos… el hombre perfecto.

Él se acercó a mí en dos pasos firmes y tomó mi rostro entre sus manos, sus labios chocaron con los míos y me besaron con reverencia, con pasión pero también con dulzura y amor… demasiado amor.

_Mi… Venus, mi… hermosa Venus_ dijo entre besos y mirándome siempre a los ojos, _Te amo tanto, te prometo que seré gentil mi amor, seré tu amante gentil_

_Lo sé mi amor…_ musité con mi pecho oprimido, el me demostraba tanto amor con cada paso suyo que podía llorar de felicidad _mi David… mi hermoso David_

Y nos fundimos en un beso largo, dulce y delicioso… gemí al sentir su lengua enredarse con la mía, sus cuerpo presionado contra el mío, gemí al sentir su adoración. Entonces Edward rompió el beso y me alzó entre sus brazos, dio unos pasos y me dejó sobre la cama… ya no vi el miedo en sus ojos, vi puro, puro amor.

Su boca recorrió mi mejilla con dulces besos hasta llegar a mi cuello y continuó bajando hasta alcanzar uno de mis pezones, el cual atrapó con sus labios, me estremecí por el frío… pero se sentía tan bien, él se sentía tan bien sobre mí, gemí y no pude evitar arquear mi espalda cuando chupó cada uno ávidamente, intercambiando entre caricias y lamidas. Entonces cuando creí que iba a venirme por tanto placer, él continuó bajando hasta mi estómago, besó cada centímetro de mi piel y lamió mi ombligo, tomé sus cabellos con mis manos y sacudí mis caderas en un instinto irrefrenable… lo deseaba tanto.

_Edward…_ gemí cuando su lengua recorrió la parte baja de mi vientre. Él ronroneó y sentí sus labios dando suaves besos en mi pubis, _oh… dios…_ suspiré. Una de sus manos tomó mi pierna y la apartó ligeramente obligándome a abrirme para él, que gimió al verme y yo arqueé mi espalda sintiendo su frío aliento cerca… tan cerca.

Entonces la punta de su lengua se abrió paso y tomó mi clítoris hinchado,

_Oh Edward_ gemí cuando una corriente eléctrica más poderosa a cualquier cosa que había sentido antes, invadió mi cuerpo. _Ah…_

Él continuó haciendo eso con su lengua mientras sentí por otra parte, uno de sus dedos abriéndose paso a través de mi carne caliente, abrí casi involuntariamente más mis piernas dejándole lugar y oí un gruñido resonando en su pecho.

Su dedo comenzó a entrar y salir fácilmente gracias a mi excitación mientras su lengua le hacía esas cosas a mi clítoris, por debajo de mi mente y con lo poco que podía pensar, me oí a mi misma jadeando y gimiendo cada segundo, sentía un nudo en mi bajo vientre que iba peligrosamente creciendo, expandiéndose y formando mi orgasmo… su dedo y su lengua eran los causantes.

_Edward_ advertí, dios… era tan placentero. Entonces él curvó su dedo ligeramente dentro de mí, presionando contra una de mis paredes _Ah! Edward…._ cerré los ojos ante tan abrumadora sensación y gemí mientras él envestía en el mismo lugar y su lengua rodaba contra mi botón y la bola de fuego en mi vientre continuaba creciendo avasalladoramente, en un momento la fricción de su lengua fue demasiado combinado con los movimientos de su dedo y la bola de fuego reventó dentro de mí. Mi mente nublada solo advirtió el momento de sumo placer cuando un grito eufórico salió de mi pecho y luego de eso cada fibra de mi cuerpo se comenzó a relajarse a medida que bajaba de mi orgasmo. Edward continuó acariciando lánguidamente dentro de mí mientras su lengua daba suaves besos en mi centro.

Mi cuerpo sumamente relajado parecía flotar sobre las sábanas de seda, los suaves besos de Edward despertaron mi piel mientras subía por mi cuerpo hasta situarse entre mis piernas,

_¿Estás bien?_ susurró cerca de mí, abrí los ojos y su mirada topacio inquieta estaba sobre mí, me mordí el labio y asentí acariciando mi piel con mis dedos temblorosos, _¿estás segura?_

_Con todo mi corazón_ afirmé levantando mi cabeza para besar sus labios, él me besó dulcemente y lo sentí acomodarse sobre mí, sus codos a cada costado de mi cuerpo y su mirada oscurecida me hicieron desearlo más. Sentí su punta en mi entrada y asentí una vez más cuando lo vi apretar los dientes,

_Perdóname mi amor_ susurró antes de entrar en mi interior solo unos cuantos centímetros, me contuve de cerrar los ojos y solo me limité a mirarlo a los ojos y trasmitirle de alguna manera todo mi amor, no había dolor… no aún, y si lo había sabría superarlo, lo sabía. Él empujó una vez más entrando más en mí y se sentía tan bien que arrugué el entrecejo tratando de concentrarme para no gemir, para no asustarlo.

_Edward…_ susurré jadeando, envolví mis piernas en su cadera y él lo tomó como lo que yo deseaba, un estímulo ya que avanzó más hacia mí hasta que se detuvo en seco cuando yo me tensé al sentir esa barrera expandirse, _por favor…_ dije en un hilo de voz, él asintió y empujó una vez más. Sus ojos se abrieron cuando gemí, sentí que dolía… jadeé un poco y retuve mis ojos abiertos, él empujó una vez más y yo sacudí mis caderas hacia él para terminar su trabajo,

_Bella!_ se alertó cuando reprimí un grito y cerré los ojos. Él se paralizó sobre mí y yo hiperventilé un poco antes de abrir los ojos y asentir nuevamente, vi el pánico en su rostro y decidí hacer lo único que sabía que lo distraería… lo besé… con deseo, con fervor, con tanta hambre, porque ni por un segundo quería que se detuviera, lo deseaba más y más.

Y él respondió, comenzó a moverse dentro mío despacio y lentamente, entraba y salía con movimientos torturantes, la punzada de dolor desapareció convirtiéndose en un latido de placer, palpitante… intenso…

_Te amo_ susurró mirándome a los ojos mientras sus movimientos se tornaban más… solo un poco más rápidos, apreté mis piernas a su alrededor empujándome hacia él y entonces reaccionó, sacudiéndose contra mí deliciosamente,

_Oh Edward…_ gemí, mi cuerpo reaccionaba placenteramente ante el suyo, tan uno acorde con el otro… nos pertenecíamos… uno al otro para siempre, como siempre debía ser.

_Te amo_ repitió besando mis labios entre jadeos. Tomé sus mejillas con mis manos y lo besé más eufóricamente de lo que él lo hizo, sabía que él se estaba reteniendo, sabía que lo que me estaba haciendo no era ni la mitad de lo que podía llegar a hacer…

_No te contengas_ le pedí, él me miró como si le hubiese dado la mejor noticia y sus movimientos se hicieron más rápidos, más placenteros y frenéticos. Algo que provocó que la bola de placer dentro de mi vientre comenzara a crecer de nuevo. _Ah! Edward!_ gemí arqueando mi espalda, él aprovechó ese movimiento para tomar uno de mis pezones con sus labios y mordisquear suavemente, el frío contra mi piel caliente era tan satisfactorio…

_Cariño… bebé_ gimió haciéndome mirarlo a los ojos. Sabía lo que me estaba pidiendo así que alcé mis caderas para chocarlas contra las suyas y fue lo que necesitábamos los dos para que ese placer que estábamos guardando, se convirtiera en el orgasmo más placentero que había sentido jamás. Grité su nombre al final, antes de caer en el abismo, eso fue lo único que mi mente nublada capturó, oí a lo lejos mi nombre una y otra vez, con palabras de amor mientras el frío de su placer invadía mis entrañas.

¿Cómo podía perderme tanto?... ¿cómo un orgasmo regalado de Edward podía hacerme tanto bien y tanto mal al mismo tiempo?... solo era una mujer entregada a la muerte misma cuando llegaba al cielo gracias a él, era una sensación abrumadora pero inmejorable.

_Te amo_ susurré cuando sentí que mi cuerpo volvía a la vida con suaves besos sobre mi piel, mi respiración luchaba para componerse y sentí el vacío cuando salió de mí, sus brazos me llevaron con él y me acosté sobre su pecho… sumamente cansada, mi cuerpo hecho una masa informe de placer y relajación…

_Descansa mi niña hermosa… feliz cumpleaños_ murmuró en mi cabello mientras mis parpados se negaban a abrirse para verlo en su pose postorgasmica, algo que si o si quería ver.

Otro día Bella… cualquier otro día de esta larga existencia junto a él.

Porque no había manera de enfrentar a la muerte, con la posibilidad de tenerlo a él para toda la eternidad, no quería solo una vida con él... lo quería todo.

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Al fin!!, pensé que no iba a terminar nunca ja ja, espero les haya gustado amores!!! Nos vemos y háganme saber lo que piensan. Aquí van algunos links por si quieren saber algo más de este capi:

El nacimiento de Venus

El David de Miguel Ángel

La casa Rossa

Ah! Neny cullen, una blogera apasionada por Twilight está cumpliendo aniversario este mes, le mando todo mi amor!!, Neny... estoy haciendo mi OS para tu contest, pronto te llegará, para las que quieran participar en el contest de Neny este es su link, pasen y enterensen!! Besotes!