Viñeta: Fusión, Irene Comendador

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“Viñeta Aniversario Twilight Contest"

Nombre de la viñeta: Fusión

Autor: Irene Comendador

Blog: Esperado Anochecer

Pareja: Edward y Bella

Rating: K

Summary: Dos empresas multimillonarias se fusionan para crear un imperio en el continente Asiático, pero al parecer el hijo de uno de los socios no ve con muy buenos ojos esa fusión, e intentara por todos los medios sabotear el contrato. ¿Qué pasara cuando sepa que con quien tiene que tratar el tema, es justo la persona de la que se ha enamorado?

Fusión (Prologo)

“The New York Times_ Por fin el acontecimiento que miles de inversionistas habían estado esperando ha llegado, las empresas Sicila Corp. y Prisma Swan se fusionaran para conquistar el continente asiático. Sus respectivos propietarios, el magnate de la construcción Carlisle Cullen y el multimillonario y excéntrico Charlie Swan han ofrecido esta mañana una rueda de prensa para comunicar la noticia”

POV EDWARD

Todos los malditos periódicos recogían esa apresurada a mi modo de ver entrevista.

¿Cómo se le había ocurrido a mi padre meter en el asunto a los escandalosos periodistas?

Pero el nunca me hacia caso, siempre tenia algún lameculos pelota para darle estupidos consejos de cómo llevar la empresa, y que decir que su hijo con varias carreras cursadas, con inmejorables calificaciones y master a sus espaldas, no era ni mucho menos una opinión aceptable para el.

Antes no me hubo molestado lo mas mínimo, pero si me debía hacer cargo a partir de la maldita fusión de todo el trabajo en el extranjero, quería que mis propuestas se tomaran en serio.

No me apetecía viajar hasta Asia, no era ningún problema el idioma, pero algunas de sus costumbres tan antiguas no me hacían gracia. Aunque el tener a mi padre lejos de mi supervisión era una ventaja muy agradable, podría hacer y deshacer a placer.

Era sin duda una ocasión en la que se daría cuenta de lo que yo podía ser capaz.

_ Papa no creo que debas dejarte llevar por las locuras del Señor Swan, ya sabes que el no pone atención a las habladurías y los cotilleos, pero nosotros tenemos que guardar una reputación, ¿no crees?_ le decía en la intimidad de su despacho

_ No empieces con tus cosas, eres demasiado desconfiado Edward, el hombre no es mala persona, solo un poco…. entusiasta_

_ ¿Entusiasta?, ¿lo dices en serio? La última vez que salio por televisión estaba metido en un barril de gelatina, ¡¡Por Dios!! ¿Qué persona seria hace ese tipo de cosas?_

_ Jajajaja, ya hijo, estuve hablando de aquello con el y me explico que solo era para una especie de recaudación benéfica o algo así, creo que es un grato gesto_

_ Papa, es millonario, podría simplemente poner el dinero para la beneficencia de su bolsillo sin tener que salir ante el mundo haciendo el gilipollas_

_ El ya dono mucho para la causa, solo intentaba sacar algo mas de los telespectadores…_

_ Que si, que si, que esta como una regadera y punto, lo he visto hacer cosas de las que seguro no podría darte explicaciones cuerdas_

_ De todos modos lo que me interesa de el, no es su forma de ser, si no su apoyo en el proyecto, parece un buen tipo y creo que esta unión puede llegar a funcionar_

_ Pues si vas a poner tanto en juego, creo que si que te debería importar como es su forma de ser, te puede dejar sin blanca si se lo propone ¿sabes?_

_ Ya basta, tengo una cita con el ahora mismo y no quiero que tus especulaciones influyan en mi conversación, así que mejor te vas y punto, nos veremos en la comida, adiós Edward_ dijo mi padre apretando su palma en mi espalda y empujándome fuera de su despacho

La dije a Gladis la secretaria de mi padre que me trajera un café bien cargado, tenia los nervios de punta y no quería pegarle a nadie por ello; y justo cuando tomaba el primer sorbo de mi bebida, un hombre dio la vuelta a la esquina del pasillo y tropezó conmigo, haciendo que el contenido de mi taza resbalara por mi pecho y entrepierna.

Cual fue mi sorpresa al levantar la cara y ver la expresión de cachondeo que tenia el tipo, nada mas ni menos que el Señor Charlie Swan.

_ ¡Oh! Perdona chiquillo, deberías ir mirando por donde vas_ decía con sonrisa de estupido

Ni le conteste, porque en esos momentos lo que saldría por mi boca no seria ninguna lindeza y después de mirarlo como si mis ojos fuesen armas de destrucción masiva, le di un pequeño empujón en el hombro y me fui hacia el ascensor.

Definitivamente aquel hombre estrafalario haría que mi padre cayera en la bancarrota, seria nuestro final, en manos de un sin sentido como aquel.

No sabia como pero este tratado no llegaría a buen puerto, pondría todo mi empeño en hacer sucumbir en su decisión a mi padre, yo era Edward Cullen y ese imberbe no entraría en nuestras vidas.

Al abrirse las puertas del ascensor una mujer espectacular estaba dentro, era bellísima y sus ojos rápidamente se posaron en la mancha de mis pantalones, aunque ruborizo sus mejillas por la situación de esta, mi entrepierna.

_ Vaya, se ha manchado mucho_ dijo en un susurro

_ Si, un idiota me vertió el café encima_

_ Tengo un spray quitamanchas en mi bolso_ decía sacando un bote dorado

_ Gracias, es muy amable, pero ¿usted no se baja en esta planta?_ dije percatándome que el panel del ascensor no tenia ningún numero mas marcado

_ Así era, pero olvide mis carpetas en el coche y tendré que volver a bajar a la calle_

Se cerraron las puertas del ascensor, y marque para ella la primera planta, y aunque yo me dirigía en un principio a la cuarenta, donde se encontraba mi oficina, preferí acompañarla hasta abajo, quien sabe quizás este día no fuese del todo un verdadero desastre.

_ Hola, me llamo Edward_ la dije tendiéndola la mano

_ Bella…. encantada_ contesto con una sonrisa y apretando mi palma

Bella, que nombre mas apropiado pensé, porque era una belleza de mujer, y el tacto de su piel con la mía me hizo estremecer, era la mismísima perfección, y supe en ese momento que había hecho bien en no decirla mi apellido, mi rostro no era mediático, así que podría pasar por un tiempo sin decirla que era el hijo del jefazo, hasta ver si me interesaba, así era mas fácil saber si no solo me miraban por mi cartera.

La caza de la mujer perfecta había comenzado.