Viñeta: Inalcanzable, Daniela Galeano

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Viñeta aniversario

Autora: Daniela G.

Pareja: Edward-Bella y Rosalie-Emmett.

Summary: Edward Ama a Rosalie, o eso es lo que él cree, que pasara cuando descubra que Bella el amor de su adolescencia y de su vida, es nada más y nada menos que la hermana de Rosalie, Que hará Rosalie cuando descubra que a quien ama es a Emmett el hermano de Edward .

Rating: M.

Inalcanzable

Mi esmoquin estaba listo para ser utilizado, planchado y perfecto para el gran acontecimiento que cambiaria mi vida hoy y para siempre, sin embargo las dudas llenaban mi cabeza, en mi mente solo una mirada me inundaba, aquellos no eran los ojos que debía tener en mi cabeza, marrones no, azules cristalinos, ¡Edward! ¡Azules¡, no marrones ¡maldita sea comprende!

Yo amaba a Rosalie, de eso debía de estar seguro, como no estarlo si nos íbamos a casar, ella siempre fue la indicada para mi, 5 años de feliz noviazgo lo demuestran, luche como un bastardo para conseguirla, yo y solo yo sabía cuánto añore ser su hombre, su piel, sus ojos azules cristalinos fueron mi cielo y mi infierno cuando su explosivo carácter estallaba, solo en sus besos debías sentir la gloria, ¡Maldición, Edward , Entiéndelo!, Su cuerpo tu cuerpo son fichas que se fabricaron para encajar con perfección, es ella Rosalie Hale la indicada no otra, No ella, no su hermana , No Bella, no te puedes permitir verla de otra forma porque es tu cuñada, la hermana tu prometida, de la mujer que juraras amar hoy, de esa mujer que en pocas horas honraras en el altar.

Cuando estuve listo me mire al espejo para verme perfecto como se suponía que debía estar, el traje se me veía bien, pero faltaba algo, ¿Alegria?, mis ojos que debería brillar por la emoción y por el amor, se veían opacos sin luz, sin vida.

-Hijo-Dijo mi madre tocando la puerta-¿Estás listo?

-Pasa madre, mírame.

-¡Oh! Edward-sus ojos se inundaron de lagrimas y corrió a mi lado a abrazarme-Estas guapísimo, serás el novio más perfecto del universo, mi hijo ha crecido y tan pronto.

-Mama no llores, no quiero lágrimas

-Siempre llorare ante la partida de un hijo-Dijo-Lo que me consuela es saber que con Rosalie serás feliz, la amas y eso los ha llevado a esta gran decisión

La amo, La amo. La amo, me repetí una y mil veces, debes amarla, ¿Pero porque cada que pronunciaba la palabra amor veía a su hermana y no a ella?, Bella, Bella, Bella, su nombre quemaba mis labios, los recuerdos de sus besos de sus caricias estaban marcados aun en mi mente, en mi corazón, aquellos besos fueron tan diferentes a los de Rosalie, aquel cuerpo me hacía sentir feliz, vivo, Bella fue en cierto modo mi primer amor, la primera a la que bese, la primera a la que ame, 16 años tenía cuando la conocí, recuerdo como si fuera ayer que instantáneamente la ame, sus ojos, su corazón, fueron mi vida, solo ella llenaba mi cielo, solo con ella deseaba estar, pero todo se esfumo en el preciso instante en el que la perdí, su padre fue trasladado y ella lo siguió como era lógico, mi vida cayó en picada desde su partida, quería morir, deseaba alcanzarla, estar con ella, pero ¿como un niño podría estar con ella?, la resignación era lo que me restaba y decidí olvidarla, con el tiempo mi vida se hizo más llevadera y en medio de mi melancolía conocí a Rosalie, quede impactado por su belleza y como un idiota busque acercarme a ella, amigos, más que amigos, novios, prometidos y esposos próximamente, Juraba amarla pero mi mente se volvió un caos en cuanto la volví a ver.

-Sí, tienes razón es el motivo de mi decisión, la amo.

-Muy bien vámonos es la hora.

Bajamos lentamente la gran escalera y allí justo abajo mis hermanos aguardaban por mí.

-Te me casas, te me casas, te me casas-chillo Alice

-Felicidades hijo, te mereces lo mejor –replico mi padre

Emmett quien había llegado hace pocas horas de L.A estaba distraído, su mirada perdida me recordó a mí mismo, ¿Qué demonios le pasaba?, el no debía tener motivos para sentirse ni un poco a como me sentía yo.

-Hey, Emmt- le dije a mi hermano-¿Estás bien, te pasa algo?

-Ehh, no nada Bro, un poco incrédulo ante los hechos, quien diría que este cabezadura se casaría algún día

-Bueno ya mucha platica-comento mama- llegaremos tarde, vamos a el auto ahora mismo

Me subí al mercedes de mi padre y embarque dudoso de mi mismo, con aquellas dos mujeres presentes en mi cabeza, con mi mundo descontrolado y al revés, deseando más que nunca desaparecer de la faz de la tierra, exigiéndome que eligiera de una vez entre esas dos mujeres, a las que estaba seguro amar.

Al bajar del auto, la vi, Bella estaba con su traje de gala preciosa, radiante como nunca, su cabello recogido en un elaborado peinado la hacía lucir sensual y deslumbrante, mi hermano la observo y sonrió, una chispa de reconocimiento llego a él, pero ¿Cómo?, ¿Donde?.

-¿Bella?-dijo el

-¿Emmett?-Replico ella, ambos caminaron apresurados a confirmar lo que sus ojos les decían.

Mi mente se nublo por la ira y no me dejo pensar con claridad, ignore a todos los que se acercaban a mí, mi mente estaba muy ocupada, tratando de descifrar a que se debía tanta efusividad, de vez en cuando los miraba y ambos reían, se abrazaban y se miraban, ¿de dónde se conocían?, ¿acaso tenían algo?, a cada segundo mi ira aumentaba un grado más, deseaba ir con ellos y llevarme a Bella de allí, lejos de mi hermano, lejos de cualquiera que pudiera mirarla, las dudas que antes azotaban mi mente ahora estaban resueltas, la amaba a ella, la amaba como siempre lo hice, como la primera vez, pero ya era tarde, yo era un egoísta al tratar de impedir su felicidad, si Emmeett era el indicado, sería el más afortunado del universo y con mi corazón roto la dejaría ser feliz, debía pensar en Rosalie la indicada para mí era a ella a quien en unos instantes le diría “Si, Acepto”