Capitulo 21: Día espacial

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 Día espacial

Sonreía como una tonta, mi rostro dolía de tanto hacerlo. Era como si todo pudiera comenzar a salir bien, habíamos estado en nuestro refugio, habíamos hecho el amor en una cama donde no debíamos preocuparnos en si éramos escuchados o no, había gemido y gritado con cada una de sus estocadas sin retenerme, lo habíamos hecho en un maldito sofá!... con lo común que era eso para una pareja, lo habíamos hecho en un sofá.

_¿Por qué sonríes tanto?_ preguntó esa suave voz aterciopelada, su mano acarició mi muslo desnudo mientras que la otra estaba sobre el volante,

_Porque al fin sabré de quien obtuviste esos hermosos ojos verdes, ese cabello cobrizo… esa manera tan dulce de tratarme, todo…_

_Oh… créeme que lo dulce lo saqué de Esme, mi madre._ rió mirando nuevamente hacia adelante, su sonrisa decayó por un momento y negó con la cabeza _mi padre es médico general, él… no está casi nunca en casa, así que dudo que puedas verlo_

_Oh…_ me quedé sin palabras, ¿qué era lo que a él le molestaba?...

Él continuó por el camino y yo a su lado incapaz de sacar algún otro tema de conversación, él parecía inmerso en sus pensamientos. 

Llegamos más tarde a un vecindario tranquilo, las casas eran pequeñas y sencillas, pensé que la familia de Edward debía ser de clase media. Una familia media, típica, una madre ama de casa, un padre trabajador y sus hijos crecidos estudiando y trabajando…  me extrañaba que nunca me hubiera hablado de ellos, al parecer los protegía mucho como el buen guardián que era y no deseaba exponerlos en su trabajo… lo admiraba por eso.

_Esta es mi casa_ murmuró doblando hacia la entrada de una casa blanca y de aspecto pequeño, había un solo auto fuera y un jardín un poco descuidado, Edward me miró cuando se estacionó y casi pude ver su incomodidad _Hum… esto es diferente Bella… diferente a ti… yo…

_Mientras este contigo no habrá diferencia para mí, ¿tú crees que me importa eso Edward?_ susurré acariciando su mejilla, la verdad era que no me interesaba si lo hubiese conocido jardinero, lechero o lo que fuere… él era mi Edward, el hombre que me había traído a la vida.

Él corrió la cara para besar la palma de mi mano,

_Lo siento_ susurró cerrando los ojos, _solo, tengo una familia algo distinta a las demás…_

_Yo no tengo familia siquiera…_ murmuré firmemente, él hizo una mueca de dolor y volteó a acercarse a mí, escondió su rostro en mi cuello ahogando un gemido, 

_Pronto…_ susurró… o me pareció escuchar,

_¿Qué?_

_Ven, vamos_ murmuró separándose de mí y bajando del auto _Alice debe estar esperando_

Rodeó el Volvo y abrió mi puerta, comenzamos a caminar a la casa y tuve la tentación de tomar su mano y entrelazar nuestros dedos, no veía la hora de que fuera eso posible, pero podían verlo y tal vez a él le incomodara… suficiente fue con el “mi amor” que escuché de sus labios mientras estábamos haciendo el amor, eso era más cerca que nada.

Entramos por la puerta principal  y Edward me indicó que entrara primera, el aroma a hogar llegó a mi nariz, pastel recién horneado… moría por probar, parecía que en los últimos días mis gustos habían cambiado y mi apetito también, solo quería probar todo lo que veía.

_Edward!... oh…_ la que supuse era la hermana de mi Edward corrió hasta nosotros cuando nos vió entrar, pero se detuvo al verme y abrió sus ojos curiosamente,

_Alice, ella es la señora Isabella_ murmuró él señalándome, pude oír el nerviosismo en su voz _ Señora, ella es mi hermana… Alice_  la joven de cabellos negros y ojos tan verdes como su hermano extendió la mano a modo de saludo,

_Hola Alice, es un placer conocerte_ dije estrechándola en suave abrazo, ella se paralizó por un momento y rió nerviosamente para luego responder a mi abrazo, era tan pequeña y menuda que me parecía increíble que fueran hermanos _dime Isabella… o Bella_ dije separándome de ella que me miraba sonriente,

_Bienvenida… Señora… Bella, es decir Bella_ vaciló, hizo un movimiento para invitarme a pasar a su casa y caminé hacia una pequeña sala, _hum… acomódense que prepararé unas cosas ¿deseas tomar algo Bella?_

_Si… he, me gustaría un poco de agua o algún refresco si tienes_ pedí, ella sonrió y asintió para luego salir hacia la cocina dando pequeños saltitos.

_Tu hermana es encantadora_ dije volteando a Edward que me miraba expectante a mi lado aún de pie, sonrió cuando me vió sonriente. Miró hacia la cocina y se inclinó hacia mí,

_Le caíste bien_ susurró, sus ojos brillaban y su sonrisa era la más hermosa que le había visto _tal vez y también termine enamorándose de ti_

Oh dios…

Abrí los ojos sorprendida y reí casi de felicidad… ¿también?. Él rió y rápidamente bajó sus labios para rozar los míos, se alejó rápidamente _hum… ¿me esperas un minuto?_ asentí y acarició mi mejilla antes de caminar hacia el corredor que llevaba a su habitación seguramente,

_¿Te parece bien coca cola?... también tengo limonada si te apetece_ Alice venía de la cocina con una pequeña bandeja en las manos, _hum… también traje galletas que yo cociné, a Edward le gustan…_

_Gracias_ dije tomando mi vaso y una galleta, _se ven deliciosas…_ admití mordiendo un trozo,

_Gracias!.._

_De nada, dime… ¿así que estudias diseño?_ pregunté recordando lo poco que me había contado Edward de su familia, ella sonrió sentándose frente a mí y tomando un vaso de refresco,

_Si, estoy comenzando el primer año a penas, pero me gusta un montón, siempre me ha gustado diseñar cosas, en especial ropa y todo lo que tenga que ver con lo textil… Edward dice que algún día seré una gran diseñadora, pero supongo que todos los hermanos dicen eso de sus hermanas pequeñas_ rió negando con la cabeza…

_Créele… si haces las cosas con el corazón seguramente lo serás._ dije mordiendo mi galleta nuevamente, estaba deliciosa… _yo… no he ejercido mi carrera aún, pero en realidad me gustaría hacerlo algún día, es una materia pendiente. En realidad siempre me gustó tocar el chello…_

_Oh… sí, he oído que tocas muy bien_ murmuró sonriente, ¿Edward le había hablado de mí?... _en realidad, es el criterio de Edward, me encantaría escucharte alguna vez…_ alzó los hombros,

_En realidad solo toco para publico pequeños y cuando es estrictamente necesario, algunos eventos de mi marido… pero todo puede pasar_ dije alzando los hombros también.

_Seguramente estaríamos encantados, extrañamos oír a Edward tocar su piano…_ dijo ausentemente mirando una esquina de la casa vacía, luego su rostro cambió y meneó la cabeza como sacudiendo algunos pensamientos que no quería tener.

Oí unos pasos en el corredor y desvié la mirada, Edward venía caminando sosteniendo a una mujer por la cintura, ella sonreía efusivamente mirándome y caminaba lentamente, vestía una bata de raso blanca y larga y su cabello caramelo estaba sujeto por una peinado alto y prolijo. Edward la sostuvo hasta que estuvo lo suficientemente cerca de mí,

_Isabella… ella es Esme, mi madre_ murmuró sin soltarla de la cintura, ella ceñía sus manos juntas sobre su corazón y me miraba con ¿admiración?...

_Es un gusto Bella…_ casi susurró, sonreí y me acerqué a ella que visiblemente estaba débil y parecía tan frágil, besé su mejilla y ella tomó mis manos entre las suyas _no sabes cuánto he oído hablar de ti…_

Oh dios, ¿en serio?... ¿Edward hablaba de mí con su madre? ¿cosas buenas o malas?... oh cielos…

_Gracias…_ dije sin poder encontrar más palabras, ella asintió y Edward la ayudó a sentarse en uno de los sofás. Ella era hermosa…  tenía el cabello caramelo y los ojos color almendra aunque algo apagados y sin brillo, suponía que Edward había sacado los ojos de su padre. Ella no me sacaba la mirada de encima y Edward se sentó a su lado, parecía atento a ella, como si en cualquier momento pudiera pasarle algo.

_Dime Bella… ¿mi hijo hace bien su trabajo?_ frunció el ceño y sonrió mirando a Edward, que bajó la cabeza y miró sus manos con una sutil sonrisa en los labios… ¿a caso sabían algo que yo no sabía?

_Edward es muy profesional y cuida bien de mí…_ sonreí mirando a mi amor, él subió su mirada y trabamos nuestras miradas, _no sé que sería mi vida si él no estuviera, creo que soy propensa al peligro_

_Oh… créeme que tienes suerte que trabaje para ti_ ella tomó la mano de su hijo y pude ver devoción mutua _mis hijos son la luz de mis ojos, no los soportaría lejos de mí, son lo mejor que me ha pasado_

Ellos se miraron por un momento y me sentí ajena a ese momento, era increíble como una madre podría amar a un hijo de tal manera, un amor que se reflejaba en sus ojos.

Tomé un sorbo de mi refresco y mordí mi galleta incomoda ante ese momento madre e hijo, no podía envidiar a esa mujer frente a mí, ella lo había dado a luz y había cuidado de él hasta que él pudo hacer lo mismo por ella. Aunque me hubiese gustado sentir eso alguna vez.

Sentí que tocaban la puerta y luego de unos momentos un hombre alto y de cabellos rubios entraba en la sala junto a Alice. Ella parecía cohibida con su presencia, estaba tenuemente sonrojada y miraba a Edward con advertencia,

_Jasper… qué bueno que pudiste venir_ murmuró débilmente Esme, él caminó hacia ella y se inclinó a besar su mejilla con respeto,

_Bella… él es Jasper, un… amigo_ dijo una Alice avergonzada, sonreí y el chico me saludo caballerosamente tomando mi mano y dejando un beso en el dorso, oí que alguien carraspeó y reprimí una risa cuando vi a Edward mirando cautelosamente a Jasper,

_Gracias por venir Jasper, ¿cómo estuvo la mañana de estudio en la biblioteca?_  preguntó Edward mirándolo con el ceño fruncido,

_Oh bien, creo que estamos preparados para el examen_ murmuró Jasper volteando a mirarlo, Alice estaba sonrojada a más no poder y me dio pena por ella, yo sabía muy bien lo que era sentirse “trágame tierra”.  Ella soltó a Jassper que lo había estado trayendo de la mano y corrió a la cocina, Jasper se sentó junto a Esme y ella le acarició el brazo maternalmente, esa mujer podía llegar a estallar de amor para dar.

_Hermanito…_ dijo Alice entrando a la sala con un pastel en las manos con solo una vela encendida.  Miré a Edward que sonrió y meneó la cabeza,

_¿No soy muy grande para soplar las velas Al?..._

_No importa la edad que tengas, siempre es bueno pedir un deseo_ contestó ella, Edward asintió sonriente y Alice dejó el pastel frente a él sobre la mesa baja de la sala, ella comenzó a cantar el cumpleaños feliz aplaudiendo y sonriendo a su hermano, Edward miró las velas por un instante mientras todos cantábamos junto a Alice. Miré a ese hombre que tenía frente a mí, era como un niño, concentrado en las velas y quise saber qué era lo que estaba pidiendo, si es que estaba pidiendo algo. Entonces él levantó la mirada y fijó sus ojos en los míos, me estremecí con su mirada y dejé de cantar… él parecía confiado en su deseo y con confianza sopló la vela.

_Felicitaciones hermanito!_ gritó Alice abalanzándose para abrazarlo, él sonrió y le devolvió el gesto. Luego su madre lo besó y también Jassper palmeó su espalda, yo no sabía qué hacer… no sabía si se vería bien. Edward me miró comprensivo y sonrió con resignación…

Qué más daba…

Me levanté del sofá y caminé a él que me miró algo desconcertado, él se levantó también para recibirme, me colgué de su cuello,

_Felicidades amor_ susurré al oído, el bullicio alrededor nuestro no nos iba a delatar. Él apretó mi cintura con un brazo y besó sutilmente mi cuello, me alejé para verlo sonreí feliz…

Oh cielos, quiero hacerte feliz para el resto de mi vida bebé, quiero que me sonrías así para siempre.

Comimos pastel, el cual estaba delicioso, con crema merengada y su interior de chocolate, Edward me miró curioso cuando pedí la repetición, pero no me importaba… últimamente no me importaba vivir la vida como debía vivirla cualquier persona que había estado restringida de hacerlo con felicidad. Había encontrado la razón para hacerlo, Edward era mi razón, la única y la que tendría para siempre. Estaba perdidamente enamorada de él y ya no podía soportar el dolor de guardar eso en el pecho, no más.

_¿En qué piensas?_ preguntó él camino a casa. Volteé a mirarlo y sonreí con ternura, lo que tenía en mi cabeza para nada podía saberlo él, no porque yo no quisiera, sino porque tenía miedo de ver su reacción al saberlo.

_En ti…_ mentí. Él me miró nuevamente y frunció el ceño, soltó una mano del volante y la puso sobre mi rodilla, _Espero que si…_ susurró mirando al frente. Su mano tocaba tentativamente la piel de mi muslo y fue subiendo lentamente por mi pierna, sonreí y me estiré como un gato sobre el asiento mientras él reía y acariciaba mi muslo adentrándose por debajo de mi falda, cerré los ojos y me recosté cómodamente sobre el asiento, suspiré cuando sentí sus dedos sobre mis bragas de encaje, apoyé el codo en la orilla de la ventanilla y tapé mis ojos con la mano,  para nada quería que la gente fuera del auto viera mi cara de excitación.

Él acarició lánguidamente mi centro cubierto y me estremecí cuando subió aún más la mano hasta la orilla de mis bragas, jadeé apretando los dientes, podía ver por la ventanilla que estábamos cerca de la casa.

_Edward…_  murmuré con voz entrecortada, me removí contra su mano buscando más fricción pero al mismo tiempo, por dios… estábamos por llegar a casa y este hombre... me hacía eso.

_¿Qué?..._ susurró aminorando la velocidad, su mano apartó mis bragas y se metió por debajo de la tela, gemí cuando sentí la invasión de su dedo en mi cavidad, _oh Bella… estas húmeda ya_

_Solo tú lo haces_ dije entre jadeos removiéndome en mi asiento, él gruñó y comenzó a bombear dentro mío, abrí más las piernas para dejarle lugar y me hundí en mi asiento, _Oh Edward!..._ gemí arqueando mi espalda, lo necesitaba… tan dentro mío que me sentía desesperada.

_Repite lo que dijiste en mi casa, cuando me saludaste…_ murmuró entre dientes, su dedo entraba y salía de mí fuertemente, tomé con mis manos la suya y la apreté contra mí, su palma chocando exquisitamente contra mi clítoris.

_Felicidades…_  mascullé con los ojos fuertemente cerrados,

_Lo otro…_

_... amor_ dije sintiendo que podía venirme en cualquier momento, _Edward… por favor_ murmuré en total estado de éxtasis, el movió más rápido su mano y mi clítoris hinchado contra su mano, me hizo sentir el placer que tanto deseaba.

Mis gemidos llenaron el auto y finalmente grité cuando me sentí venir en su mano, fue tal el placer que aún en mi nebulosa pude sentir palpitar mi interior, mis paredes estrecharse alrededor de sus dedos y mi excitación derramándose sobre su palma.

Mi cuerpo se relajó lentamente sobre el asiento y lo sentí salir de mí, al abrir mis ojos y voltear a verlo, lo vi llevar sus dedos brillantes a su boca y saborear sus dedos entre sus labios, sentí un nuevo espasmo al ver eso y reí extasiada,

_Deliciosa…_ susurró tomando nuevamente el volante, sus nudillos blancos tomándolo con fuerza, miré su entrepierna y vi su dureza sobresalir en sus pantalones,

_Deberíamos haber pasado por nuestro refugio_ le indiqué, él negó con la cabeza y una sonrisa bailando en sus labios,

_Mas tarde o mañana…_  sugirió señalando la puerta de entrada de la casa, habíamos llegado.

Estacionó en la entrada de la casa y recosté la cabeza en el asiento del auto, con los ojos cerrados,

_Me siento cansada… o relajada, no lo sé_ murmuré  cuando él abrió su puerta para bajar, sentí que se detuvo y puso una mano en mi frente,

_¿Te sientes enferma?_ inquirió, quise reír y gritarle que en realidad me sentía feliz.

_Me siento bien, solo… un poco cansada, fue un día largo y tuvimos mucha… acción_ dije tratando de esconder mi voz emocionada, quería más… mucho más a pesar de mi agotamiento.

Él rió y bajó del auto, luego de unos segundos la puerta de mi lado se abrió, abrí los ojos y allí estaba él, mi amor tendiéndome una mano para ayudarme a bajar.

_Le diré a Claire que te prepare algo para cenar y te lo llevaré a tu habitación, recuéstate y descansa bebé… ¿si?_ tomé su mano y asentí, en realidad eso era lo que quería hacer.

_Edward…_ murmuré, él cerró la puerta del auto y volteó hacia mí, _gracias por este día, fue… hermoso, me encantó tu familia, ¿puedo preguntar algo?..._ él alzó las cejas expectante y asintió _es que… tu madre, ¿qué es lo que tiene?_

Él metió sus manos en los bolsillos de su pantalón y miró el suelo tal vez buscando las palabras, yo sabía… en mi interior, algo me decía que ella estaba enferma y que tal vez fuera grave… ¿eso le dolía? ¿Hablar de esa enfermedad era lo único que amedrentaba a Edward?

_Disculpa… no debí pregun…

_Te diré cuando lleve la cena, ahora necesitas subir y recostarte, por favor_ pidió, vi sinceridad en sus ojos y asentí, sin decir palabra caminé por las escaleras hacia la casa, sentía su presencia detrás. Crucé la puerta y vi a Benjamin en la sala hablando por su blackberry, él no me sintió llegar… estaba de espaldas mirando hacia una de las ventanas que daba al jardín,

_Necesito más tiempo…_ dijo con arrebato, _no es suficiente, aún no estoy seguro, haré que firme esos documentos cuando lo sepa, no ahora… _

Miré detrás de mí y Edward tenía su mirada fija en Benjamin con su ceño fruncido,

_Estaré en mi habitación_ le susurré en voz baja a mi custodio, volteé hacia la escalera y en el momento en que pisé el primer escalón sentí que mis piernas perdían fuerzas, mi visión oscureció y la voz de Benjamin se alejaba siendo reemplazada por un silbido agudo que nubló todo lo demás, me dejé caer solo oyendo a los lejos la voz de mi marido y la voz de mi amante…

“Ahora está revolcándose con él…” dijo uno…

“Bella… mi amor” dijo el otro…

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Hola hermosas, disculpen en primer lugar, no haber actualizado ayer, no pude terminar el capitulo a tiempo y recibí vistas en casa. Mañana tendrán una sorpresa, es algo especial que escribió una lectora y me da mucho gusto que por mis letras se animen a escribir, me gusta la idea que mis palabras son la inspiración para alguien. Gracias... mañana lo verán.

Además, pronto, tal vez a la noche, habrá una entrada especial en el blog... hasta entonces.

Me dejan sus palabras?