Capitulo 31: El monstruo

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 El monstruo 

Corrí lejos de Florencia, que no era precisamente el lugar más apropiado para conseguir una buena presa, la Toscana eran hectáreas y hectáreas de prados interminables y colinas, se encontraban muchos viñedos, cosechas y algún que otro bosquecillo por aquí y allá, así que tuve que correr lejos para captar el efluvio de un gato silvestre o un zorro al menos, no quería tardarme mucho… pues dejar a Bella sola no era de las mejores ideas así que si era necesario, entraría como los zorros a matar gallinas al menos. Pero debía alimentarme, no lo había hecho desde antes de salir de Forks y ahora que tenía la oportunidad de hacerlo, lo tenía que hacer.

Finalmente más allá de los límites de la toscana, llegando a los Apeninos y casi a punto de rendirme, pude captar el efluvio de cabras de montañas. Corrí siguiendo el olor dulce pero que nada se comparaba con la de los pumas, mis presas favoritas. No muy lejos pude encontrar un pequeño grupo a los pies de una montaña de escasa altura. La sangre de los herbívoros invadió mi boca y bebí de ellos hasta estar más o menos saciado, maté a unos cuantos… no me di idea de cuantos hasta que vi el terreno a mi alrededor, siete habían caído por mi sed. Miré la hora y era casi ya medio día, me había alejado demasiado de Florencia así que corrí hacia la población más cercana hasta que mi teléfono tuvo señal, llamé al hotel donde nos estábamos hospedando y pedí servicio a la habitación para Bella, ella seguramente estaría durmiendo y se olvidaría que tenía que cenar, pero ella tenía que hacerlo… tenía que reponer fuerzas y energías que perdió conmigo en la casa Rossa, me sentía culpable de alguna manera porque agoté las fuerzas de mi dulce amor con el sexo desenfrenado que habíamos tenido por tantos días, pero me prometí a mí mismo tratar de ser un poco más fuerte y frenar a Bella… por dios ¿dónde estaba mi autocontrol?...

Le pedí pizza… variadas porciones de pizza italiana para que almorzara y me la podía imaginar comiendo ávidamente mientras degustaba limpiando las sobras de la comisura de sus labios con la punta de su lengua…

Basta!... no ayudas en nada Cullen.

Emprendí nuevamente el camino hacia Florencia repasando los planes del día de hoy, iríamos a la ciudad de Pisa al atardecer, tenía la habitación de hotel reservada allí, quería llevarla a ver el atardecer en Italia desde el último piso de esa torre, Bella amaría eso.

Tanteé mi bolsillo y esa cajita cuadrada de terciopelo negro que había adquirido por la mañana antes de salir de caza, en el Ponte Vecchio, reposaba todavía allí. Mis planes, si salían a la perfección, sería arrodillarme ante ella en primer lugar sobre la torre de Pisa, mientras las luces del atardecer iluminaban su cabello y su dulce rostro, tal vez también, si era un afortunado, sus lágrimas de felicidad…

Ojalá que si mi amor… ojalá que si…

Mi único deseo en todo el mundo, el único que hacía que toda mi larga existencia al fin valiera la pena era hacerla feliz. Si ella me dejaba, si ella me permitía ser feliz a su lado, no tenía nada más que pedir.

Sonreí palmeando la cajita en mi bolsillo y esperaba que esta noche este en sus manos, emprendí el camino hacia ella. Debía llegar a ella lo antes posible, debía besarla y hacerla sentir única como ella me hace sentir a mí, deseaba hacerle el amor, llevarla a nuestro cielo una y otra vez mientras nos sumergíamos en ese éxtasis del que jamás me saciaré.

Sentí vibrar el teléfono en mi bolsillo cuando alcancé nuevamente los bosquecillos de la Toscana, paré en seco y saqué el aparato de mi chaqueta de jean, la pantalla se iluminaba en silencio y el nombre de Alice estaba en él… no supe por qué, pero un peso se instaló en mi estómago. Contesté rápidamente,

_Alice…_

_Edward ¿dónde carajo te metiste? Llevo llamando hace media hora!_

_Estoy de caza, no he tenido señal hasta ahora_ dije mecánicamente, no me gustaba para nada su tono de voz, _dime ¿qué es?_

_Es Bella!... debes ir por ella, algo malo sucedió, solo vi una cabellera colorada y a… Edward, vi a James_

El aire innecesario que contenía en mis pulmones abandonó mi cuerpo y tan pronto como escuché su nombre apreté los dientes y un rugido fuerte, salvaje y con odio contenido estalló en mi pecho, apreté mi puño y lo sacudí contra el tronco de un árbol cercano,  las astillas volaron por todas partes y saqué mi mano de la corteza del árbol, ahora herido.

Comencé a correr como si mi vida dependiera de ello, lo cual era cierto… mi vida dependía de ella. Mis pies a penas tocaban el suelo y mi cabeza solo estaba en un objetivo alcanzar a Bella, me di cuenta de que aún Alice me hablaba por teléfono, solo que yo en mi mente nublada por la furia no la oía,

_¿Dónde está? ¿Qué más viste?_  le pedí mientras saltaba sobre la copa de un árbol, saltando de rama en rama era más rápido llegar que esquivándolos.

_No lo sé, solo vi eso… vi a James a su lado y una cabellera rojiza… no sé quién es, pero… vi esa cabellera en algún otro lugar! Edward, no sé qué sucede con James, no ha tomado ninguna decisión…_

_Te llamaré… sigue buscando Alice, por favor… necesito saber algo mientras llego allí_

_Edward, no hagas nada estúpido, si esta con otra vampira no puedes arriesgarte a luchar contra ellos, Emmett y Jasper van para allá, en cuanto tuve mi visión se fueron al aeropuerto_

_No podrán hacer nada Al!... yo debo encargarme, Bella estaba bajo mi responsabilidad, a demás no hay tiempo_

Colgué el teléfono y continué corriendo atravesando las praderas llenas de pastizales altos como si los hubiese sacudido una fuerte ráfaga de viento, necesitaba llegar a ella.

Oh mi amor, por favor… por favor que estés bien, ¿cómo es que te encontraron?... ¿cómo pude ser tan descuidado?

Finalmente, unos minutos después el sonido de la ciudad llegó hasta mí, aunque aún estaba lejos me esforcé por conseguir algo de mi Bella, pensamientos de la gente del Hotel, traté de captar algunos, sin embargo lo único que captaba eran vagos pensamientos, o no la habían visto o simplemente no sabían nada de lo que hubiera sucedido.

Corrí más rápido, como nunca había corrido, en las calles de la ciudad solo fui un borrón, un manchón en el aire. Recorrí las callejuelas de Florencia sin importarme si alguien podía distinguirme o no, todos iban muy inmersos en sus propios planes como para notarlo.

Estaba a unas calles del hotel cuando finalmente capté algo, una mente… alguien que había visto a Bella, que ahora hablaba relatando todo a unos policías. ¿qué hacían ellos allí? ¿Qué había pasado? Traté de ignorar mis miedos y mi furia para saber de qué hablaban,

_Ella era pequeña, tenía el cabello castaño y ojos oscuros, me pidió hacerle un retrato… pero le pedí que esperara. La perdí de vista en ese momento, ya que ella se ubicó en las barandillas para esperar_

El hombre señaló hacia las barandas de piedra que separaban la calle del Arno y miró nuevamente al agente que tomaba nota,

_Ella gritó y cuando volteé, un hombre y una mujer la llevaban en brazos rápidamente, la gente no los vió, ellos corrieron y desaparecieron detrás de los callejones_

Oh mierda, mierda!... ¿qué?!...

No, no, no…

Corrí más fuerte, más que nunca hasta que el hombre dijo una cosa más, una cosa que hizo que mi mundo, el poco que quedaba… se derrumbara finalmente,

_Había sangre en la acera, fue lo único que quedó_ el hombre miró el lugar donde Bella había estado parada minutos atrás y gemí al ver un manchó grande de sangre en el suelo, los agentes de  policía tomaban fotos…

Bella… oh Bella mi amor, no…

Como pude, con las últimas fuerzas de mi cuerpo conseguí correr hasta la esquina de la calle donde quedaba el hotel, entonces lo sentí… el maldito efluvio de James. Desde lejos vi los policías, la gente y el testigo apiñarse alrededor de la mancha de sangre,

James, maldito James! ¿qué le hizo? ¿Qué mierda le hizo a mi niña?...

El efluvio de Bella también estaba en el aire, su sangre dulce y fresca, sangre de su cuerpo que había sido mío, ella era mía. Ella era mía!...

Corrí nuevamente empujado por esta certeza, ella era mía, nunca James la alejaría de mí. Nunca!.

Seguí su aroma, ese tentador y concentrado aroma que tanto conocía, que había olido desde sus pocas semanas de edad, ese aroma que me pertenecía, que sin él no podía vivir. Bella debía estar bien, no me la iba a quitar.

POV Bella

Sentí solo oscuridad a mi alrededor, mi cabeza molestaba, esa puntada en mi nuca parecía partirme la cabeza y tenía frío… mucho frío. Temía moverme, temía abrir los ojos y no saber con qué encontrarme, temía despertar y no estar a lado de Edward. Temía tanto estar sin él.

Sentía la garganta reseca y por más que intentara tragar saliva, mi garganta parecía estar recubierta por arena… aaggg… y la puntada en la nuca aún estaba allí y molestaba y hacía sentirme mareada, muy mareada, todo me daba vueltas aún con mis ojos cerrados y sentía tan pocas fuerzas. 

Necesitaba moverme, necesitaba sentir mis piernas que parecían gelatina, moví un brazo y mi mano fue directa a mi cabeza, dolía como el infierno… quise quejarme pero no estaba segura si debía hacerlo, estaba tan silencioso todo, no se oían los autos, ni las aves, ni las personas… solo yo y mis pensamientos.

Finalmente levanté la cabeza unos centímetros y la punzada atravesó toda mi cabeza, no pude evitar gemir del dolor, me tomé la cabeza con mi mano y sentí la humedad en mi cabello… ¿qué era?

Al mirar mi mano con la poca luz que entraba por una ventana pequeña de una esquina, vi la sangre. Automáticamente comencé a hiperventilar, cerré los ojos y mis fosas nasales y respiré por la boca. El gusto a hierro se diluyó en mis papilas gustativas, oh dios… cuando se trataba de sangre, yo tenía los sentidos de un vampiro.

Mis ojos picaron y me obligué a mantener la calma, quería gritar y pedir por Edward, pero de alguna maldita manera sabía que no era buen momento para hacer eso. ¿Estaba sola allí? ¿Había alguien cerca? Vagamente solo recordaba una melena rojiza y anteojos, una sonrisa… alguna conversación sobre un hermoso día.

Traté de tantear con mis dedos temblorosos entre mi cabello mientras jadeaba, gemí de dolor cuando encontré una herida en la parte de atrás de la cabeza, dolía tanto que no podía evitar cerrar los ojos y desear morir.

Edward ¿dónde estas?...

Me quise levantar nuevamente, pero un dolor más profundo sobrevino, no podía… oh dios, no podía hacerlo, ni siquiera tener las fuerzas suficientes como para salir de allí.  Cerré los ojos fuertemente y gemí sobre mi hombro.

_Oh dios… oh por favor ¿qué me hicieron?_ susurré a la nada entre jadeos,

_Solo evitar que escaparas_ dijo alguien cerca de mí, abrí los ojos y miré, todo el cuarto estaba vacío, no podía ver de dónde había venido esa voz. La punzada en mi cabeza era tan dolorosa que no podía levantar la cabeza, por lo que me limité a esperar que quien me hubiera hablado lo hiciera otra vez.

_¿Eres James? ¿Tú eres James?_ dije débilmente.

_Si soy yo…_ dijo él, aún no podía verlo. _Siento que me conozcas de esta manera, pero no hay otra opción_ su voz sonaba tranquila y pausada, como si estuviera midiéndolas antes de hablar.

_¿Por qué me tienes aquí? ¿Por qué no me mataste ya? ¿No es eso lo que siempre quisiste?_ inquirí cerrando fuertemente los ojos a causa del dolor en mi cabeza, por alguna razón sentía todo mojado debajo de mí, era duro y frío, seguramente el suelo… y estaba mojado.

_Ciertamente eso fue lo que debí hacer cuando eras pequeña… no dejar cabos sueltos_ murmuró pausadamente. ¿Eso era yo? ¿Un simple cabo suelto? ¿Nunca una persona, un ser humano, nunca una mujer con una vida por delante? Solo un maldito cabo suelto… _pero no soy un sádico Bella, nunca maté un niño, ni lo haré…_

Oh… valla, qué alivio!

_¿Entonces me mataras ahora?_ casi supliqué, el dolor nublaba mi mente _si lo harás, hazlo ahora por favor, es… insoportable_ gemí cerrando fuerte los ojos,

_Lo siento, Victoria tuvo que hacerlo, no queríamos a los Cullen detrás de nosotros, no ahora que al fin te encontré sola… si te dejaba escapar nunca hubiera tenido una nueva oportunidad_

_¿Victoria?... recuerdo su rostro, su cabello…_ por mi mente pasaron nuevamente imágenes de ese refulgente colorado en su cabello,

_Ella me llevó a ti…_ me cortó _me llevó a ustedes, ella fue humana cuando te conoció ¿la recuerdas? Fue tu maestra en Forks, ella me fue muy útil_

Vagamente, con mi mente nublada del dolor y todo, pude ver a lo que se refería y comprendí. Ella había sido mi maestra, mi primera maestra en Forks. ¿Qué hacía ella aquí? ¿Ella era un vampiro?... pero ella no lo era antes, recordé el momento en que se sonrojó al mirar a Edward, la recordaba tomando su café y recordaba sus brillantes ojos azules… ella no era un vampiro, mi padre la hubiera reconocido en ese entonces. 

_Victoria cayó en mis manos de casualidad, aunque creo que no fue tan casual. Ella visitaba Londres para un perfeccionamiento en su carrera, mientras yo estaba tratando de encontrar el rastro de ustedes que habían estado allí, esporádicamente los buscaba… te buscaba, y esa vez que había dado con tu efluvio, pero te me habías escapado nuevamente. Luego de unos meses que estuve vagando en Londres, la encontré a ella, que casualmente ya te había conocido. La seduje cuando supe que ella vivía en Forks, quería saber si ella te conocía, si conocía a los Cullen… ella me contó de la inusual familia Cullen, todos adultos y la pequeña Bella… y supe que estabas allí con ellos._

_Lo supiste siempre_ dije sorprendida por su relato, él siempre supo que estaba en Forks, con los Cullen _¿por qué nunca me atacaste? ¿Por qué Alice no lo supo?_ susurré.

_Oh, porque me mantuve en las sombras para mantener la distancia, mientras estuvieras con ellos yo no podía hacer nada… estabas protegida, sin embargo transformé a Victoria cuando la vi como mi posible compañera, ella y yo nos mantuvimos juntos, fue muy útil como te dije… ella me ayudó a distraerme del lazo que mantuve contigo desde que te conocí_  

_¿Lazo?_ pregunté débilmente, ¿un lazo con ese vampiro que quería matarme?...

_¿No lo ves Bella?... siento que fuiste parte de mi desde hace años, desde que naciste… nunca pude ignorar tu existencia, nunca pude dejar de pensar en ti…_

Oh dios… ¿qué era esto?...

_¿Q-qué?..._ murmuré. Entonces él salió de las sombras, sin gorra y sin anteojos, sus ojos de un color borgoña y su cabello rubio cayendo por sus hombros, su piel de alabastro como la de Edward, una sonrisa triste en su rostro. Llegó a mi lado y se acuclilló…

_No sabes lo que estoy soportando para no beber tu sangre en este momento…_ dijo suavemente, podía ver que no respiraba, solo unas bocanadas de aire para continuar hablando, _tengo que completar esto Bella, por lo que te he buscado por tantos años… eres mi cantante, tu sangre siempre me llamó, desde la primera vez que te olí… eres increíblemente tentadora, siempre lo fuiste supongo… en todos los aspectos_

Lo miré aturdida, no podía ser… Edward me había contado otra cosa, no podía ser así…

_Pero… pero mi madre lo fue, ella fue tu cantante, su sangre era la que te atraía…_ dije rápidamente, él rió tristemente mientras me miraba, alzó su mano y acarició gentilmente mis cabellos, me estremecí al sentir una nueva puntada de dolor en mi nuca,

_Perdóname Bella, no pude detener a Victoria de hacerte esto… ella… estaba celosa de que yo te anhelara tanto, nunca comprendió. Sin embargo ya no nos molestará… no la necesito más, ya te tengo_ dijo mirando mi herida. ¿Qué había hecho con ella?...

Oh dios… ¿y no era un vampiro sádico?...

_Tu madre fue quien se ensañó en protegerte, ella… dio literalmente su vida por ti y yo la tomé, si no lo hubiese hecho, estarías muerta… y ya sabes, no soy un sádico, no mato niños. Tuve que uir de allí y esperar a que crecieras y para mi mala suerte… o buena, si lo digo ahora, te volviste cada vez más tentadora_

_¿Entonces era mi sangre?..._ susurré sin fuerzas. No me importaba lo que hiciera él conmigo ahora, necesitaba descansar de una vez, el dolor estaba dando paso a la paz, a la inconsciencia…

_Bella, no te duermas… tengo que tomarte ahora, no tengo otro remedio, te estás desangrando…_

Tómame y déjame en paz… oh dios, Edward, no podré decirte un último te amo.

_Hazlo… completa lo que has hecho_ murmuré cansada. Sentí su mano en mi cuello, apartando mi cabello de allí suavemente, como si yo pudiera sentir, como si eso me dolería… ya no lo hacía, el dolor de mi nuca era menor ya. Quien se desangra se desvanece lentamente supongo, al menos no podré serle de mucho alimento, aunque lo único que él deseaba era el sabor de mi sangre en su garganta.

_Perdóname Bella, perdóname por matar a tus padres, por haberte perseguido tan incansablemente toda tu vida, nunca pude ignorar tu existencia… sabía que en algún lugar del mundo estaba ésa cuya sangre era mi perdición… perdóname por hacer esto ahora_

_¿Por qué pides perdón si de todas maneras me matarás?..._ susurré,

_Porque siempre creí que podía haber un cambio para mí, una manera de resarcirme. Carlisle me había hablado de su forma de vida, quería imitarlo… él era mi amigo, pero encontrarte esfumó todo aquello…_ susurró cerca de mí, no podía verlo porque mis párpados pesaban y no podía mantenerlos abiertos, pero sentía su aliento frío sobre mi rostro, su mano acariciando mi cuello,

_Lo… siento…_ dije en un esfuerzo,

_Debo tomarte ahora Bella, déjame terminar con esto... déjame aliviar tu sufrimiento_

Me dejé ir finalmente, sentí un beso suyo en mi piel antes de sentir la punzada de dolor, una última punzada de dolor en mi cuello, gemí por última vez mientras con mis sentidos adormecidos percibía una de sus manos acariciar mi espalda mientras tomaba la sangre de mi cuello, lo sentí gemir de placer.

Oh dios, Edward!... como hubiese querido que esa sangre fuera tuya, que esos dientes que ahora perforaban mi piel fueran los tuyos… pero no para matarme, sino para darme vida, cómo me hubiese gustado escuchar cómo últimos sonidos de mi existencia, tus gemidos… te amo Edward. Después de todo la tonta soy yo… tú hiciste lo posible por cuidar mi vida.

Y me alejé de allí, dejándome caer en la suma oscuridad con su rostro como último pensamiento, el monstruo finalmente me devoró.

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Hola amores, cortito pero sustancioso. Bueno, ahora si a esperar hasta el sábado, déjenme sus pensamientos y gracias por estar allí, las amo. Besotes!!  Ah! ¿qué piensan de este James?.... ¿se sorprendieron?