Capitulo 7: La cita

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 La cita

POV Bella

Bajé las escaleras a paso apurado, me había quedado dormida y había despertado con el pequeño tornado de la casa saltando sobre mi cama pidiendo que le prepare el desayuno, Rose había llegado tarde de su cita de anoche con ese tal Roice King y aún dormía, así que gracias a Nate me levanté con el tiempo justo para prepararle el desayuno a él y prepararme para la cita con Edward Cullen.

_Buen día Bella_ murmuró Ángela ya en la cocina preparando el almuerzo _¿almorzaras con nosotras?, estoy haciendo espagueti con salsa de hongos, como te gusta a ti_

_No gracias Áng, un cliente me pasará a buscar dentro de una hora, me iré a preparar_ dije luego de dejar sobre la mesa unos panques con jalea para Nate, le serví una taza de leche y me apresuré a subir las escaleras hacia mi habitación.

Cuando abrí la puerta me encontré a Rosalie rebuscando entre las cremas sobre mi tocador,

_Hey!_ exclamé corriendo hacia el baño mientras iba desvistiéndome tirando en el camino mi camisón de satén y mis bragas,

_Hey Bella_ contestó ella con voz adormilada _olvidé sacarme el maquillaje anoche, ¿tienes la crema desmaquilladora que me prestaste la otra noche?_

Abrí la canilla de la ducha y regulé el agua hasta que estuvo templada, mi piel desnuda se estremecía con el frío del aire,

_Búscalo! Está por ahí!_ grité de vuelta. Entré bajo la lluvia y suspiré de satisfacción al sentir el agua caliente en mi piel. Utilicé mi habitual shampoo de fresas y mi jabón aromático de jazmines… esperaba que Edward Cullen pudiera volverse loco con solo olerme. Ese era una de mis pequeñas trampas de seducción y funcionaba con todos los hombres, no había uno que fuera incapaz de no amar el olor femenino.

Salí de la ducha momentos después y me envolví en una toalla, sequé mi cabello con la toalla y me fui a la habitación para buscar mi atuendo, Rosalie aún estaba allí, ahora acostada en mi cama desperezándose como una gata,

_Le di el desayuno a Nate, ¿bajaras a almorzar?_ pregunté sacando mi toalla para secar mi cuerpo,

_Si, dormiré un poco más por la tarde, Royce era insaciable y no me dejó venir a casa hasta tarde_ dijo con una sonrisa bailando en su rostro, sabía por la cara de soñadora de mi amiga qué estaba pensando,

_Rose, sabes cómo es esto, no te entusiasmes con ningún cliente, nadie… absolutamente nadie nos tomaría en serio como para algo más, recuerda lo que te sucedió._ advertí antes de dejar la toalla en el suelo y caminar a buscar mi conjunto nuevo de encaje blanco.

Ella suspiró y negó con la cabeza, la sonrisa se le había borrado de la cara,

_Lo sé. Es que a veces algunos son tan… caballeros y al mismo tiempo, tan hombres que es difícil no fijarse en ello. Sé que tú, Isabella Swan, los tomas como solo clientes, siempre con la cabeza fría y calculadora, pero es que… ¿nunca te fijaste en alguno de ellos como hombres?_

_Siempre lo hago Rose, pero no me permito pensar en ello más de lo necesario, me gusta seducirlos, me gusta tener sexo, me gusta que mueran por una cita conmigo, pero son solo clientes, hombres calientes que solo buscan la compañía de una mujer a cobro para satisfacer ciertas necesidades, tengamos o no tengamos sexo con ellos. Eso es lo que somos Rose, mientras sigamos en esto no habrá otra cosa…_ aclaré, ella me miró con el seño fruncido y me encontré con su mirada mientras me colocaba el sostén frente al espejo, _¿qué?_

_¿Nunca has pensado dejar este trabajo?_ preguntó sentándose en la cama y abrazando sus piernas flexionadas.

Dios sabe que muchas veces lo he pensado, pero también dios sabía que no podía, al menos por ahora. Había mucho que hacer todavía, mucho en que pensar, en quiénes pensar.

_No_ afirmé  con seguridad _tú y Nate me necesitan, Leah también, su familia entera también, aún cuando ellos no lo sepan y también Jessica, aunque ella le cueste admitirlo, el juicio contra Mike sigue en camino y hasta que no haya algo definitivo no podemos bajar los brazos, ese tipo debe pagar por lo que le hizo_

_Si_ dijo ella cabizbaja, sabía tanto como yo que Jessica no podía quedar con las manos vacías, al menos yo no dejaría que eso sucediera _ojalá que el maricón ese se pudra en la cárcel por golpeador y violador y que le hagan lo mismo que le hizo a ella_ dijo entre dientes, cada vez que salía el tema de Jessica, Rose se sensibilizaba hasta el punto de desearle la muerte al maldito de Newton.

_Ojalá_ dije con certeza.

Rebusqué mi ropa entre las perchas del closet hasta que dí con mi vestido azul pálido al cuerpo, no era muy llamativo, era más bien un vestido de coctel, hecho para la ocasión… ja! Conocer a los padres del novio… cómo no.

 Lo deslicé por mis piernas y coloqué las tiras en mis hombros, Rosalie saltó de la cama y me ayudó a subir el cierre de mi espalda mientras yo me ponía los tacones.

_ En cuanto a Vicky, ella ya está mejor, tal vez ya pueda dejarnos_ dijo mirándome en el espejo,

_No, no creo que Vicky pretenda dejar esto, le dio estabilidad y supongo que luego de perder todo y caer en lo más bajo no querrá volver a tentarse, yo la veo muy feliz aquí…_

_Todas somos muy felices aquí_ ella sonrió sacudiendo su rubia cabellera detrás de su espalda.

_Lo sé Rose, la verdad es que todo está yendo muy bien, mejor de lo que me suponía_ admití, a pesar del tipo de trabajo que ejercíamos, sobre todas las cosas éramos una gran familia y me rehusaba a perder eso. Las amaba demasiado.

_Siéntate Bells, te ayudaré a peinarte_ en cuanto dijo mi antiguo apodo, me estremecí y sentí ese peso en el pecho… que pesaba desde hacía muchos años, ella llevó su mano a la boca como arrepintiéndose de haberlo dicho _lo siento Bella… yo, no lo recordé_

_Está bien Rose_ murmuré tratando de sentirme bien, nada podía opacar una cita, ni siquiera eso _ así solía llamarme mi padre, no hay nada de malo, solo… que me recuerda a él y a…_

_Lo sé_ se apresuró a decir ella mientras el recuerdo de unos ojos marrones y una piel morena flotaba en mi memoria, _no hace falta que lo recuerdes, sé lo poco que te gusta hacerlo_ Asentí con sus palabras, ella era la más antigua de mis amigas y me conocía bien, la amaba por eso.

Me senté en el taburete frente al espejo de mi tocador y ella se situó detrás de mí, comenzó a cepillar mi cabello suavemente, como una suave caricia relajante, cerré mis ojos y disfruté del momento. Con Rose había eso que se llamaba química y estaba segura que si hubiese sido lesbiana, hubiese caído enamorada de ella en seguida, me ría para mi misma, me gustaban tanto los hombres como a ella la ropa interior sexy, por lo que disfrutaba de su hermosa amistad.

_Ahora, cuéntame, este cliente que vino ayer ¿qué tan bien besa?_ preguntó alzando las cejas mientras torzaba mi cabello detrás de mi nuca en un hermoso peinado alto _ al parecer tu besas bien, sino no hubiese sido tan insistente ayer cuando apareció para rogar por una cita_

La noche anterior antes de que Rose saliera con su cita, tuve que explicarle el porqué de un ramo de hermosas flores blancas adornando la mesa de la sala,

_Bueno, sí, besa bien, pero tú sabes que eso es solo una rutina común en toda cita_

_¿Llevas condones?..._ sonreí ante su pregunta habitual, desde que le había sucedido lo que le había sucedido, ella era la encargada de la repartición de condones antes de la cita de cada una, de los errores se aprenden dicen… aunque por supuesto Nate no fue ningún error, fue una bendición a pesar de todo. Recordé fugazmente las lágrimas de mi amiga al enterarse que estaba embarazada, ella recién había comenzado con esto y en una de sus primeras citas olvidó, o mejor dicho no recordó a causa del desenfreno y el alcohol, usar el condón y semanas después nos enterábamos que íbamos a ser tías. Ella había cometido el error del que tantas veces le advertí, haberse entusiasmado con cierto cliente que de un día para otro, dejó de llamarla, dejando como consecuencia a un hermoso angelito de cabellos rubios como el oro.

_Si Rose, los llevo, aunque no creo que este tipo quiera sexo, no creo que en casa de sus padres desee hacerlo_ al menos eso creía…

_¿Quién sabe?_ dijo alzándose de hombros, se agachó a mi lado admirando su peinado ya terminado _siempre hay algún idiota que desea marcar la cama de su adolescencia con sexo desenfrenado y duro_ rodé los ojos y tomé el gloss para colocarme un poco y luego me puse un sutil toque de sombra perlada que resaltaba mi mirada, un poco de colorete en mis pálidas mejillas y ya estaba lista para mi cita.

Justo cuando metía todo lo necesario en mi pequeño bolso de mano, el timbre sonó.

_ Bien, ojalá que vengas temprano por la tarde, así vamos con las chicas a la playa, Nate quiere batir su propio record armando un castillo de arena de tres torres_  murmuró con una sonrisa. Precisamente había hecho una excepción muy grande al haberle dado la cita a Edward, el domingo era para pasarlo en familia, pero como precisamente él tenía que pagar un precio más alto por hacer eso, había sacrificado mi domingo por ayudarlo.

_No me lo pienso perder, vendré por la tarde e iremos todos, incluso lograré arrastrar a Jasper_ murmuré pensando en mi ángel de ojos azules.

Ella sonrió y salí de mi habitación para encontrarme con mi cita del domingo, mis tacones resonaron en el suelo de mármol y se silenciaron en la alfombra de la escalera, él no me oyó llegar. Cuando lo busqué por la sala, Edward estaba inclinado sobre un par de portarretratos sobre la mesa baja, lo observé tomar con su mano una foto donde estaba yo enfundada en uno de mis vestidos de fiesta, Rose la había tomado cuando llegué a casa esa noche. Él alzó una mano para revolver su cabello rebelde y lo oí exhalar un suspiro. Carraspeé para advertir mi presencia. Él volteó en seguida alarmado y sus mejillas se tiñeron de un suave escarlata al pillarlo curioseando mis recuerdos, dejó apresuradamente el portarretrato en la mesa y caminó en seguida hacia mí.

_Bella… hum… wau… estas hermosa_ dijo tasando mi mejilla con una de sus manos y acercándose a dejar un beso suave en la otra.

_Gracias_ murmuré mirando esos brillantes ojos verdes, parecían un par de esmeraldas en su máxima pureza _estoy lista para ir_ me obligué a despegar mis ojos de los suyos para caminar hacia la puerta, él se apresuró a caminar delante de mí para abrirme la puerta. Al salir al porche, un estilizado Aston Martin negro nos esperaba estacionado en el camino de entrada, él abrió la puerta para mí y sonreí agradecida, eran pocos los caballeros que encontraba en este trabajo y cuando los encontraba disfrutaba de ser tratada como una reina.

Él se sentó en su lugar detrás del volante y con un suave ronroneo arrancó el auto, pronto estuvimos camino a casa de sus padres.

_Bueno Edward ¿cómo se supone que nos conocimos?_ pregunté para tener claro algunos datos. Él me miró con sorpresa por un segundo hasta que comprendió.

_Claro. ¿Podríamos mantener la misma versión que le dimos a Aro? Solo por las dudas…_

_Si, por supuesto._ confirmé recordando el nombre de los gimnasio donde se suponía nos habíamos conocido.

_Llevamos saliendo un poco más de dos meses_ continuó _ trabajas como editora en una pequeña empresa, tu familia está en otro estado y vives con una amiga, te gusta la comida italiana y lees mucho, te gusta la música alternativa y rock clásico y por supuesto la música clásica, admiras a los médicos sin fronteras que viajan a los países pobres a trabajar como voluntarios, te gustan los gatos y te gustaría conocer Paris, cuando niña bailabas ballet y te gustan las colecciones de Prada y… luego solo sé tú misma_ tomó un respiro y rió negando con la cabeza _lo siento… te abrumé_ … le sonreí.

_No, para nada, ahora me queda claro cómo sería tu mujer ideal_ reí,

_No, no… te describí a mi mujer ideal_ se apresuró a decir volteando a mirarme _es… como sería la mujer ideal de ellos, supongo_

Oh…

_Claro_ susurré pensativa, ¿él nunca había llevado a casa una novia?, supongo que era un mujeriego después de todo, solo dos clases de hombres no llevaban una mujer a casa de sus padres, los mujeriegos y los gays, ciertamente Edward no era gay.

_Hay muchas cosas en esa lista con las que me identificaría, de todas formas_ dije mirándolo con una seja arqueada y una sutil sonrisa, él frunció el ceño sonriente,

_¿Cómo qué?... si se puede saber_

_Bueno, me gusta leer mucho, de hecho tengo mi propia y pequeña biblioteca personal, adoro los gatos, pero no tengo uno en casa porque ya somos muchas personas, admiro a Prada, de hecho es uno de mis diseñadores favoritos y amo, pero amo, la comida italiana, a demás de que me gusta la música clásica… soy algo torpe pero de niña pude tomar algunas clases de ballet y adoraría visitar Paris, al menos solo para escupir desde la cima de la Torre Eiffel_

Reímos juntos, estábamos llegando al portón de entrada de una hermosa casa de varios pisos y con un amplio jardín frontal, una fuente que debíamos rodear por el camino de entrada hasta llegar a una entrada de arcadas y pilares, era sencillamente hermosa.

_Unos tíos están de visita, ellos… pueden resultar algo exasperantes, espero que no te moleste, aunque creo que sabes manejar situaciones como estas mejor de lo que lo haría yo_ murmuró estacionándose cerca de las escaleras que llevaban al porche,

_Si lo sé, tengo experiencia con personas exasperantes_ murmuré para clamarlo, él asintió con una sonrisa y me miró fijamente, sus ojos verdes destellantes me hacían desear apartar la mirada para no ahogarme en ellos, pero no podía… 

_Gracias Isabella por… por salvar mi domingo, por acompañarme y por dejarme conocer un poco de ti_ dijo con voz suave, sonreí asintiendo

_Me sorprende que ninguna otra chica accediera a venir, presumo que debes tener chicas a montones a tus pies_ él miró hacia adelante y se sonrojó con una sonrisa tímida en sus labios,

_No me interesaba venir con nadie más_ murmuró antes de salir de auto y rodearlo para abrir mi puerta, ¿Qué fue eso?... valla…

Nos tomamos de la mano como auténticos novios y caminamos hasta la puerta que se abrió de golpe en cuanto pisamos el último escalón,

_Edward!_ una pequeña mujer de cabello corto negro y peinado en puntas saltó fuera de la puerta y lo rodeó con los brazos, ella colgaba de su cuello literalmente y él me soltó para rodear su pequeña cintura con ambos brazos,

_Alice!_ exclamó él como si no la hubiese visto en mucho tiempo _¿también viniste? Oh cielos… ¿cómo es que…? Oh Alice, que alegría verte!_

De repente ya no tenía ya nada que hacer allí, me sentía fuera de lugar y desplazada… por lo que di un paso hacia atrás para darles lugar, Edward en seguida volteó a verme y soltó a la mujer que me miraba sobre su hombro con recelo,

_Oh Bella…_la mujer cayó sobre sus pies en el suelo y sonrió con suficiencia, Edward tomó mi mano entrelazando nuestros dedos _Alice… ella es Bella, mi novia._ presentó él _Bella, ella es Alice mi hermana menor_

Oh…

Saqué una sonrisa de la galera y extendí la mano para saludarla, ella ignoró mi mano y caminó hacia mí para rodear mi cuello con sus brazos,

_Hola Bella, al fin te conocemos, al fin alguien que logró atrapar a este hombre bruto_ murmuró en mi oído,

_Hey!_ exclamó Edward detrás de mí. Lo miré y él miraba la escena entretenido con una sonrisa en los labios,

_Que no soy bruto._ aclaró _y deja en paz a mi novia_  advirtió acercándose para rodearme la cintura con un brazo, me atrajo hacia él. En ese momento en que Alice sonreía satisfecha una mujer de cabellos caramelos y una sonrisa maternal como las que solía hacer rose cuando veía a su hijo jugar, apareció por la puerta,

_Hijo!_ exclamó acercándose a Edward, éste no me soltó esta vez, me mantuvo abrazada con un brazo mientras con el otro abrazaba a la mujer,

_Mamá_ ella se separó y puso su mirada en mí, le devolví la sonrisa amable que ella me daba _ella es Bella, mi novia. Bella ella es mi madre, Esme_ presentó Edward. Esme me miró complacida y algo brilló en sus ojos al devolverle la mirada a su hijo,

_Edward, ella es hermosa, con razón ya no te aparecías por casa_ dijo a modo aprensivo, luego volteó hacia mí _Bella, bienvenida a casa linda, ven, entremos que unas personas quieren conocerte_

Ella tomó mi brazo entrelazándolo con el suyo y me guió dentro de la casa dejando a Edward atrás, aunque sentí su mano en mi baja espalda…

Unos minutos después estaba estrechando las manos de gente nueva, familia que quería ver algo que no era, una relación inexistente, amor donde solo habían caricias furtivas y un plan ya armado con anticipación. Por supuesto que no me quejaba del engaño, yo acudía a la ayuda de hombres desesperados por aparentar algo que no eran o que no tenían, de alguna manera encontraba mi satisfacción en eso.

El almuerzo había resultado delicioso, Esme había cocinado para su hijo pollo al limón y salsa de champiñones, filete de ternera a la castellana y papas pai, Alice había preparado el postre,  helado de pasta de almendras, volcán de chocolate y brauny de pasas al ron… delicioso. Carlisle, el padre de Edward había elegido el mejor vino de su bodega personal, un souvignion blanc aromatizado añejado por casi diez años y Edward  eligió el brandy para acompañar la mesa de postres.

Luego del almuerzo, nos reunimos todos en el saloncito, que en realidad era un amplio cuarto donde se disponía una mesa de juegos de casino, una mesa de juegos de mesa como ajedrez y damas griegas, una chimenea y muchos libros dispuestos en todas las paredes, un juego de sofás enormes y una mesa baja de té.  Allí hablamos de trivialidades, Charlotte contaba detalles sobre sus viajes en Paris y España junto a su hija Maggie, cómo se encontraron con Alice en la semana de la moda en Paris y la trajeron con ellos, ésta habló en su mayoría de moda y diseñadores, su pasantía para diseñar en la casa de Valentino y Carlisle charló sobre nuevos descubrimientos médicos que parecían interesantes, pero que solo Edward, Esme y yo parecíamos prestar atención.

~g~

_Así que Bella, ¿cómo hiciste para atrapar a este mujeriego empedernido?_ preguntó Charlotte tomando de su taza de té de porcelana francesa, Esme levantó su cabeza esperando mi respuesta, a sus pies un hermoso gato de pelaje blanco, probablemente un angora, descansaba sobre la alfombra y Alice dejó la revista Cosmo de lado para verme. Miré a Edward que estaba inmerso en una conversación con su padre y Emmett, su hermano mayor, que casualmente, había sonreído cómplice cuando nos presentaron luego del almuerzo… ¿él sabía?

_Pues… porque creo que fui capaz de darle todas las cosas que él busca en todas las mujeres que ha frecuentado._ dije casi mecánicamente, como cada cita que me resultaba similar a esta. _Edward es especial, él es selectivo… y creo que encontró en mí todas las cosas que no pudo encontrar en otras_ sonreí con satisfacción,

_Oh, créeme que hay varias esperando que te descuides para alzar sus garras_ advirtió Charlotte, Alice la miró de mala gana y rodó los ojos volviendo a su revista y Esme arqueó las cejas curiosa _Oh Esme… ¿recuerdas a mi amiga Tanya?... bueno, ella está obsesionada con Edward_ dijo mirando a la madre de mi supuesto novio _me dijo que conocía a Edward y que no le veía futuro con Bella_ ella volteó a mirarme como si se hubiese acordado que yo estaba allí _Oh, lo siento linda… ya sabes cómo es Tanya, me dijo que te conoció_

_Si Charlotte_ afirmé con una falsa sonrisa, esa mujer rubia frente a mí parecía gozar con la humillación ajena y yo no estaba allí para ser humillada, de ser así, pediría disculpas y le exigiría a Edward que me llevase a mi casa _la conocí y me da pena, una mujer obsesionada puede ser capaz de decir cualquier cosa, yo por mi parte estoy tranquila, Edward y yo tenemos una intensa relación y no creo que lo que diga Tanya se cumpla, para nada… no perderé a mi hombre._

No sé qué me llevó a decir eso, pero lo dije… ella me miraban sorprendidas.

_Esme, necesito pasar al tocador ¿me disculpas?_

Ella asintió y me levanté del sofá donde tomábamos el té, en seguida sentí una cálida mano en mi espalda baja y unos labios cerca de mi oído,

_¿Necesitas el tocador cariño?_ mi cuerpo entero se estremeció al sentir su aliento caliente en mi lóbulo, asentí al haberme quedado sin palabras, si abría la boca iba a ser para gemir. _Bien déjame acompañarte, madre yo la llevo_ dijo dirigiéndose a su madre. Volteé a mirarlo y me encontré con su boca a pocos centímetros de la mía, él levantó una mano y acarició mi mejilla suavemente, sus ojos fijos en mis labios… tazó mi mejilla con su mano y sonrió, vi la punta de su lengua rozando la comisura de su labio como relamiéndose sutilmente y no pude evitar lo que hice.

Me acerqué a él y besé sus labios suavemente, él se tensó por un casi imperceptible segundo y en lugar de alejarse él me devolvió el beso. Oh cielos… había olvidado lo delicioso que besaba.

Tazó mis mejillas con ambas manos y literalmente comió mis labios, mi lengua se perdió en su cálida boca y gemí sutilmente cuando sentí el gusto a café y dulce. El beso provocó una punzada de deseo en mi centro y me retuve de apretar mis muslos para calmar el deseo. Pronto, muy pronto para mi gusto él se apartó. Había olvidado dónde nos encontrábamos y caí en la cuenta cuando él volteó y pidió disculpas.

Él me llevó de la mano saliendo del salón y subimos las escaleras, lentamente. Mi mirada iba recorriendo todo lo que estaba al alcance de mi vista, el mármol claro del suelo, las obras colgadas de las paredes, las esculturas en piedra que había en ciertos rincones, las hermosas alfombras de pelo blanco, la madera de arce de las escaleras, el techo que dejaba pasar trasluz como si estuviéramos bajo la plena luz de día.

_Tu casa es hermosa_ murmuré cuando llegamos al último escalón y comenzamos a caminar por un corredor que de un lado eran estanterías llenas de libros y del otro enormes ventanales descubiertos que daban al patio de la casa,

_No es mi casa, es la casa de mis padres._ replicó él…

_Pero aún así, es hermosa_ confirmé. Llegamos a una puerta de marcos moldeados y él la abrió para mí,

_Este es el tocador_ señaló hacia el cuarto de pisos blancos y tan amplio como mi habitación _¿quieres… que te espere o sabrás ir sola?_

_Yo encontraré el camino de vuelta, gracias_ le dije comenzando a cerrar la puerta, él me sonrió de lado y se fue.

Mojé mi cuello levemente, esa mujer, Charlotte, me había hecho pasar un momento incomodo, más allá de no ser la novia de Edward y que todo esto solo fuera una charada, no tenía derecho a tratar así a una persona y eso me exasperaba. Me miré al espejo y acomodé el mechón de pelo que había caído con el beso de Edward. El beso… miré mis labios y el gloss se había corrido así que saqué el que llevaba de repuso en mi bolso y me los retoqué. Tomé un suspiro largo y profundo y salí de la habitación de baño.

El corredor estaba vacío cuando salí, cerré la puerta del tocador detrás de mí y comencé a caminar pero una suave música llamó mi atención, me detuve en seco para escuchar mejor. Era una canción que conocía, pero no podía disuadir de dónde provenía, pero lo hacía de detrás de mí. Di vuela sobre mis talones y comencé a caminar hacia el final del corredor, había varias puertas, pero había solo una entreabierta, caminé hacia ella con cautela. ¿Vivía alguien más en la enorme casa?

Me detuve al llegar bajo el marco de madera torneada, era una habitación semioscura, como si hubiese estado cerrada por largo tiempo, las paredes eran de un azul oscuro y una pared repleta de cd´s llamó mi atención, moví la cabeza para ver sutilmente dentro de la habitación pero no vi a nadie, tomé un respiro y decidí entrar empujando suavemente la puerta. Estaba definitivamente vacía, pero la música, esa música provenía de ese aparato de situado en una esquina. Caminé hasta la pared de cd´s y una angosta mesa de estudios corría a lo largo de la pared a modo de repisa para dejar cosas, allí había una antigua laptop, unos libros de estudio, lápices y más libros, distinguí algunas medallas de torneos y otros trofeos sobre esta mesa y me acerqué a tomar una pequeña foto enmarcada, ésta imagen estaba gastada y tenía sus años, pero eso no me impidió reconocer a Edward, un joven y jovial Edward abrazado a una chica en lo que parecía una fiesta de graduación. Acerqué la foto a mis ojos, la oscuridad no me dejaba ver bien y pude ver que la chica era hermosa y la postura de Edward me decía que la tomaba como una cita más, solo como un trámite.

_No sabía que eras así de curiosa_ susurró una voz a mi oído, me sobresalté y casi largo el marco de mis manos, pero logré sostenerla entre jadeos. Sentía el aliento de Edward, cálido y embriagador en el lóbulo de mi oreja, me obligué a mantenerme cuerda,

_Tú hiciste lo mismo en mi casa, husmeando mi foto Edward_

Su suave risa resonó detrás de mí mandando una especie de electricidad a lo largo de mi columna.

_Touché_ murmuró rodeando mi cintura con ambas manos y supuse que mirando por encima de mi hombro _esa es mi prima Maggie ¿no le ves el parecido con mi tía Charlotte?_

Oh…

_No me di cuenta_ admití. Dejé el marco sobre la mesa y recorrí con mis dedos las demás cosas que había allí, una pelota de beisbol, un par de entradas para los Niks sin usar, un disco de Bon Jovi,  una medalla estudiantil. Sentí un suave beso en mi hombro desnudo y me tensé, su mano en mi cintura se movió hacia mi vientre y su aliento caliente en mi piel me estremecía haciendo que cada bello de mi cuerpo se erizara, _supongo que… este es tu cuarto ¿no?_ pregunté tratando de llevar la conversación a otro lado. Distraerlo era mi objetivo, no podíamos… no debíamos hacer nada en casa de sus padres.

_Mhmm_ exclamó con sus labios besando la piel de mi cuello, tragué en seco y cerré los ojos suspirando, tiré mi cabeza hacia atrás dejándole más lugar para hundir su cabeza en el hueco de mi cuello, él recorrió con la punta de su lengua la extensión de mi cuello hasta llegar al lóbulo de mi oreja,

_Ahhhh_ suspiré a modo de gemido, él apretó mi vientre con su mano hasta que mi trasero chocó contra algo duro. ¿ya estaba excitado?. Su lengua continuó lamiendo la piel de mi cuello y oído y su otra mano subió de mi cintura suavemente por mi contorno hasta tazar uno de mis pechos, la sensación abrumadora de placer y tentación erizó mi piel, era como si hubiesen encendido una chispa y hubiese alcanzado la mecha de una línea de pólvora… todo a flor de piel, todo a punto de estallar.

_Eres tan jodidamente caliente Bella_ murmuró con voz gruesa en mi oído. _te deseo desde el primer momento en que te vi_ él jadeó en mi oído y arqueé mi espalda acercando mi trasero a su erección, tenía la imperiosa necesidad de sentir…

_¿Si?_ susurré con voz contenida. Él asintió sin separar su boca de mi cuello, besaba, lamía y chupaba mi piel, su mano que estaba en mi vientre comenzó a bajar tentativamente hacia la orilla de mi falda…

Oh dios…

_Tú disfrutas haciéndole esto a los hombres ¿no?_ preguntó alzando la tela de mi falda hasta que su palma caliente estuvo en contacto con mi piel, asentí… después de todo era mi trabajo, volverlos locos. Él gruñó… literalmente gruñó en mi cuello y de una sola vez metió la mano en mi centro cubierto por mis bragas, fue un movimiento rápido que me tomó por sorpresa y me incliné hacia adelante ligeramente para apoyar mis manos sobre la mesa. Mi culo era lo único que mi cuerpo que estaba contra él, justo alineado con su dureza.

Él acarició por encima de mi braga y sabía que podía sentir el calor y hasta mi clítoris hinchado llorando por él, abrí mis piernas un poco para darle lugar a su mano y él subió sus dedos hasta encontrar la orilla de mis bragas, hizo a un lado la tela y metió su mano hasta que su palma estaba de lleno en contacto con mis centro. Gemí moviendo la cadera hacia adelante, él acompañó mi movimiento con su cadera empujando su erección en mí. Oh diablos! Necesitaba fricción.

_Oh Bella… estas tan húmeda preciosa ¿desde cuándo que estas húmeda?... mierda_ él metió su dedo mayor en mi entrada y envistió con él a través de mis paredes mojadas,

_Ahh… Desde que me besaste… estoy mojada desde que me besaste_ dije entre jadeos, sentía que podía quemarme viva allí mismo,

_¿Te mojas con mis besos?... oh nena, te besaré siempre que lo desees, me tienes a tus malditos pies Bella_ murmuró en mi oído haciendo entrar y salir su dedo de mí con fuerza, a veces dejando entrar dos dedos juntos. Estaba tan mojada que podía escuchar el sonido de lo que hacían sus dedos, _¿sabes que deseo?... no, necesito, necesito probarte Bella, hay mucho jugo allí abajo y se me hace agua la boca_

_Oh mierda_ murmuré gimiendo y arqueándome aún más… ¿a este hombre le gustaba hablar sucio? Oh cielos… y con lo que me gustaba que me hablaran sucio al oído.  No pude evitar gemir de deseo, con solo imaginarme su boca sobre mí mis paredes se contraían. _No… podemos aquí, tus padres…_ logré decir conteniéndome lo más posible de gemir fuerte,

_Oh Bella, créeme que ellos no escucharan nada_

Oh mierda!... ¿y cómo lo sabía? ¿había traído a alguien más aquí?

Él empujó nuevamente su dureza en mi culo y gemí fuerte cuando su dedo se enterró aún más en mí,

_Oh si preciosa, grita… gime y luego recuerda, que fue mi mano la que te hizo venirte con tanta intensidad…_ murmuró con voz áspera en mi oído _y ahora hermosa te probaré hasta la última gota, quiero sentir tu gusto en mi boca  luego de salir de aquí, quiero lamer tu pequeño coño, succionarte y chuparte toda hasta que te corras en mi boca_

Oh mi dios…

Sentí que era despojada de él cuando se separó de mí, sus dedos abandonaron mi clítoris y tomaron mi cintura, él me hizo voltear enfrentándome a él y al fin pude ver sus ojos, su mirada lujuriosa, el verde que ahora estaba oscurecido salvajemente. Él me tomó mis mejillas con ambas manos y me besó fuerte y duro, su lengua invasiva acarició la mía posesivamente y no pude evitar gemir en su boca. Entonces él se separó de mí y me tomó de la cintura y de un solo movimiento  me subió para sentarme en la pequeña mesa, tomó mis rodillas y me jaló hasta que mi culo estaba en la orilla de la mesa y separó mis piernas, sus ojos se trabaron allí… en mi sexo y pude ver sus ojos encapuchados mirándome fijamente, se lamió el labio inferior y se revolvió el cabello con una mano,

_Sácala_ dije jadeando, él me miró por un momento a los ojos y luego dio un paso hacia mí, enganchó sus dedos en las tiras de mis bragas y me las sacó casi furiosamente. Él las tomó con ambas manos y llevó la tela a la nariz para inspirar con fuerza,

_Oh mierda Bella. Hueles delicioso_ las tiró a un lado y cayó de rodillas frente a mí, me sostuve fuertemente en la orilla de la mesa mientras él miraba mi sexo como si no hubiese visto nunca algo así, yo abrí más las piernas para mostrarle más de mí y él gimió, su mirada estaba tan nublada mientras me miraba, había lujuria y deseo… por lo que quise hacer que viera lo que tenía enfrente y que podía ser suyo, llevé mis dedos a mi centro y abrí mis pliegues, estaba endemoniadamente húmeda y no podía dejar de jadear,

_Dime lo que quieras que te haga Bella, es increíble lo hermoso que es_  dijo sin dejar de mirarlo,

_Quiero que uses tu lengua Edward, tu lengua y tus dedos…_ él lo hizo, se inclinó hacia mí y corrió la punta de la lengua en círculos por mi clítoris, _ahh… Edward, así_

Él continuó haciendo círculos en mi clítoris una docena de veces, yo no podía para de gemir, era increíble la forma en que se sentía, entonces él recorrió mis pliegues con su lengua y tomó mis rodillas para ponerlas sobre sus hombros, eso le dio lugar para envestirme con la lengua,

_Oh mierda!_ gemí sosteniéndome con fuerza de la orilla de la mesa mientras mis caderas iban y venian y él me follaba con su lengua. Él gimió en mi clítoris y lo chupó duro, su lengua era reemplazada con los dedos cuando lamía mi clítoris y cuando su lengua caliente exploraba mi cavidad sus dedos burlaban mi clítoris, pellizcándolo y acariciándolo en círculos.

Me dejé llevar entre jadeos y gemidos, por momentos bajando la mirada y atreviéndome a calentarme aún más cuando veía la forma en que me chupaba todo, tiraba de mi clítoris con sus labios y luego lo aplastaba con su lengua, subiendo y bajando entre mis pliegues.

_Oh cielos… no puedo, creer… eres… ahhh Ed… ward_

La conocida sensación de calor en mi bajo vientre se comenzó a formar, no podía aguantar por más tiempo, agité mis caderas hacia su boca gimiendo y clavando las uñas en la madera, oh cielos…

_Edward!... oh… por favor, me voy a venir_ dije entre gemidos, él no se separó de mí, intensificó sus envestidas con la lengua y su pulgar describió círculos en mi clítoris cada vez más fuerte. Mis paredes comenzaron a palpitar, y grité cuando el orgasmo arrollador golpeó contra mí, tiré la cabeza hacia atrás y cerré los ojos con fuerza levantando mis caderas, él me sostuvo con su lengua dentro mío y su dedo haciéndome ver estrellas…

Impresionante…

Fui bajando de mi orgasmo suavemente y respirando con dificultad, ese orgasmo había sido más intenso que ningún otro que haya sentido. Él siguió besando pausadamente mis pliegues juntando con su lengua todo lo que podía obtener de mí y yo me relajé lentamente sobre la mesa, sentí un suave beso sobre mi clítoris y acomodó mis piernas sobre la madera para poder levantarse.

Yo aún no podía abrir los ojos, el orgasmo me había golpeado de tal manera que me había aturdido por completo,

_¿Estás bien?_ preguntó él con sus labios tocando los míos, asentí con un gemido, sus dedos corrieron a lo largo de mi cuello hasta tazar mi mejilla, entonces abrí los ojos. Él estaba a centímetros mío sus labios brillando y su mirada tan intensa me sobrecogió,

_Tú… tú no-

_No importa, quería probarte, quería tocarte_ sonrió casi con timidez _yo puedo descargarme solo_ alzó los hombros.

Sonreí y me dio ternura, él me había dado un intenso orgasmo renunciando al suyo… ¿qué hombre haría eso?

_¿Lo haces seguido?_ pregunté curiosa,

_Solo desde que te conocí… cada vez que pienso en ti_

Oh cielos..

_Gracias_ dije levantando mi mano para acariciar su mejilla, miré sus labios y sentí el impulso de besarlo para sentirme en su boca, así que me separé de la pared y besé sus labios envolviendo su cuello con mis brazos. Mi lengua acarició la suya y sentí lo dulce y picante de mi sabor, no pude evitar gemir, él me sostuvo de mi cintura y me bajó lentamente de la mesa mientras me besaba, luego rompió el beso suavemente y recostó su frente en la mía. Me estremecí ante ese momento tan íntimo e intenso…

_Deberíamos bajar_ dije incomoda, él sonrió y asintió suavemente sin dejar de mirarme,

_Deberíamos_ coincidió _pero no quiero_

Me separé de él ya que él no tenía las fuerzas necesarias y busqué mis bragas en el suelo pero no las encontraba por ningún lado,

_Vamos Bella, mis padres querrán saludarte antes de que nos vayamos_ dijo él tirando de mi mano,

_Pero… mis bragas_

_Déjalas… tenemos que bajar_

Y me arrastró por su habitación hasta el corredor,

_Pero tengo que ir a limpiarme_ repliqué. Él se detuvo en seco y me enfrentó, su mano rodeó mi cintura y su boca casi tocaba la mía,

_Quédate así, por favor Bella, puedo oler tu excitación tan exquisita, no te limpies_ fruncí el ceño y asentí algo confundida.

Entonces caminamos de la mano hacia la planta baja, me sentía desnuda sin mis bragas puestas pero no tampoco era como si fuera la primera vez que las perdía en una sesión de sexo… o casi sexo.

Me fijé la hora y era muy tarde ya, seguramente las chicas ya estaban en la casa de vuelta de la playa, me había perdido el día de pic nic, pero supongo que había merecido la pena.

Saludamos a los padres de Edward y a los tíos que se mostraron simpáticos, Alice me saludó efusivamente y casi me sonrojé cuando susurró a mi oído “espero que te haya gustado el cuarto de Edward” se separó de mí y me guiñó un ojo.

Edward abrió la puerta del auto para mí y me ayudó a subir, sus modales no cambiaban, él era atento, lo había sido las veces que lo había visto.

_Espero me devuelvas las bragas cuando las encuentres, no dejes que lo haga tu madre_ le pedí encarecidamente, a pesar de que no la volvería a ver, me daba mucha vergüenza si la pobre Esme encontraba las bragas de una mujer en el cuarto de su hijo adolescente… y más si éstas estaban húmedas con mi excitación.

Él no me dijo nada pero asintió, una sonrisa bailó en la comisura de sus labios… ¿qué significó eso?

Llegamos a casa más rápido que lo que habría querido, él volteó a verme cuando llegamos y me miró con el ceño fruncido,

_La verdad Bella… es que tengo una gala en menos de un mes, la gala anual de la Cámara de Comercio, quería saber si me quieres acompañar_

¿Otra cita?... Generalmente no daba más de dos citas con un mismo hombre, para que las cosas no se confundan, pero… no podía aplicar esa regla con Edward, algo me hacía decir que sí.

_Llámame una semana antes de la gala y veré qué puedo hacer, tal vez si yo no puedo acompañarte, alguna de mis otras chicas lo hará, ellas -

_No_ me cortó _te quiero a ti, sino no voy_ murmuró rotundamente. Asentí comprensiblemente, tenía sentido, Aro su jefe estaría allí, él me había conocido a mí como su novia, no podía ir con alguien más.

_Bien. Iré… solo hazme saber la fecha y hora exacta_ le pedí. Él me miró con una sonrisa reluciente en su rostro y se acercó a mí como para besarme, sus labios me besaron dulcemente primero y luego de unos segundos se intensificó, tomé sus mejillas con ambas mano y lo acerqué más a mí y me removí en mi asiento, una vez más estaba excitándome… mierda!

Me separé de él jadeando y saqué mi cinturón, él bajó del auto y abrió mi puerta para ayudarme a salir,

_Adiós Edward, muy buen almuerzo… gracias_

_De nada preciosa, te llamaré_ dijo luego, asentí y me alejé de él dándole un pequeño saludo con la mano, no podía besarlo nuevamente.

Entré a mi casa y me recosté en la puerta sintiendo cómo su auto dejaba la entrada de mi casa… Edward Cullen… waw… impresionante, apreté mis muslos al sentir la humedad aún entre mis piernas y sonreía ausente al recordar su boca en mí.

_Bella ¿cómo te fue?_ me sobresalté al escuchar la voz de Ángela cerca de mí y me separé de la puerta caminando hacia la escalera,

_Bien, como cualquier otra, fue muy agradable_ mentí, había sido maravilloso el almuerzo con Edward, sacando a su tía Charlotte claro.

_Oh, bien. Jassper te quiere ver, está en su habitación esperándote_ alcé la mirada y me detuve llegando al primer escalón,

_Ok… iba hacia él ahora, que no nos molesten Áng_ pedí, ella asintió con una sonrisa.

Subí las escaleras hacia el primer piso y pasé a dejar mi bolso en mi habitación, rebusqué en los cajones por una braga y me puse la primera que encontré. Me solté el cabello y salí de mi habitación, a mitad de camino a su habitación me saqué los tacones y los llevé en mi mano… golpeé la puerta suavemente y oí la música de Pink Floid de fondo y luego un “pase”. Sonreí y abrí la puerta,

_Hola cariño_ lo saludé recostándome en el marco de la puerta, él volteó de su equipo de música a mirarme con esa sonrisa que llenaba mi vida,

_Hola preciosa_ contestó. Entré a la habitación de Jassper y cerré la puerta detrás de mí. 

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Ayyyy si, ya se van develando algunas cosas... espero que les haya gustado, nos vemos todas mañana!!! GRAN ESTRENO DE "UNA VIDA DE OPORTUNIDADES" aahahahhhhhh que emoción.... soy feliz! Las amo.