Robsten Moments, Copacabana

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Copacabana

Me desperté con un sobresalto, en realidad no había podido dormir desde que habíamos llegado. Ciertamente podía confirmar que Río era la ciudad más bulliciosa que había visitado.

Abrí los ojos y no vi a Kiki por ningún lado, la cama estaba vacía, mi maleta aún sobre la cama a medio desempacar y aún tenía puestas mis zapatillas… pero estaba muriendo de calor.

_¿Amor?_ llamé con mi boca pastosa ¿podría haberse ido a cenar sin mi?...

De a poco y con todos mis huesos tronando me levanté de la cama, tenía que darme una ducha urgente, habíamos llegado de Baton Ruge hacía no más de cinco horas, las cinco horas completas que dormí babeando la almohada. Lo único que recordaba era haber viajado muy temprano en un avión lleno de pasajeros malhumorados como yo, Kristen durmiendo en mi hombro camino al hotel y yo dejando las maletas en el suelo a penas habíamos entrado a la habitación, para luego caminar hacia la enorme cama y tirarme como un muerto a dormir.

Había sido un viaje agotador, pero esperaba que se viera recompensado en nuestra estadía en este lugar que, a simple vista, era uno de los mejores lugares para pasar con Kristen sin tener que separarnos. Ya tenía grandes expectativas.

Me paré de la cama estirándome a más no poder y caminé hacia la ventana a ver qué era lo que me había perturbado tanto como para despertarme y en cuanto abrí la cortina, los gritos de cientos de fans que esperaban en la calle, subieron hacia mí como un fulgor de pólvora.

Mierda…

¿Íbamos a poder dormir con ellas haciendo guardia?... 

Cerré la cortina antes de que viniera alguien a la habitación para pedirme encarecidamente que no asomara mis narices a la ventana y caminé hacia el baño, Kris no estaba allí ¿dónde se había metido?.

Abrí la ducha y me saqué la ropa que se pegaba a mi cuerpo, era un incomodo calor húmedo que había sentido a penas había bajado del avión. Me metí debajo de la regadera y cerré los ojos con la satisfacción de ser lavado de mi sudor. Me enjaboné rápidamente y me lavé la cabeza sin demasiada paciencia, tenía que saber dónde se había ido Kris. ¿Por qué me dejaría solo de esa manera?...

Habíamos pasado la semana anterior en Baton Ruge recuperando el tiempo que habíamos pasado separados, ella había llegado de sus entregas de premios y premiers y yo me había comportado como un hombre de las cavernas, reclamando lo que era mío y se me había negado por tanto tiempo, bueno… solo dos semanas.

Y ahora se iba de nuevo. Se suponía que habíamos dicho que íbamos a tratar de pasar cada momento que pudiésemos juntos, disfrutar de este viaje para comenzar a filmar Amanecer, como si fuera un viaje para nosotros solos, claro que era literalmente imposible, con tanta gente a nuestra alrededor, pero íbamos a tratar de hacerlo de todas maneras. Nos esperaban miles de tomas, miles de besos y abrazos, caricias y lo que más nerviosa tenía a Kris, la escena de sexo de Edward y Bella… que por supuesto iba a poner lo mejor de mí para que saliera a la perfección, no es que no hubiésemos ensayado…

Tomé mi móvil y marqué el uno, el numero de llamada rápida para Kris, esperé sin mucha paciencia  y pasaron los cinco timbrados en los que Kris no atendió. Corté resignado… ¿dónde carajo había ido?

Estaba sentado en la orilla de la cama poniéndome las zapatillas para ir a buscarla por todo el hotel cuando oí el “Bip” de la puerta al haber pasado la llave electrónica para abrirla, volteé y allí estaba ella. Llevaba una falda de jean hasta el muslo y una remera azul pálido, su cabello recogido en la nuca y une hermosa cara de cansada,

_¿Dónde estabas?_ fue lo primero que salió de mi boca, no lo pude retener, ella rió y me di cuenta que llevaba unos paquetes en las manos cuando los dejó sobre la cama. Rebuscó dentro de una de las bolsas y sacó algo que parecía un biquini, en dos piezas…

Mierda! ¿qué quería? A demás de dejarme solo ¿darme un infarto?,

_Fui de compras ¿te gusta?_ murmuró sosteniendo en sus dedos la parte superior de un biquini blanco o color hueso, _me lo pondré en cuanto tengamos tiempo de ir a la piscina_ dijo con una sonrisa,

_¿De compras sin mí? ¿Por qué no me esperaste?_ ella alzó los hombros _Además no habrá piscina_ contradije _Bill dijo que no podían cerrar las piscinas al público solo por nosotros y no pretendo que lo hagan tampoco… a demás ¿llevaras solo eso en un lugar lleno de hombres?_ ella alzó la mirada abriendo la boca de la sorpresa y me arrepentí en ese instante,

_¿Estas celoso Robert Pattinson?_ una sonrisa dulce y socarrona bailó en sus labios, luego su rostro se tornó duro y frunció el ceño_solo dímelo y no tendré que usarlo aquí, pero no pienso perderme las aguas azules de Parati, si es como se ve en las imágenes de las locaciones… te juro que no me lo voy a perder, por más que hayan miles de fotógrafos alrededor o miles de productores…_ a medida que iba diciendo eso iba caminando aproximándose a mí con su dedo inquisidor levantado…

Oh mierda, Kristen enojada era tan caliente!

_... por lo que tendrás que reprimir a tu hombre de las cavernas y no andar mostrando tus celos por ahí, cuando sabes, sabes bien que no me importa nada que me miren por que solo soy tuya…_

Estiré mis brazos y la tomé de la cintura con ambas manos, tiré de ella hacía mi regazo y la senté sobre mí con sus piernas a cada lado de mis piernas y las puntas de sus pies rozando el suelo,

_Hey!... estoy hablando aquí!_  se quejó ella luego de ese movimiento, dios… era exasperante y sexy como el infierno a la vez. Tomé sus mejillas con ambas manos y la besé fuertemente, ella enseguida dejó que mi lengua acariciara la suya y sus manos pequeñas se aferraron a mi cabello, su cuerpo se contorneó sobre mí y la sostuve con mis manos cuando su centro cálido se frotó contra mi erección debajo de mis pantalones de algodón.

_Oh bebé_ respiré cuando separé levemente mis labios, ella gimió sacudiéndose arriba mío y la estreché contra mi erección,

_Oh Rob… agotas mi paciencia, pero no dejes de hacerlo amor… eso es lo que me gusta de ti_ murmuró entre jadeos,

_¿Solo eso?_

_Eso y que no hay nadie que me comprenda más y conozca mejor que tu, que me haga el amor como tú lo haces y que tolere todas mis manías_

_Eres una bruja_

_Eres un cavernícola_

_Y me gusta…_

_A mi también_

Nos besamos nuevamente y no pude evitar meter mi mano debajo de su falda y buscar mi templo, mi hogar.

Ella dio un pequeño grito cuando aparté las bragas húmedas y metí mi dedo, comencé a entrar y salir de ella mientras mi boca exploró la piel de su cuello y pecho, su pezones endurecidos se dejaban entrever bajo la tela de su remera azul pálido y me aparté alarmado para mirarla,

_¿No llevas sostén?_ pregunté observando sus rosados pezones erectos bajo la tela,

_No, hace mucho calor_ explicó.

Mierda!

_Oh Kris…_ exclamé llevando mi mano a mi pantalón y dejando en libertad mi pene endurecido, necesitaba sentirla, necesitaba verla venirse y saber, confirmar por enésima vez en mi vida, que esta mujer era mía y solo mía. Acomodé mi erección tomándolo de la base y poniendo la punta en su estreches, ella no quiso esperar y de un solo movimiento estuve dentro de ella.

_Cielos!_ gritó arqueando su espalda, en seguida comenzó a cabalgarme, la tomé de la cintura y la ayudé con los movimientos, sus brazos rodearon siempre mi cuello y sus pequeños pechos bailaron para mí frente a mis ojos,

_Te amo tanto_ susurré enterrando mi nariz entre sus senos. Ella gritó  y arremetió contra mí con más fuerza, sus paredes estrechándose, apretándome, profundo, caliente, húmedo,… oh mierda…

_Oh Rob… bebé, te siento tan bien_

_Yo te siento mejor_ gemí cerrando los ojos. Ella saltó sobre mí como desesperada y mi pene comenzó a hincharse dentro de ella, sus paredes se comenzaron a contraer y sus gemidos resonaban por todo el cuarto como una melodía embriagadora. Llevé una mano entre nuestros cuerpos y acaricié su clítoris con mi pulgar, ella apretó mi cabello, dolía, pero un dolor placentero, uno que solo ella lograba darme.

Pellizqué suavemente su hinchado botón y miré hacia abajo la unión de nuestros cuerpos, era tan caliente verla apretándome, verme a mí mismo entrar y salir de su cuerpo, invadiéndola de esa manera que tanto le gustaba, mi pene se tensó con solo pensar en tomarla una y otra vez en esta misma cama, ¿Brasil me hacía eso? ¿a caso el aire brasilero, el ambiente me hacían sacar esos efectos en mí?...

Tendríamos que volver más seguido…

Entonces ella pellizcó mi nuca con sus uñas, momento en que sabía que estaba cerca, tomé con ambas manos sus caderas y la hundí más y más en mí, hasta que ella gritó  en mi oído.

_Vente Amor!... ahh_  gemí apretándola más contra mí, ella recostó su frente contra la mía y me miró… oh cielos, mierda! Esa mirada justo antes de venirse… era mi momento favorito y ella, maldición, ella lo sabía…

Tomé ambos lados de su cabeza para mantener la mirada fija en la mía y entonces no pude soportar, ella se movió desesperada una vez más y me disparé dentro de ella al mismo tiempo que ella me apretaba con sus paredes,

_Ahgg Kris!..._

Nuestros labios estaban a centímetros y era una de esas sesiones de sexo caliente y jodidamente erótico, ella respiró y gimió al mismo tiempo sobre mis labios y yo hice lo mismo en los de ella, todo mientras nos mirábamos a los ojos…

Solo diciendo “Te amo” con nuestras miradas, la punta del hilo, la orilla del cielo… un pie en el abismo, cada vez que nos entregábamos, la agonía entera de saberla mía.

El mundo podía hacer implosión allí afuera, el Copacabana podía ser un monstruo despierto por el grito de miles de fans esperando por nosotros, Río podía ser la ciudad de las luces, del baile y los placeres, pero mí placer… con el cual no podría vivir, estaba allí mismo en esa habitación, justo encima de mí, con mis jugos calientes inundando su interior y marcada… siempre mía.

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Ok, perdón por la hora de actualización, no fue mi culpa, hubo mucho viento aquí y cortaron internet pero en cuanto volvió me apuré a subirlo, lo siento, besotes!!!

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Para las lectoras de Custodio mío

Adelanto de Custodio mío:

_Ya está hecho Isabella, no hay vuelta atrás, lo lamento… pero debo cuidar de ti, lo prometí el día de nuestra boda y yo no rompo mis votos, no… yo no lo hago. No creo que te quede otra alternativa_

Miré a ese hombre frente a mí, cuya mirada satisfecha y al mismo tiempo dolida, se cernía sobre mí y no podía creerlo ¿qué me estaba pidiendo?...

Oh cielos…

_Yo… yo no puedo aceptar eso Benjamin…_ murmuré despacio, las lágrimas comenzaron a picar en mis ojos y no podía creer que aún tuviera lágrimas para derramar, habían sido muchas en las últimas horas… demasiadas. Tragué tratando de pasar el nudo que se había formado en mi garganta y negué con la cabeza, _No puedo… esto es algo mío, mío… y de él, no puedo_

_Claro_ murmuró pensativo mirando el suelo, frunció el ceño levemente y rió suave _¿estás rechazando algo que sabes que necesitas? ¿que ambos necesitan?, Isabella… sé que nunca me amaste, si alguna vez lo hiciste debes honrar eso aceptando lo que te estoy ofreciendo, él se fue… él no puede velar por ti, él te abandonó cuando vió la primera oportunidad y aún así, ¿tú tienes el descaro de decir que lo amas?... ¿en qué mundo vives Isabella?...

En un mundo donde las peores pesadillas se hacían realidad, donde el monstruo cobraba vida del ser menos pensado y el ángel bello se convertía en monstruo… oh Edward… ¿por qué?

Tragué saliva, aún sentía la bilis en la garganta, una lágrima cayó por mi mejilla y era el ápice que faltaba de mí para que él se diera cuenta de que había ganado y una amplia sonrisa de triunfo se dibujó en su rostro.

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Pequeño adelanto... cha chan!