Capitulo 29: Ser fuerte

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 Ser fuerte

En momentos de turbulencia… fortalecerse, ser fuerte.

.........

En esta época del año solo deseaba tener un gran baúl o mejor aún, algún mágico lugar, como la lámpara de un genio y meterme dentro para olvidarme todo. Tapar mis oídos, mis ojos y encerrarme en mi habitación o en mi propia casa, ya no era posible. Por donde mirara, adornos rojos y dorados, el verde del muérdago y ángeles que auguraban paz y amor, cubrían cada pared de la casa. ¿Por qué?... es decir, difícilmente Benjamin creía en la navidad y yo… yo no estaba en paz y mucho menos creía en el amor, era algo que me habían quitado, ¿por qué creer en ello?. Pero no, simplemente a Loise se le antojó adornar la casa como todos los años y aparentar que es esta casa todo iba viento en popa, cuando nada podía estar tan lejos.

Diciembre había llegado muy rápido, el viento frío y seco calaba mis huesos, pero solo en los momentos en que no estaba acurrucada en las cálidas mantas de mi cama, acariciando lánguidamente mi prominente vientre de casi seis meses.

Seis meses…

Cuatro de ellos en los que había estado sumida en mi dolor, silencioso… pero dolor al fin. Cuatro meses en que no había sabido nada de él, del padre de mi niño. Era como si se lo hubiese tragado la tierra, ni siquiera su familia sabía nada en absoluto más que la única llamada que les había hecho unos días después que se fue, ni siquiera su familia sabía de él. Y a grandes rasgos… eso me preocupaba.

¿Había algo más de fondo? ¿Cómo pudo hacerles eso? Dejarme a mí por la válida excusa de que necesitaba algo mejor, que no me amaba y que no quería arriesgar su carrera por mí, bueno, era algo aceptable… pero ¿ellos? ¿qué excusa ponía para alejarse de su familia?

Las salidas de Benjamin eran cada vez más seguidas y prolongadas, si no fuera por el hecho de que cada vez que estaba en casa no paraba de perseguirme y controlarme para saber si estaba bien o necesitaba algo, hubiese pensado que deseaba al fin ignorarme. No, no creía tener tanta suerte… él solo tenía responsabilidades que lo hacían estar lejos de casa aunque no quisiera.

No me importaba, yo por mi parte había encontrado la manera de aprovechar sus ausencias, de hecho… cada vez que volvía a casa era como volver a la cárcel que me traía demasiados recuerdos, algo que no me gustaba para nada, por lo que cuando él se ausentaba, yo también lo hacía.  

Ahora mismo, acostada en mi cama y viendo cómo fuera de la ventana caían pequeños copos de nieve, él estaba en su despacho y yo solo deseaba estar en un lugar… en casa de los Cullen. Ese lugar se había convertido en mi lugar favorito en el mundo, aunque no me perteneciera, aunque no tuviera derecho de estar allí y aunque me hiciera daño… demasiado, era donde mi corazón deseaba estar y al parecer a mi niño también.

Solo los había visitado unas cuatro veces desde aquella vez que había encontrado a Alice y Esme en el centro comercial, luego de unos días de eso, llamé un par de veces a Alice para conversar, pero al colgar el teléfono… simplemente me sentía vacía nuevamente, por lo que probé un fin de semana ir de visita. No fue tan fácil.

Era una tarde fría de diciembre y Benjamin acaba de irse a uno de sus viajes, tomé las llaves de mi Cooper y manejé despacio y temblorosa a la casa de los Cullen, pero al llegar allí lo único que logré fue aparcarme unos minutos frente a la casa y salir de allí luego de caer en la cuenta de que mis lagrimas no iba a dejar de salir de mis ojos, fue duro… a penas vi la casa los recuerdos se agolparon haciéndome llorar con desesperación, tuve que aparcarme en un parque cercano para calmarme y no poner en riesgo a mi hijo.

En el segundo intento fue una semana después, había logrado llegar a la puerta de entrada y golpear, tenía el típico nudo en mi garganta y las lagrimas picando en mis ojos, que cuando Esme abrió la puerta, salieron a raudales, ella fue tan atenta… me sostuvo en su pecho hasta que mi torrente de lágrimas se detuvo y pude entrar sin espantar a nadie.

De allí en más fue cada vez más fácil, había probado el delicioso pastel que Alice había preparado para mí, tomado té junto a Esme y lo más que llegué hasta ahora fue la sala, para tomar chocolate caliente frente a la chimenea mientras Alice, Jassper y Rosse, que al tercer intento me había acompañado, se disponían a armar el gran pino con adornos navideños junto a la chimenea.

Cuando estaba con ellos, solo trataba de observar lo más posible. Era una familia amorosa, de eso no cabía duda. Esme esperaba a Carlisle siempre con una grata sorpresa, si no era su cena favorita, era una taza de chocolate caliente o sino pastelillos de queso que a él tanto le gustaban, él simplemente la abrazaba con fuerza y la sostenía unos minutos con su rostro lleno de felicidad y una especie de alivio por tenerla, luego la apartaba sutilmente y la besaba con ternura… ese hombre y esa mujer sí que se amaban.

Alice destilaba amor, no solo para Jassper que lo veía con adoración, sino para cada miembro de su familia, hasta conmigo. A ella le sobraba amor para dar y lo demostraba de diferentes y originales maneras, la mayoría de las veces con obsequios. Ella mimaba mi panza, ella decía que iba a ser niña, lo aseguraba… según ella poseía virtudes de pitonisa, lo cual me hizo reír al principio, pero más tarde cuando ella dio en el clavo prediciendo que nevaría por la noche… me puse a pensar en lo que sería una niña en mi vida.

Ellos eran la familia amorosa de la que todo el mundo quisiera ser parte… ¿por qué Edward los había rechazado? ¿por qué Edward parecía no ser como ellos?

Una tarde, reuniendo todas mis fuerzas de donde no tenía, le pregunté a Alice ¿Qué pensaba que Edward no se hubiera puesto en contacto con ellos? Traté de que la pregunta sonara desinteresada y sin segundas intenciones, pero Alice me miró con suspicacia y me sonrojé, entonces luego de guardar unos diseños que me había estado mostrando, me tomó de las manos y me miró a los ojos,

_Edward siempre fue demasiado independiente, él siempre se mantuvo en contacto cuando era estrictamente necesario, si algo llegara a suceder… algo malo, lo sabríamos en seguida, de su boca y directamente de él. Pero no sucederá… por eso no ha llamado, eso quiere decir que él está bien_

Asentí y me rehusé a preguntar nada más que estuviera íntimamente relacionado con él.

Él estaba bien… y con eso me conformaba.

Mi cuarta visita fue hacía solo unos días, fui con Rose y Emmett, que quería conocer a la familia también. Al llegar nos recibió una Alice exaltada y fuera de sí, había aprobado sus exámenes pendientes. Ella llevó a Emmett y Rose a la sala y les presentó a Jassper que estaba en la ardua tarea de contener a una eufórica Alice, luego de unos segundos de hacer las presentaciones, Alice vino a mí y me tomó de la mano para llevarme por el pasillo hasta una puerta de la que salía una hermosa melodía, me resultaba familiar.

_Es la habitación de mamá, ella me pidió que te trajera cuando llegaras, está descansado y… haciendo unas cosas, entra_

Golpeé y luego de una suave voz indicándome que pasara, abrí la puerta algo cohibida. Era la primera vez que estaba en la habitación de Esme, de hecho era la primera vez que visita la habitación de uno de los Cullen… secretamente me gustaría conocer una especial, pero no sabía si iba a tener las suficientes fuerzas.

Ella estaba sentada en un pequeño sofá blanco y mullido, de cara a la ventana que dejaba iluminar el cuarto, me indicó que pasara con los dedos y lo hice. Era todo blanco, luminoso y fragante, la suave música sonaba de un rincón gracias a un viejo tocador de discos y al otro lado la cama a dosel vestida de sabanas blancas y mantas tejidas a mano en color marfil, dominaba la habitación.

_Siéntate_ dijo palmeando un sofá junto a ella. Me acerqué y me senté a su lado luego de dejar un beso en su frente, ella me sonrió cálidamente como la madre que era… siempre tan dulce y entregada.

_Traje a Emmett, el novio de Rose, si no te molesta… quería conocer a su familia y saber de primera mano por qué su mujer desea pasar tanto tiempo aquí y no en su departamento_ reí.

Ella rió negando con la cabeza y dejó a un lado lo que estaba haciendo, al parecer era una prenda tejida.

_Es un placer que haya venido, la ultima vez le dije a Rose que si no lo traía para conocerlo, la mandaría a traerlo a penas la viera en la puerta de la casa sola._

Reímos juntas. El silencio apacible que se hizo presente luego me dio un instante para reflexionar, Edward me había dejado esto… de no tener nada, solo una amiga, tenía una familia. Una madre, que a pesar de no ser sanguínea, el amor que le tenía podía reemplazar eso, hermanas y hermanos, a quienes quería como si ese lazo existiera, un hijo…

_Te quería dar algo Bella_ murmuró Esme sacándome de mis cavilaciones _perdóname por llamarte así… Rose me dijo que te gustaba más y que era menos formal_

Oh cielos Rose…

Sonreí asintiendo y oculté la verdad de mi apodo y porqué era tan doloroso escucharlo.

_Toma, esto es para el bebé_ susurró dejando un pequeño paquete blanco con un lazo de raso rosado en mis piernas _es algo que hice con mucho amor Bella…_

Alcé la mirada del paquete y la fijé en sus ojos color almendras, ella pestañó y una pequeña lágrima se deslizó por la comisura de su ojo, pero ella sonreía…

_Ábrelo…_ me insistió señalando el paquete. Alcé mis manos y luego de un momento de vacilación tomé las puntas de la cinta de raso formando un moño y las desaté, tomé el tope de la caja y la saqué, dentro un papel blanco y fino protegía el obsequio por lo que cuando lo aparté vi el contenido.

Suspiré mordiéndome el labio, una emoción inexplicable me había embargado amenazando con derrumbar todo mi esfuerzo por parecer la mujer más fuerte, no era nada… nada. Mi cuerpo tembló y mis ojos se nublaron, mi respiración salió disparada y resignada… la primera lágrima, la primera de muchas cayó sobre ese pequeño par de botitas de lana color blanco, que esperaban en el fondo de la caja para que los alce y los posara sobre mi vientre.

_Es solo un pequeño detalle_ trató de minimizar Esme _le pondremos color cuando sepamos lo que es, si niña o niño…_ acercó su mano para sacarlos de la caja y extendí mi mano para que los pusiera allí. Ella llevó su mano luego a mi vientre y lo acarició con ternura,

_Bella… si supieras la felicidad que un hijo trae, mirarás las estrellas en sus ojos, estrellas más grandes que el sol y querrás nunca más apartarte de él o ella, porque solo en sus ojos encontrarás felicidad_  ella sonrió mientras mis ojos observaban ese par de botitas blancas en mi mano, tan pequeñas… _lo amaras, yo ya lo hago… será hermoso como tú o como su padre_ alcé la mirada para encontrarme con la suya llena de lágrimas _ y te amará como lo hace él, lo amarás como lo amas a él, lo sé_

Oh dios…

_Esme_ sollocé _ yo-

_Lo sé mi niña, no expliques nada, no me importa… solo sé que mi hijo fue feliz mientras estuvo contigo._ negué con la cabeza y mis lagrimas se soltaron de mis pestañas que la contenían, sentí una suave caricia en mi mano, aquella que se cernía sobre mi vientre en forma protectora _lo supe desde que no podía dejar de hablar de ti, como si llenaras su vida, su corazón… lo supe cada vez que venía luego de dejarte como si un trozo de él se quedara contigo, un trozo de su corazón. Desde que oía una y otra vez tu interpretación en chelo, hasta quedarse dormido…_

Alcé la mirada con sorpresa… ¿qué me estaba diciendo ella? ¿Qué significaba todo eso?

_Solo sé que si se alejó fue por algo importante, no porque no te haya amado, conozco a mi hijo Bella… él te amó, aún lo hace donde sea que esté_

Oh cielos, esto me estaba destruyendo…

Negué con la cabeza mientras guardaba los zapatitos en la pequeña caja, no iba a permitir que Esme me ilusionara o me dijera mentiras, ni porque sea su hijo tenía el derecho a hacerlo.

_Esme, él me dejó bien en claro sus sentimientos por mí y no era precisamente eso que tú aseguras… él no sabe esto_ murmuré acariciando mi vientre _no quiero que lo sepa, no será un motivo para hacerlo cumplir sin que esté interesado en hacerlo… no quiero eso_

_No se lo diría de todas formas_ dijo tomando una de mis manos _no soy quién para hacerlo Bella, solo quería que te quede claro que ese niño que llevas contigo fue hecho con amor, de ambas partes… eso te lo puedo asegurar como que me llamo Esme Cullen_ dijo enfáticamente.

Solo me limité a suspirar aturdida, aunque sus palabras no tenían valor para mí.

……..

Después de esa charla, nunca más nombró a Edward. Esme sabía muy bien que me lastimaba, al igual que sabía todo lo nuestro… ¿cómo?, no lo sabía. Solo podía suponer que Edward le había contado algo, no sé qué cosas, pero que Esme y su dulce corazón lo habían interpretado como amor.

No todos tenemos tu suerte Esme…

Sentí unos golpes en la puerta de mi dormitorio y saqué las cobijas de encima de mi cabeza para musitar un “Adelante”. Me incorporé en mi cama y recosté la cabeza en la cabecera de mi cama mientras veía cómo Benjamin entraba por la puerta, traía una flor blanca en su mano y media sonrisa que me aturdió, vestía de frac, muy elegante e iba bien peinado, aún así lucía como lo había hecho los últimos meses, delgado, pálido, había perdido parte de su cabello, por lo que se lo había cortado al raz, sus ojos parecían sin vida y unas tenues ojeras debajo de ellos le daba un aspecto de no estar gozando de buena salud,

_ Isabella_ murmuró acercándose y dejando la flor blanca en mí mesa de noche _sé que es inesperado, pero fuimos invitados a una cena en la Ballon Club, es una cena formal e irán los socios mayoritarios de las compañías más importantes de Seattle, yo… había rechazado la invitación, ya sabes, para estar aquí contigo, no sabía si ibas a tener ganas o ánimos suficientes para asistir. Si lo deseas me quedo, ¿te sientes mal?_ dijo fijándose bien en mí desde que había llegado a mi habitación.

Él estaba en lo cierto, la época navideña no era mi mejor época, la mayoría de las veces estaba fuera de casa, si no en los Cullen, en casa de Rose, pero solo cuando Benjamin se encontraba ausente, cuando él estaba… mi habitación era mi lugar favorito en el mundo.

_No, estoy bien. Ve. Yo cenaré algo liviano y luego me acostaré_ dije cerrando los ojos y recostando mi cabeza en la cabecera.

_Es Noche Buena Isabella, ¿no quieres que llame a Rosalie para que te haga compañía?_

Negué con la cabeza, mi amiga seguramente estaba asistiendo a esos grandes bailes gala junto a Emmett, no podía interrumpir su velada.

_Estaré bien Benjamin, solo ve y discúlpame con las mujeres_ acaricié mi vientre, mi hijo se estaba moviendo, lo hacía mucho últimamente _estoy cansada y ya peso demasiado, no estaré cómoda en tacones y en un vestido de gala_

_Bien_ murmuró él antes de hacer algo que en mi vida pensé que haría, alzó su mano y la posó en mi vientre, la mía que acariciaba a mi bebé, se paralizó. Él sintió por un momento hasta que mi niño, como si supiera, dio una pequeña patadita, miré a Benjamin y su rostro pareció iluminarse, una sonrisa se asomó en sus comisuras, nunca lo había visto sonreír tan genuinamente.

_Wau_ murmuró tal vez quedándose sin palabras. Su pulgar, que estaba cerca de mi ombligo, comenzó a moverse a modo de caricia y frunció el ceño mirando más allá de mi vientre, como si tuviera la mirada perdida. _lamento todo lo que sucedió Isabella… sé que fue doloroso para ti, me hubiera gustado evitar tu dolor_ dijo simplemente.

Luego como si hubiese vuelto a la realidad, miró a mi vientre una vez más y sonrió, separó su mano y se levantó de la cama,

_Mañana pasara Santa por esta casa, estoy seguro_ dijo antes de dirigirse hacia la puerta y salir, dejándome a mí totalmente aturdida.

Luego de unos minutos en los que repasé una y otra vez el rostro perdido de mi marido mientras su mano acariciaba mi bebé, me levanté de la cama y caminé hacia la ventana. Afuera nevaba profusamente. Iba a ser una navidad blanca, por lo que más allá de mi malestar y mi aversión por las navidades, me senté en mi mecedora y contemplé la nieve cayendo suavemente.

Me estaba quedando dormida cuando unos golpes en la puerta me despertaron, al abrir mis ojos solo vi una cabellera rubia delante de mis ojos y la indistinguible voz de mi amiga furiosa.

_¡¿Cómo se te ocurre pasar noche buena sola encerrada en tu habitación?! ¿Estás loca o qué? Pensé que saldrías con Benjamin o estarías con él, pero… oh mierda Bella! Tú si que eres obstinada mujer!... Te vestirás, te arreglaras hermosa como siempre y te peinarás, te pondrás algo delicioso y saldremos, Emmett y yo vamos a un lugar que estoy segura que te gustará ir… así que mueve ese culo gordo de allí y a vestirse!_

Oh cielos…

Rosalie salió disparada hacia mi vestidor y comenzó a buscar algún vestido que me entrara supongo y yo me levanté de mi mecedora y me metí en el baño.

En media hora ya estaba preparada, Rosalie había logrado encontrar un vestido azul noche que se ajustaba a mis curvas, ya que la tela caía suelta por debajo de mi busto hacia el suelo, recordé haberlo usado alguna vez para una presentación en algún baile de caridad. Me quedaba bien ahora que tenía mi redondeada panza de casi seis meses.

Rose me peinó con un peinado alto dejando algunas de mis ondas naturales cayendo por mis hombros y me colocó unos sarcillos de diamantes que hacía mucho que no usaba.

_¿Dónde vamos Rose?_ dije mientras bajábamos las escaleras, ella me llevaba de un brazo y sonreía con satisfacción,

_A un lugar que se que te gustará, ya verás_ 

_Hey hermosa!_ la voz de Emmett resonó en el salón y alcé la mirada para sonreírle _¿creías que te ibas a ocultar de mi Rose?_

_Hey! Fue mía primero_ le dije haciendo un puchero con mis labios, pisé el último escalón y fui atrapada en unos enormes brazos que me abrazaron suavemente _feliz navidad Emmett_ murmuré sobre su hombro.

_Feliz navidad pequeña_

_¿Cómo sabían que yo estaba sola?_ murmuré separándome de mi amigo, él vestía también de frac y estaba muy elegante.

_Tu marido al parecer tiene lugar en su corazón, si es que lo tiene, para la pena_ dijo él. Rose rió y rodó los ojos como si no lo creyera.

_Él nos dijo que estabas sola, que no había querido ir con él y que si podíamos hacerte compañía_ 

_Oh cielos, le dije que no hiciera eso_ me quejé.

_Pues lo hizo, por suerte…_ murmuró ella frunciendo el seño _¿qué le diste de beber?_

Entre risas salimos de la casa vacía, ya que todos los empleados estaban junto a sus familiares y tenían la noche libre.

Momentos después estábamos en el descapotable de Rosalie rumbo hacia algún lugar que yo desconocía. La poca gente que iba por las calles parecía hacerlo con cierta prisa para llegar a su casa a festejar la Noche Buena, por mi mente pasaron imágenes de mis noches buenas de mi infancia, las pocas veces que las había disfrutado aún estaba mi madre presente.

Como si fueran fotografías veía un obsequio de papel rojo brillante debajo de un árbol, un chocolate caliente sostenido por las manos de mi madre, un hombre vestido de Santa que difícilmente podría ser mi padre, un lazo rosado en mis cabellos y un hermoso vestido para la noche de navidad, cosas que había perdido hacía mucho y que no dejaría por nada del mundo que mi hijo o hija se los pierda. No iba a tener el mismo camino que yo había recorrido, no tendría a su papá verdadero con él, pero… yo nunca le faltaría. Yo nunca lo daría como pago para cubrir una banca rota, yo nunca lo abandonaría en un país extranjero y lo daría a manos de alguien que compró su educación y su vida entera… jamás dejaría que eso suceda.

Acaricié mi vientre confortantemente, haciendo una promesa implícita a mi hijo, protegerlo aunque me costara la vida.

_Bella_ murmuró Rose mientras el auto se detenía en la calle, alcé la mirada a ella  que me miraba desde el espejo retrovisor y me sonrió, le devolví la sonrisa y un segundo después Emmett abría mi puerta y extendía una mano hacia mí. La tomé y al bajar ví una hermosa casa que reconocía y que tenía el techo repleto de pequeñas luces blancas como si fueran luciérnagas,

_¿La casa de los Cullen?_ pregunté estremeciéndome.

Era navidad… era noche de festejos… ¿y si él estaba allí? ¿y si había decidido tener compasión por su madre y había venido a verla por estas fechas festivas?

Oh cielos…

Mi respiración se aceleró y mis pies no quisieron reaccionar, me quedé mirando la casa, las ventanas y todo aquello como si pudiera ver su contorno, su mota de cabello cobrizo o algo… solo algo. Mi mano sostuvo mi vientre como si protegiera a mi hijo, no debía llorar, no debía entrar en pánico… pero por más que lo intentara, allí estaba, mi respiración y puso acelerados y mi garganta estrechándose,

_Bella… oh Bella… no_ murmuró Rose frente a mí, bloqueando mi visión. Sus manos sostuvieron mis codos.

_Está allí_ susurré con miedo.

_No, no… no cariño, él no está_ dijo acariciando mi cabello _Esme nos invitó para pasar la noche, él no está aquí… ¿crees que yo lo permitiría? No, pequeña… él no está_

Entonces no podía decidirme si respirar de alivio o desilusión.

Luego de calmarme con mi mano en la de Rose y Emmett esperando pacientemente junto a ella, me dejé llevar a la entrada de la casa de los Cullen.

Carlisle nos abrió la puerta,

_Oh bienvenidos!..._ dijo mientras nos señalaba el interior de la casa, Rose entró primero y saludó a Carlisle con un abrazo y le entregó una botella que al parecer era un fino champagne, luego pasé yo y me lamenté el no haber llevado nada,

_Isabella… muchas gracias por venir, Esme estará feliz de verte_ dijo brindándome un abrazo fraternal. Murmuré un “Gracias” y caminé dentro de la casa, me quité mi abrigo cuando Alice vino a abrazarme,

_Pensé que no ibas a venir, Rose dijo que tú y tu esposo festejan aparte_ asentí casi avergonzada,

_Este año no quise salir con él, por lo que Rose invadió mi casa y me arrastro hasta aquí_ dije riendo, Alice me tomó de la mano y me llevó hasta la sala, Esme estaba acomodando algunos regalos debajo del árbol.

_Oh cielos Bella!... viniste_ dijo ella soltando algunos que sostenía en la mano y viniendo a abrazarme _querida… que bueno tenerte aquí, al fin la familia toda reunida… casi_ dijo tristemente. Se separó de mí y limpió una lágrima que caía por su mejilla. _¿cómo está este pequeño?_ acarició mi vientre dulcemente.

_Hoy está excitado al parecer… se mueve mucho y patea_

_Oh…_ puso una de sus manos en mi vientre esperando, pero mi hijo se rehusó a mostrarse. Alguien me tapó los ojos por detrás y por un momento mi corazón dio un salto, pero al oír la risa de Esme me di vuelta bajando las manos que bloqueaban mi visión,

_Jass…_ dije encontrándome sus cálidos ojos azules,

_Bella… Alice estaba super ansiosa, gracias por venir_ murmuró sonriente. Nos estrechamos en un abrazo, con mi hijo en medio y luego se separó entre risas mirando mi vientre _Carlisle está luchando con el pavo, iré a darle una mano, reza para que no se nos seque_ me guiñó un ojo y caminó hacia la cocina.

El ambiente navideño subió mis ánimos. Era la primera vez desde hace cuatro meses que sentía paz y algo de felicidad, solo algo… porque al igual que cada Cullen de esta familia, la felicidad no era completa si faltaba uno de sus miembros.

Me senté junto a Esme y Rose en los sofás junto a la chimenea, habían allí botas navideñas colgadas y me sorprendí al ver mi nombre entre ellas. Era increíble para mí que mis amigos y casi más mi familia me tuvieran presente… y cada vez más increíble que Edward no lo hiciera. Por dios!... él era hijo de esta mujer y este hombre extremadamente gentiles y buenos, si alguna vez signifiqué algo para él, al menos una aventura entretenida… no podía creer su desprecio.

_El doctor, es decir, mi marido, me dijo que puedo tomar un poco de ponche_ dijo Esme alzando una copita con algo blanco dentro _Bella tú no puedes, pero tenemos champagne sin alcohol por allí y Rose siéntete en tu casa para tomar lo que desees_

Rose rió y fue en busca de una copa pero se quedó en el comedor para ayudar a Alice a colocar la mesa, las servilletas, los vasos y platos, Emmett descorchaba las botellas y Carlisle sacaba algo del horno con la ayuda de Jassper. Esme reía junto a mí ante la imagen que teníamos ante los ojos.

Entonces sentí una pequeña patada en mi vientre, llevé mi mano automáticamente donde lo había sentido y Esme me vio, colocó su mano en el mismo lugar y una nueva patadita nos sorprendió.

_Oh mi dios… que emoción_ susurró ella con sus ojos brillantes fijos en mi panza _es maravilloso Bella_

Sonreí al borde de las lágrimas y asentí… mi hijo era maravilloso.

……

Carlisle nos llamó al comedor para cenar, el pavo estaba a punto y las ensaladas estaban servidas, el champagne en su lugar y hasta había una botella de la misma bebida sin alcohol frente a mi sitio. El vino de una buena cosecha servido en sus respectivas copas por Emmett y todos sentándose en su lugar para agradecer por la cena de esa noche, algo que nunca hice y no solía hacer.

Rose como yo, estaba maravillada por esta noche en familia. Ella no veía mucho a los suyos, su madre y padre viajaban por el mundo y residían en Florida, Miami, por lo que el contacto con ellos era casi inexistente. Jassper nos contó que su madre había muerto hacía unos años y su padre residía con otra mujer en New York, por lo que también solía pasar estas fechas solo o con amigos, este año junto al amor de su vida, Alice, que lo miraba con adoración.

Solo me preguntaba… ¿cómo la estaría pasando Edward, si no estaba aquí con su familia? ¿a caso en compañía de alguien más?... oh cielos, no podía si quiera pensar en ello.

Carlisle cortó el pavo a la perfección, claro que con la ayuda de un cuchillo eléctrico y Alice de asistente, la mano del doctor era precisa y firme, sin vacilaciones. Alice servía las lonjas en los platos y Esme ayudaba con las ensaladas. Elegí para mí la ensalada primavera, hecha con manzanas picadas, pollo, arroz, jamón, aceitunas y queso… delicioso. El postre fue helados caseros y pastel hecho por Alice, comí de ambos.

Más tarde, luego de un brindis por la noche en el que nos deseamos entre todos felicidad y paz… algo que me hacía falta, Alice nos llevó a la sala junto a la chimenea, me senté junto a Esme y Rose de cada lado, Alice comenzó a sacar regalos debajo del árbol mientras Carlisle, Emmett y Jassper se acomodaban en los sofás.

_Bien!... como mañana no van a estar ni Rose, ni Emm, ni Bella… a repartir los obsequios!_ dijo Alice mientras miraba una pequeña caja envuelta, me sorprendí que me hubiese tenido en cuanta también para los presentes y me prometí a mí misma ir de compras en cuanto pudiera para obsequiarles algo a cambio.

_Rose!_ dijo mientras se acercaba a mi lado y le entregaba el paquete a mi amiga, que no paraba de sonreír,

_Gracias Al_ murmuró ella, abrió su obsequio y descubrió un hermoso marco para retratos enfundado en cuero y algo minimalista, al estilo de Rose, enmarcado en él había una hermosa fotografía de Emmett y Rose,

_Oh mi dios! Al, me encanta… Emm, nuestra primera foto juntos amor_ dijo guiñándole un ojo a su novio mientras le mostraba el retrato, él le guiñó de vuelta.

Alice sacó otro presente debajo del árbol, de hecho sacó dos…

_Bella!... este es para el bebé y este es para tí_

Abrí la boca sorprendida, no me esperaba dos obsequios, tuve que retener las lágrimas respirando profundo y pude entonces recibir mis regalos,

_Gracias Alice, Esme… Carlisle_ murmuré mirando a cada uno de ellos, Esme simplemente me acarició la mano y Rose abrazó mis hombros, ambas sabiendo lo difícil que era para mí esta navidad.

Abrí el primer obsequio rasgando el papel y sonreí al descubrir qué era, aunque había allí dos regalos

_Oh Alice… gracias, es hermoso_ murmuré sacando de la caja un hermoso colgante de oro con un pequeño dije en el de oro también,

_Es un ángel de la guarda, para tu bebé… será una personita muy amada y muy cuidada también_ dijo caminando hacia mí y abrazándome por los hombros,

_Gracias Alice, lo sé…_ dije tragando el torrente de lagrimas que me hacía quebrar la voz. Luego de besar el ángel y volverlo a guardar en la caja, saqué lo que había en el fondo del paquete, un álbum de fotos infantil. _Gracias Alice, lo llenaré de fotos, en serio_ dije sonriendo.

_Abre el tuyo y veremos…_ dijo con una sonrisa de suficiencia.

Abrí mi obsequio algo intrigada, era una cámara de fotos, alcé la mirada hacia Alice y me guiñó un ojo.

_ Es una cámara Nikon último modelo, quiero muchas fotos de esa preciosura, yo me encargaré de revelarlas, recibí un cuarto de revelado como regalooo_ canturreó mirando a sus padres _y quiero estrenarlo pronto_

_Felicidades Al!_ dijo Rose, Carlisle miraba  a su hija con mucho amor y Esme sonreía negando con la cabeza.

Luego se dispuso a entregarle los regalos a Jassper, Emmett y Carlisle, su padre recibió una corbata de seda con un par de gemelos, su novio recibió un juego entero de carbonillas de todos colores y lápices de acuarela, al parecer a Jassper le gustaba el dibujo. Emmett recibió una colección original con las temporadas completas de la serie “The X- files” que al parecer era su favorita. Rose miró con mala cara a Alice que alzó los hombros ante el entusiasmo de Emmett,

_Oh nena! Ve preparando las palomitas!_

Todos rieron ante las palabras de Emmett, pero Rose rodó los ojos y murmuró por lo bajo “adiós noches salvajes”, algo que solo Esme y yo escuchamos.

Carlisle se levantó del sofá cuando sonó el teléfono en la cocina, dejando con Esme el obsequio de Alice.

_Bella… iré a tu casa para sacar fotos de esa hermosa panza_ dijo Alice mientras ponía la película dentro de la Nicon y comenzar a disparar a Esme y a mí abrazadas. Asentí entusiasmada y le agradecí nuevamente.

Entonces Esme murmuró un “disculpa” y fue hasta la cocina también, la seguí con la mirada porque parecía sorprendida y tomó el teléfono que Carlisle le ofrecía. Todo el mundo en la sala hizo un silencio repentino cuando ella murmuró “¿Edward?” sobre el auricular del teléfono. De allí en más todo pareció suceder en cámara lenta. Alice soltó la Nicon sobre el sillón y corrió hacia Esme alarmada, se abrazó a ella rodeándola por los hombros y escuchó el auricular, Jassper fue junto a Alice para darle su apoyo también, Rosalie me abrazó por los hombros murmurando algo que no pude escuchar, Emmett frunció el seño y pidió disculpas para salir fuera de la sala con su celular en mano y Carlisle acariciaba tiernamente el brazo de su esposa que lloraba mientras trataba de hablar,

Yo simplemente miraba… miraba y no dejaba de mirar, Esme hablaba con su hijo…

_Lo sé cariño, lo sé… pero te extrañamos tanto… vuelve a casa por favor_ murmuraba al teléfono. Mi corazón retumbaba en mi oído y mis manos comenzaron a sudar, sentía mis mejillas mojadas pero no tenía la suficiente fuerza para arrastrar las lágrimas lejos de allí, simplemente caían y caían.

_Bella, vamos… vamos afuera por un momento_ murmuró Rose a mi lado, pero mi oído estaba atento a lo que estaba diciendo Esme al teléfono,

_Está bien mi amor, pero ten en cuenta que todos te amamos, todos_ Esme me miró mientras decía esas palabras _todos te estamos esperando cuando decidas volver_

No supe qué decía él a su madre, pero Esme asentía sonriendo entre sus lágrimas,

_Oh mi amor, eso es lo único que espero…si crees que es lo mejor para ti y si te hace feliz…_

Entonces no soporté más, me levanté del sofá dejando caer los regalos que tenía en mi regazo y murmuré “baño” antes de salir de allí hacia el pasillo… sentía nauseas, pero era mayor las ganas de derrumbarme a llorar.

Alguien, quizá Alice llamó mi nombre cuando me vió alterada, pero tenía que salir de allí tan rápido como fuera posible. Sostuve mi mano en mi vientre mientras buscaba con la mirada un lugar donde esconderme tal vez por el resto de mi vida y al encontrar una puerta solo entré y cerré detrás de mí.

Me recosté en la puerta cerrada dejando caer finalmente mis lágrimas por mis mejillas…

¿Quién era la que lo hacía feliz?... ¿por qué estaba dispuesto a no volver?... ¿Qué estaba haciendo yo sufriendo por él cuando él ya era feliz?

Oh cielos…

Fue horrible escucharlo, pero más horrible fue imaginarlo… él con alguien más. Él feliz…

Al bajar la mirada sospeché dónde me encontraba, la decoración era en tonos azules, había una gran cama en el centro del cuarto y la pared de enfrente a ésta estaba forrada en cd´s, un pequeño reproductor de música en una esquina y muchos libros sobre un taburete que funcionaba como escritorio, la pequeña luz encendida en la mesa de noche me dejaba ver esa habitación que, al parecer, no había sido utilizada en meses.

Avancé un par de pasos sobre la alfombra en tonos oscuros hacia la gran cama y me senté en ella, repasé con la mirada todo el lugar… estaba casi segura de dónde me encontraba, pero no había ningún indicio que me lo confirmara. Me limpié las lágrimas de los ojos con la orilla de mi vestido y vi a un lado del cuarto, un closet que estaba semi abierto, me paré y fui hasta él, oí un golpe en la puerta pero lo ignoré… esta habitación me traía tanta paz, que no me importaba lo que sucediera afuera, solo quería saber ciertamente dónde estaba y quedarme allí.

Abrí la puerta del closet y entonces lo ví, un traje formal azul oscuro estaba prolijamente colgado de una de las perchas, alcé la mano tentativamente y lo toqué… alcé la manga y lo llevé a mi nariz, él estaba allí, su aroma aún impregnado en las fibras de la tela, su sutil olor masculino con una mezcla de menta fresca y azahar, él estaba allí. Él estaba allí conmigo.

_Bella cariño, vamos_ alguien tomó mis hombros y trató de alejarme de allí pero simplemente me resistí, _no te hace bien esto, ni al bebé… déjalo ir y vamos a casa_

Dificultosamente reconocí la voz de Rosalie.

_¿Dejarlo ir?_ pensé en voz alta soltando la manga de su traje.

_Sí, déjalo ir por dios santo… solo déjalo ir_ murmuró suplicante.

_Él ya lo hizo ¿no?_ quise confirmar,

_Desde el momento que se fue sí, ya lo hizo… haz lo mismo, por ti y tu bebé_ murmuró alejándome de allí, no quería dejarlo ir, hacerlo sería como negar que existió, cuando la prueba que él había estado en mi vida era mi hijo mismo, que existía gracias a él. Pero él ya era feliz… yo debía tratar lo mismo con lo que me había quedado.

_Dejarlo ir… esto era lo que necesitaba para hacerlo Rose, un último adiós_ susurré llegando a la puerta de su habitación. Abarqué todo el cuarto con mi mirada para tratar de retenerlo en mi memoria, en mi corazón y salí de allí… con la promesa implícita de dejarlo ír.

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Hey amores!!! Capitulo navideño, pero no tan feliz!... bueno... Bella con una panza de seis meses ya... prometo que pronto se terminará el dramatismo, pero no precisamente porque Edward regresa, creo que las mujeres debemos aprender a levantarnos solas a pesar de amar tan terriblemente a un hombre... Bella tiene con qué, tiene un hijo por nacer y una nueva familia que la apoya... veremos lo que sucede. 

En cuanto a esta semana, bueno... trataré de publicar el capi del miércoles, Cuando tu corazón deje de latir y el jueves habra Robsten pero también un regalito de navidad, sorpresa!!! ya verán... y el viernes y sábado no habrá publicaciones, respetando los días navideños, el domingo quizá nos volveremos a ver o sino el Lunes. 

bueno sin más, las amoooo... y nos vemos el miercoles!!! ah! para el concurso de lemmons, las que quieran enviarme sus lemmons y entrar en el concurso, es hasta mañana y los envían a esta dirección: kar_ina81@hotmail.com... besotes!!