Capitulo 47: Vigilia

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 Vigilia

Podía escucharla detrás de mí, aunque mi mente estaba en mi presa que tenía frente a mis ojos, entregándose a la muerte para darme vida, mi corazón estaba con ella. 

Habíamos estado cazando desde que dejamos la caza, Jacob se había llevado a Renesmee lejos de nosotros y Bella y yo nos detuvimos a saciar nuestra sed. Un solo pensamiento ocupaba mi mente… ¿qué sucedía si a pesar de nuestros esfuerzos y nuestras ansias de defendernos de las manos de los Vulturis, ellos igualmente lograban separarnos para hacer suyos nuestros dones?... por supuesto eso era mejor que morir, al menos estaríamos vivos para luchar por nuestra libertad y estaríamos juntos, pero estaríamos bajo el mando de ellos que a veces hasta me hacía parecer más atractiva la muerte. ¿Pero y los demás?... nosotros viviríamos, los que fuéramos útiles, pero el resto de mi familia moriría por defendernos… ¿qué estaba haciendo? ¿Estaba haciendo bien?.

Sacudí sutilmente la cabeza para concentrarme en el sabor del alce que moría en mis manos, que al menos su muerte significara algo para mí, pero una vez más mi mente y toda mi atención estaban en la mujer que amaba. Ella estaba en silencio… un silencio inquietante que me llamaba a mil voces.

Solté el animal de mis manos y corrí junto a ella, que miraba fijamente los copos de nieve que caían alrededor, su animal aún estaba agonizando pero ella no sorbía de él… ¿escuchó acaso algo que yo no había percibido?

_¿Que ocurre?_ murmuré en voz baja escaneando el bosque detrás de ella,

_Renesmee_ dijo con voz casi entrecortada, su pavorosa cara de preocupación me aturdió y reprimí el impulso de alzarme en mis pies y correr hacia mi hija para ver cómo estaba, aunque no era necesario… podía escuchar sus pensamientos del otro lado del claro, ella estaba  junto a Jacob…

_Está entre esos árboles_ aseguré _Puedo oír sus pensamientos y los de Jacob. Está bien_

_No es eso a lo que me refiero_ dijo ella alzando la mirada, sus ojos gritaban su desesperación _Estaba pensando en mi escudo ¿tu realmente crees que vale algo, que puede ser de ayuda?. Sé que los demás esperan que pueda proteger a Zafrina y a Benjamín, incluso si puedo mantenerlo algunos segundos. ¿Qué pasa si me equivoco? ¿Qué pasa si tu confianza en mí es la razón por la que fallamos?_

Oh mi amor…

El control de su voz era preciso, como si solo quisiera mantener esta conversación solo para nosotros.

_Bella ¿Qué te hizo pensar en eso?_ pregunté alzando mi mano para acariciar su mejilla _Claro, es grandioso que puedas protegerte a ti misma, pero no eres responsable en salvar a nadie más. No te estreses innecesariamente_

Ella me miró con ojos urgentes y su labio tembló imperceptiblemente, lo que hubiera estado pensando rayaba la histeria, su reacción lo decía,

_Pero ¿Qué pasa si no puedo proteger nada?_ susurró con su voz cargada de frustración _Lo que hago está lleno de errores! No tiene ni ritmo ni razón. Quizás no pueda hacer nada en contra de Alec_

_Shh…_ musité tratando de que no perdiera el control _No te alteres. Y no te preocupes de Alec. Lo que él hace no es diferente a Jane o Zafrina. Es solo una ilusión, no puede entrar más allá de tu mente de lo que yo puedo_

Pero para ella eso no era nada…

_ Pero Renesmee lo hace!_ susurró frenéticamente entre dientes _parecía tan natural que nunca lo cuestioné. Es parte de lo que ella es. Pero ella introduce sus pensamientos en mi mente, igual a como lo hace con el resto de las personas. Mi escudo tiene huecos, Edward!_

Preocupada por eso… Eleazar mismo se dio cuenta en cuanto vió que la niña podía filtrarse en el escudo de mi esposa, pero ella… debía haber estado sumida en preocupaciones más profundas para no haberlo visto hasta ahora.

_Pensaste en esto hace ya tiempo, ¿verdad?_ murmuró algo resignada, me sentí un idiota por no habérselo dicho en su momento,

_Desde el momento en el que te toco por primera vez_ admití dejando escapar una media sonrisa.

_Y esto no te molesta? ¿No le encuentras como un problema?_ sus ojos escanearon los míos como si pudiera ver allí algo,

_Tengo dos teorías, una más agradable que la otra_ comencé a explicar. Lo cierto que había pensado mucho sobre este tema, era tema de discusión casi diario con Carlisle desde que Nessie había nacido, solo basado en conjeturas y vanas teorías, algo que fui reforzando cada vez más mientras veía a mi niña crecer.

Le conté a mi esposa cómo se habían dado tales teorías, una buena y otra no tan buena, que ponía en riesgo más de lo que podíamos perder, pero… por supuesto me arriesgaba a creer en la buena teoría. Una en que mi hija hacía exactamente lo opuesto a lo que Bella podía hacer, mostrar sus pensamientos a voluntad, solo que Bella no había logrado hacer esto si es que había alguna posibilidad que eso fuera posible.

_ Entonces me estaba preguntando, quizás ella tomo tu talento y lo invirtió también_ expliqué ante su incrédula mirada, _ Tu mantienes a todos afuera_

_ Entonces ¿nadie la mantiene afuera a ella?_ finalizó comprendiendo.

_Esa es mi teoría._ murmuré complaciente _ Y si ella puede entrar a tu cabeza, dudo que haya otro escudo que la pueda mantener afuera, eso ayuda, por lo que hemos visto, nadie duda de sus pensamientos en el momento en el que ella se los muestra. Y creo que nadie puede evitar que se los muestre, si ella se acerca lo suficiente. SI Aro le permite explicarse…_

En ese momento me detuve al verla encogerse ante la mención del hombre que venía con la intención de quitarnos nuestra familia.

_Bueno_ dije acariciando sus hombros _Al menos no hay nada que detenga que vea la verdad_

_¿Pero es la verdad lo suficiente como para detenerlo?_ preguntó ella temerosa de lo que pudiera responder, ella ya lo sabía…

_Mi amor, no sabemos cuáles son sus reales intenciones, no lo sabré hasta que lo tenga frente a mí. Solo puedo decirte algo y es que… ellos también tienen qué perder si no hacen honor a la verdad, hay muchos testigos…_

Ninguno de los dos quedamos satisfechos con esa respuesta… solo nos quedaba poner fe en ella.

……..

Ella estaba hermosa… ¿otra vez?... por supuesto, ella siempre estaba hermosa, pero… ¿otra vez hacía más esfuerzos de lo común para resaltar esa belleza?

Traté de no preocuparme más de lo normal como la última vez, una última vez que había dejado escapar mi monstruo interior y que no tenía pensado hacer de nuevo, a pesar de que las conclusiones de esa noche habían sido las mejores… no iba a permitirme nuevamente tratar a mi esposa como lo había hecho, como un objeto, como una posesión invaluable, lo era… pero mi monstruo no lo iba a confirmar.

Maldición!, era tan difícil luchar con eso.

Estaba en nuestra habitación con Renesmee jugando en mi regazo, armábamos y desarmábamos un rompecabezas de mil piezas, retándonos a quién lo lograba armar primero en el menor tiempo… por supuesto podía ganar, pero le dejaba los privilegios a mi niña.

Por el rabillo del ojo veía a Bella en el vestidor, eligiendo el atuendo adecuado, colocándose zarcillos en las orejas cuando nunca lo había hecho… poniéndose tacones, un maldito par de tacones.

_Papi, te gané!_ murmuró mi hija por tercera vez en la tarde. Sonreí suavemente y coloqué un beso en el tope de su cabecita, mi mente estaba definitivamente esparcida… ni siquiera me había dado cuenta cuando Nessie había comenzado a armar el rompecabezas.

Alcé la mirada nuevamente y la vi salir del vestidor, tragué en seco y bajé la mirada hacia lo que estaba haciendo mi hija para no poner en evidencia las miles de preguntas que pugnaban por salir de mi boca.

Diablos! Ella era mi esposa… ella era mi mujer, pero era libre. Sabía que debía controlar mis bajos instintos, era algo primordial en un matrimonio, seamos vampiros o no y debía por sobre todas las cosas… confiar en ella.

Confiar…

Aunque llevara esa hermosa blusa y falda color rosa suave pegada al cuerpo, aunque se hubiera maquillado, levemente, pero lo había hecho, aunque usara tacones y había peinado su cabello tan delicadamente… no era la Bella que me seducía, era la Bella que se alejaba de mí… pero debía confiar.

Debía confiar en que si era algo que ella considerara que no debía saber, pues por algo era… y tenía que tener fe y aferrarme a eso como si fuera el último poste en medio de la tempestad.

Confiar.

Tomó un abrigo de hilo color marfil y ya no pude retener mi lengua entre mis dientes,

_¿Vas a salir?_ pregunté en mi mejor tono despreocupado. Ella alzó su mirada mientras sacaba las llaves del Volvo de su bolso y luego de un segundo de mirarme fijamente desvió la mirada hacia mi hija. Tuve que forzar mi rostro para no dejar ver mi ira, para no dejar ver mi frustración… tuve que pegar a mi hija más a mi cuerpo con mis manos, si no lo hacía… saltaría de la cama y dejaría de ser un caballero.

_Sí, unas cuantas cosas de último momento_ hizo un gesto con la mano restándole importancia.

Bien…

Calma…

Le di mi mejor sonrisa y asentí,

_ Apresúrate a volver a mí_ murmuré recordándole a lado de quién debía estar, ella sonrió…

_Siempre_

La oí alejarse de la casa, fuera de mí. Tomé una… dos respiraciones profundas como si las necesitara y comencé a especular, a pensar, a fijarme en los detalles antes de abalanzarme a lo peor como lo había hecho la última vez.

Sabía que me estaba ocultando algo, eso era para mí tan obvio como decir que sale el sol todas las mañanas, pero ¿por qué?... ¿o qué?

¿Debería estar dándole tantas vueltas al asunto? ¿Debería preocuparme tanto? Tal vez solo era algo que ella esperaba dejar fuera de mi mente… algo que se supone que yo no debía saber.

Pero era tan difícil…

Maldita sea si ella era libre! Hasta Esme iba de vez en cuando sola a la ciudad a tratar con extraños por sus diseños y otros materiales, ¿por qué me preocupaba tanto?... es decir, ¿por qué lo tomaba como una traición? Simplemente porque era algo que ella no estaba dispuesta a compartir conmigo… solo por eso.

_¿Vamos a casa de la abuelita? Garret me dijo que me enseñaría a jugar scrabel_ murmuró mi niña cuando vio que yo había perdido el interés en el juego, sonreí ante la imagen del vampiro jugando con mi hija y asentí levemente  para luego tomarla entre mis brazos y llevarla a casa de los Cullen.

Eran poco, muy pocos los momentos que podíamos pasar a solas con Bella y la niña, por lo que ese día habíamos estado parte del día en nuestra cabaña entreteniendo a Nessie.

Los pensamientos de Jacob me aturdieron cuando salí de la cabaña, él había estado dando vueltas por el bosque respetando nuestra necesidad de intimidad, pero llegaba el momento en el día en que era evidente su necesidad por Renesmee.

“Carlisle quiere verte… están haciendo los últimos preparativos” pensó tomando carrera a mi lado en su forma de lobo.

_Bien… tendrás que tener paciencia con Garret, quiere enseñarle scrabel a Nessie._ advertí. Era sabido para todos la aversión a los vampiros por Jacob en particular, que estaba obligado a pasar el día entero, sin decir la vida entera, olisqueando nuestros hedores…

El gruñó pero se limitó a pensar en un “bueno” algo reticente en su mente.

Cruzamos el río y el vado cuando el sol estaba cayendo por el horizonte, Bella ya estaría en la ciudad, si es que se dirigía a Forks.

El resto de los vampiros estaban dispersos por la casa, algunos habían salido a cazar y los más interesados en la estrategia estaban rodeando a Carlisle en su despacho. Me apresuré a cruzar la entrada y dejar a Nessie en manos de Esme, que estaba sentada junto a Carmen en silencio tal vez oyendo lo que en el piso superior sucedía. Jacob entró después que yo y se sentó junto a las mujeres mientras me disponía a subir las escaleras.

_No, no necesitamos a los lobos delante nuestro, sé que Aro les teme… son años de estar persiguiendo por su propia aversión a los hijos de la luna, no necesitamos gritarle a puras voces que estamos en plan de lucha, eso sería una invitación claramente visible… los licántropos deben ir a los flancos._ dijo la voz que reconocí como la de Eleazar. Hubo un murmullo de acuerdo mientras cruzaba la puerta del despacho de mi padre,

_Es posible que intenten ir por ellos primero, ya que son consientes de la fuerza que ellos tienen, eso nos daría tiempo…_

_¿Tiempo para qué?_ inquirí interviniendo la argumentación de Tanya _ ¿esperaremos a que la guardia entera vaya tras los lobos para qué?... no tenemos que depender de eso, si hay una lucha no pienso dejar que los lobos sean cordero de sacrificio…

_Estoy de acuerdo_ intervino mi padre _ellos están aquí por propia voluntad, sabemos el miedo explicito que Aro le tiene, pero no podemos aprovecharnos de ello para ganar tiempo…_

_No sabemos lo que harán primero, si tratar de juzgar o simplemente venir directo a matar_ murmuré en voz baja _pero supongamos que se sientan cohibidos a hacer lo último por la cantidad de testigos y permitan una explicación al menos... bueno, estoy dispuesto a dársela… sin embargo también estoy dispuesto a tratar de guardar esta conversación para mí y que no caiga en manos de Aro, lo que seguramente deseará ver. Por lo que lo único que pido es que, los testigos que estén dispuesto a que Aro los toque para ver la verdad en sus mentes, lo aseguren ahora… no quiero sorpresas de último minuto como sucedió con Alistair_

En ese momento se escuchó varios “yo” de diferentes puntos de la casa. Garrett por supuesto, Carmen y Zafrina, Benjamin y Senna… los que no respondieron lo hicieron en su mente y aquellos que no pensaban tolerar el toque de Aro solo se quedaron en silencio, como los rumanos.

_Somos familia Carlisle, estaremos en frente a los Vulturis con ustedes, a demás… tienen a Irina, si vienen con ella, me gustaría tener la oportunidad de intervenir para salvar a mi hermana de lo que fuera_

_Ella no será juzgada Tanya, los Vulturis deberían estar agradecidos con ella por lo que hizo_ murmuró Carlisle _los juzgados seremos nosotros_

_Ella te traicionó_ replicó Tanya con vergüenza.

_Ella lo hizo llevada por la ira y el impulso… estoy seguro que ella está arrepentida ahora que sabe las intenciones de los Vulturis_

Tanya miró al suelo y no volvió a pronunciar palabra.

_Bien… la familia adelante entonces, los testigos detrás, los lobos en los flancos_

_Bella y Nessie entre los lobos y los testigos, detrás de la familia…_ murmuré automáticamente.

Si de mí dependiera, las escondería en algún lugar habitable en el fondo de la tierra, pero por más que no lo quisiese, Aro debía verlas, a demás Bella debía estar junto a Benjamin y Zafrina para envolverlos en sus escudos… eso nos daría un tiempo valioso.

_Bien… Zafrina, Benjamin, Senna, Shioban detrás de la familia… si llegamos a una lucha, vamos a necesitarlos_ explicó Carlisle como leyendo mis pensamientos.

Oímos un sí de diferentes partes de la casa.

Por supuesto… los que poseían dones extraordinarios nos servirían de mucha ayuda en caso necesario… tenía la esperanza que no llegáramos a ello.

_¿Y Bella?_ preguntó Kate, en su mente pasaban una y otra vez los avances que mi esposa había hecho con respecto a su escudo, pero no estaba ni cerca de permitir que Bella estuviera delante.

_No!_ casi gruñí _dije que ella junto a Renesmee detrás nuestro… ella se concentrará en Renesmee, Zafrina y Benjamin, no la permitiré cerca de los Vulturis_

_Bien…_ murmuró Emmett visualizando una escena parecida a la que tenía en mi mente en su cabeza _como un tablero de ajedrez!… los peones deben proteger a la reina y al rey… aunque creo que la reina será la que nos protegerá, al fin y al cabo es la que más poder se le atribuye ¿he?_

_Espero que no llegue a suceder eso Emmett…_ repliqué con ansiedad _Bella no tiene experiencia aunque haya tenido bastante práctica_

_No subestimes los dones de tu esposa Edward_ inquirió Kate.

“Ella es capaz de más de lo que lo que tú crees…”

No repliqué. No la subestimaba, claro que no. Solo temía que Bella se autoimpusiera más de lo que podía hacer, ella debía proteger a su hija a nadie más. Confiarse en que podía hacer más de lo que esperaba y que al final de cuentas no resultara, era lo devastador… ella tenía que concentrarse en Renesmee.

El resto de la tarde solo me dispuse a esperar a mi esposa. Renesmee jugaba scrabel con Garret y en ocasiones se les unía Jacob que observaba maravillado el rápido aprendizaje de mi niña.

Yo mantuve mi mente ocupada en varias cosas, la mayoría del tiempo escuchando los pensamientos de los demás, miedos, inseguridades, efervescencia, tensión, ira, calma y hasta intranquilidad. Era como estar caminando en la cornisa, una fina línea dispuesta a romperse en cualquier momento.

Carlisle consultó el pronóstico meteorológico en internet, ya que no estaba Alice para decírnoslo. Habíamos deducido, según lo que yo había visto en la mente de mi hermana antes de que se fuera y lo que decían los pronósticos para el área de Washington, que estaría nevando pronto… tal vez mañana y que solo teníamos un tiempo limitado para instalarnos en el claro y preparar todo para la espera. 

Dos días… eso era lo único que teníamos.

Dos días en los que debía disfrutar al máximo el tiempo con mi pequeña familia, algo en lo que tampoco quería pensar, porque no quería un último día, no quería un adiós o un tiempo de despedida… ya que ella y yo no nos separaríamos, estuviéramos donde estuviéramos destinados a quedarnos, con ellos o donde nos enviara la muerte, tenía la esperanza de ir detrás de ella y quedarme con ella. Me enfrentaría a las garras de la muerte con tal de que eso sucediera…

Si nuestro destino era estar juntos, no iba a permitir que nada ni nadie lo truncara.

La noche cayó rápidamente y miré la hora intranquilo, las nueve de la noche, hacía poco más de tres horas que mi esposa había dejado la casa, por lo que asumí que pronto regresaría… ¿qué podía detenerla tanto?.

No importaba donde estuviera, con el paso de los minutos me resigné a creer que ella volvería a mí y a nuestra hija, ella solo tenía que dejar claras esas cosas pendientes que había dicho que tenía que resolver y volver a mí… solo eso era lo más importante.

¿Volvería con el mismo efluvio impregnado en su piel? ¿podría contenerme a mí mismo a no correr detrás de ese olor para saber a ciencia cierta quién la había tocado? No creía ser capaz, pero debía hacerlo… debía creer en ella.

Respiré profundo y alcé a mi niña de los brazos de Jacob que dormía en el sofá, él se desperezó y se paró a mi lado para acompañarme a la cabaña y mantenerse cerca. Él también estaba inquieto… solo quedaban dos días.

Nos despedimos luego de cruzar el río, yo me dirigí a la cabaña y él seguramente a reunirse con los suyos que aguardaban en los bosques cercanos.

Mi niña dormía… tan plácidamente que podía jurar que su mente inocente no captaba lo que estaba sucediendo, sin embargo yo, mejor que nadie, sabía que ella no tenía más preocupación de lo que pueda pasar al otro día, su Jake en peligro, su mami, su papi… sus abuelos, todos… ella temía pro todos.

La dejé en su cuna reforzada y la cobijé mirándola tiernamente, haciéndole miles de promesas implícitas que tal vez no pudiera cumplir, pero que lo intentaría.

…..

Respiré profundo, por enésima vez esa noche… estaba allí, pero solo decidí ignorarlo.

Ella llegó y lo único que opté por hacer fue desvestirla en la mitad del salón de nuestra casa y hacerle el amor en el sofá, no teníamos tiempo para llegar a la cama. Sí… hice lo posible por dejar mis demonios en lo más profundo de mi propio infierno, pero fallé estrepitosamente.

Oh cielos! Ella me embrujaba, me enroscaba en su propio dedo y me lanzaba a los abismos… ella hacía eso y mucho más conmigo. Ella me provocaba cometer la más negras de las perversidades y yo caía, caía como un pobre infeliz.

_Te amo_ susurré mientras ella me montaba sobre el sofá, ella apartó su cabeza de mi hombro y me miró debajo de sus pestañas, ella simplemente gimió incapaz de contestar mientras subía y bajaba sobre mi eje, ella abrió la boca y cerró fuertemente los ojos… sentía sus paredes estrechando mi miembro, sentía sus jugos derramándose entre nuestros sexos unidos, sentí la aceleración de sus movimientos… _te amo tanto que no soy capaz de dejarte ir otra vez, no me dejes otra vez… ya no mas, no quiero… que te separes de mí de nuevo_ inquirí sintiendo las proximidades de mi propia satisfacción.

Necesitaba que me contestase, necesitaba verla gemir y decir mi nombre, necesitaba las palabras…

Tomé su cintura y la detuve abruptamente, ella jadeó murmurando una maldición, su cabello enmarcando sus pechos y su rostro como una diosa salida de mis fantasías, sus ojos se abrieron y me miraron urgente…

Lo sé bebé, lo necesitas… pero yo necesito tus palabras…

_Dímelo_ gruñí levantando su cintura y empujándola hacia abajo sobre mi pene, ella jadeó y se sostuvo de mis hombros, nuevamente la levanté sobre mi eje y la penetré fuertemente empujándola hacia abajo, ella gimió enterrando sus uñas en mi carne.

_Oh mi amor…_ murmuró arqueando su espalda en busca de más fricción, la detuve con mi mano y solté la otra para mojar mi pulgar con mi lengua y llevarlo a su pezón erizado, ella exhaló un lamento  mirando lo que hacía,

_Dilo…_ inquirí nuevamente empujando mis caderas hacia arriba, ella me miró mordiéndose el labio y sonrió…

Oh cielos era tan jodidamente sensual.

_Bella…  te gusta jugar conmigo ¿he?_ dije llevando mi pulgar de su pezón a mis labios y mojándolo de nuevo, esta vez lo bajé hasta la unión de nuestros cuerpos y mojé su clítoris y comencé a masajearlo _a mí también me gusta jugar bebé… dilo…_

Mi dedo comenzó a hacer círculos casi frenéticamente sobre su hinchado clítoris y ella cerró los ojos tensionando todo su cuerpo, solté su cintura y ella comenzó a montarme casi automáticamente, llevó sus manos hacia atrás y se sostuvo de mis rodillas exponiendo sus pechos y dejándome más lugar entre nuestras caderas.

Verla a ella sobre mí, yo mismo entrando y saliendo de su cuerpo fue suficiente, aceleré los movimientos de mi dedo y moví más y más mis caderas hasta que sus paredes comenzaron a estrecharse una vez más, ella gemía incoherentemente y yo sentía que me acercaba inevitablemente al orgasmo más intenso d los últimos días.

_Ahh Edward… mi amor…_

_Gime para mí Bella…_ mi dedo se movía frenéticamente hasta que ella gritó y su cuerpo entero se disparó hacia el más intenso de los placeres. _Oh sí bebé_ cerré los ojos con un último movimiento de mi cadera sintiendo mi excitación entrar en chorros dentro de ella.

_Ah mi amor! Te amo…_ gimió mientras su cuerpo convulsionaba sobre mí _te amo, te amo… te amo…. Oh cielos… te amo_

Sí…. Eso quería oír…

Jadeé atrayéndola hacia mí y hundí mi nariz en su cabello y sosteniendo su cabeza sobre mí pecho.

_Dios… te amo demasiado_ murmuré jurando que podía sentir mi corazón saltar de mi pecho… ella era algo que sobrepasaba todo mi mundo. _... demasiado…_

…..

Con Carlisle decidimos ir al claro, nuestro objetivo era prepararnos para la pronta llegada de los Vulturis. En cuanto pisé el lugar los recuerdos llegaron a mí, flashes de los Vulturis en el mismo lugar, frente a una hoguera de neófitos quemándose, matando a una niña inocente que había estado allí por culpa de Victoria…

Victoria…

Parecía tan distante y tan inofensivo comparado a lo que estábamos a punto de vivir.

Nos quedamos allí por dos días, Bella siempre a mi lado… estábamos dispuestos a no separarnos, no estaba en nuestras mentes, habíamos hecho una promesa implícita durante la última noche que nuestros cuerpos se unieron.

Hicimos una tienda unos metros dentro del bosque para proteger a Renesmee, allí estaría segura, tanto de las miradas inquisidoras como del clima… allí estarían segura las dos.

Parecía un chiste, pero en la noche en que debíamos estar despidiendo el año comenzó a nevar y esta vez los copos de nieve, más densos, más uniformes, se mantuvieron en el suelo decorando el claro con una alfombra blanca y resplandeciente… había llegado el momento. Continuó nevando hasta la mañana siguiente mientras mi hija y Jacob dormían impasibles, algunos los vampiros ya estábamos dispuestos en las filas delante de ellos, Benjamin mientras tanto levantando muros de piedra a nuestro alrededor, si debíamos utilizar las fuerzas acudiríamos también a la naturaleza.

Durante la mañana todos los que faltaban se aproximaron al claro silenciosamente, distribuyéndose como lo habíamos programado, todos y cada uno expectantes y atentos al bosque que teníamos frente a nuestros ojos.

“Estamos aquí… junto a ustedes” la voz mental de Sam y los suyos llegó hasta mi mente. Se los agradecí silenciosamente. Sabía que ellos estarían al resguardo de lo más importante para mí, Bella y mi niña… no había palabras para agradecerles lo que estaban haciendo, más allá de nuestras diferencias abismales, ellos estaban firmes allí. Jacob dejó a mi niña con Bella dentro de la tienda para unirse a ellos.

Mi mente estaba recorriendo raudamente las imágenes que Alice me había dejado, ese corto y apresurado flash de su mente, esa visión que tanto había rememorado una y otra vez desde su huída… había llegado finalmente el día, pero no aún la hora exacta. Faltaban algunos detalles que mi mente lograba retener, los haces de luz del sol, las nubes detrás de los árboles que tenía frente a mí, la brisa ligera meciendo la punta de las ramas casi imperceptiblemente y de una manera determinada… faltaba eso.

Carlisle estaba a mi lado mirando hacia adelante como todos los demás, esperando una señal, esperando el momento en que a través de los árboles se visualizara el negro de sus túnicas, el rojo de sus ojos… su efluvio tan característico…

Sentí la presencia de Bella detrás de mí y volteé a recibirla, extendí mi mano y vi los detalles que ella tenía y que mi hija vestía… ella sabría por qué, no era momento para preguntar, simplemente sentí una punzada de ira al ver esa gargantilla rodeando su precioso cuello, esa que Aro había enviado para que vistiera… algo que esperaba que nunca sucediera, pero que no estaba en mis manos. Simplemente lo dejé pasar y olvidé todo cuando estuvieron junto a mí, las abracé con fuerza, sintiéndolas y orando silenciosamente aunque no esperaba que alguien me oyera, para que ellas estuvieran bien y las solté momento después exhalando una largo suspiro… ella luego dio unos pasos detrás de mí.

Examiné rápidamente, siempre con los ojos fijos en el bosque delante de mí, las mentes que me circundaban. Todos estaban concentrados, nadie tenía miedo salvo Kate y Tanya, temían por su hermana, pero en general, había una sensación de adrenalina por todo el lugar, los rumanos murmuraban entre ellos “llegó nuestro momento”… “oh sí, llegó….”. Shioban estaba absolutamente concentrada en los que Carlisle le pidió… pensar en un mandato…

“No habrá lucha, llegaremos a un acuerdo mediando a través de la diplomacia… no habrá lucha” repetía una y otra vez este mantra en su cabeza… tenía fe en que fuera suficiente.

Benjamin en cambio murmuraba órdenes y cosas extrañas que él solo llegaba a comprender, a las inmediaciones de la tierra… el aire y el agua, los elementos que estaban en su poder.

Y finalmente los lobos estaban listos, el Alpha un paso más adelante que los demás a nuestros flancos, murmurando pensamientos que se intrincaban en esa red psíquica que compartían. Eran precisos, estaban listos y jugaban sus propias piezas en concordancia con las nuestras.

Entonces las nubes se corrieron, el viento cambió sutilmente haciendo eso posible, el sol de la mañana se dejó ver por el cielo detrás de las nubes … los ases de luz chocaron en la tierra y lo supe… solo teníamos unos segundos más, la imágenes que Alice implantó en mi cabeza era la misma que ahora tenía frente a mí.

Oí los pensamientos de Jacob cerca de mí, sus patas pesadas sobre la nieve prístina y supe que también lo sentía, sentía el inminente peligro y no soportó estar alejado de Renesmee.

Sabía lo que sentía…

Dí un paso atrás porque la misma necesidad surgió en mí, debía tocar a mi esposa para saber que estaba allí, junto a mí… ella apretó los dedos de mi mano y esperamos.

No más de un minuto pasó… cuando los oí.

“Oh… veo que tenemos un comité de bienvenida… no sé si sentirme alagado o molesto, no necesitábamos tanta fanfarria para hacer lo que vinimos a hacer…”

Chasqueé mis dientes…

Ellos estaban aquí…

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Uff... chicas corro!!! Se vienen los Vulturis!! Nos vemos mañana con Robsten y algo más... las amo!!! Desde ya gracias por las palabras de felicitaciones de todas las lectoras, besotes y espero que pasen unas hermosas fiestas!