Capitulo 31: El toro por las astas

Tweet

 El toro por las astas

Me desperté con un golpe en mi vientre, uno pequeño… pero que era como un reloj, todas las mañanas me despertaba con lo mismo. Sonreí y llevé mi mano a mi hermosa panza de siete meses y medio y palmeé suavemente,

_Hola bebé, ¿ya despertaste?_ una nueva patadita y un leve movimiento me contestó _ hum… creo que tenemos hambre, te estás acostumbrando a los wafles de Claire ¿verdad?... yo también_ acaricié suavemente mi vientre por unos minutos y decidí levantarme y ponerme en marcha.

Los conjuntos que tenía en mi guardarropa ya no estaban en mi lista de exclusivos, Rose me había llevado de compras y habíamos adquirido varios conjuntos que increíblemente no pensé que existieran para futuras mamás, blusas de algodón y lino, camisetas de cintura ancha, jeans adaptables, pantalones formales de maternidad… Rose me ayudó a elegir un poco de cada cosa para comenzar con buena imagen mi nueva etapa.

Me coloqué unos jeans adaptables y un par de ballerinas, una camisa de tirantes de gasa, me maquillé levemente y peiné con un peinado alto, últimamente no toleraba el calor y eso que estábamos saliendo del invierno. Llevar mi panza era agotador… pero reconfortante al saber que llevaba a cuesta a mi niño.

_Buenos días señora ¿tomará el desayuno aquí o en la cocina?_ preguntó Loise cuando terminé de bajar las escaleras,

_Aquí Loise, solo un vaso de leche y los waffles_ pedí sentándome en mi lugar en la mesa, Benjamin estaba mirando el diario y lo bajó cuando me senté,

_¿Dormiste bien Isabella?_ dijo acercando su mano a la mía sobre la mesa, me sobresalté con su gesto y saqué mi mano hasta mi regazo,

_Sí, bien… gracias_ me serví un poco de jugo exprimido y di un sorbo, Loise trajo mi desayuno minutos después.

Benjamin hizo unas llamadas después, mientras yo trataba de aclara en mi mente el por qué tenía que hacer esto, como me lo recalcaba a mí misma todos los días. Por mi hijo, era la única respuesta. Si quería que mi hijo tuviera seguridad y bienestar debía tomar las riendas de la situación y ser capaz de valerme por mi misma, aunque ello implicara manejar una enorme compañía y aprender en meses lo que no había aprendido en todos mis años de matrimonio.

_Tayler está esperándonos en la oficina, hoy cerramos el trato con los D´ambers_ murmuró Benjamin mientras colgaba el teléfono. Terminé mi último sorbo de leche y asentí, _¿quieres acompañarme la semana que viene a  la gala?... el trato final incluye una gala a beneficio, tu eres buena en eso Isabella, puedes volver a tocar incluso…_

_Lo pensaré_ murmuré separando la silla de la mesa para levantarme, él se adelantó y me ayudó a apartar la silla _no he tocado en meses, debería practicar y preparar una pieza…_

_Sabes que me gusta Libertango…_

_Esa no_ le corté. El mismísimo cielo sabía que podía tocar horas y horas ensayando otra canción pero no esa, nunca más iba a tocar esa. Lo miré duramente y él asintió con una mueca de comprensión _veré cual… y te diré, pero esa no_

_Esta bien, Isabella cariño… no te lo tomes como una obligación, a demás no sabemos si al niño le hará bien que te esfuerces tanto_

Quedé momentáneamente aturdida con su muestra de cariño conmigo, pero negué con la cabeza llevando una mano a mi vientre,

_No… el bebé estará bien_

Él asintió nuevamente y se separó de mí para caminar al sofá, buscar su maletín y su saco de invierno y esperarme en la puerta de salida. Yo hice lo mismo, tomé mi abrigo y mi bolso y fui hasta él que mantenía su brazo extendido para que yo lo tomase, como había tiempo frío aún afuera lo tomé y salimos de casa.

Esta vez Benjamin venía conmigo, la mayoría de las veces lo hacía, había días en que simplemente se sentía demasiado mal como para ir, por lo que me tocaba ir sola.  Hoy cerrábamos un trato por lo que su firma debía estar junto a la mía, él me había hecho apoderada de la empresa, según Tayler, su abogado… si algo llegaba a pasarle yo quedaría como segunda propietaria de la firma junto con los socios.

No me gustaba nada… no me gustaba para nada. Yo no era capaz de hacerlo y de llevar adelante una firma tan grande como esa sin ayuda, tenía consejeros y abogados que me apoyaban, pero sentía que sin Benjamin no era lo mismo.

_Buenos días Señora Isabella_ dijo Maria cuando llegamos a la oficina, Tayler estaba a su lado esperándonos.

_Señora Plath_ saludó seriamente con un asentimiento de cabeza _el contrato está dentro de su oficina para que lo relea, cualquier duda me lo señala señora_ murmuró dejándome pasar dentro de la oficina, él y Maria nos seguían los pasos. 

_Señor Plath, los informes de finanzas como usted pidió… la señorita Warner ha hecho los balances y deseaba que usted los viera antes de aprobarlos_ murmuró su asistente tendiéndole la carpeta a mi esposo mientras tomaba su lugar detrás del escritorio.

Yo fui hasta el mío, que Benjamin había hecho ubicar a un lado del de él y me senté, tenía el contrato de los D´ambers allí arriba para comprobar que todo estuviera en orden y coherente a lo que habíamos acordado. Tayler se sentó delante de mí y esperó, él me había dejado unas notas de aquella reunión que habíamos hecho con los socios de la empresa y los propietarios de D´ambers, una semana después que yo había comenzado a asistir todas las mañanas, así que me dispuse a releer el contrato para ver si encontraba alguna fisura,

_Isabella_ alcé la vista para ver a Benjamin que se paraba de su asiento con los informes en mano _iré hasta el área administrativa, necesito resolver algunas cosas_ dijo con un brillo especial en los ojos. Asentí y bajé la mirada para seguir con lo mío.

_Tayler…_ murmuré ojeando el contrato _en el evento de caridad ¿es necesario… bueno, que yo toque el chello para ayudar a recaudar fondos? ¿Alguien en especial lo ha pedido?_

_No señora, nadie en especial, simplemente… bueno, como es lo que usted solía hacer para esos eventos, pensamos que esta vez no sería menos…_

Asentí, era obvio que Tayler no iba a estar al tanto de mis problemas con ese instrumento ahora, mi rechazo casi ilógico, porque era lo que más amaba en el mundo…

_Trataré de preparar algo, pero supongo que comprendes que en mi estado es difícil tocar_ le advertí mirándolo por un segundo.

_Lo sé Señora, si usted no está en condiciones de tocar buscaremos otra manera de atraer fondos, no se preocupe_

_¿Para qué institución es la recaudación?_ le pregunté casualmente, volteando una hoja del contrato.

_Es para el Instituto Educativo de niños autistas de la ciudad de Seatlle, Señora_

Oh… niños autistas… tenía que tocar, por más que doliera…

_Bien, dile a la organización que lo haré entonces…_ murmuré ignorando el dolor personal que me daba hacer eso que desde hace meses que no hacía.

Continué mirando el contrato, las clausulas eran las acordadas y los puntos que habíamos concordado habían sido respetados, en especial aquellas que eran las condicionales para cerrar el acuerdo.

_¿Encuentra alguna duda Señora?_ Tayler estaba al pendiente de mí aún, negué con la cabeza.

_¿A qué hora es la reunión?..._

_En cuanto el área de financias tenga listo el informe, si todo sale bien y los socios están de acuerdo con los puntos a cerrar, luego de la gala de beneficio se cerrará el trato_

_Bien… me gusta esta propuesta, que los D´ambers sean una especie de compañía filantrópica hace más atractivo el trato a mis ojos y a los ojos de nuestras compañías adheridas a la causa._

_Sí Señora_ sonrió Tayler con amabilidad _el señor Plath no se equivocaba cuando la elegía a usted como una de las anfitrionas principales._

Sonreí recordando todas aquellas veces en que Benjamin procuraba mi participación en tales eventos. Casi siempre me  incluía en la organización y reuniones anticipativas y se lo agradecía, tocar el chello por una buena causa era una cura mínima para mi corazón.

_Me gustaría hablar con Victoria, quiero un resumen de las finanzas de este año y de lo que podemos permitirnos gastar en galas a beneficio sin tocar grandes cantidades de dinero de la empresa_ dije cerrando el contrato y tendiéndoselo a Tayler.

_Finanzas está en el quinto piso, si desea llamo a la Señora Warner que se acerque por aquí_

_No… hablaré yo con ella_ murmuré levantándome de la silla, Tayler se apresuró a ayudarme a sacar la silla hacia atrás, mi panza rozaba ya la orilla de la mesa al levantarme y reía cada vez que me sucedía.

Tayler tomó la carpeta del contrato y me acompañó a la salida de la oficina,

_Maria.._ la asistente de Benjamin tipeaba rápidamente en el teclado del ordenador, ella volteó a mirarme y sonrió _hum… quisiera un latte con algunos croissants ¿hay algún lugar cerca de aquí que pueda…-

_Déjeme traérselo Señora, en la cafetería de abajo venden buenos lattes_ dijo levantándose de la silla y tomando su abrigo. Me sentía rara dándole órdenes a gente que trabajaba para mi marido, pero si no me quedaba otra… después de todo Loise también había comenzado trabajando para él.

María se fue y yo caminé hasta el ascensor, pulsé el quinto piso y algunas mujeres que iban dentro del elevador conmigo miraron sonrientes mi vientre crecido.

_Es una hermosa panza… ¿para cuándo espera Señora Plath?_ murmuró una mujer de mediana edad que llevaba unas carpetas,

_Solo un mes más aproximadamente, en el mes de Febrero_

Ella sonrió y asintió amable, _La felicito, el Señor Plath debe ser un hombre realmente muy feliz_ alzó una ceja mirando por un segundo a la mujer que estaba a su lado que sonreía también sin mirarme.

_Hum… sí, lo es_ dije simplemente renuente. No sabía por qué pero por un segundo se me cruzó por la cabeza que estas mujeres sabían más de Benjamin que yo misma.

Las puertas del ascensor se abrieron en el quinto piso, salí al corredor y las mujeres salieron detrás de mí, ellas hablaban bajo mientras se alejaban. Sacudí la cabeza en negación, definitivamente veía cosas donde no habían.

Caminé por el corredor hacia una de las oficinas, no sabía bien cuál era la de Victoria, a ella solo la había visto unas pocas veces desde que comencé hacía tres semanas en la empresa. De hecho la conocía tan poco que lo único que recordaba de ella de cada vez que nos veíamos era su rostro imperturbable y frío, con una sonrisa a veces de una aparente calma que podía contener muchas cosas dentro, sus ojos brillantes y atentos en cada reunión fijos en mí o en Benjamin. Esa era Victoria Warner para mí…

_¿Señora? ¿Busca a alguien?_  me detuve en el corredor cuando un hombre de traje gris topo me vio tal vez caminando errante.  

_Hum… sí, necesito encontrar la oficina de la Señora Warner.._

_Oh, a dos puertas de aquí, la Señora Warner está en el dispeser de café, puede encontrarla allí_

_Gracias_ murmuré caminando nuevamente por el corredor casi vacío. Escuchaba unas voces al fondo, una mujer y un hombre… suaves murmullos.

Unos pasos más hacia la segunda puerta que me había indicado el hombre, supe de quién eran las voces, al menos una de ellas.

_No me importa Benjamin… teníamos algo, tenía algo contigo ¿lo dejarás todo así como así?_

Me detuve en seco…

_Es lo mejor para todos... incluso para ti, de esa manera seguirás aquí, si ella lo sabe o alguien lo sabe tendré que despedirte_ esa era la voz de mi… esposo _y no me conviene despedirte, eres la mas indicada para quedarte aquí junto a Tayler, Isabella necesitará asesores_

_Eres un increíble hijo de perra, después de todo lo que me prometiste la traes aquí… y pretendes que yo me olvide de todos estos meses? Tú me prometiste algo… _

_Lo sé… y lo tendrás, pero a su tiempo. Por ahora tenemos que tener cuidado o todo se saldrá de las manos… este trato es importante, no quiero escándalos ni una imagen negativa para la empresa_

_Oh Ben… no seas así, no me excluyas de buenas a primeras, sabes que nunca estuve de acuerdo con la presencia de ella aquí, no es necesario para lo que tu deseas… a demás de eso… ¿darle todo?_

_Tú sabes por qué lo hago, eso está fuera de discusión, está todo arreglado con mis abogados… tú sabes todo, no tienes por qué dudar_ murmuró Benjamin con tono frío y conciso. _esto es un negocio, incluso tú me diste la idea, no deberías sentirte excluida_

_Bien… si eso es lo que quieres… aunque si todo sale bien luego de firmar el contrato ¿te apetece un nuevo viaje a Europa?_ preguntó ella seguramente acariciándole la solapa del saco.

_Veremos… aunque estaré ocupado con los tratamientos, a demás… el niño nacerá_

_Oh cielos, ese niño  ni siquiera lleva tu sangre y estás obsesionado con él… _ gimoteó ella. Mi mano protectora se posó sobre mi vientre.

_Tú sabes bien el por qué_ murmuró Benjamin.

_Bien_ suspiró ella resignada _te puedo acompañar a tus sesiones, si quieres._ su voz sonaba  empalagosa.

_Gracias Victoria, pero prefiero estar solo en esas ocasiones… lo sabes._

Victoria…

Victoria y Benjamin…

Me sostuve de la pared llevando una mano a mi boca, quería entrar allí, quería gritarles a ambos en la cara, quería sacar toda esa ira de mí… pero no podía hacerlo, por varias razones, el bien de mi niño y el de la empresa, su famoso status. No escándalos como había dicho él.

Hipócrita!

Tenerme aquí como su carta blanca, su haz en la manga… aprendiendo a manejar sus bienes, claro que con un precio, yo obtendría todo, al parecer… porque presentía que algo se estaba escapando de mis manos. ¿Pero a costa de qué?... la risa a mis espaldas de quienes conocían ya sus amoríos internos, los secretos y miradas… la vergüenza de saber que venía cada día a trabajar en el mismo edificio donde mi marido se enredaba con otra.

Tenía que salir de allí.

Caminé en sentido contrario ignorando muchas cosas, primero que nada mis náuseas… yo fui por años conciente de que Benjamin me engañaba con una y otra, pero oírlo de sus propios labios, saber a ciencia cierta que aún casi delante de mis narices se veía con ella sin importarle que yo estuviera a un piso de él y que todos supieran menos yo… era asquerosamente repugnante a demás de tener la certeza de que esa víbora quería mucho más de lo que Benjamin le había prometido, fuese lo que fuese. Segundo, ignoré los murmullos parecidos a los que venía oyendo detrás de mí al salir del ascensor, murmullos en los que el centro principal de atención era yo y lo idiota que era al no darme cuenta.

Como pude, con mis piernas débiles y temblando llegué a la oficina de Benjamin,

_Señora, su latte con croissant está sobre su escritorio ¿desea algo más?_ María me miraban con ternura, al menos era la única que parecía disimular muy bien el hecho de que seguramente había visto entrar y salir a Victoria de la oficina de mi esposo múltiples veces y que seguramente había escuchado vaya a saber cuantas cosas provenientes del otro lado de la puerta… de tan solo pensarlo me daba asco haber estado sentada en esos sofás de cuero blanco.

_No gracias, me siento un poco mal… me retiraré a mi casa_ le dije antes de avanzar hasta la oficina en busca de mi bolso y abrigo, sin embargo ella pareció inconforme con mi disculpa…

_¿Desea que le avise al señor Plath? Él se preocupará si no la ve en la oficina_

_No creo que se preocupe por eso María… solo dile que me fui a casa y él no preguntará_

Ella asintió y me dejó salir. Minutos después estaba dentro del Mercedes con Sam conduciendo a través de la ciudad. Él se detuvo en el edificio alto y exclusivo que ya era tan familiar para mí y me ayudó a salir del auto,

_¿La espero Señora?_ preguntó acompañándome a la puerta,

_No, ve con mi marido, tal vez necesite el auto…_

Sam asintió y se fue, yo mientras abrí la puerta del edificio que se encontraba entreabierta  y caminé hacia el ascensor.

Toqué timbre una vez y segundos después él atendió, no sabía que se encontraría aquí a la mañana, pensé que estaba trabajando y yo podría desahogarme con mi amiga…

_Emmett… pensé que Rosalie estaba en casa_ murmuré con esa bola de ira pugnando por salir, odio… dolor y decepción, pero sobre todo, impotencia.

_Rose salió Bella… fue a unas cuadras de compras para el almuerzo, pasa… ¿Qué sucede?_ él se adelantó un paso y me tomó del brazo suavemente…

_Es que… cielos, Emmett, es Benjamin_ dije tragando el nudo en mi garganta. Emmett se alarmó y me abrazó por los hombros invitándome a entrar,

_¿Qué te hizo esta vez?_ él me llevó hasta los sofás y me ayudó a sacarme el abrigo, _siéntate Bella, te traeré un vaso de agua_

Emmett se encaminó a la cocina y yo pensé una y otra vez qué decirle a mi amigo, él seguramente habría deducido las cosas desde que yo les conté la presencia de Victoria y mis impresiones sobre ella, él seguramente me diría… “ya era sabido… ¿recién te diste cuenta?”

_Bella_ alcé la vista y tenía un vaso de agua frente a mis ojos y a Emmett mirándome con cautela _ ¿qué sucede?_

_Benjamin estuvo engañándome todo este tiempo con Victoria_ murmuré _ ellos tiene algo Emmett, ella le habló de una promesa, algo que él no cumplió aún, ella le habló de mí… de que yo era necesaria como parte de su pantalla, que era parte de su negocio, habló de mi niño…_ gemí posando una mano en mi vientre _Emm, ese maldito está interesado en mi niño y no sé para qué, no voy a dejar que lo toque, no dejaré que le de su apellido, moriré de hambre… no me importa, pero no dejaré que cumpla lo que él quiere, dice que está todo arreglado con abogados…_

_Bella…_ dijo él interrumpiendo mi perorata, se acuclilló frente a mí y me miró fijamente a los ojos, su rostro era inescrutable, su mirada había cambiado, ya no veía al Emmett gracioso y dócil que siempre veía, este Emmett me hacía tenerle el mayor de los respetos…  _¿confías en mí?... confía en mí Bella y soporta un poco más…_

_¿Qué estas diciendo Emmett?_

_Que confíes en mí… se su compañera, ve a esa gala, relaciónate con Victoria, haz lo que él pida que hagas para la empresa Bella, solo hazlo, no abandones esto… no bajes los brazos, por tu hijo. A Benjamin no le queda mucho tiempo, de una u otra manera no le queda… no podrá hacerte daño, ni a ti ni a tu bebé._

_Emmett…_ murmuré soportando las inmensas ganas de llorar _si le llega a pasar algo a mi hijo por su culpa, yo…_

_Lo sé… lo sé pequeña_ dijo él sentándose a mi lado, me abrazó por los hombros y me acunó en su fuerte pecho.  _Cálmate, no dejaremos que él te haga nada… solo cálmate ¿si?_

Asentí tragando en seco, Emmett tenía razón, no podía dejar que Benjamin me amedrentara, se suponía que yo había resuelto ser una mujer fuerte, independiente a pesar de vivir bajo su amparo. Tenía que serlo, estaba dispuesta a hacerlo…

_Tengo que salir_ dije amagando levantarme del sofá, Emmett me detuvo por mis brazos,

_¿Qué? ¿Dónde vas Bella? Esperemos a Rosalie, quédate a almorzar, ella ate acompañará luego, solo quédate y esperémosla_

Dudé un minuto, pero al ver el rostro implorante de Emmett decidí esperar unos minutos,

_Ayúdame, Rose me pidió que picara en juliana una cebolla… Bella ¿qué mierda es en juliana?_ preguntó seriamente. No pude más que largarme a reír,

_Emm!_ reí sentándome en el sofá nuevamente, él rió… supuso que era algo gracioso, hasta yo que jamás había cocinado sabía lo que era en juliana! Claire era buena dando clases de cocina. _Ven… te mostraré_ dije levantándome del sofá  y llevándolo conmigo a la cocina.

Quince minutos después Rosalie apareció con unas bolsas en las manos por la puerta, su rostro sorprendido de verme allí picando cebolla con Emmett y llorando por la reacción a su jugo,

_Bella! ¿qué mierda pasó ahora?_  dijo soltando las bolsas al suelo y corriendo hacia mí, miré a Emmett que también tenía lágrimas bajando por sus mejillas y nos lanzamos juntos a reír ante la mirada atónita de mi amiga _¿por qué carajo se ríen?_ ella miró el desastre de cebolla que estábamos haciendo sobre la mesada de la cocina y se tapó la boca conteniendo una risotada, Emmett la miró con cara de disculpa y ella no pudo evitar reír aferrándose a la cintura de su novio. Por dios!... se veían tan felices juntos, que tuve que mirar hacia otro lado para no ponerme a llorar en serio.

Comimos supremas de pollo con salsa de hongos y vino blanco, bueno… yo jugo de naranja y hablamos de cosas monótonas, Emmett me hizo prometer mientras tratábamos de cortar la cebolla que no le contara nada a Rosalie sobre Benjamin y Victoria, asentí fervientemente, ambos conocíamos las reacciones impulsivas de mi amiga, ella no dudaría en ir a la empresa a arrastrar de las greñas a Victoria por todo el suelo y darle un rodillazo en la ingle a Benjamin. Ella había sido la única que se oponía a la idea de Benjamin de tenerme en la empresa y darle una nueva oportunidad, si sabía lo que me hacía… ella literalmente fliparía.

~o~o~

_¿Dónde iremos?_  preguntó Rose colocándose el saco de pana beige, luego se colocó su boina a juego y le sonreí,

_Vamos al Instituto de música de Seattle_ murmuré colocándome mi abrigo, Rosalie detuvo sus movimientos…

_Oh cielos Bella… dime cariño que harás lo que siempre soñaste!_ dijo ella sosteniéndome de los antebrazos, sus ojos brillaban… ¿Yo había siempre sido tan evidente y nunca me di cuenta hasta ahora?

_Veremos Rose… primero quiero ir y observar, solo acompáñame ¿si?_

_Te dije que la empresa de tu marido no era para ti Bella._ dijo negando con la cabeza,

_Igualmente seguiré yendo y colaborando, Benjamin me necesita…_ dije mirando de soslayo a Emmett que curvaba una comisura hacia arriba.

_Bien! Vamos… veremos el lugar, hablaremos con el Director y le hablaremos de tu experiencia con el chello, de tus estudios en Europa y tu desempeño, estoy seguro que quedará encantado…_

Veremos_ le dije caminando detrás de ella hacia la puerta.

_¿Amor?_ Emmett nos detuvo un segundo viendo su blackberry, alzó la mirada y miró a Rose que estaba en el marco de la puerta esperando,  se acercó a ella y besó sus labios tiernamente _debo atender un caso, tal vez te llame mas tarde, si surge algo te mantendré al tanto ¿si?_

_Sí bebé. Cuídate_ le pidió ella antes de salir por la puerta.

Minutos más tarde estábamos rumbo al único lugar que se me ocurría para tratar de ser yo misma.

Siempre me había imaginado cómo era el Instituto de música en Seatlle, nunca había ido a conocerlo, en mi memoria solo retenía los salones acústicos de Europa, sus salas de madera lustrada y las niñas con sus violines y chelos ensayando solas en medio de ellos.

No había cambiado mucho, ella seguían solas en la mitad de una amplia habitación, las notas resonaban por todo el ambiente haciendo que, como en mi estudio, sonara acústico, en tempo y sutil al mismo tiempo. Observaba desde la puerta de una de las habitaciones con Rosalie a mi lado, una niña de al menos quince años, trataba de sacar una nota alta, las más difíciles. El chello se resistía, por supuesto, como todos los sopranos, sacar una nota alta en un chello, de notas primordialmente bajas y graves, era dificultoso hasta para mí. Sin embargo lo había logrado varias veces.

_Maldición!_ murmuró ella en su cuarto intento, volvió a colocar en posición sus manos, con su codo del brazo que sostenía el arco, demasiado bajo para mi gusto y lo volvió intentar mirando el cuaderno de partituras que tenía frente a ella, pero falló… la nota salió discordante y fuera de tono, desafinada.

_Tensa las cuerdas_ dije sin poder evitarlo, cerré mi boca en seguida y la niña miró hacia la puerta asustada, Rosalie me dio un sutil codazo y rió _disculpa… no pude evitar escucharte_ dije a la niña.

_Está bien_ dijo mirando las cuerdas de su chello _¿tú crees que están flojas?_

_Bueno, tal vez un poco, a demás… alza tu codo un poco más, la nota no saldrá bien si no mantienes el ángulo de tu brazo_

Ella tensó las mariposas de su chello y probó las cuerdas con sus dedos mientras lo hacía, cuando estuvieron tensas volvió a posicionar su brazo con el arco tocando suavemente las cuerdas,

_¿Así?_ preguntó mirándome sobre su hombro, negué con la cabeza… miré a Rose y suspiré mientras ella sonreía. Miré nuevamente a la niña y caminé hacia ella adentrándome al salón acústico,

_Hum… un poco más arriba_ dije tomando su codo con una mano mientras que con la otra acomodaba el arco a la altura correspondiente _toca…_

Ella lo hizo y la nota alta y aguda como la de un barítono se escuchó por todo el salón. Sus ojos se alzaron hacia mí y una sonrisa rebosante se instaló en su cara que antes era de pura frustración.

_Salió!_ dijo bajando su arco, asentí sonriéndole levemente _oh dios… ¿eres la profesora nueva?_

Me apresuré a negar con la cabeza,

_No… solo vine a observar_

_Mi madre es profesora, ella esta enseñando violín en otro salón_ ella miró hacia la puerta pensativa y sus ojos se iluminaron de repente, volteó hacia mí y sonrió nuevamente, dejó su chello en su pedestal y el arco sobre la silla y dio un saltito tapándose la boca que sonreía alegremente,  _ella estará feliz de conocerte…_

-POV Edward-

Me quedé de piedra, esa voz… ¿cómo pudo encontrarme? ¿qué mierda quería?

_Vamos Edward! Ábreme idiota…_ volvió a decir fuerte mientras sacudía la puerta de sus goznes con sus golpes. Avancé un paso hasta llegar y tomar el picaporte, abrí la puerta y allí estaba,

_¿Qué mierda haces aquí?_ le dije antes de ver volar su puño hacia mí, me doblé en dos… literalmente mi estómago había recibido todo el impacto _¡Qué mierda te pasa!_ grité entre jadeos, el aire había abandonado todo mi cuerpo… ¡Qué mierda se creía!

_Ahora entrarás a este mugre departamento y comenzaras de un principio Edward, no puedo creer que te animaras a tomarme de entupido y creer que yo no averiguaría nada… ¡Soy el maldito jefe del FBI por dios santo!_ gruñó.

_Mierda…_ gemí poniendo mis manos sobre mis rodillas, mi estómago dolía como la mierda y la resaca no ayudaba para nada _Emmett… se supone que estarías allá junto a ella, ¿cómo mierda me encontraste?_

_Nada se me escapa Edward, solo moví algunos hilos y aquí estoy_ dijo con suficiencia.

Él entró a mi departamento y cerró la puerta detrás de él, yo aún trataba de recuperarme, sentía aún su puño en la boca de mi estómago y mi hígado en la garganta.  Cerré mis ojos cuando él se aproximó a las ventanas y corrió las cortinas, la luz del sol de la mañana entró a raudales y quemó mis ojos acostumbrados a la oscuridad.

_Siéntate_ ordenó trayendo con él una silla de la pequeña cocina que casi nunca usaba _mírate Edward, estoy tratando de decidir si me das lástima o si me das ganas de romperte la cara por idiota_

_¿Por que no lo segundo?_ pedí en voz baja… quería más dolor si eso ayudaba a olvidar mi otro dolor que era aún más intenso, más profundo. Emmett rió…

_Creo que ya tienes suficiente… por hoy, cuando Rose te vea ahí obtendrás tu deseo cumplido, te lo puedo asegurar_

Me tambaleé hasta la silla y me senté como un peso muerto, alcé la cabeza para mirarlo, él estaba sentado en la silla frente a mí con sus codos en sus rodillas y algo dando vueltas en las manos, un pequeño medallón de plata, colgando de una fina cadena…

_Dame eso_ gruñí tratando de sacárselo de sus manos, me di cuenta que lo había tenido sobre mi mesa de noche y que seguramente él lo había tomado,

_Bonitos nudos_ dijo mirando un lado y luego el otro con una sonrisa burlona _amor eterno… sí cómo no, no creo que te lo merezcas si no vas a luchar por ella._

Me lanzó la cadena con la medalla y lo tomé con mis manos temblorosas, acurrucándolo en mi pecho como mi tesoro más preciado. Emmett me miró incrédulo por un segundo por mi gesto obsesivo,

_¿La amas?_  preguntó sin muchas vueltas _dime Edward, porque recorrí más de siete mil kilómetros hasta aquí solo para saber si eres capaz de poner las manos al fuego por ella, Rosalie estaba que bullía cuando le avisé de mi “viaje imprevisto”_

_¿Qué quieres?_ le dije después de unos minutos. Mierda! Él mismo tendría que saber que sería capaz de todo por ella, ¿por qué tenía que preguntármelo?.

_Quiero que me digas todo lo que sabes de Benjamin Plath, todo… absolutamente todo y sé que es mucho, de alguna manera algo me dice que es por él que rompiste con ella y que te aislaste de todos, dime…_ apresuró.

_No puedo_ gemí escondiendo mi cabeza entre mis manos,

_¿Por qué?_ murmuró duramente,

_Mierda Emmett! ¿Es esto algún tipo de interrogatorio? ¿lo estas investigando?_

_Sí Edward…_ dijo él como si eso fuera el gran descubrimiento _estoy investigando al maldito mal nacido, desde el mismo momento en que amenazó a Bella en el hospital mientras ella estaba a punto de perder a TU! Hijo… comencé a investigarlo… ¿y sabes qué?_

Gemí nuevamente, con solo recordar ese momento en que yo estaba tan lejos de ella sin poder hacer nada para ayudarla a salir de allí, tomarle la mano o simplemente verla un momento para acariciar su vientre… moría, esa fue la tortura más grande.

_¿Que Emmett?_ dije dolorosamente.

_Ese hijo de puta tiene muchos trapitos escondidos y tienes que ayudarme, tú sabes mucho, estoy seguro de eso… así que de una vez, si estas dispuesto a luchar por ella, si la amas, si alguna vez lo hiciste o simplemente por tu hijo, dime lo que sabes_

_¿Por qué tengo que hacerlo?_ alcé la cabeza alarmado cuando una idea del por qué pasó por mi mente _¿la volvió a amenazar? ¿le hizo daño Emmett?_

_No_ murmuró él recostándose en el respaldo de la silla mientras sonreía de lado _simplemente puso todas las acciones de la empresa a nombre de ella, la esta llevando cada día para que ella se haga cargo una vez que él muera y la está engañando con una ejecutiva de su empresa al mismo tiempo que a ella le pidió una oportunidad para enderezar su matrimonio, en sus propias narices. No sé qué pretende con tu hijo… hay cosas que no me cuadran Edward, pero Bella tiene miedo ¿a ti no te importa eso? ¿Pensabas que ella sería feliz después de que te fuiste?_ Emmett bufó y negó con la cabeza sonriente _tengo una leve, muy leve idea de porqué lo hiciste, pero quiero que me lo confirmes_

Su mirada especulativa y cautelosa sobre mí me hizo bajar la mirada, yo tenía tanta culpa como Plath por haber aceptado su maldito trato. Tenía tanta culpa o más porque Bella este allí mientras él la manejaba a su antojo. Yo la había dejado sola… desprotegida, con mi hijo en su vientre creciendo día a día esperando a nacer y convertirse en un Plath, a fin de manejar en un futuro la fortuna de su padre que… era el hijo de puta más grande de la tierra.  ¿Qué clase de custodio era yo?...

_¿Me ayudarás a sacar a Bella de allí o te quedarás aquí para seguir ahogándote en alcohol y quién sabe que cosas mas para olvidarla? esta mierda apesta y…_ miró hacia la cama revuelta _no quiero ni pensar que sucedió en esa cama_

Bajé la cabeza avergonzado,

_No soy nada sin ella… no funciono… en ningún sentido_ murmuré sinceramente. Él rió y se acercó a palmear mi hombro.

_Entonces… sí la amas_ aseguró.

Mierda!... llevé mis manos a mi cabello y tiré de ellos, respiré hondo y lo volví a mirar a los ojos conteniendo las palabras que pugnaban por salir y que después de una lucha interna fiera y dolorosa… lo hicieron,

_La amo tanto que estoy muriendo aquí Emmett, no tienes una puta idea de cuanto la amo_

El idiota sonrió como un gato de Cheshire y asintió triunfante.

_Eso era todo lo que necesitaba confirmar_

___________________________

Bueno... a que están comenzando a apartarse los nubarrones ¿he? 

Besotes hermosas y nos vemos el miercoles!! Déjenme sus comentarios tan lindos que amo tanto...